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La prevención de la delincuencia:

la importancia del diseño ambiental


Miguel Clemente Díaz*
Universidad Complutense

INTRODUCCION primero de ellos realiza una crítica a una


de las teorías expuestas previamente, en
El presente «dossier» trata de poner en concreto la visión del «espacio defendi-
evidencia la importancia del Diseño Am- ble» de Newman (se trata del artículo de
biental en la prevención de la delincuen- Booth, 1982); el segundo relaciona la
cia. Para poder ofrecer una visión adecua- perspectiva de diseño con la densidad
da del tema de la prevención dentro del ambiental (se trata del artículo de Gillis y
área citada, se ha visto necesario empezar Hagan, 1981), tema poco estudiado en el
abordando someramente los intentos de área de la delincuencia, pero de importan-
explicación del hecho delictivo, es decir, cia cada vez mayor.
las teorías explicativas de la delincuencia,
puesto que de no ser así, se puede incurrir
en el error de tratar la posible solución 1. EN BUSCA DE
del problema sin haberlo analizado pre- EXPLICACIONES DEL HECHO
viamente. Si bien el análisis teórico citado DELICTIVO: TEORIAS DE LA
era ineludible, no lo es menos el también DELINCUENCIA
somero análisis de las principales alterna-
tivas posibles a adoptar ante el problema Muchas han sido las explicaciones que
de la delincuencia, puesto que la delin- han utilizado los investigadores a la hora
cuencia no se ha tratado sólo de prevenir de explicar el hecho delictivo. Aquí, y
desde la perspectiva del Diseño Ambien- por razones puramente pedagógicas, divi-
tal. A continuación, se pasa a analizar con diremos estos intentos de explicación en
más detenimiento la visión del Diseño individualistas, interaccionistas, y societa-
Ambiental. les. Dentro de los primeros se situarían
Se completa el «dossier» con dos ar- las teorías psicológicas, entre los segun-
tículos de interés dentro del tema: el dos las psicosociológicas, y dentro del

* Dirección del autor: Guatemala,. 7, 4. 0 Dcha., Madrid-i 6; teléf.: 452 72 09, 715 62 ix (219).
También: Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid. Somosaguas (Madrid).

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tercer grupo se encuadrarían las teorías ma son inaceptables desde todo punto de
sociológicas. vista las circunstancias atenuantes: toda
persona es totalmente responsable de sus
. 1. Explicaciones individualistas actos, por lo que se reduce considerable-
mente la posible labor de la psicología
Desde una perspectiva psicológico-so- dentro del estudio de la delincuencia.
cial, el estudio de la delincuencia tiene su Pronto el clasicismo daría paso, irreme-
origen como tal en las teorías individua- diablemente, al neoclasicismo, que modi-
listas, siendo la primera figura a destacar ficaría la idea de extrema racionalidad de
la de Beccaria, que en 1764 escribe el Beccaria, poniendo de relieve que existen
libro De los delitos y de las penas (Beccaria,individuos que no son totalmente racio-
1764); la Escuela Clásica de Criminología, nales en sus decisiones, que serían los
creada por el citado autor, se origina en ancianos y los niños, y otros que no lo
la Filosofía del Iluminismo, y se basa en serían en absoluto, encuadrándose a los
el postulado fundamental de que los de- delincuentes en este último apartado. Así,
rechos del hombre tenían que ser prote- en este esquema sí cabrían las circunstan-
gidos de la corrupción y de los excesos cias atenuantes, si bien seguiría siendo
de las instituciones existentes en aquella imposible pensar en el sujeto delincuente
época (véase, por ejemplo, Taylor y col. como un ser racional.
1975, pág. 19 y sigs.). En realidad, las Al neoclasicismo le sustituiría el posi-
ideas que expone Beccaria en su tratado tivismo, que rompe ya de lleno con la
no son sino el reflejo de los pensadores idea de racionalidad, considerando la de-
del contrato social: Hobbes, Montesquieu, lincuencia como un fenómeno explicable
Rousseau; un contrato social que implica sin tener en cuenta a su autor, ya que éste
que cada persona es enteramente racional no tiene por qué ser consciente en abso-
y, por tanto, es capaz de comprometerse luto de sus acciones. Se abre aquí el
a respetar un conjunto de normas que camino del tratamiento de la delincuencia
traten de lograr la convivencia en una mediante procedimientos biológicos, bien
sociedad de seres caracterizados por su de orden médico, bien de orden psicoló-
egoísmo. gico.
Si la teoría clásica pone su énfasis en la ¿Cómo sería posible explicar este repen-
gran racionalidad, ¿cómo explicar la irra- tino giro desde una perspectiva más bien
cionalidad?: es decir, ¿por qué determina- social a otra más bien individual, e inclu-
das personas serían incapaces de respetar so microindividual? La misma pregunta
el contrato social? Ante este problema, se se hacen Taylor y col. (1975, pág. 5 5):
optó en aquella época por crear una
dicotomía social entre las «clases irracio- «Los primeros intentos por superar
nales» o «peligrosas», incapaces de respe- científicamente el problema del delito
tar dicho contrato y que solía componer- fueron sociales y no biológicos. La
transición entre clasicismo y positivis-
se por personas de la clase baja y trabaja- mo fue obra, en gran parte, de los
dora, y la «clase racional», coincidente "estadísticos morales", Quetelet y
con las personas integrantes de la clase Guerry.»
media y alta, y que en última instancia
fueron los que elaboraron dicho contrato Con Quetelet y con Guerry la observa-
social. Evidentemente, a esta teoría se le ción de ciertas regularidades en las esta-
había pasado por alto un pequeño fallo: dísticas criminales hizo que el tema de la
semejante esquema sólo sería factible de delincuencia se encauzara fundamental-
aplicarse en sociedades donde la distribu- mente dentro de una perspectiva social.
ción de la propiedad fuera equitativa Sin embargo, en 1876, Cesare Lombroso
(Lamnek, 1980), puesto que de no ser así publica L'uomo delinquente (Lombroso,
siempre se caerá en el error de pensar que 18 76), y quizá debido a la influencia del
quien menos tenga será el más irracional. Darwinismo, el análisis social deja paso al
Como se puede observar, en este esque- individüal, sosteniéndose que la naturale-

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za del criminal determina el carácter de lutivo, entre los que se pueden
las instituciones y de las tradiciones; la destacar los referentes al desarrollo
sociedad no tendrá nada que ver con el moral del delincuente (Kohlberg,
delincuente. Estas ideas, si bien de hace 1979).
doscientos años, aún en nuestros días se
encuentran retomadas por autores como 1.2. Explicaciones interaccionistas
Eysenck (1975, 1976), Hays (1981), etcé- Si bien el enfoque interactivo es menos
tera. conocido dentro del estudio de la delin-
Podríamos señalar, dentro del área de cuencia, existen intentos de explicación
trabajo «biológica», las siguientes orienta- del fenómeno delictivo que no son de
ciones: carácter individualista, sino que buscan
— Las teorías de las anomalías físicas: su unidad de análisis en la interacción del
ya hemos citado a Lombroso, con sujeto con entidades más amplias. La
su idea del atavismo criminal (Sie- primera teoría de este tipo fue la de
gel & Senna 1981, pág. 73): Go- Sutherland y Cressey (1924), autores per-
ring añade un punto más a las ideas tenecientes a la Escuela de Chicago, ela-
de Lombroso, apuntando un corre- boradores de nueve puntos principales
lato psicológico, la «inteligencia de- sobre lo que sería una visión psicosocial
fectuosa» del delincuente: Garófalo de la delincuencia, y que se ofrecen a
continúa la idea de los anteriores continuación:
con su afirmación de la «anomalía t. La conducta criminal es aprendida.
moral» del delincuente, etcétera. 2. Dicho aprendizaje se produce en
— Las teorías somatotípicas de interacción con otras personas, en
Kretschmer, Sheldon, los Glueck, un proceso de comunicación.
etcétera. 3. La parte principal del aprendizaje
— Las teorías de las anomalías cromo- ocurre dentro de grupos de carác-
sómicas, como el síndrome de Ja- ter más bien íntimo.
cobs (XYY), el de Klinefelter 4. El aprendizaje de la conducta cri-
(XXY), etc., representadas en nues- minal incluye técnicas de comisión
tro país por Martín (1979). del delito, así como la dirección
— La teoría de la Personalidad de específica de una serie de raciona-
Eysenck, y en concreto, las inves- lizaciones, actitudes, motivaciones,
tigaciones sobre psicoticismo y so- etcétera.
bre neuroticismo. . Dicha dirección específica se apren-
— La orientación Sociobiológica, y el de de varias definiciones, tanto
gran defensor de la misma dentro favorables como desfavorables, que
del campo de la delincuencia, J ef- son proporcionadas por los Códi-
fery (1977). gos Legales.
— Las teorías de la delincuencia feme- 6. Una persona optará por la opción
nina basadas en el 'síndrome pre- de realizar conductas delictivas si
menstrual, ampliamente atacadas las definiciones favorables a violar
por autores como Pollack (1978), la ley exceden a las desfavorables.
Campbell (1981), etcétera. 7. La asociación diferencial puede va-
Por último, es importante destacar des- riar en frecuencia, duración, prio-
de una perspectiva individual, pero que ridad o intensidad.
se acerca más a una perspectiva social, las 8. El proceso de aprendizaje de la
explicaciones microsociales de algunas conducta criminal por asociación
teorías y trabajos de índole psicológica, con patrones criminales y no crimi-
tales como: nales atañe a todos los procesos de
— Los trabajos de aprendizaje social a cualquier clase de aprendizaje.
través, sobre todo, del aprendizaje 9. Tanto la conducta delictiva como
vicario (Bandura, 1978, 1980). la no delictiva se explican por las
— Los trabajos sobre desarrollo evo- mismas necesidades y valores.

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Así, Sutherland considera que dentro tuando un símil entre el aflojamien-
del sistema social existen tanto modos de to del lazo y la violación de la ley.
comportamiento desviados como confor- La teoría de la contención, de Reck-
mistas, y que la proporción en que se less, con su simbología del «push
manifieste cada uno de ellos será diferen- & pull», explicando así las influen-
te, no existiendo grupos sociales puros: cias que sufre el individuo tanto
una persona se convertirá en delincuente externas como internas a él.
cuando las actividades consideradas como Las teorías de «etiquetado», consi-
de comportamiento delictivo superen deradas como de reacción social, y
cuantitativamente a las no delictivas; así, recogidas entre otros por Lauer y
y puesto que toda persona debe integrar, Handel (1977), donde la identidad
hasta cierto punto, los modelos diferen- del «desviado» (o etiqueta) se con-
ciales (de cara a obtener una identidad), vierte en un tipo específico de iden-
preferirá más un modelo que otro. tidad social. Lemert, Erickson, Bec-
A partir de Sutherland, se han desarro- ker, Kitsuse (1981), son algunos de
llado una serie de teorías de índole psico- los representantes de este enfoque.
social, y que son continuadoras de ella, Las teorías de la Neutralización
tales como: (Matza, 1981, a y b), que bajo una
La teoría del conflicto de la cultura perspectiva fenomenológica abor-
de la clase baja, elaborada por Mi- dan el problema desde tres puntos
Iler, y que centra la cuestión en el clave: la afinidad, la afiliación y la
«deseo» de determinadas personas significación.
de no pertenecer a la clase baja Por último, la Etnometodología,
(ver, por ejemplo, Siegel y Senna, que se podría considerar como una
1981). variedad del Interaccionismo Sim-
La teoría de la subcultura, cuyo bólico (Jiménez Burillo, 1981), y
autor es Cohen (1981), y que en- que plantea más una crítica a las
tiende el fenómeno delictivo como teorías de la delincuencia, que una
la formación de una subcultura, posible alternativa.
siendo esta última un sistema social
para el que rigen valores, normas, 1.3. Explicaciones societales
y símbolos propios, que suelen
coincidir parcialmente con los de la La visión macrosocial de la delincuen-
cultura superior y dominante, pero cia también ha sido estudiada por presti-
que también en parte se diferencian giosos autores, y por casi todos los gran-
de ella. des padres de la Sociología. Destaquemos
La teoría de la Oportunidad, de aquí tres grandes orientaciones:
Cloward y Ohlin (1960), que trata 1. Las sociologías estructuralistas y
de conjuntar los conceptos de «ano- estructural-funcionalistas, que dentro del
mia» (que se expone en las explica- mundo del delito se encontrarían repre-
ciones societales) y de Asociación sentadas por Durkheim y por Merton,
Diferencial. entre otros. Durkheim crea el concepto
Las teorías de la delincuencia de la de «anomia», con el que designa una
clase media, elaboradas por En- cualidad que en líneas generales se opon-
gland, llamadas teorías «hedonis- dría a la «solidaridad orgánica», utilizan-
tas», según las cuales el sujeto in- do por primera vez dicho concepto de
tenta obtener una satisfacción a «anomia» en «La división social del tra-
corto plazo, tales como experiencias bajo» (Durkheim, 1983). La principal ca-
sexuales rápidas, etc. racterística de la criminalidad residiría en
La teoría del control, de Hirschi su constitución como un hecho social y
(1969), tratando de explicar la de- normal, es decir, en su consideración
lincuencia a través del lazo que une como una regularidad social. Merton
al individuo con la sociedad y efec- (1938) desarrolló el concepto de Durk-

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Estudios
beim, distinguiendo dentro de la realidad Ahora, veamos qué alternativas existen al
social aquellos aspectos de estructura so- mismo. Tres han sido las principales: la
cial y los de estructura cultural. Para modificación de conducta, la Psicología
Merton, la sociedad americana habría he- Comunitaria y la Psicología Ambiental.
cho un hincapié excesivo en los objetivos Examinemos cada una de ellas.
a conseguir, descuidando la necesidad de
poner los medios adecuados para la con- 2.1. Modificación de conducta
secución de dichos objetivos, por lo que
los medios legítimos serían propensos a De todos es conocido el interés de
reemplazarse por otros más eficientes; muchos de los investigadores dedicados a
con esta idea Merton propone una tipo- la Modificación de Conducta por el tema
logía, basada en las diversas formas de de la delincuencia. Destacaríamos los si-
adaptación y que se compondría de cinco guietnes programas como los fundamen-
tipos: conformista, innovador, ritualista, tales en el estudio de ofrecer alternativas
retraído y rebelde; la persona más propen- y de controlar la delincuencia.
sa a la delincuencia sería el innovador. i. Programas de Economía de Fichas:
2. Las sociologías marxistas, que jun- son quizá los que más se acercan a una
to con la teoría del etiquetado, constitui- perspectiva psicosocial en cuanto que su-
rían las teorías de la reacción social. ponen toda una reorganización ambien-
Siegel y Senna (1981) pone de manifiesto tal. Hall (1979), Leycock (1979), Hall y
cómo el marxismo ortodoxo no trató el Bakes (19-73), Milan et. al. (1976) etcétera,
tema de la delincuencia, puesto que ésta han sido algunos de los autores que han
desaparecería dentro de una sociedad sin tratado el tema. Nietzel (1979, págs. 121-
clases. De hecho, los autores que han 138) destaca los siguientes programas de
seguido esta perspectiva han progresado economía de fichas en prisiones:
de acuerdo a la evolución que puede El proyecto Walter-Read.
haber seguido el marxismo en general: el El proyecto START (Special Treat-
período de crítica al derecho kantiano-li- ment and Rehabilitation Training
beral, el período feuerbachiano y la for- Program).
mulación y desarrollo del materialismo El proyecto CMP (Contingency
histórico. Management Program).
3. Las teorías económicas no-marxis- El proyecto Patuxent.
tas, desarrolladas a partir de la obra de El proyecto JCTC (Junction City
Becker (1968) «Crime and Punishment: Treatment Center).
An Economic Approach». Básicamente, En nuestro país destacaríamos el pro-
este tipo de teorías se basan (Rubin, grama implantado en el establecimiento
1980) en que los cambios de la conducta penitenciario de Carabanchel-Madrid por
sólo dependen del nivel de beneficios y Redondo (1983).
de costos de una tarea, pero no de un 2. Programas de habilidades sociales:
nivel subjetivo, sino de un nivel puramen- han experimentado un gran avance desde
te económico. Así, se dirige la atención hace unos cuantos arios. Entre otros au-
hacia los delitos de carácter puramente tores, destacaríamos a Spence (1979),
económico, donde lo fundamental para Spence y Spence (1980), Spence y Marzi-
evitar el delito es la sanción económica. llier (1981), etcétera.
3. Tratamientos cognitivos, tanto res-
pecto a lo referido a la modificación de
2. PREVENCION DE LA una variable concreta («locus of control»,
DELINCUENCIA: autoestima, autocontrol, etc.), como a
PRINCIPALES programas encaminados a logros más glo-
ALTERNATIVAS bales (inoculación de stress, etc.).
4. Implantación de sistemas de auto-
Hasta aquí hemos examinado cómo se bogierno, como el famoso «Achievement
ha tratado de explicar el hecho delictivo. Place» (Phillips, 198oa y b).

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5. Los programas familiares, tanto
aquellos que utilizan familias naturales
go, que ninguno de estos autores pensó
que la causa del delito fuera atribuible a
(Alexander y Parsons, 1980; Reidl, 1980; factores ambientales, ni que, por el con-
Mahoney, 1981), como aquellos que uti- trario, dichos factores ambientales actua-
lizan familias artificiales (Phillips, 1980). ran como resultado del delito.
Ellos atribuyen la causa a una tercera
2.2. Psicología comunitaria dimensión, ajena a ambos, como luego
examinaremos. Sí existe, sin embargo,
Otra alternativa para conseguir la pre- una relación directa (op. cit., pág. 315)
vención de la delincuencia ha venido entre las condiciones existentes en las
ofrecida por la Psicología de la Comuni- comunidades locales en las ciudades que
dad, con su carga ambiental y psicosocial. estudiaron, y las diferentes tasas de delin-
Desde el clásico programa elaborado por cuencia y de criminalidad. Así, comuni-
el doctor Cabot y que puede consultarse dades con altos niveles de criminalidad
en Zax y Specter (1979) bajo el nombre tienen características económicas y socia-
de «Programa Cambridge-Somerville», les que las diferencian de las otras ciuda-
hasta los programas llamados de «mostra- des. Ellos mismos nos dicen (op. cit.,
dor» de laboratorio, elaborados por página 315) que en algunas partes de la
Schwitzgebel (Sax y Specter, 1979); desde ciudad las actividades y sanciones que
las afirmaciones de que las instancias soportan la delincuencia son lo suficien-
legales generan delincuencia (con su alter- temente importantes y dinámicas ¿orno
nativa de la no-intervención radical de para ser las fuerzas controladoras en el
Schurr, 1973), hasta la posible alternativa desarrollo de la delincuencia. Precisamen-
de una intervención exclusivamente co- te esas áreas son de un nivel económico
munitaria, e incluso comunitaria-conduc- bajo, en las que la delincuencia se ha
tual (Nietzel, 1979). Casi todas estas alter- desarrollado según ellos en forma de
nativas proponen la creación de una serie tradición social, inseparable de la vida de
de centros sociales, entidades que sean la comunidad local.
intermediarias entre los grupos de perte- La visión que nos ofrecen Shaw y
nencia micro y macro del individuo (Ji- McKay apoya totalmente las teorías de la
ménez Burillo, 1984). subcultura, y ellos mismos lo expresan así
(op. cit., pág. 317).
2.3. Prevención del delito y diseño
«Dentro de la ciudad hay comunida-
ambiental des con un fuerte sistema de valores,
Este es precisamente el tema del que va donde está incluida la delincuencia, y
a tratar el presente «dossier». Por ello otras en las que no. Entre estos dos
creemos importante dedicarle todo un tipos existe una graduación».
capítulo aparte, en el que se analiza esta
Así, las variaciones en la tasa de delin-
forma de prevención primaria y mecánica
cuentes oficiales corresponden casi total-
de la delincuencia.
mente con variaciones en el status socioe-
conómico. Las comunidades con mayor
tasa de delincuencia son aquellas con una
3. PREVENCION DEL DELITO:
posición más desventajosa con relación a
EL DISEÑO AMBIENTAL
la distribución de los valores tanto eco-
3.1. La visión ecológica de la escuela nómicos como sociales y culturales.
Nos encontramos frente a un fenóme-
de Chicago no generado por la ciudad, por la gran
Quizá desde la clásica obra «Juvenile ciudad (según recientes informaciones, el
Delinquency and Urban Areas», de Shaw nivel de delincuencia urbana en nuestro
y McKay (1972), se empezó a visualizar país asciende al 8o% del total).
la importancia que tiene el ambiente físi- Es la gran ciudad, el mundo urbano y
co en la conducta. Es curioso, sin embar- las características que conlleva (mayor

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movilidad y libertad, exposición de los están desorganizados patológicamente a
niños de clase baja a un sistema de valo- causa de su parasitismo respecto del
res donde se recalca la igualdad, la justi- organismo social dominante y de su
cia, etc.) la que causa la delincuencia. aislamiento de su cultura integradora».
Leerse el libro de Shaw y McKay es
Como nos dicen estos mismos autores
quedarse sorprendido, porque si bien la
(Taylor, y cols., 1975, pág. 131), las tres
primera edición se realiza en 1942, ya
tradiciones principales en este tipo de
entonces la solución que dan los autores
estudios ecológicos son:
al problema es típicamente comunitaria,
t. Las críticas de orientación estruc-
una visión de la Psicología y la Sociolo-
tural de la sociología urbana implícita en
gía que no llegaría hasta muchos arios
la ecología social.
después. Ellos proponen:
2. Las teorías de influencia fenome-
nológica, sobre el espacio social y las
• El vecindario como unidad de ope- relaciones entre las limitaciones espaciales
raciones (op. cit., pág. 313).
al uso del tiempo libre, trabajo y expre-
• Planificación y dirección de los pro-
gramas por parte de los integrantes sión social y personal.
del vecindario (op. cit., pág. 323). 3. Teorías como la de la desorganiza-
ción social, asociación diferencial y de las
• Reclutamiento local de los trabaja-
dores sociales (op. cit., pág. 323). subculturas.
La aparición de la conducta desviada,
• Utilización y coordinación de los en este modelo, que equipara la sociedad
recursos de la comunidad (op. cit.,
pág. 324). con un sistema biológico, se produciría
cuando la competencia se hace tan dura
• Programas de actividad. que llega a alterar el equilibrio biótico
• Préstamo de créditos a los residen- (término fundamental en los geógrafos
tes locales. del delito), y esto a su vez es producto de
• Dejar de prestar tanta atención al la velocidad de la migración hacia zonas
delincuente como individuo aislado, delictivas, así como también del cambio
y ocuparse más de los ambientes en de la población dentro de ellas.
los que se da la delincuencia (op.
cit., pág. 326).
3.2. La visión ambiental de la
Si bien hemos querido empezar hablan- Sociobiología
do de Shaw y McKay, evidentemente
estos autores no son los únicos dentro de La Sociobiología ha puesto su énfasis
la escuela de Chicago que merecen nues- en el diseño ambiental, siendo éste uno
tra atención. Citar a Park y a Burgess (en de sus tres puntos clave. Los otros dos
Taylor, 1975, pág. 127) y a su interés por son el carácter en parte «innato» de la
la forma en que la ecología del mundo conducta, y la importancia del aprendiza-
material está en la base de la interacción je, para otra gran gama de conductas y
social, es básico. Taylor y cols. (1975, para el desarrollo de ellas hasta cierto
pág. 129) nos dicen a propósito de esta punto. Jeffery (1977), en su excelente
escuela: libro nos lo demuestra. A la vez este
autor nos indica cómo casi todas las
«Esta concepción del carácter orgáni- escuelas de Psicología han adoptado de
co de las zonas naturales permite a Park una manera o de otra un punto de vista
y a la escuela de Chicago trabajar como ambiental, que él trata de encasillar entre
si la zona natural fuese algo más que los ambientes ecológicos anteriores a la
una unidad geográfica o física. Pueden
llegar a considerar «el ambiente» como entrada, estimular al organismo, ese orga-
un todo, y, con un modelo fundamen- nismo y los ambientes ecológicos poste-
talmente orgánico de la sociedad sim- riores a la actuación del mismo (op. cit.
biótica sana como meta de trabajo, pág. 188).
puede sostener que ciertos ambientes Sus propuestas, ya dentro de la preven-

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ción del delito (op. cit. págs. 223 y ss.) se Psicología Ambiental: Oscar Newman
pueden centrar en: (1972). Newman es un arquitecto, y como
• Seguridad física en los hogares tal falla en dar una visión socio y psico-
(puertas, ventanas, etc.). lógica del problema. Sin embargo, es
• Seguridad física basada en un sofis- importante su labor, ya que nos ofrece
ticado nivel de construcción del es- datos interesantes (si bien mal tratados y
pacio urbano. con un rigor experimental pretendido,
• Planificación social o programas de pero no alcanzado) sobre nociones bási-
ayuda educacional a la víctima po- camente ambientales que, como nos de-
tencial. cían Jeffery y Shaw y McKay, son base
• Planificación psicosocial (labor de de la conducta interactiva humana. El
investigación en laboratorio, etc.). mismo trata de explicarnos qué significa
Así, si bien destaca claramente el papel «espacio defendible» (op. cit. pág. 3):
ambiental, no olvida por ello el papel
psicosocial, el incluir en el esquema a la «Espacio defendible es un término
víctima (la gran olvidada), etc. equivalente al grado de mecanismos
En un análisis que hace de lo que él (barreras reales o simbólicas, áreas de
llama «arquitectura pesada» (op. cit. pág. influencia definidas fuertemente y opor-
tunidades de vigilancia) que se combi-
222) concluye que si bien es difícil de nan para ofrecer un ambiente bajo con-
violar, es deshumanizante. Por otra parte, trol de los residentes. Espacio defendi-
los problemas que presenta de hacina- ble es un ambiente residencial de vida
miento, stress, de individualización, ali- que puede ser empleado por sus habi-
neación, etc., no la hacen viable. Sin tantes para el disfrute de su vida, con
embargo, ésta ha sido la utilización am- seguridad para sus familias, vecinos y
biental impuesta hasta ahora en el campo amigos.»
que estamos estudiando. Cárceles rodea-
das de enormes muros, etc. Por otra Newman tampoco es partidario de la
parte, según Sommer (en Jeffery, 1977, llamada «arquitectura pesada», sino que
pág. 23i) la «arquitectura pesada» no sólo nos dice que si bien en el estudio del
es deshumanizadora, sino que hace que el tema se ha dirigido toda la atención hacia
control social sea más difícil. esa prevención mecánica, se debe aplicar
Hoy en día la moderna psicología inte- un modelo que él llama de «prevención
ractiva de corte conductual reconoce asi- correctiva», que llega a alterar la estruc-
mismo la gran importancia del ambiente tura actitudinal y motivacional de la per-
y del organismo (Staats, 1979), si bien no sona (op. cit. pág. 4 y ss.).
concibe el carácter de tope del aprendiza- Establece cuatro elementos que, actuan-
je de la Sociobiología. Sin embargo, la do junto con el individuo y en conjunto,
Sociobiología ha supuesto una importan- contribuyen a la creación de ambientes
te opción al campo de la prevención de la seguros (op. cit. pág. 8):
delincuencia, una opción bien pensada s. La definición territorial del espacio
aunque olvidadiza de temas importantes, refleja las áreas de influencia de sus habi-
como la moderna modificación de con- tantes.
ducta, y asumiendo demasiado a la ligera z. La posición de las ventanas para
teorías biológicas y psicofisiológicas no que los vecinos vigilen el exterior y las
muy probadas, que le llevan a recomen- áreas públicas del interior de sus lugares
dar incluso operaciones quirúrgicas con de vida.
los delincuentes. 3. La adopción de formas de cons-
truir y de una especie de «idiomas am-
3.3. La noción de «espacio bientales» que terminen con el estigma de
defendible» que el otro perciba la vulnerabilidad v
aislamiento de los vecinos.
Esta noción se la debemos a otro 4. El incremento de seguridad al lo-
clásico del tema del delito dentro de la calizar los barrios residenciales en función

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Estudios 49
de áreas que no supongan actividades Al hablar de imagen y lugar (op. cit.
peligrosas. pág. ca), hemos de aclarar que se refiere
Divide el espacio defendible en las tres a la capacidad de diseño para influenciar
categorías de Osmond añadiendo una la percepción de la unicidad del proyecto,
más: espacios privados, semiprivados, se- aislamiento y estigmatización.
mipúblicos y públicos. Resumiendo la exposición que hemos
Un dato interesante (op. cit. pág. 24) hecho de la noción de «espacio defendi-
es que la cantidad de delitos cometidos en ble», de Newman, podemos señalar los
una zona es proporcional a la altura de las siguientes puntos:
casas. Hemos de añadir por nuestra parte 1. Utilización de una metodología po-
que, si bien se puede reducir la tasa de bre e inadecuada.
delincuencia en un área bajando la altura 2. Sus ideas han sido muy criticadas,
de los edificios, sólo se conseguirá un a pesar de que bajo ciertas condiciones se
menor grado de delictividad si la pobla- cumplen (homogeneidad de los sujetos
ción que ocupa el edificio es relativamen- que habiten en determinados bloques).
te homogénea. 3. Si bien utiliza constantemente tér-
Los cuatro aspectos tratados y básicos minos como «actitudes», «proceso social»,
par este autor, referidos al «espacio defen- etcétera, su teoría (si es que es tal) carece
dible», han sido: de una visión psicológica, sociológica o
1. Territorialidad. psicosociológica.
2. Vigilancia natural. 4. Podría ser importante integrar cier-
3. Imagen y lugar. tas ideas suyas (sobre todo referentes a
4. Zonas seguras. territorialidad) en ciertos modelos de la
En general, se trata de conseguir elimi- Psicología de la Comunidad.
nar el carácter esencialmente sociológico,
según la terminología de Osmond (1978), 3 .4. La geografía del delito
e incrementar el número de espacios se-
miprivados (según Sangrador, 1981, pá- Si bien el área que vamos a tratar ahora
gina 432). La idea de obtener un marco puede parecer más de geógrafos que de
donde se desarrolle la comunicación entre psicólogos y sociólogos, la verdad es que
los vecinos, se conozcan entre ellos, y así el tema ha entrado en estas últimas cien-
se pueda producir una especie de «vigi- cias, en forma de «mapas cognitivos»,
lancia natural» en la vecindad nos lleva de «formación de suburbios», etc. No pode-
nuevo a la necesidad de una Psicología mos, sin embargo, explicar esos temas sin
Comunitaria. exponer las bases (en general pertenecien-
A la hora de enfrentarse con el tema de tes al campo de la geografía y de la
la territorialidad (op. cit. pág. 63), New- arquitectura), de donde han surgido. La
man cita una serie de características que fuente principal ha sido la escuela de
poseen ventajosamente las barreras ima- Sociología de Chicago, y de nuevo el
ginarias frente a las reales, y que conviene libro de Shaw y Mckay (1972), sería un
recordar: buen ejemplo.
1. La capacidad del intruso para «leer» ¿Qué es la geografía del delito? Geor-
los símbolos de su futura intención. ges-Abeyie (1978, pág. 2) nos ofrece una
2. La evidente capacidad de los inqui- definición:
linos o de sus agentes del orden para
mantener controles que sigan definiendo «Es el estudio de la manifestación
espacial de los actos criminales. Es el
las barreras simbólicas. estudio de la organización social y cul-
3. La capacidad de cada sujeto indi- tural de la conducta criminal desde un
vidualmente para hacer que el intruso punto de vista espacial.»
defina sus intenciones.
4. La capacidad de los inquilinos o Quizá más cerca que de autores como
de sus agentes para reaccionar ante el Shaw y McKay, esta orientación se mue-
intruso. va de la mano de ciertas teorías como las

Estudios de Psicología 11.° 17-1984


yo Estudios
de Burguess sobre las zonas concéntricas de ellos, tratan de basarse en la metodo-
(Georges-Abeyie, 1978, pág. 3). logía (Georges-Abeyie, 1978, pág. 6). Así,
Lo que sí es verdad es que el delito, nos dicen que ellos utilizan las computa-
florece en zonas de transición, zonas de doras, análisis psicoespacial (mapas cog-
uso mixto del suelo, y de gran heteroge- nitivos), y las técnicas centrográficas, más
neidad económica. que las entrevistas, estudios de campo,
La metodología usada por los geógra- encuestas y otros instrumentos que utili-
fos se basa en la centrografía sobre todo; zan los estudiosos de las ciencias sociales.
son técnicas de «descubrimiento morfoló- Nosotros nos preguntamos si los psicó-
gico» de la distribución en la ciudad de logos y los sociólogos no utilizan las
ciertas características. Desarrollan mode- computadoras y los mapas.
los analíticos basados en la teoría de la El estudio de las características sociales
probabilidad, y si bien por el momento la puede llevarse a cabo bien a nivel «ma-
mayoría de ellos son descriptivos, preten- crosocial», «microsocial» o mixto (tanto
den pasar a la predicción causa-efecto. macro como micro). Algunas teorías, no-
Es curioso que al intentar distinguir la ciones y descubrimientos importantes des-
labor del psicólogo y del sociólogo de la de esta perspectiva son las siguientes:

a) Teoría de la morfología urbana:

• Hord Teoría axial o de la estrella (Georges-Abeyie, pág. ta)


• Hoyt Teoría del sector (Georges-Abeyie, pág. 13)
• Harris y Ullman Teoría del núcleo múltiple (Georges-Abeyie, pág. 13)

De ellas la del sector es la más dinámi- La teoría del Núcleo Múltiple de 1945
ca. Vamos a examinarlas con más deteni- divide la ciudad en sectores fijos, atribu-
miento. yendo a cada uno de ellos unas determi-
nadas funciones. Así se hablaría de deter-
Hord y su teoría axial: Hord observó
minada zona como la «comercial», de otra
en 1903 que las ciudades solían crecer en como la de «negocios», las de «suburbios»,
forma de estrella, es decir, suelen tener
etcétera.
un centro más o menos grueso y de él
parten una serie de brazos, que van adel-
gazándose a la vez que se van alejando b) Teorías de la morfología de los barrios
del centro. Estas líneas o brazos suelen bajos («slums») y de los «ghettos» (op.
coincidir generalmente con las grandes cit. pág. 15 y ss.)
carreteras y con las líneas de ferrocarril.
Generalmente, las zonas de delincuen-
Si bien explica la forma de determinadas
cia se piensa que son o ghettos o una
ciudades (como Madrid, por ejemplo) no
mezcla de ghettos y barrios bajos. Las
sería aplicable el modelo en zonas costeras.
características demográficas de los ghet-
Hoyt, en su teoría del sector de 1969 tos no son constantes ni en el tiempo ni
(que es la más dinámica), concibe la ciu- en el espacio, sino que están en constante
dad como un conjunto de círculos con- cambio, siendo sus contracciones y expan-
céntricos, que parten de un centro común. siones periódicas. Rose elaboró un esque-
Así, el dinamismo consiste en que los ma de la morfología del ghetto, donde el
sucesivos círculos concéntricos no tienen primer círculo concéntrico es el corazón,
por qué tener un diámetro determinado, el segundo el margen y el tercero la zona
sino que con el tiempo pueden variar, de transición. Sólo el corazón permanece
concentrándose o dilatándose. siempre constante (fig. 1).

Estudios de Psicología n. 17-1984


Estudios
Fig. i.—Representación del esquema de la morfología del «ghetto» de Rose.

corazón

margen

zona de
transición

Forman (1971) elaboró un esquema del intersección, que nosotros tomamos de


ghetto y del barrio bajo, así como de su Georges-Abeyie (1978).

Ghetto Barrio bajo


Area de grupos minoritarios Area de casas inadecuadas

Ghetto Ghetto-Barrio bajo Barrio bajo


Area de grupos mi- Miembros de grupos minorita- Area de casas inade-
noritarios rios con casas inadecuadas cuadas

3.5. Aspectos espaciales de la los transeúntes experimentan un menor


conducta criminal número de delitos, quizá debido a que
por ellas se podrían encontrar un me-
Hemos citado por ahora a grandes nor número de víctimas.
figuras dentro del mundo de la ecología
del delito. No podemos dejar en el olvido • Las áreas con mayor uso por parte de
tampoco a Angel, que en 1968 puso de los transeúntes experimentan un menor
manifiesto que la cantidad de tráfico de número de delitos, quizá debido a que
las calles se evalúa concomitantemente en ellas la vigilancia suele ser mayor.
con la cantidad de delitos (en Fowler, • Las áreas que tienen un uso medio por
1981, pág. 166). Así, Angel relata el parte de los transeúntes experimentan
número de delitos en función del ambien- una intensidad crítica (la más alta) de
te físico, del ambiente social, de la terri- delitos.
torialidad, de la accesibilidad y de la • Los robos suelen ocurrir a lo largo o
conducta de la víctima. Los testigos, la dentro de un bloque de arterias comer-
vigilancia y la existencia de la «conciencia ciales.
comunitaria» son medidas disuasorias an- • El aumento de robos es mayor a partir
te la comisión del delito. Angel hipoteti- de las seis de la tarde (en EE. UU.) y
zó tres hechos principales, y otros dos hasta las dos de la madrugada, en
posteriormente, que parecen estar pro- aquellas zonas poco iluminadas y don-
bados: de suele reunirse gente (en Jeffery,
• Las áreas con menos uso por parte de 1977, pág. 191).

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J2 Estudios
Otra gran figura dentro de este campo • Funcionamiento deficiente de la comu-
es Reppeto, que en 1974 nos expone una nidad como entidad social.
idea que sería una especie de deducción También siguiendo a Dunn (1980, pá-
de la teoría de la Emergencia (Fowler, gina 13 y ss.) podemos entresacar algunas
1981, pág. 167). La proximidad a concen- características espaciales del delito relacio-
traciones de delincuentes es el determi- nadas con variables demográficas y de
nante principal de los delitos entre veci- selección:
nos. De nuevo entra como factor princi- a) Asociación entre zona de residencia y
pal la cohesión que pueda existir entre los de ocurrencia:
miembros del vecindario. Según este au- • El lugar donde ocurre el delito suele
tor los ladrones seleccionan el lugar de ser con más frecuencia en el interior de
comisión del hecho en base al balance de la ciudad, en áreas centrales.
ganancias y al riesgo de detención. Des- • Suelen ser áreas con mejor nivel comer-
taca también el hecho de que las dificul- cial, y donde existen poblaciones adya-
tades en transporte hacen que muchas centes relativamente pobres.
veces no se robe muy lejos del propio • La calidad del lugar de residencia de-
domicilio. Por último, nos dice que el terminará en parte el número de delitos
robo es más frecuente en las viviendas que se cometen en los alrededores.
con un grado de ocupación, destacando • Diferente uso de determinadas áreas
así la importancia de la visibilidad y la supone un tipo de delito u otro. A la
vigilancia. La contribución mejor que vez, diferentes tipos de víctimas impli-
hizo Reppeto a nuestro juicio fue desta- can diferentes tipos de delitos.
car que la población delincuente no es b) Status socio-económicos:
muy móvil (Jeffery, 1977, pág. 229). • Lander (en Dunn, 1980) describe una
Queremos citar también a Jacobs, que asociación muy fuerte (que él trata en
ya en 1961 fue el primero en dar impor- términos de anomia) entre ocupantes
tancia al rol del diseño físico dentro de de casa (alquilados o invasores), pobla-
nuestro campo de la delincuencia (Fow- ción negra y delincuencia.
ler, 1981, pág. 166). c) Estabilidad familiar:
• Aquellas familias más estables presen-
En general, casi todos los autores de tan menor número de sujetos delincuen-
esta opción piensan que el problema del tes entre sus filas. Quizá este hecho sea
delito y el crimen no es conceptual, sino explicable porque hay una tendencia a
informacional (Dunn, 1980, pág. 6). Tam- preservar el orden establecido, a man-
bién se basan en la proposición de Shaw tener los valores tradicionales, y sobre
de que las áreas de residencia varían todo a que las familias más estables son
inversamente en proporción a la distancia aquellas en las que los habitantes de la
al centro de la ciudad; allí donde ocurre casa son, a la vez, los propietarios.
el delito se suelen manifestar una serie de d) Otras diferencias:
características que perduran en cierta me- • Parece ser que el sexo influye en la
dida a través del tiempo: si bien antes percepción del delito (Pyle, 1980, pági-
hemos manifestado una variabilidad tan- na 243), siendo las mujeres más exage-
to espacial como temporal, es posible, lin radas sobre la magnitud del hecho.
embargo un mínimo de estabilidad. Esta También crece el miedo al delito con
estabilidad facilita en cierta medida el la edad, y en las personas que van
estudio del tema y ha permitido identifi- ganando nivel socio-económico y
car características de las áreas de delin- aproximándose al nivel de la clase me-
cuencia, como son: (Dunn, pág. 7): dia.
• Gran deterioro físico. e) Proceso de decisión:
• Población decreciente. • Muchos autores (Rengert, 1980, pági-
• Pobreza. na 49; Nelson, 1980, pág. 91; Branting-
• Mayor porcentaje de extranjeros y ne- ham y cols., 1980, pág. 1o5; Philips,
gros (en EE. UU.) 1980, pág. 178) tratan de combinar

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Estudios i3
variables ecológicas con otras, sobre menor medida. Glaser, 1978; Sykes, 1978;
todo motivacionales y de oportunidad Ellenberger, 1971; Sangrador, 1981, y
a delinquir. Rengert incluso trata de otros muchos han tratado el tema.
dividir previamente los delitos según Ellenberger nos cita, sobre todo, cómo
sus características. Así, parece claro influye la institución penitenciaria en el
que mientras hay delitos muy influidos individuo, pero no tanto debido a su
por variables ambientales y ecológicas carácter ambiental, sino por su carácter
(como puede ser el robo), hay otros restrictivo, que origina tres categorías de
que no están tan influidos (como pue- reacciones conductuales (op. cit. pág. 189):
de ser el asesinato). Lo cierto es que a) Separación del individuo de su
hay una corriente creciente (que se ambiente.
acerca en parte a las bases filosóficas b) Problemas de adaptación en su
subyacentes a las teorías económicas nueva vida.
del delito) que tratan de comprender la c) Elicitación de nuevas conductas
conducta criminal como un acto de para manejarse dentro de la institución.
decisión racional, pensado y planeado, Sangrador (1981,pág. 443) pone en
y por tanto desarrollado en el lugar evidencia el hecho de que en muchas
más adecuado y que permita mejores ocasiones el estudio de la institución pe-
posibilidades de éxito y de fuga. nal ha sido similar al estudio de la insti-
tución hospitalaria (lo que nos recuerda
3.6. Mapas cognitivos y conducta cómo la Psicología Comunitaria nace y
criminal está influida por los programas de salud
mental), hecho justificable quizá por la
El delincuente, al igual que toda per- razón de que ambas instituciones tienen
sona que quiera realizar una acción debe una finalidad rehabilitadora. Este autor
pensar en la forma física y el camino a pone también de relieve que quizá el
recorrer para la consecución de su objeti- tamaño de la celda no sea una variable
vo. Algunos autores se han dedicado al relevante.
estudio de estos mapas en los delincuentes. Tomando de Osmond la idea de que la
Según Nichols (1980, pág. 156): función determina la estructura (Sangra-
dor, 1981, pág. 443), Ellenberger (1971,
«Después de que el delincuente deci-
de cometer un delito hay una evalua- pág. 190) nos dice que cada institución
ción de los posibles lugares en los que tiene su principio básico, que influye en
se puede realizar: esos son las mapas la forma física que tome su construcción.
mentales. Esos mapas proveen los lími- Así:
tes externos del espacio de acción poten-
cial.» Monasterio: Sublimación colectiva.
Hospital: Tratamiento de los pacientes.
Smith y cols. (1980, pág. 205) nos Residencias: Cuidado de niños y de
diferencian el mapa cognitivo del mapea- gente mayor.
do cognitivo: Campos de concentración: Segregación
de enemigos potenciales.
«Un mapa cognitivo es una descrip- Prisiones: Castigo de los criminales y
ción mental de un ambiente y un ma- delincuentes.
peado cognitivo es el proceso por el Campo de exterminio: Infringir sufri-
que son generados los mapas.» miento y muerte a los enemigos.

3.7. Diseño Ambiental: Las cárceles


Este autor (Ellenberger, 1971, página
197) cita también algunas de las anoma-
La cárcel supone una forma de impo- lías patológicas que puede producir la
sición al recluso de una serie de estructu- prisión (delirio del «buen prisionero»,
ras ambientales, tal que si es cierto lo que síndrome de Raecke, de Gauser, etcétera).
opinan muchos de los autores reciente- Stark (1975, pág. 192), en su libro de
mente citados, debe influirle en mayor o «Problemas sociales», nos dice que las

Estudios de Psicología n.° 17-1984


4 Estudios
prisiones han fallado en la labor rehabili- racional y pensada rigurosamente. No
tadora que les correspondía y nos ofrecen creemos que toda la conducta criminal
dos planos de prisioneros, una de ellas posea tales características.
pensada para el aislamiento y la incomu- z. No critica en ningún momento el
nicación del preso y otra para romper sistema. Siempre se mantiene en una línea
esos largos corredores deshumanizantes, que desvía la atención de la posibilidad
etcétera. de que las propias instituciones estatales
legales generen delincuencia, llevando el
3.8. Un modelo integrativo: Canter problema al propio sujeto que sufre las
y Hill consecuencias.
3. Casi todos los modelos incluyen a
Canter y Hill (1980) propusieron un la víctima en su esquema, aunque sin
modelo en el que la motivación para especificar las características de ésta ni
elegir el delito como forma de vida se una diferenciación del tipo de delitos en
explica por una combinación de factores función de las víctimas.
ambientales, sociológicos, biológicos y 4. Ninguno de los modelos y teorías
psicológicos. Así se sostiene que el delin- está probado, presentan generalmente
cuente interactúa con y recibe estímulos unos fallos metodológicos muy graves
del ambiente en términos de «seriales» (es aquellos que lo intentan.
decir, hasta aquí no hay ningún elemento 5. Suele producirse una opción hacia
que lo diferencie del no delincuente), que modelos «informativos» más que «concep-
influencian de manera probabilíStica la tuales».
localización última de los delitos. El de- 6. Esta opción conlleva en cierta me-
lincuente tiene la noción de Gestalt del dida un rechazo de la teoría subyacente a
área como un todo; las áreas de mayor la intervención, centrándose todo el pro-
oportunidad de delinquir dependerán de ceso en encontrar técnicas metodológicas
la información que tenga de ellas el suje- y estadísticas, y recoger datos.
to, así como de su experiencia anterior 7. Todas son explicaciones de la de-
(op. cit. pág. 194). lincuencia urbana. Si bien en nuestro país
El modelo asume que el conocimiento la delincuencia urbana asciende al 8o por
de las oportunidades espaciales disminu- oo, no debemos olvidar que un zo por
ye en función de la distancia. Así se oo (cifra bastante respetable), correspon-
podría hablar de «campo de información». de a la delincuencia rural. Quizá deberían
Antes de exponer el modelo aclaremos estudiarse los factores ambientales y eco-
que ni está probado ni hay evidencias que lógicos del delito rural.
lo apoyen por el momento; es decir, se 8. Si bien es un área de gran interés
sitúa en la línea de los trabajos anteriores. y de gran futuro, sus programas deben
El modelo se encuentra en Canter y compaginarse con los procedentes de la
Hill (1980, pág. 194) y tiene la ventaja de Psicología Comunitaria, y con técnicas
que sólo en un momento determinado se conductuales de intervención en la comu-
separan los caminos del delincuente y del nidad.
no delincuente, cuando se produce la 9. Por el momento no está totalmen-
elección de un camino o de otro. Incluso te delimitado dónde acaban y dónde em-
a pesar de que en un momento se produ- piezan las labores del geógrafo, arquitec-
ce esa escisión de caminos, hay cierto to, psicólogo, sociólogo, y criminólogo
paralelismo en todo momento entre las dentro de este área.
actividades de uno y de otro. o. Sólo un modelo que contemple
variables ambientales y ecológicas entre
otras, podrá dar solución al problema de
3.9. Críticas a la perspectiva
la delincuencia. Quizá la intervención
ecológica y ambiental
ambiental sea diferente según el tipo de
1. En muchas ocasiones se supone delito, pero siempre estará presente.
que la conducta criminal es totalmente El tema no se reduce sólo a va-

Estudios de Psicología n.. 17-194


Estudios if
riables ecológicas en el mundo del delito, referentes a la segregación étnica y sus
Otras áreas de estudio deben ser integra- relaciones con nuestro tema de estudio
das en un posible esquema, entre ellas las (Jackson y Smith, 1981).

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Resumen
Se analiza la importancia de la prevención mecánica ambiental de la delincuencia, para lo
cual se ofrece una visión teórica previa tanto de las explicaciones del hecho delictivo como de sus
posibles soluciones. A continuación, se plantea la prevención mediante el Diseño Ambiental,
destacándose como puntos principales la visión Sociobiológica, los aspectos espaciales de la conducta
desviada, la noción de «espacio defendible», la geografía del delito, los mapas cognitivos y la
conducta criminal, el diseño ambiental de las cárceles, y un posible modelo integrativo.

Estudios de Psicología n.° 17-5984

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