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Semana 8-2 PDF
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1
Peters, Guy y Pierre, Jon. Gobernanza sin gobierno? Replanteándose la administración pública. En A. Cerrillo i
Martínez, La Gobernanza hoy: 10 textos de referencia, Barcelona: instituto Nacional de Administración Publica,
Universidad de Catalunya; 2005
2
Bekke H., Kickert W., y Kooiman J. Public Management and Governance. En: Kickert W., van
Vught F. A., eds., Public Policy and Administrative Sciences in the Netherlands, London:
Harvester-Wheatsheaf; 1995.
las estructuras estatales, sino a su modo de intervención social, es decir, la función de regir, de
instrumentar, el monopolio público de la coacción3.
La cuestión de las diferencias entre la gestión pública y la privada es el dilema central de la
gestión pública, es decir cómo lo público puede ser gestionado en condiciones de
eficiencia y eficacia, sin perder su especificidad. Además, el entorno jurídico-político en el
que se desenvuelve supone ciertas restricciones (a diferencia de lo que sucede en el sector
privado), y recursos particulares4.
En la gestión pública, por otra parte, los fines son establecidos por los que legalmente tienen
esa atribución y estos no forman parte del mercado.
8.1.2 Gobernabilidad
Se usa el término de gobernabilidad en relación con la capacidad de un sistema de
gobernarse a sí mismo de manera eficaz. Se trata de un ajuste efectivo entre necesidades y
capacidades de gobierno. Sin embargo, se utiliza el término generalmente en sentido
negativo, es decir, la ingobernabilidad, enfatizando implicaciones pesimistas como la crisis del
gobierno, la democracia o el Estado.
De acuerdo con el Diccionario de Política dirigido por Norberto Bobbio5, el término
gobernabilidad se ha prestado a múltiples interpretaciones. Las más frecuentes han sido:
• La tesis que atribuye la crisis de gobernabilidad a la incapacidad de los gobernantes
• La que atribuye la ingobernabilidad a las demandas excesivas de los ciudadanos. En ésta
posición se define la ingobernabilidad como sobrecarga de demandas.
La debilidad del concepto por lo tanto reside en la falta de integración de los dos
componentes analíticos que lo conforman: capacidad y recursos de gobiernos y
gobernantes; y demandas, apoyos y recursos de los ciudadanos y grupos sociales6.
Este concepto aparece por primera vez en el informe sobre la crisis de las democracias
presentado en 1975 a la Comisión Trilateral por Huntington, Watanuki y Crozier. En este
informe, escrito en una coyuntura de crisis del Estado de Bienestar, la crisis del petróleo, y de
conformación de una nueva división internacional del trabajo, se debate el rol del Estado y
su incapacidad para responder a estas nuevas realidades y a las demandas crecientes de
una ciudadanía acostumbrada a altos niveles de bienestar. Por lo tanto, el concepto de
Gobernabilidad aparece en el discurso político vinculado a la idea de la crisis de
gobernabilidad. La crisis aparece como sinónimo de incapacidad, la cual refiere a la
distancia entre las demandas sociales y la habilidad del gobierno para satisfacerlas o
llevarlas a términos manejables.
Puede encontrarse tres tipos de hipótesis sobre la ingobernabilidad en los trabajos que le
siguieron al informe de la comisión trilateral:
1. La ingobernabilidad es el producto de una sobrecarga de demandas a las que el Estado
responde con la expansión de sus servicios y de su intervención, lo que lleva necesariamente
a una crisis fiscal
2. La ingobernabilidad es un problema de naturaleza político, el de la complejidad, la
cohesión y legitimidad de las instituciones. Como lo señala Huntington, la gobernabilidad de
una democracia depende de la relación entre la autoridad de las instituciones de gobierno
y la fuerza de las instituciones de oposición.
3
Chevallier,Jean Jacques y Loschak, Daniele, Ciencia Administrativa. Teoría General de la Institución
Administrativa. España: Instituto Nacional de Administración Pública; 1986.
4
Olías de Lima, Blanca. La evolución de la gestión pública: la Nueva Gestión Pública. Madrid: Prentice Hall;
2001.
5
Bobbio, Norberto et al. Diccionario de Política. México: Siglo XXI; 1993
6
Pasquino, Gianfranco. Gobernabilidad. En Bobbio, Norberto et al. Diccionario de Política. México: Siglo XXI;
1993.
3. La ingobernabilidad es el producto conjunto de una crisis de gestión administrativa y de
una crisis de apoyo político de la ciudadanía a las autoridades.
11
Feldman, Eduardo. A propósito de la publicación de un nuevo informe a la Comisión Trilateral sobre la salud
de las democracias avanzadas: algunas reflexiones sobre una oportunidad perdida. En: Instituciones y desarrollo,
Barcelona, N° 7, pp. 121-127, 2000. Se consultó el texto de la página web del Instituto Internacional de
Gobernabilidad, www.iigov.org/ , septiembre de 2004.
12
Prats, J.O. El concepto y el análisis de la gobernabilidad. En Instituciones y desarrollo, Barcelona: instituto
internacional de gobernabilidad, n° 14-15, 2003
Por su parte, Cepeda Ulloa13 abordaba el debate sobre la gobernabilidad relacionándolo
directamente con el proceso de la globalización. Según este autor, la gobernabilidad es un
tema antiguo que cobra relevancia contemporánea debido a las transformaciones de la
sociedad actual; transformaciones culturales, de las estructuras de poder y de los estilos de
vida, que no estuvieron acompañadas de los cambios similares en las instituciones y la vida
política. De esta manera, los nuevos problemas interrelacionados que plantea la
globalización ponen en el orden del día el tema de la gobernabilidad, al cual debe
trascender la tradicional discusión abstracta sobre ideas políticas, para ubicar el interés en la
formulación práctica de resultados:
De acuerdo con Prats i Catalá15 y Prats16, otra de las fuentes para el estudio de la
gobernabilidad puede encontrarse en los discursos y las prácticas de los organismos
internacionales. En efecto, el Banco Mundial ha impulsado desde comienzos de los noventas
una concepción sobre el Estado y la acción pública que se condensa en la idea de good
governance. Esta concepción no distingue entre gobernabilidad y governance como se
hace en algunos espacios académicos
8.1.3 Gobernanza
A pesar de que el debate sobre la gobernanza fue inicialmente europeo, actualmente se ha
difundido tanto en Estados Unidos como en otras regiones. Su desarrollo ha sido paralelo al
de gobernabilidad, pero existe cierto consenso en la necesidad de separar ambos
conceptos.
La gobernanza es un campo de investigaciones que se interesa por las formas de
coordinación, conducción y dirección de los sectores, de los grupos y de la sociedad, más
allá de los órganos y estilos tradicionales de gobierno.
Como es común en las ciencias sociales, entre los distintos teóricos que han trabajado el
tema de la gobernanza no existe un consenso acerca de su definición. No obstante, es
posible encontrar algunos elementos comunes17: (Jiménez, Ramirez y Roncancio, 2007):
La gobernanza es un concepto más amplio que el gobierno, en la medida en que
involucra actores privados y públicos no estatales. La idea es la colaboración e
interdependencia entre organizaciones lo cual contribuye a opacar los límites entre el sector
público, el privado y el voluntario18.
13
Cepeda Ulloa, Fernando. La Gobernabilidad: Nuevos actores en busca de un viejo tema., ESAP, centro de
documentación, documento N° 8594, 1992.
14
Ibid., p. 103
15
Prats i Catalá, J. Gobernabilidad democrática para el desarrollo humano: marco conceptual y analítica. En:
Instituciones y desarrollo, Barcelona: Instituto Internacional de Gobernabilidad, N° 10, 2001. Se consultó el texto
de la página Web del Instituto Internacional de Gobernabilidad. www.iigov.org/, septiembre de 2004.
16
Prats, J. O., Op. Cit.
17
Jiménez, W., Roncancio, P. y Ramírez, C. Gobernabilidad y gobernanza en la transformación de la acción
publica. Propuesta teórica y estudio de caso. Bogotá: ESAP; 2007.
18
Rhodes, R.A.W. The New Governance: Governing without Government. En: Political Studies, Vol. 44: p.p. 652-
667, 1996.
Gobernanza implica, a la vez, el cambio de una dirección jerárquica de la sociedad -
concepción tradicional de gobierno- hacia estilos de decisión más horizontales y
cooperativos, que se expresan en diversas estructuras de gobierno, algunas de las cuales son
redes de políticas. En estas estructuras se encuentran actores públicos de todos los niveles
(local, nacional, supranacional), expertos, representantes de grupos de interés y diversos tipos
de actores privados. En el caso especifico de las redes, estas pueden tender a estabilizarse
en el tiempo o concretarse alrededor de asuntos específicos19.
Las redes relacionan a los distintos actores de un modo más cooperativo, lo que implica la
negociación y la dirección, en vez de la imposición, como modo de llegar a acuerdos y
resultados de políticas. Esto no excluye la posibilidad de conflicto, sino la vocación de
intercambiar recursos, conciliar intereses y lograr compromisos mutuos. El consenso entre los
intereses particulares de los miembros de la red para llegar a la decisión sobre sus intereses
colectivos se logra a través de la deliberación y la negociación, que tienden a reemplazar al
voto como modo de decisión20.
La gobernanza se propone como una transformación de las estructuras institucionales
formales. Las estructuras de gobernanza gozan de cierta autonomía respecto del aparato
político administrativo, pero el Estado conserva una capacidad imperfecta e indirecta para
dirigir estas estructuras y las redes21.
La deslocalización o la gestión en procesos que tienen lugar en múltiples sitios
geográficos y en diversos niveles institucionales, como en el caso de la Unión Europea22.
El debate sobre la gobernanza aparece ligado a diagnósticos sobre la inadecuación de
los esquemas decisorios y de los instrumentos tradicionales de la coordinación política para
hacer frente a los problemas que son sometidos a los gobiernos, debido a su dificultad para
ajustarse a las nuevas formas de organización social, económica y política. Al Estado y más
particularmente, al gobierno– como órgano especializado de la conducción política- le
corresponde encargarse de la dirección de la sociedad a través de la agregación de los
diferentes intereses particulares mediante la definición del interés general. De acuerdo con
Renate Mayntz23 (1997, citada en Papadopoulos, 2002), el sistema político es la única
instancia legítimamente percibida como el especialista de lo general; esto es, la instancia a la
cual convergen las demandas por la gestión de la interdependencia, entre entidades
sociales diferenciadas que a pesar de su interdependencia -en términos de recursos-
persiguen objetivos propios y se muestran frecuentemente indiferentes a las externalidades
generadas24.
Estructuras de gobernanza
La gobernanza como dimensión de análisis puede hacerse operativa a partir del concepto
de estructuras de gobernanza, que permite expresar las formas diversas que revisten las
relaciones entre actores públicos y privados en torno a temáticas y subsistemas de políticas
específicos25.
19
Ver por ejemplo, Papadopoulos Y. Démocratie, gouvernance et « management de l’interdependance » : des
rapports complexes. En: Santiso, Javier. A la recherche de la démocratie. Mélanges offerts a Guy Hermet.
Paris : Khartala ; 2002.
20
Ibid.
21
Rhodes, Op. Cit.
22
Hermet, Guy. ¿Un régime à pluralisme limité? À propos de la gouvernance démocratique. En: Revue Française
de Science Politique, Paris, Vol. 54 No. 1, 2004.
23
Citada en Papadopoulos, Op. Cit.
24
Ibid.
25
Jiménez, William y Ramírez, César. Estructuras de gobernanza y niveles de gobernabilidad en Bogotá, el caso
de la política de empleo. En: Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, Santiago de Compostela:
Universidad de Santiago de Compostela, Vol. 6, N° 1, 2007.
Mayntz26 (2001) que propone tres tipos diferentes de estructuras:
1. Arreglos neocorporativos;
2. Formas de autorregulación de la sociedad, y
3. Redes mixtas de políticas.
En el siguiente cuadro observamos una sistematización de los elementos conceptuales
fundamentales para el estudio de la gobernanza27:
26
Mayntz, Renate. El Estado y la sociedad civil en la gobernanza moderna. En: Revista Reforma y Democracia.
Caracas: CLAD; 2001.
27
Jimenez, Ramirez y Roncancio, Op. Cit.
sector privado
2.2. 1. Patrones de
INFORMALES relación entre
alcaldía y
concejo
2. Mecanismos de
interacción de
actores
gubernamentales
y sociales
3.1. PÚBLICOS 1. Existencia de
3. ACTORES 3.2. PRIVADOS ONG’s en temas
Se refiere a los 3.3. SOCIALES de empleo.
individuos, grupos y 2. existencia de
organizaciones que sindicatos
realizan acciones 3. existencia de
relevantes con gremios
impacto sobre las empresariales
decisiones y la 4.Existencia de
implementación de actores
la política de gubernamentales
empleo en Bogotá. 5. Número de tipo
de actor/ Total
de actores
El cuadro muestra cómo cada una de las dimensiones (interacción, instituciones y actores)
contiene una serie de elementos que forman parte de las estructuras de gobernanza en
cualquiera de sus tres formas o tipos.
La forma concreta en que se combinan estos elementos da como resultado diversos tipos de
procesos de decisión. No todos los elementos están necesariamente presentes en toda
estructura de gobernanza, pero toda estructura de gobernanza combina algunas de estas
dimensiones y sus elementos constitutivos en grados variables.
28
Peters y Pierre, Op. Cit.
se supone que los clientes tienen la oportunidad de relacionarse directamente con los
productores, sin tener que actuar mediante sus representantes electos.
Idea de que la administración pública se ha aislado de la sociedad. En cambio los
actores empresariales, gracias a la competencia en el mercado, han desarrollado modelos
de gestión y asignación de recursos más cercanos a las necesidades sociales.
Ambas consideran obsoleta la dicotomía público-privado, aunque por razones diferentes.
Para la gobernanza no es que el sector público debe adaptarse a las formas de
funcionamiento del sector privado, como postula el NGP, sino que éste debe jugar un papel
destacado en la movilización de recursos no estatales y generar procesos conjuntos público-
privados.
Énfasis en la competencia como mecanismo para aumentar la eficiencia y la sensibilidad
hacia sus clientes. Esta es una de las prioridades del NGP ya que entiende que sin la
competencia es poco probable que pueda cambiarse el estilo de gestión de las empresas
públicas. Para los teóricos de la gobernanza lo central es la combinación de recursos
públicos y privados, por lo tanto agradece la competencia entre iniciativas públicas y
privadas.
Control de rendimiento más que control de entrada. Ambas corrientes teóricas tienen
interés en los resultados. El control de entrada era el mecanismo preferido de la administración
tradicional, en cambio el control de rendimiento se considera más eficaz para dar cuenta de
la satisfacción del consumidor.
Nuevos instrumentos y técnicas de administración. La gobernanza, más que la NGP, trata
de mejorar la capacidad del gobierno para actuar creando coaliciones estratégicas
interorganizacionales con actores del entorno. En la NGP, se trata de una estrategia
intraorganizacional orientada a mejorar la productividad del sector público.
A pesar de estos rasgos compartidos existen importantes diferencias entre la gobernanza y la
NGP, lo que hace necesario distinguir entre ambos conceptos y sus implicaciones para el
sector público. En realidad se trata de dos modelos diferentes de servicio público.
La NGP niega la especificidad cultural y política del sector publico e impulsa a las
administraciones a imitar a las organizaciones privadas. Asimismo está enfocada a cambiar los
valores y prácticas del sector público en cualquier sistema político de manera genérica. La
gobernanza parte de la cultura política en que se encuentra, por lo que toma diferentes
formas institucionales en diferentes contextos nacionales.
La gobernanza, en cambio, es un elemento central del gobierno y, si bien introduce nuevas
formas de acción pública, éstas no están orientadas como la NGP a la privatización sino a
una dirección menos jerárquica de la política. Las nuevas formas de gobernanza mantienen
algún grado de control político sobre el servicio público29.
Además, la gobernanza se refiere a los procesos mientras que la NGP se orienta a los
resultados. La NGP dice poco de los procesos, se centra en el desarrollo de técnicas de
gestión intraorganizacionales que aseguran la satisfacción del cliente y la eficacia del sector
público30. Además, la NGP dice poco sobre los sectores y aspectos del sector público que
no se relacionan con la provisión de bienes y servicios públicos. La gobernanza, en cambio,
se interesa por todo proceso político y la influencia relativa de los diversos actores que se
implican en cada caso.
Por otro lado, la gobernanza es una perspectiva interorganizacional y la NGP es una filosofía
de reforma intraorganizacional. La gobernanza es una forma alternativa de persecución de
intereses colectivos y puede entenderse como una teoría política, ya que intenta describir y
explicar una forma nueva de relación entre el Estado y la sociedad. La NGP es una teoría
organizativa y apunta a alterar las relaciones entre el Estado y la sociedad solamente en la
29
Peters, Guy. La política de la burocracia. México: FCE; 1999.
30
Peters y Pierre, Op. Cit.
medida que los modelos de gestión pública cambien los patrones de intercambio entre
prestadores de servicios y clientes.
Finalmente, es necesario considerar que la gobernanza y la NGP no comparten los mismos
principios ideológicos. La gobernanza no intenta cambiar los patrones culturales de la
administración pública ni tiene la misma vocación antipolítica que el NGP, sino que mantiene
para el Estado una función primordial: coordinar y dar dirección a los esfuerzos de
colaboración público-privado.
33
Peters, Op. Cit.
34
Marsh y Rodhes. Policy Networks in British Government.Oxford: Clarendon Press, 1992.
35
Smith, Andy. Les idées en action: le referentiel, sa mobilisation et la notion de policy network. En : Faure et al. La
construction du sens dans les politiques publiques: débats autour de la notion de referentiel, Paris : l’Harmattan ;
1995. p. 110.
36
Lechner, Norbert. Las tres formas de coordinación social. En: Revista de la CEPAL, Santiago de Chile, n° 61,
1997.
37
Habermas, Jürgen. Facticidad y validez, Madrid: Trotta; 1998.
Parecería entonces, que la existencia de dificultades para dirigir (steering) sociedades
complejas no conduce a concluir que la coordinación política es imposible, sino que deben
pensarse formas de superar las dificultades comunicativas inter-sistémicas que combinen
distintas lógicas funcionales.
En este contexto, algunos empiezan a utilizar el término de meta-gobernanza, como una
posibilidad de coordinación de última instancia que propicie la resolución de los conflictos y
problemas relativos a la construcción de políticas públicas dentro de redes. Stoker38 señala
que la existencia de fallas de gobernanza permite entrever las dificultades de la
coordinación. Afirma que su resolución depende no tanto de ofrecer nuevas herramientas al
Estado, sino de ampliar la relación a nuevas instituciones sociales y económicas más allá del
gobierno, lo que podría ser facilitado por diseños institucionales favorables a la evolución,
cambio y adaptación.
La vinculación de la gobernanza con la gestión ha conducido a muchos autores a señalar la
necesidad de retomar el debate político en torno a este concepto; por ende, de analizar
sus implicaciones para la democracia. Desde ese punto de vista, Hermet39 señala que es
necesario analizar la gobernanza desde el punto de vista de la democracia y no solamente
de la eficiencia.
Indica Hermet que la gobernanza y la democracia participativa se presentan como
conceptos afines en la medida en que pondría en juego a la sociedad civil al basarse en
concertaciones y negociaciones entre diversos actores. Sin embargo, afirma que en general
se asemejan al acaparamiento de sitios de autoridad por parte de algunas minorías
cooptadas. Así entendido, el concepto de democracia participativa, por atractivo que
parezca, no impide la exclusión de la esfera política tanto de quienes no militan entre los
practicantes de la participación como de quienes no pertenecen a las redes de promoción,
defensa e ilustración de las confraternidades corporatistas de la sociedad civil40”.
Papadopoulos por su parte, señala que las estructuras de gobernanza son una expresión de
pluralismo pero que éste no es necesariamente equivalente a la democracia, como tampoco
al interés general. Indica que es poco frecuente que el pluralismo de las redes refleje fielmente
el pluralismo social y que existe entonces el riesgo de una captación por los intereses mejor
organizados que utilizan sus accesos públicos para preservar sus rentas42.
A raíz de estas últimas críticas democráticas a la gobernanza se ha trabajado en la
elaboración de una serie de principios de buena gobernanza, entre otros en el Libro Blanco
de la Gobernanza Europea. Estos principios están orientados a garantizar la mayor
democraticidad posible y la consecución de los objetivos de transparencia, participación,
rendición de cuentas, eficacia y coherencia.
38
Stoker, Gerry. Governance as Theory: Five Propositions. En: International Journal of Social Sciences. No. 155
(March), p.p. 17-28, 1998.
39
Hermet, Op. Cit.
40
Ibid, p. 17
41
Ibid., p. 19
42
Papadopoulos, Op. Cit.