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Romano
PRIMERA REVOLUCIÓN: DEL PALEOLITICO AL NEOLITICO.
El hombre del paleolítico era un ser “salvaje”. Vivía de la caza, de la pesca y de la recolección
de frutos. La primera revolución consistiría en que este hombre, mero recolector de
alimentos, habrá de convertirse en un productor de alimentos.
B. EXPLOSIÓN DEMOGRAFICA: Mas alimentos, por lo tanto hay madres y niños más sanos.
Los niños empiezan a ser deseados con el fin de asistir en las tareas más sencillas.
E. APARICION DEL CONCEPTO DE SOBERANIA: Los bienes comunes deben ser mantenidos y
defendidos por lo que todos los miembros del grupo participan en esas tareas. El territorio
pasa a ser así un objeto de defensa y cuidado además de ser un bien codiciado por los
demás, que se debía mantener.
Se puede afirmar que la primera revolución cultural permitió al hombre apoderase de la tierra.
A. GRUPO HUMANO PRIMORDIAL: Solo se podía existir dentro de la gens y quien, por
cualquier motivo, estuviera fuera de ella debía procurarse su inserción en alguna bajo pena
de convertirse en una paria, caer en la esclavitud o directamente, morir.
E. UNIDAD JURIDICA: Cada gens aparecía como un todo jurídico frente a los demás,
pudiendo ser sujeto activo o pasivo de una venganza o reparación de un daño u ofensa. La
personalidad jurídica reposaba en la gens, y no en cada uno de sus miembros.
H. LA JEFATURA: El pater era un miembro de la gens al que todos sus integrantes le estaban
sometidos. Casi seguramente la jefatura tiene que haber sido ejercida a la muerte de cada
pater por quien fuera el principal ayudante del anterior, y que “naturalmente” fuera
reconocido por los miembros de la gens. Su cargo era vitalicio y su poder muy grande.
CLIENTS.
No deben ser confundidos con esclavos, ya que gozaban la plena libertad, podían disponer de
sus vidas e, incluso, abandonar –a su riesgo- la protección de la gens. La única limitación que
tenían es que jamás podían llegar a ser miembros de la gens a la que estaban abosados.
G. EL DERECHO: Cuando los hombres dejan de pertenecer a un grupo parental que era el
centro de imputación de norma, cada uno de ellos se convierte en un ser responsable de
sus actos y pasible de ser sancionado por sus conductas antijurídicas. Aparece una nueva
serie de organismos sociales encargados de determinar que conductas quedan prohibidas,
que sanción se promete por esas conductas y quien aplica la sanción.
Así como la revolución del neolítico permitió al hombre derribar la valla de la escasez natural
de los alimentos, la urbana permitió al hombre derribar la valla de la limitación de la memoria.
Pudo, entonces, transmitir y conservar los conocimientos de todo tipo, pero especialmente
técnicos y científicos.
Ahora bien, la revolución Urbana no sigue un rumbo único en todas las civilizaciones. Se
distinguen claramente entre dos modelos.
En el modelo oriental de la revolución Urbana al que se da cuando los grupos parentales son
absorbidos por un sistema teocrático, de gran extensión territorial, monárquico, absoluto,
autocrático, generalmente hereditario y con economía fundamentalmente basada en la obra
pública. Dentro de este modelo entran la civilización sumeria y las mesopotámicas que la
siguieron: la hebrea y la egipcia.
En segundo término, el gradual proceso de desertización hará cada vez más árida la región. El
valle seguirá brindando las mejores condiciones, pero para su cabal aprovechamiento se
impondrá la realización de ingentes y concertadas obras de avenamiento, canalización y
endicamiento. Una gran solución para los grupos humanos acorralados por el desierto, pero
siempre que un poder de coacción los discipline y les imponga trabajos y entregas de
excedentes. Claro que el mismo carácter desértico de los alrededores proporciona adecuada
amenaza ante la desobediencia o renuncia a cumplir con las prestaciones exigidas.
En tercer término, la ausencia en esas regiones de los más aptos minerales, maderas y otras
sustancias valiosas serian un estímulo para procurar mayores excedentes y sacrificar el
cómodo estado de autoabastecimiento.
Esos grupos parentales acorralados en el valle del Nilo viven pendientes de sus periódicas
crecidas y que, para defenderse de ellas, encaran obras de ingeniería que no podrán tener
éxito hasta que no estén coordinadas en prácticamente todo el valle. Las obras las dirige un
grupo más poderoso que los otros a los que se les impone un régimen de trabajo determinado
para concretar un proyecto general. Para esa tarea se necesita una conducción centralizada y
allí aparece la figura del monarca (Faraón) que da órdenes y castiga a los desobedientes.
Aparece en otro lugar del Mediterráneo, al que conocemos como Grecia, las islas del Mar Egeo
y su ámbito de influencia que abarco hasta Italia, un modelo de Revolución Urbana distinto al
recientemente descripto, que recibe el nombre de “polis” (griego), “civitas” (latín) p “ciudad-
estado” (castellano).
Entre el modelo oriental y el occidental hay diferencias muy grandes que permiten establecer
que se trata de dos modelos distintos. Si se habla de Oriente, se piensa en un sistema de
centralización del poder, un ejercicio absoluto del mismo, una subordinación de los súbditos al
jerarca, pautas de conducta muy severas y gran resistencia al cambio. Si se habla de Occidente
se piensa en un poder dividido, un campo de libertades muy amplias, gobiernos que son
responsables de su gestión, circulación periódica de los gobernantes y una gran movilidad
social.
Roma se encuentra geográficamente ubicada en el valle del Rio TIber, en la región del Lazio. El
territorio ubicado al Noroeste del rio Tiber estaba ocupado por los etruscos y en el margen
izquierdo del rio se encontraban gens latinas y sabinas que convivían más o menos
pacíficamente.
Los etruscos dominaban también la zona ubicada al Sur de Roma en la que tenían
plantaciones. Normalmente los etruscos viajaban por mar, pero a veces lo hacían por tierra,
aprovechando el paso para cruzar el Tiber. Precisamente esa vecindad peligrosa tiene que
haber invitado a las gens latinas y sabinas a apartarse de la vía utilizada por los etruscos para
evitar las tropelías y saqueos a que los sometían en su condición de pueblo más fuerte y
dominador del hierro, construyendo pequeñas fortificaciones en las cimas de los montes. Con
el tiempo todos los latinos y sabinos tienen que haber construido sus moradas en los montes,
lo que forzosamente facilito la aparición de intereses comunes y debilito el vínculo de la gens.
Asimismo, los etruscos, al encontrarse con un enemigo cada vez más numeroso y mejor
fortificado, prefirieron dejar de atacarlos y comenzaron a comerciar con ellos. No existe un
momento fundacional sino un proceso de formación.
En su nacimiento, Roma fue una típica Polis indoeuropea con instituciones muy similares a las
griegas y luego degenero en un gigantesco Imperio. Cabe preguntarse si esto se debe al
componente etrusco, lo que llevo a los romanos a anexar los territorios de los pueblos vecinos
haciendo cada vez más anti funcionales las instituciones de las civitas.
Numitor rey de Alba Longa fue derrocado por su hermano Amulio quien se adueñó del poder,
Numitor no tenía más que una hija llamada Rea Silvia a la que, para evitar que se casara y
tuviera hijos con aspiraciones al trono, Amulio obligó a que se consagrara como virgen a la
Diosa Vesta. Pero, a pesar de estar vigilada dentro del templo, Rea Silvia tuvo un amorío nada
menos que con el Dios Marte y quedo embarazada de mellizos – Rómulo y Remo, nietos de
Numitor. No bien se entera Amulio del nacimiento de los mellizos manda a matarlos
arrojándolos al rio, pero son salvados y amamantados por una loba no quedando claro si se
trataba de una fiera o de una mujer. Los mellizos crecieron sanos y fuertes y cuando llegaron a
la juventud derrocaron a su tío Amulio y repusieron en el trono al abuelo Numitor que, en
agradecimiento les dono tierras para que formaran su propia ciudad. Lamentablemente, en las
ceremonias de la fundación de Roma, Remo desobedece a Rómulo que lo mata por ello.
No bien asumió como Rey de la naciente ciudad, Rómulo se dio cuenta de que, si querían tener
descendencia, necesitaban madres para sus futuros hijos por lo que los romanos raptan
mujeres solteras de una cercana población de origen sabino. Obviamente esto no les parece
nada bien a los sabinos que atacan a los compañeros de Rómulo y luego de una negociación en
la que intervinieron las raptadas para apaciguar los ánimos, deciden vivir todos juntos en la
nueva ciudad y alternarse en el poder.
Al morir Rómulo lo sucede un sabino, Numa Pompilio, que es seguido de un latino, Tulio
Hostilio a su vez continuado por otro sabino llamado Anco Marcio. Cuando Anco Marcio muere
se apodera del trono un griego que había adoptado un nombre etrusco: Tarquino. A su muerte
Tarquino es sucedido por su yerno Servio Tulio y este, sobre el que volveremos mas adelante
por su gran obra fundacional de instituciones políticas, es asesinado por su yerno, hijo de
Tarquino, llamado Tarquino el Soberbio.
Tarquino el Soberbio gobernó en forma muy tiránica y fue derrocado en el año 509 A. C. por
Junio Bruto y Tarquino Colatino. Cuenta la historia que fue en ese momento que los romanos
se juramentaron para no tener más un monarca.
La monarquía comienza con la fundación de Roma, fijada por los historiadores en el año 753
AC y finaliza con la derrota de Tarquino el Soberbio, último rey, de origen etrusco, en el año
509 AC.
El rex (del latín, regere: dirigir, ordenar) dirigía la vida religiosa, y la acción militar y
representaba a la federación ante el exterior. La subsistencia de la autonomía de la
organización gentilicia (gens) impedía la injerencia del rex en sus problemas internos y
condicionaba su acción en los asuntos federativos obligándolo a realizarlos a través del
Senado.
Entre los poderes del rex, podemos mencionar:
1. Es el supremo sacerdote de la comunidad: tiene los auspicia y dirige los sacra. Como
sumo sacerdote, regula toda la vida religiosa de la ciudad; es el intérprete de los
dioses. Bajo su dirección están los colegios de sacerdotes.
3. Dirige la defensa y comanda las fuerzas militares. La suprema dirección de las guerras y
la organización de la defensa de la ciudad, son de su competencia, como así
corresponde realizar la leva, imponer medidas de disciplina, repartir el botín y
nombrar sus auxiliares militares.
4. Representa a la comunidad en su relación con otros estados: declara la guerra (en cuya
declaración intervenía el colegio sacerdotal de los faciales) y acuerda la paz y alianzas
con otros pueblos.
6. Mantiene el orden interno y tiene el uso de la coercitio para compeler con castigos a
los que no acaten sus órdenes.
8. Es el intérprete del derecho, pues señala la norma jurídica aplicable, ya sea en virtud
de la interpretación de las mores maiorum, ya sea a través del ius edicendi, asesorado
por los colegios sacerdotales.
D. NO HEREDITARIA: muerto el rex, los auspicios volvían a los patres del Senado, quienes
elegían a uno entre ellos para que, por el termino de cinco días, ejerciera el imperium con
el nombre de interrex, que luego entregaba a otro pater por igual termino, y así
sucesivamente, hasta que, reunidos los comicios curiados, el interrex de turno proponía un
nuevo rex. El interregnum seria así una forma de gobierno de transición.
EL IMPERIUM.
El imperium o suprema autoridad civil y militar, estaba fundada en el derecho del rex para
determinar por medio del auspicium, cuál era la voluntad de los dioses.
Según la concepción tradicional, el imperium es un poder soberano, unitario, originario e
ilimitado. Soberano, por ser superior, porque está encima de cualquier otro. Unitario, porque
se lo concibe sin escisiones. Originario, porque no se deriva de otra fuente y encuentra su
razón de ser en la misma institución. Ilimitado, pues es absoluto.
En la monarquía latino-sabina, el rex tenía una posición débil, frente a la asamblea de patres
respecto de los cuales era simplemente primus inter pares; en cambio en la fase etrusca
representa una estructuración más perfeccionada del régimen monárquico, con mayores
poderes del rey, fundamentalmente basados en el imperium, concepto claro de origen
etrusco.
Muerto Numa Pompilio, un latino, Tulio Hostilio, se convirtió en el tercer rey, al que se le
atribuye la destrucción de Alba Longa.
El cuarto rey fue sabino, Anco Marcio, nieto de Numa Pompilio. Después de la muerte de
Anco Marcio, fue elegido un etrusco al que se conoce como Tarquino el Antiguo. Restauro las
murallas de la ciudad e hizo la cloaca máxima. Gobernó sin consultar ni al Senado ni al pueblo.
Servio Tulio es el sexto rey de Roma. Fue un rey adorado por su pueblo. A el se debe la
reestructuración de la asamblea popular, los comicios, organizados en base a la riqueza
fundaría. Murió asesinado por el esposo de su hija Tulia, de nombre Tarquino, al que se lo
conoció como el Soberbio.
Tarquino el Soberbio fue el séptimo y último rey romano. Nunca consulto al Senado ni a los
comicios. El reinado de Tarquino el Soberbio finalizó con una revuelta popular encabezada por
Junio Bruto y Tarquino Colatino, quienes lo expulsaron de la ciudad.
MAGISTER POPULI: jefe del ejército, PRAETOR: el que marcha al frente o los TRIBUNI
MILITIUM: tribunos de los soldados, eran puestos al frente del ejercito por el rey.
EL SENADO EN LA MONARQUIA.
El Senado en la primera parte del periodo monárquico, estaba integrado por los jefes de las
gentes, y era el representante de la soberanía de los grupos cuya federación había constituido
Roma.
Era un consejo de asesores del rex; sus miembros pertenecían a las más nobles y ricas familias
que habían surgido cuando desaparecieron las gens. Eran designados por el rex; de allí su
denominación de patres conscripti. En un principio habría estado constituido por 100
miembros, y luego por 300 (100 por cada tribu romuliana), a partir de Tarquino el Antiguo
cuando se admitió a los patres minorum gentium.
Los patricios integrantes del Senado, controlaban la vida política y aseguraban la continuidad
constitucional, por medio del interregnum.
La función consultiva propia del Senado en todas sus épocas, no obligaba con sus decisiones al
rey, ni este estaba obligado a pedir su parecer. En la práctica, el Senado debía ser oído en
cuestiones de política exterior, y el rey, por lo general, no se apartaba del parecer senatorial.
Al acentuarse las tendencias etruscas, el Senado habría tenido un peso político inferior, y es
probable que el rex comenzara a ejercer un derecho de seleccionar a otros pater familias. Con
la desaparición del poder monárquico, el Senado volvió a tener primacía en el poder.
Junto con el rey conformaban los poderes religiosos. Actuaban como intermediarios entre el
rey y los dioses. Entre ellos podemos mencionar:
a. Asistencia a todos los sacrificios llevados a cabo, así como la supervisión sobre
todos los sacros públicos y privados.
c. Llevaban registro de los acontecimientos más notables de cada año, como así
también conservaban los archivos religiosos.
d. Presidian los comicios curiados – que en esos casos recibían el nombre de comitis
calatis – para la redacción de testamentos y para formalizar las adrogaciones.
E. LOS SALII O DANZANTES: que invocaban la protección del dios Marte con danzas sagradas,
en las que ellos iban armados.
F. LOS LUPERCI: corrían alrededor del pomerium – limites sagrados de la ciudad – y de ese
modo ahuyentaban los malos espíritus y aseguraban la fertilidad de las mujeres y de los
rebaños de la comunidad.
Primeramente habría creado las cuatro tribus domiciliarias urbanas, que eran distritos político-
administrativos en los que los ciudadanos estaban agrupados de acuerdo con su domicilio. El
territorio urbano comprendía todo el pomerium y habría formado parte de cuatro tribus
denominadas urbanas.
Posteriormente, ya en tiempos republicanos, mediante una reforma del año 304 AC que creo
las tribus rusticas, el criterio de pertenencia a las tribus fue el de la propiedad fundaría, por lo
que los ciudadanos eran inscriptos en el distrito rural en el cual estaban ubicados sus fundos.
Los que carecían de tierras, eran inscriptos en alguna de las cuatro tribus urbanas. Con el
cambio de criterio de pertenencia, los pobres y los obreros que vivían en la ciudad, solo
contaban en los comicios trabados con los cuatro votos de las tribus urbanas, mientras que los
ricos, que tenían propiedades en el campo, votaban en las tribus rusticas, y constituían la
mayoría.
El alzamiento contra Tarquino el Soberbio fue una reacción de los patricios contra el poder del
rex, que se había incrementado fuertemente. Los poderes y atribuciones que había tenido el
rex, fueron controlados por la aristocracia patricia luego del derrocamiento de Tarquino el
Soberbio. El patriciado confió esas funciones, a miembros de su propia clase en forma de
temporarias y distintas magistraturas supremas, que tal vez solo en el año 367 AC se habrían
cristalizado en forma definitiva en el sistema de los dos cónsules.
Es exagerado atribuir al año 509 AC una estructura republicana delineada en todos sus
particulares. Más bien, las estructuras republicanas se fueron abriendo paso fatigosamente en
medio de luchas y tensiones, pudiendo señalarse como un primer punto de llegada de todo
este desarrollo, el año 450 AC con la obra de los decemuri legibus scribundis: la Ley de las XII
Tablas. El periodo que va del 509 AC al 367 AC está dominado por las vicisitudes del
antagonismo entre patricios y plebeyos. Abolida la monarquía por la rebelión patricia, las
poderosas familias patricias, se hacen con las riendas del estado hasta el 367 AC en que por
primera vez se admite que un plebeyo pueda llegar al consulado.
Bajo la denominación de “la ciudad patricia” se describirá la génesis de la res publica, que se
producirá a mediados del siglo IV AC, una vez cumplidos los tres procesos siguientes:
1. La plena integración de la plebe en la civitas, que culmino en el año 367 AC, CON LA Ley
Licinia Sextia, que:
a. Estableció que uno de los cónsules podía ser plebeyo.
A Roma se la llamo Respublica por la unión de dos palabras: res (que significa en cierto sentido
“cosa”, como “centro de interés” mas que como objeto) y publica que es el adjetivo de
populus (pueblo); de donde “respublica” significa algo asi como “cosas atenientes al pueblo” o
“cosas que le interesan, le preocupan o corresponden al pueblo”.
COMIENZO DE LA RESPUBLICA. EL CONFLICTO PLEBEYO. LA INTEGRACION.
Al caer el ultimo Rex la situación social de Roma presentaba una división tajante entre patricios
y plebeyos, aquellos ejercían los cargos políticos y religiosos, reservaban para si las tierras
públicas que iban conquistando y supervisaban las actividades de los plebeyos a través del
ejercicio de la autorictas.
Contra esa situación de desigualdad se alzaron y lucharon los plebeyos para alcanzar el mismo
status jurídico y político. Esa lucha se desarrolló desde la abolición de la monarquía hasta que
en el año 367 AC los plebeyos alcanzaron el derecho a ocupar la que era considerada más alta
magistratura con ejercicio de imperium, el consulado.
Los plebeyos utilizaron como armas de lucha social la secesión (el retiro de la ciudad), la huelga
(dejaba a la ciudad sin mano de obra) y la negativa a acudir a las armas (dejaba a la ciudad sin
defensa).
En el año 471 AC los plebeyos logran que se les reconozca el derecho de reunirse en comicios
propios bajo el sistema de los comicios tribados pero sin la asistencia de los patricios. Estos
comicios tomarían decisiones que se llamarían “plebiscitos” y que tendrían un paulatino
aumento de su incumbencia. Desde ese momento comenzó a aumentar el número de tribunos
plebeyos hasta llegar a diez.
En el año 449 AC mediante una lex Valeria Horatia se dispone que hubiera impunidad para el
que matara a cualquier ciudadano que hubiera atacado a un tribuno y hubiera sido declarado
sacer.
El proceso de conquistas de los plebeyos continuo cuando estos lograron en el año 450 AC que
se dictara la Ley de las XII Tablas, en el año 445 AC que se anulara la prohibición de
matrimonios mixtos, en año 409 AC que se eligieran cuestores plebeyos y en el año 400 AC que
hubiera jefe militares (tribunus militium) plebeyos. Finalmente, en el año 367 AC se dictó una
disposición por medio de la cual los plebeyos lograron acceder al consulado y al reparto de
tierras públicas.
Es por ese motivo que recién en el año 367 AC comienza verdaderamente la vigencia del
sistema republicano.
B. ETAPA DEL APOGEO DE LA RESPUBLICA: (287 AC a 218 AC) periodo en el cual las
instituciones republicanas funcionan a la perfección, que termina cuando triunfan las
tendencias expansionistas a partir de la segunda guerra púnica.
C. ETAPA DE LA EXPANSION IMPERIALISTA: (218 A 133 AC) con la derrota de Cartago, Roma
queda como potencia dominante en el Mediterráneo y las clases altas se apoderan de
enormes latifundios que necesitan gran cantidad de esclavos para ser explotados. Las
instituciones republicanas comienzan a ser ineficientes en virtud de la magnitud del
territorio que los romanos dominan y la triste situación del campesinado empobrecido por
las guerras.
E. ETAPA DE LAS GUERRAS CIVILES: (49 AL 27 AC) Cesar se enfrenta a Pompeyo y lo derrota,
luego es asesinado y se disputan el poder Octavio (conocido después como Augusto) y
Antonio, quien busca el apoyo de Cleopatra y es derrotado en al año 31 AC. Octavio, recibe
del Senado el título de Augusto, concentra el poder en sus manos en el año 27 A.C.
Cuando desaparece el Rex (509 AC) sus funciones principales van recayendo en diversos
funcionarios. El poder de imperium que tienen los magistrados de hacerse obedecer
(“imperium”) es mucho menor al del rex por estar dividido al no recaer en una sola cabeza y
estar sometido a limitaciones. Estas magistraturas se pueden clasificar en:
MAYORES: las magistraturas que podían consultar los auspicios de los dioses y valerse de
ellos justificar o reforzar sus decisiones. MENORES: no podían consultar los auspicios.
CURULES: otorgan a los ciudadanos que las detentan el honor de sentarse en una silla
plegadiza portátil que lleva ese nombre (curul) privilegio reservado para las magistraturas
mayores y también al edilato curul; siendo las restantes NO CURULES.
Todas las magistraturas poseen ciertas características que les son comunes:
A. GRATUIDAD: los romanos entendían que la función pública era un honor, por lo que no
correspondía que se percibiera retribución alguna. En la práctica esto provoco que solo los
ricos pudieran desempeñar los cargos.
C. PERIODICIDAD: todos los magistrados eran elegidos por periodos ciertos de tiempo.
D. COLEGIALIDAD: las magistraturas estaban desempeñadas por dos o más titulares, donde
todos los colegas tenían la misma incumbencia manteniendo siempre entre ellas el
ejercicio de la intercessio (poder de veto), por lo que si la decisión de uno no coincidía con
la de su colega, bastaba con que este se opusiera. La única magistratura por fuera de este
concepto era la dictadura.
El tribuno era inviolable estaba más allá del poder de cualquier magistrado, quien osara
agraviarlo o darle muerte se convertía en una especie de muerto político porque nadie seria
castigado si vengaba al tribuno y los plebeyos se habían juramentado para matar a quien
cometiera el sacrilegio de atacarlo. Podía extender esa inviolabilidad a cualquier perseguido
injustamente, dándole una especie de asilo que se llamaba auxilium. Tenía la facultad llamada
intercessio de vetar cualquier decisión de cualquier magistrado o del Senado. Podía también
punir mediante la coercitio a cualquier persona que lo turbara en sus funciones y convocar a la
plebe a comicios a través del ius agendi cum plebis. Curiosamente, el tribuno no puede hacer
nada pues no tiene mando de tropas ni imperium, pero puede impedir todo. No formaban
parte del cursus honorum y las únicas características que lo asemejaban a las otras
magistraturas eran la anualidad y gratuidad.
A partir de la Lex Ovinia 312 AC. el senado quedo integrado por ex magistrados, sin importar
que fueran patricios o plebeyos. Para ser senador solo se exigía como requisito haber sido
magistrado y no merecer la tacha censoria. Cada cinco años los censores hacían una lista
(lectio senatus) en la que incorporaban a todos los senadores de la lista anterior y a los que
hubieran ejercido alguna magistratura durante esos cinco años. Los censores tenían dos
facultades: podían tachar a los senadores que a su juicio merecieran ser eliminados por su
conducta contraria a la moral y buenas costumbres públicas y podían incorporar a algún
ciudadano que, sin haber sido magistrado, hubiera cumplido con un servicio importante para
Roma.
El senado republicano no tenía día ni lugar fijo ni número mínimo de asistentes para sesionar y
solo lo hacía cuando algún magistrado en ejercicio lo convocaba. Una vez reunido el cuerpo, el
magistrado les explicaba a los senadores el motivo de la convocatoria y luego hacían uso de la
palabra por orden de importancia de la magistratura ejercida según el curus honorum y
antigüedad en el senado. Solo los primeros, por cuestiones lógicas referidas a la cantidad,
usaban de la palabra y la gran mayoría solo tomaba partido por las opiniones que se
formulaban desplazándose por el lugar de reunión y agrupándose en torno de los oradores
que hubieran hecho el discurso que ellos apoyaban. El magistrado convocante, fácilmente
determinaba cual era la opinión mayoritaria observando los respectivos agrupamientos. La
respuesta del senado a la pregunta que formulaba no era obligatoria para el magistrado.
A pesar de que el pueblo aparece en las asambleas populares ejerciendo su soberanía a través
de la composición y el funcionamiento, la Republica no llego a ser una democracia en el
sentido de los modernos regímenes liberales con sufragio universal, por cuanto:
Todos los comicios estaban sujetos a requisitos religiosos, como la necesidad de los auspicios
para convocarlos y la obnuntiatio que era el poder que tenía un magistrado para interrumpir
un acto comicial aunque hubiera sido convocado por otro magistrado, invocando haber visto
un relámpago, y la exigencia de que se reunieran en días fijados como comiciales en el
calendario de los pontífices. Estos dos últimos aspectos fueron suprimidos en el 58 AC.
Los comicios eran convocados con una anticipación mínima de 30 días, para los comicios
centuriados y de 24 días que constituían tres intervalos de mercado, para los comicios tribados
y los concilia plebis. En ese plazo se exponían los proyectos de leyes y las listas de candidatos y
tenían lugar las contiones (asambleas convocadas por el magistrado para hacer conocer a la
ciudadanía su proyecto). El magistrado, después de las discusiones de la ciudadanía a favor o
en contra del proyecto, podía verse motivado a modificarlo; en ese caso debía renovarse la
promulgación.
Para los comicios centuriados y tribados siempre fueron obligatorios los auspicios favorables
que el magistrado debía tomar en la medianoche previa a la reunión de la asamblea.
El lugar de reunión era dentro del pomerium para los comicios curiados y el concilio plebeyo,
en el foro para los tribados y fuera del pomerium para los centuriados.
El magistrado, una vez expuesto el objeto de la deliberación, efectuaba una rogatio (pregunta)
que se contestaba con voto afirmativo o negativo, no siendo posible introducir modificaciones
al proyecto.
La votación se hacia dentro de cada unidad, y partir de la Lex Gabinia (199 AC) el voto era
secreto.
Las verdadera y propias funciones de los comicios curiados en la época republicana fueron las
siguientes:
La votación de la lex curiata de imperio, formalidad que sigue a las elecciones de cónsul,
pretor o dictador. Para ello, son convocados por magistrados cum imperio.
Como comitia clata – convocadas por el pontífice máximo – asisten a ceremonias religiosas
o autorizan que un padre de familia pudiese adoptar a otro pater, o lo que en aquel
momento tenía similar efecto, aprueban su testamento donde instituye heredero,
intervienen en la detestatio sactotum (renuncia al culto familiar) y en la coptatio
(incorporación de una nueva gens a la civitas).
La unidad votante de los comicios criados estaba constituida por cada una de las treinta curias,
presidida cada una por un curione y todas ellas por un curio maximus. Cuando se votaba, los
ciudadanos lo hacían individualmente, dentro del ámbito de cada curia. A diferencia de lo que
ocurría en los comicios centuriados, votaban todos. El voto de cada curia era determinado por
el voto de la mayoría de sus miembros. Cada uno anunciado por un licitor, por intermedio del
correspondiente curione.
Estaban organizados sobre el principio timocrático, e integrados por los ciudadanos que
pudieran ser convocados o ya hubieran cumplido el servicio militar, agrupados en clases según
el censo pecuniario y según la edad en centurias de iuniores – de 17 a 45 años- y de seniores –
de 46 a 60 años. En la organización de estos comicios prevalecían la riqueza y la edad.
De acuerdo con la riqueza, los ciudadanos fueron divididos en clases a las que se asignó
determinado número de centurias. La centuria, a fines militares, representaba una unidad de
población destinada a aportar al ejército, un contingente fijo de hombres armados y en los
comicios centuriados representaba una unidad de voto.
La competencia electoral, los magistrados mayores eran elegidos por los comicios centuriados.
La presidencia de los comicios electorales corresponde a un cónsul o a un magistrado
extraordinario con poder consular. Exigían para su validez la auctoritas patrum, posterior en
sus orígenes y previa en el 339 AC. A la elección seguía la lex curiata de imperio, para los
magistrados con imperio y la lex centuriata de potestate censoria, para el censor.
La competencia judicial de los comicios centuriados tuvo origen, en la libre iniciativa que tenía
el magistrado que quería, en casos particularmente graves, hacer concurrir al pueblo en la
imposición de la pena. Asimismo, cuando el magistrado daba su sentencia condenando a la
pena capital, el acusado apelaba al pueblo, que resolvía luego de 24 días.
Por su origen militar, los comicios centuriados se reunían fuera del pomerium. La convocatoria
debía efectuarse con una anticipación mínima de treinta días a la fecha de la votación, en un
principio, y luego veinticuatro días, que constituían tres intervalos de mercado. El edicto en
que se anunciaba la convocatoria de los comicios centuriados y la fecha de la reunión debía
indicar el objeto de la votación: las leyes propuestas, los candidatos a las magistraturas, el
nombre del acusado, la imputación y pena correspondiente. Los comicios centuriados solo
podían aprobar o rechazar las propuestas, lo que demuestra la subordinación del pueblo al
magistrado convocante, quien podía interrumpir la votación en cualquier momento, repetirla,
o no proclamar el resultado.