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PRINCIPIALISMO Y MORAL

Extracto de Valdés, Erick, Bioethics: Theory and Practice, San Diego CA, University Readers, 2014.
Traducción de Pablo Mahu, revisada y editada por el autor.

El principialismo se puede definir como un marco analítico conceptual de normas generales de


moral común que, al mismo tiempo, proporciona normas específicas de morales particulares, con
un alcance de moral común. En otras palabras, se trata de un marco general de normas prima
facie no específicas. Estas normas – principios de Respeto por la autonomía, No maleficencia,
Beneficencia y Justicia son autoevidentes desde los hechos, y señalan valores morales que son
moralmente equivalentes en teoría. Por lo tanto, estos principios no son absolutos. Al ser los
problemas morales ricos en diversidad y especificidad, poseyendo varios matices, los principios
deben ser especificados para proporcionar una orientación más concreta en la deliberación moral.
Estas especificaciones son capaces de crear directrices prácticas y procedimientos concretos para
la deliberación.

¿Qué es la especificación?
La especificación es el proceso de reducir el carácter indeterminado de normas abstractas para
así generar contenido más específico para la deliberación. Por ejemplo, si tomamos el principio
de no maleficencia, que ordena "no dañar", podemos ver que el mandato es demasiado amplio y
no contiene implícitamente el significado de daño. En este caso, el principio de no maleficencia
no es suficiente por sí mismo para determinar si un médico debe detener un tratamiento en un
enfermo terminal o no. Ciertamente, debemos reducir el alcance de esa norma (no dañar), aunque
no necesariamente para explicar lo que significa. Por lo tanto, podríamos especificar la norma
"no dañar "en la norma más específica "no causar dolor innecesario". El proceso de
especificación puede continuar, pero al menos hemos definido con mayor certeza lo que puede
significar “daño” dadas algunas circunstancias. En este caso, se puede definir "daño" como
"dolor innecesario". De este modo, hemos acotado el alcance de un principio general y, al mismo
tiempo, le hemos añadido contenido. La especificación de cualquier principio no sólo implica

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analizar su significado, sino que muy especialmente, implica agregar contenido al mismo. Por lo
tanto, para especificar un principio tenemos que definir las condiciones, contextos, medios, fines
y consecuencias, con el propósito de hacer su aplicación flexible y más viable en términos
prácticos. Esto significa que los principios no son mandatos categóricos o incondicionales.
Existen condiciones para su aplicación; algunas de esas condiciones son las consecuencias y los
hechos empíricos.

Problemas de la especificación
Diferentes personas y grupos sociales ofrecen especificaciones conflictivas, creando
potencialmente múltiples morales particulares. Algunas especificaciones no proporcionan la
resolución más adecuada o justificada. Esto significa que cuando emergen especificaciones
competitivas entre sí, debemos tratar de descubrir cuál es superior y más moralmente plausible,
objetiva e imparcial. Por lo tanto, las especificaciones propuestas deben basarse en procesos
deliberativos racionales. Algunas normas son prácticamente absolutas y no necesitan mayor
especificación, por ejemplo, las prohibiciones de crueldad que implican la innecesaria
imposición de dolor y sufrimiento. Sin embargo, hay circunstancias en las que debemos
balancear no sólo principios y normas, sino también obligaciones y derechos, sobre todo cuando
existen concepciones morales diferentes que abordan una dimensión valorativa singular,
separada de las normas morales.

Balance moral
El balance moral es el proceso de búsqueda de razones para respaldar creencias sobre qué
normas morales deben prevalecer. De esta manera, mientras la especificación aborda el alcance
de las normas morales, el balance moral trabaja con los pesos relativos y fortalezas de diferentes
principios morales. Como el balance moral puede ser intuitivo, parcial o arbitrario, Beauchamp y
Childress proporcionan algunos criterios para la reducción de la intuición, la parcialidad y la
arbitrariedad en él:

1. Buenas razones pueden ofrecerse para actuar acorde a la norma predominante y no de acuerdo
a la norma infringida.

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2. El objetivo moral que justifica la infracción tiene una perspectiva realista de alcanzarse.
3. No hay acciones alternativas moralmente preferibles disponibles.
4. El nivel más bajo de infracción, consonante con lograr el objetivo primario de la acción, ha
sido seleccionado.
5. Cualquier efecto negativo de la infracción se ha minimizado.
6. Todas las partes afectadas han sido tratadas imparcialmente.

Sin embargo, las personas moralmente comprometidas pueden estar en desacuerdo sobre varios
asuntos. Por ejemplo, si la divulgación de una condición que amenaza la vida de un paciente
frágil es apropiada, o si los valores religiosos sobre la muerte cerebral tienen lugar en la bioética
laica. Esta situación la llamamos "desacuerdo moral".

Diversidad Moral y Desacuerdo Moral


El desacuerdo moral puede surgir debido a múltiples situaciones:

1. Desacuerdo de hecho (el nivel de sufrimiento que una acción puede causar).
2. Desacuerdo resultante de falta de información o evidencia.
3. Desacuerdo acerca de las normas y su aplicabilidad.
4. Desacuerdo sobre el rango relativo de las normas.
5. Desacuerdo sobre las especificaciones o sobre el equilibrio.
6. La presencia de un verdadero dilema moral.
7. Desacuerdo sobre quiénes deben ser protegidos por la norma moral (los fetos, los embriones,
animales sensibles)
8. Desacuerdo conceptual acerca de una importante noción moral (si la supresión de la nutrición
o la hidratación constituyen asesinato).

A pesar de lo anterior, el fenómeno del desacuerdo moral no ofrece ninguna base para ser
escépticos sobre la moralidad o el pensamiento moral. Por el contrato, ofrece razones para tomar
la moralidad en serio y hacer uso de las mejores herramientas para tomar la mejor decisión
posible. Al mismo tiempo, se promueve el reconocimiento de la diversidad moral como

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diversidad legítima y nos impulsa a elevar argumentos imparciales, objetivos y pertinentes para
abordar y resolver conflictos y dilemas morales.

El principialismo
Todos los principios identificados y descritos por Beauchamp y Childress poseen una dimensión
procedimental representada por reglas. Así, el respeto por la autonomía (un principio de
autodeterminación) implica reglas tales como el respeto y el apoyo a las decisiones autónomas,
entre otras. La no maleficencia (no causar daño), ordena en términos más procedimentales, no
matar ni dañar a otros. La beneficencia (hacer el bien) apunta hacia algunas reglas, tales como
prevenir el daño o proporcionar beneficios a otros. La justicia (todas las personas son
intrínsecamente iguales sin discriminación) implica la regla de distribución de beneficios, riesgos
y costos de manera equitativa. Entre las reglas que cada principio advierte, Beauchamp y
Childress distinguen tres tipos principales: reglas sustantivas, reglas de autoridad y reglas
procedimentales:
• Reglas Sustantivas: veracidad, confidencialidad, privacidad, renuncia de tratamiento,
información, racionalizar el cuidado de la salud.
• Reglas de Autoridad: autoridad subrogada (personas incompetentes), autoridad profesional
(tomar decisiones para aceptar o rechazar la decisión de un paciente), autoridad distributiva
(¿quién debe decidir cómo asignar recursos médicos escasos?).
• Reglas procedimentales: implica procedimientos específicos a seguir en ciertas circunstancias
en las que, tanto las normas sustantivas como las de autoridad, no funcionan correctamente.
Algunos tipos de normas de procedimiento son las utilizadas para distribuir beneficios o
distribuir órganos: lotería, necesidad, condición médica, lista de espera, etc.

Por lo tanto, el principialismo implica tanto normas de moral común (principios generales),
como normas de morales particulares (normas específicas y procedimentales). Beauchamp y
Childress utilizan el término "principios" en un sentido amplio, incluyendo la mayoría de las
normas morales. Sin embargo, a veces acotan el alcance de los principios, es decir, se refieren a
normas amplias y generales como fuente de reglas más concretas. De hecho, el significado literal
de principio" es el de “fuente“, “origen” o “comienzo”, el cual ha sido también adoptado por

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Beauchamp y Childress. En otras palabras, cuando utilizamos principios para llevar a cabo la
deliberación moral, estamos comenzando el proceso de razonamiento para así abordar y analizar
conflictos y dilemas morales. Los principios representan el punto de partida de cualquier proceso
deliberativo.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

Beauchamp, Tom; Childress, James, Principles of Biomedical Ethics, Seventh Edition, New York –
Oxford, Oxford University Press, 2012.

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