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MIS CREACIONES

LITERARIAS

AUTORES:
 Estudiantes del 3º y 4º Grados - 2018
 Lic. Martín Miguel Torres Tejada – Tutor
Simón y el Adiós (poesía)

Nació un niño varón, orgullo de papá,


fue criado con amor y mucha atención.
Al cumplir los doce, se fue de casa,
su papá lloró mucho. La vida no fue fácil
cuidaba carros, dormía en la calle.
Que pena, que dolor, tanto amor para nada.
Entre desvelos y andanzas aprendió
a llevar el cigarro a la boca que
tristeza, que penuria.
A los trece ya es como chimenea
el amor y atención, ¿Para qué sirvieron?
el orgullo de papá se vuelve dolor.
Pobre. Simón, ya no quedaba
ni siquiera el rostro de un niño
era blanco como un papel
y flaco como un palo de fósforo.
Un verano tocaron a la puerta de papá,
para decirle que Simón, murió, Papá
dijo: ¡Maldita droga!
¡Maldito aquel que lleva a los niños
a la destrucción!
CARTA DIRIGIDA A DIOS

La unión, 01 de diciembre de todos los años.

Señor Jehová Yahvé Rey de Reyes


El cielo.-
Querido Señor de los Cielos.

Te escribimos esta carta para agradecerte por todo lo que nos


por todo lo que nos das. Nos das la vida, el pan de cada día. Nos das el
entendimiento. Por eso quiero decirte Padre Eterno, que te amamos con
todo el corazón. Danos la vida para siempre alabarte y adorarte.

Gracias te damos por hacer realidad este significativo folleto de


la mano de nuestro maestro y amigo, a quien te pedimos cuides y guíes por
donde se encuentre.

Te enviamos muchos besos y abrazos.

Con cariño.

LOS NIÑOS Y NIÑAS DE 3º Y 4º GRADO


(Autor: Marcos Antonio Ramírez Flores)

Había una vez un gato que buscaba desesperadamente comida, pues, hacía
varios días que no probaba bocado. Entonces divisó un ratoncito descansando
plácidamente bajo la sombra de un cafeto y se dijo para sí: “Este ratonzuelo será
mi comida. Me pellizcaré para ver que no estoy imaginando”. Era realidad. Un
ratón de verdad. El gato no alucinaba. Empezó a acercarse con sigilo
arrastrándose sobre la hojarasca. El ratoncito que descansaba más no dormía, se
dio cuenta de las intenciones del minino, empezó a correr.
De pronto el ratón se encontró con un perro y le dijo: “Amigo, ayúdame, que un
gato me quiere comer” y el perro le preguntó: “¿Y por qué te quiere comer?” “solo
por gusto”., respondió el ratón. Y llegó el gato y empezó la discusión: perro,
pericote y gato. El gato terco, agresivo y
altanero decía al perro que no se
entrometa en sus asuntos. Pero el
“labrador”, le decía que todos los
animales tienen derecho a la vida y
solo Dios quien la dá puede
quitarla.

Finalmente llegó Rey, el león que


estaba muy enfadado por los ruidos
que causaban y les dijo:
- “Acá” ninguno de ustedes puede tomar decisiones porque yo soy el Rey de
La Selva y nadie puede contradecir mis palabras. Así que nadie puede
alimentarse de otro semejante. De hoy en adelante he decretado que todos los
animales seamos herbívoros” y colorín, colorado esta historia de animales se ha
terminado. Dile a tu tía Peta que te cuente, otra”
FIN.
(CUENTO)
Autora: Xiomara Roxana Fernández Mejía

Cierta vez, un conejo de pelo como el


chocolate, llamado Chapulín, de orejas
pequeñas y ojos como el cielo, vivía feliz en
su madriguera en el bosque de la Unión al
lado de Chachi, su esposa y sus seis
pequeños bebés. Cuando el sol estaba en todo su resplandor y se
aproximaba la hora del almuerzo, oyó que alguien se acercaba corriendo a
su guarida.
De pronto llegó a su madriguera una tortuga, asustada y tiritándose, casi no
podía hablar. Entonces Chapulín le dijo que no entrara a su cueva y ella
casi llorando le suplicó que afuera hay un ser alto, patas largas, largo cuello
y orejas enormes que creía que le iba a comer. Chapulín, le preguntó si
estaba cerca. La tortuguita le contestó que sí y le señaló el camino. El
conejito fue y regresó corriendo y le dijo: si, la conozco, es mi amiga La
Jirafa chiquita.

Finalmente, la tortuga y Chapulín visitaron a la Jirafa.


Chapulín presentó a tortuguita ante la Jirafa y le contó
el miedo que le provocó a tortuguita. A lo que la Jirafa
sonrió y les dijo: yo no soy carnívora, como solo
hierba. Seamos amigos. Y así sucedió. Estos tres
amigos jugaban por las tardes con el resto de
animalitos del bosque y fueron felices por siempre.

FIN.
CUENTO
Autor: Ángelo Jhosep Ugaz Huamán

En una humilde vivienda hecha de tablas y calaminas por la trocha


que conduce al caserío “La Unión” en Cajaruro, el más grande
de los distritos de la región Amazonas, vivía Ana Cecilia, dedicada al
estudio, quien desde el nivel inicial le gustaba, además de sus clases,
practicar el vóley. Después de
dar de comer a sus
pollitos y patitos,
alistaba sus útiles
para ir a la escuela,
donde su maestro le
enseñaba con
paciencia, cariño y
dedicación.

De pronto en la hora
de recreo, estando
practicando su deporte favorito se lesionó el brazo. Su maestra acudió
a auxiliarla y junto con los demás maestros, la llevaron a la Posta
Médica más cercana, donde los médicos la entablillaron y le dieron
algunas indicaciones, como el reposo que debía guardar. Su familia
pensó que quizá hasta allí llegarían los sueños de Ana C., de ser una
jugadora reconocida. Como era obediente y responsable se recuperó
en poco tiempo. Al retornar a su centro de estudio fue nombrada
capitana del equipo. Su maestro vio el interés de Ana C. y es así que
invitó a todas las niñas a practicar ese deporte. Él era el entrenador.
En poco tiempo pudieron tener el equipo ideal de vóley que
representaba a la escuelita rural donde estudiaban.

Finalmente, Ana C. culminó sus estudios primarios logrando muchas


victorias y premios. La suerte la siguió, que durante su educación
secundaria continúo cosechando triunfos y se avizora como uno de los
valores en el vóley nacional, gracias a su responsabilidad, humildad y
perseverancia.

FIN.
(Cuento)
Autor: Jhan Jarli Huanca Mejía

Esta era una gallinita que se acostumbró a poner sus huevos dentro de
unos matorrales, nunca lo hacía en los nidos que sus dueños hacían para
ella, y las demás. Puso en total doce. Llegado el día en que nacieron sus
bebés, Taya, salió fuera de su improvisado nido. Al cabo de una hora
empezaron a nacer sus bebés. Hasta el atardecer, los doce ya habían
nacido. Taya olvidó el camino de regreso a su nido. Amaneció el día y los
pollitos como pudieron salieron de su nido en busca de su mamá.

De pronto encontró un caminito,


creyendo que era el que la
conduciría a su nido, fue por él.
Estaba preocupada, no
encontraba su nido. Los pollitos
bebés tampoco encontraban a
su mamá. Ya el sol quemaba
más y eso les favorecía a los
pollitos, quienes piando por aquí y piando por allá, cayeron en un pequeño
hoyo. Después de tanto caminar, Taya, escuchó piar a sus pequeños y fue
a su encuentro.
Finalmente los encontró. Ayudada con unas ramitas de café, los sacó y lloró
de emoción al encontrar a sus hijitos sanos y salvos. Regresó con ellos a
casa de sus dueños, quienes los recibieron muy alegres y les dieron de
comer y beber.
(CUENTO)

Había una vez una niña alta y delgada


llamada Rosa que tenía un perrito de
mascota, el cual se llamaba Zeus, que
además de tierno era juguetón, travieso y
ladraba muy poco. Cierto día de
primavera, Rosita salió con Zeus a pasear
por el parque.

De pronto, la niña va a la heladería olvidándose de su perrito. Al regresar se


percató de él, no estaba, había desparecido como por arte de magia. La
buscó por aquí y por allá. En ese instante cruzó Minino, el gatito, amigo
íntimo de Zeus; Rosita, preocupada le preguntó si había visto a Zeus por el
camino; Minino le contestó que lo había visto cono un joven jugando a la
vuelta del parque. Rosita corrió y corrió, sin escuchar todo lo que le decía
Minino, de pronto vio a Zeus y lo llamó por su nombre. El joven, bien
parecido éste, se le acercó llevando consigo a Zeus, y le dijo: Aquí está tu
mascota, me siguió y lo hice jugar hasta que aparezca su dueño, toma,
cuídalo, es muy juguetón, se parece a una mascota que tuve y me lo
robaron. Yo sé, que se siente perder una criatura tan dulce como él.

Finalmente, Rosita, Zeus y Minino regresaron a casa muy felices. En eso,


Rosita oyó la dulce voz de su madre que la despertaba para merendar.
Todo había sido un sueño felizmente. Rosita contó antes de cenar a sus
padres y éstos le dijeron que cuide más a Zeus.

Autora: Viviam Clariveth Saldaña Molocho


Autor: Aymar Lobato Flores
CUENTO

Esta era una pareja de conejos que habían sobrevivido al pavoroso


incendio forestal que después de cuarenta días cesó. Ella, Orejas, y
él, Rabito andaban solos por lo que quedaba del bosque y tenían hambre y
sed, deseaban urgentemente agua y hierba. Caminaban y caminaban hasta
casi desfallecer, pues las fuerzas ya
las abandonaban.

De pronto se encontraron con


dos jirafas que casi
desfalleciendo les preguntaron
si sabían dónde había agua y hierba. Rabito y Orejas tuvieron mucho
miedo, pues creían que se los iban a comer. Entonces, Chiquitita, que así
se llamaba una de las jirafas, les dijo que ellas también comen hierba y así
se hicieron grandes amigos y juntos los cuatro se encaminaron más al
norte, y así caminando llegaron a un verde prado, donde al fin decidieron
residir.

Finalmente, ambas parejas se establecieron ahí, donde tuvieron hijos y así


empezaron a poblar el desolado bosque.

FIN.
(Cuento)
Autor: Dúber Jhampier Rafael Linares

Caminando por el bosque, por sobre la hojarasca y esquivando zarzas y


espinas se encontraba un lindo oso de anteojos buscando vegetales con que
alimentarse, pues en tiempo de verano escasea la comida y a veces atrapaba
lagartijas y uno que otro insecto para saciar su hambre.

De pronto divisó un lindo loro multicolor atrapado en una trampa y al verlo,


el oso le dijo: ¿Qué haces amigo loro metido ahí?
El loro, malherido le contestó: - Aquí hermano, unos cazadores me
atraparon.
No me percaté de la trampa ¿Me puedes ayudar?

El oso le dijo: - sí te puedo ayudar. Te ayudaré, pero con la condición que si


algún día los cazadores me atrapan, tú debes ayudarme.
- ¡Listo!, dijo el loro.- ¡Toma este silbato!, ¿puedes soplar?, si algún día
caes en una trampa soplas fuerte y vendré en tu ayuda.
Así el oso de anteojos dejó en libertad al loro.
Pasados unos días el loro que no se encontraba tan lejos escuchó el sonido del
silbato y fue con sus amigos ratones al rescate del oso. Después de unos
minutos
liberaron al oso.
Finamente, todos los animalitos se adentraron en el bosque y desde ese
instante viven felices cuidándose los unos a los otros de los cazadores
furtivos.

FIN.
(CUENTO)
Autor: Nelquin Esner Soto Apaestigue.

En el humilde hogar de un niño pobre había un lapicero que


estaba muy triste porque no tenía en donde escribir, y
decidió buscar a un cuaderno para poder escribir, pero no lo
encontraba porque todos ya estaban escritos.

El lapicero seguía apenado y cansado de tanto buscar y


después de un buen tiempo, un día despertó y decidió salir a
seguir buscando un cuaderno y entró en otro cuarto de la
casa.

De pronto vio sobre una mesa un cuaderno muy triste, el


lapicero se acercó y el cuaderno se alegró al verlo y le dijo:
¡por fin hay quien escriba sobre mis hojas!, y el lapicero le
contestó: ¡También yo me alegro mucho amigo, por fin,
después de tanto buscar te encontré! Se pusieron de acuerdo
los dos e hicieron un lindo cuaderno de cuentos y se
quedaron muy felices para siempre.
(CUENTO)
Autores: Docente de Aula y Estudiantes 3º - 4º Grados
I.E Nº 16607 – La Unión – Cajaruro – 2018.

Cierta vez una abuelita lavaba ropa en la quebrada de EL HEBRÓN, pues Sonia, su
hija, se encontraba enferma. La diabetes, la había sumido en honda presión y sus
otros
3 hijos se hallaban residiendo en la costa. Entonaba sus yaravíes en quechua, su
idioma natal: Sunqoy patanña, Wakayninjuntay…. Imasis kaskas tukuy, purispa…
mientras desaguaba la ropa. El astro rey dejaba ya ver su último rayo y las nubes se
aproximaban a lo lejos y querían dejar caer sus gotitas.
De pronto apareció entre los
matorrales un león que de un
salto se adueñó de la inmensa
roca ubicada en el centro de
la quebrada y rugiendo
ferozmente amenazaba con
devorarla. Se le veía muy
hambriento, parecía que no
había probado bocado hacía
varios días. La anciana permanecía inmóvil, pasmada, que no atinaba a pronunciar
palabra, había enmudecido. Los rugidos del feroz animal alteraron a Carlos, el nieto
que ya se encontraba camino a la quebrada. Ingresó corriendo cual saeta, jalando el
gatillo de su 16, de la cual se oyó un sórdido disparo, perturbando la paz del resto de
fauna de El Hebrón. Hasta los pétalos dormidos de muchas flores se abrieron
nuevamente sorprendidos. En instantes, yacía sobre la roca el inerte cuerpo del
cuadrúpedo felino.
Finalmente reaccionó la abuelita y Carlos soltando el arma también buscó a su
nona, fundiéndose en un gran abrazo y llorando de emoción regresaron felices a
casa.
CUENTO
Autora: Rosmy Yosely Rubio Requejo

Michela, una niñita de cuatro añitos jugaba muy entretenida con su albo
gatito, llamado Michín. Las horas no pasaban para ella a pesar que afuera
el viento coqueteaba con los maizales, meneándolos apresuradamente y
desde la cocina se percibían los preparos de mamá Rosita.
De pronto, apareció como por arte de magia un pequeño ratoncito todo
negro, parecía una aceituna, y ese fue el nombre que le puso Michela.
Michín se sorprendió, quiso abalanzarse sobre él, pero la niña le habló y se
quedó paradito sobre una piedra. Cogió al ratoncito, lo echó al bolsillo de su
chaqueta y se lo llevó a su casa.

Mamá Rosita como amaba tanto a su pequeña y engreída hijita, le dijo: -


hijita, ¿De dónde sacaste ese ratoncito? – vino corriendo hacia nosotros,
estaba asustadito. ¿puedo quedarme con él? – Está bien le dijo su mamá. -
¡Colócalo en la jaulita para que no se escape y dale comidita!

Finalmente, la niña Michela y Michín quedaron felices al lado de aceituna y


jugaban todos los días bajo la atenta mirada de Rosita, su mamá, a quien
Michela amaba mucho y no se cansa de repetirle a diario, susurrándole al
oído: ¡Eres la mamá más linda del mundo! Y las cuatro se funden en un
abrazo como una verdadera familia, mientras esperan llegue el sábado para
ver asomar a Martín, padre y esposo de Michela y Rosita que llega de
Bagua a pasar el fin de semana con ellas.

. FIN
(Cuento) Autor: Marmitote

En una lejana aldea de la amazonía


peruana vivía Michín. Este, era un gato
alegre, juguetón y muy travieso que
cuando cazaba un ratón, lo primero
que hacía era jugar con él y esconderlo
en su albo pelambre antes de
devorárselo. Cierto día, le sucedió algo
que no imaginaba. El ratoncito que
cazó le había salvado la vida a Minino.
Jugó y jugó con él, éste le
suplicaba, le
perdone la vida y como quien no quiere la cosa, el ratoncito decía: “¡Señor
Minino, déjeme vivir! ¡Señor Minino, no me devore! Y así levantaba la voz
cada vez más” Michín, le decía: ¡Soy Michín y te voy a devorar! ¿Quién
será Minino? ¡Quiero que venga ese tal Minino para darle una golpiza!

Minino que andaba por ahí, husmeando unas lindas lonjas de tocino que
pendía de un cordel, oyó e identificó la voz de quien un día le salvó la vida.
En un dos por tres llegó hasta el lugar donde provenía esas voces y vio al
humilde e indefenso ratoncito en una incómoda situación. Sin pensarlo dos
veces ordenó a Michín que soltara a su amigo, sin embargo, Michín,
desafiante quiso pelear con Minino. Minino le dijo: no quiero pelear, soy
maestro Karateca, te voy a ganar. Michín empezó la pelea. Minino en
contados segundos derrotó a Michín, quien se quedó adolorido y maltrecho.

Finalmente Minino le dijo a su diminuto amigo: “Sube sobre mi lomo y los


dos fueron hasta la casa de Minino donde fueron felices por siempre”
FIN.
LA GALLINA Y EL GATO
(Cuento)
Autor: Cleider David Vásquez Huamán

En una vieja cabaña abandonada del espeso bosque vivía una gallina
con su pollito. Alegres pasaban los días viendo caer el sol, otras
veces jugando bajo la lluvia. Un día decidieron ir a conocer la
ciudad, fue entonces que decidieron ir en busca de algún amigo que
la conociera. Mamá gallina recordaba a sus amigos: el gato Michifús,
el perro Dodó, el conejito Rabito hasta al ratón Micky.

De pronto un domingo por la mañana,


ella y su pollito se encontraron con
Michifús. Reyna, que así se llamaba
la gallinita, muy emocionada le dijo a
su amigo: “Michifús, amigo mío, mi
hijo y yo deseamos conocer la
ciudad”. -
¡Tú!, respondió el gato. Y ella repuso:
¡sí, amigo! – Bien, dijo Michifús y
concluyó mirando al pollito: - Yo tenía tu edad cuando realicé mi
gran
aventura de conocer la ciudad. Por un momento guardó silencio,
como que hayan decidido ir a conocer la ciudad. Les daré unos
consejos para que logren su propósito. Los futuros aventureros
atentos escuchaban a su amigo: Tienen que tener mucho coraje, una
voluntad heroica para no dejarse vencer por los obstáculos que hay
en el camino. Cuando entren en la ciudad, confíen en ustedes
mismos y tengan cuidado con lo que coman. Y así continúo e gato
dando indicaciones. – Gracias amigo Michifús por tus orientaciones.
Partieron alegres, cruzando bosques, quebradas y huertas. De rato
en rato, cansados, reposaban unos minutos bajo la sombra de los
árboles, otras veces sobre las piedras. Bebían de las quebradas
hasta saciar la sed, en su recorrido conocieron puertos, islas,
pueblos y en uno que otro lugar escaparon de todos los peligros
gracias a los sabios consejos de su amigo.

Finalmente llegaron a la ciudad, ansiada ciudad, y se instalaron en


un viejo abandonado gallinero donde Reyna conoció a un robusto y
bello galán con quien contrajo nupcias en primavera y vivieron
felices para siempre.
FIN.
MI MESA
(Poesía)

Mesa, mesita linda,


cuadrada o redondita
con tus cuatro patitas
de linda maderita.

En tus cajoncitos
guardo mis cositas
y en tu tablerito
plancha mami mi ropita.

Gracias mesita mía


por darme la alegría
y ser siempre mi amiga
para toda la vida.

A MI MAESTRO
(Poesía)

A ti maestro querido
por ser hoy tu día
recibe todo mi cariño
devoción y corazón
con infinita alegría.
POESÍA AL FULBITO
(Para declamar)

Juegan dos equipos


corren tras el balón,
alegres van al otro campo
dirigidos por su capitán.

De pronto se oye el silbato


por un puntapié que le dieron
al mejor delantero;
el árbitro cobró penal.

Un defensa lanzó el tiro


y el arquero “voló” seguro
por más esfuerzo, no pudo
y el balón a las redes fue a
dar.

La tribuna gritó contenta,


todos gritaron: ¡ gool!
los vencedores alegres,
lloraron de emoción.

FIN
A PAPITO TRABAJADOR
(Poesía)

I.- Amanece el día con sol


otras veces bajo lluvia
dejando el dulce sueño
sale de casa papá risueño
muy contento a trabajar.

II.- Es mi hermano, el campesino


que dejando su hogar
enfrentando cualquier peligro
va en busca de un pan
para su hambre mitigar.

III.- Agradecido regresa a casa


¡Gracias Dios mío por darme la vida
y llevar a mis hijos la comida!
¡Bendito sea el trabajo
y bendito el trabajador!

FIN.
ACERTIJOS (Adivinanza)

1.- Eres mi fruta preferida ¿Qué será?


de negro, rojo y verde
tú, vas vestida
tienes la forma de un huevo
por eso yo de quiero.

2.- Eres parte de la familia ¿Quién será?


todos te queremos
cuidas nuestra casa
y mueves la colita
cuando te vemos

¿Quién soy?
3.- En el día quieta
en la noche doy mi resplandor.
todos contentos dice
que tengo cinco puntas

¿Quién soy?
4.- Mi cuerpo es de madera
me paro en un pie
mi vestido es de colores
y borro con mi cabeza

5.- Tiene pico, ¿Quién será?


tiene plumas,
come maíz
y me hace feliz
con su alegre ki ki ri kí.
(Cuento)

En un pueblito de la serranía, en las aulas abandonadas de un colegio había


una pizarra llamada Juana y estaba muy triste porque nadie escribía en ella.
Estaba abandonada. El sol la quemaba cada día, pero en las noches, ella se
colocaba en un lugar donde no le llegue el sol. En tanto, Pepito, que era un
niño pobre le decía a su papá que le compre una pizarra, pero él, no le podía
comprar porque no tenía dinero.

Un día el papá de Pepito fue a la


sierra y se encontró con su
hermana que era profesora y fue a
visitarla al colegio. Fue entonces
que vio la pizarra y le preguntó si
es que vendía esa pizarra. La
hermana le dijo que se la
regalaba por que
había ya pizarras empotradas en la pared.

El papá de Pepito llevó a su casa la pizarra, la arregló y la pintó, de un cajón


de su armario sacó una mota y, esta se llamaba Bertha.
En cuanto Pepito, recibió la pizarra, se puso a escribir lo que su profesor
Martín le enseñaba en su salón. La pizarra Juana se puso contenta porque
había un niño pobre que escribía en ella. Pepito al terminar de practicar en la
pizarra colgaba en la esquina de Juana a Bertha, la mota, quienes se hicieron
amigos y todas las noches conversaban hasta el amanecer.

Pepito ya terminó la educación secundaria y hoy se prepara en una academia


en Lima para postular en la Universidad a Medicina.

FIN.
DON LÁPIZ Y DOÑA REGLA
(Cuento)

Pencil y Ruler eran pues un lápiz y una regla, que aparte de su gran
amistad eran inseparables, siempre hacían las cosas de buena manera.
Lápiz hacía las letras, los números y las figuras más bonitas sobre los
cuadernos, los papeles bond, las cartulinas y otros objetos sobre los que
escribía. En cambio, Regla, hacía los mejores trazos con las medidas
exactas, plasmaba cualquier figura geométrica y hacía todo dibujo que la
pequeña Kattia Válery cariñosamente le pedía.
A la hora de dormir entraban en su casita que se llamaba cartuchera, cada
uno tendía su camita y luego de rezar a papá Dios se disponían a dormir.

Cierto día, Pencil, fue a un lugar desconocido


ayudar a Pablito en sus tareas escolares y de
regreso se perdió por el camino, que era largo y
escabroso. Paso una semana, Ruler, lloró y lloró y
sus lágrimas hicieron un pequeño riachuelo que
rápidamente se transformó en un lindo camino. De
tanto llorar, Ruler se quedó dormidita.

Al amanecer el día lunes, Pencil, salió a buscar


algún camino que lo lleve de regreso a su casita,
de pronto divisó un caminito, por instinto lo siguió.
Después del mediodía pudo distinguir su casita,
entró alegre y encontró a Ruler, quien aún dormía,
la llamó, Ruler despertó y se alegró bastante. Se confundieron en llanto,
abrazos y luego en risas, y, juraron nunca más separarse y fueron felices
por
siempre.
FIN
LA SILLA Y LA
MESA
(Cuento)

En el humilde hogar de María había una mesa hermosa de madera de


cedro; tenía el tablero adornado con hermosas tazas y platos. Estaba en el
centro de la sala y era feliz. En tanto en un rincón de la casa estaba Pía, la
silla, tenía el color muy pálido, las telarañas y polvo la invadían. A pesar que
tenía poco uso la habían arrumado en una esquina.

Un día llegó un viajero a aquel lugar, la familia muy contenta le invitó a


pasar unos días en casa.

Un domingo bien temprano cuando todos habían salido de casa, Rosa, la


mesa hermosa empezó a insultar a la pobre silla que solo atinó a llorar y
pasar aquella noche muy triste. Por la tarde ya en casa, el viajero
observaba la silla abandonada, entonces el dueño de la casa le preguntó si
es que podía arreglar o reparar la silla. El viajero contestó amablemente
que sí. Inmediatamente llevó a la silla, la limpió, sacó todo el polvo, le
colocó unos cuantos clavos y la pintó de un lindo color parecido al de la
mesa. A partir de ese día, la silla ya no estaba en un rincón, y ocupó el
FIN.
centro de la hermosa mesa que estaba en la sala del humilde hogar de
María.

FIN.
(Cuento)
Una señora criaba cuyes de raza para venderlos y
comerlos, pero un día nació un cuy pequeño y blanco.
Aun que tuvo cólera al inicio se compadeció de éste,
decidió criarlo y tenerlo como mascota, mas, los
consejos de sus hijos que más parecían reclamos,
terminaron por convencerla que debía engordarlo y comérselo. Sin
embargo, la escoba que estaba detrás de la puerta del cuyero le habló al
pequeño cuy blanco y le dijo:

- “Yo te ayudaré, escaparemos juntos y buscaremos un dueño bueno, por


tanto, hoy no tengas
miedo”

Al pasar ya dos meses el


pequeño cuy blanco había
crecido y engordado. Esta
noche la dueña comentó:
- “Mataremos al cuy blanco
por la mañana”

Y al amanecer, la escoba le dijo al cuy blanco: “Monta sobre mí, nos iremos
lejos antes que raye el alba”

Finalmente huyeron al bosque y llegaron a la casa de una anciana, le


contaron lo sucedido y vivieron con ella muy felices para siempre.
Una mañana de marzo, el señor Lapicero salió de su casa de La Unión
al mercado de Bagua Grande, decidido a comprar un juego de
ollas y útiles escolares para sus hijos. Habiendo hecho muchas
compras y cuando se disponía a ir al paradero, se encontró con su
primo Libro, a quien le rogó que le ayude con su carga; el primo
generosamente le ayudó. Dialogaron amenamente una hora. Luego se
despidieron.
Cuando llegó a su casa por la tarde, sus hijos y su esposa se
alegraron mucho, colocaron las cosas sobre la mese y se pusieron a
merendar no sin antes orar a Dios por la grandeza de su amor.

FIN

“ La familia debe permanecer


unida siempre para enfrentar
cualquier adversidad”
En las cabañas abandonadas de la Unión, en el distrito de Cajaruro, vivía un
lindo burrito llamado Trabajador que todos los días traía leña sobre su lomo.
En cambio, Rey, el León, vivía en las montañas de Perlamayo, sin trabajar,
esperando alguna presa para devorarla.

Cierto día cuanto Trabajador fue a la montaña en busca de leña, se


encontró con el León hambriento quien quiso atacarlo y devorarlo. El burrito
le preguntó:
- “¿Vas a devorarme?” y el león le contestó:
- “¡No! Mejor seamos amigos”

El burrito aceptó ser su amigo y lo


llevó a su casa, le dio de comer y
llegada la noche le tendió una cama
para dormir. Esa noche el león no
durmió solo pensaba en el gran
banquete que se daría al día
siguiente al comerse a Trabajador. El burrito se quedó profundamente
dormido y de eso aprovechó el león para sujetarlo con unas cuerdas. El
burrito despertó y se vio atado de las patas delanteras pero las patas
traseras estaban libres porque el león no lo amarró bien.
El burrito fingía estar dormido. Cuando el león empezó a comerlo, comenzó
por la cola que era su presa preferida. Trabajador al sentir la mordida, dio
una potente patada que en el acto acabó con la vida del león. Ayudado por
sus grandes dientes el burrito se liberó de la soga, cortó la melena al león y
le sacó el cuero. Con la melena se tejió una linda bufanda para abrigarse,
pues, donde vive hace mucho frio, y, con el cuero se hizo una linda bolsa
para compra víveres en el mercado de José Olaya.
FIN.
Un día domingo de verano ardiente, por la mañana, un hábil cazador salió a
la montaña a mitayar. Pensaba en traer osos, venados o halcones. Tan
pensativo iba que no se percató que una serpiente de regular tamaño la iba
a morder en el calcañar. Sin embargo, una hormiga arriera que había
observado todo, en el acto picó a la víbora, que adolorida, huyó por la
espesura entre unos matorrales. Pero ahí nomás, Yagkuag, el cazador
puedo darse cuenta, cogió sin tener miedo a la hormiga y le agradeció por
haberlo salvado, mas, la hormiga le comentó que estaba mal de una de sus
patitas. Yagkuag la examinó y curó la patita herida. Aunque no había
cazado nada, el cazador estaba contento.

De pronto la hormiga con su olfato tan desarrollado que tiene detectó la


presencia de un oso, ésta, avisó a Yagkuag. Este apuntó su arma,
reconociendo que era el que atacaba a sus animales casi a diario y sin
dudarlo le disparó, hiriéndolo mortalmente. Inmediatamente con el oso
inconsciente, Yagkuag hizo una tarima y curó con hojas y tallos las heridas
del oso. Cuando el oso húbose recuperado prometió no volver atacar a los
animales ni a las personas. Solo se alimentaba de miel silvestre y algunos
roedores e insectos.
Finalmente regresaron a casa de Yagkuag, él, la hormiguita arriera y el oso,
viviendo como grandes amigos, hasta el día de hoy.
FIN.
LA ZORRA Y EL
CUY
(Cuento)
Autor: Elkin Jhair Rodríguez Vera (9 años)

Había una vez una zorra que estaba hambrienta y no encontraba comida.
Se había paseado como por tres chacras de los campesinos y nada.
Cuando una mañana de primavera por suerte divisó un cuy bajo una piedra.
Este no pudo escapar y la raposa acercándose le preguntó:
- ¿Qué haces amigo cuy por estos lares?, y éste, sin inmutarse contesto: -
¡Hola!, Tú más bien, ¿Qué haces por acá?
- Yo busco comida, ¿y tú?, volvió a preguntar la hambrienta zorra. – Yo
hago mi casa para vivir, repuso el menudo cuy.
- ¡No vivirás por mucho tiempo , cuy! Enfatizó segura de sí, la zorra.

Aprovechando un descuido del carnívoro animal, el cuycito corrió muy lejos,


llegando hasta una huerta cercana, donde creyendo estar a buen recaudo
se puso a descansar, quedándose dormido dos horas.
Al despertar lo hizo tan hambriento que de inmediato empezó a devorar las
lechugas, repollos y zanahorias del hermoso huerto. Tan concentrado
estaba que no se percató que el campesino ya le había atrapado. El cuy
casi implorándole dijo: ¡Mi Señor, suélteme por favor, es que tenía mucha
hambre! ¡Perdóneme la vida! ¿Puedo contarle un secreto de la zorra?
Concluyó.
- ¿Cuál secreto?, gritó el campesino.
La zorra de la que te hablo es la que se roba tus gallinas y las de tu
hermano.
- ¿Estás seguro?, interrogó una vez más el campesino. - ¡Sí!, contestó el
cuy.
- Bien, me vengaré de esa zorra carnicera, repuso el hombre de campo.
En eso se aproximaba la zorra y el campesino se escondió. La astuta
venía de comerse ya dos gallinas y le dijo al cuy: - ¡Por fin te encontré!
¡Ya no te comeré, pues estoy llena! – En cambio yo, dijo el cuy, te
andaba buscando para atraparte.
- ¿Tú a mí?, dijo la zorra. - ¡Sí! Le replicó el cuy; - Eres muy pequeño para
atraparme, prosiguió la raposa.
- Yo no lo haré, dijo el pequeño animal. Lo hará mi amo.
- ¿Y quién es tu amo? ¡Llámalo!, dile que venga si es tan valiente.

El campesino que escuchaba atentamente apareció escopeta en mano y de


un certero disparo paralizador atrapó a la carnívora.
Finalmente, la zorra encadenada fue obligada a trabajar un año para
devolver las gallinas que se había comido y aprendió a comer vegetales y
se cruzó con un perro grande y tuvo crías, todas pastores y el cuy sirvió a
su amo hasta el día de su muerte.

FIN.
ESTUDIANTES DE TERCER GRADO

1) CAMPOS PEREZ, Yaraceli


2) CAMPOS PEREZ, Rosmer
3) CAMPOS VALDIVIA, Mireiri
4) MONSALVE DÍAZ, Ricardo Teilor
5) MORALES BARBOZA, Delia Tatiana.
6) PALOMINO PIZANGO, Yasmin Yudith.
7) RAMÍREZ FLORES, Marcos Antonio
8) RAMÍREZ UGAZ, José Luis
9) RODRÍGUEZ VERA, Elkin Jhair
10) SÁNCHEZ QUINTOS, Teissi Yessell
11) UGAZ HUAMÁN, Ángelo Jhosep.

ESTUDIANTES DE CUARTO GRADO

1) ALARCÓN PACHAMORA, Adi Lisleth


2) FERNANDEZ MEJÍA, Xiomara Roxana
3) HUANCA MEJÍA, Jhan Jarli
4) LOBATO FLORES, Aymar
5) RAFAEL LINARES, Duber Jhampier.
6) RUBIO REQUEJO, Rosmy Yosely.
7) SALDAÑA MOLOCHO, Viviam
8) SOTO APAESTIGUE, Nelquin Esner
9) UGAZ VEGA, Jhoana Briggite
10) VASQUEZ BUENO, Erick Yhair
11) VASQUEZ HUAMÁN, Cleider David
12) VERA HURTADO, José Leonardo.
PADRES Y MADRES DE FAMILIA DEL CUARTO GRADO 2018

 ALARCÓN CORONEL, Adelmo


 PACHAMORA DELGADO, Marisel
 FERNÁNDEZ HERRERA, Rodomiro
 MEJÍA PÉREZ, Elma
 HUANCA GOICOCHEA, Never Smith
 TORRES JULCA, Edita
 RAFAEL RUPAY, Amado
 LINARES VÁSQUEZ, Etelvina
 RUBIO VARGAS, Willi
 REQUEJO BUSTAMANTE, Vilma
 SALDAÑA ARTEAGA, Idelso
 MOLOCHO DELGADO, Luzmila
 SOTO SÁNCHEZ, Moisés
 APAESTEGUI CARUATÁN, Ina Duley
 UGAz NÚÑEZ, Santos
 VEGA GOICHCHEA, Magdalena
 VÁSQUEZ COPIA, Hermes
 BUENO RAMÍREZ, Herlinda
 PACHAMORA DELGADO, Idelso
 HUAMÁN VARGAS, Celinda
 VERA MOLOCHO, Yómer
 HURTADO GOICOCHEA, Carmela
PADRES Y MADRES DE FAMILIA DEL TERCER GRADO 2018

ABEL CAMPOS MEDINA


JULIANA PEREZ MONTENEGRO
GUEDALINDA VALDIVIA
JOSÉ ELÍ CAMPOS MEDINA
MILAGRITOS DÍAZ ALARCÓN
JORGE LUIS MORALES PÉREZ
SARITA BARBOZA
DOMINGA PIZANGO
JUAN CARLOS PALOMINO UGAZ
DELMIRA FLORES TORRES
EDINSON RAMIREZ HUANCA
LUCILA UGAZ NUÑEZ
DILMA FLOR VERA MOLOCHO
NILDER RODRÍGUEZ CUBAS
CHARITO QUINTOS
SAUL ALARCÓN CORONEL
JEREMIAS UGAZ NUÑEZ
MARIBEL HUAMÁN BELLASMIN

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