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UNIDAD 1: La persona y sus relaciones de familia

Punto 1.- La Familia. Concepto:


-En sentido amplio, (como parentesco) es el conjunto de personas con las
cuales existe algún vínculo jurídico de orden familiar. La familia de una persona
estará comprendida por sus parientes por consanguinidad (ascendientes,
descendientes y colaterales), como así también por sus parientes por afinidad
(parientes del cónyuge) y sus parientes por adopción (plena, simple o de
integración). En este concepto de familia se incluye también al cónyuge pese a
no ser pariente. Este significado de familia es el más importante para el estudio
de la materia, cabe agregar que hoy por hoy el matrimonio puede celebrarse
entre personas del mismo o de diverso sexo, también se incluye dentro del
concepto de familia a otro tipo de uniones familiares que no surgen del
matrimonio como: las uniones convivenciales o uniones de hecho a pesar de
no generar parentesco por afinidad y por ende no derivarse de ella un nuevo
estado civil; a las familias ensambladas que pueden tener su origen en el
matrimonio o en uniones convivenciales.

-En sentido restringido (pequeña familia, familia conyugal, parentesco


inmediato o núcleo paterno-filial), la familia está constituida por los
contrayentes (el padre, la madre, tengamos en cuenta que esto era antes de la
sanción de la ley de matrimonio igualitario y el del CC y CN porque ahora se
reconoce la filiación y el matrimonio de personas del mismo sexo por lo cual lo
más correcto sería decir los progenitores) y los hijos que viven bajo un mismo
techo, tiene mayor importancia social que jurídica, es la que establece el art. 14
bis de la CN.

-En sentido intermedio (como un orden jurídico autónomo) familia es el


conjunto de personas que viven en una misma casa bajo la autoridad del dueño
de esta. Este era el sentido de la familia romana clásica.

Concepto sociológico: La familia es una institución permanente que está


integrada por personas cuyos vínculos derivan de la unión intersexual, de la
procreación y del parentesco.

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Concepto jurídico: la familia está formada por todos los individuos unidos por
vínculos jurídicos familiares que hallan origen en el matrimonio, en la filiación,
en el parentesco y en las uniones convivenciales

Naturaleza jurídica
a) La familia como una Persona Jurídica
Una parte de la doctrina determina que la familia es una persona jurídica y por
lo tanto tiene la aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones, distinto
a los derechos y obligaciones que contraen sus integrantes; y es una persona
jurídica porque la familia es titular tanto de derechos patrimoniales y extra
patrimoniales; por ejemplo: derechos extra patrimoniales (derecho al nombre
patronímico, a la responsabilidad parental, a defender la memoria de sus
muertos) y derechos patrimoniales (propiedad del bien de familia, de los
recuerdos de familia, de los sepulcros, asignaciones y prestaciones familiares).

Crítica: la familia no es persona jurídica; la familia no tiene capacidad para


adquirir derechos y contraer obligaciones, que es la nota distintiva de la
personalidad.

Los derechos extra patrimoniales de la familia son derechos subjetivos de cada


uno de los componentes o integrantes de la familia en particular.

Los derechos patrimoniales son derechos individuales de sus beneficiarios. En


ningún caso la familia es titular de derechos: el propietario del bien de familia,
del sepulcro o del bien que constituye el recuerdo de familia es el único que
tiene el dominio de tales bienes.

b) La familia como un Organismo Jurídico

Otra parte de la doctrina determina que la familia es un organismo jurídico; es


un organismo jurídico porque entre los miembros de la familia no habría
derechos individuales sino vínculos recíprocos de interdependencia entre los
mismos o sea una relación de interdependencia entre los miembros de la
familia y subordinación o sujeción de todos ellos a un fin superior: que es al
interés familiar.

c) La familia como Institución

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Para la mayor parte de la doctrina la familia es una institución - postura que
adoptamos.

La familia es una institución, la institución de que se vale la sociedad para


regular la procreación, la educación de los hijos y la transmisión por herencia
de la propiedad.

La familia es una institución que se basa en la naturaleza y entendida como


sistema de normas que tienen el fin de asegurar la existencia y el desarrollo de
la comunidad de personas, vinculadas por el matrimonio y la filiación, en orden
a procurar a todos sus miembros el logro de su destino personal, terreno y
trascendente.

La familia es la institución social, permanente y natural, compuesta por un


grupo de personas ligadas por vínculos jurídicos emergentes de la relación
intersexual y de la filiación.

Evolución histórica
Tenemos tres etapas en la organización familiar:
1º el Clan: al principio la sociedad estaba organizada en clanes. Los clanes
estaban formados por familias o grupos de familias unidas bajo la autoridad de
un jefe común que era el patriarca.

2º la Gran Familia: La familia primitiva romana estaba sometida a la autoridad


del páter familia e integraban el grupo familiar no sólo su mujer e hijos sino
también parientes y esclavos. La familia constituía toda una organización
económica: labraba la tierra, hacía el pan y el vino, tejía las telas, construía la
casa, es decir, que se bastaba a sí misma; pero la familia durante el transcurso
del tiempo fue perdiendo su función económica debido a la mayor complejidad
de las relaciones económicas, su especialización, y el creciente intercambio
comercial, lo cual demostró la insuficiencia de la industria familiar; y como
consecuencia de ello sus funciones económicas fueron transferidas primero a
los mercaderes, más tarde a las corporaciones, y finalmente a las grandes
organizaciones capitalistas y al propio estado. Surge paralelamente al
nacimiento del Estado.

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3º la Pequeña Familia: en la etapa actual la familia ha dejado de ser una
unidad política y económica, limitándose a su función biológica y espiritual.
Reducida al pequeño círculo de padres e hijos, es el centro de procreación, de
educación, de formación moral de los niños, de solidaridad y asistencia
recíprocas.

La familia y el estado: con la abolición de la esclavitud y la emancipación de


los hijos por la mayoría de edad o por contraer matrimonio redujeron la fuerza y
las posibilidades económicas de la familia, al disminuir el número de sus
integrantes. La penuria del presupuesto familiar ha obligado a abandonar
ciertas funciones en manos del Estado. Este se ha hecho cargo de la
educación de los menores, creando escuelas gratuitas e imponiendo la
enseñanza obligatoria. La familia ha quedado dispensada del cuidado de los
enfermos: si la enfermedad es seria o prolongada, se internan en un sanatorio,
en un hospital. El Estado se encarga también de los ancianos y los inválidos, a
quienes acuerda subsidios o recoge en asilos.

En cuanto a la autoridad del páter familias, podemos determinar que con la


influencia del cristianismo, se alteró el concepto de la patria potestad, que más
que otorgar derechos, impone deberes, ya que no es tolerable el ejercicio
arbitrario y abusivo de las potestades familiares.

La penetración del Estado en la familia tiene un fundamento valido que es: que
el Estado debe intervenir allí donde es necesario corregir una deficiencia,
suplir una omisión, salvar a los débiles de la irresponsabilidad de sus padres,
de la ignorancia, de las enfermedades, ya que hoy en el día no es tolerable el
ejercicio arbitrario y abusivo de las potestades familiares.

La familia argentina: en el momento de la conquista de América los poderes


del padre eran casi absolutos; en casos extremos se admitía inclusive la venta
de los hijos.
La familia estaba sometida a la autoridad patriarcal y estaba constituida por la
mujer, por los hijos, por los criados, por los indios y por los esclavos;
desarrollaban actividades económicas que tendían a que la familia, se bastase
a sí misma; la minoridad se extendía hasta los 25 años; los menores no podían
casarse sin el consentimiento paterno; contraer matrimonio suponía una

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irrevocable voluntad de vivir juntos. El divorcio vincular estaba proscripto, de
acuerdo al Derecho canónico. Recién después de la primera guerra europea
comienza a notarse la crisis de la familia.

Familia matrimonial y familia extramatrimonial: El ideal jurídico ha sido


tradicionalmente la organización de la familia sobre la base del matrimonio.
Pero la unión de hecho y la procreación fuera del matrimonio dan lugar a
vínculos que determinan la existencia de una familia extramatrimonial; vínculos
cuya regulación jurídica también es necesaria, sea cual fuere el criterio que se
adopte para organizar su ordenamiento frente a la matrimonial.

Algunos autores sostienen que no existe más que una sola familia, y esa
familia es la que se funda en el matrimonio; otros afirman que la familia es
aquella que se funda en el matrimonio y la que está constituida por
progenitores sin vínculo legal.

El originario texto del Código Civil preveía expresamente el parentesco


ilegítimo y disponía que los parientes ilegítimos no hacen parte de la familia de
los parientes legítimos"; sin embargo, existían disposiciones que permitían
concluir en la existencia de una familia extramatrimonial, ya que se otorgaban
consecuencias jurídicas al parentesco no basado en el matrimonio, por
ejemplo: el derecho alimentario entre abuelos y nietos, el derecho hereditario
en algunos casos entre abuelo y nieto y en todos los casos entre hermanos que
eran ambos hijos extramatrimoniales.

La cuestión quedó superada con la equiparación de la filiación matrimonial y la


extramatrimonial dispuesta por la ley 23.264, que suprimió toda clase de
discriminaciones entre el parentesco derivado del matrimonio y el
extramatrimonial.

Normas constitucionales sobre la familia: La Constitución argentina 1853-60


incorporó con anterioridad a las Constituciones modernas derechos personales.
En la Constitución de 1994 se advierte con claridad la incorporación de derecho
privados otorgándoles así jerarquía constitucional. Art. 75 inciso 22 de la
Constitución Nacional establece que: “El Congreso aprueba o desecha tratados
concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y

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los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía
superior a las leyes. “(1º parte) En el párrafo siguiente incorpora con jerarquía
constitucional tratados y convenios internacionales de DD.HH. La implicancia
de los tratados internacionales en muy grande en el derecho de familia.

Mencionamos algunos principios de derecho de familia con jerarquía


constitucional:
1.- Comienzo de existencia de la persona: consagrado en la Constitución
Nacional - art. 75 inciso 23. Debió decir desde la concepción, y no comienzo
del “embarazo”. Pacto de San José de Costa Rica establece que “toda
persona tiene derecho a la vida; este derecho está protegido por la ley desde
el comienzo de la concepción.”

2.- Derecho a casarse y constituir una familia: reconocidos en Declaración


Universal de los Derechos Humanos, Declaración Americana de los Derechos
Humanos, Convención Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y
Pacto de San José de Costa Rica. Asimismo en el art. 20 de la Const. Nac.

3.- Deberes de los Hijos y de los Padres: reconocidos en Declaración


Americana Derechos Humanos y Convención sobre los Derechos del Niño:
declaran el derecho a la educación, asistencia, alimentos de los hijos menores
y de éstos hacia sus padres…

4.- Derecho de los Niños a ser oídos: reconocido en la Convención sobre los
Derechos del Niño.

5.- Igualdad de derechos de Hijos matrimoniales y extramatrimoniales


consagrado en la Convención Americana de los Derechos y Deberes del
hombre.

6.- Capacidad de la mujer consagra la igualdad de derechos la Convención


sobre la eliminación de todo tipo de discriminación en contra de la mujer. 1

La transformación del derecho de familia: Hay que destacar que las


transformaciones sociales han dado origen a recientes leyes que, en el derecho
de familia impactaron fuertemente en el contenido de la materia. Entre ellas: las
leyes de mayoría de edad, de matrimonio igualitario y de identidad de género.

1
Extraído del apunte en pdf pags. 2 y 3

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Las instituciones familiares tradicionales como el matrimonio, la filiación, las
convivencias de pareja, las relaciones paterno-filiales contemplados en el
ordenamiento jurídico ya no representaban ni explicaban los fenómenos
sociales de la modernidad. Por ello, los cambios sociológicos y culturales
exigían nuevos esquemas legislativos, que expresaran el sentir de las
costumbres actuales.

No puede desconocerse que el derecho de familia ha experimentado profundas


transformaciones en los últimos años. Conceptos y roles históricos (madre,
padre, marido, mujer, hijo, etc.) tienen nuevos significados, tanto en el ámbito
sociológico como jurídico.

Se tornaba imprescindible para el operador jurídico diseñar nuevas estructuras


para explicar las nuevas instituciones jurídicas familiares actuales. El nuevo
Código Civil y Comercial permitió estructurar un diseño acorde con los tiempos
actuales, a la vez que introdujo reformas sustanciales en las instituciones del
derecho privado.
En particular debe destacarse la constitucionalización de derecho privado,
tenida especialmente en cuenta en la reforma de dicho Código Civil y
Comercial.2

Punto 2.- La familia en el derecho:


Desde la óptica constitucional, debe admitirse que la familia no se reduce al
matrimonio. Si bien el matrimonio, como institución social, ha sido en distintas
culturas y tiempos la esencia de la familia, ello no ha de ser entendido como la
única forma de unión que merece protección por parte de la ley, pues existen
otras formas de familia que son reconocidas por el ordenamiento jurídico.
Dado los cambios sociales, hay que destacar que el concepto amplio de familia
prevalece en los tiempos actuales. Es de recordar el concepto amplio de familia
emergente del Tribunal Europeo acerca del concepto amplio de la misma, al
sostener que la familia no está circunscripta a relaciones basadas en el
matrimonio y puede abarcar otros vínculos de “familia” de hecho, donde las
partes están viviendo juntas fuera del matrimonio. Las familias monoparentales,

2
Derecho de las familias de Néstor E .Solari pags. 1 y 2

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las familias ensambladas son algunos ejemplos de un concepto amplio de
familia, que debe prevalecer en los tiempos actuales.

Por otra parte los modelos familiares paterno-filiales han desbordado los
esquemas clásicos, fundamentalmente como consecuencia del uso de las
técnicas de reproducción humana asistida, que permitió el acceso a la
paternidad y maternidad mediante tales prácticas.
Desde esta perspectiva, hay un indudable “ensanchamiento” del contenido y
alcance de las familias en la actualidad que tiende a prevalecer en el ámbito
jurídico.

En verdad, desde la reforma constitucional de 1994, con la inclusión de los


tratados de DDHH con jerarquía constitucional, se viene visualizando en la
práctica judicial una interpretación amplia del concepto de familia, acorde con
los instrumentos internacionales.3

Uniones convivenciales: Según el art. 509 del C.C y CN se denomina uniones


convivenciales a aquellas uniones basadas en las relaciones afectivas de
carácter singular, pública, notoria, estable y permanente de dos personas que
conviven y comparten un proyecto de vida común, sean del mismo o de
diferente sexo.

Familia ensamblada: Una familia ensamblada o familia reconstituida o familia


mixta es una familia en la cual uno o ambos miembros de la actual pareja tiene
uno o varios hijos de uniones anteriores. Dentro de esta categoría entran tanto
las segundas parejas de viudos como de divorciados y de madres solteras.
Cuando comenzaron las investigaciones sobre el tema, después de la segunda
guerra mundial, la mayor parte de estos casos la conformaban los viudos de
guerra. En la actualidad el grueso de las familias reconstituidas del mundo
occidental lo constituyen los divorciados con hijos que vuelven a formar pareja.

Vínculo jurídico familiar: Es la relación que existe entre dos individuos,


derivado de la unión matrimonial, de la filiación o del parentesco, y en virtud del
cual existen de manera interdependiente y habitualmente recíproca,
determinados derechos subjetivos que, entonces, pueden considerarse como

3
Derecho de las familias de Néstor E. Solari pags. 2 y 3

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derechos subjetivos familiares (por ejemplo, el derecho a pedir alimentos). A su
vez, estos derechos asumen en muchos casos, la característica de derechos-
deberes.4

Formación de la familia. El vínculo biológico no es bastante para que nazca el


vínculo jurídico sino que debe ir acompañado del acto voluntario que culmina
en el acto jurídico de emplazamiento en el estado de familia. Así, la voluntad
asume un papel fundamental en la formación de la familia. Es el medio útil para
su creación. Existen excepciones (ej. declaración judicial de la filiación).

Clases de familia. Para algunos autores en el concepto de familia nada


importa que el vínculo jurídico sea legítimo o ilegítimo. Así, no existirían clases
de familias sino una sola familia, en la cual funcionan vínculos jurídicos
familiares distintos, con extensión y cualidades privativas; las diferencias se
hallan en cuanto a la regulación de estos vínculos.
La calidad de miembro de la familia es precisada por el derecho civil en la
forma ya establecida, y aunque algunas leyes especiales se aparten en alguna
medida del ordenamiento civil para el otorgamiento de ciertos derechos,
quienes forman la familia no son otros que los determinados por él.5

Derecho subjetivo familiar: los derechos subjetivos familiares son las


facultades concedidas por el ordenamiento jurídico a las personas, para la
protección de intereses determinados por las relaciones o situaciones jurídica
familiares.6

Es un complejo de derechos y deberes. Tienen casi siempre un sustento moral,


por lo tanto la ley los otorga en vista de que el titular cumpla con ciertos
deberes. Los derechos subjetivos familiares pueden tener carácter patrimonial
o extra patrimonial

Acto jurídico familiar: es una especie dentro del concepto de acto jurídico
general.

4
http://www.monografias.com/trabajos5/fami/fami.shtml#ixzz4PXwexA4v.
5
http://www.monografias.com/trabajos5/fami/fami.shtml#ixzz4PXwexA4v
6
Derecho de las familias de Néstor E. Solari

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El acto jurídico general: es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato
establecer entre las personas relaciones jurídicas, crear, modificar, transferir,
conservar o aniquilar derechos.
Y por lo tanto al ser el acto jurídico familiar una especie dentro del género acto
podemos definirlo como: el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato
la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas familiares.
Y por lo tanto el acto jurídico familiar no es una categoría distinta del acto
jurídico general, sino que es una especie del mismo. Tampoco hay entre ellos
diferencia sustancial, la distinción no radica en la sustancia, sino que radica en
el objeto, que es un fin relacionado con el derecho de familia.
La teoría general del acto jurídico general es aplicable al acto jurídico familiar
(Borda).

Punto 3.- EL DERECHO DE FAMILIA


Concepto: el derecho de familia es el conjunto de normas jurídicas que
regulan las relaciones familiares, principalmente entre esposos y entre padres e
hijos, aunque también tiene en cuenta otras relaciones que derivan del
parentesco. (Belluscio)

Relación jurídica familiar: es el vínculo que se establece entre las personas


que integran la familia respecto de bienes materiales e inmateriales y que el
ordenamiento jurídico protege a fin que la institución pueda alcanzar sus fines
esenciales.

Caracteres:
1º el derecho de familia está influido por ideas morales y religiosas;
2° Es un cúmulo de normas rígidas de derechos y deberes. Ejemplo: la patria
potestad;

3°Otroga relaciones de superalidad y relativa dependencia respecto de las


relaciones con los hijos bajo el régimen de la responsabilidad parental (antes
denominada patria potestad).

4º En materia de familia el papel de la voluntad está restringido porque no rige


el acuerdo de voluntades, casi todas sus normas tienen carácter imperativo;

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son de orden público (ej: no pueden pactar padre e hijo modificaciones al
régimen de patria potestad); Pero este principio estricto admite excepciones
ejemplo: tenencia de los hijos, el ejercicio de la patria potestad, régimen de
bienes, régimen de alimentos. Ello se puede pactar por ello la excepción;

5º los derechos que derivan del régimen de familia son en principio


imprescriptibles (por ejemplo el derecho a los alimentos). Pero hay algunos que
prescriben ej. Alimentos devengados;

6º hay igualdad entre cónyuges.


La ubicación del derecho de familia entre las ramas del derecho:
-Una parte de la doctrina establece que el derecho de familia es parte del
derecho público; esto es así porque sus normas son de orden público, el
estado interviene en la formación y la disolución de vínculos y por el interés
estatal o del estado en el cumplimiento por los particulares de sus poderes-
funciones en las relaciones jurídicas del derecho de familia. Para esta doctrina
la familia es una institución de derecho público.

-Otra parte de la doctrina determina que el derecho de familia es una tercera


rama del derecho; estableciendo que en el derecho privado tutela intereses
distintos y opuestos; el derecho público no tutela intereses individuales ni
opuestos, sino que los mismos están subordinados a un interés superior a los
intereses individuales que es: el interés estatal o sea el interés del estado; esta
es así porque no se admite un interés del individuo contrapuesto al interés del
Estado sino que hay un solo interés, que es el interés del Estado - interés
estatal, exigencia superior que debe ser satisfecha; interés superior que se
tiende a salvaguardar es el del Estado. El derecho de familia tampoco tutela
intereses individuales, autónomos, independientes, y opuestos, sino que los
mismos están subordinados a un interés superior a los intereses individuales
que es: el interés familiar. Interés superior que se tiende a salvaguardar es el
interés familiar.

-Otra parte de la doctrina determina que el derecho de familia es una rama


autónoma dentro del derecho civil y dentro de esta del derecho privado;
ya que el derecho civil busca organizar la vida en sociedad sobre la base del

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principio de que cada uno debe recibir lo que le es debido; el derecho de familia
busca dar a cada uno de sus miembros un mínimo según sus necesidades y
según lo que se le debe; además tiene una finalidad propia que es procurar el
bienestar de sus miembros, la cual no aparece en las otras ramas del derecho
civil.

La mayor parte de la doctrina establece que el derecho de familia es parte del


derecho civil. El derecho de familia continúa siendo parte integrante del
derecho civil. Claro está que el derecho de familia tiene particularidades que lo
distinguen de sus otras divisiones o ramas, pero no es menos cierto que las
demás divisiones ramas también las tienen. Las divisiones del derecho son
fundamentalmente didácticas y todas sus ramas se hallan íntimamente
interrelacionadas.

Contenido: el derecho de familia regula las relaciones extra patrimoniales y


patrimoniales que nacen del matrimonio, la nulidad del matrimonio, las
relaciones de filiación, los derechos y deberes inherentes a la patria potestad,
la tutela y curatela, algunos derechos del parentesco: como los alimentos,
derechos de comunicación (antes denominado derecho de visitas) etc., y
legisla el divorcio, sus causales y efectos

Punto 4.- EL ESTADO DE FAMILIA


Concepto: el estado de las personas es el conjunto de cualidades que la ley
tiene en cuenta para atribuirles efectos jurídicos o bien la posición jurídica que
las personas ocupan en la sociedad; esa posición les es dada por el conjunto
de cualidades que configuran su capacidad y sirven de base para la atribución
de deberes y derechos jurídicos.

Es decir que el estado de familia: es la posición que una persona ocupa


dentro de la familia.
Esta posición está determinada por el vínculo jurídico familiar que lo une con
otra persona, ejemplo: el vínculo del matrimonio determina entre dos personas
el “estado de casado”, la filiación el “estado de hijo” y “de padre”, también la
ausencia total de vínculos puede determinar el estado de familia, ejemplo:
estado de soltero.

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El estado de familia de una persona determina los derechos y deberes que le
corresponden.

-El estado de familia está constituido por dos elementos: la posesión de


estado y el título de estado.

Caracteres: Universal; unidad; Inalienabilidad, Imprescriptibilidad,


Indivisibilidad; personal; oponible erga omnes; Irrenunciabilidad.

Universal: comprende todas las relaciones jurídicas familiares, es decir las


conyugales como las parentales.

Unidad: el estado de familia debe apreciarse en cada persona individualmente.

Inalienable: el estado está fuera del comercio, no puede negociarse respecto


de él, ni está sujeto a transacción o renuncia. Ello no excluye, que en algunos
casos pueda ser modificado por voluntad de los interesados, como ocurre por
ejemplo, si se contrae matrimonio.

Indivisible: la persona debe ostentar el mismo estado de familia frente a todos.


Personal: no se transmite al morir.
Oponible erga omnes: puede oponerse contra cualquiera que intente
desconocer derechos y deberes que surjan del estado de familia.
Imprescriptible: el transcurso del tiempo no ejerce influencia sobre él.

-Título de estado de familia:


Al título de estado de familia lo podemos observar desde dos puntos de vista:
desde uno material y desde otro formal.

Título en sentido material: es el emplazamiento en un determinado estado de


familia.

Título en sentido formal: es el instrumento o conjunto de instrumentos


públicos que acreditan o prueban el estado de familia de una persona, por
ejemplo: 1º título de estado matrimonial: partida de matrimonio; 2º título de
filiación matrimonial: partida de matrimonio de los padres, y partida de
nacimiento del hijo; 3º título de filiación extramatrimonial: partida de nacimiento
del hijo e instrumento en que conste el reconocimiento del padre o la madre.

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La mayoría de la doctrina determina que el título de estado son los documentos
de cualquier clase, a los que la ley confiere un valor peculiar y decisivo como
prueba del estado civil, por ejemplo: las partidas del Registro Civil, la escritura
pública o acta judicial en que se reconoce al hijo o la sentencia que lo declara
tal.
Distinción entre el título y la simple prueba del estado: el titulo confiere un
derecho legal a invocar y hacer valer el estado; La simple prueba, no autoriza a
invocar el estado mientras no haya sido producida ante el juez competente y
aceptada por éste.
El título, al ser auténtico, vale por sí mismo y no está sujeto a la apreciación
judicial; en cambio, la simple prueba debe ser sopesada y valorada por el juez,
quien puede considerarla suficiente o no para acreditar el estado.

-Belluscio determina que título de estado son los instrumentos públicos de los
cuales resulta el estado de familia de una persona y que conforman la prueba
autentica legalmente establecida para acreditar el estado de familia.

-Borda considera que título de estado son las partidas del Registro Civil, y que
son estas partidas la prueba auténtica, preestablecida por la ley con el
propósito de que el estado de familia quede documentado y registrado
públicamente, con un valor erga omnes.

-Posesión de estado de familia: la posesión de estado es el goce de hecho


de determinado estado de familia, con título o sin él.

También se lo ha definido como el ejercicio prolongado de los derechos y


obligaciones propios de una determinada situación familiar, con prescindencia
de quien los ejerza tenga el título de estado correspondiente a dicha situación o
carezca de él; o como el disfrute de un determinado estado de familia, con
independencia del título sobre el mismo estado.
Quien se halla provisto del título de su estado de familia tiene la propiedad de
ese estado.
Puede existir título de estado sin posesión; por ejemplo: los esposos que viven
separados de hecho o de los hijos que no están bajo la guarda de los padres.

Las Acciones De Estado Y De Ejercicio


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Concepto de Acciones de estado de familia:
Las acciones de estado de familia son aquellas que tienen por objeto dejar
establecido el estado familiar de una persona, es decir, que son acciones
tendientes a obtener judicialmente un pronunciamiento sobre el estado de
familia de una persona.
Este tipo de acciones se interponen con el objetivo de que un juez dicte una
sentencia que determine la creación, modificación, extinción o reconocimiento
de un estado de familia determinado.
Ejemplo: si una persona se encuentra gozando de una posición jurídica que no
le pertenece o corresponde, esta persona tiene la acción de impugnación de
estado o reclamación de estado; impugnar la filiación de un supuesto hijo; si la
persona no goza del estado que realmente le corresponde tiene la acción de
reclamación de estado.

Concepto de acciones de ejercicio del estado de familia:


Son aquella que no tienden a obtener un pronunciamiento judicial relativo al
estado de familia sino a lograr el ejercicio de derechos u obtener el
cumplimiento de deberes patrimoniales o no que de él deriva. Tales acciones
no están sujetas a las reglas que gobiernan a las acciones de estado de
familia, aun cuando eventualmente algunas de ellas puedan serles aplicadas o
participen de alguno de sus caracteres. Son acciones de ejercicio por ejemplo:
la acción de alimentos, la tendiente a obtener el reintegro del hijo menor al
hogar de los padres, la de tenencia de hijos, la fijación de régimen de
comunicación en favor de los padres o los parientes, la de privación o
suspensión del ejercicio del régimen de responsabilidad parental.

-Tampoco son acciones de estado de familia las que simplemente tienen


por objeto rectificar las actas erróneas del registro del estado civil, ya que
no se controvierte en ellas el estado de familia de las personas a las que se
refiere sino que únicamente se busca rectificar errores de los asientos. Por otra
parte en algunos casos no se requiere el ejercicio de una acción judicial para la
rectificación sino que se puede obtener por vía administrativa, lo que jamás
puede ocurrir en las acciones de estado de familia.

Caracteres:

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1º inalienables: no pueden transmitirse;
2º imprescriptibles: esto no significa que no puedan estar sujetas a
caducidad; por ejemplo, algunas acciones de estado caducan con el transcurso
del tiempo: tal es el caso de la acción de nulidad del matrimonio o de
impugnación de la filiación (menos para el hijo).
3º son inherentes a la persona: en principio no puede heredarse el derecho a
ejercer la acción; pero en algunos casos se admite siempre que la acción no
hubiera caducado para el difunto;
4º requieren la intervención del Ministerio Público.
5°Irrenunciables: en principio son irrenunciables, pero algunos autores
consideran que este principio tiene excepciones: cuando las acción se extingue
por el transcurso del tiempo.

Clasificación de las acciones de estado de familia:


Las acciones de estado de familia se clasifican en acciones constitutivas y
acciones declarativas, a su vez estas últimas se clasifican en acciones de
reclamación de estado y en acciones de contestación o de impugnación de
estado. Por su vinculación con el título de estado de familia, se distinguen en
acciones de emplazamiento y acciones de desplazamiento de tal estado.

Acciones constitutivas: tienden a obtener una sentencia que genere un


estado de familia nuevo, que extinga o modifique el estado de familia existente,
lo que nunca ocurre en las declarativas.

Estado de familia nuevo: ejemplo: la acción de adopción simple, cuya


sentencia crea el estado de hijo y el de padre adoptivo sin afectar la filiación
anterior.

Modificación del estado de familia existente: ejemplo: la acción de divorcio


cuya sentencia crea un estado nuevo, el de divorciado, modificando el estado
anterior de casado.

Extinción del estado de familia existente: ejemplo: la revocación de la


adopción extingue el estado de hijo y padre adoptivo sin crear otro nuevo.

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-La sentencia constitutiva produce efecto irretroactivo o sea carece de
retroactividad; la sentencia constitutiva produce efectos a partir de que la
sentencia queda firme; por ejemplo, la sentencia de divorcio emplaza a los
cónyuges en el estado de divorciados desde que pasa en autoridad de cosa
juzgada. En algunos casos, puede tener efecto retroactivo, pero para que lo
tenga debe ser determinado expresamente por la ley.

Acciones declarativas: las acciones declarativas de estado de familia son las


que tienden a obtener una sentencia que no crea, modifica, ni extingue el
estado de familia, sino que se limita a reconocer una situación jurídica
anteriormente existente, es decir, a establecer el verdadero estado de una
persona cuando no concuerda con el jurídicamente aparente.
Las acciones declarativas comprende:

-A la acción de reclamación de estado, que tienen por objeto que se


reconozca el estado preexistente, la acción de reclamación de estado persigue
la obtención del título de estado de familia de que se carece.

-A la acción de contestación o impugnación de estado, que tiene por objeto


excluir el estado, o sea, privar del estado de familia de que goza aquel a quien
no le corresponde, persigue la impugnación del título existente.

-La sentencia declarativa: siempre produce efecto retroactivo; y por lo tanto


la sentencia que declara una filiación sus efectos se retrotraen al momento de
la concepción y la que anula un matrimonio o un reconocimiento de hijo su
efecto se retrotrae al día del otorgamiento del acto anulado.

Acciones de emplazamiento en el estado de familia: tienden a ubicar a una


persona dentro de un estado de familia; por ejemplo, las acciones de
reclamación de la filiación tienden a ubicar al actor en el estado de hijo.

Acciones de desplazamiento en el estado de familia: tienden a desplazar a


una persona del estado que gozan; por ejemplo: la acción de desconocimiento
de la paternidad.
Caducidad: las acciones de estado son imprescriptibles (no prescriben), pero
algunas de ellas están sujetas a plazos de caducidad. Tanto en la prescripción
como en la caducidad el transcurso del tiempo extingue la acción.

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 17


En materia de estado de familia la caducidad se trata de una caducidad de
acciones, no de derechos, y por lo tanto, la caducidad de las acciones de
estado de familia es un medio de extinción de las mismas por el transcurso del
tiempo o por el acontecer de determinados hechos.7

Punto 5.- PARENTESCO


-Definición actual de parentesco
Concepto: El Parentesco es el vínculo jurídico establecido por la ley entre dos
o más personas, vinculadas por la naturaleza, por técnicas de reproducción
humana asistida, por adopción y por afinidad.

ARTÍCULO 529 del CC y CN.- Parentesco es el vínculo jurídico existente entre


personas en razón de la naturaleza, las técnicas de reproducción humana
asistida, la adopción y la afinidad.
Las disposiciones de este Código que se refieren al parentesco sin distinción
se aplican sólo al parentesco por naturaleza, por métodos de reproducción
humana asistida y por adopción, sea en línea recta o colateral.

Concepto viejo: el parentesco en el régimen anterior era el vínculo subsistente


entre todos los individuos de los dos sexos que descienden de un mismo
tronco. Esta definición es incompleta ya que sólo alude al parentesco por
consanguinidad, olvidando al afín y al adoptivo. De una manera general se
podía decir que el parentesco era el vínculo jurídico que nacía de lazos de
sangre, del matrimonio o de la adopción.
Resumiendo, el parentesco es la relación jurídico familiar que hay entre dos o
más personas, derivada de los tres tipos filiales (por naturaleza, por las
técnicas de reproducción humana asistida y por adopción), y la afinidad.
Tal como se expresa en los Fundamentos del Anteproyecto, el CCyC “Mejora la
definición de parentesco, al disponer que es el vínculo existente entre personas
en razón de la naturaleza, el uso de las técnicas de reproducción humana
asistida, la adopción y la afinidad. De este modo, nuclea todas las relaciones
jurídicas que son causa fuente del parentesco

DIVERSAS CLASES

7
-Manual de Derecho de familia de Augusto César Belluscio, editorial Abeledo Perrot, 9° edición. Año
1999. Capítulo 4.

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 18


Actualmente hay cuatro clases de parentesco en nuestro derecho vigente: el
parentesco por naturaleza (antes llamado por consanguinidad); el parentesco
por adopción; el parentesco por TRHA; el parentesco por afinidad.

Parentesco por consanguinidad: es el que nace de un vínculo de sangre, ya


sea por tratarse de generaciones sucesivas (línea recta) o por tener un
ascendiente común (colaterales). Es decir que es el existente entre dos
personas de las cuales una desciende de la otra o ambas descienden de un
antecesor en común; Es el que hoy la norma denomina por “naturaleza”.

Parentesco por TRHA: se da en las personas ligadas entre sí como


consecuencia de la utilización de las TRHA durante el proceso de gestación.
Una modificación sustancial, y que responde a la lógica no
“biologicista/genética” que está detrás de la filiación por TRHA (Tecnologías de
Reproducción Humana Asistida) cuando se trata de fertilización heteróloga —
es decir, con material de un tercero—, se refiere a la derogación del término
“consanguinidad”. Como se destaca en los Fundamentos del Anteproyecto —
en su condición de antecedente directo de la normativa en análisis—, el
término “consanguinidad” era “pertinente en el marco de un régimen filial que
sólo receptaba la filiación por naturaleza”, porque en el marco de la filiación por
naturaleza la “sangre” o el dato genético tiene importancia, pero no así cuando
se trata de TRHA con material de un tercero. ¿Acaso el hijo que nace de TRHA
con material genético femenino de una donante no tiene por madre —o sea,
ascendiente en primer grado— a quien prestó la voluntad procreacional
debidamente consignada en un consentimiento, más allá de no haber aportado
los óvulos? De allí que el término “consanguinidad” no era adecuado.

Parentesco por adopción: es el vínculo jurídico existente entre personas que


se hallan vinculadas en razón de una sentencia de adopción. En la plena, el
adoptado adquiere el mismo parentesco que un hijo, generando vínculo con
todos los parientes del adoptante; en la simple, sólo crea vínculo de parentesco
entre el adoptado y los adoptantes. Sin embargo, esta regla admite
modificaciones, en tanto se faculta al juez a flexibilizar este principio por
diferentes razones en beneficio del adoptado. Además, en el orden sucesorio,
las diferencias no existen respecto al adoptado, aunque sí respecto de los

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 19


adoptantes, desde que el hijo adoptivo hereda como un hijo por naturaleza o
por reproducción humana asistida, sea la adopción simple o plena; en cambio,
cuando la adopción es simple, el derecho sucesorio de los adoptantes distin-
gue según el origen de los bienes”.

Parentesco por afinidad: el parentesco por afinidad es el que nace del


matrimonio; se encuentra limitado al cónyuge que se casó y es él quien queda
unido a todos los parientes consanguíneos del otro cónyuge; pero entre los
parientes consanguíneos de uno y otro no existe ningún vínculo; en pocas
palabras solamente pasa a integrar la familia la persona con quien se casó.
El esposo y la esposa no son parientes afines; ellos son cónyuges. Tampoco lo
son los cónyuges de los consanguíneos del esposo y esposa. Así por ejemplo,
los concuñados no son afines entre sí.

En Roma, la afinidad cesaba o terminaba con la muerte de uno de los


cónyuges “muerta mi hija, muerto mi yerno”. Pero el Derecho canónico dispuso
que el parentesco por afinidad no concluye con la muerte de uno de los
cónyuges, sino que ese parentesco continua después de la muerte de uno de
los cónyuges, y esto era para evitar que el suegro se case con su nuera o el
yerno con la suegra, ya que ello repugnaba a la moral católica.

Pero el cód. Civil resolvió la cuestión, al establecer que es impedimento para


contraer matrimonio la afinidad en la línea recta en todos los grados; es obvio
que esta norma sólo se aplica después de disuelto el matrimonio, pues de lo
contrario bastara con el impedimento del ligamen.

En otras palabras, sí existe vínculo jurídico de parentesco por afinidad entre el


o la cónyuge de una persona y su padre (suegro y yerno/nuera), pero no entre
los padres de cada uno de los integrantes de un matrimonio —los que, en la
jerga cotidiana son llamados “consuegros”, aunque no haya vínculo de
parentesco alguno—. Esta limitación se mantiene en el nuevo régimen jurídico.

Cuando se alude al parentesco a secas, se refiere al vínculo que se genera


entre dos personas que nacen de un tronco común, cualquiera sea el tipo filial
de que se trate (por naturaleza, por TRHA y adoptiva), y sin que se haga
ninguna distinción entre ellas.

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 20


-Cuando se alude al parentesco a secas, se refiere al vínculo que se genera
entre dos personas que nacen de un tronco común, cualquiera sea el tipo filial
de que se trate (por naturaleza, por TRHA y adoptiva), y sin que se haga
ninguna distinción entre ellas.

“El término ‘parentesco’ a secas corresponde a los vínculos jurídicos que se


derivan de los tres tipos filiales que se regulan: filiación por naturaleza, filiación
por técnicas de reproducción humana asistida y filiación adoptiva. Así, se
sustituye la noción de parentesco por consanguinidad, pertinente en el marco
de un régimen filial que sólo receptaba la filiación por naturaleza. Estos tres
tipos filiales (por naturaleza, por el uso de las técnicas de reproducción asistida
y por adopción) tienen diferentes causa fuente (elemento biológico, de voluntad
procreacional y jurídico) a los fines de la determinación de la filiación y su
consecuente sistema en materia de acciones, pero no respecto a sus efectos.

De esta manera, se evita cualquier tipo de discriminación en razón del vínculo


filial, por lo cual, cuando en el texto se alude al parentesco sin ninguna noción
adicional, se refiere a toda clase de vínculo filial, incluso la adoptiva, sea en
línea recta o colateral”. En definitiva, cuando se dice que se reconoce
determinado derecho hasta, por ejemplo, el cuarto grado de parentesco en
línea recta o hasta el segundo en línea colateral, se les está reconociendo
derechos a los vínculos que nacen —cualquiera sea la causa fuente— de la
filiación de la cual deriva el correspondiente lazo de parentesco. Esto lo aclara
bien el CCyC en el último párrafo de la disposición en análisis.

-Otra cuestión relevante merece ser destacada para evitar cualquier tipo de
confusión. Es sabido que entre las incorporaciones que introduce el CCyC en
su Libro Segundo —Relaciones de Familia— se encuentran las llamadas
“uniones convivenciales” que, como bien se las define en el art. 509 CCyC,
se trata de parejas, de igual o diverso sexo, que llevan adelante un proyecto de
vida en común y que conviven de manera singular, pública, notoria, estable y
permanente por un periodo mínimo de dos años (art. 510 inc. e, CCyC), lo que
genera ciertos derechos y deberes. Entre estos derechos y deberes cabe
destacar que la unión convivencial no es un nuevo estado civil y, por lo
tanto, tampoco hace generar vínculo de parentesco entre un miembro y la

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 21


familia de su pareja —es decir, el padre de mi conviviente no es mi
suegro—, no caben los derechos alimentarios que el CCyC sí le reconoce
al parentesco por afinidad en primer grado. Justamente fundado en esta
carencia de vínculo de parentesco, tampoco cabría apelar a los
impedimentos matrimoniales que regula la legislación civil en el campo
del derecho matrimonial (art. 403 CCyC) y, por lo tanto, una persona podría
perfectamente contraer matrimonio con el padre de quien había sido su pareja
conviviente y junto a quien había conformado una unión convivencial, por 558
citar un ejemplo. Esta consideración también es puesta de resalto en los
Fundamentos del Anteproyecto al afirmarse: “Las uniones convivenciales
reguladas en el Anteproyecto no generan vínculo de parentesco; sólo el
matrimonio es causa fuente del parentesco por afinidad, reconociéndose
efectos jurídicos sólo a los que se encuentran en primer grado”. Ahora bien,
esto es diferente con el lugar que sí ocupa el parentesco dentro de la
regulación de las uniones convivenciales en cuanto al impedimento para que
entre sí (no con relación a terceros) sus miembros puedan o no configurar esta
institución familiar. Así, tal como dispone el mencionado art. 510 CyC referido a
los requisitos que deben cumplir u observar las uniones convivenciales, uno de
ellos es que los miembros de la unión no estén “unidos por vínculo de
parentesco en línea recta en todos los grados, ni colateral hasta el segundo
grado” (inc. b), y tampoco quienes “estén unidos por vínculos de parentesco
por afinidad en línea recta” (inc. c). Esto se refiere a ciertas restricciones entre
sí, es decir, entre los miembros de la pareja, ya que el CCyC reserva la figura
de la unión convivencial para las relaciones afectivas, a diferencia de otros
países en los que las “uniones asistenciales” están reguladas de manera
general —así, por ejemplo, dos hermanos, y/o abuelo y nieto, pueden
conformar dichas uniones de tipo asistenciales—. Estas limitaciones nada
tienen que ver con lo expresado acerca de que no se genera vínculo de
parentesco por afinidad entre un miembro de la pareja y la familia del otro. En
síntesis, la regulación en torno al parentesco también se ha visto impactada por
los cambios introducidos en otras instituciones del derecho de familia en la
nueva legislación civil y comercial. Así, las modificaciones sustanciales habidas
en el campo del derecho filial —en particular, la regulación de la filiación
derivada de las TRHA como un tercer tipo filial— también encuentra su

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 22


repercusión o espacio en la regulación del parentesco a tal punto de forzar la
derogación de un término que era muy común en el régimen jurídico del
parentesco, como el de “consanguinidad“. (Marisa Herrera)

ARTÍCULO 530.- Elementos del cómputo. La proximidad del parentesco se


establece por líneas y grados.

Establecer el cómputo de acuerdo a la proximidad de parentesco no es un dato


menor ya que determina los elementos a tener en cuenta para establecer o
asignar ciertos efectos jurídicos. En la línea directa o recta, como se le dice, el
parentesco se cuenta por tantos grados como generaciones. Es decir, que en
la línea descendente:

-El hijo estará en primer grado;


-El nieto, en segundo grado;
-El bisnieto, en el tercero; y así sucesivamente.

De igual manera sucederá en la línea ascendente:

-El padre está en primer grado;


-El abuelo, en segundo;
-El bisabuelo; en tercero; y así sucesivamente.

B y C son hermanos; C y D son tío y sobrino; y E y D son primos


hermanos.

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 23


A su vez, existe la otra línea, la colateral (o, como se dice de manera coloquial,
“para el costado”), en contraposición con la línea recta que es para “arriba”
(línea ascendente) o para “abajo” (línea descendente). En el caso de las líneas
colaterales, para realizar el cómputo siempre se debe partir o tener en cuenta
al denominado “tronco común“ y de ahí descender hasta el otro pariente más
próximo. Por ejemplo, los hermanos se encuentran en el segundo grado de
parentesco; tíos y sobrinos, en el tercero, y así sucesivamente.

ARTÍCULO 531.- Grado. Línea. Tronco. Se llama:


a) grado, al vínculo entre dos personas que pertenecen a generaciones
sucesivas;
b) línea, a la serie no interrumpida de grados;
c) tronco, al ascendiente del cual parten dos o más líneas;
d) rama, a la línea en relación a su origen.
Grados: se llama grado al vínculo entre dos individuos de generación sucesiva.

Líneas: hay dos líneas: la recta y la colateral; 1º Recta: vincula a individuos de


la misma rama; 2º Colaterales: vincula a individuos de distintas ramas.
Sanguíneo, afín o adoptivo.
Se llama línea descendente la serie de grados o generaciones que unen el
tronco común con sus hijos, nietos y demás descendientes.
Se llama línea ascendente la serie de grados o generaciones que ligan-unen al
tronco con su padre, abuelo y otros ascendientes.

Rama: rama es el conjunto de grados sucesivos; Así, el padre, el hijo, el nieto,


son grados sucesivos que, en conjunto, se denominan ramas.

Tronco: tronco es el progenitor del cual parten dos o más ramas.

Se llama grado al vínculo entre dos personas de generación sucesiva. A cada


generación le corresponde un grado, por lo que “el cómputo de parentesco
tiene por objeto establecer la mayor o menor proximidad sobre la base de la
cantidad de grados o generaciones que separan a los miembros de la familia,
unos de otros”. Como bien establece el articulado en análisis, la línea es la
serie ininterrumpida de grados — que, a su vez, puede ser recta o colateral, tal

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 24


como lo desarrolla el art. 532 CC y CN—. La línea recta dará origen al
parentesco perpendicular y la línea colateral, al parentesco horizontal. El
tronco es el antecesor o ascendiente común del cual parten dos o más líneas
o ramas. Por último, la rama es la línea en relación a su origen —que, a su vez,
parte de un tronco común—.

Efectos jurídicos del parentesco:

A) efectos civiles:
1) El parentesco constituye un impedimento para contraer matrimonio y
también la conformación de una unión convivencial;
2) Genera una obligación alimentaria;
3) Es la base del régimen de comunicación (antes llamado derecho de
visitas)
4) Es fuente de vocación sucesoria ab intestato;
5) Confiere el derecho de oponerse a la celebración del matrimonio
6) Confiere legitimación para promover la acción de nulidad del matrimonio;
7) Otorga derecho a la tutela y curatela;
8) Habilita para promover las acciones de desconocimiento de la paternidad
y de desconocimiento de la legitimidad etc.
9) Legitimación para iniciar proceso de restricción a la capacidad civil;
10) Determinar ciertas inhabilidades como, por ejemplo, ser testigo en los
testamentos por acto público (art. 2481 CC y CN).

B) Efectos procesales: En el ámbito del derecho procesal penal los


parientes del imputado hasta el 4° grado de consanguinidad y 2° de afinidad
podrán abstenerse de declarar (art. 153 CPPN, aprobado por ley 27.063) o sea
se los inhabilita para ser testigo, salvo que fuese al solo efecto de reconocer
firmas.
Los ascendientes o descendientes, cónyuge o hermanos del imputado están
prohibidos testificar en contra del mismo, a menos que el delito aparezca
ejecutado en perjuicio del testigo (quien testifica) o de un pariente suyo de
grado igual o más próximo que el que lo liga al o con el imputado.

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En el derecho procesal civil será causa legal de recusación el parentesco por
consanguinidad dentro del 4° grado y 2° de afinidad con alguna de las partes,
sus mandatarios o letrados (art. 17, inc. 1, CPCCN).

C) Efectos penales: están exentos de responsabilidad criminal, sin perjuicio de


la civil, por los hurtos, defraudaciones o daños que recíprocamente se causen:
1º los cónyuges, ascendientes, descendientes y afines en la línea recta; 2º el
consorte viudo, respecto de las cosas de la pertenencia de su difunto cónyuge,
mientras no hayan pasado a poder de otro; 3º los hermanos y cuñados, si viven
juntos. Esta excepción no es aplicable a los extraños que participen en el delito.
El parentesco es agravante de ciertos delitos (homicidio, lesiones, violación,
estupro, corrupción y prostitución, privación de la libertad). El parentesco es
uno de los elementos configurativos del delito de incumplimiento de los deberes
de asistencia familiar o de impedimento de contacto.

ARTÍCULO 532.- Clases de líneas. Se llama línea recta a la que une a los
ascendientes y los descendientes; y línea colateral a la que une a los des-
cendientes de un tronco común.

-El artículo se refiere a los tipos de líneas. La línea recta es aquella que une
ascendientes y descendientes. El Código de Vélez, a mayor abundamiento,
establecía en su art. 350 CC que “se llama línea descendente la serie de
grados o generaciones que unen el tronco común con sus hijos, nietos y demás
descendientes”; esta aclaración es suprimida en el nuevo texto legal en análisis
por considerarse sobreabundante.

-La línea colateral es aquella que une a las personas que, encontrándose en
distintas ramas, comparten un tronco común, que es el que establece el
vínculo. Es aquella que existe entre quienes descienden de una misma persona
pero no entre sí, como ocurre entre ascendientes y descendientes. Es el caso
de los hermanos, tíos, primos, etc.

ARTÍCULO 533.- Cómputo del parentesco. En la línea recta hay tantos gra-
dos como generaciones. En la colateral los grados se cuentan por generacio-

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nes, sumando el número de grados que hay en cada rama entre cada una de
las personas cuyo parentesco se quiere computar y el ascendiente común.

El CC y CN, siguiendo la lógica de simplificar y facilitar la lectura, regula


directamente cómo es el cómputo para el parentesco, pero no brinda ejemplos
de los diferentes supuestos. Así, el art. 352 CC decía: “En la línea ascendente
y descendente hay tantos grados como generaciones. Así, en la línea
descendente el hijo está en el primer grado, el nieto en el segundo, y el
bisnieto en el tercero, así los demás. En la línea ascendente, el padre está en
el primer grado, el abuelo en el segundo, el bisabuelo en el tercero, etcétera”,
al tiempo que el art. 353 CC señalaba: “En la línea colateral los grados se
cuentan igualmente por generaciones, remontando desde la persona cuyo
parentesco se quiere comprobar hasta el autor común; y desde éste hasta el
otro pariente. Así, dos hermanos están en el segundo grado, el tío y el sobrino
en el tercero, los primos hermanos en el cuarto, los hijos de primos hermanos
en el sexto, y los nietos de primos hermanos en el octavo, y así en adelante”.
Como señalamos, el CC y CN no da ejemplos de cómo se computa el
parentesco, sino que ello surge fácilmente de su propia conceptualización. Por
último, cabe destacar el caso de parentesco mixto o complejo, es decir, el que
se da cuando dos personas se encuentran ligadas por dos vínculos de
parentesco distintos: por ejemplo, el caso de dos primos hermanos que
contraen matrimonio. En lo que al derecho respecta, los individuos tendrán o
podrán tener diferentes consecuencias jurídicas de acuerdo al vínculo de
parentesco que tengan.

ARTÍCULO 534.- Hermanos bilaterales y unilaterales. Son hermanos bila-


terales los que tienen los mismos padres. Son hermanos unilaterales los que
proceden de un mismo ascendiente en primer grado, difiriendo en el otro.

El CC y CN —al igual que su antecesor— diferencia los casos de hermanos


bilaterales de los unilaterales. Los primeros son aquellos que tienen en común
a ambos progenitores y los unilaterales son los que tienen en común un solo
progenitor.

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 27


Los hermanos, independientemente de que sean bilaterales o unilaterales, se
encuentran unidos por parentesco colateral en segundo grado.

Si bien la distinción entre hermanos unilaterales y bilaterales ya se encontraba


regulada en el art. 360 CC, la diferencia sustancial es que el CC y CN
reemplaza las expresiones” misma madre” y ”mismo padre“ por la de “mismos
padres”; es decir, no hace distinción de sexo en concordancia con la reforma
introducida por la Ley 26.618 de Matrimonio Igualitario, y el principio
constitucional-convencional de igualdad y no discriminación.
Así, el artículo en análisis nada dice —y por lo tanto, no interesa— acerca de
cuál es el vínculo en común que tienen los hermanos (si comparten o tienen en
común el mismo padre, la misma madre o uno de sus padres —pareja
conformada por dos hombres— o una de sus madres —pareja conformada por
dos mujeres—). Solo importa que compartan dos o un vínculo filial en común.
En este mismo sentido, y manteniéndose el mismo lenguaje neutro, se elimina
la referencia que el art. 361 CC hacía entre los ”hermanos paternos“ y
”hermanos maternos“; una distinción que era superflua en el texto civil
derogado porque, sea que se comparta el mismo padre o la misma madre, ello
no tiene ninguna incidencia a los fines del parentesco, por el reiterado principio
de igualdad. La trascendencia del vínculo fraterno se ve reflejada en todo el
cuerpo del CC y CN. Así, encontramos que la existencia de este vínculo es un
impedimento dirimente para contraer matrimonio (art. 403 CC y CN), que los
hermanos se deben alimentos recíprocamente (art. 537, inc. b, CC y CN), que
tienen garantizado el ejercicio del derecho de comunicación (art. 555 CC y CN),
que desplazan a los demás colaterales en el orden sucesorio (art. 2439 CC y
CN), entre otros.

ARTÍCULO 535.- Parentesco por adopción. En la adopción plena, el


adoptado adquiere el mismo parentesco que tendría un hijo del adoptante con
todos los parientes de éste. La adopción simple sólo crea vínculo de
parentesco entre el adoptado y el adoptante. En ambos casos el parentesco se
crea con los límites determinados por este Código y la decisión judicial que
dispone la adopción.

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El CC y CN incorpora en el Título IV, Parentesco, aquel parentesco que se
entabla luego de un proceso de adopción entre el o los adoptantes y el
adoptado. Ello, a diferencia del CC, que no hacía mención al respecto al
preocuparse por regular únicamente el parentesco “por consanguinidad“ y ”por
afinidad”; y solo aludía al parentesco en la filiación adoptiva al regular algunas
cuestiones dentro del Capítulo dedicado a la adopción (arts. 323 y 329 CC).
De manera precisa, el CC y CN señala que el parentesco que se genera tanto
en la adopción plena como en la simple lo es con “los límites” que determina la
misma normativa. Ello responde a que en el nuevo texto legal se flexibilizan los
tipos adoptivos (ver art. 621 CC y CN), siendo posible otorgar la adopción
plena dejando subsistente el vínculo jurídico con algún miembro o varios de la
familia de origen y/o otorgarla de manera simple, pero generando vínculo de
parentesco con uno o más miembros de la familia adoptiva. En estos casos,
estos vínculos deben ser respetados; de allí esta remisión o respeto por otras
normativas que establece el mismo CC y CN.

2. Interpretación. Los Fundamentos del Anteproyecto explicitan: “... cuando la


adopción implica diferentes consecuencias jurídicas en materia de parentesco
por tratarse de adopción simple o plena, se lo señala de manera expresa; de lo
contrario, cuando se alude a parentesco de manera general, incluye a la
filiación adoptiva cualquiera sea su tipología”. Y así es como debe ser
interpretada toda la legislación en materia de parentesco cuando se trata de la
filiación adoptiva. Es decir, en materia de adopción, el parentesco va a
depender tanto del tipo adoptivo que se regule (adopción simple o adopción
plena) como de la modalidad en que se lo haga; es decir, si se trata de una
adopción simple o plena, tal como está regulada en la parte pertinente en el CC
y CN, o si fue regulada de manera más flexible, como lo permite el art. 621 CC
y CN. El artículo en comentario, en primer lugar, alude a los efectos propios de
cada uno de los dos tipos adoptivos: la adopción plena extingue el vínculo con
la familia de origen y la simple solo genera vínculo filial adoptivo entre adoptado
y adoptante o adoptantes, si se trata de una adopción conjunta o biparental. De
esta manera, se adelanta uno de los principales efectos que, en lo relativo a los
vínculos jurídicos, generan la adopción plena y la simple. Tratándose de la
adopción plena, el adoptado pasa a tener los mismos lazos jurídicos con la

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familia adoptiva que los hijos derivados de las TRHA o de la filiación por
naturaleza, siendo entonces idéntica la regulación en materia de parentesco.
Por su parte, la consideración que en el articulado en análisis se hace en torno
a la adopción simple se condice con lo dispuesto en el art. 620 CC y CN: “La
adopción simple confiere el estado de hijo al adoptado, pero no crea vínculos
jurídicos con los parientes ni con el cónyuge del adoptante, excepto lo
dispuesto por este Código”. Si bien esta es la regla, hay excepciones debido a
la flexibilización que observan las tipologías adoptivas, las cuales tienen
incidencia directa en materia de parentesco. Tales excepciones son admitidas
en la última parte de la disposición en comentario, cuando se destaca que el
vínculo de parentesco en la adopción siempre lo será con las limitaciones o
delimitaciones que establezca el propio CC y CN. Así, nuevamente apelándose
a los Fundamentos del Anteproyecto, se establece que la regla o principio en
materia de adopción plena y simple “admite modificaciones, en tanto se faculta
al juez a flexibilizar este principio por diferentes razones en beneficio del
adoptado. Además, en el orden sucesorio, las diferencias no existen respecto
al adoptado, aunque sí respecto de los adoptantes”. Justamente, tal excepción
queda plasmada en la última parte del artículo comentado, al disponer que “En
ambos casos el parentesco se crea con los límites determinados por este
Código y la decisión judicial que dispone la adopción”. Esta particularidad viene
de la mano del principio de coherencia que rige este cuerpo normativo,
puntualmente, en lo que refiere a las relaciones humanas y a la necesidad, en
algunos casos, de reconocer o mantener determinados vínculos jurídicos en
beneficio o respeto por el principio rector del ”interés superior del niño“.
Veamos algunos ejemplos que han llegado a la justicia: el caso de una pareja
que fue guardadora de un niño por el término legal, a la que se le otorga su
adopción plena, pero manteniendo a salvo el derecho del niño de comunicación
con su madre biológica, quien padece una severa disminución en su capacidad
mental. O el caso de un niño que tiene un fuerte vínculo con sus abuelos
biológicos, quienes no pueden hacerse cargo de su crianza; si ese niño fuera
dado en adopción plena, ¿quedaría extinto ese vínculo con sus abuelos? Esto
es lo que en doctrina se denominó “adopción plena, menos plena” o adopción
“simple, más plena”, que implica fundamentalmente sumar afectos para ese
niño o niña, en lugar de restar. Como se adelantó, el art. 621 CCyC faculta

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expresamente al juez para que, de oficio o a petición de parte interesada —y
siempre según las circunstancias y cuando sea más conveniente para el niño,
niña o adolescente—, establezca que puede mantenerse subsistente un
vínculo jurídico con uno o varios parientes de la familia de origen en la
adopción plena, y crearse vínculo jurídico con uno o varios parientes de la
familia del adoptante en la simple, aunque ello no signifique modificar el
régimen legal de la responsabilidad parental, ni de los impedimentos
matrimoniales regulados para cada tipo de adopción, ni de la sucesión. Por otra
parte, también se debe tener en cuenta la llamada “adopción de integración“,
es decir, aquella que se configura cuando una persona adopta al hijo de su
cónyuge o conviviente. En lo que respecta a este tipo de adopción, el vínculo
filiatorio y los efectos entre adoptado y progenitor de origen, cónyuge o
conviviente del adoptante se mantienen (conf. art. 630 CC y CN). Este tipo
especial y autónomo de adopción puede ser, a su vez, simple o plena; por lo
tanto, la cuestión relativa al parentesco lo será teniéndose en cuenta cuál de
ambos tipos filiales se otorga a la adopción de integración. Por último, y porque
también repercute de manera directa en el campo del parentesco por adopción,
se debe tener presente que el CC y CN reconoce la figura de la conversión de
simple en plena: así, se dispone que el juez, a pedido de parte y por razones
fundadas, puede convertir una adopción simple en una plena. Se trata de una
variación en el tipo adoptivo que también tendrá repercusión directa en materia
de parentesco, ya que el vínculo con la familia de origen se extingue al pasar
de una adopción simple a otra de carácter plena (conf. art. 622 CC y CN).

ARTÍCULO 536.- Parentesco por afinidad. Cómputo. Exclusión. El


parentesco por afinidad es el que existe entre la persona casada y los parientes
de su cónyuge. Se computa por el número de grados en que el cónyuge se
encuentra respecto de esos parientes. El parentesco por afinidad no crea
vínculo jurídico alguno entre los parientes de uno de los cónyuges y los
parientes del otro.

1. Introducción. El parentesco por afinidad es el que nace al contraer nupcias,


y se encuentra limitado al vínculo que se genera —o reconoce— entre un
cónyuge y los parientes del otro (independientemente de la causa fuente de

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 31


este parentesco: por naturaleza, técnicas de reproducción humana asistida o
adopción, en los casos que corresponda). Ergo, y tal se precisa en el artículo
en análisis, no existe vínculo de parentesco alguno entre los parientes de
ambos cónyuges entre sí.
Es un vínculo jurídico que se origina únicamente por la celebración de
matrimonio; es decir, las uniones convivenciales no generan vínculo de
parentesco alguno.

2. Interpretación. La regulación del parentesco por afinidad no observa


modificaciones sustanciales. Sí observa dos cambios, uno de tinte
terminológico y otro en la modalidad y extensión, en su redacción.
Con respecto a la primera consideración, y en total consonancia con lo ya
explicitado al analizar el primer artículo del presente Título —Parentesco—, se
elimina toda mención a la idea de ”consanguinidad“. Por otra parte, se evita
reiterar los términos peyorativos como “madrastra” y “padrastro”, tal como se
ahondará al analizar el art. 672 CCyC —que inaugura el Capítulo dedicado a
los derechos y deberes de los progenitores afines en el marco de las llamadas
familias ensambladas— como así también nociones que no son de uso
cotidiano, como “entenados” y “entenadas”.
La segunda consideración comparativa se refiere a la extensión con la que se
regula el parentesco por afinidad en el CC y CN, que es diferente al tratamiento
que recibía en el CC. Sucede que la nueva regulación sigue la línea legislativa
que busca simplificar la redacción, y el CC y CN es muestra de ello. Al
respecto, cabe recordar que el derogado art. 363 CC decía: “La proximidad del
parentesco por afinidad se cuenta por el número de grados en que cada uno de
los cónyuges estuviese con sus parientes por consanguinidad. En la línea
recta, sea descendente o ascendente, el yerno o nuera están recíprocamente
con el suegro o suegra, en el mismo grado que el hijo o hija, respecto del padre
o madre, y así en adelante. En la línea colateral, los cuñados o cuñadas entre
sí están en el mismo grado que entre sí están los hermanos o hermanas. Si
hubo un precedente matrimonio el padrastro o madrastra en relación a los
entenados o entenadas, están recíprocamente en el mismo grado en que el
suegro o suegra en relación al yerno o nuera”.

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 32


La cuestión relativa a los elementos del cómputo y la manera de contabilizar ya
ha sido establecida y analizada en los arts. 530 al 533 CC y CN; por ello el
artículo en comentario solo se limita a definir qué se entiende por parientes
afines. En otras palabras, para computar el parentesco por afinidad se debe
apelar a las normas generales relativas al orden del parentesco por línea recta
—ascendente y descendiente— y colateral.

A través de este vínculo se enlaza a cada uno de los cónyuges con los
parientes del otro. Así, el vínculo entre suegros y yernos es un vínculo en línea
recta de primer orden (o sea, el mismo lugar que tiene el cónyuge-hijo) pero al
que se le debe agregar la palabra que diferencia ese parentesco: por ”afinidad”.

En otras palabras, la proximidad del parentesco por afinidad se cuenta por el


número de grados en los que cada uno de los cónyuges está respecto de sus
parientes. Se trata de un cómputo derivado; es decir, un cónyuge es afín a los
parientes del otro en la misma línea y grado que el otro cónyuge es pariente
con ellos.

Como se ha adelantado, las uniones convivenciales no generan vínculo de


parentesco; sí determinados derechos y deberes que el CC y CN establece de
manera precisa. El supuesto más claro es el caso de los llamados progenitores
afines en las familias ensambladas en el que los adultos no están unidos por
vínculo matrimonial, sino que existe entre el progenitor de un niño y su pareja
una unión convivencial. De esta manera, la pareja de la madre que convive con
ella y con el hijo de ella mantiene un vínculo con el hijo que el CC y CN deno-
mina de “progenitor afín”: pese a que no hay entre ellos un vínculo de afinidad,
sí existen determinados derechos y obligaciones entre el progenitor afín y el
hijo de su pareja, de conformidad a la regulación que observa el Capítulo 7
(arts. 672 a 676 CC y CN) —Deberes y derechos de los progenitores e hijos
afines—, del Título VII —Responsabilidad parental— del Libro Segundo—
Relaciones de Familia— .Tales derechos no alcanzan solo a las parejas
casadas, sino que también se extienden a las que conforman una unión
convivencial. Y ello, por aplicación del principio de igualdad entre los hijos

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 33


matrimoniales y extramatrimoniales —en este caso, en el marco de las familias
ensambladas—.

Si bien las uniones convivenciales no generan vínculo de parentesco alguno —


y, por lo tanto, el padre de mi pareja conviviente no pasa a ser mi suegro—, lo
cierto es que por aplicación del principio de solidaridad familiar, el CC y CN le
reconoce ciertos derechos y deberes al progenitor afín, siempre con vistas al
beneficio de los hijos, cuyo sustrato es el reconocimiento de los vínculos
afectivos que se gestan y construyen en el marco de las familias ensambladas.
Este reconocimiento se extiende a toda pareja convivencial, aun las que no
cumplen los requisitos que establece el art. 510 CC y CN para ser considerada
una unión convivencial. De este modo, también se entiende que es un
progenitor afín aquella persona que vive con el hijo de su pareja cuya relación
de convivencia no alcanzó el plazo mínimo de dos años previsto por el art. 510,
inc. e, CC y CN.

La denominación “progenitor afín” se aplica en el supuesto de las familias


ensambladas, exista o no matrimonio en la pareja de adultos convivientes con
hijos de uno u otro integrante de la pareja. Si bien el parentesco por afinidad se
crea solo ante la existencia de matrimonio, lo cierto es que no se encontraba un
término más apropiado para reemplazar los de “madrastra”, “padrastro” e
“hijastro”, que portan consigo una fuerte carga negativa. En definitiva, fuera de
este supuesto o vínculo excepcional que se desarrolla en las familias
ensambladas, en el resto de los casos la noción de parentesco se circunscribe
al vínculo matrimonial.

Los parientes por afinidad generan ciertos derechos y deberes; de allí su


trascendencia, como la del parentesco en general. Por ejemplo, el art. 33, inc.
c, CCyC prescribe que se encuentran legitimados para solicitar la declaración
de incapacidad o capacidad restringida dentro del segundo grado de
parentesco; el art. 108 CCyC establece la prohibición de ser designados tutores
dativos hasta el segundo grado por afinidad; el art. 295 CCyC impone la
prohibición de ser testigos en instrumentos públicos, siendo afines hasta el
segundo grado del oficial público; el art. 403, inc. c, CCyC establece que el pa-
rentesco por afinidad funciona como impedimento matrimonial en línea recta en

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 34


todos los grados; el art. 510 CC y CN dispone que no se le otorgará el
reconocimiento de efectos jurídicos a las uniones convivenciales de dos
personas que estén unidas por parentesco afín en línea recta; el art. 538 CC y
CN regula que la obligación alimentaria entre sí única- mente se le reconoce a
las personas vinculadas en línea recta en primer grado; el art. 555 CC y CN le
confiere derecho de comunicación a los parientes por afinidad en primer grado
respecto de una persona menor de edad, con capacidad restringida, enferma o
imposibilitada.

PUNTO 6- PROCESOS DE FAMILIA

Con una metodología innovadora se introdujeron en el CC y CN disposiciones


de carácter netamente procesal. Si bien sabemos que en nuestro sistema de
organización federal, las provincias han delegado a la Nación las facultades
para dictar los códigos de fondo, estas retuvieron todo el poder no delegado,
entre las que se encuentra la competencia sobre las cuestiones de
procedimiento conf. Art. 121 CN.

Sin embargo, esta situación no ha impedido que con anterioridad ya se


hubieran incorporado dentro del Código Civil disposiciones de corte procesal,
como ha sucedido con el derogado art. 236 que regulaba el procedimiento para
la separación personal o el divorcio por mutuo acuerdo, o las normas sobre el
juicio de adopción previstas en el art. 321, etc.

Actualmente se ha avanzado en ese camino, ya que se establecen pautas


generales sobre todos los procesos de familia, se caracterizan las acciones de
estado de familia, se determinan las reglas de competencia territorial y bajo la
denominación de “disposiciones provisionales” se mencionan las medidas
cautelares que se pueden adoptar.

Esto implica una regulación sistemática de aspectos que tienen relación directa
con cuestiones de procedimiento aplicables en todo el país, cuando estos
aspectos deben ser reglamentados en el orden local. Muchas de sus
disposiciones receptan principios constitucionales y otras que reproducen

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 35


normas que existían con anterioridad, pero otras cuestiones son realmente
novedosas y pueden significar una invasión de las competencias provinciales.

Avalando la solución que trae el CC y CN se ha expresado que la previsión de


los principios procesales en el texto del Código Civil y Comercial de la Nación
refleja el reconocimiento del derecho procesal constitucional, la trascendencia
de los derechos y garantías en juego y su reconocimiento en la Constitución
Nacional.

La forma de interpretar estas nuevas disposiciones tenderá a considerarlas


como un mínimo regulatorio que las normativas provinciales no podrán
desconocer.

La dificultad se presentará cuando exista contradicción entre los artículos del


CC y CN y los de los códigos de procedimientos locales, aunque entiendo que
deberían prevalecer las normas de fondo porque se sustentan en principios de
rango constitucional.

Ámbito de Aplicación

Se ha establecido una regla general referida a los procesos en los que deben
aplicarse las normas procesales que se anuncian.

ARTÍCULO 705.- Ámbito de aplicación. Las disposiciones de este título son


aplicables a los procesos en materia de familia, sin perjuicio de lo que la ley
disponga en casos específicos.
No se ha definido cuales son los procesos en materia de familia a que se
refiere esta norma, y por ellos será necesario hacer el ejercicio de su
individualización.

No se ha definido cuáles son los procesos en materia de familia a que se


refiere esta norma, y por ello será necesario hacer el ejercicio de su
individualización.

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 36


Una primera aproximación indica que serán considerados procesos de familia
todos aquellos que versen sobre cuestiones reguladas en el Libro II del CC y
CN referido a las “Relaciones de familia” y no sólo aquellos en los que se
debata acerca del estado de familia de los involucrados.

En tal sentido será considerado un proceso en materia de familia la oposición o


denuncia a la celebración del matrimonio, los que se susciten sobre la prueba
del matrimonio, la acción de nulidad del matrimonio, las relacionadas con las
consecuencias de la unión convivencial, los alimentos y deber de comunicación
originados en el parentesco, todas las acciones de filiación, alimentos
provisionales y daños y perjuicios; las que se originen en la declaración en
situación de adoptabilidad, la guarda con fines de adopción, la adopción y sus
consecuencias, y las que tengan sus sustento en normas de la responsabilidad
parental.

A ello cabe agregar los procesos sobre violencia familiar y doméstica regulados
por las leyes 24.417, 26.485 y 7403 y las cuestiones proteccionales de niños
niñas y adolescentes previstas por la ley 26.061.

La parte final de la norma pone de manifiesto la preponderancia de estas


disposiciones por sobre el resto de la normativa, ya sea de fondo o local porque
aquellas prevalecerá.

Principios generales de los procesos de familia


En el código, en su art. 706 se enuncian detalladamente los principios que
sustentan los procesos de familia.

ARTÍCULO 706.- Principios generales de los procesos de familia. El pro-


ceso en materia de familia debe respetar los principios de tutela judicial
efectiva, inmediación, buena fe y lealtad procesal, oficiosidad, oralidad y
acceso limitado al expediente.

a. Las normas que rigen el procedimiento deben ser aplicadas de modo de


facilitar el acceso a la justicia, especialmente tratándose de personas
vulnerables, y la resolución pacífica de los conflictos.

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 37


b. Los jueces ante los cuales tramitan estas causas deben ser especializados y
contar con apoyo multidisciplinario.
c. La decisión que se dicte en un proceso en que están involucrados niños,
niñas o adolescentes, debe tener en cuenta el interés superior de esas
personas.

1- Los procesos de familia, deben respetar el principio de tutela judicial


efectiva consagrado en el art. 8.1 de la Convención Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), con jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22 CN).

Se plasma mediante la posibilidad de promover un proceso, continuar con su


desarrollo hasta llegar a su conclusión en una sentencia que, respaldada en
normas jurídicas, brinde una solución adecuada al conflicto planteado en
tiempo oportuno.

Además resulta fundamental para garantizar este principio que la sentencia


dictada en el proceso de familia se cumpla, porque de lo contrario quedarías
como una solución abstracta.

El acceso a la justicia que enuncia el inc. a) del artículo en comentario implica


remover los obstáculos que pueden presentarse para facilitar el planteamiento
de las cuestiones conflictivas, especialmente cuando se trata de menores o
personas con capacidad diferente.

Es también esencial que la resolución del conflicto llegue en tiempo oportuno,


porque una justicia tardía no tiene este carácter y para ello debe ponerse el
énfasis en la celeridad de su tramitación y en la adopción de medidas que
tiendan a la economía procesal.

Los demás principios enumerados son igualmente importantes para la


concreción de la tutela judicial efectiva y resultan ser complementarios.

2- Se aplica la regla de la inmediación que impone el contacto directo del juez


con las personas que intervienen en el proceso y con los que intervengan en la
producción de la prueba, como testigos, peritos, etc. De modo que vea y
escuche a las partes con el propósito de llegar a la verdad jurídica objetiva, lo

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 38


que le permitirá alcanzar la solución más adecuada al conflicto familiar. Como
director del proceso, el juez cumple también un papel de acompañamiento a las
partes; les informa sobre sus derechos y la mejor forma de resolver sus
conflictos, al tiempo que fomenta la toma de conciencia de que lo que se
decida repercutirá inexorablemente en el núcleo familiar.

3- La naturaleza de los derechos en juego y su trascendencia para la vida de


las personas involucradas impone un cuidadoso respeto del principio de
buena fe y lealtad procesal de los litigantes y sus letrados. Dada la
sensibilidad de los temas debatidos en un proceso de familia, esta regla exige
evitar las argucias procesales que solo pretendan demorar el pleito o distraer
la atención del juzgado en cuestiones secundarias, extremar la precaución para
evitar el abuso del derecho, la actividad recursiva excesiva con el fin de
restringir al máximo los efectos perniciosos del litigio judicial para todos los
actores involucrados. Por otra parte, la cooperación de los litigantes en el
proceso es un elemento idóneo a la hora de dar valor o de interpretar sus
conductas. En otras palabras este principio apunta a acentuar el
comportamiento ético de las partes y de los profesionales que los asisten en el
proceso.

4- ARTÍCULO 709.- Principio de oficiosidad. En los procesos de familia el


impulso procesal está a cargo del juez, quien puede ordenar pruebas ofi-
ciosamente. El impulso oficioso no procede en los asuntos de naturaleza
exclusivamente económica en los que las partes sean personas capaces.

Los ordenamientos procesales facultan al juez a adoptar medidas para evitar


que el proceso perima y a ordenar la producción de la prueba que resulte
necesaria para el esclarecimiento de la verdad, pero la iniciativa para hacer
avanzar el juicio hacia la sentencia corresponde a las partes.

El citado artículo no excluye la iniciativa de las partes ni los libera del impulso
procesal, por lo que coexistirá con la facultad de instar el juicio.

Lo mismo puede sostenerse respecto de la prueba, ya que la responsabilidad


sobre su ofrecimiento y producción recae sobre las partes y la actuación de

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 39


oficio no debe vulnerar el principio de equidistancia que debe guardar el
magistrado, ni suplir la negligencia de los litigantes.

Quedan fuera de la oficiosidad los pleitos con contenido patrimonial siempre


que no involucre a personas vulnerables o personas mayores con capacidad
restringida.

En definitiva, este principio de oficiosidad tiene por fin involucrar al juez dentro
del proceso de una manera más activa que la que sucedía hasta el presente
como una forma de posibilitar una mejor resolución del conflicto.

5- Rige la regla de la oralidad que potencia el principio de concentración y,


como consecuencia de ello, la celeridad y economía procesal, es otro principio
que tiende a asegurar la tutela judicial efectiva, ya que si bien no excluye que
determinadas etapas procesales sean escritas como la demanda y
contestación, permite que la producción de la prueba se haga en audiencias
orales que facilitan la inmediación y la buena fe y lealtad procesal

6- ARTÍCULO 708.- Acceso limitado al expediente. El acceso al expediente


en los procesos de familia está limitado a las partes, sus representantes y
letrados y a los auxiliares designados en el proceso. En caso de que las
actuaciones sean ofrecidas como prueba ante otro juzgado, se debe ordenar su
remisión si la finalidad de la petición lo justifica y se garantiza su reserva.

En los procesos de familia rige el principio de reserva para la protección del


derecho a la intimidad (art. 18 CN y 16 CDN), vinculado a la dignidad personal
de los usuarios del servicio de justicia.

Quienes pueden tener acceso al expediente, a las audiencias —y a los


soportes técnicos en los que se documenten— y a los protocolos de las
sentencias son las partes. Aquí se incluyen los adultos y los niños, en el caso
de los segundos, conforme la edad y grado de madurez que posean, hayan
accedido a la justicia con su propio patrocinio jurídico. También se permite la
consulta del expediente a los letrados de las partes, a los auxiliares designados
—peritos, integrantes del equipo interdisciplinar, registro de pretensos

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adoptantes, entre otros— y a los representantes. La representación surge en el
caso de las personas menores de edad sin madurez suficiente para el acto de
que se trate (art. 24, inc. b; arts. 26, 100 y 101 CC y CN) y para los mayores de
edad con capacidad de ejercicio limitada judicialmente (art. 32, párr. 4, y arts.
34, 38, 100 y 101 CC y CN). Es posible la remisión del trámite en
circunstancias excepcionales, como el requerimiento de otro organismo judicial,
pero para hacer lugar el juez evaluará si la pretensión es justificada, a la par
que se garantizará el cumplimiento del principio de reserva. Aunque la norma
solo se refiere a que las actuaciones “sean ofrecidas como prueba en otro
juzgado”, por el principio explicado en el art. 706 CCyC, autoriza a limitar el
acceso también a otros organismos, como sería el caso de que lo requiriera el
Consejo de la Magistratura para evaluar el desempeño de un magistrado, salvo
que se estuviese investigando su mal desempeño o un delito, por lo que
también se hace extensivo al Ministerio Público Fiscal. En todo caso, y como
ocurriría para supuestos de divulgación con fines académicos, se garantizará la
información anonimizando la resolución de que se trate, y para evitar la
divulgación de los datos personales de los involucrados.

Este principio también se encuentra regulado desde hace mucho tiempo en el


art. 64 inc b) del Reglamento de Justicia Nacional, ya que por los temas que se
abordan en los procesos de familia resulta justificada la limitación que se
impone al conocimiento por parte de extraños pleito.

Luego la enumeración de estos principio en el inc a) del art 706 se reitera la


protección del accesos a la justicia especialmente de personas
vulnerables ya comentado, y se agrega la resolución pacífica del conflicto
familiar.

Lo que se procura es que sean las mismas partes la que acuerden la mejor
manera de superar la crisis que provocó un planteamiento judicial, ya que
siempre es más beneficioso que serán los interesados quienes de
comprometan con una solución y no que ésta sea impuesta por el magistrado.

En el inc b) del art. 706 se hace hincapié en la necesidad de que los


magistrados sean especializados, lo que constituye un elemento esencial

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 41


para que se encuentren en mejores condiciones para conocer, comprender,
resolver el conflicto familiar.

Las peculiaridades propias de esta problemática exigen que los jueces cuenten
con conocimientos específicos que les brindarán más herramientas para
encarar la solución de la crisis planteada.

Al mismo tiempo, se hace referencia al apoyo multidisciplinario, que según


algunos autores debió decir interdisciplinario porque esta expresión alude a
ciencias auxiliares que colaboran todas al mismo tiempo en encarar la cuestión
a resolver, mientras que aquellas ponen el énfasis en la multiplicidad de
aportes sucesivos a una cuestión determinada.

Lo cierto, más allá de la expresión que se más adecuada, es que la


conflictividad familiar no puede ser encarada sólo desde el punto de vista
jurídico, sino que presenta aristas que exigen el aporte de ciencias
relacionadas para que colaboren en el abordaje que sea más idóneo a ese fin.

Por el último, en el inc. c) del art. 706 se reitera el principio constitucional


de que en todo conflicto en el que se encuentren involucrados menores al
resolverlo se debe tener en cuenta el interés superior de esas personas.
Ya se señaló la importancia de este principio esencial, pero también se
puntualizó que la solución concreta dependerá de la situación de hecho en
cada caso particular y de la apreciación que de ella haga el magistrado.
Esto significa que habrá siempre una cuota de subjetividad al resolver la
cuestión familiar, lo que genera un punto de incertidumbre acerca de la
interpretación de interés familiar que hará el juez en cada caso.

-Participación en el proceso de menores o personas con capacidad restringida


También se ha incorporado en forma concreta el derecho a ser oído en todo
proceso que involucre a un menor o una persona con capacidad restringida que
tiene rango constitucional.

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ARTÍCULO 707.- Participación en el proceso de personas con capacidad
restringida y de niños, niñas y adolescentes. Las personas mayores con
capacidad restringida y los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ser
oídos en todos los procesos que los afectan directamente. Su opinión debe ser
tenida en cuenta y valorada según su grado de discernimiento y la cuestión
debatida en el proceso.

Estas disposiciones generales constituyen un mínimo de resguardo de los


derechos de las personas involucradas en un proceso de familia, pero no
impide que otras normas confieran derechos más amplios en casos puntuales.

La norma que se comenta garantiza el derecho a ser oído dentro de este tipo
de procesos, y eventualmente, a que la opinión sea tenida en cuenta y
valorada.

Esto no impida que en determinados casos, la persona con capacidad


restringida o al menor pueda intervenir dentro del procesos que lo involucre en
calidad de parte, y como tal, ofrecer y producir la prueba que le corresponda,
además de contar con su propio asesoramiento jurídico.

Respecto de las personas con capacidad restringida, el art. 36 del CC y CN


dispone que pueden intervenir en los procesos de declaración de incapacidad o
de restricción de la capacidad en calidad de parte y puede aportar todas las
pruebas que hacen a su defensa debiendo contar con asistencia letrada.

A su vez, el juez puede garantizar la inmediatez con el interesado durante el


proceso y entrevistarlo personalmente antes de dictar resolución alguna,
conforme se establece en el art. 35 del CC y CN.
Por otra parte, dentro de la responsabilidad parental se han regulado los casos
en que un adolescente pueden estar en juicio, ya sea frente a terceros como
así también en contra sus progenitores, tal como resulta de los arts. 677 a 680,
en todos los casos actuará en calidad de parte.

Además, en el proceso de declaración judicial de la situación de adoptabilidad,


el menor tendrá la calidad de parte si tiene edad y grado de madurez suficiente,

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y deberá contar con asistencia letrada (art. 608, inc. a, CC y CN) al igual que
en el proceso de adopción (art. 617, inc a, CC y CN) y en este proceso
además, se debe contar con su consentimiento si tiene más de 10 años (Art.
595, inc. f, CC y CN)

ARTÍCULO 710.- Principios relativos a la prueba. Los procesos de familia se


rigen por los principios de libertad, amplitud y flexibilidad de la prueba. La carga
de la prueba recae, finalmente, en quien está en mejores condiciones de
probar.

La naturaleza de los hechos que deben ser demostrados en un proceso de


familia y la importancia que tiene la acreditación de la verdad exige que se
adapten las reglas generales de la prueba a las peculiaridades de este tipo de
juicios.

En tal sentido, los medios de prueba a ofreces no puede sufrir limitaciones, y


en caso de dudad sobre su admisibilidad debe estarse por sin perjuicio de la
valoración que haga el juez de ellos en el momento de dictar sentencia.

Esta es una garantía que asegura el debido proceso que tiene raigambre
constitucional, y asegura contar con los medios necesarios para el
esclarecimiento de la verdad.

Si bien se mantiene el principio de que la carga de la prueba recae sobre las


parte que alega el hecho, se establece que dicha responsabilidad adquiere el
carácter de dinámica porque será la parte que se encuentre en mejores
condiciones para ofrecer la prueba quien deberá sustanciar su producción.

Esta es una innovación que se introduce expresamente en el CC y CN aunque


ya la doctrina preconizaba y la jurisprudencia admitía la admisión de las cargas
dinámicas.

Cargas probatorias dinámicas

En general, los ordenamientos procesales disponen que la carga de la prueba


incumbe a la parte que afirma la existencia de un hecho controvertido o un
precepto jurídico que el juez o el tribunal no tenga deber de conocer (art. 377
CPCCN). La regla, propia del tradicional proceso dispositivo, importa sostener
que el aporte y la producción de pruebas corresponde a quienes revisten
calidad de parte, y funciona como una obligación que, incumplida, perjudica a
quien no la satisfizo.
Las reglas del principio dispositivo referidas son morigeradas en los procesos
de familia, y, si bien se mantiene la contradicción, el juez debe poder alcanzar
la verdad real, que es el valor que protege el ordenamiento jurídico. Se
consagra así el principio de las cargas probatorias dinámicas, el mismo
implica que el deber de probar no está ya en cabeza de quien invoca un hecho

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 44


determinado, sino en cualquiera de las partes que se encuentre en mejores
condiciones (de hecho, técnicas, profesionales o documentales) de acreditar la
circunstancia controvertida. Se desplaza el esfuerzo probatorio hacia la parte
más fuerte de la relación procesal —en punto a la actividad probatoria—, y ello
tiene su base en un principio cardinal que informa la regulación del derecho de
familia: el de solidaridad. Se plasma un deber de colaboración de las partes —
de todas— para con el órgano, pero fundamentalmente, para el logro de la
verdad objetiva.

Dando un ejemplo práctico y corriente: el alimentante no podrá ya establecerse


en la cómoda negativa de carecer de medios suficientes para mejorar el aporte
alimentario aun trabajando en relación de dependencia, sino que deberá
acompañar toda la documentación en su poder —cuestión presumida— para
dar cuenta de sus ingresos reales, o bien requerir al empleador que la remita,
sin reposar en el tradicional deber de su contraria. Al tratarse de un principio
que se introduce en el CC y CN, se zanja la discusión doctrinaria de si la
aplicación de la teoría de las cargas probatorias dinámicas debía o no ser
anoticiada a las partes antes de que ofrezcan y produzcan sus pruebas, por
entender que la falta de notificación importaba una violación al derecho de
defensa.

La prueba de oficio

Son varias las normas del Código donde se establece la facultad judicial de
disponer la producción de medidas de pruebas en defecto de las partes, es
decir, ante la omisión de ofrecimiento o negativa de producción. Con relación a
las acciones de filiación, por ejemplo, se establece una posibilidad probatoria
concreta con una consecuencia también específica respecto de la valoración.
El art. 579 CCyC, luego de disponer que son admisibles toda clase de pruebas
(principio de libertad y flexibilidad), indica que ellas pueden ser ofrecidas por las
partes o dispuestas por el juez. Pero, además, señala expresamente que, en
defecto de las partes, pueden ser convocados para la realización otros
parientes —consanguíneos hasta el 2° grado—, priorizando a los más próximos
en grado frente a los más remotos. Finalmente, si existe imposibilidad de
concretar la prueba con esos parientes —sea por su negativa u otra razón—, y
la parte persiste en su negativa a prestar su material genético para que se lleve
a cabo, esa actitud es considerada un indicio grave contrario a la posición que
sustenta el renuente. Como puede verse, las facultades judiciales se
acrecientan en este tema, otorgando una potestad al juez de ordenar la prueba,
determinar quién brindará el material genético —no se limita a las partes del
juicio sino que puede incluir a terceros ajenos al pleito— y finalmente valorando
la conducta procesal asumida por la parte como obstruccionista o contraria a la
averiguación de la verdad, al considerarla un indicio grave. Como tal —indicio
grave—, deberá ponderarse junto con otros indicios o presunciones, sin
perjuicio de toda otra prueba aportada. En tal sentido, es posible valorar
también la actitud de los parientes convocados que, si también se negaron sin
motivos fundados, podrán formar convicción acerca de la postura sostenida por
la parte actora. También el art. 580 CCyC determina la posibilidad de
producción de prueba genética de oficio para el supuesto de la filiación post
mortem. Establece que se podrá realizar con material genético de los

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progenitores del fallecido presunto padre, y si ellos se niegan o resulta
imposible, se autoriza al juez a ordenar la exhumación del cadáver, incluso
estableciéndose una opción entre una u otra modalidad.

ARTÍCULO 711.- Testigos. Los parientes y allegados a las partes pueden ser
ofrecidos como testigos. Sin embargo, según las circunstancias, el juez está
facultado para no admitir la declaración de personas menores de edad, o de los
parientes que se niegan a prestar declaración por motivos fundados.
Esta disposición implica dejar sin efecto las normas procesales referidas a las
personas que no pueden ser ofrecidas como testigos (art 427, CPCCN).

Para la nueva norma del CC y Cn ya no hay testigos excluidos, sino que toda
persona puede ser ofrecida como tal aunque tenga una relación de parentesco
con las partes.

No se entiende la mención de los “allegados”, ya que no son parientes y se


puede tratar de personas que tengan una vinculación afectiva, amistosa o
laboral con las partes del proceso y sobre ellos no existe en la actualidad
ninguna restricción, por lo que su puntualización en esta norma parece
innecesaria.

Esto no significa que al declarar sobre las llamadas “generales de la ley” no se


ponga de manifiesto la relación que existe con las partes y que el juez valores
según las reglas de la sana crítica la imparcialidad y la fuerza de convicción de
las declaraciones testimoniales.

Aunque hayan sido ofrecidos como testigos, el juez puede no admitir la


declaración de menores de edad, sobre todo si tienen parentesco con las
partes del proceso.

También puede aceptar la negativa a declarar que formulen los parientes de las
partes cuando invoquen motivos fundados para hacerlo, como la violencia
moral a la que se verán sometidos al tener la obligación de declarar la verdad
bajo pena de incurrir en el delito de falso testimonio.

-Medidas Cautelares sobre las personas y los bienes


Diferencias entre las Medidas cautelares y las medidas provisionales

Medidas cautelares
Finalidad: aseguran el resultado del juicio

Requisitos generales:
• Verosimilitud del derecho
• Peligro grave e inminente
• Contracautela
• Requieren juicio posterior
• Plazo de caducidad

Medidas provisionales
Finalidad: Regulan las relaciones personales entre los cónyuges y los hijos.

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Requisitos generales:
• Verosimilitud (pretensión)
• Urgencia por vulneración de un derecho fundamental
• Bilateralidad acotada
• Sin plazo de caducidad
• Antes o concomitante con la demanda principal

Medidas provisionales relativas a las personas


En el caso de no haber acuerdo sobre las cuestiones relacionadas con el
divorcio será necesario tramitar los incidentes respectivos para que se
resuelvan ciertas cuestiones.

ARTÍCULO 721.- Medidas provisionales relativas a las personas en el


divorcio y en la nulidad de matrimonio. Deducida la acción de nulidad o de
divorcio, o antes en caso de urgencia, el juez puede tomar las medidas
provisionales necesarias para regular las relaciones personales entre los
cónyuges y los hijos durante el proceso. Puede especialmente:
a. determinar, teniendo en cuenta el interés familiar, cuál de los cónyuges ha
de continuar en el uso de la vivienda familiar y, previo inventario, qué bienes
retira el cónyuge que deja el inmueble;
b. si corresponde, establecer la renta por el uso exclusivo de la vivienda por
parte de uno de los cónyuges;
c. ordenar la entrega de los objetos de uso personal;
d. disponer un régimen de alimentos y ejercicio y cuidado de los hijos conforme
con lo establecido en el Título VII de este Libro;
e. determinar los alimentos que solicite el cónyuge teniendo en cuenta las
pautas establecidas en el artículo 433.

Una de las cuestiones que revisten mayor gravedad cuando se presenta el


conflicto familiar es determinar, entre los esposos, quién permanecerá en el
domicilio conyugal y quién tendrá que retirarse del mismo cuando la situación
de hecho hace insostenible la convivencia, y ninguno desea o se encuentra en
condiciones de poner fin a la vida en común.

En este aspecto, es preciso partir del contexto particular del caso concreto, ya
que es necesario el considerar las distintas alternativas que se pueden
presentar a fin de resolver la cuestión litigiosa.

En primer término debe tenerse en cuenta si ha cesado la convivencia dentro


del hogar conyugal, y en tal supuesto uno de los cónyuges puede requerir que
se convalide esa situación atribuyéndosele el uso de la vivienda familiar; o bien
el cónyuge que ya no vive allí porque fue excluido por la fuerza o porque se vio
obligado a retirarse existiendo una justa causa para hacerlo, puede solicitar ser
reintegrado al hogar.

Otro aspecto a considerar es el que se plantea cuando todavía se mantiene la


convivencia y existen razones fundadas por parte de uno de los cónyuges para

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 47


pretender que el otro deje el hogar conyugal, lo que se logrará mediante la
atribución de la vivienda a uno de ellos procediéndose a la exclusión del otro
esposo.

De la norma que se comenta no surge preferencia por ninguno de los


cónyuges, sino que el criterio que sustentará la decisión debe basarse en el
resguardo del interés familiar.

Una de las pautas para atribuir la vivienda será tomar en cuenta cuál de los
cónyuges quedará al cuidado de los hijos del matrimonio, y muchas veces se
resuelven en forma conjunta ambas cuestiones por la íntima relación que
guardan entre sí.

El estado de salud de los cónyuges, la actividad laboral que se realice en el


inmueble, el carácter de propio o ganancial cuando los esposos se encuentran
sometidos al régimen de comunidad, o si estaban bajo un régimen de
separación de bienes cuál de ellos es el propietario del inmueble, son algunas
de las pautas que la jurisprudencia ha elaborado como justificar una decisión
en la atribución de la vivienda familiar.

Puede suceder que esta determinación se requiera al inicio del proceso y aún
antes de su promoción cuando medien razones de urgencia que la justifique.

Si la situación es de extrema gravedad podrá adoptarse la medida provisional


inaudita parte, aunque por lo general se sustancia en forma accidental.

Relacionada con la atribución de la vivienda a uno de los cónyuges surge el


cese de la vida en común, y en tal caso deberá dejarse constancia de los
bienes que retira uno de los cónyuges en forma de inventario cuando se aleja
del hogar.

Puede suceder que, de acuerdo a las circunstancias del caso, se encuentre


justificado que el cónyuge que permanece en el hogar deba abonar una renta
al otro cónyuge como compensación por el uso exclusivo que hace de ese
inmueble.

Asimismo, es posible que efectos personales de uno de los cónyuges hayan


quedado en la vivienda atribuida al otro y ante la negativa de éste a
reintegrarlos, resulta viable que se requiera en forma judicial su entrega.

Los criterios para atribuir el cuidado de los hijos y sus alimentos resultan de las
normas de responsabilidad parental, a partir del art. 651 en el primer caso y del
art. 658 en el segundo supuesto.

En cuanto a los alimentos entre los cónyuges, resultarán de lo dispuesto en el


art. 432 respecto a su procedencia y en el art. 433 para determinar las pautas a
fin de fijar su cuantía.

Medidas provisionales relativas a los bienes

Andrea Mariela, Nieva Rosas Página 48


Sin que tenga relevancia el régimen de bienes que existe en el matrimonio,
aunque con mayor significación e importancia si los cónyuges están sometidos
al régimen de comunidad, es posible que se adopten medidas provisionales
sobre los bienes de los cónyuges.

ARTÍCULO 722.- Medidas provisionales relativas a los bienes en el di-


vorcio y en la nulidad de matrimonio. Deducida la acción de nulidad o de
divorcio, o antes en caso de urgencia, a pedido de parte, el juez debe disponer
las medidas de seguridad para evitar que la administración o disposición de los
bienes por uno de los cónyuges pueda poner en peligro, hacer inciertos o
defraudar los derechos patrimoniales del otro, cualquiera sea el régimen
patrimonial matrimonial. También puede ordenar las medidas tendientes a
individualizar la existencia de bienes o derechos de los que los cónyuges
fuesen titulares. La decisión que acoge estas medidas debe establecer un
plazo de duración.

Se ha mantenido casi inalterada la redacción que traía el anterior art. 233. Sólo
se ha agregado que se aplica también a la acción de nulidad de matrimonio y
que las medidas deben tener un plazo de duración, y se ha eliminado la
referencia a la separación personal porque no ha sido regulada esta
posibilidad.

Las medidas provisionales tendrán un amplio campo de acción cuando los


cónyuges se encuentran sometidos al régimen de la comunidad porque allí
será necesario resguardar la integridad de la masa de bienes gananciales que
habrá de dividirse luego de dictada la sentencia.

En el régimen de bienes ya no propiedad común, y pertenece a cada cónyuge


lo que integre sus patrimonio, por lo que la aplicación de las medidas
provisionales se verá circunscripta a casos particulares, como la existencia de
bienes en condominio entre los cónyuges.

En el caso de requerirse la adopción de una medida provisional antes de


promovida la acción del divorcio, deberá demostrarse la verosimilitud del
derecho a través de la prueba del matrimonio y el peligro en la demora,
mientras que si la demanda y ha sido entablada no será necesario que se
demuestren esos extremos ya que el derecho surgirá del acta de matrimonio, el
peligro está justificado porque la sentencia a dictarse disolverá el régimen de
comunidad y no se exige una contracautela porque el posible perjuicio podrá
ser resarcido con la parte de bienes gananciales que le corresponde al
solicitantes.

Centrándonos en este régimen, es posible señalar que no hay limitaciones en


cuantos a las medidas que se pueden adoptar. Sin embargo hay que tener en
cuenta que las mismas deben tender a asegurar los derechos del cónyuge
sobre los bienes gananciales procurando evitar que al mismo tiempo afecten
derechos de terceros o que le resten valor económico.

Esto es así porque siempre que el tercero no sea partícipe de algún acto
tendiente a defraudar al cónyuge no puede ver afectado sus derechos

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patrimoniales por un conflicto al que es ajeno; además, las medidas no deben
causar un daño mayor al que se quiere evitar y no podrían ser de tal naturaleza
que impidan totalmente la actividad económica que iría, en definitiva, en
desmedro de los intereses del solicitante.

Otra pauta a considerad es que deben recaer, como regla general, sobre los
bienes gananciales, aunque también pueden resultar involucrados, por
excepción bienes propios del otro cónyuge cuando se acredito que son
necesarios para cubrir créditos que el requirente tenga por recompesas.

Las medidas pueden estar destinada a evitar vías de hecho con las que
cónyuge propietario pretende desnaturalizar el bien o disminuir su valor, como
cuando destruye en todo o en parte algún bien y alter su estructura afectando
su valuación.

También a través de actos de administración puede afectar el valor de los


bienes, como, por ejemplo, si realiza un contrato de comodato o de locación
por un precio irrisorio o celebra un contrato de mutuo, por citar tan sólo algunos
casos de ese accionar.

En cada supuesto, dentro del amplio espectro de posibilidades que brindan los
códigos de procedimientos, será necesario dilucidad la medida que resulte
idónea a fin de evitar el posible perjuicio patrimonial que sufriría uno de los
cónyuges.

Además, es posible que se procure evitar que mediante actos de disposición se


pretenda disminuir el acervo ganancial.

Respecto de los bienes muebles no registrables será necesario


individualizarlos, y a través de su embargo, y eventualmente su secuestro,
evitar que salgan del patrimonio del otro cónyuge.

Las sumas de dinero también serán embargables, aunque en general se traba


el 50% del monto determinado porque de ese modo se asegura la porción que
le corresponderá al solicitante.

Con relación a los bienes inmuebles, muebles o derechos registrables, su


disposición requiere el asentimiento conyugal por lo que el riego disminuye
sensiblemente, aunque la adopción de medidas provisionales resulta
conveniente porque evitará que pueda resultar ejecutando por una deuda y al
mismo tiempo le otorga preferencia al cónyuge embargante.

Si hay dificultades para obtener la concreción de un embargo de dinero o


ingresos de uno de los cónyuges, podrá requerirse que un interventor
recaudador se encargue de hacerlo efectivo.

Si el acervo ganancial constituido por participación en sociedades, además de


su embargo podrá requerirse la designación de un interventor informante para
que se expida sobre la marcha de los negocios y, eventualmente, la de un
interventor judicial que sustituya al órgano de administración, debiendo

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cumplirse en este último caso con los recaudos exigidos por la Ley de
Sociedades.

Puede suceder que uno de los cónyuges tenga la sospecha de la existencia de


bienes que han sido ocultados por el otro esposo. Ante esta situación, la norma
permite adoptar las medidas tendientes a individualizarlos.

Podrán requerirse informes a los registros de la propiedad, tanto de inmuebles,


como de automotores o de buques o aeronaves, a instituciones bancarias o
financieras, agentes de bolsa o mercado de valores, y a cualquier otra
institución que pueda tener registro de bienes inscriptos a nombre de uno de
los cónyuges.

Si se conoce la existencia de una caja de seguridad pero se ignora su


contenido podrá solicitarse su apertura judicial, el inventario de su contenido, el
embargo de esos bienes y eventualmente su depósito en los lugares que
correspondan, ya sea instituciones bancarias, si se trata de dinero o divisas o
en los establecimientos idóneos si se trata de joyas u objetos de arte.

En definitiva, también en estos casos no hay limitación en cuanto a las medidas


que se pueden adoptar para procurar la individualización de bienes, y luego de
haberlos conocido se podrá requerir que se tomen otras medidas provisionales
para asegurar su integridad.

La nueva norma impone al juez el deber de establecer un plazo de duración de


las medidas provisionales sobre los bienes y éste debe estar relacionado con la
posibilidad de concretar el divorcio y luego la liquidación del régimen de bienes.

Nada obsta que ante la proximidad del vencimiento del plazo se solicite su
ampliación, justificando las razones que la hacen necesaria.

-Trabajo realizado por la cátedra de Derecho de Familia del SEAD de la


UCASal, conformada por los Dres: Jorge Montenegro, García Cainzo y Mónica
Naranjo, actualizado por la alumna Andrea Mariela Nieva Rosas.

Bibliografía Consultada
- Apunte de la cátedra.

- Código Civil y Comercial Comentado Tomo 2 de Marisa Herrera,


Gustavo Caramelo y Sebastián Picasso. Infojus. Año 2015.

- Incidencias del Código Civil y Comercial En El Derecho De Familia de


Jorge O. Azpiri, editorial Hamurabi, 7° reimpresión. Año 2015

- Manual de Derecho de las familias de Néstor Eliseo Solari.

- Manual de Derecho de familia de Augusto César Belluscio, editorial


Abeledo Perrot, 9° edición. Año 1999.

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