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HACIA UNA EDUCACIÓN RENOVADA

La educación en Colombia y en el mundo está dando un giro importante a nivel de


cómo se enseña y se fomenta la misma, actuando a la par con el cómo el mundo
se erige hacia una sociedad que está marcada por la comunicación a través de las
redes o dicho en otras palabras a través de las nuevas tecnologías y estas apoyadas
en la educación, la escuela como tal se encarga de brindar un espacio de
aprendizaje con interlocución física mas no personalizada es aquí cuando la
educación practica entra a jugar un papel totalmente importante pues aquí es donde
se le permite al estudiante encontrarse de cierto modo con una educación más
personal que le permite elegir temas y tiempos para su desarrollo, claro está que
esto estrictamente está atravesado por los enfoques literarios en este sentido nos
referimos a que el lenguaje esta inmiscuido en cada uno de los aspectos educativos
y en este no es la excepción siendo así que la literatura se transforma en ese eje
central donde la práctica de la educación se encuentra para así llevarlo a través de
un viaje que paso lo fantástico y se convierte en una vivencia personal sobre lo que
está aprendiendo.

Desde hace muchos años en la sociedad colombiana que es la que nos compete
en estas líneas podríamos hablar en respuesta a la pregunta que nos acongoja si
existe una relación entre educación practica y la literatura, sí, claro que existe, pues
en términos académicos sería prácticamente impensable pensar la educación como
tal sin la literatura en todos los niveles de formación hasta el más “alto” por así
decirlo, podemos hablar desde la complejidad y la pedagogía que más se asemeja
o más entra a tener relevancia en la sociedad colombiana no es otra que la
pedagogía del caos entendamos esto desde un punto de vista no nefasto si no más
fenomenológico, se ha creído por mucho tiempo que la escuela es la encargada de
enseñar el canon literario, de darle a los estudiantes la base para que luego puedan
construir sus propias lecturas. Parece entonces que la labor del maestro de literatura
es proporcionar un manual con aquellos textos y autores que han sobrevivido el
tiempo, así estos puedan no decirles mucho a sus jóvenes estudiantes, por estar
situados en contextos disímiles a su día a día. Se convierte así el ejercicio de la
literatura en la repetición de partes de la narración o de contar sílabas para
reconocer la métrica y la rima. En muchos casos este tipo de praxis del lenguaje
parece desestimulante y no propicia la lectura de los propios clásicos, sino que en
cambio genera el alejamiento total del joven hacia la lectura, no solo de lo literario,
sino también de otro tipo de textos, a este otro tipo textos podemos referirnos al
nivel de complejidad y caos así bien dicho que genera el encontrarse con lo que se
dice en la red como se aprende con ella, de ella pero siempre con la dirección de
un profesor, la pedagogía practica o educación practica permite que este sea un
hecho no desfasado si no que se encuentre en esta relación de la emancipación del
querer leer y enterarse a través de esta práctica sobre lo que se aprende
El caos y la complejidad dos visiones que pueden ser unificadas o entendidas casi
de la misma manera, las cuales están en auge desde la década de los 90 alrededor
del mundo, entendiendo por caos desde “el discurso mítico-religioso, vino a
significar lo opuesto a orden. Según las cosmogonías griegas el caos es el estado
en que se encuentra la materia, antes de la existencia del mundo tal como lo
conocemos, y del que surgirán las fuerzas organizadores del universo, del cosmos
(orden, para los griegos)”1, así pues se entiende el caos como una
contraproducentica de lo lineal, y la teoría de la complejidad pueden ser descrita
como. “la tendencia científica dominante surgida en la década de 1990, un aporte
capaz de explicar cualquier sistema complejo en función de unas pocas reglas
(Lewin 1992), O de acometer los problemas inabordables de la ciencia social; un
saber a la altura de los tiempos, una genuina nueva ciencia (Merry 1995)” (Reynoso,
2006, p.4)

Así pues el paradigma del caos se ve utilizado en el entorno académico desde la


denominada pedagogía del caos, la cual como principal momento toma la
creatividad con eje central del estudio determinado por el potencial de creación de
los sujetos.
Teoría pedagógica cuyos principios plantean sistemas educativos muy
abiertos, donde la diversidad presente tanto en los entornos como en
los elementos y grupos, tiende a fluir y reflejarse en todas las
dimensiones espacio temporales y de sentido, mediante procesos de
mutua consistencia, que al alejarse de las condiciones normales de
equilibrio, y por tanto del paradigma humano vigente, propician por
autorregulación redes de interpenetración en el conocimiento y en la
vida (Rubio, p.2)

De igual modo la capacidad del hombre para acoplarse a momentos impetuosos


que penetran las vidas de todos y todas, permiten aflorar la creatividad inhibidora
para olvidar los sucesos que le acogen, este es el principal punto que se pretende
estudiar desde, la complejidad de las emociones humanas, así como del como
aprende, crean visiones un tanto especulativas sobre el cómo acoplar este
paradigma en la escuela y por ende en la sociedad, “La creatividad está excluida de
la mayor parte del mundo de la vida y a esto contribuye la propaganda sobre el
grado de dificultad que ella requiere, y la vedetización de quienes son considerados
sus máximos exponentes” (Rubio, p.5), como todo en las sociedades capitalistas,
entran a jugar a un papel mediador y modificador de conductas y establece las
políticas a seguir en los diferentes estados del país, “promocionar” la creatividad en
los estamentos estudiantiles y sociales en sí, son un arma de doble filo y un

1
http://www.webdianoia.com/glosario/display.php?action=view&id=48&from=action=search%7Cby=C
problema para los gobiernos locales, “En la vida cotidiana y en el hombre o la mujer
del común la creatividad está casi ausente y es allí donde se tornaría más
generadora de alternativas, más fecunda en variaciones y por tanto más peligrosa
para una mecánica social que insiste en funcionar de maneras predeterminadas”
Rubio, p.6.

Es necesario entender, que romper con la cotidianeidad representa para el estado


un “problema de salud pública” por el simple hecho de fragmentar con las reglas
establecidas. Las cuales hacen que todo gire con “normalidad”, para ellos, así la
propuesta es fortalecer e implementar una pedagogía práctica que rompa con todos
los esquemas preestablecidos por las sociedades conservadoras en general,
poniendo en tela de juicio los métodos educativos utilizados tradicionalmente.

Aquí nos ceñimos muy a punto a las ideas Jordi Planella quien entiende la
educación como un arte con un echo de artesanía, dejando a un lado la idea de
reproducción de educadores y alumnos, un infame legado que de a poco a
desgarrado de la realidad a la mayoría de las prácticas educativas, esencialmente
las conectadas con la formación de docentes, en lo cual se vuelve un círculo vicioso
en la relación de maestro-alumno y futuros maestros. Ahora bien al caminar la
escuela, entendida como aquel lugar de formación, es puramente perceptible la
incursión del habitus en la escuela comprendiéndolo desde la visión de Bourdieu,
son los modos de acción/pensar originados por la posición ocupada en un campo,
donde el sujeto se alimenta de la estructura, aprende socialmente las acciones que
puede realizar en el campo, en este sentido los sujetos se amoblan al contexto, los
cuerpos se “líquidizan”, “los sólidos conforman su forma y persisten en el tiempo:
duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente:
fluyen, como la desregulación, la flexibilización”(Bauman, 2004), desde esta idea, el
cuerpo, los sujetos y por supuesto la educación se transforma,
De la misma forma, en el ámbito académico, los cambios culturales y
sociales se han visto permeados por alumnos que adquieren saberes
propios, porque «frente al maestro que sabe recitar muy bien su lección, hoy
se sienta un estudiante que por ósmosis con el medioambiente comunicativo,
se involucren otros lenguajes, saberes y escrituras que circulan por la red»
(Martín-Barbero, 2003, p. 5), instando a la innovación por parte de las
instituciones educativas en cuanto a la forma de orientar el conocimiento y
organizar las actividades de enseñanza. (Cabrales, 2017, p.15-16)

.Esto se impone también en la educación, exigiendo la transformación del lenguaje


y sobre todo de las prioridades educativas hacia una suerte de globalización de la
misma; de esta manera, llega al aula el discurso de las competencias en sus
múltiples vertientes, para procurar preparar al ser humano para responder a un
mundo globalizado y no las necesidades locales en las cuales viven su día a día,
aquí intervine de manera heroica la relación literatura y educación, la cual en sus
inicios conceptuales del término literatura están relacionados con la especialización
en la lectura, la cual a su vez corresponde al nacimiento de la imprenta y al libro que
de ella se desprende. Esta categoría será de uso y condición más que de
producción; por lo tanto, se privilegia a una clase social que puede acceder a un
saber culto, casi siempre a través de la educación.

Para llegar a una Escuela “otra”, todos los actores del acto educativo, debemos
reflexionar cómo la Escuela ha perpetuado la relación del sistema mundo moderno
(Wallerstein, 1999), es decir, la división entre los países de primer orden y los del
tercer mundo, entre los que estaría Colombia. Entonces es labor de los actores
romper con esas estructuras de reproducción y darle la posibilidad a los jóvenes de
poder pensarse desde otras posturas, de reconocer que existen “otros” y, sobre
todo, que él mismo hace parte de la alteridad, negada en muchas ocasiones -casi
en todas- por los discursos que circulan a través de los conocimientos que emergen
de los centros de poder.

Nuestra Escuela ha llegado a perpetuar esta forma de ver el mundo; por ello, no es
de extrañar que “La característica de muchos países latinoamericanos ha sido la
implantación de modelos educativos de origen foráneo, funcionales en los contextos
educativos específicos de su concepción, pero absolutamente extraños a las
necesidades y condiciones particulares de las comunidades locales” (Libreros,
2002, p.9). Muestra de ello es que en la escuela competitiva países como el nuestro
han importado modelos pedagógicos como las competencias y comenzaron a
plantear desde los noventas estándares curriculares para homogeneizar los
procesos de enseñanza-aprendizaje de la población.

En el marco de estas ideas son múltiples los tipos, dimensiones y taxonomías en


las que se agrupan las competencias educativas actuales; entre estas podemos
encontrar las competencias ciudadanas, que buscan desarrollar actitudes y
aptitudes sociales que nos permitan vivir en comunidad en los escenarios públicos
y respetar el espacio privado, "La virtualidad tiene poca afinidad con lo que es falso,
ilusorio o imaginario. No es lo contrario a lo real, sino una forma de ser que favorece
los procesos de creación" (Lévy, P., 1999: 12).
Es el inicio de una nueva didáctica y una nueva forma de comprender la
enseñanza y no debemos permanecer impasibles ante las posibilidades que
nos ha de ofrecer esta manera de ver y cuestionar el mundo. Una nueva
forma, compartida y cooperativa, que ofrece posibilidades de desarrollo y
conocimiento sin límites. Pero, los mínimos quedan delimitados en la acción
del profesorado, que puede adaptarse mediante la asimilación y la
acomodación de estas formas o mantenerse desde un posicionamiento
negativo y de rechazo hacia ellas. Indudablemente, nos encontramos ante un
reto innovador creciente, que demanda una real implicación y contesta a
aquellos/as que atribuyen una función fraccionaria y secundaria al uso e
introducción de las TIC en el mundo educativo. No podemos dar la espalda
a un acontecimiento que está ahí, alrededor y cercano. Precisamos de
profesores/as que comprendan y perciban las posibilidades del nuevo mundo
en el que se encuentran sumergidos y, de este modo, se sitúen sin prejuicios
ni obsesiones ante la aplicación en sus aulas de esta revolución tecnológica
(Trujillo, 2006, p.8)

El educar en tiempos de hoy pretende también “crear” seres competentes,


entendido así como el que sean útiles para la sociedad, entonces las competencias
impartidas serán dirigidas hacia la promulgación de saberes propios a los la
comunidad debe responder intuitivamente generados por las instituciones, entonces
el respeto de la pluralidad será dirigido está un poco sesgado pero gracias a la
coyuntura actual y a estos engranes de lo práctico y lo literato por decirlo de algún
modo permite “La escuela como contexto es tal vez el escenario en el que hay
mayor contacto entre lectores y textos, sin ella es posible que muchos de nosotros
desconociéramos los textos que ahora son pilares de nuestra existencia. Pero
antes de encontrar esas relaciones que surgen en la escuela a nivel “textual”,
hemos de esclarecer lo que entendemos como texto en términos literarios”
(Rodríguez, 2014, p.3)

El propio desarrollo de las competencias permite una formación llevada a cabo por
procesos, en el sentido que si la escuela es un proceso en otras palabras por
niveles, el nivel de formación en competencias se debe de llevar a la par, se debe
formar procesualmente en el respeto de la pluralidad, todo por niveles, el respeto
ideológico se debe de ir enseñando a medida que avancen a nivel cognitivo para
que puedan interpretar de una mejor el manera su labor en el mundo como seres
colaboradores.

Así mismo esta vertiente académica y pedagógica tiene algunas cuestiones que
manejar como lo es el movimiento de la diversidad Entendamos el reconocimiento
de la diversidad como la interpretación de la pluralidad de la diferencia permitiendo
así que por medio de las competencias se logre llegar a un conocimiento continuo
de que la diversidad se encuentra en todo el entorno social en el que nos movemos
y es necesario para “sobrevivir” y permitir la sobrevivencia de la comunidad. Del
mismo modo, permite, formar para la ciudadana claro de hecho es tema de gran
relevancia hoy en día el ser ciudadanos que implica, reconociendo al sujeto social,
como un sujeto histórico que construye su historia y que tiene la capacidad de
transformar su realidad, “un ser que experimenta en un mundo” como lo menciona
la filosofía. Un sujeto habitante permeado por el concepto de cuerpo y el
sentimiento, en donde se pone en evidencia que el concepto de ciudadano no está
sujeto a tan solo la acción social y el ejercicio del poder, sino también a la vivencia
corporal y emocional de la vida, que ayuda a la construcción socio espacial de la
ciudad.

Del mismo modo debemos entender que la educación y la pedagogía en Colombia


está atravesada también por el contexto de la evaluación educativa la cual debe
responder a unos niveles “lógicos” para pasar la brecha académica que en
concordancia con lo anterior se convierte en algo meramente competitivo pues el
placer de ver que soy mejor que el otro genera una repugna personal que subyace
sobre el otro.

El conocimiento ha sido tomado de un modo meramente instrumental en relación


con la valuación, del mismo modo que se ha utilizado a los sujetos investigados en
la investigación científica en todos los campos de acción, de aquí se desprende la
razón de ser del conocimiento como evento netamente social, y preparador cultural
del contexto en el cual se encuentra el estudiante, el docente debe de ser guía en
esta experimentación o mejor reconocimiento de las leyes naturales del entorno,
preparándolo cívicamente, para poder ser “útil” en el sentido que salga a dinamizar
en la sociedad de una manera más comprensiva con actitud de cambio, eso sería
lo deseado, pero es cierto que la educación aún sigue estando mediatizada por el
gobierno, “la enseñanza no consiste tanto en la transmisión de información sino en
incentivar la curiosidad por la exploración de contenidos valiosos de conocimientos”,
el docente debe de enseñar a preguntar, argumentar a pensar y a defender sus
ideas pues de ahí nace el pensamiento reflexivo entorno a los contenidos dados.

La sensibilidad como primer gran punto de abordaje nos permite definirla como “la
facultad de las personas de estar en relación con el mundo” (García, 2009. p.20) ,
la experiencia esta cruzada por la sensibilidad la cual en si misma permite la
recolección de las más especiales para su yo, esta experiencia da la posibilidad de
mirar y enfrentarse al mundo tal y como es sin miedo y plantarse de una manera
más consiente, más que un conocimiento de sí mismo la razón sensible se refiere
a un pensar por medio de la pasión, de la emoción, el ENTUSIASMO, un “espíritu
interrogador”, salir de la institucionalización del aula, el encarcelamiento con el
profesor que no escucha.

Ahora bien si vemos más allá y nos ponemos a pensar en si sobre una pedagogía
que sea netamente colombiana o la que más se amolde a las necesidades teniendo
como presente y entendiendo lo discutido anteriormente es necesario decir que el
modelo que mas toma fuerza es el modelo de escuela nueva pero vuelve y juega
¿de dónde es ese modelo? “La Escuela Nueva, también conocida por diferentes
autores como Escuela Activa, "Nueva Educación" o incluso "Educación Nueva", es
un movimiento pedagógico surgido a finales del siglo XIX.” 2 Así pues, se entiende
por pedagogía critica, aquella que permite una reconstrucción constante del
conocimiento mediante la pregunta, en otras palabras el docente enseña a
interrogar, a la dialogicidad y el enfrentamiento a las capitulaciones ideologías
propuestas en la sociedad, “La Pedagogía Crítica ha comenzado a proporcionar una
teoría radical y un análisis de la escuela, y al mismo tiempo añade nuevos avances
en la teoría social y desarrolla nuevas categorías de investigación y nuevas
metodologías.” (Mclaren P); así mismo es primordial preguntarnos como docentes
hombres y mujeres, ¿que se pretende educar y cómo hacerlo?, esta pregunta cala
a la perfección en la postura de la pedagogía critica pues si entendemos la re-
flexibilidad de la pregunta como principal eje moderador del modelo crítico, el
docente también debe de indagarse así mismo mediante la experiencia social que
recae en él, de igual modo es entendida como la “Teoría que propone a través de
la práctica, que los estudiantes alcanzan una conciencia crítica dentro de su
sociedad.” Los estudiantes son el eje central de la educación y no el docente, es
necesario reconocer al docente como la persona guía de los contenidos académicos
y no al encargado de meter una cantidad de información en una bóveda vacía
(educación bancaria), así pues es primordial enseñar en las posiciones dialógicas
del mismo modo que enseñar a ser curiosos la revolución de la pregunta.

A lo largo del presente ensayo se logra no demostrar, pero si entender como en


los últimos años mas esencialmente en el siglo XXI, existe un cambio que es latente
en la educación, por varias cuestiones que van más allá de lo apenas perceptible,
permitiendo no sacar conclusiones sin antes entender como desde la postura de
personas reconocidas en el ámbito educativo, logrando hace entender que estos
cambios no son de ahora solamente sí que esto a venido ocurrido desde siempre,
o sea es un cambio constante es algo cíclico que nunca para y con un poco de
atrevimiento se puede decir que no va parar, la educación practica está aquí y se
quedara por un largo tiempo al igual que la literatura, las cuales por supuesto como
quedo evidenciado van a cambiar a como son hoy día, pero esto es parte del mismo
cambio del que se establecía anteriormente, así mismo el estuvo de esto es
primordial para sentar unas bases teóricas y prácticas del mismo para lograr que
estos cambios circunstanciales serán venideros en las estancias educativas las
cuales se puede decir que es en todos los niveles educativos.
BIBLIOGRAFÍA
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2
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