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Guerras napoleónicas

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Napoleon bonaparte guerras napaoleonicas.jpg

Fecha: 1802-1815

Lugar: Europa, Océano Atlántico, Río de la Plata, Océano Índico, Norteamérica,


Caribe

Descripción:

Conflicto militar que tuvo lugar durante el período en que Napoleón rigió en Francia.
Fue en parte una extensión de los conflictos que estallaron a causa de la Revolución
francesa, y continuaron, a instigación y gracias al financiamiento de Inglaterra,
durante todo el Primer Imperio francés.

Resultado:

Triunfo de la Coalición, restablecimiento del absolutismo en Europa, decidido en el


Congreso de Viena.

Consecuencias:

Derrota final de Napoleón Bonaparte en la Batalla de Waterloo y el Segundo Tratado


de París de 1815.

País(es) involucrado(s)

Bandera de Austria Austria, Bandera de Rusia Rusia, Bandera de Prusia Prusia,


Bandera de Inglaterra Inglaterra, Bandera de España España, Bandera de la
República Portuguesa Portugal, Bandera de Suecia Suecia, Bandera de Francia
Francia, Bandera de Holanda Holanda, Bandera de Italia Italia, Bandera del Reino
de Nápoles Reino de Nápoles, Bandera de Dinamarca Dinamarca, Bandera de
Noruega Noruega
Guerras napoleónicas. Fueron los conflictos bélicos librados durante el gobierno de
Napoleón Bonaparte. Se cree que empezaron en Europa, en el período
comprendido entre las Guerras de la Revolución francesa (1792-1800), marcado
por el ascenso al poder dictatorial de Napoleón, como Primer Cónsul, en diciembre
de 1799. Finalizaron el 20 de noviembre de 1815, tras la derrota final de Napoleón
en la Batalla de Waterloo y el Segundo Tratado de París de 1815. En conjunto, el
casi continuado período de guerras comprendido entre el 20 de abril de 1792 y hasta
el 20 de noviembre de 1815 es llamado con frecuencia La Gran Guerra Francesa.

Sumario

Antecedentes

Las batallas libradas desde 1799 hasta 1815 entre Francia y varias naciones
europeas son ya históricamente conocidas como las Guerras Napoleónicas. Estos
enfrentamientos militares fueron una continuación de las guerras mantenidas por
Francia en Europa durante la Revolución francesa (1789-1799). En ellas sobresalió
el talento estratega de Napoleón Bonaparte. Durante los años que Napoleón había
pasado en guarniciones de provincias aprovechó su tiempo para ampliar su
preparación militar, profundizando en sus estudios de matemáticas, artillería y
táctica militar, entrando, además, en conocimiento de los pensadores políticos
clásicos y descubriendo también su pasión por la historia.

Coaliciones

Las Guerras Napoleónicas, se tiende cada vez más a llamar las Guerras de
Coalición por haberle sido impuestas a Napoleón por los aliados. El período de las
guerras lo componen las diferentes coaliciones que conformaron los
enfrentamientos.

Primera Coalición

La Primera Coalición[1], (1792-1797) de Austria, Prusia, el Reino Unido, España y


el Piamonte (Italia) contra Francia fue el primer intento para acabar con el
republicanismo.
Descripción

El gobierno francés confió a Napoleón la dirección de las Infantería francesa durante


las Guerras Napoleónicas

operaciones militares contra las tropas austriacas en el norte de Italia en 1796. En


menos de un año, Napoleón había vencido a las fuerzas de Austria, superiores en
número. En 1797, se le asignó el mando de una expedición que tenía como objetivo
conquistar Egipto para cortar la ruta británica a la India. La invasión fracasó tras la
batalla del Nilo y Napoleón regresó a Francia. Aunque ambas campañas se
produjeron durante el régimen del Consulado, antes de la asunción del poder por
Bonaparte, suelen ser consideradas como la primera fase de las Guerras
Napoleónicas. Fue en ellas donde el líder francés desplegó por primera vez a gran
escala su talento como jefe militar.

La coalición fue derrotada por los franceses debido a una movilización general,
levas en masa, reformas en el ejército y una guerra absoluta.

Segunda Coalición

El período comenzó con la Guerra de la Segunda Coalición[2], que incluye la


Campaña de Italia (1899), las acciones en Egipto (1800-1801) y en el mar, la victoria
naval de Nelson en Copenhague, período que concluyó con el Tratado de Amiens
en 1802.

Las hostilidades entre Francia e Inglaterra se reanudaron en mayo de 1803 con el


pretexto de que esta última se negaba a entregar la isla de Malta a los caballeros
de la Orden de Jerusalén, como estipulaba el tratado.

Descripción

La victoria de Napoleón en la campaña contra

Campaña de Egipto durante las Guerras Napoleónicas

los austriacos en el norte de Italia puso fin a la Primera Coalición. No obstante,


durante su estancia en Egipto se formó la Segunda Coalición (24 de diciembre de
1798) integrada por Rusia, Gran Bretaña, Austria, el reino de Nápoles, Portugal y el
Imperio otomano. Las batallas principales de la guerra de la Segunda Coalición, que
se inició a finales de 1798, tuvieron lugar en el norte de Italia y en Suiza al año
siguiente. Los austriacos y los rusos, dirigidos por el general Alexandr Suvórov,
vencieron a los franceses en el norte de Italia en las batallas de Magnano (5 de abril
de 1799), Cassano (27 de abril), el Trebbia (17 al 19 de junio) y Novi (15 de agosto).
La Coalición también tomó Milán; abolió la República Cisalpina, que se había
constituido bajo los auspicios del gobierno francés en 1797; ocupó Turín y privó a
Francia de sus anteriores conquistas en Italia.

El resultado de la lucha en Suiza fue más favorable para los franceses. Tras ser
derrotados en Zurich (7 de junio) por Carlos de Habsburgo, archiduque de Austria,
las fuerzas francesas dirigidas por el general André Masséna vencieron a las tropas
rusas del general Alexander Korsakov el 26 de septiembre. Suvórov y sus fuerzas
abandonaron el norte de Italia atravesando los Alpes para unirse a Korsakov en
Suiza, donde sus tropas se habían dispersado tras ser vencidas. El ejército de
Suvórov hubo de refugiarse en las montañas del cantón de los Grisones, donde
quedó diezmado a causa del frío y el hambre. Los rusos se retiraron de la Segunda
Coalición el 22 de octubre alegando como motivo la falta de cooperación de los
austriacos.

Cuando Napoleón regresó a Francia procedente de Egipto en octubre de 1799, pasó


a ser el líder del Consulado y ofreció la paz a los aliados. La Coalición rechazó esta
propuesta y Napoleón planeó una serie de ataques contra Austria para la primavera
de 1800. Bonaparte se adentró en Italia cruzando los Alpes con un nuevo ejército
formado por 40.000 hombres y venció a los austriacos en la Batalla de Marengo el
14 de junio. Mientras tanto, las tropas francesas del general Jean Victor Moreau
habían penetrado en el sur de Alemania atravesando el Rin y tomando Munich.
Moreau también había derrotado a las fuerzas austriacas del archiduque de Austria
Juan de Habsburgo en la Batalla de Hohenlinden, que tuvo lugar en Baviera el 3 de
diciembre, y se había aproximado a la ciudad de Linz (Austria). Las victorias
francesas obligaron a firmar a Austria el Tratado de Lunéville el 9 de febrero de
1801, por el que Austria y sus aliados alemanes cedían la orilla izquierda del río Rin
a Francia y reconocían a las repúblicas Bátava, Helvética, Cisalpina y Ligur, además
de realizar otras concesiones. Asimismo, este tratado marcó la disolución de la
Segunda Coalición. El único aliado que continuó la lucha contra Francia fue Gran
Bretaña. Las tropas británicas se habían enfrentado sin éxito contra las francesas
en territorio holandés en 1799, pero habían conquistado algunas posesiones
francesas de Asia y otros lugares. Gran Bretaña firmó el 27 de marzo de 1802 la
Paz de Amiens con Francia.

No obstante, esta paz resultó ser una mera suspensión de las hostilidades. En 1803
se produjo una disputa entre ambos países a propósito de la cláusula del acuerdo
que establecía la restitución de la isla de Malta a la Orden de los Caballeros de San
Juan de Jerusalén. Gran Bretaña se negó a entregar la isla, por lo que estalló una
nueva guerra contra los franceses. Una importante consecuencia de este conflicto
fue que Napoleón abandonó su proyecto de establecer un gran imperio colonial
francés en Norteamérica, al verse obligado a concentrar sus recursos en Europa.
Así pues, vendió Luisiana a Estados Unidos. En 1805, Austria, Rusia y Suecia se
unieron al conflicto en apoyo del bando británico, y España se alió con Francia; este
fue el inicio de la guerra de la

Tercera Coalición

En 1805 Inglaterra, Rusia, Austria y Suecia se aliaron a Inglaterra contra Francia, y


España a Francia, lo que inició la Guerra de la Tercera Coalición[3], que, junto a la
Revolución haitiana, obligaron a Napoleón a abandonar su sueño de reconquistar
el imperio americano francés.

En esta guerra los austriacos y suecos fueron derrotados en Ulm y Austerlitz (1805),
pero Inglaterra ganó la supremacía naval en Trafalgar (octubre de 1805). Rusia
entró en la guerra al lado de los aliados, pero fue derrotada en la Batalla de
Auerstedt, después de lo cual los restos de la resistencia ruso-prusiana fueron
liquidados en Eylau y Friedland (1807), y culminaron en los Tratados de Tilsit el 7 y
9 de julio de ese año. También ese año comenzó la Guerra Peninsular, y dos años
después Austria se incorporó a la guerra, pero fue derrotada en Wagram en julio, y
firmó el Tratado de Schönbrunn en octubre.

Descripción

Napoleón se apresuró a tomar medidas contra la nueva alianza. Había

Infanteria austriaca durante las Guerras Napoleónicas

ejercido una gran presión sobre Gran Bretaña desde 1798 al mantener a un ejército
concentrado en Boulogne -a orillas del canal de la Mancha-, que hacía pensar a los
británicos que se preparaba una invasión de Inglaterra. Bonaparte aumentó
considerablemente el número de fuerzas destacadas en Boulogne cuando
comenzaron las disensiones que hicieron estallar la guerra en 1803. Tras la
formación de la Tercera Coalición contra Francia, sus tropas abandonaron Boulogne
para enfrentarse a los austriacos, que habían invadido Baviera con un ejército
dirigido por Fernando III, el gran duque de la Toscana, y el general Karl Mack von
Leiberich. Varios estados alemanes, entre los que se contaban Baviera,
Württemberg y Baden, se aliaron con Francia. Napoleón derrotó a las fuerzas de
Austria en Ulm, capturó a 23.000 prisioneros y, a continuación, marchó con sus
tropas a lo largo del Danubio y conquistó Viena.

Los ejércitos rusos, liderados por el general Mijaíl Kutúzov y Alejandro I, emperador
de Rusia, respaldaron a los austriacos, pero Bonaparte venció a las fuerzas austro-
rusas en la Batalla de Austerlitz, también denominada de los Tres Emperadores.
Austria se rindió nuevamente y firmó el Tratado de Presburgo el 26 de diciembre de
1805. Una de las cláusulas del acuerdo estipulaba que Austria debía entregar a
Francia la zona del norte de Italia y a Baviera parte del propio territorio austriaco;
asimismo, Austria reconoció a los ducados de Württemberg y Baden como reinos.

Cuarta Coalición

Rusia se levantó nuevamente contra el Emperador y este la invadió. Prusia se sumó


a los aliados para la campaña, lo que dio lugar a la Cuarta Coalición[4], (1806-1807),
que comenzó con la batalla de Lützen.
Austria se incorporó a la alianza y Napoleón fue derrotado en Leipzig (octubre),
después de lo cual sus enemigos invadieron Francia con los prusianos de Blücher
desde Mainz y los austriacos desde Langres.

Descripción

Prusia, ante el incremento de poder de Francia en

Caballería prusiana durante las Guerras Napoleónicas

Alemania, se unió a la Cuarta Coalición compuesta por Gran Bretaña, Rusia y


Suecia en 1806. Bonaparte aplastó a las tropas prusianas en la Batalla de Jena el
14 de octubre de ese mismo año y tomó Berlín. A continuación, derrotó a los rusos
en la batalla de Friedland y obligó a firmar la paz a Alejandro I.

De acuerdo con las principales condiciones del Tratado de Tilsit, Rusia tuvo que
entregar sus posesiones polacas y aliarse con Francia, mientras que Prusia perdió
casi la mitad de su territorio, tuvo que hacer frente a cuantiosas indemnizaciones y
se le impusieron severas restricciones al tamaño de su ejército permanente. Rusia
y Dinamarca emprendieron una acción militar contra Suecia que obligó a su
monarca, Gustavo IV Adolfo, a abdicar en favor de su tío, Carlos XIII, a condición
de que éste nombrara como su heredero al general Jean Baptiste Jules Bernadotte,
uno de los mariscales de Napoleón. Bernadotte fue coronado en 1818 con el nombre
de Carlos XIV Jean-Baptiste Bernadotte y fue el fundador de la dinastía actual
sueca.

Nacionalismo antinapoleónico:

En 1808, Napoleón dominaba toda Europa, a excepción de Rusia y Gran Bretaña.


Las principales razones del posterior declive fueron el surgimiento del espíritu
nacionalista en varias de las naciones europeas derrotadas y la persistente
oposición de Gran Bretaña, que, a salvo ya de una invasión gracias a la superioridad
de su armada, no cesó de organizar y financiar nuevas coaliciones contra Napoleón.
España fue la primera nación en la que Bonaparte tuvo que hacer frente a las
insurrecciones nacionalistas que provocaron su caída. El emperador francés,
después de haber destronado al rey Carlos IV de España, nombró a su hermano
José Bonaparte rey de este país en 1808. Los españoles se rebelaron y expulsaron
al nuevo gobernante de Madrid. Se desató la guerra de la Independencia española
(1808-1814) entre los franceses, que intentaban restaurar a José I Bonaparte en el
trono, y los españoles, apoyados por las fuerzas británicas mandadas por Arthur
Colley Wellesley, duque de Wellington.

Los franceses fueron derrotados, y el número de bajas que sufrieron perjudicó


seriamente a Napoleón cuando se vio obligado a hacer frente a sus nuevos
enemigos del este y el norte de Europa. Su primera oponente era Austria, que se
unió a Gran Bretaña para formar la Quinta Coalición en 1809. El emperador francés
derrotó a los austriacos en Wagram (julio de 1809) y les obligó a firmar el Tratado
de Viena, por el cual Austria perdió Salzburgo, parte de Galitzia y grandes áreas de
sus territorios del sur de Europa. Asimismo, se divorció de su primera mujer y
contrajo matrimonio con la hija de Francisco II de Austria, con la vana esperanza de
que este país no participara en nuevas coaliciones contra él.

Quinta Coalición

El alzamiento popular contra la invasión francesa el 2 de mayo de 1808 dio lugar a


la Guerra de la Independencia Española, que finalizó en 1814 con la expulsión del
trono de José Bonaparte y la restauración de la monarquía borbónica en la figura
de Fernando VII.

La Quinta Coalición[5], (1809) del Reino Unido y Austria contra Francia se formó
mientras España se enfrentaba con Francia en la Guerra de la Independencia
Española.

Descripción

El Reino Unido se encontraba ya luchando contra Francia aliado con los rebeldes
españoles en la Guerra de Independencia. Al mismo tiempo, Austria había reclutado
un nuevo ejército para tratar de dar un vuelco a las desfavorables condiciones
impuestas tras la derrota de la guerra anterior en la Cuarta Coalición que culminó
con el Tratado de Pressburg. A pesar de que Austria obtuvo algunas victorias en
operaciones menores de tipo defensivo, la ausencia de Rusia y Prusia de la
coalición significó la inferioridad numérica de Austria frente a los enormes ejércitos
franceses, lo que la condujo a la posterior derrota en la Batalla de Wagram. Austria
fue obligada a firmar el Tratado de Schönbrunn, perdiendo aún más territorio frente
a Napoleón.

Sexta Coalición

La Sexta Coalición[6], (1812-1814) estuvo formada por el Reino Unido, Rusia,


Prusia, Suecia, Austria, y cierto número de estados germánicos para combatir al
Imperio Francés de Napoleón y sus aliados. Como resultado de esta guerra
Napoleón fue derrocado y confinado a la Isla de Elba.

Descripción

En 1812, Francia y Rusia entraron en guerra porque

Artillería rusa durante las Guerras Napoleónicas

Alejandro I se negaba a aplicar el Sistema Continental. Dado que gran parte de sus
hombres se encontraban en España, Napoleón Bonaparte invadió Rusia sólo con
500.000 hombres.

Derrotó a los rusos en Borodino y conquistó Moscú el 14 de septiembre de 1812.


Los rusos invadieron la ciudad, impidiendo así a las tropas francesas establecer allí
cuarteles de invierno. Abandonaron Rusia y se adentraron en Alemania, pero la
mayoría de los hombres murieron a lo largo del camino a causa del frío, el hambre
y los ataques de la guerrilla rusa.
El Imperio Ruso se unió entonces a la Sexta Coalición, de la que también formaban
parte Prusia, Gran Bretaña y Suecia. Prusia, en un estallido de fervor nacionalista
provocado por las reformas políticas y económicas que se habían implantado desde
la derrota de Jena, inició la guerra de Liberación contra Napoleón en 1813. Éste
consiguió su última victoria importante en la Batalla de Dresde, donde el ejército
francés derrotó a las fuerzas conjuntas de Austria, Prusia y Rusia el 27 de agosto
de 1813. Sin embargo, durante el mes de octubre, Napoleón se vio forzado a
replegarse sobre el Rin tras la Batalla de Leipzig, quedando liberados los estados
alemanes. Los ejércitos rusos, austriacos y prusianos invadieron Francia desde el
norte al año siguiente y tomaron París en marzo de 1814; Napoleón abdicó y hubo
de exiliarse en la Isla de Elba, situada en el Mar Mediterráneo.

Los miembros de la Quinta Coalición se reunieron en el Congreso de Viena para


restaurar a las monarquías que Napoleón había derrocado en Europa.

Séptima Coalición

La Séptima Coalición[7], fue apresuradamente preparada durante las Guerras


Napoleónicas en 1815, tras el regreso a Francia de Napoleón desde su exilio en
Elba y su entrada en París. Los miembros de la Séptima Coalición fueron: Reino
Unido, Rusia, Prusia, Suecia, Austria, los Países Bajos y cierto número de estados
alemanes.

París cayó el 30 de marzo de 1814 y el Emperador abdicó el 11 de abril. Su regreso


a Francia el 1 de marzo de 1815 dio lugar a Los Cien Días, que culminaron el 20 de
noviembre de 1815, tras la derrota final de Napoleón en la Batalla de Waterloo y el
fin de las Guerras Napoleónicas por el Segundo Tratado de París de 1815.

Descripción

El periodo conocido como Los Cien Días comenzó cuando Napoleón

Mapa de la Batalla de Waterloo

abandonó Elba y desembarcó en Cannes, el 1 de marzo de 1815.


A medida que se trasladaba hacia París, fue recabando apoyos por donde pasaba,
y finalmente derrocó al recién restaurado Luis XVIII.

Una vez que los intentos de Napoleón por disuadir a uno o más aliados para que no
invadieran el territorio de Francia fracasaron, su única salida para permanecer en el
poder era atacarles antes de que la Coalición pudiera sobrepasarle en fuerzas. Si
pudiera destruir las fuerzas aliadas existentes en Bélgica antes de que fueran
reforzadas por los contingentes de otros aliados, era posible que pudiera enviar a
los ingleses al mar y golpear a los prusianos hasta echarlos de la contienda. Era
una estrategia que le había servido con éxito en anteriores ocasiones.

La mayor batalla de la Séptima Coalición fueron en realidad una sucesión de


enfrentamientos en Ligny y Quatre Bras (16 de junio), Wavre (18 y 19 de junio) que
culminaron en la conocida como Batalla de Waterloo (18 de junio). En Ligny, las
fuerzas francesas bajo el mando directo de Napoleón consiguieron hacer retroceder
en desbandada a los prusianos. En Quatre Bras, en una acción separada el mismo
día de la lucha en Ligny, el ala izquierda del ejército francés, bajo el mando del
mariscal Ney, bloqueó a las fuerzas anglo-aliadas que se dirigían a ayudar a los
prusianos que luchaban en Ligny. El día 18 de junio se produjo el enfrentamiento
más decisivo de la campaña, y éste tuvo lugar en Waterloo. Durante gran parte del
día un ejército francés ligeramente superior al aliado bajo el mando de Napoleón
atacó las posiciones anglo-aliadas en la cima de una colina, estando a punto de
hundir el centro enemigo hacia las 19 horas. La llegada inesperada de los prusianos
a la caída de la tarde hizo cambiar las tornas para Wellington, consiguiendo éste la
victoria para las fuerzas aliadas. A pesar de que la batalla simultánea de Wavre fue
una victoria táctica para los franceses, fue infructuosa, en el sentido de que las
fuerzas prusianas consiguieron detener a las fuerzas francesas cuya presencia en
Waterloo podría haber salvado a Napoleón de perder la batalla y, por consiguiente,
la guerra. Al llegar a París, tres días después de Waterloo, Napoleón todavía se
aferraba a la esperanza de la resistencia nacional, pero los cargos políticos, y el
público en general, le había retirado su apoyo. Napoleón fue forzado a abdicar de
nuevo el 22 de junio de 1815. Los aliados le exiliaron entonces a la remota Isla
Santa Helena, en el Atlántico Sur, donde, supuestamente, sería envenenado con
raticida y moriría en 1821.

Fin de las Guerras

Así concluyen las Guerras Napoleónicas, una serie de 400 batallas y

Soldados muertos durante las Guerras Napoleónicas

combates librados entre 1792 y 1815, en los que se implicaron todas las potencias
occidentales con un gran costo de muertos a Europa entre soldados franceses y de
otras naciones.

La gran mayoría de las muertes se debieron a causas derivadas de los


enfrentamientos, como represalias o enfermedades, sin contar a los lisiados o las
familias destrozadas. Las pérdidas estructurales no pueden mesurarse. Muchos
puentes fueron demolidos, cientos de pueblos quedaron arrasados, varias ciudades
sufrieron graves daños; algunas grandes capitales, como Leipzig o Moscú quedaron
en ruinas.

Napoleón saqueó media Europa. La mayoría de las ocasiones que sometía a un


estado, le obligaba a pagar tributos en dinero y obras de arte que enriquecieron el
Tesoro de Francia. Sus tropas, al prescindir de logística para aumentar su velocidad
de maniobra, vivían sobre el territorio en campaña, saqueando las propiedades
ajenas sin piedad.

Repercusión de las Guerras Napoleónicas

Existen países europeos que tienen un sistema de leyes civiles, con un código legal
influido por el código napoleónico.

Francia no volvió a ser una potencia dominante en Europa, como lo había sido
desde los tiempos de Luis XIV.
Se desató el nacionalismo, fuerza que avivó el nacimiento de naciones y el fin de
otras. El mapa de Europa tuvo que ser redibujado sobre las bases de la cultura, el
origen y la ideología de las gentes.

Gran Bretaña se convirtió en la potencia hegemónica, tanto en tierra como en el


mar.

La guerra en la Península Ibérica dejó completamente destrozada a España, así


como su armada y ejército. Para 1825, toda la antigua América española, con la
excepción de Cuba y Puerto Rico, se había convertido en repúblicas independientes
o había pasado a formar parte de Estados Unidos (Florida, Luisiana), Gran Bretaña
(Trinidad) o Haití (Santo Domingo).

Referencias

Se conoce como Primera Coalición (1792-1797) al primer esfuerzo coordinado de


varias potencias europeas para contener la Revolución francesa. Esta coalición se
formó cuando ya había estallado el conflicto bélico. Comprendía a los siguientes
países: Austria, Prusia, Reino de Nápoles, Reino de Cerdeña (en guerra con Francia
desde 1792), Reino Unido, Provincias Unidas de los Países Bajos, España.

Se conoce como la Segunda Coalición (1798-1800) al segundo esfuerzo


combinado de múltiples países europeos para contener a la Revolución francesa.
La Coalición comprendía a: Imperio austríaco, Inglaterra (ya en guerra con Francia
desde 1793), Imperio ruso, Imperio otomano, Reino de Portugal, Reino de Nápoles,
Estados Papales.

La Tercera Coalición fue una alianza militar creada en 1805 por el Reino Unido,
Austria, Rusia, Nápoles y Suecia contra Francia con el fin de derrocar a Napoleón
del trono imperial y disolver la influencia militar francesa en el continente europeo

La Cuarta Coalición fue una alianza organizada contra el Imperio Francés de


Napoleón entre los años 1806 y 1807. Los participantes en esta coalición fueron
Inglaterra, Prusia, Rusia, Sajonia y Suecia.
La Quinta coalición fue una alianza entre Austria y el Reino Unido, creada en 1809
para luchar contra el Imperio francés del emperador Napoleón I.

La Sexta Coalición (1812-1814) fue una coalición formada por el Reino Unido,
Rusia, Prusia, Suecia, Austria, y cierto número de estados germánicos para
combatir al Imperio Francés de Napoleón y sus aliados. Como resultado de esta
guerra Napoleón fue derrocado y confinado a la isla de Elba.

La Séptima Coalición fue una alianza militar de las potencias europeas contra el
Emperador Napoleón I en 1815.

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