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La capacidad antioxidante celular está dada por mecanismos a través de los cuales la
célula anula la reactividad y/o inhibe la generación de radicales libres. Estos
mecanismos son adecuados a la muy corta vida media de los radicales libres y
comprenden moléculas pequeñas, endógenas y exógenas con capacidad antioxidante.
Los antioxidantes exógenos provienen de la dieta, y dentro de este grupo se incluyen la
vitamina E, la vitamina C y los carotenoides. La vitamina C constituye el antioxidante
hidrosoluble más abundante en la sangre, mientras que la vitamina E es el antioxidante
lipofílico mayoritario. El selenio, el más tóxico de los minerales incluidos en nuestra
dieta, actúa junto con la vitamina E como antioxidante. La vitamina E se encuentra
presente en aceites vegetales, aceites de semilla, germen de trigo, maní, carnes, pollo,
pescados y algunas verduras y frutas, en tanto la vitamina C se puede encontrar en
frutas y verduras. Los carotenoides son compuestos coloreados tales como los
betacarotenos, presentes en verduras y frutas amarillas y anaranjadas, y en verduras
verdes oscuras, los alfa carotenos en la zanahoria, los licopenos en el tomate, las
luteínas y xantinas en verduras de hojas verdes como el brócoli, y las beta criptoxantinas
en frutas cítricas.
1. Desarrollo en la industria alimentaria
Los antioxidantes desempeñan un papel fundamental garantizando que los alimentos
mantengan su sabor y su color, y puedan consumirse durante más tiempo. Su uso
resulta especialmente útil para evitar la oxidación de las grasas y los productos que las
contienen.
Cuando los antioxidantes se añaden a la grasa o aceite, se retrasa el comienzo de las
últimas etapas de la auto oxidación, cuando la ranciedad genera el desarrollo de olor y
sabores desagradables se hace evidente.
Otra función relevante es que ciertas vitaminas se destruyen con facilidad debido a la
exposición al aire, y los antioxidantes sirven para protegerlos. Asimismo, contribuyen a
retrasar la decoloración de las frutas y verduras.
COMPUESTOS FENÓLICOS:
Ejercen una potente acción necesaria para el funcionamiento de las células vegetales.
Los fenoles son muy susceptibles a la oxidación, por lo tanto, tienen un carácter
marcadamente antioxidante, ya que experimentarán la oxidación antes que otras
especies susceptibles de ser oxidadas y en consecuencia las protegerán frente a esos
ataques oxidantes (p.ej., luz, radicales libres, químicas, etc.). Por otra parte, las
estructuras fenólicas complejas tienen la capacidad de recuperar su estado reducido
mediante un equilibrio redox muy favorecido por las interacciones de otros grupos
funcionales de sus estructuras químicas con distintos metabolitos presentes en el medio.
Con lo cual una vez oxidadas van a recuperar su hidroxilo recuperando su capacidad
antioxidante, evitando nuevamente la oxidación de otros elementos de interés del medio
2. Legislación:
Aunque las vitaminas C y E tienen propiedades beneficiosas para nuestro organismo, se imponen
límites oficiales para su utilización con fines antioxidantes en los productos alimentarios. Como
cualquier aditivo alimentario, los antioxidantes están sujetos a una estricta legislación en los
países, a través de sus agencias regulatorias. Estos deben aparecer mencionados en el envase y
clasificados por categorías (antioxidantes, conservantes, colorante, etc)
Bibliografia: