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EQUIPO 2

Tarea 3
Samanta Alicia Becerra Guzmán
Ricardo Alejandro Heredia Salas
Lucelly Guadalupe Chablé Camelo
Javier de Jesús Pliego Iñiguez
Iván Enrique Cámara Kantún
Alberto Ricardo Escobedo Villamonte
Juan de dios Fritz Sierra

Profesora Gabriela A. Quintal Morejón


METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

26 de octubre de 2019
Planteamiento del problema

Vivimos en tiempos complicados, Naredo y Carpintero (2013) lo explican de maravilla: lo


monetario domina el análisis económico actual y se reduce solo a ello. Las demás variables
envueltas en la producción de bienes pasan a un segundo plano, como si de molestias se
tratasen el trabajador y las dimensiones sociales que le rodean. Parafraseando a ambos
autores, el proceso económico se reduce a la producción de la riqueza.

Sumado a lo anterior, Amin (2001) explica como la teoría capitalista no solo no va en


concordancia con la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores, sino que pensar que
ambas pueden ir de la mano es, en realidad, algo sin sentido y hasta contradictorio, algo que
pertenecería a otra teoría económica o de pensamiento.

De todo lo anterior se pueden extraer consecuencias que se siguen de manera lógica y


natural. Ya que el aumento de producción, ventas y riquezas son todas variables que van de la
mano, y que son inversamente proporcionales al bienestar del trabajador, no interesa que el
consumidor tenga al alcance los mejores productos en términos de costo y beneficio, solo que
compre y que produzca más.

No entraremos de fondo en la discusión de si esto es ético o no, pero estamos


convencidos de que en algunos casos lo es (dependiendo de la situación). De paso también
afirmamos, que estamos totalmente en contra de autores como Lechat (2004) que afirman que
no hay una economía moral.

Habiendo dicho todo lo anterior, es algo natural e inmediato sospechar que esta
situación, en la que el consumidor no compra lo mejor posible al ser engañado, podría ser más
o menos común y que podría ser una constante en infinidad de áreas del mercado. Realmente
nos hace preguntarnos si las cosas que compramos son las mejores a nuestro alcance o si
tenemos mejores opciones de las cuales simplemente no sabemos.

Podríamos pensar que influyen mucho las campañas de mercadotecnia y que,


dependiendo de su mayor o menor éxito, son estas las que modifican nuestra conducta de
compra. Mientras que algunos bienes, como la comida, son más fáciles de juzgar para el
consumidor (pues se puede reducir al mero gusto), otros requieren un conocimiento más
especializado, siendo este el caso de los dispositivos tecnológicos.
Marco teórico

1. Justificación

Analicemos lo siguiente. Según reportaba Excelsior (2016), hace 4 años se vendía en


México un smartphone por segundo. Queda claro con esta cifra que la venta de smartphones
en nuestro país es un negocio gigante. Cabe aclarar que estas cifras son solo para las ventas
registradas; hay muchos equipos que circulan constantemente en el mercado informal y que
no están tomados en cuenta en la nota citada.

Por smartphone (o celular, en términos coloquiales) entendemos la definición dada por


Organista-Sandoval, McAnally-Salas y Lavigne (2013), un dispositivo móvil con gran
capacidad de comunicación, procesamiento y almacenamiento con capacidad de manejar
contenidos multimedia y gran facilidad de conectarse a redes inalámbricas. Aclaramos esto
pues no nos referimos a cualquier tipo de dispositivos de comunicación. Dispositivos como
tablets (que difieren en diseño) o teléfonos fijos no entran en esta categoría y no están
contabilizados en el reportaje citado en el párrafo anterior.

Nuestra atención se ha centrado en estos dispositivos tecnológicos por una simple razón:
son más usados y comunes. Veamos el reporte del INEGI (2019) más reciente:

 El año pasado, del 73.5% de la población mayor de 6 años que usó un celular, 8
de cada 10 tenía un smartphone para conectarse a internet.
 69.6 millones de personas son las que en 2018 contaban con un smartphone. Esto
representa un aumento con respecto a años previos.
 El uso de la computadora registro un corto decremento de 0.3 puntos
porcentuales.
 En orden de más usados a menos usados, los porcentajes en que se usan ciertos
dispositivos para conectarse a internet son los siguientes: Smartphones (92.7%),
computadora portátil (32.6%), computadora de escritorio (32%), Tablet (17.8%),
televisión (16.6%) y consola de videojuegos (6.9%).
Los smartphones son los reyes indiscutibles de las estadísticas, son vendidos en
cantidades impresionantes y dominan el uso de conexión a redes, es natural que nuestra
atención se haya dirigido a ellos inmediatamente.

2. El problema

El consumidor, es decir el que consume bienes (García, 2018), es el principal blanco


de todo tipo de campañas publicitarias y el mercado de los smartphones no es diferente.
Es una guerra para cambiar a conveniencia la percepción del consumidor.

Percepción vendría a ser el conjunto de estímulos a los sentidos que nos ayudan a
tener información (Universidad de Murcia, s.f.). Puesto que la percepción del consumidor
puede o no ajustarse a su capacidad de compra o a sus necesidades, su compra no será
necesariamente la mejor, porque, como vimos en el planteamiento del problema,
posiblemente será guiada por la tendencia del mercado a un aumento de la riqueza de
otro y no a satisfacer sus necesidades. Esto es particularmente importante en un
mercado como el de los smartphones en el que se requieren ciertos conocimientos
técnicos para realizar una compra.

Es importante tener todo esto en cuenta porque el mismo concepto de costo, que es
el valor que se le da a un producto usando distintos criterios (Sánchez, s.f.), no implica
tener un cuidado en particular para el consumidor. Simplemente es una variable que
puede o no estar presente al establecer un determinado precio. No solo no tiene que
tener en cuenta al consumidor, sino que tampoco tiene que ver necesariamente con su
funcionalidad tecnológica. En este sentido tenemos que hacer la aclaración de que el
término de funcionalidad tecnológica es usado con cierta frecuencia, pero no parece
tener una definición concreta de fuente confiable. En este trabajo nos estaremos
refiriendo a este término basándonos en la definición de función que maneja la RAE (s.f.),
que, para nuestros propósitos y parafraseando, sería la capacidad de determinada
maquina (el smartphone) de hacer alguna tarea, de modo que funcionalidad tecnológica
sería la capacidad de un dispositivo electrónico de realizar determinadas tareas (de
elaboración propia, 2019). Si un dispositivo puede conectarse a internet y otro no,
entonces el primero tendría mayor funcionalidad tecnológica que el segundo.
Estamos plenamente conscientes de que muchos consumidores saben en mayor o
menor medida que determinadas marcas pueden mostrar cierto estatus social, es decir,
su posición en la sociedad (Academic, s.f.) y es la razón por la cual prefieren pagar
mayores sumas de dinero. También sabemos que otros sí se fijan en criterios más
objetivos, están al tanto de los procesos de nuevas tecnologías y mejoras significativas
de los equipos, diciéndolo en una palabra, se fijan más en la innovación, que viene a ser
todo eso en conjunto (Escuela Europea de Management, 2016).

3. Concretando nuestro trabajo con literatura relacionada

Sabiendo de la existencia de todas estas variables, entendemos que pretender


conocer en qué medida el consumidor mexicano es consciente de su compra a la hora
de elegir un smartphone es una labor titánica que exige recursos y tiempo con que no
contamos. Para propósitos prácticos de nuestra investigación, hemos decidido reducir
nuestro objetivo a una meta más humilde y que, esperamos, pueda ayudarnos a
conseguir datos concretos de una sección del mercado. Hemos decidido concentrarnos
únicamente en los estudiantes universitarios de 18 a 29 años.

La razón de esto es muy sencilla. Esta es la población que ya es productiva, y por


tanto consume con recursos propios o que esta por volverse productiva (en el caso de
los más jóvenes). Conocer su comportamiento, percepción y conocimientos relacionados
con el mercado de los smartphones es sumamente importante para entender el estado
actual del mercado y la tendencia que puede tomar, al menos a nivel local.

Estamos igual conscientes de que el gran número de marcas existentes en el


mercado hacen difícil la tarea de elegir los candidatos a participar en esta investigación.
Para tomar la decisión nos basamos en algunas estadísticas y un estudio similar al que
pretendemos hacer.

El primer fabricante que decidimos usar fue la marca Apple (fabricantes del iPhone).
Tras un estudio realizado por Gutiérrez (2017), resultó ser la marca más usada por
estudiantes en una universidad privada de la zona metropolitana de Guadalajara. No solo
fue la más usada, sino que además su margen de diferencia con el segundo lugar
(Samsung) fue abismal. Nos parece un resultado interesante y, ya que además la marca
parece ser un referente en ciertas secciones del mercado, decidimos incluirlo en nuestra
investigación. Este estudio sugiere que, a mayores ingresos, los estudiantes prefieren
algunas marcas en particular ¿Conocerán la relación costo-funcionalidad?

La segunda marca que decidimos usar fue Samsung. El trabajo de Gutiérrez influyó
puesto que esta marca ocupó el segundo lugar en cuanto a equipos más usados, pero
también lo consideramos por una de sus conclusiones. De acuerdo con esta
investigación, la marca Samsung parece ser comprada sin importar los ingresos de los
estudiantes. Sumado a esto tenemos una nota de Milenio (2019) del mes de mayo
mostrando los más recientes números de ventas y posicionando a esta marca como la
dominante en el mercado mexicano con una nada despreciable tercera parte del mercado
de venta de smartphones.

Como última marca por elegir, y siguiendo con la nota de Milenio, nos fijamos en las
compañías no estadounidenses presentes. Las principales siendo LG y Huawei.
Optamos por Huawei por una razón muy sencilla, su presencia en el mercado ha sido
marcadamente más corta pues fue fundada en 1987 (Huawei, s.f.) y consideramos que
era un caso más interesante para analizar o que al menos nos daba más curiosidad.

Finalmente, para propósitos prácticos, en lo que queda de la investigación,


utilizaremos la palabra consumidor para referirnos a los estudiantes universitarios de 19
a 29 años.
Metodología

1. Enfoque

El enfoque que manejaremos será mixto. Procuraremos cuantificar la mayoría de


nuestras variables, pero procuraremos mantener un elemento cualitativo, puesto que
consideramos que para explicar el fenómeno en cuestión se requiere de tener ambos
presentes.

2. Variables

2.1. Independiente: Funcionalidad tecnológica


 Definición conceptual: Capacidad de un dispositivo electrónico de realizar
determinadas tareas (de elaboración propia, 2019).
 Definición operacional: Respuestas dadas a cuestionario de conocimientos
técnicos de celulares (de elaboración propia, 2019).

2.2. Dependiente: Costo


 Definición conceptual: Valor que se da a un consumo de factores de
producción dentro de la realización de un bien o un servicio como actividad
económica. Dentro de este deterioro o utilización de factores que suponen
la creación de costes o costos se incluyen el pago a trabajadores, gastos
derivados de la actividad económica como servicios de marketing o la
compra de mercaderías. (Sánchez, s.f.)
 Definición operacional: Respuestas dadas a escala y cuestionario de costo
(de elaboración propia, 2019).

2.3. Independiente: Necesidades del consumidor


 Definición conceptual: Estado fisiológico o psicológico inherente a la
condición humana, definido por la sensación de carencia de una cosa
material o inmaterial (Wolters Kluwer, s.f.)
 Definición operacional: Respuestas dadas a cuestionario de necesidades y
expectativas de compra (de elaboración propia, 2019)
3. Objetivos

General: Establecer cuánto conocen los estudiantes universitarios de 19 a 29 años de la


relación costo-funcionalidad de los smartphones de marcas Apple, Samsung y Huawei, así
como sus percepciones subjetivas respecto a ellos y sus expectativas de compra.

Específicos:

 Conocer las necesidades y los criterios técnicos, económicos y subjetivos que los
consumidores toman en cuenta para comprar sus celulares.
 Establecer el conocimiento de las especificaciones técnicas que tienen los
consumidores de las marcas Apple, Samsung y Huawei.
 Establecer las percepciones subjetivas que tienen los consumidores de las marcas
Apple, Samsung y Huawei.
 Analizar la relación de costo-funcionalidad de un equipo y necesidades del
consumidor

4. Hipótesis

La hipótesis para tratar es que los consumidores, que son estudiantes universitarios de
19 a 29 años, desconocen las diferencias técnicas entre distintas marcas de smartphones
llevándolos a pagar mayores cantidades de dinero por un equipo que les ofrece menor, igual
o apenas mayor funcionalidad tecnológica que otro que tiene un costo menor y que podría
cumplir sus deseos o necesidades satisfactoriamente.
Referencias

Naredo, J. M., & Carpintero, O. (2013). Ideología político-económica dominante y claves para
un nuevo paradigma. Revista de economía crítica, 16. Recuperado de:

http://tratarde.org/wp-content/uploads/2014/01/Revista_Economia_Critica_16-PENSAR-LA-
TRANSICI%C3%93N-I.pdf#page=108

Amin, S. (2001). Capitalismo, imperialismo, mundialización. Resistencias mundiales.


Recuperado de:

https://www.herramienta.com.ar/articulo.php?id=2887

Lechat, N. (2004). Economía moral. La otra economía, 165-172. Recuperado de:

http://www.cepalforja.org/economiasolidaria/wp-
content/uploads/2017/06/Laotraeconomia.pdf#page=165

Organista-Sandoval, J., McAnally-Salas, L., & Lavigne, G. (2013). El teléfono inteligente


(smartphone) como herramienta pedagógica. Apertura, 5(1), 6-19. Recuperado de:

https://www.redalyc.org/pdf/688/68830443002.pdf

Hernández, A. (2016). Se vende un smartphone por segundo; datos a 2015 en México.


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https://www.excelsior.com.mx/hacker/2016/02/17/1075686

INEGI. (2019). Comunicado de prensa número 179/19. Instituto Nacional de Estadística y


Geografía Recuperado de
https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2019/OtrTemEcon/ENDUTIH_201
8.pdf

García, I. (2018). economía simple.net. Obtenido de

https://www.economiasimple.net/glosario/consumidor

Universidad de Murcia. (s.f.). Percepción. Universidad de Murcia. Recuperado de


https://www.um.es/docencia/pguardio/documentos/percepcion.pdf
Sánchez, J. (s.f.). Coste-Costo. Economipedia Recuperado de

https://economipedia.com/definiciones/coste-costo.html

RAE. (s.f.). Diccionario de la lengua española. Función. Real Academia Española Recuperado
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https://dle.rae.es/?id=IbQKTYT

Academic. (s.f.). Enciclopedia Virtual. Estatus Social. Academic Recuperado de


https://enciclopedia_universal.esacademic.com/9508/Estatus_social

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plan de acción. Escuela Europea de Management Recuperado de
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Gutiérrez Rentería, M. E. (2017). Smartphone: usos y gratificaciones de los jóvenes en México


en 2015.

http://scripta.up.edu.mx/xmlui/bitstream/handle/123456789/934/Smartphone%20usos%20y%2
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Milenio. (2019). Éstas son las marcas de celulares más vendidas en México. Milenio
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Wolters Kluwer. (s.f.). NECESIDAD. Wolters Kluwer Recuperado de


http://diccionarioempresarial.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAA
AAEAMtMSbF1jTAAASMTC0MTtbLUouLM_DxbIwMDS0NDQ3OQQGZapUt-
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Apéndice

A modo de nota aclaratoria tenemos que decir lo siguiente. Estamos bastante seguros
del rumbo que está tomando el trabajo, pero la parte de las variables nos tiene aún con dudas
que esperamos que podamos resolver la próxima clase. Tratamos de hacer lo mejor posible, y
esperamos que considere un juicio menos severo en esa sección.

Una de las razones de esto es porque pensamos que las variables de costo,
funcionalidad y necesidades del consumidor requerirá una dificultad especial al ser 3 variables
y no solo 2.

La redacción de la definición operacional nos ha causado gran dificultad porque


consideramos que necesitamos una mejor idea del instrumento que aplicaremos, pero no
contamos ahora con el tiempo para desarrollar esas ideas antes de la hora de entrega.

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