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LAS BIENAVENTURANZAS

LAS BIENAVENTURANZAS DEL MONTE


(MATEO 5)

Ser bienaventurado es ser feliz por la recompensa de Dios que viene no por portarse bien, sino por ser como Jesús y
por responder con fe a su palabra.
Las bienaventuranzas son los principios o valores del reino de Dios; es el espíritu del evangelio.
Cada bienaventuranza es un rasgo del carácter de Cristo y una huella de su obra en la vida de sus discípulos.
La cultura de los pueblos está basada en la sabiduría de este mundo, y por eso, no nos sirve para poder vivir como
un pueblo santo. En cambio, las bienaventuranzas sí nos permiten vivir como personas regeneradas.
La cultura enfoca lo externo y las bienaventuranzas la vida interior. El mundo dice: “Cuanto tienes, cuanto vales”;
Cristo dice: “El que pierda su vida, la salvará”. El valor del mundo está en las cosas, por eso se afana por comprar; el
valor del evangelio está en la justicia por eso se afana por compartir y vivir por fe.
La cultura conduce a los hombres a aferrarse a este mundo corrupto. Las bienaventuranzas desapegan a los
hombres de este mundo y lo prenden al Padre.
El mundo, celebra y glorifica la cultura, y desprecia las bienaventuranzas. Por eso, el mundo no conoce la felicidad.
La iglesia, abraza las bienaventuranzas y sólo rescata los verdaderos valores de las culturas.
La felicidad es obra del Espíritu Santo, y de ninguna manera es producto del temperamento ni de la mentalidad de un
pueblo o de una raza.
Hay una secuencia espiritual en el orden de las bienaventuranzas. La primera es la clave para todas las demás.
Pues, simplemente, si no se es “pobre en espíritu”, no puede uno pertenecer al reino de los cielos.

BIENAVENTURADOS LOS POBRES EN ESPIRITU, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS


LO QUE NO ES SER “pobre en espíritu”.
-No es ser pobre económicamente porque la espiritualidad nada tiene que ver con lo terrenal o material
-No es ser descuidados en nuestro arreglo personal. La apariencia o imagen de Cristo no fue lamentable
-No es ser indecisos ni carentes de visión, debemos saber lo que queremos y tomar decisiones

LO QUE SIGNIFICA SER “pobres en espíritu”.


Como esto salió de los labios de Cristo tenemos que entenderlo primero a la luz de la mente y el estilo de vida de
Cristo.
-Significa, no hacer nada fuera de la voluntad del Padre (Jn.5:19,30)
-Significa, cumplir la misión y el propósito para el cual estamos vivos (Mrc.10:45 Jn.17:1-4)
-Significa, ser abnegado (Jn.12:24-26 Lcs.14:26-27,33)
-Significa, auto-despojarse (Fil.2:5-8 Rm.5:6-11)
-Significa, temer a Dios (Hb.5:7)
Conclusión (Sofonías 3:11-13)
ES UN LLAMAMIENTO A DEPENDER Y SERVIR A DIOS

BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN, PORQUE ELLOS RECIBIRAN CONSOLACION

El mundo tampoco puede entender esta segunda bienaventuranza, puesto que el mundo a toda costa trata de
evitar el dolor.
El mundo promueve el placer y con el placer el descuido de las obligaciones. una persona
que no a conocido a Cristo NO puede ser “pobre en espíritu”
Asi también, ninguno que no se ha arrepentido ni a recibido a Cristo puede tener este llanto bienaventurado.
Primero que nada es preciso establecer que, debemos ver el pecado como el Señor lo ve. El Señor ve al
pecado como rebelión, injusticia, necedad, maldad e impiedad. Por tanto, si queremos llorar como Cristo, no
debemos justificar el pecado ni minimizarlo.

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Otra consideración que debemos hacer es reconocer que el pecado trajo y sigue produciendo desdicha,
insatisfacción e infelicidad, para así aborrecerlo siempre.
“Los que amáis al Señor, aborreced el mal” (Sal.97:10 Sal. 119:163; Pr.13:5; Am.5:15,) Por este principio el
impío no puede ser bienaventurado, pues el mundano dice:”Comamos y bebamos que mañana moriremos”, en
otras palabras: “Ya que vamos a morir, mientras estemos vivos, pequemos hasta agotarnos”. Esta falta de
temor los elimina de esta bienaventuranza porque nunca tendrán el quebrantamiento necesario para
arrepentirse. Y es que, el llanto es inevitable cuando nos hallamos frente a la santidad de Dios y descubrimos
que no somos buenos y que no merecemos nada, y aún así el Señor pagó el precio de nuestra redención por
amor.
El profeta Isaías describió a Jesucristo como “Varón de dolores, experimentado en quebranto” (Is.53),
Los evangelios lo muestran llorando frente a la tumba de Lázaro (Jn.11:35)
y llorando por la triste y lamentable condición espiritual de Jerusalén (Lcs.19:41-44).
Jesús no hizo milagros para hacerse popular o famoso, los hizo porque para El sacar a una persona o familia
de la desgracia era liberarla del pecado.
La promesa y dicha de esta bienaventuranza es: “Porque ellos RECIBIRAN CONSOLACION”
El pecador que es redargüido por el Espíritu Santo y conducido al arrepentimiento, en ese momento de su
conversión es consolado porque también el mismo Espíritu Santo y la palabra del Señor le muestra que ya
Cristo pagó por sus pecados y lo único que tiene que hacer es darle gracias, confiar en El y obedecerle el resto
de su vida.
Pero, no sólo somos consolados el día de nuestra conversión a Cristo, sino todo el tiempo de nuestro andar con
Dios en que somos quebrantados. Y eso que nos consuela es la gloria futura.
En (Rom. 8:18-25)

BIENAVENTURADOS LOS MANSOS, PORQUE ELLOS RECIBIRAN LA TIERRA POR HEREDAD

Ser manso no es ser apático o indiferente a los problemas familiares o sociales de su


entorno.
Tampoco es sinónimo de tener un carácter débil que no puede hacer frente a un desacuerdo o ante las malas
obras de algunas personas.
Tampoco es estar siempre de acuerdo con la gente por miedo o culpa.
La mansedumbre que aquí es bienaventurada no es genética ni biológica, es una virtud que produce el Espíritu
Santo en aquellos que de continuo se doblegan ante la majestad del rey de reyes, Cristo Jesús (Gál.2:20 ; 5:23)
El mundo se burla de esta mansedumbre porque la considera nada. porque no la conocen
Una persona mansa es una persona que tiene mucha fuerza, firmes convicciones y un carácter de guerrero;
pero, a la vez es templada, sabia, justa y dueña de sí misma, nunca víctima de su propia fuerza o posibilidades.
(Nm.12:3).
Es tanta la fuerza de los mansos que mueven la mano de Dios y tienen su gloria en todo cuanto hacen porque
también tienen la virtud de saber escucharlo y obedecerlo. Se someten voluntaria y gozosamente a sus
designios aunque algunos suenen ilógicos. Ahí están Abraham, Josué, Gedeón y David para testificarlo
Las personas mansas saben cómo calmar la tempestad al punto cero, sin comprometer sus principios ni regalar
nada al enemigo. Son héroes de verdad. Ahí está Cristo nuestro modelo (1Pd.2:21-24 Is.53:7 Zac.9:9)
La mansedumbre es prima hermana de la sabiduría (Ecl.10:1)
y colabora para la unidad del cuerpo de Cristo (Ef.4:2)( Gál.6:1)

La recompensa de los mansos, el ser dueños de la tierra, es lo que busca con tanto afán el mundo a través de
la fuerza del poder, de la inteligencia, de la avaricia o el dinero
Pero para ser dueños de la tierra hay que ganar primero el cielo (Mt.5:3,4 ; 11:29)
Uno posee la tierra cuando uno tiene la autoridad del cielo (Mt.7:29 10:1 21:23 Jn.3:2 5:27 1Pd.3:22)
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Y finalmente, uno posee la tierra si realmente uno está disfrutando de las bendiciones del Señor (Sal.37:11
Pr.1:33 3:17 8:18-21 17:1 Sal.4:8)

BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA, PORQUE ELLOS SERAN
SACIADOS

El ser humano está hecho por Dios para tener “hambre y sed”, sólo que algunos lo expresan de una manera
equivocada.
Dios nos hizo con estas necesidades en lo físico (orgánico) y en lo espiritual. Y aún así, no por eso, cualquier
elemento va a satisfacer nuestra hambre y sed física, ni cualquier idea, creencia o práctica va a satisfacer
nuestro ser interior
El “hambre y sed” que son bienaventuradas aquí, no es el “hambre y sed” del cuerpo, sino el “hambre y sed” del
espíritu humano hecho para tener comunión con Dios.
Esta “hambre y sed” comienza cuando el hijo de Dios se da cuenta que la naturaleza pecaminosa que en él hay
no lo deja depender, obedecer y servir cien por ciento al Señor. Entonces llora y manifiesta el deseo de verse
liberado del pecado de una vez y para siempre
Esta “hambre y sed” se incrementa cuando anhelamos seguir siendo transformados y restaurados a la imagen y
semejanza del varón perfecto, Cristo Jesús
Así, pues, esta “hambre y sed” es por la necesidad de “ser” justo como nuestro Señor Jesucristo.
Pero, muchos el día de hoy quieren “hacer” justicia a los campesinos, pobres, viudas, desempleados,
desamparados, indigentes, enfermos, estudiantes y mujeres que han sido objeto de violación de algún derecho.
Y quieren “hacer” justicia, sólo impulsados por una reflexión cerebral basada en algunos hechos reales. Pero no
reparan en el hecho que ellos mismos están faltando a la justicia al menospreciar el reto de “ser” justos. Porque
para “hacer” justicia, primero debemos “ser” justos. Y sin Cristo, sin el perdón del Padre ni la regeneración del
Espíritu, nadie puede “ser” justo
Ahora bien, esto de nada sirve si no se comprende bien ¿qué significa tener “hambre y sed”?
Tener “hambre y sed” no es sólo tener un buen deseo o un gran anhelo como producto de una seria reflexión.
Quien verdaderamente siente “hambre y sed”, experimenta literalmente el dolor, la desesperación y la muerte
que lo hará emprender una acción que traerá un cambio radical a su vida, tal cual le pasó al hijo “pródigo” y a la
mujer samaritana
Pero esa “hambre y sed” por “ser” justo y verse libre de pecado, no debe quedar en una sola experiencia en la
vida, sino debe ser una experiencia que se siga repitiendo de manera constante y en aumento
El apóstol Pablo creía y enseñaba que la salvación es por gracia, pero que no por eso el cristiano ya no deba
esforzarse, sacrificarse o dejar de perseverar. Eso siempre se lo recalcó a las iglesias de su tiempo y sobre
todo a su hijo espiritual, Timoteo.
(1Tm.1:18) (1Tm.4:6) (1Tm.4:7) (1Tm.4:10) (1TM. 4:14) (1Tm.4:16) (1Tm.6:11-12)
(2Tm.1:6) (2Tm.1:8) (2Tm.2:1) (2Tm.2) (2Tm.2:) (2Tm.2:) (2Tm.4:5) (2Tm.4:7)

BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS, PORQUE ELLOS ALCANZARAN MISERICORDIA

¿Qué es ser misericordioso?


Es poseer la misericordia de Dios y ser un instrumento de ella para el beneficio de muchos. Pero, para poder
tener la misericordia de Dios que uno va a dar a otros, primero uno debió haberla conocido y experimentado
dejando la altivez para humillarnos ante el soberano Dios; así como haber sido quebrantados por ver que dentro
de nosotros hay tinieblas todavía; pero pese a esta lucha interior, colaboramos con Dios crucificando el ego y
sometiéndonos a su voluntad y a la guianza de Su Espíritu porque tenemos hambre y sed permanente de ser
como Cristo. Por lo que, sin esta experiencia espiritual personal es imposible dar misericordia. (Santiago 5:11)
Santiago aquí, menciona dos cosas con respecto a los que sufren:
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(1) Son bienaventurados
(2) y que el Señor es muy misericordioso y compasivo con ellos.
Por tanto, la primera cosa muy importante que hay que destacar aquí, es que la misericordia se
aplica y fluye donde hay sufrimiento.
Y segundo, que Santiago hace referencia concreta y directa al sufrimiento de Job.
Sabemos que Job sufrió un ataque feroz de parte del diablo; al cual Job no dio lugar ni se lo merecía; y aunque
desconcertado y todo, Job soportó todo el peso de su dolor porque creía que Dios era el que tenia el control de
todas sus luchas; en medio de las cuales siguió confiando en la justicia y sabiduría de Dios. Por lo cual, Dios
tubo misericordia y por eso, el fin de todas sus luchas no fue conforme a la lógica, sino un fin repleto de
milagros y bendiciones.
La misericordia de Dios toma al hombre en ruinas, lo limpia, lava, purifica, pule y lo llena de bendiciones.
En( Lucas 10:30-37

Ser misericordioso es levantar a los caídos, sin preguntar porqué cayeron; sanar sus corazones, cuidarlos y
ponerlos nuevamente en el camino para que continúen su caminata con Dios

También es, perdonar a los que nos han ofendido o tienen alguna clase de deuda que no nos pueden pagar,
pero lo reconocen y piden perdón (Mt.18:23-35 ; Ef.4:32 ; Stgo.2:13)

Perdonar es volver a tener aprecio y bondad a los que un día nos fallaron (Lcs.15:20-24)

Es siempre estar firmes en el camino y mantener nuestra integridad (2Co.4:1-2 Judas 24,25)

BIENAVENTURADOS LOS DE LIMPIO CORAZON, PORQUE ELLOS VERAN A DIOS

La limpieza que interesa al Señor no es la externa (la máscara), sino la del corazón (Comp. 1Sam.16:7 ;
1Cr.29:17)

EL CORAZON NO LIMPIO

Un corazón no puede estar limpio si no ha renunciado al egocentrismo, o si aún vive en la mediocridad


espiritual del conformismo, o si persiste renuente en resistir el gobierno de Dios, o si hay indiferencia en ser
como El, o si no se da misericordia a los que sufren.
Un corazón no está limpio, si no ha sido purificado de los malos pensamientos, homicidios, adulterios,
fornicaciones, hurtos, falsos testimonios y blasfemias (Mateo 15:19)

EL CORAZON LIMPIO

Después del nuevo nacimiento viene el peregrinar con un corazón limpio hasta el último día de nuestras vidas,
por la esperanza que tenemos de ver a nuestro Señor Jesucristo cara a cara (1Jn.3:2-3)
Pero, el corazón no se puede mantener limpio así porque sí, se conservará limpio entre tanto lo llenemos cada
día de la palabra de Dios (Sal.37:31 ; 119:11), y estemos en constante oración (Salmo 141:4 ; 51:10)

EL VERDADERO DESAFIO

Nuestro verdadero desafío está en Amar a Dios con todo nuestro corazón (Mt.22:37), porque El se dio por
nosotros sin reservas
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Nuestro corazón no puede estar dividido ni vacilante amando a Dios y al mundo a la vez (Mt.6:19-24 ; 15:8 ;
1Jn.2:15-17 ; Stgo.4:4,8)
El primer paso para amar a Dios como El es digno es limpiarnos de toda contaminación pecaminosa y
desarrollar el temor del Señor en nuestro corazón (2Co.7:1)

LA RECOMPENSA

“Ver a Dios” no puede compararse con nada, pues sencillamente El es lo único perfecto. La naturaleza de Dios
es perfecta; el carácter de Dios es perfecto; la belleza de Dios es perfecta; El poder de Dios es perfecto; Su
voluntad es perfecta y sus planes son perfectos.
Ver a Dios es ver la excelencia de la perfección, por eso, ver a Dios cara a cara es la promesa y premio para los
de limpio corazón únicamente.
Si queremos este privilegio, mientras estamos vivos seamos santos a los ojos de Dios (Hb.12:14 ; Mt.5:48)

BIENAVENTURADOS LOS PACIFICADORES, PORQUE ELLOS SERAN LLAMADOS HIJOS DE DIOS

Qué decepcionante fue oír esto, para muchos judíos de aquellos días, que equivocadamente interpretaron que
su Mesías prometido iba a ser un líder militar, un conquistador por la fuerza, un estadista materialista
Israel desde el tiempo de Saúl ha querido tener un gobernante y ha menospreciado el señorío de amor de
nuestro Dios
El Señor es el único conquistador verdadero, porque primero y sobre todo conquista nuestros corazones. Su
propuesta es cambiarnos el corazón de piedra por un corazón de carne, pero no por la fuerza, sino
voluntariamente.
Pero, en más de una ocasión Jesús les dijo: “Mi reino no es de este mundo; si no mis seguidores estarían
peleando”
El Señor no vino para ser igual al mundo, ni siquiera para ser diferente de él, sino para redimirlo con su sangre.
Porque el mundo no sólo lo rechazó, sino que lo hirió hasta quitarle la vida. Pues, él no opuso ninguna
resistencia, ni adoptó una postura contraria a sus enseñanzas; toda su vida, Jesús fue un pacificador, y murió
como un pacificador. Por eso sus discípulos fueron impactados y transformados
Así que, su ejemplo transformó a sus discípulos. Los cuales, lo conocieron y vieron que nunca pecó y por eso
pudo ser pacificador. Por eso, a su tiempo los discípulos no tuvieron de otra que despojarse del viejo hombre
que estaba en su interior para que de esa manera ellos también pudieran ser pacificadores
Por lo tanto para que una sociedad tenga paz, armonía y progreso no requiere de más escuelas ni de más
fuentes de trabajo, sino de más pacificadores, de más hijos de Dios
Una sociedad no es transformada en verdad, sino son transformadas las personas desde su interior. Y las
personas no son cambiadas, sino hasta que se convierten en hijos de Dios y reciben la naturaleza de
pacificadores

Un pacificador no es el que siempre evita problemas, si por ello, sacrifica la verdad y la justicia.

Un pacificador tampoco es el que busca problemas y al final de todo comete injusticia

UN PACIFICADOR ES:

Un pacificador es el que promueve la reconciliación donde hay enemistad o injusticia

Un pacificador es un héroe al cual no le importa sufrir con tal que la verdad haga libre a otros

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Un pacificador no aborrece a los que aún permanecen en tinieblas y hacen astrocidades, porque sabe que el
espíritu de Satanás opera en los hijos de desobediencia. Un pacificador, aborrece los hechos del impío, pero no
a la persona, y ora por su conversión a Cristo, y lo inspira con su testimonio

Un pacificador es un siervo de Dios, no alguien como Giezi (el siervo del profeta Eliseo) que aprovecha la gracia
de Dios para su propio bienestar. Un pacificador siempre busca la gloria de Dios

¿Por qué los pacificadores son llamados hijos de Dios?


Porque Dios es Dios de paz (Fil.4:9 Hb.13:20 2Tm.1:2 2Ts.3:16 Col.3:15

Si somos hijos de Dios, seamos hijos de paz, seamos pacificadores dejando que la naturaleza de Dios fluya en
nosotros.

BIENAVENTURADOS LOS QUE PADECEN PERSECUCION POR CAUSA DE LA JUSTICIA, PORQUE DE


ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS
BIENAVENTURADOS SOIS CUANDO POR MI CAUSA OS VITUPEREN Y OS PERSIGAN, Y DIGAN TODA
CLASE DE MAL CONTRA VOSOTROS MINTIENDO.
GOZAOS Y ALEGRAOS, PORQUE VUESTRO GALARDON ES GRANDE EN LOS CIELOS; PORQUE ASI
PERSIGUIERON A LOS PROFETAS QUE FUERON ANTES DE VOSOTROS

Hoy, muchos sufren alguna clase de persecución, pero no son bienaventurados porque padecen por ser necios,
insensatos, negligentes, difamadores, defraudadores, asesinos, traidores, apostadores o inmorales (1Pd.4:15)
El diablo y el mundo persiguen a Cristo y a todo el que es como Cristo y agrada a Cristo (2Tm.3:12 Fil.1:29
Mt.10:21-25)
El diablo y el mundo están en tinieblas y persiguen a Cristo y todo lo que huele a Cristo por ser la luz (Jn.1:5 ;
3:19-21 ; 2Co.6:14-18)
El diablo se ha vestido de religiosidad para perseguir a los que son guiados por Dios: Los fariseos y sacerdotes
persiguieron a Cristo y también a Pablo; los falsos profetas persiguieron a Elías y a Jeremías.
El diablo también se ha vestido de político para perseguir a los hijos de Dios: Juan el Bautista primero fue
encarcelado, y luego asesinado por Herodes; Daniel fue echado al horno ardiente, primero por el emperador de
Babilonia, y luego, funcionarios del imperio Medo-Persa lo echaron al foso de los leones.
Los instrumentos de castigo y venganza que el diablo usa contra los siervos de Dios son: el despojo, las
injurias, la tortura, la difamación, la cárcel y el martirio (Hchs.8:1 ; 2Co.6:5,8 ; 11:23 ; Ap.6:9-11).
Los cristianos que llevan grabado el carácter de Cristo en su espíritu y sus obras concuerdan con su carácter,
inevitablemente el mundo los va a perseguir sin misericordia porque sólo un cristiano así representa una real
amenaza al reino de las tinieblas. Pues, sólo los auténticos cristianos pueden cambiar al mundo.
La gente más despreciada por el mundo somos los cristianos que vivimos para Dios; pero, también somos los
que ya tenemos por herencia el reino de los cielos.
La persecución del diablo contra nosotros es constante, intensa, sistemática y cruel, pero nosotros debemos
gozarnos y alegrarnos porque nuestro galardón es grande en los cielos
Y si así encaramos esta guerra, satanás será derrotado cada vez que lo intente (Mt.4:11 ; 10:22,26,28-32 ;
1Co.10:12-13 ; Hb.12:2-4 Stgo.4:7 ; 1Pd.5:8-10)
Ahora que sabemos que nuestro galardón es grande porque es similar al que han recibido los profetas que
fueron leales al Señor hasta el último minuto de sus vidas, no tenemos otra que, permanecer firmes y sobre
todo, gozarnos y alegrarnos porque somos bienaventurados
Apocalipsis 18:20 “Regocíjate sobre ella, cielo, y también vosotros, santos, apóstoles y profetas, porque Dios ha
pronunciado juicio por vosotros contra ella”

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