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El movimiento de la balanza hacia uno de los dos polos se relaciona con la fuerza del
impulso primario de los seres humanos, impulso que está ligado a la necesidad de
inmediatismo, de la generación de respuestas inmediatas y satisfactorias. Cuanto mayor
es la fuerza de este impulso y la falta de distinción y dominio sobre el yo, la balanza se
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inclinara más hacia el compromiso, donde las preguntas y respuestas se definen en un
quien y una intención. En este punto Elías hace referencias al trabajo de Levy-Bruhl
sobre los primitivos, específicamente sobre la causalidad, en la que el hombre primitivo
ve un grado de intención directamente relacionado con él; es decir que existe un alto
nivel de compromiso con los fenómenos externos al hombre y no existe una clara
distinción del ‘yo’.
Por el contrario, cuando la resistencia del medio, que genera cierto grado de
distanciamiento, se hace más fuerte y ‘se inicia la búsqueda’ de otras respuestas, que ya
no son tan satisfactorias, la balanza se inclina hacia el distanciamiento. Esto requiere un
cambio de la estructura mental de los seres humanos, por la consiguiente dificultad de
asimilar respuestas que generan un fuerte choque emocional.
Sin embargo, la balanza no se inclina de la misma manera en los tres planos, como
tampoco desaparece el impulso primario. Ha sido más ‘fácil’ (a pesar de la
insatisfacción de las respuestas) generar un distanciamiento en el plano de las relaciones
con lo no humano o lo que llamamos naturaleza, pero en el plano social el
distanciamiento no se ha logrado en el mismo nivel y el impulso primario parece
recobrar fuerza, especialmente en el plano de las relaciones interestatales que trata
Norbert Elías.
Este último punto nos conecta con el problema del doble enlace, que se relaciona con el
grado compromiso y de carga emocional, que genera un evento o fenómeno en la
capacidad de reacción de una persona o de un grupo.
Este se da con la falta de dominio sobre los ´objetos´ o fenómenos con los que se ve
enfrentado el individuo, por otra parte “en el centro de un proceso de enlace doble hay
un conflicto de poderes”1, ya sea en algunos de los tres niveles de relación nombrados
anteriormente. Sin embargo, este se hace más patente dentro de las relaciones del
hombre con otros hombres y con la naturaleza, lo que conlleva la formulación de
figuraciones para explicar de manera satisfactoria esa relación, estas se conectan a un
culpable (un quien) y a un nivel de intencionalidad, es decir que este enlace es un
proceso social.
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1 Elías, Norbert. Compromiso y Distanciamiento. Ensayos de Sociología del conocimiento. Barcelona:
Ediciones Península, 1990. Edición de Michael Schroter. Pág. 71
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En este sentido: “la fuerza coercitiva de este enlace doble se veía incrementada, además,
por el hecho de que un conocimiento con gran contenido fantástico puede ser mucho
más atractivo y emocionalmente satisfactorio para el hombre que un conocimiento más
ajustado a la realidad”2. Es decir que estas respuestas, presentan un grado de
emocionalidad (en relación a diferentes situaciones), que restringe el espacio de acción
para salir del doble enlace.
La salida del doble enlace dentro del campo de la naturaleza, se da con el dominio sobre
los fenómenos naturales y se relaciona con el proceso de acumulación de conocimientos
que se ha dado a lo largo de la historia. Este le dio al hombre cierto grado de
distanciamiento con dichos eventos y su vez permitió mejorar el nivel de seguridad
frente a los mismos. Sin embargo, este proceso no ha sido sencillo, ya que como lo
afirma Elías, el conocimiento depende del grado de emocionalidad e interés que este
genere, de esta manera han sido los desencantos emocionales, lo que han llevado a “los
grandes avances del conocimiento científico”3.
Pero en el ámbito social es más probable que se caiga en la trampa del doble enlace, ya
que no se ha logrado generar un distanciamiento que permita la aceptación de respuestas
poco satisfactorias. En este sentido, Elías pone como ejemplo las relaciones
interestatales y las relaciones humanas dentro del estado; en las segundas la caída en el
doble enlace de un individuo puede generar reacciones violentas que son controladas
por quienes tienen el monopolio de la violencia, lo que restringe hasta cierto punto esta
caída al generar cierto nivel de seguridad; pero en el ámbito interestatal al no existir un
ente que controle este monopolio, se crea una constante competencia, lo que genera un
grado alto de inseguridad, ya que no pueden controlarse el uno al otro. Llevando, en
situaciones extremas, a retomar preguntas cómo el quién (en búsqueda de un culpable),
lo que generan una respuesta satisfactoria y una reacción en contra de ese quien.
En este sentido el enlace doble nace de las situaciones en la que el hombre no puede
dominar el objeto o fenómeno que le produce un sentido de inseguridad. Este doble
enlace ha reducido su fuerza coercitiva en relación a la naturaleza, en las sociedades
científicas en contraste con lo que ocurría en las sociedades pre-científicas. Pero por
otro lado, en el campo social el doble enlace ha permanecido (si bien en un nivel menor)
como una trampa constante. Es decir que su potencial de cambio se mantiene activo
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“incluso cuando la actualización de este potencial se encuentra interrumpida o se
produce a lo largo de un proceso enormemente lento”4.
Hasta ahora se ha tratado los dos primeros interrogantes del presente ensayo, sin
embargo, para aproximarnos al tercer punto es necesario tener en cuenta lo hasta aquí
dicho, ya que el problema de desarrollo, como es tratado por Elías, hace patente los
cambios en el grado de compromiso y distanciamiento que se da a lo largo de la historia
humana, es decir que esta relación no se da de la misma manera a lo largo del proceso
histórico.
Igualmente no se puede entender el desarrollo como algo planeado, “es cierto que no
existen sociedades sin humanos y que estas no funcionan ni se desarrollan sin personas
que actuaran y persiguieran sus fines. Pero del encuentro de las acciones y planes de las
personas surge un ordenamiento no planeado distinto al tipo de ordenamiento que
llamamos natural”5. Al no ser planeada dificulta las explicaciones que el hombre se
puede dar de éstas, en especial en el campo social, ya que en la medida que se distancia
emocionalmente de determinados fenómenos (como los naturales) logra la disminución
gradual de los peligros existentes y potenciales, este proceso es lo que Elías relaciona
con los grados de civilización.
Por otro lado en el campo social, Elías reconoce que el distanciamiento no se ha dado
en el mismo nivel, lo que ejemplifica con las relaciones interestatales en el campo
militar. El desarrollo, entonces, no puede verse como algo uniforme, por el contrario
4 Ibíd. Pág. 71
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deben ser analizados desde la integración de diferentes ámbitos de las relaciones del
hombre con el hombre y del hombre con la naturaleza.
Ahora bien con relación al cuarto y último interrogante de este ensayo, es necesario
decir que Elías reconoce que la balanza compromiso-distanciamiento, influye en la
personalidad y en la visión de mundo que tienen los individuos, ya que dicha balanza no
se puede entender fuera de las relaciones que se establece con la naturaleza o los otros
hombres. Esta balanza influye en la lectura que hace el hombre de los objetos que lo
rodean, pero está integrado al grupo al que pertenece, es decir que el hombre no puede
desligarse del desarrollo de este. La balanza en gran medida regula el nivel de acción y
reacción del hombre frente a los fenómenos en los que se ve involucrado.
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Si bien, un mayor grado de distanciamiento fue necesario para el paso de sociedades
pre-científicas a sociedades científicas, no se destruye el grado de compromiso, este
permanece hasta cierto punto (junto con el impulso primario) a lo largo del desarrollo
humano.