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APENDICES DE LA CABEZA

Los apéndices habituales de la cabeza del insecto incluyen un par de antenas, un par de
mandíbulas, un par de maxilares y el labio, el último representa un par de segundos
maxilares unidos. Sin embargo, en el embrión del insecto bastón, se ha observado un par de
lóbulos que yacen anteriores a las antenas, que posiblemente son rudimentos de un par de
preantennae, y en las etapas embrionarias de varios insectos hay rudimentos de apéndices
postantanos. La serie de apéndices cefálicos parece ser la misma en los crustáceos y
miriápodos que en los insectos, excepto que los apéndices postanales generalmente están
muy desarrollados como las segundas antenas en los crustáceos y parecen estar
completamente ausentes, incluso como vestigios embrionarios, en Chilopoda. Las
homologías de los apéndices de la cabeza en los diversos grupos mandibulados se
establecen por su inervación de los correspondientes centros nerviosos cerebral y
postcerebral. En muchos crustáceos se produce un par de lóbulos de la cabeza ventral
conocida como paragnatha entre las mandíbulas y los primeros maxilares, y un par similar
de lóbulos, los superlinguales, está presente en algunos insectos como partes laterales de la
hipofaringe. Dado que se supone que los superlinguales de insectos representan un par de
apéndices de la cabeza, se discutirán en el presente capítulo, aunque ahora parece probable
que ni el paragnatha ni los superlinguae tengan el estado de extremidades segmentarias.

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