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DESARROLLO SOSTENIBLE

1. EL ORIGEN DEL CONCEPTO:


Está asociado a la preocupación creciente existente en la comunidad internacional en las últimas
décadas del siglo XX al considerar el vínculo existente entre el desarrollo económico y social y sus
efectos más o menos inmediatos sobre el medio natural. Esto, como se expondrá algo más
adelante, no se trataba de un conflicto nuevo. Lo nuevo fue la magnitud y extensión alcanzada por
el mismo, que condujo a una valoración sobre sus consecuencias futuras, incluida dentro de ellas
la capacidad de supervivencia de la especie humana.
La toma de conciencia a nivel mundial de la estrecha relación existente entre el desarrollo
económico y el medio ambiente, tuvo su expresión en el marco de las Naciones Unidas con la
creación por este organismo en el año 1983 de la Comisión de Desarrollo y Medio Ambiente,
integrada por un grupo de personalidades del ámbito científico, político y social, representativo de
los diversos intereses existentes en la comunidad internacional.
Para dirigir esta Comisión fue designada la señora Gró Harlem Brundtland, en aquel entonces
primer ministro de Noruega, quien tenía un papel destacado por sus criterios e intervenciones en
los temas ambientales. La Comisión recibió el mandato de elaborar un informe que diera
respuesta a las siguientes inquietudes:
 Analizar los temas vinculados al desarrollo y el medio ambiente y formular propuestas al
respecto.
 Proponer nuevas formas de cooperación internacional capaces de influir en los temas de
desarrollo y medio ambiente para alcanzar los objetivos propuestos
 Promover niveles de comprensión y compromiso con estos objetivos por parte de
individuos, organizaciones, empresas, institutos y gobiernos.
En abril del año 1987 la Comisión publicó y dio a conocer su informe, titulado “Nuestro futuro
común” (“Our common future”, en idioma inglés) conocido también como “Informe Brundtland”
(Brundtland, G.H., 1987) en el cuál se introduce el concepto de desarrollo sostenible, definido en
estos términos:
“Está en manos de la humanidad asegurar que el desarrollo sea sostenible, es decir,
asegurar que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las
futuras generaciones para satisfacer las propias”.
La interpretación de este concepto, resumido en el enunciado antes expuesto, no puede realizarse
al margen del resto del contenido del informe donde fue acuñado. Tampoco es posible reseñar
dicho documento, que se trata de un texto muy extenso y fundamentado.
Pero al menos, para entender lo que se pretendía con el concepto de desarrollo sostenible, es
necesario destacar algunas de las conclusiones recogidas en el “Informe Brundtland”, que se
mencionan a continuación.
 Los modelos de crecimiento económico imperantes a nivel mundial, conducen
inevitablemente al agotamiento paulatino de los recursos naturales del planeta, a la
degradación ambiental y al aumento de la pobreza, reforzando la idea de falta de
solidaridad intergeneracional.
 Sin embargo, con una intención positiva y conciliadora, el informe consideró que con una
distribución más equitativa y racional de los bienes se podría crecer y reducir la pobreza,
pero para ello era imprescindible lograr una acción consecuente de los líderes políticos y
una participación efectiva de los ciudadanos en integrar los objetivos del desarrollo
económico y social con la conservación ambiental, lo cual agrupó en la categoría de
desarrollo sostenible.
 Desde el punto de vista social, el informe consideró importante analizar el crecimiento
demográfico en su vínculo con la disponibilidad de recursos naturales y con los
requerimientos de alimentación, recursos energéticos, agua, infraestructura técnica,
vivienda y espacio físico. Para enfrentar los retos del presente, y en especial los del futuro,
era necesario disponer de una población instruida y sana, aspectos deficitarios a nivel
mundial.
 En el caso del componente natural o ecológico, el informe alertó sobre la pérdida de
biodiversidad y el riesgo de extinción de numerosas especies, así como la intensa
degradación o fragmentación de muchos ecosistemas, lo cual compromete los servicios
que estos brindan a los seres humanos.
 Los recursos naturales marcaban algunas limitaciones al crecimiento económico,
particularmente el agotamiento de los recursos no renovables y la capacidad de la biosfera
de absorber los efectos de la actividad humana, pero los avances tecnológicos podían
permitir su utilización más eficiente, a partir de emplearlos en menor medida, reducir la
emisión de desechos y aumentar los niveles de reúso.
Varias pautas fueron recomendadas en el “Informe Brundtland” para lograr un compromiso
entre el desarrollo económico y el medio ambiente, que de hecho han marcado el rumbo
político de las relaciones entre ambos en los últimas décadas, dentro de las cuáles se pueden
destacar (Gómez Gutiérrez C. y J. A. Díaz Duque, 2013):
 Los gobiernos debían realizar un papel más dinámico como difusores de información sobre
los recursos naturales y la calidad ambiental, y promover una contabilidad anual de dichos
recursos como un activo más a escala social.
 Se debía reforzar el papel regulador de los gobiernos en temas ambientales, reconociendo
el papel de los incentivos destinados a disminuir costos y utilizar de modo eficiente los
recursos naturales.

Aún bajo estas interrogantes, resulta ineludible identificar aquellas condiciones que han resultado
comúnmente reconocidas como deseables en un país o región que aspire a un avance hacia el
desarrollo sostenible. Un punto de partida inicial puede constituirlo las denominadas “Premisas
para un desarrollo sostenible”, recogidas bajo este nombre en el epígrafe 27 del mencionado
“Informe Brundtland”, el cual dice (sic): “Objetivos críticos en una política de desarrollo y medio
ambiente que cumplimenten el concepto de desarrollo sostenible son:

 Revivir el crecimiento económico.


 Cambiar cualitativamente el crecimiento.
 Satisfacer necesidades elementales de trabajo, alimentación, agua, energía y sanidad.
 Asegurar un nivel sostenible de población.
 Conservar y reforzar la base de recursos naturales.
 Reorientar la tecnología y el manejo de riesgos.
 Unir los aspectos económicos y ambientales en la toma de decisiones.”

2. TEORÍA DE LAS TRES DIMENSIONES DEL CONCEPTO DE DESARROLLO SOSTENIBLE


Actualmente no existe consenso acerca del significado de desarrollo sostenible (existen más de
cien definiciones), ya que tampoco lo hay acerca de qué es lo que debe sostenerse. Según los
autores, el desarrollo sostenible consistirá en:
 Sostener los recursos naturales (Carpenter, 1991);
 Sostener los niveles de consumo (Redclift, 1987);
 Lograr la sostenibilidad de todos los recursos: capital humano, capital físico, recursos
ambientales, recursos agotables (Bojo et al., 1990);
 Perseguir la integridad de los procesos, ciclos y ritmos de la naturaleza (Shiva, 1989);
 Sostener los niveles de producción (Naredo, 1990). Según este autor, una actividad
sostenible es aquella que o bien utiliza productos renovables o bien, al menos, financia la
puesta en marcha de un proyecto que asegure tanto la producción renovable de un bien
substitutivo del consumido, como la absorción de residuos generados sin daño para los
ecosistemas. La mayoría de las políticas están diseñadas orientadas a cambios en la
producción.
Muchas de las interpretaciones de desarrollo sostenible coinciden en que, para llegar a ello, las
políticas y acciones para lograr crecimiento económico deberán respetar el medio ambiente y
además ser socialmente equitativas para alcanzar el crecimiento económico. En el Consejo
Europeo de Gotemburgo de 2001 su presidenta Nicole Fontaine recalca "la voluntad de la Unión
Europea a favor de un desarrollo sostenible, cuyas tres dimensiones, la económica, la social y la
medioambiental, son indisociables".
Este concepto de sostenibilidad puede ser gráficamente representado mediante un triángulo
equilátero, cuya área central representaría la zona de equilibrio para el desarrollo sostenible
(Figura 1).

¿Por qué una Dimensión económica?


La crisis económica internacional de 1973 puso en duda por un lado, el modelo económico de
crecimiento, que consideraba que la naturaleza ofrecería de forma ilimitada los recursos físicos
(materias primas, energía, agua), y por otro lado, su compatibilidad con la conservación del medio
ambiente. Según Redclift (1996), "los efectos externos, entre los que destaca el efecto invernadero
y la destrucción de la capa de ozono, no son consecuencia de la escasez, sino de la imprudencia e
insostenibilidad características de los sistemas de producción". Se propone incluir en el cálculo del
PIB el coste para el medio ambiente de las actividades económicas e industriales. En 1990 el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en su primer Informe sobre Desarrollo
Humano, elaboró el Índice de Desarrollo Humano, que mide el progreso de un país a partir de la
esperanza de vida, el nivel educacional y el ingreso per cápita.
¿Por qué una Dimensión social?
Según Redclift (1996), "la gestión y los conflictos ambientales están relacionados con dos
procesos: la forma en que las personas dominan la naturaleza y la dominación ejercida por algunas
personas sobre otras". La dominación que ejercen los seres humanos sobre el medio ambiente, es
algo muy evidente. En cuanto al poder que ejercen los países desarrollados sobre los países en vías
de desarrollo debido a las exportaciones de recursos naturales, existe por parte de los primeros
sobre los segundos lo que se conoce como deuda ecológica, ya que si no se consideran las
externalidades ni los costos sociales, los precios que pagan los países desarrollados no reflejan el
valor real del recurso y su extracción. Además, si se aplica la valoración ambiental en términos de
costos y beneficios, es decir, cuantificar la disposición a pagar por la mejora de la calidad
ambiental, la diferencia entre países es enorme, ya que "el sustento básico en los países
subdesarrollados requiere el sacrifico de la calidad ambiental a favor de la ganancia económica a
corto plazo" En esta dimensión social está además implícito el concepto de equidad. Existen tres
tipos de equidad. El primer tipo es la equidad intergeneracional propuesta en la propia definición
de desarrollo sostenible del Informe Brundtland. Esto supone considerar en los costes de
desarrollo económico presente la demanda de generaciones futuras. El segundo tipo es la equidad
intrageneracional, e implica el incluir a los grupos hasta ahora más desfavorecidos (por ejemplo
mujeres y discapacitados) en la toma de decisiones que afecten a lo ecológico, a lo social y a lo
económico. El tercer tipo es la equidad entre países, siendo necesario el cambiar los abusos de
poder por parte de los países desarrollados sobre los que están en vías de desarrollo.

¿Por qué una Dimensión ecológica?


La sostenibilidad en términos ecológicos supone que la economía sea circular, que se produzca un
cierre de los ciclos, tratando de imitar a la naturaleza. Es decir, hay que diseñar sistemas
productivos que sean capaces de utilizar únicamente recursos y energías renovables, y no producir
residuos, ya que éstos vuelven a la naturaleza (compost, por ejemplo) o se convierten en input de
otro producto manufacturado.

3. RIO+20: LA SALUD ES UNA CUESTIÓN DE DESARROLLO SOSTENIBLE

Olav Kjørven (Secretario General Adjunto de la ONU y Director de la Oficina de Políticas de


Desarrollo del PNUD)

El marco de referencia del desarrollo mundial se encuentra inmerso en un proceso de cambios


fundamentales. Los desafíos humanos relacionados con el cambio climático, el acceso a un empleo
digno y a servicios sociales de calidad están más presentes que nunca, tanto en los países
desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. Las respuestas a estos retos giran
alrededor de la adopción de enfoques integrales, multisectoriales y nacionales que utilizan las
mejores prácticas internacionales, independientemente de dónde procedan.
El sector de la salud es el que presenta de forma más evidente estas realidades. Las enfermedades
no transmisibles (cáncer, diabetes, problemas cardiovasculares) presentan cada vez retos más
significativos para los países de renta media y alta, así como para los de rentas más bajas y los
menos desarrollados. Me gustaría compartir tres mensajes como respuesta a la naturaleza
cambiante de los desafíos a la salud pública mundial asociados con las enfermedades no
transmisibles:
Primero: Muchas enfermedades no transmisibles representan una cuestión de desarrollo
sostenible. Se podría evitar hasta ¼ de la carga generada por las enfermedades reduciendo la
contaminación atmosférica, química y del agua.
Segundo: Ahora más que nunca, el concepto clave es la integración. No podemos seguir buscando
el crecimiento económico, la conservación ambiental y la equidad social con estrategias que
chocan entre sí.
Examinemos la cuestión de cómo suministrar electricidad a los 1.300 millones de personas en el
mundo sin acceso a ella. Existe una limitación de carbono que sugiere que crear el acceso a esa
energía no debe aumentar el nivel general de contaminación. Existe una limitación de
rentabilidad: los paneles solares y la biomasa son, normalmente, la opción más barata para
suministrar energía a quienes todavía no la tienen. Y existe una importante dimensión sanitaria.
Por el bien de nuestra salud, tenemos que ir abandonando las tradicionales formas “sucias” de
energía. El acceso a energías limpias y sostenibles puede suponer familias más sanas en todo el
mundo.
Tercero: Deberíamos empezar a forjar una coalición que vea, coordine y comunique la conexión
que hay entre los planes ambientales y las sanitarias. Deberíamos aprovechar nuestra experiencia
en respuestas multisectoriales contra el VIH para abordar las dimensiones sociales y de
gobernabilidad planteadas por las enfermedades no transmisibles.

4. ¿POR QUÉ EL CRECIMIENTO NO SOSTENIBLE AFECTA A LA SALUD CIUDADANA?


La causa de que el actual sistema de crecimiento económico expansionista no sea un problema
obvio para la salud es porque nos hemos acostumbrado a vivir con ello y a considerarlo como
parte de esa malentendida calidad de vida. Nos referimos a la polución de las ciudades, los gases-
invernadero que producen el calentamiento global y una disminución de las precipitaciones en
algunas zonas del mundo de forma alarmante.

Muchas enfermedades en las grandes ciudades están relacionadas con problemas respiratorios y
toda la culpa no es del tabaco. La contaminación del agua también está afectando a la salud de las
personas y aumentado un problema real, la escasez de agua en el mundo.
Lo que puede producir en pocos años una emigración masiva de estas zonas del mundo afectadas
por el cambio climático a zonas más benignas.

5. RELACIÓN ENTRE SALUD Y DESARROLLO SOSTENIBLE


Según la OMS y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), algunos ejemplos
estadísticos de problemas de sanitarios por acción directa o indirecta del sistema de desarrollo
actual son:

Alrededor de 11 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente en los países en
desarrollo. Un 70% de esos fallecimientos es causado por diarrea, infecciones respiratorias,
paludismo, sarampión o desnutrición. Un 40% de éstos son causados por contaminación directa en
muchos casos o por efectos del cambio climático en otros.

 Sobre 5 y 6 millones de personas fallecen anualmente en estos países por dolencias


contagiadas por el agua y la contaminación del aire.
 Actualmente la mala calidad ambiental por la falta de un desarrollo sostenible contribuye al
25% de todas las enfermedades evitables en el mundo.

Como vemos la salud y el desarrollo sostenible van de la mano por lo que los gobiernos deben
plantearse muy seriamente que medidas tomar.

Qué se está haciendo por el desarrollo sostenible


Existen muchas iniciativas gubernamentales privadas y por parte de ONGs para apoyar un cambio
de paradigma hacia un desarrollo sostenible que conlleve un crecimiento respetuoso con el medio
ambiente, los derechos humanos del niño y de los trabajadores.
Aunque los progresos son lentos porque hay muchos intereses por parte de algunos gobiernos y
multinacionales por mantener el “estatus quo”. No obstante, el cambio se está produciendo y
también al ciudadano de a pie le toca apoyarlo siendo exigente con sus políticos y siendo nosotros
mismos más respetuosos con el medio ambiente.

Compromiso gubernamental mundial por la salud y el desarrollo sostenible


Durante la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, de septiembre del 2000, los Estados
Miembros acordaron tomar medidas, entre muchas, sobre las que repercuten en la salud y el
desarrollo sostenible. Se comprometieron a que, antes del 2015, los gobiernos cumplirían con:

 La reducción a la mitad de la cantidad de personas que vive con menos de un dólar por día.
 La disminución a la mitad de la proporción de gente que sufre de inanición.
 El descenso en dos tercios de la mortalidad de los menores de cinco años.
 La reducción en tres cuartas partes de la mortalidad materna.
 Paralizar y comenzar a invertir la tasa de propagación del VIH/SIDA.
 Detener y revertir el contagio del paludismo y otras dolencias graves.

Actualmente tras la Cumbre de Johannesburgo se están planeando también las siguientes


propuestas:

 Añadir las cuestiones sanitarias en las políticas y los programas a favor de un desarrollo
sostenible.
 Potenciar la prestación de servicios básicos de salud.
 Esforzarse más en la eliminación del paludismo, tuberculosis, fiebre del dengue y otras
dolencias de manera respetuosa con el medioambiente.
 Paliar los efectos nocivos de las formas tradicionales de cocinar y calentar las casas.
 Potenciar el uso de combustibles más limpios y ecológicos.
 Optimizar el acceso al agua potable y al saneamiento;
 Defender la propiedad intelectual para el conocimiento, la etnomedicina y las medicinas
tradicionales.

Ahorro económico en salud con el desarrollo sostenible


La Comisión sobre Macroeconomía y Salud, creada por la OMS para estudiar la relación entre la
salud y el desarrollo económico sostenible afirma que invertir en salud en países en desarrollo no
sólo salva vidas y produce sino que genera efectos financieros claros y mensurables. Además de
evitar movimientos emigratorios desestabilizadores.

Según sus cálculos si se invierten 66.000 millones de dólares anuales antes del 2015 y se asignan
de forma eficiente, podrían salvarse 8 millones de vidas por año y obtenerse beneficios
económicamente 6 veces mayores. O sea, más de 360.000 millones por año antes del 2020.

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