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Nutrientes Vitales

Nuestro cuerpo necesita una serie de compuestos químicos para obtener la energía que necesita, para
formar o reparar tejidos y para llevar a cabo los complicados procesos bioquímicos que suceden en
nuestro interior. Para poder disponer de esos nutrientes, debemos obtenerlos de los alimentos que
ingerimos.

Los nutrientes no están simplificados en los alimentos, sino que el organismo debe descomponerlos
para asimilarlos en forma de moléculas sencillas. Las cantidades que necesitamos de esos nutrientes son
diferentes, como también lo son las cantidades que obtenemos de los distintos alimentos. Vamos a ver
las características principales de esos nutrientes y las funciones que ejercen dentro del organismo, ya
sea en forma de energía y alimento, para reparar los tejidos o para estimular la bioquímica. No te
asustes por las palabras complejas, en realidad es bastante sencillo y sobre todo, fascinante.

Las Proteínas:

Las proteínas son el principal componente del que están hechos nuestros tejidos y algunas de las
principales moléculas reguladoras (enzimas, hormonas, etc). Es decir, nuestros cuerpos están
compuestos fundamentalmente de proteínas.

Las proteínas son macromoléculas muy complejas creadas a partir de la unión de otras moléculas más
sencillas llamadas aminoácidos. Cuando ingerimos proteínas, nuestro organismo las descompone en
aminoácidos que utiliza para crear sus propias proteínas (y con ellas los tejidos, las enzimas, las
hormonas, etc.).

Existen 20 aminoácidos, de los cuales podemos sintetizar 10 (aminoácidos no esenciales y aminoácidos


semi-esenciales), pero los otros 10 restantes (llamados aminoácidos esenciales) debemos ingerirlos a
través de los alimentos. El organismo toma los distintos aminoácidos que emplea de forma específica
para diferentes funciones. Fundamentalmente, las proteínas sirven como material de construcción de
moléculas encargadas de la defensa, el transporte o regulación de funciones, o de la reparación de
tejidos. En cambio, las proteínas no se utilizan como fuente de energía.

Aunque se trata de un material imprescindible para la vida, el exceso de proteínas puede generar graves
problemas al organismo. De hecho, en nuestro mundo moderno existe un exceso proteínico en la
alimentación que genera enfermedades de diversa índole, mientras que otras poblaciones sufren
carencias extremas.

La OMS recomienda una ingesta diaria de proteínas del 10-15%.

Hidratos de Carbono:

Los hidratos de carbono, también llamados glúcidos (o azúcares) son la principal fuente de energía del
organismo. Es decir, es el alimento con que se nutren nuestras células. Se trata de moléculas formadas
por unidades de carbono, hidrógeno y oxígeno. Según la cantidad de unidades tienen distintos nombres:

 Monosacáridos: Cuando se trata de una sola unidad. Algunos carbohidratos monosacáridos son
la fructosa (frutas), la glucosa (miel, frutas y algunas verduras), etc.
 Bisacáridos: Cuando se trata de dos unidades. La lactosa es un buen ejemplo (leche) o la
sacarosa (azúcar).
 Polisacáridos: Son aquellos carbohidratos con cientos de unidades de carbono, hidrógeno y
oxígeno, como por ejemplo el almidón o la celulosa. Estos tipos de carbohidratos los
encontramos en los cereales y legumbres, principalmente, y en las verduras y vegetales.
Los carbohidratos son descompuestos a través de enzimas digestivas específicas que se encargan de
transportarlos hasta la sangre o hasta el hígado, donde se almacena en forma de glucógeno para ser
lanzado al torrente sanguíneo cuando es preciso. El cerebro es el principal consumidor de glucosa y el
índice glucémico (nivel de azúcar) que debemos tener en sangre es muy específico y delicado. Por eso lo
más saludable es consumir preferiblemente azúcares compuestos de absorción lenta como vegetales,
cereales integrales y legumbres.

La fibra es un tipo de carbohidrato que nuestro cuerpo no puede digerir. Sin embargo, juega un
importante papel en la flora intestinal y da consistencia a las heces favoreciendo el tránsito intestinal y
evitando el estreñimiento.

Las Grasas:

Las grasas (o lípidos) son diferentes tipos de sustancia que tienen como característica común que no
pueden diluirse en agua. Su principal función dentro del organismo es servir como reserva energética,
pero además forman parte de las membranas celulares, mantienen la temperatura corporal, protegen
órganos vitales como el corazón, transportan vitaminas liposolules y ayudan en la síntesis de vitaminas y
hormonas, entre otras funciones.

Según las cadenas de átomos que las forman, se clasifican en:

Grasas saturadas: Casi siempre provienen del reino animal y son sólidas a temperatura ambiente (por
ejemplo, la manteca). No se oxidan tan rápidamente como las insaturadas, pero cuando se someten a
temperaturas elevadas sufren cambios importantes. Tienen una compleja digestión y su metabolismo
deja residuos tóxicos que acidifican el organismo.
Grasas insaturadas: Provienen del reino vegetal y se mantienen líquidas a temperatura ambiente
(aceites vegetales). Son los más saludables, sin embargo, se enrancian con facilidad y cuando son
sometidos a altas temperaturas sufren alteraciones que los convierten en grasas saturadas.
Grasas trans: son grasas insaturadas (aceites) sometidas a un proceso de hidrogenación a través del cual
se convierten en saturadas (margarina, por ejemplo) con el fin de proporcionar un sabor y una
consistencia determinadas. Son las más peligrosas.
Las grasas se componen de distintos tipos de ácidos grasos. El organismo puede generar todos los ácidos
grasos que necesita menos el linoléico (Omega 6) y el linolénico (Omega 3), que deben provenir de la
dieta y por eso se les llama ácidos grasos esenciales.

Las Vitaminas:

Las vitaminas son nutrientes que el organismo necesita en cantidades muy pequeñas. No suponen una
fuente de energía, pero las vitaminas son imprescindibles para realizar numerosas reacciones
metabólicas y su carencia provoca enfermedades graves. Nuestro organismo no puede fabricarlas, de
modo que el aprovisionamiento de vitaminas ha de provenir necesariamente de su ingesta a través de la
dieta (salvo algunas excepciones).
Existen 13 vitaminas que se agrupan en dos categorías:

 Hidrosolubles: Son la vitamina C y las del grupo B (B1, B2, B3, B5, B6, B8, B9 o ácido fólico, y
B12). No se acumulan en el organismo, pues se eliminan fácilmente y, por lo tanto, hay que
ingerirlas diariamente. La principal fuente de estas vitaminas son los vegetales y verduras.
 Liposolubles: Son las vitaminas A, D y E. Estas sí se acumulan en el organismo y eliminarlas no es
tan sencillo. Se obtienen principalmente de los aceites de pescado y vegetales (primera presión
en frío).
No debemos olvidar que los vegetales y aceites que contienen estos preciados micronutrientes pierden
rápidamente su cantidad y calidad dependiendo de algunos factores como el tiempo y modo de
conservación, el agua, el calor, el modo de cocción, la sal, etc. Consulta cómo cocinar las verduras para
mantener los nutrientes.

Los Minerales:

Los minerales son la parte inorgánica de nuestro organismo. Todos ellos, al igual que las vitaminas, son
imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestra fisiología, pero en cantidades muy pequeñas.
Dependiendo de la cantidad que nuestro cuerpo necesita, los minerales se agrupan en dos categorías:

Macro minerales: Los macro minerales son los que precisamos en mayor cantidad (aunque relativamente poca
comparada con los macronutrientes como las proteínas, carbohidratos o grasas) y son: calcio, potasio, sodio,
magnesio, azufre, fósforo y cloro.
Oligoelementos: Los oligoelementos son los que precisamos en menos cantidad: hierro, zinc, yodo, flúor, cobalto,
manganeso, etc…
Las principales fuentes de minerales son las verduras, las semillas, las algas y los cereales y legumbres.

Casi todos los minerales funcionan de manera antagónica y complementaria dentro del organismo, de manera que
el exceso o defecto de uno de ellos puede afectar a la presencia de otros. Por eso es tan importante seguir una
prescripción profesional a la hora de tomar suplementos de minerales.

Por todo ello, cuando nuestra dieta se basa en el consumo de abundantes cereales, legumbres y todo tipo de
verduras y vegetales y un consumo moderado de otros alimentos como pescado, semillas, frutos secos y algas, nos
estamos asegurando de proporcionar al organismo todos los nutrientes imprescindibles en las cantidades más
idóneas.

Fuente: http://www.vidanaturalia.com/que-nutrientes-necesita-nuestro-cuerpo/

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