Está en la página 1de 14
‘ a ih ARNAIZ FERRER, José Manuel (2011) «Bases histéricas para filosofia ecoldgicar en SAN MARTIN, Javier; DOMINGO MORATALLA, Tomds (eds.) (__) Perspectivas sobre la vida humana. Cuerpo, _género_y persona, Madrid: Siglo XXI (Biblioteca Nueva) [pp. 34-42]. 2 Bases hist6ricas para la filosofia ecolégica Jost Manue ARNAIZ FERRER Universitat de Barcelona Intropuccion El obj icacién es procurar una imagen amplia de su objeto: eee ea filoséfica surgida, como tal, hace més de tzeinta aos Por elo > epetebucones—enmareadas Grima Se ° papi histo Asi, atenderemos al presente, con tal de ubicarla; trataremos de alumbrarla desde su génesis més inmediata y explicita, a partir de 1866 cuan. do se acufia ‘ecologia’; Ia contrastaremos con un estrato de la historia del pen. samiento que se perfila como su antecedente més antiguo y significativo; y, finalmente, estos prismas permitirén barruntar, en el horizonte cultural (histérico, filoséfico, cientifico y social), la posicién que ocupa la filosofia —ecolégica— en nuestro presente!, En primer lugar, comenzaremos con un Dentro del inicial del objeto. a la que, obviando _ Las referencias bibliograficas son una guia paza desarrollos que no podemos acometer aqui En este sentido se ha priorizado lo escueto a la correccién académica, * Pata ecosofia se distingue el uso de F. Guattari, Nass y R. Panikkar, aunque estos ditimos sean similares, Bases histéricas para la flosofia ecol6gica cB matizaciones sobre estas expresiones particulares, @88@como tal durante la (V. Nass mas adelante), practicamente } al cual acompaiia, tratando de ofrecer una vision de calado sobre la problemética ambiental. Esta se perfila —ana ver diluida la amenaza de guerra atémica— como el mayor problema al se enfrenta la especie humana en el siglo xx1. No pudiendo entrar en la iversidad que integra, atenderemos a la definicién lingiifstica de ‘filosofia eco- légica’ segiin el Diccionario de la RAE —2001, 22." ed.—: ‘ecol6gica’, «ad. perteneciente o relativo a la ecologfa [1. “Ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sf y con su entomo”. 2. Ciencia que estudia “la relacién entre los grupos humanos y su ambiente, tanto fisico como social”. 3. “Defen- sa y proteccién de la naturaleza y del medio ambiente” >. Asi, la @G5/I5OH@ guarda relacién no solo con una de estas acepciones sino con las tres y las in- tegray 0. En segundo lugar, acometeremos un breve recorrido histérico a partir de Ja palabra ‘ecologia’. (A1) En 1866 E. Haeckel acufia un neologismo formado por oikos —hogar— y logos: estudio 0 ciencia del hogar; que se concretaré —entre finales del 11x e inicios del 2’— como una rama de las ciencias naturales que considera las relaciones de todos los seres vives, con nuestro entorno y entre nosotros; lo que ha sido —y es— fundamental para repensar: Jo humano, al resto de Ja Naturaleza y las relaciones entre ambos, gracias a los conceptos y explicaciones que ha aportado. Asi, sin ser exhaustivos, destaca: (AO) En su contexto de aparicién, la teoria de la evolucién que afirma un ori- gen comtin para todas las especies, extinguidas 0 actuales; por lo que toda la vida de la Tierra esta emparentada. (A2) En 1871 comunidad de vida o bioce- nosis, de bios —vida— y koinoein —tener algo en comin — de K, Mabius; (A3) Brosfera, en dos tiempos, 1883 por E. Suess y 1926 por W. Vernadsky, quien le dio su pleno significado: una «buena organizacién» césmica y atmo- niosa, que integra la totalidad de los seres vivos del planeta; vincula indisocia- blemente a materia viva —los organismos— con la materia que produce —bidgena— y con la bio-inerte —agua, baja atmésfera y rocas sedimenta- rias—; su limite superior protector es la pantalla de ozono, formada por la ac- tividad de la vida; y su unidad se concreta en el flujo material y energético en la biosfera misma, (A3) En 1927, Ch. Elton introduce los conceptos: cadena y red alimenticia —telaciones de especies animales entre comedoras y comi- das—; nicho —comportamiento y relaciones en torno al alimento—; posicién en la red —determinando lo anterior; y pirdmide —representa de forma con- junta y poblacionalmente lo anterior. (A4) En 1935, A. Tansley —a partir del concepto fisico «totalidad del sistema»— acufia ecosistemas: «las unidades de base de la naturaleza» formadas durante millones de afios y autorreguladas por su biocenosis, incluyendo complejos de multitud de variables —«de los > Cir. Deléage, Historia de la ecologéa, Barcelona, Icaria, 1993, pags. 93 y 115. [Véase alli los conceptos de esta trayectoria]. 36 José Manuel Arnaiz Ferrer organismos», sin que exista una especie protagonista, y de «los factores de habitat en un sentido amplio»; e interrelacionadas entre si, pues ni son inde- pendientes ni estancas. Paralelamente —como otro referente de la ecofilosofia— se producen (B1) una serie de aportaciones cientificas que incorpora la ecologia: termodinémi- 4 cas, cibernéticas... actualmente, ‘Ademés, deste la filosofia dela cine, Kuhn —analizando el proceder cientifico, especialmente en la fisica— aporto (C1 | paradigms (1962), s , un método apro- —algo importants Por tanto tomadas entre el xvi y xv1/SiqueSehayanviel Giasconsidetay Por otro lado, esta nocién es aplicable al complejo cultural, al que las cortientes cientificas pertenecen, Asi, se ilumina la posibilidad de establecer un fructifero debate sobre las bases paradigmiéticas de la cultura y la ciencia, a las que podemos contrastar con la propuesta de Naess entre, otras— y de Goethe, respectivamente. Otro referente es la confluencia de los desarrollos cientificos y los movi- mientos sociales. Destaca, (A5-E1) la aparicién de Le primavera silenciosa, el mismo 1962, de la bidloga Rachel Carson; obra considerada desencadenaate del movimiento social en pro del medio ambiente, emtendido de forma amplia, Pues —aludiendo a una primavera sin el sonido de los insectos y los péjaros, 7 recogiendo los resultados de la ecologia—, la comprometida obra de d cin cientifiea alertaba sobre las nelastas conseorencee ial pesticida DDT: gue escalando la cadena alimenticia se iba acumulando en los animales en la ctispide de la pirdmide; lo que no sélo representaba una amenaza sobre los escarabajos —que trataba de exterminar— sino sobre otras especies, incluida la humana, y no s6lo sobre el tertitotio concreto rociado sino a escala global Tsxtendiendose por medio de la interrelacién de los ecosistemasy los flujos planetarios ‘También, aunque pueda parecer anecdético, hemos de considerar (D1) la potencia representativa de las imagenes fotograficas de nuestro planeta desde elespacio. Las cuales estén abaladas por la objetividad de dicha forma de te. Presentacién y que alcanzan al gran piblico —de los paises més industrializa. dos— a finales de los 60. En este contexto —caracterizado, ademas, por la Guerra Fria; la amenaza de catastrofe nuclear; la discriminacién racial; la guerra de Vietnam; los valo. Fes competitivos y materialistas de las sociedades capitalistas de consumo; la aspiracion a la mejora, la utopia o si se quiere el inconformismo; la realizacién * Da cuenta de lairisoria diferencia genética interespecie, frente a su similitud, en sintonia con un origen comin. Bases hist6ricas para la filosofia ecolégica 37 de los ideales de dominio de la naturaleza; etc.— se desenvuelven (E2) nuevos o reimpulsados movimientos sociales, entendidos como sujetos y actores del cambio social; como, por ejemplo, el feminista, el pacifista, el psiquedélico..., y, entre todos ellos, destaca el ecologista por su capacidad para darles cabida cintegrarlos. A mi juicio, uno de los destacados componentes de este fenéme- no ¢s el proceso de emancipacién y autonomia individual, que recoge el «sape- re aude!» ilustrado de Kant. Por el cual los sujetos mae percepcién de la pasividad o insuficiencia de las instituciones gubernamentales toman la inicia- tiva. Asi, finalmente, se produce (F1) el reconocimiento oficial ¢ internacional de la problematica ambiental —ademés, de Ja humana, como amenaza de guerra atémica— con la’ GDM, en Stocknolm, 1972 Retomando el referente cientifico, ese mismo afio, aparece (A6) cMSEE }, «Instituto Tecnolégico de Massachus- sets», que diagnosticaba que el ritmo de crecimiento no es sostenible’. Final- mente, pademos referirnos a (A7) GEiGHSGAIBIGED gue en 1979 intro. duce @oWel6@lb, planteando que: «la materia viviente de la Tierra y su aite, océanos y apes forman un sistema complejo al que puede considerarse como un organismo individual capaz de mantener las condiciones que hacen posible la vida en nuestro planeta»®. Por tanto, «el estado estable de nuestro planeta incuye al hombre como parte de, o socio en, una entidad muy democratica»’, ya que toda la vida del planeta —viviendo— colabora en el mantenimiento e incremento de sus condiciones para la vida. Como parece ser claro con la transformacién de un planeta sin atmésfera —pese a sus crisis de crecimiento— a partir de la aparicién de los primeros organismos unicelurales —hace unos 3.500 millones de afios— hasta la biosfer 7 Existen® posiciones encontradas en cuanto a: (y) La fundamentacién moral de la accién humana: antropocen- trismo/biocentrismo, que lleva implicita una determinada concepcién del ser humano y del resto de la Naturaleza; (3) E} diagnéstico de la compatibilidad, © no, entre la conservacién del medio ambiente y el sistema de organizacién colectivo: capitalismo/acapitalismo; (¢) La atribucién, ono, de las causas de la crisis ambiental a las interrelaciones humanas: exdgena/endogena; y ( Los métodos que se proponen para lograr la preservacion ambiental pueden ser autotitarios/libres ¢, incluso de manera marginal, violentos/no-violentos; aun- 3 Meadows, Los limites del crecimiento, FCE, 1972. 6 «Prefacion, en Lovelock, Gaia, una nueva vision de la vida sobre la Tierra, Orbis, Barcelo- na, 1985. ? {d,, «Conclusioness. ® Ademas de dos parejas de enfoques: 4) Del mundo y la sociedad: matesial/consciencil, aque en principio no debe aociarse con ninguna confesion rigiora, ya que eta conduce a raves exrores; b) Del tipo de sujeto que puede resolver la criss: individuel/colectivo (instituctones, empresas, asociaciones, etc.), En los cuales, las distintas posiciones o bien excluyen © priorizan a uno, o bien integran alos dos. 38 José Manuel Arnaiz Ferrer que ambas parejas estén més relacionadas de lo que a primera vis pos parecer. Por su trascendencia, tomaremos el debate sobre ‘3’ como niicleo: jue incluye a quienes desean hacer de la proteccién del medio ambiente un negocio” y se suele ca- racterizar por planteamientos conseroucionistas —que esté y que incluye a partidos Pe yaalgunas ONGs, Por ello, aunque se suele distinguir entre ean no faltan razones para ello, siendo las etiquetas conservacionismo ect ‘ologismo, una buena guia—, ; por lo qudSaaistineiomesimaD se caracterizan, en ‘y’, por el antropocentrismo —ya sea mas o menos débil—, tendiendo a entender por ‘naturaleza’ sdlo al testo de la Naturaleza. Por ello, tienden a «hacer el vacio» a la interrelacin de y en la Naturaleza, con acciones de proteccién desconectadas —circunscritas a zonas concretas y delimitadas— o a intervenciones puntuales y aisladas; lo aa en el mejor de los casos es ingenuo, especialmente en el conservacionismo. aunque no exista una delimitacién clara, . Aqui es donde se ubica basicamente —en su diversidad el DEM —Deep Ecology Moviment 0 Movimiento de Ecologia Profunda, en adelante MEP— impulsado por Naess, entre otros como: G. Sessions, B, De- vall, A. Drengson, F. Mathews, M. Sérres, entre otras; una aproximacion inici okchin, al menos en. destaca M. Bo- tiene, en ‘e’, unas causas endgenas. Asi, dentro de la filosofia am- biental el diagndstico —ante la crisis ecolégica— de la necesidad de un cam- bio de paradigma cultural «es ya un t6pico»"!, Lo cual también es compartido a.un nivel que podemos calificar de planetario, si consideramos la «Carta de la Tierra» (claborada de 1987 a 2000, en un proceso de consulta y participacién internacional, sin precedentes, a peticién de una comisién de las Naciones ° Por ejemplo, J. Immelt —presideate de General Electric— afirma: «pensamos que verde significa verde. Es éste un tiempo en el que el mejoramiento ambiental produciré rentabilidad> (“identifica el color de la defensa del medio ambiente con el de los billetes] (eft. Gore, Una verdad incémods, Gedisa, 2007, pigs. 274-275), '© Pigem, «La hore del decrecimiento», en La Vanguardia (Suplemento Culturas), 4/04/2007, pags, 23 © Alicia Bugallo, «Modalidades de cambio de paradigma cultural en la filosofia ambien: tal..», en Ideas Ambientales, nim. 1, 2004. [Puede encontrarse en Internes.] Bases hist6ticas para a flosofia ecol6gica 39 Unidas, para renovar la Carta Magna), pues afitma: «Se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida» y «el de- sarrollo humano se refiere primordialmente a set ms, no a tener mas»"2, Por ello, e] MEP concreta explicitamente unos nuevos fundamentos culturales pa- radigmaticos, como cimientos de una nueva civilizacién, tanto en armonfa con el medio ambiente y los seres no humanos como entre los humanos y sus so- ciedades. Por lo que como referencia de la ecofilosofia tomaremos al nona; ge- 22 SRSA cn el adjetivo ecophilosophical (ecofilaséfico) vil que fardicaré més el debate sobre ‘0 sl) lucha contra la contami- nacién y agotamiento de los recursos, y (es2) su objetivo central es la salud y el Biencstar de los habitantes de los patsexdesarrellacon sleonres qu @ sdemis de ‘est’: (ept) piensa con una visin relaional dela wotalida, londe no existen cosas particulares aisladas; lo que conduce a (ep2) un igua. litarismo biosférico; que (ep3) enfatiza, como valores en si mismos la diversi- dad y la simbiosis. Estos tres puntos conllevan: (ep4) una posicién anticlasista ya (ep6) valorar la complejidad de las relaciones —no su complicacién—; por ello, (ep7) aboga por la autonomia local y la descentralizacién, Asi la ecologia rofunda se caractetiza por (ep8) la normatividad, ya que, a diferencia de la vision cientifista, no se limita a la descripcién y prediccién de los fenémenos sino que comprende la valoracién axiomética y fa vocacion pric . madora, Por este motivo, , ¥ ca racteriza a los movincientos de ecologia profunda como «més ecofilos6ficos que ecolégicos»'*. Conviene aclarar —esclareciendo el as GoaraliG-, @ESHSED—aue no ha de confundise con el ego. Ampliando, asi, sus expectativas de vivencia plena, en pos de asunciones libres y conscien- 2 Comisién del Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas. Autorfa Colectiva (2000): «Carta de la Tierra» (En varios idiomas, en: ]. Ademés —espe- cialmente en «La situacién global»—, vincula le problemtica ambiental ala humana, como la ecofilosofia, aunque sea de forma mas implicita que explicta » ‘Su bibliografia puede consultarse en Internet: University of Oslo. SUM. Boye (ed,) (2001), Ame Naess, Beophilosophy and Ecology», URL: cwwnum sionyataamnenn’s (Conmel 18/03/2008). Nass, «The Shallow and the Deep, Long-range Ecology Movement. A Summary», Inquiry: an Interdisciplinary Journal of Philosophy and the Social Sciences, Oslo, v. 16, 1973, gs. 95-100, PSG Nass, Self realization. An Ecological Approach to Being in the World, Keith Memorial Lecture, Murdoch University, 1986 (reimpreso en otras publicaciones de 1986 y 1988). 40 José Manuel Arnaiz Ferter tes, que GREED, cn consecuencis, ‘or tanto, ino maravillosa. Por lo que, este enfoque se contrapone a motales del deber del sactificio para salvar al planeta En cuarto lugar, pademos establecer, ya, unas @iaC SoS eaS DACA (Pamihareaiigicn | Enfoge ols. con el que consigue abarcar ¢ interre- lacionar las probleméticas interhumanas y de lo no humano. En lo que tienen, no poca, relevancia las ciencias naturales, mostrando la interrelacién de: los procesos del planeta; la materia viva e inorgdnica; y de los seres vivientes con nuestro entorno y entre nosotros. Pues constatan que el ser humano es de y en Ia Naturaleza; 2. Compacoitort pues propone cambios culturales paradigmé- ticos. Pero no mera contracultura sino; 3 @B8#4d08@) tanto hacia lo humano como hacia lo no humano —en consonancia con su holismo; 4. Lo cual no s6lo supondrfa un cambio de sistemas de ideas —y de las acciones que sopor- tan— sino@EASSRSGIEBEIADg ue aqui sdlo podemos apuntar, En quinto lugar, sin poder detenernos en un estudio de una linea de la historia de la filosofia occidental que comprende a: Espinosa, Rousseau, Goethe, Hélderlin —como puente a Schelling y Emerson— y Thoreau, aten- deremos directamente a las conclusiones que la relacionan con el pensamsiento ecoldgico. Pues el pensamiento en conjunito de estos autores guarda con él una clara correspondencia'’; de manera que, esta linea se perfila—hasta donde he investigado— como el estrato mas antiguo y significativo, de la ecoftlosofia. No obstante, considerados individualmente, algunos de ellos —menos Holderlin y Thoreau— son susceptibles de interpretaciones no englobables dentro de la Ailosofia ecolégica; lo que no elimina los elementos de su pensamiento que per- miten la aludida lectura conjunta desde el presente de la ecofilosofia. Por tan- to, a mi juicio, esta puede encontrar soportes abe, incluso, ampliar sus plan. teamientos —por ejemplo, con la teoria de la inmortalidad de Hélderlin y el paradigma cientifico goetheano. En sintesis, este sustrato —salvadas las pecu- liaridades particulares— puede resumirse en: a) La afirmacién de la unidad, ya sea de la totalidad de Jo existente o del ser humano con la naturaleza; lo cual, es ratificado por la ciencia actual 28 Los kynikés pueden ayudar a aclarar esto: su renuncia a las necesidades superfluas no se debe aun ascetismo mortificador sino liberados, condicién para el pleno desarrollo de su ser y el logro de la maxima autirkeia y atarazia. 7 Sélo como orientaciéin: Espinosa por la unidad de la substancia, con todo lo que implica especialmente para el trasfondo religioso occidental; Rousseau por la interrelacién entre el esta- do de ruptnra con la naturaleza y los problemas de la sociedad; Hélderlin (V, Piulats, Lecciones sobre Hiperién, Barcelona, Edicions UB, 2001); Schelling y Emerson por la interrelacién entre espiritu y naturaleza, nuestra capacidad de acceso; y Thoreau por proponer vivir desarrollando set, guiado por la naturaleza y obstaculizado por los valores del poseer en el contexto del inci- piente capitalismo de su época. Bases histéricas para la filosofia ecolégica 41 y, em parte, soporta Ja atribucién a las relaciones humanas como causa endégena de la crisis ambiental. Ademés, generalmente y en conjunto, este estrato vincula propuestas de benéfica relacién entre las personas ycon el medio, a su asuncién de interrelacién amplia entre lo conscien- cial y lo material; lo cual esta en sintonfa con la interrelacién alumbrada por las ciencias naturales entre la materia viva e inerte y plenamente con la ecofilosofia. La confianza en la capacidad del ser humano para desarrollar nuestras facultades integral y armonizadamente, sin que unas partes dominen sobre otras sino que cada una cuente con plena libertad en lo que le es propio y, en general, anteponiendo ser a poseer; lo cual, vuelve a coin- cidir plenamente con el pensamiento ecoldgico, especialmente —en el aspecto anterior— el que aboga por cambios fundamentales. Por dlti- mo, la ecosofia y este estrato filos6fico tienen en comin la concepcién optimista del ser humano y del resto de la Naturaleza, y un enfoque practico —aunque de él se resiente Schelling, 2) Conclusién, después de este recorrido nos llevamos Ja sorPRESA de que existen grandes similitudes entre los planteamientos del estrato y los actuales, tanto desde las ciencias naturales como, més atin, desde la filosofia ecolégica. De esta forma, podemos interrogarnos sobre qué ha motivado que aspectos importantes de lo que anteriormente se ha entendido como meras fantasias 0 especulaciones metafisicas sin fundamento objetivo, estén siendo aceptados am- pliamente al auspicio de las ciencias actuales. Por otro lado, después de Kuhn, podemos ser més conscientes de la existencia de un conjunto de presupuestos metafisicos en la base de los paradigmas culturales y, en particular, cientificos; Jo que favorece su consideracién con actitud critica y razén objetiva. Y, aunque la ciencia haya hecho posible reflotar estas ideas, a mi juicio no puede confiér- sele esta tarea cultural y apenas sobre ella misma. Porque basicamente es un tipo de raz6n instrumental y, por tanto —a no ser que cambiara—, no es capaz de articular una nueva propuesta cultural que reconsidere las finalidades y, por ello, no alcanza a los cimientos paradigmaticos. En cambio, la filosofia es Ja disciplina mas idénea para aunar la reflexién més profunda sobre las finali- dades; {0 cual no significa —en absoluto— exclusividad sino justamente lo contrario la complementariedad e interdisciplinariedad, Por ello, la filosofia como saber mas generalista, puede ser nexo y punto de encuentro, que articu- lea las distintas disciplinas y ambitos del saber, en este sentido. De esta forma, el desarrollo de la ecofilosofia se perfila como una prometedora Ifnea para sal- var la situacién medioambiental paralelamente a la mejora de la vida humana sobre la Tierra —pues no las entiende desvinculadas—; siempre y cuando de- ‘venga 0 conecte con los movimientos sociales y se traduzca en otientaciones y concreciones practicas. De ahi la insistencia en la necesidad de un nuevo pa- radigma, en cuya articulacién destaca la concreci6n de la alternativa del MEP. Y, en este sentido, parece adecuado recuperar el desechado paradigma goetheano como un referente fundamental. No sélo para repensar la base de 42 José Manuel Amaiz Ferrer las ciencias sino para hacernos conscientes de que: ala par que hemos deterio- rado nuestra relacién en la Naturaleza, ha acaecido el deterioro de nuestra consciencia de ella; sin lo cual es impensable la viabilidad de una adecuada relacién con nosotros mismos —como humanos— y con lo no humano, no ya por una cuestién de intencidn sino por una simple condicién cognoscitiva. Javier San Martin Tomas Domingo Moratalla (Eds.) PERSPECTIVAS SOBRE LA VIDA HUMANA Cuerpo, mente, género ersona > 9 BIBLIOTECA NUEVA grupo editorial siglo veintiuno siglo xxi editores, s. a. de c. v. siglo xxi editores, s. a, (eFRO 0m, KGL 248, POMERO Oe TERRECE. courToutn 4824, 01425 Bu (048,00, oF suo. ares, ane salto de pagina, s. . biblioteca nueva, s. | ‘yo 38, 28070, nce 38, 26010, vor ca sor enn Cubierta: A. Imbert © Los autores, 2011 © Editorial ibliotea ‘Nueva, $. L., Madrid, 2011 28010 Madrid ‘wweibliotecanueva.es editorial@bibliotecanueva.es ISBN; 978-84-9940-257-4 Depésito Legal: M-34.421-2011 Impreso en Livel Industria Grifica, S. A, ‘Impreso en Espafia - Printed in Spain Queda prohibid, salvo exeepeién provista en l ey, cualquier forma de reproduccisn, disteibucio, co- thunicason pdblica y tansionnacion de esta obra sin cova con ln atoriacon de ee alee eon, Dee lal La lcci doo des meno puter ot do cna zopiedad intelectual (arts. 270 y sigs., Cédigo Penal). ntto Espaiiol de Derechos rogrificos Fowrwicedto.org) vel por el espera de los chades derecho LS ‘PRESENTACION ‘PRIMERA PARTE ‘VIDA HUMANA Y CUIDADO DE LA TIERRA ‘1,—PRINCIPIOS PARA UNA FILOSOF{A ECOLOGICA DEL FUTURO, Octavi Piulats Riu .. 2.—BASES HISTORICAS PARA LA FILOSOF{A ECOLOGICA, José Manuel Arnaiz Ferrer ... 3.—PARA UNA ECOLOGIA ESPIRITUAL: MITO, RELIGIOSIDAD ¥ CHAMANISMO EN EL PUEBLO TUPf DE LA AMAZONIA PERUANA, Juan Carlos Ochoa Abaurre 4.—CumDaR DE LA TIERRA: UN DESIGNIO DE LA EDUCACION, Emanuel Oliveira Me- deiros . 5.—DUALISMO NATURALEZA/CULTURA: UNA APROXIMACION DESDE LA ECOLOGSA, Pa- tricia Homs Ramirez de la Piscina ... i CAMARADAS EN EL. IDEAL! LA DEFENSA DE LA NATURALEZA Y LA FRESERVACION DE LA ESPECIE EN EL PENSAMIENTO NATURISTA IBERICO, Josep Maria Rosell6 7.—NEMESIS ECOLOGICA, LA EXPROPIACION DE LA CULTURA, Valeri’ Martinez Ga- trido .... 8,—«SOMOS CONSCIENTES DE UNA TRIPLE EXPERIENCIA: SENSIBLE, INTELIGIBLE Y ES- PIRITUAL». UNA MEDITACION CON RAIMON PANIKKAR, Xavier Serra Narciso . B 21 34 4B 5S 70 80 89 10 Indice ‘SEGUNDA PARTE EL PROBLEMA DE LA MENTE Y EL CUERPO YY LAS NEUROCIENCIAS '9,—¢COMO CONSTRUIR UN MODELO INTEGRAL DEL SER HUMANO DESDE LA ANTROPO- LOGIA FILOSOFICA? A PROPOSITO DE LAS IMPLICACIONES £TICAS Y POLITICAS DEL ENFOQUE NEUROCIENTIFICO DE Damasio, Oscar Barroso Fernandez ..... 10,—La (DI)SOLUCION «HERMENEUTICO-METAFISICA» DEL PROBLEMA DE LA COMU- NIDAD ALMA-CUERPO EN Kanr. A PROPOSITO DE LA RESPUESTA DE KANT A SOMMERLING, Jestis Gonzilez Fisac .. ‘11.—REDUCCIONISMO MENTE-CEREBRO Y RESPONSABILIDAD MORAL A LA LUZ DE LAS NEUROGIENGIS, Alicia Rodriguez Sera. 103 112 122 ‘TERCERA PARTE LA AFECTIVIDAD: LOS SENTIMIENTOS Y EMOCIONES 12.—EMOCIONES ¥ EMPATIA, DIMENSIONES PRIMORDIALES DE TODA VIDA HUMANA. ANALISIS FENOMENOLOGICO, M.* Luz Pintos Pefiaranda .. 13.—EL DESEO COMO DIMENSION ESENCIAL DE LA VIDA HUMANA, Inmaculada Ho- yos Sanchez... 14,—CUANDO EL MUNDO Nos DESBORDA. UNA APROXIMACION AL MECANISMO DEL ESTRES EMOCIONAL COMO SIGNO DE QUE «ALGO NO VA BIEN», Marfa Leira Galan 15.—La FUNCION SOCIAL DE LAS EMOCIONES EN LA SUPERACION DEL EMOTIVISMO, Elsa Muro Sabater 16.—EL SIGNIFICADO PRAGMATIC DE LA CRITICA DEL, GUSTO EN LAS PRIMERAS ‘«

También podría gustarte