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Ramírez M; Casis D; Castellano M; López J; Uribe A.

(2017) Percepciones
corporales en trabajadoras sexuales. Santiago, Chile.

En Chile como en el resto de Latinoamérica existe un carencia de información respecto a


la vida de las trabajadoras sexuales, lo que genera obstáculo para la comprensión y
formulación de medidas de salud, de leyes, entre otras, que puedan responder de manera
efectiva a sus necesidades, es por esto que los autores del texto proponen como objetivo
comprender la percepción de cuerpo de las trabajadoras sexuales en Santiago (Chile), para
contribuir en la atención de salud y en la orientación de la gestión del cuidado desde las
percepciones que las trabajadoras presentan en torno a su cuerpo y a su experiencia con
él, de esta forma llegar a determinar la relación de su percepción corporal asociada al
cuerpo físico, realizando acciones de autocuidado, higiene y la seguridad física de éste,
aunque la percepción se manifieste también mediante la influencia de la construcción
social en torno al cuerpo de la trabajadora sexual, generando efectos tanto en su visión
del trabajo sexual como en las experiencias asociadas respecto su práctica.

Es así que desde la mirada de la enfermería siendo el área académica de los autores, se
visualiza el cuerpo como medio por el cual se hace continuo el proceso de interrelación
entre el medio interno y externo, pues como lo define Merleau-Ponty el cuerpo es un
documento histórico personal, igualmente Le Breton define que el cuerpo es una
construcción simbólica y no una realidad por sí sola, por lo que cada sociedad lo entiende
desde su propia visión de mundo, con todos sus usos y constituyentes, otorgándole un
sentido y valor determinado en el mundo social e individual; es por esta razón que la
construcción del cuerpo femenino se funde en un contexto basado en un sistema patriarcal
lo cual genera una lucha entre la sujeción y soberanía desde las imágenes, usos y
representaciones del cuerpo de la mujer hasta el límite que separa la vida pública de la
privada, de esta forma se marca los signos de poder y dominación que ejercen los sistemas
predominantes que llegan a determinar un espacio sobre el cuerpo femenino, entendiendo
espacio desde la perspectiva que el cuerpo es el primer territorio.

Esto ha favorecido a la exclusión social a la cual estas mujeres se ven enfrentadas, aun
cuando ejercerán una actividad de la misma forma a la que apunta el concepto de trabajo
general, “el cual se define como el empleo en que se ejercen fuerzas físicas y morales
para la producción de riquezas o servicios, definiendo la actividad por sus fines de
utilidad, fin último al cual también apunta el trabajo sexual” (p.39) es así que cada vez
son más las mujeres que lo consideran una actividad económica sustentable, que les
permite alcanzar y mantener un nivel de vida más alto.

En la actualidad en Chile mantienen ciertos aspectos del modelo reglamentarista, ya que


el estado regula algunos aspectos relativos a la prostitución, existiendo un control de salud
sexual y registro sanitario, pero es mayor el modelo de abolición del trabajo sexual, en el
cual no sanciona ni castiga este trabajo, pero si sustenta que la prostitución es la
explotación del cuerpo humano y que cualquier reglamentación perpetuaría la injusticia
y la explotación, transformando a la trabajadora sexual en víctima.

Para poder realizar un mejor estudio respecto al tema se realiza una investigación en la
cual se seleccionan participantes mediante los criterios de inclusión, mujeres que ejercen
el trabajo sexual, al menos durante un año, mayores de edad y residentes de la Región
Metropolitana que acepten el consentimiento informado; de esta manera las participantes
podrían cambiar su nombre para proteger su identidad, una forma de asegurar el
anonimato, igualmente los datos recogidos se concentrarían en el campo de la percepción
del cuerpo y los ideales de las trabajadoras, a lo que los autores realizan de manera leve
un estudios varias categorías centrales de investigación siendo ellas las “vivencias en el
trabajo sexual; emociones asociadas; formas de ejercicio del oficio; relación cuerpo/
cliente; autocuidado; autoconcepto; autoestima; violencia física de los clientes; violencia
institucional; respuestas del cuerpo al sexo con parejas; respuestas del cuerpo al sexo con
clientes y atención de salud.” (p.41)

En la categoría de “vivencias en el trabajo sexual”, estas mujeres expresan pensamientos


e ideas que surgen a partir de la permanencia en el trabajo sexual, pues ven similitud de
su labor con cualquier otro trabajo, además resaltan la dificultad de su trabajo, y observan
desde su perspectiva la visión errónea que se tiene de su labor y además el descontento
por el juicio social; en la categoría de “emociones asociadas” se manifiestan las
emociones y sentimientos que les produce a las mujeres ejercer el trabajo sexual, en el
cual se encuentran emociones unidas a la interacción con clientes expresadas en asco,
odio a los hombres y en algunas satisfacción, igualmente tienen emociones negativas por
su ocupación como lo es la vergüenza, miedo a infecciones, entre otras; en la categoría
de “formas de ejercicio del oficio” explican las condiciones y modos que adoptan las
trabajadoras al ejercerlo, enorgulleciéndose por la libertad y flexibilidad, también por la
posibilidad de elegir a sus clientes, pues aquellas mujeres los clasifican, basándose en la
higiene, apariencia y situación económica que estos poseen, aparte de su trabajo principal
realizan cobros extra cuando los clientes traspasan los límites de tiempos y reglas
establecidas con sus cuerpos. Una de las respuestas de las participantes respecto a esto
fue:

“...uno también juzga más que todo como por las apariencias, como andan, y esas
cosas, por ejemplo, de repente hay clientes que te ofrecen menos de lo que uno
pide, y tampoco”

En la categoría de “relación cuerpo y cliente” se observa el uso del cuerpo físico en la


interacción con las personas que pagan por el servicio sexual, al cual ellas establecen
límites corporales, y se ven a sí mismas como objeto de sus clientes, dada la etiqueta que
cargan por el estigma social, es muy variados los casos donde se empoderan de su cuerpo
y llegan afirman que el hombre creer que se aprovecha de ella, pero la verdad son ellas
quienes mandan sobre su cuerpo, como lo afirma una de las entrevistadas, en las
categorías de autocuidado y autoestima destacan los cuidados que tienen ante sus
clientes, tanto seleccionándolos o negándoles los servicios, así mismo los cuidados de
salud, así mismo cuidan su apariencia más que por su trabajo, por su autoestima, y llegan
a medir su autoestima por el número de clientes que atraigan. Lo que es la violencia física
de los clientes y violencia Institucional estas dos categorías demuestran el grado de
marginación y estigmatización hacia las trabajadoras sexuales, al punto de permitir
abusos con la opción de intervenir por el hecho de ejercer esta labor, lo que demuestra la
pérdida de derechos de seguridad y atención pública, por no estar dentro de los
lineamientos que la sociedad impone como morales.

Estas categorías pueden presenciarse todas a la vez y son el pan de cada día de las
trabajadoras sexuales, sin nombrar la perdida de satisfacción sexual con sus parejas, pues
es claro que por su labor se transforma en un acto de costumbre y no de placer que afecta
la parte efectiva en sus relaciones, a lo cual algunas de ellas afirman que es mejor estar
solteras que en una relación, pero para ellas su principal motivación es la necesidad de
obtener altos ingresos económicos de forma rápida, transformándose en el sostén
económico de sus hogares y así sustentar no sólo sus necesidades sino principalmente la
de sus hijos/as, pues el trabajo sexual es bien remunerado y de horarios flexibles lo que
permite cierto equilibrio con sus labores del hogar que se ven entrelazadas
involuntariamente con su rol materno, que a la vez lo reconocen como un trabajo oculto,
ya que sus familias no conocen de su ocupación, de “allí la mujer está inserta, en un
vaivén entre la vida del hogar y el trabajo sexual, distinguiéndose el espacio cotidiano de
este último como peligroso y asociado al consumo de drogas” (p.43)

A lo que respecta a las relaciones interpersonales, entendidas como la interacción del


cuerpo consigo mismo y con los diferentes componentes del espacio, incluidas las
personas con las que convive cotidianamente, destacan las redes de apoyo recibidas por
las organizaciones socio-políticas como lo es la Fundación Margen, quienes le entregan
educación sexual y reproductiva al contrario de las relaciones de confrontación con
instituciones de seguridad pública como carabineros de chile (policía), quienes permiten
hechos de violencia en el ambiente de trabajo al no interferir en riñas o agresiones hacia
a las trabajadoras, o discriminar directamente a las mujeres por su trabajo.

reconocer la percepción de cuerpo tienen que ver con el conocimiento y relación con ellas
mismas, abarcando la dimensión de la autoestima, donde la mayoría de las trabajadoras
sexuales presentan conformidad con ellas mismas y sus cuerpos, y aun que el texto escrito
por los autores carece de profundidad en las categorías, nombrándolas, pero sin
definiciones o interpretaciones directas que permitan entender el trabajo sexual y la
influencia de las percepción en la mujer para ejercer su labor, lo que poco entendible el
texto más allá de la explicación leve por categoría. Es claro que el cuerpo necesita un
autoconocimiento y como persona un autoconcepto que destaque la autonomía y en el
caso de las trabajadoras sexuales que genere un proceso de maduración personal, pues de
esta forma como generan una resistencia al sometimiento del cuerpo, “siendo autónomas
de en las acciones y los limistes que establecen el acto sexual” (p.44) aun con la perdida
de los cambios corporales relacionados al placer y el deseo sexual modificados por el
ambiente laboral.

Por otro lado, con la manifestación de construcción social en torno al cuerpo de las
trabajadoras sexuales, etiquetándolas con prejuicios sociales que llegan afectar
emocionalmente a estas mujeres, quienes han experimentado sensaciones de asco y
vergüenza hacia ellas durante el tiempo de ejercicio del trabajo sexual, y aun mas que se
ven obligadas al ocultamiento por el temor de la respuesta de los otros; pero sin dejan a
un lado la necesidad de autónomas y sentirse dueñas de sí mismas.

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