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En Bolivia se vive una inestabilidad social con disconformidad de sectores que apoyan y
otros que están contra de los acontecimientos político-sociales suscitados, lo cual se
traduce y refleja en las calles con manifestaciones, bloqueos, marchas de sectores
campesinos, cocaleros que en su trayecto son detenidos y reprimidos por la policía,
resultando enfrentamientos entre ambos bandos.
La participación de organismos internacionales son una necesidad por el registro de heridos
y fallecidos por uso de arma letal. El derecho a la vida debe garantizarse por el Estado, sin
embargo, la promulgación del decreto supremo 4078 por la presidente transitoria que
excluyen de responsabilidad penal a militares y policías, ha sido cuestionada por la CIDH
que ve con preocupación la vigencia del decreto 4078 y “condena cualquier acto
administrativo de impunidad”. De la misma manera el organismo internacional hizo saber
además que “expresa su enérgica condena al uso excesivo de la fuerza por parte de
operaciones combinadas de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas para reprimir
recientes manifestaciones en Bolivia". Ante ello, "urge al Estado a tomar las medidas
necesarias para evitar la impunidad”.
Según la CIDH “Es de resaltar que la Corte IDH estableció que son inadmisibles las
disposiciones de amnistía, de prescripción y el establecimiento de excluyentes de
responsabilidad que pretendan impedir la persecución penal, así como cualquier obstáculo
de derecho interno mediante el cual se pretenda impedir la investigación y sanción de los
responsables de las violaciones graves de derechos humanos, por contravenir derechos
inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos”
Una Comisión del CIDH se encuentra en Bolivia realizando la visita in situ con el objeto de
observar la situación de derechos humanos en el país, según las competencias
establecidas en el artículo 41 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
4. CONCLUSIONES
Luego de revisar los antecedentes, funciones y atribuciones de la CIDH con el respectivo
análisis coyuntural como grupo establecemos que:
La Comisión enviada al país después de la verificación “in loco”, debe emitir los siguientes
informes y recomendaciones finales que deberán ser publicados y presentados ante el
Consejo Permanente y la Asamblea General de la OEA:
Garantizar las condiciones para que las y los defensores de derechos humanos
realicen libremente sus actividades, y abstenerse de realizar cualquier acción y de
adoptar legislación que limite u obstaculice su trabajo.
Adoptar medidas integrales encaminadas a garantizar la seguridad ciudadana,
sobre todo en cuanto a la vida, se refiere; para ello se requiere adoptar medidas
urgentes para atacar las causas estructurales de esta violencia y de la impunidad
por parte de la FFAA, para proteger a la población ante esta situación. Es
imprescindible que el Estado de Bolivia, de manera urgente, realice investigaciones
que conduzcan a esclarecer las muertes de campesinos, como también en principio
debería de abrogar dicho decreto 4078 que exime de responsabilidad penal a
militares y policías, cuando actúen en legítima defensa o estado de necesidad.
Fortalecer la capacidad de la policía para realizar las tareas de seguridad pública
conforme con los estándares internacionales en derechos humanos. El uso de la
fuerza debe regirse por los principios de legalidad, estricta necesidad y
proporcionalidad.
Revisar la legislación sobre el uso y tenencia de armas con el fin de regular la venta
y permisos de uso y portación.
Garantizar el derecho a la reunión pacífica y a adoptar medidas urgentes para
preservar la vida e integridad de sus habitantes
De la misma forma la CIDH debe extender “medidas cautelares” para los votantes y
habitantes ante la probable situación de violencia e inseguridad en Bolivia durante el
gobierno transitorio. No se debe olvidar que los manifestantes están en un cuarto intermedio
que no garantiza una pacificación real.
La medida cautelar tendrá un efecto moral y de impacto mundial que de efectivo resguardo
a los habitantes, pues de producirse algo que afecte la integridad física de los votantes y
habitantes la responsabilidad y la atención del mundo estarán puestos sobre el estado y
sus instituciones.