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Hace cerca de 4.

500 millones de años, se estima que se


formó la Tierra (mientras que el primer humanoide data
de hace sólo 4 millones de años). En ese entonces,
podemos reducir la descripción de este planeta a una
nube de metano y dióxido de carbono, completamente
hostil para la vida, bastante diferente a lo que
conocemos hoy.
Cerca de mil millones de años después, surgió la
primera forma de vida, una bacteria, una
cianobacteria.
Este primitivo microorganismo, parecido a un alga, se
agrupaba junto a otros del mismo tipo, sobre las rocas
del fondo marino (cerca de 3 mil millones de bacterias
por metro cuadrado, para evitarte contarlos), formando
estructuras similares a un coliflor, llamadas
estromatolitos.
Por mera casualidad, coincidencias hermosas que tiene
la vida, leyendo un libro que me traje desde
Argentina, me enteré de la existencia de estos
organismos, y además, me enteré que aún se los puede
encontrar. Imaginate, individuos de más de 3.500
millones de años, aún se encuentran con vida, entre
nosotros, tal como eran cuando comenzaron a existir,
sin haber sufrido mayores cambios.
Pero lo verdaderamente sorprendente de todo esto fue
que al momento de enterarme de estas formas de vida,
estaba yo recostado disfrutando el sol en las playas
de Shark Bay, casualmente, uno de los tres únicos
lugares en el mundo donde se los pueden observar (otro
de esos lugares se encuentra también en Australia, y
el tercero en las Bahamas, pero en ninguno de estos
dos los estromatolitos se encuentran en tanta cantidad
como acá, y los lugares son prácticamente
inaccesibles).
No podía dejar pasar la oportunidad de ir a ver la
forma de vida más antigua que tiene este planeta.
Los estromatolitos son una forma de vida tan primitiva
que ni siquiera adoptan formas regulares, a simple
vista parecen piedras, casi como si fueran bostas de
una vaca gigante. A decir verdad, no son demasiados
atractivos de mirar, no es algo que te va a dejar con
la boca abierta.
Pero no es el verlos aquello que lo hace excitante. Es
la IDEA de los estromatolitos lo que verdaderamente
conmueve. Estás ahí, mirando las primeras estructuras
orgánicas que aparecieron en la tierra. Estas viendo
el mundo como era hace 3.500 millones de años (más de
tres cuartos desde el momento de la creación del
planeta). Es un verdadero viaje en el tiempo.
Los estromatolitos son bastante similares a los
corales, en el sentido que toda la vida se encuentra
en la superficie, y la mayoría de lo que vemos es
simplemente el esqueleto muerto de las generaciones
anteriores. Si te acercás, se pueden observar pequeños
haces de burbujas de oxígeno saliendo desde estas
formaciones. Ése es el único truco que los
estromatolitos saben hacer (y no es demasiado
interesante). Pero esto fue lo que hizo posible la
vida tal como la conocemos. Las burbujas son
producidas por estas cianobacterias. Cada una
capturando una molécula de dióxido de carbono, una
pizca de energía proveniente del sol, y combinándolas
para dar combustible a su inimaginablemente modesta
ambición de existir, de vivir.
El deshecho resultante de este simple proceso, es una
cantidad ínfima de oxígeno. Pero combinamos
suficientes estromatolitos respirando por un período
suficientemente largo de tiempo, y podemos cambiar al
mundo. Durante 2 mil millones de años, ésta fue toda
la vida que hubo en la tierra, y en ese tiempo los
estromatolitos incrementaron el nivel de oxígeno en la
atmósfera hasta el 20%, lo suficiente como para
convertir el planeta en un lugar mucho más agradable y
amigable para la existencia, permitiendo el desarrollo
de otras formas de vida más complejas: yo, por
ejemplo. Mi gratitud es real.

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