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LA METÁFORA EN EL ALEMÁN ECONÓMICO-EMPRESARIAL: FUNDAMENTOS

COGNITIVOS Y TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL

Alfonso Corbacho Sánchez


Universidad de Extremadura

…La gente no sabe nada de las metáforas. Es una palabra que se vende bien, porque tiene buena
presencia. «Metáfora»: cualquier analfabeto puede darse cuenta de que viene del griego. Algo
alocadas, esas etimologías de pacotilla; pura pacotilla, la verdad: cuando uno conoce la
espantosa polisemia de la preposición meta y las neutralidades factótum del verbo phero,
deberíamos, si actuamos de buena fe, concluir que la palabra «metáfora» significa cualquier
cosa...
Amélie Nothomb, Higiene del asesino.

1. Introducción
Como se sabe, el concepto de metáfora, sobre todo a partir del modelo cognitivo
elaborado por Lakoff y Johnson (1980), ha rebasado los estrechos límites que correspondían
al tropo tradicional para irrumpir tanto en el lenguaje común u ordinario como en las demás
variedades especializadas de la lengua. Desde esta perspectiva, por la que ya no se considera a
la metáfora como mera figura retórica sino como un mecanismo cognitivo que impregna el
pensamiento y la lengua, su estudio puede ayudarnos no sólo a entender la propia naturaleza
de ésta, sino incluso los procesos complejos que operan en el trasvase que se da en la
traducción. Y el lenguaje específico de la economía, al igual que el de otras disciplinas o
profesiones, no se sustrae a estas posibilidades que abre la semántica cognitiva. En efecto, una
mayor comprensión de esos esquemas abstractos o metáforas conceptuales en torno a los que
se agrupan las expresiones metafóricas de mayor recurrencia en los textos específicos de la
actividad económico-financiera, al facilitar la comprensión de fenómenos a menudo
complejos, no sólo posibilita la inteligibilidad de la conceptualización sino también la
adquisición de esa terminología especializada y su traducción a otra lengua.
En esta misma línea, si partimos del hecho de que la expresión metafórica no es sino la
concreción lingüística de ese esquema abstracto y general denominado metáfora conceptual,
resultará mucho más fácil analizar y valorar el léxico metafórico concreto, y en ocasiones
complejo, con que tan a menudo se topa el traductor. Pues al conocer mejor ese mecanismo
cognitivo que hace que desde un dominio origen se proyecten conceptos a un dominio meta,
que es el que se concibe de forma metafórica, resultará mucho más fácil captar el sentido
auténtico, por no hablar de la función, de esas metáforas así como su cohesión y coherencia
en el texto en que aparecen. De este modo, el traductor podrá profundizar hasta niveles hasta
hoy insospechados en la naturaleza del conjunto metafórico sobre el que se articula el texto de
partida, lo que le será de gran utilidad a la hora de trasladarlo a la otra lengua. En ese sentido,
cualquier reflexión sobre las coincidencias o divergencias entre el tesoro metafórico de dos
lenguas no puede sino redundar en beneficio de la calidad de la traducción.
En las páginas que siguen, se parte de un reducido corpus de expresiones metafóricas
del alemán económico-empresarial y de sus formas españolas equivalentes1. Las muestras
proceden fundamentalmente de varias revistas de divulgación del mundo de las finanzas y la
empresa. Como se verá a continuación, las metáforas conceptuales aquí expuestas –a pesar de
que no se ha considerado la frecuencia de las expresiones metafóricas- son bastante
representativas de las que se suelen utilizar en general en las disciplinas y actividades
frecuentemente asociadas con el área de la economía. Esto es al menos lo que se colige del
hecho de que aún siendo necesariamente reducida la muestra, las expresiones metafóricas
seleccionadas son realizaciones o concreciones de las metáforas conceptuales más productivas
de esta ciencia, a saber, LOS FENÓMENOS ECONÓMICOS SON FENÓMENOS
METEOROLÓGICOS, LA ECONOMÍA ES LA NATURALEZA, LA ECONOMÍA ES UN
FLUÍDO/AGUA, LA ECONOMÍA ES UN MEDIO DE TRANSPORTE, LA ECONOMÍA
ES UN COMBATE, LA ECONOMÍA ES UNA PERSONA/UN PACIENTE y LA
ECONOMÍA ES LA SALUD2.

2. Metáfora y bases cognitivas


En una bien conocida serie de estudios, el lingüista norteamericano George Lakoff y el
filósofo Mark Johnson (1980) revolucionaron este campo de investigación, basándose en
trabajos precedentes como los de Black (1962) y Reddy (1979), al ser los primeros en revelar
de manera sistemática los procesos de metaforización 3 que subyacen al lenguaje cotidiano. En
las investigaciones (Lakoff y Johnson, 1980; Lakoff, 1987, 1993) llevadas a cabo defienden el
principio de que nuestro sistema conceptual es esencialmente de carácter metafórico,
vulnerando los postulados de la tradición retórica de la metáfora como recurso literario y
ornamental. De esta manera, aspectos abstractos como las ideas o las emociones se
conceptualizan a través de aquello que experimentamos en la realidad -en la vida cotidiana-.
Además, todo ello implica que las ideas sobre la ciencia y otros campos de especialización se
apoyen con frecuencia en algunas nociones corporales del ser humano 4. A grandes rasgos se
resume en que la metáfora se convierte en la piedra angular para pasar de una estructura
corporal al dominio conceptual. Tanto es así, que al hablar estamos aplicando los esquemas
corporeizados a los conceptos abstractos.
Como se ha avanzado unas líneas más arriba, la metáfora se considera
fundamentalmente un mecanismo cognitivo básico (Lakoff y Johnson, 1980; Lakoff 1993)
que ocupa un lugar primordial en nuestro sistema habitual de pensamiento y lenguaje, es
decir, la metáfora es un mecanismo cognitivo que de un "dominio origen" proyecta conceptos
a un "dominio meta" que es el que se concibe de forma metafórica (Cuenca y Hilferty, 1999:
98 y sigs.). Por medio de las metáforas cognitivas nuestra mente relaciona conceptos nuevos y
generalmente más complejos con otros conceptos ya adquiridos (Cuenca y Hilferty 1999: 98).
Se trata de metáforas que están convencionalizadas en nuestro pensamiento y, por lo general,
suelen ser inconscientes. En otras palabras, responden a un modelo de pensamiento que asocia
sistemáticamente los conceptos en nuestra mente -entender y experimentar un tipo de cosa en
términos de otra (Lakoff y Johnson, 1980)-. Nos hallamos, ante todo, frente a procesos
mentales dirigidos a estructurar conceptualmente aspectos de la realidad y de la experiencia
cotidiana. De este modo, la metáfora consigue trasladar lo abstracto a lo concreto, facilitando,
por consiguiente, la comprensión de los conceptos.
El universo de la economía, especialmente el terreno bursátil, constituye una fuente
copiosa de metáforas, convirtiéndose éstas en una de las características esenciales que
conforman todo tipo de textos de naturaleza económica. Destaca, en este sentido, la variedad
de los campos conceptuales en los que se apoyan los usos metafóricos que emanan de
diferentes situaciones económicas. Asimismo, cabe señalar que el mecanismo cognitivo
basado en la metáfora es de naturaleza interlingüística, ya que con relativa frecuencia —como
tendremos ocasión de comprobar— nos encontraremos con metáforas conceptuales idénticas
y expresiones metafóricas5 muy semejantes desarrolladas tanto en alemán como en español,
sin que hayan mantenido ningún tipo de contacto sociolingüístico.
Por otra parte, tampoco se nos escapa el vínculo tan estrecho que une la metáfora con la
fraseología (Burger, 2003: 82 y sigs.), pues, como es sabido, “el fenómeno de la idiomaticidad
encaja con bastante naturalidad en el esquema cognitivista” (Cuenca y Hilferty, 1999: 115-
116). Tomando el mundo de la economía, por lo que aquí nos compete, como referente, ya se
ha mencionado que éste se presta a una gran cantidad de extensiones metafóricas con las que
se expresan muchas ideas y sentimientos. Y resulta obvio decir que todo ello se realiza en
multitud de ocasiones a través de expresiones -unas más simples, otras más complejas-, es
decir, en forma de fraseologismos6. El lingüista Dobrovol'skiï (1998: 57) pone de relieve el
componente metafórico de los fraseologismos al indicar que en buena parte de ellos se pueden
distinguir dos aspectos: "actual meaning and image component", no pasando por alto que ni
todos los fraseologismos contienen matices metafóricos ni todas las metafóras presentan
rasgos idiomáticos (Burger, 2003: 82).
Hechas estas puntualizaciones, nos encaminamos hacia la vertiente más práctica de
nuestro trabajo y con ello nos referimos a la exposición de las muestras y su traducción.

3. Metáfora conceptual y traducción al español


Si el carácter de la metáfora puede ser tan universal como culturalmente específico
(Kövecses, 2002), también en el ámbito de la traducción se debe intentar comprender el
funcionamiento de la metáfora dentro de una cultura determinada y justo en esta tesitura es
donde la perspectiva cognitiva (Lakoff y Johnson, 1980) cobra envergadura. Como se acaba
de indicar supra, la mayor parte de nuestro sistema conceptual es metafórico y en materia de
traducción esto implica que la relación se produce en mayor grado entre sistemas
conceptuales y no entre lenguas. Por tanto, si en dos culturas distintas coinciden tanto el
dominio origen como el dominio meta, cada esquema metafórico contará con más
posibilidades de encontrar las equivalencias o correspondencias entre las expresiones
metafóricas de dos idiomas.
Antes de dar paso a las muestras de nuestro trabajo, nos detendremos brevemente en el
comprometido asunto que gira en torno a la traducibilidad o intraducibilidad de la metáfora.
Con respecto a dicha polémica, Reiss (1971: 44) rechaza la imposibilidad de traducir la
metáfora7 y apuesta por el método de traducción “palabra por palabra”. Según la teórica
alemana, la metáfora es traducible y el problema que plantea su trasvase a otra lengua no va
más allá de la dificultad que pueda crear cualquier otro fenómeno que pueda tener lugar en el
marco de la traducción. En este sentido, cabe mencionar que un número abundante de
producciones metafóricas aplicadas a la actividad económica-empresarial coinciden en
alemán y español, a pesar de que ambas lenguas no están genética y culturalmente
emparentadas como tampoco disponen de arquitecturas léxicas y gramaticales análogas. Sin
embargo, nos hallamos más cerca de la lúcida propuesta de Snell-Hornby (1988) que llega a
la conclusión de que la posibilidad de traducir una metáfora depende de su estructura y de su
función en un determinado texto.
A continuación mostraremos algunas metáforas obtenidas a partir de nuestra selección
de textos. En líneas generales, podemos sostener que se trata de metáforas pertenecientes a
contextos económicos que, por un lado, sí registran términos metafóricos en estricta conexión
con la ciencia económica pero, por otro, no disponen de registros lingüísticos explícitos del
ámbito económico. Insistimos de nuevo en que son los textos sobre información bursátil los
que suelen incluir el mayor número de muestras.
Esbozado el marco, trataremos de enumerar, sin más dilaciones, en las siguientes líneas
algunas metáforas conceptuales representativas del sector de la economía y extraer de esa
proyección de conceptos algunas expresiones metafóricas que proceden de nuestro material.


LOS FENÓMENOS ECONÓMICOS SON FENÓMENOS METEOROLÓGICOS

(1) Die Prognosen sehen Europas Währung im Aufwind. (Börse online: 58-59)

El ejemplo im Aufwind (“corriente/viento ascendente”, aquí: “al alza” o “viento en


popa”) es una de las cuantiosas expresiones metafóricas que genera la metáfora conceptual
indicada e identifica los acontecimientos económicos con fenómenos meteorológicos.
Por añadidura, la muestra recogida también podría aludir a uno de los conceptos básicos
de uso cotidiano en el que la cantidad se entiende en términos de verticalidad (Lakoff y
Johnson, 1980: 15-16; Cuenca y Hilferty, 1999: 98-99, 1993: 38-39; Baldauf, 1997: 22, 154 y
sigs.) bajo la nomenclatura descriptiva del tipo MÁS ES ARRIBA o MENOS ES ABAJO. En
efecto, el concepto de cantidad, que se considera el dominio meta, puede entenderse por
medio del esquema MÁS ES ARRIBA (Lakoff, 1987: 276; Jäkel, 1997: 227 y sigs.) y cuenta
con infinidad de concreciones en nuestra selección de textos. Sirvan como ejemplo los verbos
wachsen (“crecer”) y steigen (“subir”) que figuran prácticamente en todos los sectores del
lenguaje económico:

(2) Firmen, die schnell wachsen verdienen eine Bewertungsprämie (Der Aktionär: 88-
89)
(3) ...steigt der innere Wert des Put auf zehn (Euro am Sonntag: 32)

Igualmente sucede con el esquema MENOS ES ABAJO que se proyecta en las


muestras siguientes:

(4) ... wenn der Wert des Basisobjektes sinkt (Euro am Sonntag: 32)
(5) ... nachdem bereits im vergangenen Jahr der Gewinn dramatisch geschrumpft war
(Handelsblatt: 30)
(6) Fällt der Kurs des Basisobjekts auf 90... (Euro am Sonntag: 32).

En efecto, como se puede observar, los verbos sinken (“bajar, hundirse”), schrumpfen
(“disminuir, reducir”) y fallen (“caer”)8 componen una verdadera mina a la hora de
caracterizar situaciones económicas.
Concluyendo el presente modelo, consignamos un segundo ejemplo en el que la
economía está sujeta a las leyes meteorológicas con la expresión das trübe Klima (“mal
tiempo”) para aludir a circunstancias negativas en los mercados financieros.

(7) Das weiterhin trübe Klima an den Finanzmärkten... (Handelsblatt: 15)


LA ECONOMÍA ES LA NATURALEZA

(8) Die Kostenlawine kommt erst noch. (Finanz€n: 93-95)

En el término compuesto Kostenlawine se traslada el dominio físico (un fenómeno de la


naturaleza) al dominio de las ideas (una cuestión puntual perteneciente a un contexto
económico). Así, se asocia un “alud” o una “avalancha” con una cantidad desmesurada de
gastos9.

(9) Der Euro ist ein zartes Pflänzchen, das noch lange braucht, bis es sich mit dem
Dollar messen kann. (Börse online: 58-59)

Otra expresión metafórica relativa a la naturaleza es zartes Pflänzchen10 en alemán (nos


inclinamos a traducirlo simplemente por "muy verde”, es decir, “el euro aún está muy verde”)
que aquí se aplica a la debilidad de la moneda europea en oposición a la unidad monetaria
estadounidense.

(10) Nur ein Siebtel eines Eisbergs schaut aus dem Wasser. Bei Fondsgebühren ist die
Quote der sichtbaren Kosten zwar höher, ... (Wirtschaftswoche: 188)

La metáfora divulgada por el psicoanalista Sigmund Freud, que identifica la relación


entre lo inconsciente y lo consciente con la parte tan reducida (ein Siebtel=1/7) de hielo que
asoma y que se percibe de un iceberg, se traslada, en esta ocasión, al contexto de los gastos
que arrastran los impuestos de los fondos.


LA ECONOMÍA ES UN FLUIDO/AGUA

(11) Ebbe in den Rentenkassen. (Die Telebörse: 71)

Esta metáfora conceptual es, sin lugar a dudas, una de las más importantes en el
lenguaje de la economía (Liebert, 1992: 193; Baldauf 1997: 201; Jäkel, 1997: 208 y sigs.),
impregnando varias parcelas del ámbito económico y proporcionando una amplia serie de
expresiones metafóricas. Con el término Ebbe (“marea baja”) el autor identifica la citada
marea con la carencia de los fondos –en un tono más coloquial “estar sin blanca”– que están
destinados a cubrir el pago de las pensiones.

(12) Bei den zehn führenden Automobilherstellern erhöhte sich die Finanzverschuldung
seit Ende 1999 und rund 100 Mrd. $, während das Geschäft nahezu stagnierte...
(Handelsblatt: 15)

En el esquema conceptual indicado también se enmarca el verbo stagnieren


("estancar"), referido, en general, a la idea de “agua estancada” y aplicado, por extensión, a la
parcela de las transacciones comerciales.

(13) Mit dem DCF-Modell, [...], flie t in die Unternehmensbewertung die komplette
Zukunft mit ein, ... (DMEuro: 88-89)

Sobre idéntica proyección metafórica se forman enunciados con el verbo flieen


("fluir") y sobre todo en aquellas expresiones que recogen el flujo del dinero (Burger, 2003:
86).


LA ECONOMÍA ES UN MEDIO DE TRANSPORTE

(14) Darum bremsen sie ihre Investitionen. (Handelsblatt: 15)


(15) Nach dem Überschwang der 90er Jahre müssen viele Industrieunternehmen den
Gürtel enger anschnallen. (Handelsblatt: 15)
(16) Anleihen ohne Koupon -ein Anlagevehikel ohne Sinn ... (Der Aktionär: 67)
(17) Die Reparatur der Bilanzen zwingt zur Bescheidenheit bei Investitionen und
Zukäufen. (Handelsblatt: 15)

Otro foco se centra en la influencia que ejerce el parque automovilístico sobre el


lenguaje de los economistas (Möhn, 1981: 204). Todo aquello que rodea el mundo del
automóvil y los vehículos en general (Baldauf; 1997: 208 y sigs.) está muy presente tanto en
metáforas del ámbito económico como en lenguas y culturas distintas. Así, verbos como
bremsen (“frenar”), expresiones como den Gürtel enger anschnallen (“apretarse el cinturón”
en el sentido de reducir los gastos) y sustantivos como Anlagevehikel (“medio o vehículo de
inversión”) o Reparatur (“reparación”) se manifiestan en ambas lenguas, trasladando el
mundo de la mecánica y del motor al sector de las finanzas. En la mayoría de los casos nos
facilitan valoraciones positivas o negativas sobre el estado de las cuentas, las inversiones o las
empresas.

LA ECONOMÍA ES UN COMBATE

(18) Verfolgt Insidergeschäfte. (Cash: 84)


(19) Zwar erscheinen nur sehr wenige der vom Handelsblatt analysierten Unternehmen
akut von Zahlungsschwierigkeiten bedroht. (Handelsblatt: 15)
(20) ...könnten den Rentenkassen möglicherweise in diesem Herbst erstmals
„Finanzengpässe drohen“, ... (Die Telebörse: 71)
(21) Der Warrant gewinnt an Wert... (Euro am Sonntag: 32)
(22) Bekämpft Marktmanipulationen. (Cash: 84)

Otra de las metáforas conceptuales que componen habitualmente el lenguaje de la


economía es aquélla que hace alusión al dominio conceptual de la guerra –y al del deporte–
(Hebel, 1969: 70; Jäkel, 1997: 206 y sigs.). Las nociones de la lucha, el enfrentamiento y la
competitividad son consustanciales a la ciencia económica. De esta suerte, el intercambio de
información de carácter económico se impone en verbos como verfolgen ("perseguir"),
drohen ("amenazar"), gewinnen (“ganar”) y, con mayor claridad, en bekämpfen ("combatir").


LA ECONOMÍA ES UNA PERSONA11

(23) ...die Wettbewerbsfähigkeit der Exportwirtschaft könnte leiden. (Euro am Sonntag:


8)
(24) ...die schwache Performance der europäischen Wirtschaftspolitik das
Aufwärtspotenzial des Euros auch in Zukunft „erfolgreich“ begrenzen wird. (Börse
online: 58-59)
(25) ...doch überwiegen derzeit wegen der Dollar-Schwäche die Chancen auf eine
Kurserholung. (Börse online: 58-59)

No es ninguna novedad sostener que nos hallamos ante una de las metáforas
conceptuales básicas (Jäkel, 1997: 217 y sigs.), no sólo de la lengua común sino también del
discurso económico. En efecto, la descripción de cuestiones económicas en términos del
cuerpo humano constituye una fuente tan tradicional (Henderson, 1982: 149) como copiosa de
expresiones metafóricas. Prueba de ello son el verbo leiden (“sufrir”) y el adjetivo schwach
(“débil”) que asocian los procesos económicos con situaciones físicas del ser humano. Como
podemos comprobar, la identificación de numerosos aspectos económicos con el ser humano
se explica en los mismos términos con los que se hace referencia al estado físico de una
persona. En esta tesitura, cabe citar otra metáfora conceptual que se acoplaría sin paliativos a
las expresiones metafóricas enunciadas y responde a LA ECONOMÍA ES UN PACIENTE
(Jäkel, 1997: 220).
(26) Wer ausschlielich mit Schwergewichten handelt, häuft weniger Kosten an als
jemand, der in marktenge Aktien investiert. (Wirtschaftswoche: 188)
(27) Die Kosten seien die „Achillesferse“ der deutschen Banken... (Handelsblatt: 30)

Prosiguiendo con más exponentes relativos al cuerpo humano, debemos registrar otras
muestras en las que se intentan describir los valores bursátiles por medio del término
Schwergewicht (“peso pesado”). Por otro lado, se identifica Achillesferse (“el talón de
Aquiles”) con los gastos -lo más vulnerable- de las entidades bancarias alemanas,
produciéndose una correspondencia total entre el alemán y el español.


LA ECONOMÍA ES LA SALUD

(28) Value-Fonds: Wertorientierte Anlagen schonen die Nerven. (Geldidee: 66)


(29) Und weitere Erhöhungen sind im Verlauf der Konjunkturerholung nicht
auszuschlieen. (Wirtschaftswoche: 166)
(30) Der Chef der Europäischen Zentralbank (EZB) Wim Duisenberg verweist auf die
„gesunden“ Fundamentaldaten in Euroland... (Börse online: 58-59)

La salud completa las fuentes de metaforización consignadas en la presente aportación.


En esta dirección, tanto la primera muestra (“la inversión en fondos cuida los nervios”) como
la segunda (“recuperación de los mercados”) y la tercera (“sano”) atribuyen a los contextos
económicos indicados propiedades terapéuticas. Ciertamente, son muy frecuentes las
expresiones que identifican la salud en general con la buena marcha de la economía. Al hilo
de esta afirmación, tampoco podemos dejar en el tintero la unidad fraseológica tan extendida
de ein Rezept parat haben (“tener preparada una receta”) -a caballo entre el mundo de la
política y la economía-, ya que oficia como moneda de cambio, tanto en la lengua alemana
como en la española12, ante cualquier situación “conflictiva”, proponiendo una medida
alternativa o la solución directa al problema planteado. Así pues, al objeto de corroborar esta
última idea debemos añadir a los ejemplos anteriores las líneas que siguen:

(31) Gegen den Mitgliederschwund hatte die Ministerin gleich ein Rezept parat: "Ich
schlage vor, dass wir die Versicherungspflichtgrenze ändern, ... (Finanz€n: 93-95)

En virtud de todas las muestras que ilustran nuestro tema, y antes de pasar a las
conclusiones, consideramos imprescindible señalar que la agrupación de las metáforas
obedece a criterios de afinidad con la economía. Así pues, es obvio que algunas de las
muestras aquí aducidas pueden suscitar cierta polémica a la hora de inscribirlas o no en el
sector de la economía.
4. A modo de conclusión
Resulta innegable que para el lingüista o el estudioso de la lengua los nuevos enfoques
han supuesto una mayor comprensión de la naturaleza de las metáforas y los mecanismos de
su producción, desbrozándoles el camino hacia tipologías de la metáfora más fundamentadas
que las tradicionales. Y como ya ocurrió con el desarrollo de propuestas y modelos
lingüísticos anteriores, estos avances en la comprensión de un componente tan importante del
texto como es el metafórico, no podían dejar de incidir en los métodos y las técnicas que se
utilizan en la traducción.
En lo relativo al análisis y al cotejo de los ejemplos, éste ha resultado de gran utilidad
puesto que:
a) pone de relieve como una larga serie de conceptos económicos se construyen
mediante modelos metafóricos;
b) facilita la comprensión de algunos conceptos más complejos por partir de conceptos
conocidos y más básicos, sobre todo cuando se trata de la proyección de conceptos de
dominios de la experiencia física a otros de naturaleza más abstracta;
c) depara recursos mnemotécnicos muy valiosos a la hora de adquirir una terminología,
en ocasiones, de carácter técnico;
d) proporciona una herramienta más, pero muy valiosa, para crear y evaluar
traducciones y composiciones de alemán económico-empresarial, sobre todo, en lo que
concierne a esa calidad estilística que también, y cada vez más, se demanda por las revistas
especializadas.
Por otro lado, como se ha podido comprobar, en gran parte de los casos estudiados las
metáforas se mantienen sin variación alguna en la traducción al español. Sin embargo, no
siempre existe una equivalencia directa, encontrándonos con ejemplos en los que se
manifiesta una clara pérdida de significado en la lengua meta.

Notas
1
Deseamos hacer constancia de que este trabajo no se ha realizado con fines estadísticos, puesto que la
transcripción de todos los ejemplos hallados en nuestro corpus junto a su traducción responde a un
estudio más ambicioso que rebasaría con creces los límites de espacio reservado para esta
contribución. De todos modos, estimamos que la selección de las muestras consignadas goza de cierto
carácter representativo y puede considerarse como significativa del alemán económico-empresarial.
2
Seguimos la convención de escribir las metáforas conceptuales en mayúsculas.
3
Aquí cobra importancia la figura de Weinrich, considerado por varios estudiosos (vid. Liebert, 1992:
86 y sig.; Jäkel, 1997: 132 y sigs.; Geck, 2003: 57 y sigs.) uno de los pioneros en el estudio de la
metáfora por tratar a ésta como un “fenómeno de naturaleza cognitiva”. Weinrich (1976: 282) también
dio fe de la existencia de metáforas referidas al mundo de las finanzas (Finanzmetaphern) en un
capítulo íntegro dedicado a las metáforas de la moneda (Weinrich, 1976: 276-290).
4
La noción de la corporeización -la experiencia "corporeizada" (embodied experience)- representa uno
de los puntos más sólidos de la semántica cognitiva. Para obtener una visión general sobre la
corporeización del lenguaje remitimos a los trabajos de Lakoff (1987) y Johnson (1987).
5
En este punto distinguimos entre metáfora conceptual y expresión metafórica (Cuenca y Hilferty,
1999: 100). La metáfora conceptual es un esquema abstracto que opera en el pensamiento y se
entiende como la proyección (mapping) de un campo conceptual a otro (Lakoff, 1993: 203), mientras
que la expresión metafórica es la concreción lingüística de los esquemas generales y abstractos que
facilita la metáfora conceptual, es decir, las mismas palabras de la metáfora.
6
Entiéndase, a grandes rasgos, por "fraseologismo" o “unidad fraseológica” la combinación de al
menos dos o más componentes con significado unitario que se caracteriza por su estabilidad y su
idiomaticidad. Para una información más detallada sobre este asunto son, entre otras, referencias
obligadas las publicaciones de Burger (2003), Fleischer (1997), Palm (1997) y Corpas (1997).
7
Frente a la opinión de Nida (1964) que defiende la intraducibilidad de la metáfora.
8
Asimismo, registramos la expresión Kurssturz (normalmente en alusión a la caída de alguna moneda
o de la bolsa), a pesar de constituir una ligera variante con respecto a los ejemplos anteriores por
tratarse de un término sustantivado que deriva del infinitivo stürzen ("caer, precipitarse"). Para obtener
más detalles sobre la metáfora en términos compuestos, véase Burger (2003: 86).
9
También damos cuenta de la extendida expresión de Schuldenberg, cuya traducción literal "montaña
de deudas" puede registrarse bajo la metáfora conceptual enunciada y con el referido ejemplo de
Kostenlawine ("alud o avalancha de gastos"). En sintonía con esta última muestra, también suele ser
una práctica muy difundida utilizar en el discurso económico metáforas que puedan convertirse en
accidentes o catástrofes naturales como ya ha quedado patente con Kostenlawine y -en menor grado-
con el verbo stagnieren ("estancar") que analizaremos más adelante.
10
Véase a este respecto la metáfora conceptual LA ECONOMÍA ES UNA PLANTA que propone Jäkel
(1997: 214 y sigs.).
11
Con respecto a la división tripartita de las metáforas conceptuales, Lakoff y Johnson (1986)
subrayan la personificación como uno de los casos más obvios de metáforas ontológicas, es decir, el
objeto se especifica como persona. Se trata de un tipo de metáfora muy usual y nos aporta una gama
ciertamente extensa de expresiones metafóricas.
12
Aunque no vinculado al lenguaje de la economía, nos comenta Geck (2002: 39) que: “En general, se
constata una conceptualización muy parecida en alemán y español. Las diferencias residen muchas
veces en el "relleno", es decir que encontramos la misma metáfora conceptual en ambos idiomas, pero
a partir de ella se crean expresiones lingüísticas diferentes”. Si bien es verdad que no debe parecer tan
sorprendente la coincidencia metafórica, habida cuenta de que, salvando las distancias, no se trata de
dos culturas tan distanciadas como pudieran ser, por citar un ejemplo, la oriental con respecto a la
occidental.

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