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MIGUEL CIVEIRA TABOADA

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Gobierno del Estado de Tabasco


1975
© Gobierno del Estado de Tabasco
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PRIMERA EDICION
Editorial Jus, diciembre de 1975.—2,000 ejemplares.

COLECCION HISTORIA DE TABASCO


bajo la dirección e investigación de
MIGUEL CIVEIRA TABOADA
COI

La publicación de esta obra ha


sido ordenada por el licenciado
M ario T rujillo García, Gober­
nador Constitucional del Estado
de Tabasco, con el propósito de
dar a conocer aspectos funda­
mentales de esta región y la venta
de este libro servirá para conti­
nuar la publicación de otros.

156587
Por la participación en diversos aspec­
tos en esta edición, mi agradecimiento
al licenciado Juan Rodríguez Prats, Se­
cretario Particular del C. Gobernador
de Tabasco, Sr. Gustavo Campos Cas­
tillo, Jefe de Relaciones Públicas e In­
formación de Tabasco, Profr. Melchor
García Reynoso, Jefe del Departamento
de Gráficas de la Secretaría de Hacienda
y C. P., Sr. Jaime Valdés Ramírez, Jefe
de Laboratorio Fototécnico de Hacien­
da, Juan Ramón Chan —joven pintor
yucateco que ilustró la obra—, Ma. Ele­
na Bibriesca Sumano, Ma. Teresa Gó­
mez Jiménez, Ma. Teresa Ríos Gutiérrez
y Gloria Sánchez Ramírez, que mecano­
grafió y corrigió los originales.
INTRODUCCION

En el año de 1974, el municipio de Jonuta


tiene 15,000 habitantes y su ciudad 3,000. Esta
cuenta con 250 comercios y servicios de telé­
fonos, telégrafo, correo, electrificación, agua
potable, mercado e iglesia, y para su comuni­
cación aérea con un pequeño campo de aterri­
zaje. Tiene servicio de coches de alquiler; lo
único deficiente es la ruta camionera que la
une con la capital del Estado: Villahermosa.
Para ir de Villahermosa a Jonuta, hay que
pasar dos afluentes de grandes ríos y por último
el río Usumacinta. Para ello se utilizan pangas,
que representan enormes incomodidades y re­
traso para una época tan veloz como la nues­
tra. Hasta que en esos sitios existan puentes,
Jonuta estará incomunicada con su capital.
Desde luego me refiero al camino más corto
llamado carretera de PEMEX. En realidad,
aunque está petrolizada, es malísima por la
cantidad de “columpios” que tiene.
Antes de atravesar el río Usumacinta la vista
de la población de Jonuta es muy bella: un
caserío ribereño en tonos azul y rosa se refle­
jan en sus aguas donde más de doscientas lan­
chas de motor prestan servicio a los habitantes
de toda la zona del margen del río, muchos,
propietarios de grandes ranchos.
La mayor parte de las calles de la ciudad
están pavimentadas y con magníficas banque­
tas, tiene varios jardines y canchas deportivas,
El palacio municipal es un amplio edificio
con diversas oficinas distribuidas para la aten­
ción de los problemas de sus habitantes.
La ciudad, vista desde diferentes sitios, da
la impresión de ser una isla, por el caudal de
agua que la rodea en su mayor extensión.
Jonuta tiene en la actualidad, 23 ejidos y
10 rancherías con sus secciones.
Lo impresionante de la ciudad de Jonuta es
que está edificada sobre una extraordinaria zo­
na arqueológica. En la parte que se quiera ex­
cavar con propósito de hacer alguna construc­
ción, se encuentran objetos de la cultura maya
de diferentes horizontes.
Los mayas hicieron allí cerros artificiales cu­
briendo sus construcciones o entierros, por lo
que se cree que HONOTHE: HO o NOH =
grande y TE = años, fue el sitio de los cinco
grandes años o señores. Esta etimología de Jo­
nuta, según el profesor Ornar Huerta Esca­
lante, tiene más lógica que la que dieron otros
estudiosos, entre ellos, el licenciado Francisco
J. Santamaría, que dice que es de origen az­
teca: SHONOTLI = cierta planta acuática,
y TLA = colectivo, que significa: donde abun­
da el jonote.
Foto tomada en el año de 1910 de uno de los Kues.
De los “cuyos” prehispánicos, Kues, en len­
gua maya, le queda uno a la ciudad de Jonuta,
en cuya cima hay una terraza para ver el pa-
norma y donde se dan fiestas.
En la actualidad, ese “cuyo” se está destru­
yendo, ya que de su alrededor los vecinos sa­
can tierra para usarla en casas y calles. No
obstante que algunos presidentes municipales
han dado disposiciones para proteger ese “ce­
rro” del vandalismo y destrucción de los ob­
jetos de cerámica y alfarería que allí se han
ido encontrando, se ha hecho caso omiso de
tales disposiciones.
Puedo decir que el profesor Ornar Huerta
Escalante es la única persona que desde hace
muchos años viene luchando para que ese gran
patrimonio cultural —zona arqueológica— de
México, sea respetado, pues en la falda de este
sitio se han hecho construcciones modernas.
El Instituto Nacional de Antropología e His­
toria, encargado de velar por el patrimonio pre­
hispánico, hasta ahora ninguna disposición ha
dictado al respecto.
En su afán de conservar lo que se va encon­
trando —cuando el profesor Huerta Escalante
es avisado de alguna excavación—, rescata esos
objetos y con ellos ha formado un pequeño
museo que contiene más de un centenar de va­
sos, cerámica rota, ídolos, etcétera, y pretende
que con este material se funde el Museo Ar­
queológico de Jonuta. Si logra realizarse este
deseo, la población podrá enorgullecerse de
presentar a estudiosos y turistas, nacionales y
extranjeros, uno de los museos municipales de
más importancia en México.
Antes de entrar a la Historia de Jonuta du­
rante la época virreinal, vamos a conocer lo
que de ese bello lugar escribió el historiador
don Francisco J. Santamaría.
MUNICIPALIDAD DE TONUTA. SITUA­
CION, LIMITES, EXTENSION Y POBLA­
CION.—La municipalidad de Jonuta se en­
cuentra ubicada en la región del gran río
Usumacinta; limita al norte, con el Estado de
Campeche; al sur, con el Estado de Chiapas;
al este, con la municipalidad de Emiliano Za­
pata y el mencionado Estado de Campeche,
y al oeste, con las municipalidades de Centla,
Macuspana y el mismo Estado de Chiapas.
Tiene una extensión superficial de 2,110 Kms.
cuadrados, con una población de 8,700 habi­
tantes, aproximadamente.
La Villa de Jonuta es la cabecera munici­
pal; etimológicamente este nombre, de origen
azteca, significa “donde abunda el jonote” (de
shonotli, jonote, cierta planta, el jolocín, y tía,
colectivo), o el jolocinal.
OROGRAFIA, HIDROGRAFIA Y CLI­
MATOLOGIA.—El suelo de esta municipali­
dad es bajo y sensiblemente plano; carece de
relieve, pues los pequeños montículos aislados
que se encuentran son artificiales y se les deno­
mina cuyos, siendo el más importante el de la
población de Jonuta.
Hidrográficamente Jonuta constituye una de
las municipalidades más importantes del Esta­
do, pues el río Usumacinta que la recorre de
sur a norte, en la colindancia con el Estado
de Chiapas se bifurca formando el río Chico y
más adelante en terreno de Jonuta, el río San
Antonio, brazos que encierran la isla de Mon-
serrate; después, con el mismo río San Anto­
nio forma la isla de El Chinal, que tiene una
superficie de 237 Kms. cuadrados.
En el límite con el Estado de Campeche, el
Usumacinta desprende otro brazo que, con el
nombre de río Palizada, desemboca en la la­
guna de Términos. El propio río Usumacinta,
al cual se une el San Antonio frente a la Villa
de Jonuta, más abajo, vuelve a bifurcarse for­
mando el río de San Pedro y San Pablo, que
desemboca en el Golfo de México por la barra
de San Pedro.
Sus principales lagunas son: la de El Coro-
zal, El Chinal o Laguna Grande, el Mesías,
El Agostadero, Playa Larga, El Corozo, Puerto
Caballo, Plátano, Piñal, Macuñis, Majada, Va­
lencia, El Tinto, Encerrada o Caribe, La Pita­
jaya, y muchas otras.
Arroyos principales: Maluco, limítrofe con
Macuspana y con Centla; San Francisco, limí­
trofe también con Macuspana; Bitzal y Ja-
huacta, limítrofe con Zapata.
El clima de la municipalidad es húmedo y
cálido y los vientos, las lluvias y la precipitación
pluvial, son más o menos los mismos que en
todos los demás municipios de esta región.
FAUNA Y FLORA.—La flora de Jonuta
no es muy rica, pues sus bosques son relativa­
mente pequeños, ya que la mayoría de sus
tierras aprovechables son extensos camperíos
cubiertos de pasturas naturales propias para la
cría de ganado vacuno, ocupando Jonuta uno
de los primeros lugares en este ramo de la
producción.
La fauna, sin embargo, es variada pues no
carece de ninguna de las especies propias del
trópico.
AGRICULTURA, INDUSTRIA Y CO­
MERCIO.—Siendo arcillosa la naturaleza del
suelo de la municipalidad, sólo es propio para
el cultivo del maíz, del arroz, las gramíneas
forrajeras y árboles frutales propiamente di­
chos, pues la mayor parte del terreno es bajo
y pantanoso.
Su agricultura es por consiguiente pobre, pe­
ro compensada con el auge que ha alcanzado
la ganadería, pues constituye casi la única fuen­
te de riqueza y sostenimiento de este municipio,
esencialmente ganadero.
La industria del lugar está constituida por
la fabricación de queso y mantequilla, ya fa­
mosa en el Estado.
Todo su comercio se hace por la vía fluvial,
guardando íntima relación con su agricultura
y producción agropecuaria.
POBLACIONES PRINCIPALES Y RAN­
CHERIAS.—La Villa de Jonuta, cabecera
municipal, es la de mayor importancia. Tiene
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1,500 habitantes. El municipio está dividido en
ocho rancherías que son: Alto Amatitán, Bajo
Amatitán, Federico Alvarez, Monte Grande,
Ribera Baja, Río Chico, Torno Largo y José
María Pino Suárez, cada una con sus respecti­
vos agentes municipales.
La Villa de Jonuta posee una gran escuela
primaria, elemental y superior, y moderno pa­
lacio municipal que con ayuda del gobierno
del Estado vino construyéndose desde 1947;
tiene alumbrado eléctrico y un eficiente campo
de aterrizaje también hecho por el H. Ayunta­
miento de 1948 a 1949, que facilita la comu­
nicación aérea con la capital del Estado, co­
municación de la cual era el único municipio
que carecía en el Estado. Se ha reconstruido y
modernizado últimamente el mercado de la
población.
La Villa de Jonuta está considerada como
zona arqueológica, por la gran cantidad de
objetos de cerámica y alfarería que se han
encontrado y que corresponden a la cultura
fundamental del antiguo imperio maya.
Hay, además de la escuela de organización
completa de la cabecera, 27 escuelas rurales en
diversas rancherías del municipio*

* Santamaría , Francisco J., Materiales y datos para un


diccionario histórico geográfico de Tabasco, Veracruz, Ver.,
1957, pp. 286-288. Obra mecanografiada, inédita, propiedad
de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística.
Capítulo I

LA FUNDACION DE JONUTA
E l m o n a r c a d e España, Garlos III, en real
cédula1 de 19 de febrero de 1765 otorgó el
cargo de alcalde mayor de Tabasco a don Pe­
dro Dufau Maldonado, que gobernó esa pro­
vincia hasta el año de 1701.
Fue este gobernador quien dio la orden que
Jonuta fuese abandonada por el pequeño ve­
cindario que allí a través de los años se había
radicado. Figura en 1581 con diecisiete tribu­
tarios.
Es de suma importancia conocer el texto del
documento donde dicta esa orden, y que ade­
más trae datos valiosos para posteriormente
poder comprender el fondo real que existía por
parte de los dueños de haciendas, de acapara­
mientos de tierras.
El documento dice así:
“Don Pedro Dufau Maldonado, Capitán de in­
fantería de los Reales Ejércitos, Alcalde Mayor
por S.M., Teniente capitán general, juez oficial,
subdelegado por S.A. de todos los ramos de la
Real Hacienda y por el juez privativo de tierras
realengas, aguas baldías en esta provincia de Ta­
basco; etcétera: Por cuanto asistido de los ma­
yores antecedentes que se fundan en la visita1
1 Archivo General de la Nación. Reales Cédulas, v. 86, exp.
59 y 171. Ver mi obra: Tacotalpa, capital de Tabasco de 1666
a 1795, México, D. F., 1973.
pastoral que el ilustrísimo señor don fray Buena-
bentura de T’exeda Diez de Velasco,2 dignísimo
obispo de esta provincia y de Yucatán, practico
en ella, una de sus principales providencias fue la
necesidad de haberse despoblar el sitio nombrado
Jonuta, ya sea por lo ceñido de sus tierras, que
no permite la proporción de situarse número com­
petente a la esperanza de la regularidad de pue­
blo, ya por la clase de sus gentes, y ya por la
imposibilidad de suministrar a los existentes el
pasto espiritual, cuya auta determinación por un
abuso reprensible no ha tenido efecto, tolerados
siempre bajo de pretestos de aumentos de po­
blación, de obligarse a edificar iglesia y mantener
un ministro eclesiástico, que junto con la Paliza­
da, jurisdicción del presidio del Carmen, contiguas,
acudiese a una y otra parte a la administración
de Sacramentos y demás asesoría a los sagrados
preceptos de nuestra religión, con cuyas circuns­
tancias el ilustrísimo fray Antonio Alcalde,3 igual­
mente dignísimo sucesor en su visita, les permitió
su permanencia, y verificó el translado sin que
pudiese permanecer mas que un corto tiempo, por
no acudirle con la congrua sustentación ejemplar
que destruye toda duda de no ser la comodidad
cristiana la que los guía, y antes, salo el espíritu
2 El doctor fray Francisco de San Buenaventura Tejeda
Diez de Velasco tomó posesión como el XXV obispo de Yu­
catán el 15 de junio de 1746 y gobernó su sede hasta abril
de 1752. Pasó a ser obispo de la Mitra de Guadalajara.
3 El doctor fray Antonio Alcalde fue el XXVIII obispo de
Yucatán. Tomó posesión de su grey en Mérida el lo. de agosto
de 1763. Gobernó su diócesis hasta el año de 1771 en que
fue designado obispo de Nueva Galicia.
Es decir, en 1748 el obispo Tejeda ordena la despoblación
de Jonuta y en 1767 —visita del obispo Alcalde a la provin­
cia de Tabasco— ordena que se queden sin pobladores un
corto tiempo. De modo que nunca desapareció el pueblo de
Jonuta.
de libertad entregados a todos vicios, de que poses
las más auténticas pruebas acompañadas de los
clamores del párroco a más de treinta leguas de
distancia y del padre vicario incapite, y no siendo
menos reprensible el haber subsistido tanto tiem­
po, sin reconocimiento de superioridad, por la
distancia y corto número, que naturalmente hace
ver, es el intento substraerse de ella, a lo que de
algún modo proveí a los principios de mi gobierno,
estableciendo un cabo de justicia, siendo las re­
sueltas dos mil enrredos todos los días, o por im­
prudencia suya, o por no poder sufrir la sujeción,
precisamente por lo mismo, hecha una pista com­
binación, o admitir la renuncia de aquel, y mandar
que en lo sucesivo se juntasen todos los años los
vecinos, y en el primer día nombrasen un alcalde
que presidiese y me fuese responsable, pero no
sabiendo casi todos ellos, ni leer, ni escribir, de­
jando a Lucas Bonilla, me suplicaron fuese este
el que permaneciese. Por último, a estas causas
se unen, la de ser aquel paraje abrigo de delin­
cuentes y mozos huidos, sin más profesión que
fabricar aguardiente, chinguirito, que van a ven­
der por barriles al Palenque, cuyo teniente se me
a quejado, en cuya virtud y la de no darse otros
frutos que mais y caña, he resuelto mandar como
ordeno y mando, a todos los vecinos estantes y
habitantes del referido Jonuta, que se les conceda
el término para que cojan sus frutos pendientes
todo el mes de septiembre inmediato, en el cual
precisamente se lian de retirar a poblado, prece­
diendo antes hechar abajo las casas que hubiese,
y caso de que no lo verifiquen por sí, en el si­
guiente octubre comisionaré sujeto de mi satisfac­
ción que pase a la ejecución, con la pena por la
inobediencia que les imponga de costas y demás
que sean condignas, y para que llegue a noticia
de todos y se lo haga saber cometo la notoriedad
al citado alcalde o cabo de justicia Lucas Bonilla,
que para ello los juntara a todos pondrá la dili-
gencia de notificación a continuación de este des­
pacho, me lo volverá con la posible brevedad,
apercibiéndoles perentoriamente de la ejecución,
y de no oír instancia alguna.
Y es dado en la villa de Tacotalpa en tres días
del mes de julio de 1770, actuando como juez
receptor con testigos de asistencia que autorizan
mi firma a falta de escribano público y real, y
va en este papel común por no haberlo del oficio
que le corresponde sin perjuicio del Real Haber
de que certifico.—Pedro Dufau Maldonado (rú­
brica). Testigos: Raphael Gómez (rúbrica). Ci­
priano Arias y Merlo (rúbrica).”
El 20 de julio los habitantes de Jonuta pi­
dieron un plazo de cuatro años para abando­
narlo, y Lucas Bonilla levantó por tal motivo
un acta que fue turnada al alcalde mayor Du­
fau Maldonado.
A Dufau Maldonado lo suplió como alcalde
mayor don Sebastián Maldonado y a éste —pro­
visionalmente— Bartolomé Dávila, hasta que
llega a tomar posesión el nuevo gobernante don
Nicolás Bulfe.
Don Nicolás Bulfe fue alcalde mayor de la
provincia de Tabasco de 6 de junio de 1776
hasta el año de 1782. Gil y Sáenz dice en su
obra que el capitán gobernó de 1772 al 16 de
enero de 1774, que no concuerda con la docu­
mentación que signa Bulfe en los años que fi­
guran en la documentación que proporcionó,4
y con la real cédula que existe en el Archivo
General de la Nación, volumen 107, exp. 247.
4 Ver artículo mío: Amparos de tierras en Tabasco de 1177
a 1810. Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y
C. P. No. 422, del lo. de septiembre de 1969.
Ante el alcalde mayor Bulfe, el estanciero
Francisco Guerrero Ximénez presentó una de­
nuncia, que por el interés que tiene en datos
relacionados a la geografía e historia de esa
región, y las diligencias que hizo en las que
participaron autoridades virreinales, transcribo
esa documentación:
AI margen “Tacotalpa5 a 5 de junio de 1779.
El Teniente de Macuspana informará sobre lo
que esta parte expresa que hallando no ser cierto,
no ser costumbre el tener camino por la sabana
de esta parte, notificará al Teniente de Jonuta
no proceda a la apertura de este camino. Bulfe
(rúbrica)”.
“Sr. Don Nicolás Bulfe.—San Francisco, 31 de
mayo de 1779-—Muy señor mío y mi dueño:
Habiendo llegado a esta hacienda de vuestras se­
ñorías e informándome de mi mayordomo de todo
su estado por ser la primera vez que vengo a
instruirme en ella, me ha hecho ver lo muy per­
judicial que es a dicha hacienda el camino que
V.S. ha mandado abrir a los del pueblo de Jo-
nuta, para que por esta hacienda tengan tránsito
a esta provincia, que nunca (lo había tenido)
más que por los correos que van y vienen (por)
los ríos de Usumacinta, por ser cordillera de Yu­
catán, y que en el poco tiempo que V.S. lo mandó
abrir al Teniente de Jonuta, sus vecinos han pe­
gado fuego a la sabana grande que tengo nom­
brada el Llano, que la primera vez fue a princi­
pios de marzo de este año, en cuyo incendio, por
ser sin tiempo (época de quema) mes muy perju­
dicial porque los vaqueros no pueden correr en
el Llano, por la crecida sarza que ha producido,
además que en aquel tiempo que incendiaron,
pudo haber peligrado mucho ganado por no tener
“ Tacotalpa fue durante 129 años la capital de Tabasco.
pastores que con tiempo hicieran las abentadas,
agregándose a esto los robos que moralmente con­
cibo me estén haciendo por ser en un paraje
dilatado sitio, y se viene en conocimiento ¿a qué
vendrían a la sabana los que pegaron fuego, cuan­
do no tienen para que venir a ella?, y ahora tres
días volvieron a pegar fuego a dicha sabana, y
habiendo mandado un hombre a que viese donde
estaba el fuego, divisó a dos hombres que iban
por tierra con escopetas, y así que estos lo vieron
se metieron (por estar cercado el río chiquito)
en una canoa que tenían, y se fueron río abajo.
Esto ha acontecido solamente por la abertura del
camino, y mi escribiente que tengo de pie en esta
dicha hacienda, me ha dicho que el Teniente de
Jonuta don Silvestre Magaña, le mostró un man­
damiento de V.E. en el que mandaba que se
abriera dicho camino, en lo que no se opusiese
mi mayordomo, ni administrador por convenir así
al real servicio.
Señor: como apasionado que soy a V.S., y que
le amo de corazón digo que quien le informó de
que convenía al real servicio abrir dicho camino,
ciertamente le engañó y no profesa verdad, pues
es puerta franca para asunto contra la Real Ha­
cienda, que abierto este en parte es muy excu­
sada la vigía de Escobas.
El Teniente Magaña así como abrió camino
para tener paso por esta hacienda, lo abrió tam­
bién hasta la raya de la Palizada, y habiendo in­
sistido al propio ministro don José Justo Cristal
el Teniente de la Palizada para que se empeñase
con el señor Gobernador de la Laguna6 a fin
de que mandase abrir camino por tierra desde
Palizada hasta donde la abrió Magaña, le res­
pondió el señor Gobernador al padre Cristal
(quien conserva la carta) que no consentía a ello,
° Así le llamaban también a la isla del Carmen: Laguna
de Términós, o Presidio del Carmen.
por ser contra el real servicio, y que si consentía
era excusado el destacamento que tenía en la
Palizada; con que señor la misma pariedad si­
gues con el abierto por esta hacienda, y la vigía
de Escobas. Esto es hacer a V.S. palpable el que
le han engañado por lo que toca a que conviene
al real servicio; y por lo que a mí pertenece digo
que mi sabana del Llano, en donde tengo la ma­
yor parte de mi ganado, hago la comparación a
V.S. de que es como un sapo7 donde se hecha
dinero, que en el por su boca se mete y saca; pero
si se descubre algún descosido se le sale el dinero:
así es la sabana del Llano, pues por el camino
que va desde esta hacienda a ella, es la puerta
por donde han entrado mis vaqueros a sacar las
partidas para los abastos, sin tener otro conducto
por donde se escape, el ganado; pero ahora que
hay el camino de Jonuta, es la abertura por donde
se pueden cometer picardías y que se me alce el
ganado por tener puerta franca que es lo mismo
que la descosedura o rotura del sapo.
Bajo de los poderosos motivos y que por título
ninguno es conveniente dicho camino abierto, es­
pero del favor de V.E. me ordene el que lo cierre
con mi gente, pues el pueblo de Jonuta (que por
dos ocasiones ha estado mandado demoler y que­
marse) siempre se ha manejado por el vicario
de Tepetitán, y el de Villahennosa.
Al Vicario que pudiera servir de beneficio di­
cho camino es al señor cura de Tepetitán para
la administración de Santos Sacramentos, de quien
se puede informar, si es conveniente al real ser­
vicio que esté abierto, y también del señor co­
ronel don Joaquín de Santa María, si tiene noticia
que en tiempo de mi suegro, ni antes o después
se hubiese abierto.
El impuesto de todo, y de lo que parezca a
7 Llamaban así a los bolsos de yute o henequén, y culebras
a cinturones de cuero donde se guardaba el dinero.
V.S. que es de justicia, me ordenará lo que tenga
conveniente que yo estoy pronto a seguir sus ór­
denes, Ínterin las consigo.”
Esta información está redactada por Fran­
cisco Guerrero Ximénez quien la rubrica en la
fecha y año antes mencionado.
Como los meses pasaban y poco caso hicie­
ron en la alcaldía mayor a la petición del due­
ño de la hacienda de San Francisco, éste se
dirige al virrey, quien turna la correspondencia
y que sigue este proceso:
Al margen “Real Aduana de México, 19 de
julio de 1780. Como lo pide, y para su efecto
pase al administrador de la Aduana de Villaher-
mosa de Tabasco don Esteban Crespi, quien de­
volverá el expediente evacuado para determinar
lo que corresponda. Proveyendo los señores supe­
rintendentes, directores generales de aduanas y del
ramo de pulques, y lo rubricaron.”
El expediente trata de la petición que hizo
el vecino de San Juan Bautista de Villaher-
mosa, Francisco Ximénez Guererro, a los supe­
rintendentes generales de Nueva España, que
don Juan García, guarda del resguardo de la
Real Aduana de Tabasco, declare que:
“Si es cierto que hallándose en el año pasado
de 1779, por el mes de mayo, visitando los pue­
blos de Macuspana, San Carlos, San Fernando,
y Tepetitán, pasó por mi hacienda de ganado
(mayormente nombrada San Francisco que fue
de mi suegro don Alonso Garrido Balladares) a
visitar el nuevo pueblo de Jonuta. Si es cierto
que el 20 de dicho mes estando conmigo sentado
en el patio de la referida hacienda llegó un in­
dio, que venía del referido pueblo de Jonuta pi-
diéndome le diese posada por aquella noche. Si
es cierto, que lo registró y que le encontró un
poco de tabaco de contrabando, y un poco de
sebo de vaca. Si es cierto que me pidió dicho
guarda un par de grillos prestados para asegurar
al indio, los que le di y puso un toncon para la
vuelta de su visita de Jonuta llevando al señor
Esteban Crespi, administrador de Tabasco para
que le siguiese causa, el cual indio mientras don
Juan fue a la visita se safó los grillos y se huyó.
Como así mismo declare si el camino por donde
fue, de mi hacienda al pueblo de Jonuta, que es,
nuevamente mandado abrir por don Nicolás Bulfe,
gobernador de dicha provincia de Tabasco, es con­
veniente a las reales rentas, y que diga, si por
él, es muy fácil introducir clandestinamente (con­
trabandos) a la Provincia por la falta de resguardo
que hay por dichos pasajes, y por hallarse el de
Villahermosa en distancia de treinta a cuarenta
leguas. Para cuya declaración se servirá vuestras
señorías dar su comiáón al referido señor admi­
nistrador don Esteban Crespi, a fin de que se la
reciba al mencionado guarda, y evacuada se sirva
remitirme el original, con los demás que a con­
tinuación de este escrito se practiquen, para pro­
ducirlo todo, dónde, cómo, y ante quién me con­
venga tanto y como por lo que en ello interesa
los haberes reales, como por mi derecho, por lo
que a Vuestras señorías pido y suplico provea y
mande lo que llevo solicitado por ser de justicia
que es lo que pido, juro y para ello (rúbrica).
Otro si digo:
Gonviene a mi derecho que dicho señor ad­
ministrador don Esteban Crespi haga comparecer
ante si a tres sujetos que cité y señalé de oficio
que sean prácticos en los ríos de Tabasco, y que
bajo juramento declaren, si es cierto que desde
el pueblo de Jonuta, y por el camino nuevo abier­
to por mi hacienda, es facilísmo hacer introduc­
ciones clandestinas a la provincia de Tabasco,
libres de pasar por la vigía de Escobas, donde
hay resguardo de las reales rentas, como el que
se encuentra en la aduana de Villahermosa.”
Hace una petición más y firma don Fran­
cisco Ximénez de Guerrero. A continuación
viene el cúmplase de Crespi, ordenado por los
directores generales de aduanas y el del ramo
de pulque y pide que testifiquen los señores
Manuel Tenerife, Juan de la Cámara y Mar­
celo García “antiquísimos en esta dicha pro­
vincia y traficantes en los ríos de ella”.
Estos testigos dijeron poco más o menos lo
mismo: que no sabían que hubiese camino de
San Francisco a Jonuta; que era muy fácil
introducir contrabandos por ríos y arroyos e ir
a la sierra “como a sí mismo al Palenque, ju­
risdicción de Guatemala, sin que puedan ser vis­
tos ni oídos de la vigía de Escobas y del puerto
de Villahermosa”.
Estas son las primeras diligencias que apa­
recen en el litigio que Ximénez Guerrero sigue
para impedir se construyera un camino de Vi­
llahermosa a Jonuta que al pasar por tierras
de su hacienda, él decía que lo afectaba, no
obstante la siguiente carta que envió a Nicolás
Bulfe, gobernador de Tabasco en la cual le
dice: “San Francisco, 18 de junio de 1779.
Muy señor mío: Por las diligencias adjuntas
verá V.S. que no ha sido costumbre que por
mi sabana hayan tenido camino los de Jonuta,
y aunque el comisionado de V.S. ha intimado
se ordene al cabo de justicia de Jonuta, de que
no siga con la apertura del camino nuevo, en
que se supone, que yo ya lo podía cerrar, no
procedo a ello hasta no tener nueva orden de
V.S. para verificarlo, pues en todo quiero estar
obediente a sus preceptos”.
Si en algo se preocupaban las autoridades
virreinales, fue en todo lo que np lesionara la
Real Hacienda, de manera que enteradas las
autoridades radicadas en la ciudad de México,
ordenaron una investigación exhaustiva que tu­
vo esta secuencia, comenzando por averiguar si
eran ciertas las denuncias del propietario de
la hacienda de San Francisco.
“Real Audiencia de México. 19 de julio de
1780. Como lo pide y para su efecto pase al ad­
ministrador de la Aduana de Villahermosa de
Tabasco don Esteban Crespi, quien devolverá el
expediente evacuado para determinar lo que co­
rresponda, proveyendo los señores superintenden­
tes, directores generales de Aduanas y del ramo
del pulque del Reyno y lo rubricaron.”
“Don Francisco Gómez Guerrero, vecino de
Villahermosa, jurisdicción de Tacotalpa, Capital
de la provincia de Tabasco, ante vuestras seño­
rías como mayor proceda por derecho digo: que
el Gobernador de dicha provincia con pretexto
de ser conveniente al real servicio mandó abrir
un camino en mi hacienda de San Francisco para
que hubiese tránsito desde el pueblo de Jonuta;
y aunque le representé yo por medio de una carta
ser muy perjudicial a mis intereses y a los de la
Real Hacienda, y que nunca había habido allí
camino abierto, y se lo informó así en todo el
Teniente de Macuspana, lo remitió después al
de Jonuta quien (como el principal gestor del
camino) recibió una información <?n que se acre­
ditaba no resultar los perjuicios que yo había
significado en mi carta la que concluida se me
dio traslado de todas las diligencias.
29
jonuta-3
El positivo conocimiento que me asigna, da,
que mis alegatos para hacer cerrar el camino, ha­
bían de ser del todo inútiles, por el empeño que
en él se había puesto, me persuadió, ser más
conveniente retener los autos para representar a
otro Tribunal en que se administrase justicia con
la importancialidad correspondiente, y a su ha­
biéndome dirigido a esta Corte, con motivo de
otros asuntos e determinado representarlo a vues­
tras señorías exhibiendo las diligencias como los
cargos.
Ellas aunque se manifiestan van autorizadas,
por lo deferente que estuvieron los testigos a la
conveniencia y nulidad del camino, se hallan con
los notables vicios, de que esa información se re­
cibió por el teniente de Jonuta, en calidad de
comisionado; él, puntualmente fue el que sugirió
y solicitó la apertura del camino, como lo ma­
nifiesta, la declaración de don José Román de
Puerta, que se recibió en esta Corte de orden
del señor Corregidor, que va señalada con el No.
1, en los documentos que presento; a mas de ésto
se recibió sin mi citación, y siendo parte formal
en el asunto (como acreditó el mismo Goberna­
dor) con haberme mandado dar traslado de ella
en su último auto, es claro, que no puede merecer
fe en juicio; y últimamente la recibió el teniente
Comisionado en los pueblos de Ataspa, Jalapa,
Macuspana y Tepetitán, escribamos de su juris­
dicción, y aunque procedía con la comisión ex­
puesta, no tomó, como debía pase alguno de los
tenientes particulares, que eran los jueces del te­
rritorio. Aclarado, que todas estas diligencias, no
son de importancia, ni prueban cosa alguna por
esos vicios en que se hallan, reconocerá la pene­
tración de vuestras señorías que los perjuicios
que expuse en la carta, con que da principio el
expediente, son demasiado consistentes y noto­
rios, porque teniendo mi hacienda esa franca in­
troducción es claro, que no pudiéndose celase
en franca distancia los que entran y salen por
dicho camino, se introducirán cuantos quieren,
con el perverso designio de extraer de ella los
ganados, y que aun estos propios tendrán facilidad
de huir por ese camino, sin que sea posible, no
sólo evitarlo; pero aun averiguar cuales sean.
Del mismo modo se viene a los ojos el intoca­
ble perjuicio que se prepara a la Real Hacienda,
con las ilícitas introducciones, pues habiendo la
oportunidad de ese camino extraviado, que no
puede resguardarse como el real, es manifiesto,
que todos fácilmente defraudarán el real derecho
de alcabala, excusándose por ese camino de toda
manifestación y registro.
Esto se acredita igualmente con las certifica­
ciones que presento, señaladas con los números
2 y 3, aquellas del cura juez eclesiástico del pue­
blo de Tepetitán y anexos; y esta del Goberna­
dor del Presidio 8 del Carmen don Pedro Dufau
Maldonado, Alcalde mayor que fue de aquella
provincia; pues por ellas aparece, no salo, que
no ha habido camino abierto anteriormente en
dicha hacienda, sino, que positivamente lo resis­
tió dicho alcalde mayor porque se le patentaron
los inconvenientes, y que se han advertido los gra­
ves perjuicios que causa a la honra de Dios, bien
de las almas, y buen servicio del Rey, por la fá­
cil introducción a la provincia, especialmente de
aquellos forajidos y perversos que se hallan re­
cogidos en el pueblo de Jonuta, mandado despo­
blar en virtud de diligencias jurídicas que se
practicaron por dicho alcalde mayor don Pedro
Dufau.
Finalmente, todo constará con más claridad y
perfección por las diligencias que a mi pedimento
se sirvió vuestras señorías mandar practicar a el
Administrador de Alcabalas de aquella provin­
5 Así se llamaban en España a los cuarteles con población
civil.
cia, y así para remedio, no solo de los daños
que a mi me causa, sino de los más recomenda­
bles y dignos de toda atención, que se siguen
a la Real Hacienda. Se ha de servir la notoria
justificación de vuestras señorías a quien la bon­
dad del Soberano tiene encomendada la direc­
ción general de alcabalas, y por consiguiente toca
evitar todos los convenios librando las providen­
cias oportunas; prevenir a dicho administrador
haga se cierre inmediatamente (a costo del que
lo abrió) ese camino, y no permita su apertura
en lo sucesivo por ningún pretexto, librándole a
el efecto la correspondiente orden, y que para
que por parte del Gobernador, no se intente em­
barazar, ni se innove en tiempo alguno, se sirvan
igualmente vuestras señorías consultar a la supe­
rioridad a fin de que protegiendo la providencia,
libre a dicho Gobernador, como sujeto, el orden
conveniente, con pena para su cumplimiento y
que para todo viéndose este escrito a las diligen­
cias y documentos que presento, con la debida
solemnidad en fojas útiles y las que se hallan
en esa Dirección General, pase todo al señor
fiscal.
En estos términos a vuestras señorías suplico
se sirva determinar que es justicia, juro en forma,
costas, protesto, etcétera. Francisco Ximénez Gue­
rrero (rúbrica). Lie. José Mariano de Vargas
(rúbrica).”
Ximénez Guerrero recurrió a sus amigos y
hasta el sacerdote abogó por él.
El bachiller don Josef Joachin Mediano y
Pavía, cura beneficiado por su majestad, vica­
rio foráneo y juez eclesiástico del pueblo de
Tepetitlán y sus anexos, firmó este documento:
“Certifico en la mejor forma que el derecho
me permite: que en más de cuatro años que ha
que estoy poceSionado de este mi curato he aten­
dido. Que la nueva población de un sitio lla­
mado Jonuta y el tránsito desde esta hasta San
Francisco, hacienda de ganado de don Francisco
Ximénez Guerrero, ambos de esta mi Doctrina
son en grande perjuicio de la honra de Dios
Nuestro Señor en bien de las almas y reales aran­
celes de S.M. por la fácil introducción a esta
Provincia, y para que conste donde convenga a
pedimento del citado don Francisco Ximenez
Guerrero, doy el presente en el pueblo de Ma-
cuspana jurisdicción de Tabasco en 30 días del
mes de mayo de 1780 años y lo firmo (rúbrica) .”
Al virrey Martín de Mayorga diéronle la
siguiente información el 20 de diciembre de
1780 por don Juan Navarro, director de la Real
Aduana de México.
“El adjunto expediente que pasa esta Dirección
general a manos de V.E. se ha formado a ins­
tancia de don Francisco Ximenez Guerrero, ve­
cino de Villahermosa, jurisdicción de Tacotalpa
en la provincia de Tabasco, y dueño de la ha­
cienda nombrada San Francisco, sobre los graves
perjuicios que infiere a esta finca el nuevo ca­
mino que del pueblo que llaman Jonuta ha man­
dado abrir para ella el actual Gobernador don
Nicolás Bulfe.
Si del expediente sólo resultase daño de la
parte que reclama, se excusaría ocupar la aten­
ción de V.E., pues la misma pediría en su Su­
perior gobierno lo que a su derecho correspon­
diese; pero estando este complicado con el de
la Real Hacienda en el Ramo de Alcabalas, no
puede omitirse hacer presente a V.E. que sin
embargo de la información dispuesta por el no­
minado Gobernador y sujeta a las nulidades que
Guerrero expresa, son patentes los indicios de que
el expresado camino lo facilite, para todas las ilí­
citas o clandestinas introducciones que se quieran
internar en la mencionada Provincia.
Para formar este concepto, bastan las certifi­
caciones del respectivo cura, y del actual Gober­
nador de la Laguna de Términos don Pedro
Dufau Maldonado, que fue Alcalde Mayor de la
misma Provincia. La primera certificación sienta
que en cuatro años que ha que se posesionó el
citado eclesiástico de su curato, ha advertido que
la población de Jonuta, y el tránsito de ella a la
hacienda de San Francisco son muy perjudiciales
a su feligresía por las malas costumbres de aque­
llos habitadores, y que también ofenden a la Real
Hacienda por las introducciones que facilitan.
La del Gobernador asegura igualmente estos
perjuicios, agregando que solicitada en tiempo de
su mando la apertura del propio camino la re­
sistió por habérselos patentizado el dueño que
entonces era de la finca, y que con conocimiento
de causa mandó despoblar Jonuta, no habiendo
llevado a efecto d auto de despoblación por ha­
ber sido relevado antes que cumpliese el término
que para ello concedió.
Por estos daños, comprobados con informes de
sujetos fidedignos imparciales caracterizados y
prácticos en aquellos territorios, estima la propia
dirección por muy conveniente al erario que V.E.
se sirva tener a bien mandar se cierre inmedia­
tamente el camino de la cuestión, librando la
orden oportuna al Gobernador de Tabasco, y al
Administrador de Aduana la de que cuide de su
pronto cumplimiento.”
El 13 de enero de 1781 en la ciudad de Mé­
xico el fiscal envió al virrey este documento:
“Por el expediente que acompañan a su repre-
saltación los Directores del Ramo de Alcabalas9
consta haber el Gobernador de la Provincia de
Taba seo, mandado abrir un camino para el pue­
blo de Jonuta, no solo en perjuicio d?l dueño
de la hacienda de San Francisco, que lo es don
Francisco Ximenez Guerrero sino (lo qué es más)
en los Reales intereses del Soberano: porque con
la enunciada libertad de la prenotada senda, se
introducen a la referida hacienda los mismos ve­
cinos de Jonuta y otros pasajeros a robarle ganado
y causarle otros quebrantos considerables, no sien­
do de menor tamaño los que se siguen a Su
Majestad, por prestarse ocasión a los fraudes y
contrabandos sobre cuya prohibición se ha de­
belado siempre el Rey, y de su orden los minis­
tros que velan los aumentos de su erario.
Para dar el Gobernador la explicada providen­
cia, procedió no solo con ofensa de la justicia
de Ximenez, a quien para la información, que se
hizo para tomarla no se citó, como debió hacerse,
por ser parte, sino con desprecio del reclamo que
hizo, como lo persuado su carta de 31 de mayo
de 1779, a cuya continuación por mandado del
propio Gobernador, informó su Teniente don Vi­
cente Caporal y ser cierto no haber existido
camino en las tierras o sabanas de la hacienda
de San Francisco, advirtiéndose con más claridad
’ El Ramo de Alcabalas, perteneciente a la Real Hacienda.
“Alcabala era un derecho que, como parte del precio de una
cosa vendida o cambiada, se pagaba al rey o a otro en su
nombre.
Arrancando conceptos a la moderna terminología financiera,
podemos considerar a la alcabala como un impuesto indirecto,
o sobre el consumo que gravaba las ventas y permutas, pri­
mero en un cinco, después en un diez por ciento.” La Alca­
bala por Salvador de Moyo.
AI final de esta obra Jonuta, damos una documentación
desconocida, relacionada a la alcabala en la Alcaldía Mayor de
Tabasco.
los daños que de su creación, se originan en la
información, que recibió el administrador de al­
cabalas con que da principio este expediente.
En él se registra demarcada con el número
dos, una certificación del cura de aquella Doc­
trina, en que asienta que la nueva población de
dicho Jonuta, y el tránsito desde este sitio hasta
la hacienda de Ximénez Guerrero son motivos de
ultraje a la honra de Dios, y de grave perjuicio
para el bien de las almas, y para los intereses
del Rey, fundamentos poderosos para calificar la
inconveniencia del prenotado camino, para cuya
confirmación se acompaña oportunamente el do­
cumento demarcado con el número tres, en que
se ve, que el Gobernador del Presidio del Car­
men don Pedro Dufau, siendo Alcalde Mayor
de la Provincia de Tabasco, no permitió se abrie­
se la propia vereda por habérsele manifestado
los - perjuicios que al dueño de la hacienda se
inferían, habiéndose corrido diligencias en el año
de 1779, a instancia del cura que fue de Tepa-
titán para despoblar Jonuta de los vecinos que
encontró numerosos se habían domiciliado en
aquel sitio.
Que así se providenció, certifica el propio go­
bernador con la recomendación de ser la pre­
notada población ofensiva a Dios y nociva al Rey,
reconociéndose igualmente no haber tenido efecto
la determinación a causa de haber sido relevado
del gobierno de cuyos antecedentes no podrá me­
nos de inferir V.E. la necesidad que hay de que
su superior autoridad corte de raiz tan pernicioso
cáncer.
Así lo pide el Fiscal y que defiendo su justi­
ficación a la solicitud de los directores consul­
tantes se sirva mandar a el Gobernador de Ta­
basco que bajo la multa de mil pesos, proceda
inmediatamente a providenciar se cierre el citado
camino, prohibiendo estrechamente el tránsito por
él, con la pena de contrabandista que deberá
sufrir el que por aquella vía introdujere sus mer­
cancías, librándose a este fin el correspondiente
despacho cometido al Administrador de Alcaba­
las, para que al mismo tiempo que le haga saber
lo determinado, cele los movimientos de dicho
gobernador, dando cuenta, si advirtiere no cum­
plirse lo mandado, si en los términos propuestos
lo resolviere.”
A esta petición, el gobernador dio poder a
Pérez de Tagle, radicado en la capital de Nue­
va España, para contestar y defender a su clien­
te ante las autoridades competentes.
“Mariano Pérez de Tagle por don Nicolás Bul-
fe, Gobernador de la Villa de Tabasco, en los
autos con don Francisco Ximenez Guerrero sobre
el camino de Jonuta digo que en ellos tiene mi
presente derechos que deducir y por hacerlo en
forma con consulta de letrado hecha de servir V.E.
mandar se me entreguen por el término que fuere
servido. A V.E. suplico a mi lo mande que es
justicia.—Mariano Pérez de Tagle (rúbrica).”
“Exmo. señor: El Fiscal de la Real Hacienda
en vista de este expediente dice: que no reco­
nociéndose en él, que dictara el Alcalde Mayor
de Tabasco don Nicolás Bulfe providencia alguna
relativa a la apertura del camino, que se mandó
cerrar, ni constando tampoco de las informaciones
que se han dado, que fuera autor de esa nove­
dad; antes si que puso dificultad en ella cuanto
el Teniente don Silvestre Magaña, de quien parer
ce tuvo origen, se la propuso; no se descubre
motivo justo que lo interese en el asunto, y es­
timule a acceder a la entrega de autos que soli­
cita, y en este concepto declarará V.E. no haber
lugar a ella, mandando puntualmente, que si el
referido Alcalde Mayor pulsa en la resolución
que se tomó, algún reparo que toque en el be­
neficio de la Real Hacienda, o del público, que
son los dos objetos que solo pueden poner su
oficio en movimiento, lo represente, para delibe­
rar con presencia de él, lo que corresponde en
justicia
Otro si dice el Fiscal: que en la certificación
que de don Pedro Dufau Maldonado corre en los
autos, consta, que en tiempo que era Alcalde
Mayor determinó, con conocimiento de causa,
que se despoblara el pueblo de Jonuta por ser
perjudicial a Dios y al Rey la corta vecindad
de foragidos que allí había, lo que dice que no
se verificó, por haber cedido su sucesor el licen­
ciado don Sebastián Maldonado a las instancias
de estos a fin de continuar su residencia en aquel
sitio. Este hecho no puede verlo con indiferencia
el Fiscal, sino instruirse cumplidamente y promo­
ver la providencia que estime justa, a cuyo efecto
mandará V.E. que el actual Alcalde Mayor re­
mita los autos que don Pedro Dufau menciona,
y los que acaso formará el señor Maldonado, y
avise si aun se halla poblado dicho paraje y mi­
nistre todas las noticias oportunas a la acertada
resolución que se desea, previniendo juntamente
V.E. que corra por cuenta separada este punto.
México 30 de septiembre de 1781. Posada (rú­
brica) .”
Existe un censo levantado en marzo de 1782,
que dice qué San Juan de Jonuta es jurisdic­
ción de Tabasco y queda a 50 leguas, y su pue-
blo más cercano a 20 leguas.
Hombres Calidades Estado Edades
El teniente don Francis-
co del Castillo español casado 58 años
El cabo Ermenegildo de
los Santos mulato casado 45 „
Domingo Ortega mulato casado 27 „
Hombres Calidades Estado Edades
Juan Sánchez mulato casado 50 años
Juan Quintana mulato casado 40 33
Damacio Flores mulato casado 28 33
Eusebio Pérez mulato casado 39 >3
Nicolás Ochoa mulato casado 56 J,
Tomás Canul indio casado 60 »
Simón Flores indio casado 82 35
Isidro llena indio casado 36 33
Juan de la Cruz indio casado 38 33
Rafael May indio casado 50 33
Ventura de la Cruz indio casado 35 33
Eugenio de la Cruz mulato casado 30 33
Ignacio Sánchez indio casado 75 33
Santiago Canul indio casado 20 33
Eugenio Alvarez indio casado 70 };
Gregorio Montejo indio casado 25 33
Manuel Reyes mulato viudo 37 33
Mujeres Calidades Estado Edad Hijos
Doña María del Ro­
sario Arrióla española casada 46 2
María Melés española casada 30 3
Petrona Gamboa española casada 21 0
Isabel Hernández mulata casada 40 3
Juana Josefa Mén­
dez india casada 35 7
María de la Cruz india casada 40 0
Basilia Ramírez laboria casada 25 2
Juana María Alvarez india casada 30 2
Hilaria Vical india casada 50 1
Manuela López india casada 70 1
María Ignacia Canul india casada 20 2
Juana Baeza china casada 38 9
Magdalena García india casada 40 5
María Ramírez de
la Cruz india casada 20 5
María Antonia Sán­
chez mulata casada 20 1
Mujeres Calidades Estado Edac Hijos
Felipa Alvarez india casada 30 2
Juana María May india casada 19 2
Juana Eurioci india casada 40 2
Micaela Méndez india casada 36 0
Tomasa Pérez india viuda 30 0
María Reyes india viuda 50 2
Juana Cornelio mulata viuda 60 0
“Y así como se figura y consta por el presente
estado es el tanto de las personas radicadas en
este vecindario numeró en todo noventa y tres
grandes y chicos hecho por mí don Francisco
del Castillo, Teniente de Gobernador de este di­
cho pueblo y certifico en la más bastante forma
que debo, puedo y el derecho me permite que
viven arreglados y domiciliados como católicos
cristianos y que tienen su ermita con el aseo po­
sible; si bien con la desdicha tan grande de ca­
recer del cultivo espiritual a causa de no tener
Padre Ministro Doctrinero por no alcanzar sus
cortas fuerzas para la congrua sustentación de
un señor sacerdote por hallarse recién poblados
y con los infortunios que padecieron en los años
pasados con la plaga de la langosta, no obstante
pagan el diezmo de Tabasco y la provincia al
cura de la Palizada quien dicho señor por este
corto usufructo y por ser el más inmediato que
no dista mas que cuatro o cinco leguas les hace
la caridad de darles misa cuando puede y admi­
nistrarles los santos sacramentos en particular en
las pascuas floridas viniendo con todo celo a dar­
les el cumplimiento de iglesia en el anual pre­
cepto y la santa extramaunción cuando la piden
concurriendo también a esta ermita los mayor­
domos vaqueros, familias de San Francisco y otras
de su inmediación a cumplir con la iglesia, bau­
tizar sus hijos y buscar otros remedios espirituales
y corporales y por lo que son deberes, debo decir
ser la tierra más abundante que tiene esta pro-
vincia y en su circuito toda de lomerías y libre
de inundaciones y avenidas. Va cierta y verda­
dera, fiel y legalmente dada a todo mi leal saber
y entender sin pasión ni encubierta alguna y para
que conste en donde convenga doy la presente
en San Juan de Jonuta, en primero de marzo de
mil setecientos ochenta y dos años. Francisco del
Castillo. (Rúbrica.)”
La anterior constancia, relacionada al ceaso
y otorgada por el teniente de gobernador, ten­
drá mucha influencia ante las autoridades de
Nueva España radicadas en la ciudad de Mé­
xico, pues destruye las acusaciones que con
anterioridad se habían hecho relacionadas a
cómo vivían en Jonuta.
Turnado al gobernador de Tabasco, éste con­
testó al fiscal de la Real Hacienda lo siguiente:
“El Gobernador de Tabasco hace presente a la
dignación de V.E. que en puntual obedecimiento
de su superior orden hizo cerrar el camino de
Jonuta; pero como esta providencia emanase
de las siniestras representaciones de don Francisco
Ximenez Guerrero, noticioso de ello el que in­
forma solicitó se le entregase el expediente para
exponer la verdad con la pureza que acostum­
bra. El señor fiscal no accedió a este pedimento,
por lo que mandó V.E. se cerrase el camino con
apercibimiento que de lo contrario se me exigiría
la multa de mil pesos obedecida puntualmente la
ordenanza no tendría que molestar a V.E. sobre
el asunto de mi empleo y los reclamos del vecin­
dario no me estrechasen a hacer presente.
Que con motivo de haberse cerrado aquel ca­
mino están careciendo muchos vecinos de la ad­
ministración de Sacramentos y sufriendo gravísi­
mos atrasos no solo en lo temporal, sino también
en lo espiritual.
Que en la primera ocasión que del Presidio
del Carmen se pida a Tabasco remonta de ca­
ballos, no podrá enviarse, por no haber otro ca­
mino por donde pudiera ir la remonta, que el
referido de Jonuta, lo que es en perjuicio con­
siderable del real servicio.
En esta inteligencia V.E. con su justificada
integridad resolverá lo que sea de su agrado. Mé­
xico y abril 22 de 1782, Nicolás Bulfe (rúbrica).”
El virrey turnó el anterior documento al señor
Posada y éste dictaminó lo siguiente:
‘‘El Fiscal de lo Civil dice: que para pedir
con mayor instrucción lo que corresponda sobre
la apertura del camino de Jonuta a la hacienda
de San Francisco perteneciente a don Francisco
Ximenez Guerrero podrá V.E. mandar se remita
este expediente al señor don Estevan Crespi, Ad­
ministrador de Alcabalas y demás rentas en la
Provincia de Tabasco, para que en su vista y
tomando las noticias conducentes informe con la
mayor brevedad: ¿qué vecindario es el de Jo­
nuta? ¿de qué gente se compone? ¿si será útil
al público la apertura del mencionado camino?
¿Si será perjudicial a la Real Hacienda? ¿Si
facilitaría los contrabandos? ¿Si el interés par­
ticular del dueño de la hacienda es el que ha
movido este expediente?
Que con este informe acompañe un plano del
río, y del camino que se pretende abrir por la
hacienda, exponiendo con toda brevedad lo de­
más que tenga por oportuno, con lo cual vuelva
el expediente a la vista del que responde. Mé­
xico y marzo 18 de 1784.”
El padrón que se envió del pueblo de Jonuta
en el año de 1784, que entonces tenía 25 casas,
contaba con estas familias
Nombres Calidad Estado Natural de
lo. Pedro Llánes español casado Campeche
Angela del Castillo 33 33 Usumacinta
Petrona Cetina 33 soltera 33

Francisco Cetina 33 adulto 33


Melchiades Cetina 33 adulto 33

Gertrudis Llánes 33 párbula Palizáda


Joaquina Llánes 33 párbula 33

2o. Hermenegildo de los


Santos pardo casado Jalapa
María Melés 33 33 Nacajuca
José Antonio de los
Santos 33 soltero Jalapa
María de los Santos >3 33 33
Lugarda de los Santos >3 33 Jonuta
Juana María de los S. 33 párbula Jonuta
Roberto de la Cruz tributario soltero Jonuta
Raymundo Hidalgo pardo casado Macuspana
3o. Simón Flores tributario viudo Macuspana
Domingo Flores 33 soltero Cacaos
4o. Juan Quintana pardo casado Champo ton
Juana Josefa Avenda-
ño >3 33 Tepe titán
Juan León Díaz 33 soltero 33
Teodora Díaz 33 33
Pedro Díaz
33

33 33
Manuel Quintana 33 33 Jonuta
María Lucía Quintana 33 adulta 33
Dionisia Quintana 33 párbula 33
María Alvirra Quin­
tana 33 33 33
José Lázaro Díaz 33 párbulo Palizada
Máxima Josefa Díaz 33 33 »
5o. Nicolás Ochoa pardo casado Jalapa
Juana María Alvarez 33 33 Usumacinta
Nombres Calidad Estado Natural de
Juan Zapata pardo soltero Usumacinta
Manuel Zapata 33 33

Luis Ochoa párbulo Palizada


José Eduardo Ochoa M 33 33

6o. María Alvarez tributaria viuda Teapa


María Montejo 33 soltera 33
Juan Montejo » » 33
Olaya Montejo » adulta 33

7o. Gregorio Montejo tributario casado Jonuta


Micaela Méndez 33 33 33
Juliana Montejo 33 párbula 33

8o. Eugenio de la Cruz pardo casado Cacaos


Antonia Sánchez tributaria 33 Tepe titán
Eusebio de la Cruz 53 párbulo Jonuta
Juana Cornelia parda viuda Teapa
Dionicia de la Cruz 33 soltera Macuspana
9o. Tomás Canul laborío casado Calkini
Hilaria Vicab 33 33 Seibaplaya
Josefa Canul 33 soltera Laguna
10o. Isidro Llera Váldez laborío casado Vayadolid
Ignacia Canul 33 33 Champotón
María Damacia Llera 33 párbula Jonuta
José Polinario Llera 33 33 33
Paula Llera 33 33 33
Victoria Llera 33 33 33

lio. Juana de la Cruz tributaria casada Jonuta


Juana Baeza parda 33 Tepetitán
George de la Cruz 33 soltero Jonuta
María Asencia de la 33 33
Cruz 33 33 33
Pedro de la Cruz 33 >3 33
Claudia de la Cruz 33 párbula 33
Dorotea de la Cruz >3 33 33
Mateo de la Cruz 33 33 33
Ménica de la Cruz 33 33 33
Nombres Calidad Estado Natural de
José de la Cruz pardo párbulo Joiiuta
George Pérez laborío soltero Macuspana
12o. Paula Pérez parda viuda Villahermosa
Francisco Góngora párbulo Laguna
José Tomás Góngora Mérida
»

SS SS

13o. Eusebio Pérez pardo casado Jalapa


Basilia Ramírez laboria SS Palenque
Marcela Pérez parda párbula
José Nicolás Pérez Palizada
SS

5J
Manuel Pérez Jonuta
SS

Ma. Dominga Pérez Palizada


» ss

S) Si

14o. Manuel López pardo casado Usumacinta


Alexandra Mosqueda 5)
Narcisa López soltera
SS SS

SS

Mauricia López
»

Juan Asencio López


» Si SS

José Darío López párbulo


SS ss

Paula López Palizada


SS ss

Si

Ma. Gertrudis López


39

Si Si SS

15o. Sebastián López pardo casado Usumacinta


María Zavala
Felipe de Jesús López adulto
Si SS SS

Juana Josefa López


ss SS

José Laureano López soltero


Si Si ss

José Eduardo López párbulo


Si }>

Dionisio López
Si Si

3i SS Si

16o. Santiago Canul laborío casado Campeche


Juana May tributaria Astata
José Canul párbulo Jonuta
SS

Ma. Facunda Canul


ÍS

Juan Manuel Canul


a SS Si

i> Si Si

17o. Juan Sánchez pardo casado Astapa


Isabel Hernández tributaria Tepe titán
Leonardo Sánchez soltero
39

Feliciano Sánchez
ii »

SS SS SS

45
jonuta-4
Nombres Calidad Estado Natural de
José Sánchez tributario soltero Tepe titán
Juana Raimunda Pech 99 párbula 33

18o. Tomasa Pérez tributaria viuda Astapa


19o. Guiterio López pardo soltero Usumacinta
Manuel López 33
Petrona López
33 33

99 33 33

20o. Manuel Ricalde pardo casado Cacaos


Catarina Toribia tributaria 33 San Fernando
María Ricalde » adulta
María Catarina Ricalde
33

33 33
Narciso de la Cruz
33

Ricalde 33 párbulo 33
Juana de la Cruz Ri­
calde 33 33 33

21o. Bernardo Morales pardo casado Jalapa


María Méndez 33 33 Cundoacán
22o. Damacio Flores pardo casado Cacaos
María de la Cruz 33 33 9)

23o. Eugenio Alvarez pardo casado Tacotalpa


Juana Euroria tributaria 33 Jonuta
Anastasio Alvarez 33 soltero 99

24o. Julián Ximénez parda casado Palenque


Rosa Quivitz 33 33 Cacaos
José Sixto Ximénez 33 adulto Palizada
José Antonio Ximénez 33 párbula Palenque
Florentino Ximénez 33 33 99
María Ximénez 33 33 Palizada
25o. Rafael May tributario casado Astapa
Magdalena García 33 33 99
Pascual May 33 soltero 99
María May 33 adulta 99
María May 33 párbula Jonuta
Juan Diego May 33 )) 99
José Martín May 33 33 99
RESUMEN
Consta esta matrícula de 131 individuos en la
fecha siguiente:
Casados Solteros Adultos Párbulos Viudos
Españoles 2 1 2 2 0
Pardos 22 18 10 23 2
Indios laboríos 6 2 0 4 0
Indios tributarios 11 8 4 11 3
NOTA. “Que sin embargo de ser este pueblo anexo al
curato de Tepetitán según se colige del principio de esta
Matrícula, no le administra a sus feligreses pasto espiritual,
por hallarse muy distante; con cuyo motivo, lo ejecuta el
párroco de la Palizada (Jurisdicción del Carmen) por su in­
mediación, que dista como 14 leguas.—Estevan Crespi (rú­
brica).”
“El Administrador de Rentas Reales de la Pro­
vincia de Tabasco: En vista de este expediente
sobre que se le fnanda informe, ha practicado
las más eficaces diligencias para congregar las
noticias con la identidad posible, y de ellas ha
sacado en substancia: Que el vecindario de ]o~
ñuta y su número, es el mismo que explica la
adjunta matrícula conseguida por segunda mano.
Que es indiferente que haya o no, camino abier­
to desde el citado Jonuta a la hacienda San
Francisco, pues el poco tiempo que en el verano
podrá traficarse, solo lo ejecutará algún tal cual
que acaso quiera andar por tierras ese tránsito
para internarse en esta Provincia o el Palenque.
Y por la experiencia que el exponente tiene, y
por lo que le ministra cuanto en el particular
ha indagado: Saca que es muy poco el uso que
el público hace de dicho camino.
Que bajo de este concepto, y el que es más
fácil, menos costoso y comunmente usado el trá­
fico de estos parajes por muchos arroyos, ríos y
lagunas que recíprocamente se comunican. Por
estas razones es muy regular que cualesquiera
contrabandista logrando estas oportunidades y el
auxilio de las canoas, haga por ellas las clandes­
tinas introducciones hacia esta Provincia como a
la de Ciudad Real de Guatemala, sin necesidad
del indicado camino.
Lo expuesto se manifiesta del plan que se acom­
paña formado con arreglo a las relaciones de los
más prácticos y a la experiencia del exponente
quien absolutamente ha podido penetrar si la
resistencia a la apertura de dicho camino por don
Francisco Ximenez, sea por el interés particular
suyo, o por otro incógnito objeto.
Ultimamente, aunque el Administrador se de­
dicó a evacuar este informe con la prontitud que
se recomienda, no ha podido verificarlo hasta la
fecha, por que la variedad con que se opinaban
los puntos, le obligó a la más prolija expecta­
ción por si cuando sus achaques se lo permitían,
y por diversas personas fidedignas y desinteresa­
das. Villahermosa, Tabasco a 16 de julio de 1784.
—Estevan Crespi (rúbrica).”
Además de los vecinos que habitaban en el
pueblo de Jonuta, había otros tributarios según
consta en el siguiente documento.
Don José Mariano Villaseca, escribano de S.
M. y teniente de Cámara del oficio más antiguo
de la Real Audiencia de esta Nueva España,
certificó:
“que habiendo visto y reconocido la última
cuenta matrícula de tributarios de la Provincia
de Tabasco, que con consulta de 8 de julio de
782 remitió a este Real Acuerdo don Francisco
González Villamil, Teniente Gobernador de aque-
lia jurisdicción, consta: que en el pueblo y ca­
becera de Jonuta, de la Real Corona se empa­
dronaron 41 indios tributarios, de los cuales solo
uno pidió reserva por mayor de edad.10 Y para
que conste, cumpliendo con lo mandado en de­
creto de 7 del corriente proveído a billete del
Excmo. señor virrey de este reyno pongo esta
certificación en la ciudad de México a 11 de
octubre de 1784. (rúbrica).”
“Excelentísimo señor: El Gobernador interino de
la provincia de Tabasco, en vista de la de V.E.
de la de octubre del año pasado de 1787, pasa a
informar a V.E. según instituyen las particulares de
su citada, no habiendo verificado lo antes, y ad­
vertirse la demora hasta la fecha con concepto a
estarse registrando en el archivo de esta referida
provincia los autos que indica V.E. formó don Pe­
dro Dufau Maldonado a efecto que se despoblara
el lugar de Jonuta por ser perjudicial a X)ios y al
Rey aquella vecindad, y que ésto no se verificó
por haber seguido en su instancia el señor don
Sebastian Maldonado, y que V.E. se figura que
para esta cesión haya dicho señor formado otros
semejantes.
Habiéndose inspeccionado como insinuó el ar­
chivo en solicitud de estas diligencias, le informó
el escribano (a cuyo cargo está éste) no encon­
trarse autos de la materia practicada, ni por uno,
ni por otro juez, a excepción de uno en forma
de despacho que el citado don Pedro Dufau pro­
veyó con fecha 3 de julio de 1770, el cual incluye
gobernador original para la instrucción de V.E.,
no hallándose documento que califique, ni por
donde se pueda venir en conocimiento de este
hecho. Y procurando el gobernador dar a V.E.
un claro lúmen, a efecto de acertada resolución
10 En la legislación de Indias, a los mayores de 60 años,
si pedían reserva, no se les obligaba a tributar. Desde luego,
esta disposición casi nunca fue respetada en Nueva España.
que pretende, libró mandamiento al Teniente de
aquel pueblo que le formase un plan que iden­
tifique el número de personas residentes en su
vecindad, el que así mismo incluye que V.E. pueda
conceptuar su estado. Y por lo que respeta a las
noticias oportunas que dice V.E. se le pasen de
la situación de aquel paraje, dirá el gobernador
lo que le parece sobre el particular según los in­
formes que le han hecho en vista de su inda­
gación.
Es un paraje el pueblo de Jonuta, que dista del
de Tepetitán, cabecera del curato ocho leguas, y
según noticias, en tiempos pasados fue bastante

,u
cuantioso, y que de resultas de la epidemia que
se padeció de langosta en esta provincia casi se
despobló como los demás de ella, congregán­
dose sus habitantes en el ya dicho de Tepetitán,
en el que pasados algunos años, cesada que fue
la epidemia, pretendieron regresar a su antigua
población, y aunque hubo varias oposiciones por
parte del cura de aquel partido, se verificó la
translación atendiendo a que de compelerlos a
la habitación de Tepetitán no reconocían domi­
cilio, y andaban dispersos por los montes de tal
suerte que con presencia de la negativa de res­
titución, ni reconocían a Jonuta, ni a Tepetitán.
Esto hace por lo que respecta a los naturales,
que los pocos pardos o muchos, siempre han con­
tinuado en aquella residencia. De estas resultas,
logrado que fue por los naturales su restitución
han habitado en aquel recinto con sujeción al
Teniente que se les puso, y han frecuentado habi­
tación satisfaciendo sus tributos y demás cargas
que les son onerosas hasta el día que así lo ve­
rifican.
Estas son las luces que el gobernador ha podido
adquirir hasta la presente, y apurando el informe
sobre la necesidad de la apertura de caminar la1
11 Esto sucedió en el año de 1767.
tierra manifiesto con individualidad lo siguiente
en la situación de aquel paraje.
Dista éste de la isla del Carmen, Laguna de
Término, y de la Palizada, jurisdicción de la di­
cha Laguna diez Parajes que regularmente reco­
nocen los bongos y canoas que se dirigen del
puerto de Campeche y referida Laguna a esta
provincia. De la situación de Jonuta al Río de
la Boca de la Palizada, que es donde se dividen
las jurisdicciones, hay solo dos leguas, y debiendo
ser este paraje el paradero preciso de toda em­
barcación de suerte que nadie puede navegar
dirigidos de aquellos puertos a esta provincia,
sin que con precisión pase por él; es consecuente
se ponga un vigía, que celando las introduccio­
nes, se evite todo fraude contra e.l Real haber.
Bajo estas consideraciones supuesto el que se
pretenda despoblar a Jonuta y cerrar aquel ca­
mino, les quedan francamente a cualquier de­
fraudador que quiera introducir en esta provincia
contrabandos, el poder girar a la hacienda nom­
brada San Francisco que posee don Francisco
Ximenez Guerrero a la de San Jerónimo que así
mismo posee don Eusebio de Torrez. y a otras
de aquel recinto, en donde pueden descargar y
con suma comodidad, sin ser vistos, introducir en
la provincia poco a poco lo que quieran, y puesto
que sea un vigía de ella en el parage llamado de
Boca del Río de la Palizada, como necesario el
reconocimiento en él, se evita cualesquier fraude
que pueda sobrevenir, y considerando la poblan-
za de Jonuta inmediata para patrocinar a aquel
vigía por la corta distancia; es consecuente según
le parece al gobernador que de ningún modo se
verifique su despueble, antes se cooperó a su
mayor aumento, en la inteligencia que en caso
de quitarse y asolarse ese parage quedan dueños
absolutos los amos de aquellas haciendas a co­
meter Jos fraudes (por lo que hace a esta juris­
dicción) que se les antoje, y a más tener otra
senda o camino para comerciar por el Palenque
con la jurisdicción de Ciudad Real.
Por todo lo que juzga por conveniente el go­
bernador que lo primero, providencie V.E. el que
se ponga el vigía en la Boca que llamo de la
Palizada para resguardo de esta jurisdicción se­
gún la exposición que tiene hecha, porque aun­
que en el pueblo así nombrado la Palizada hay
guardia puesta por el gobernador de la Laguna,
en esta jurisdicción por todo aquel parage, no se
encuentra alguna. Que Jonuta como circunveci­
na, se patrocine a sus habitantes para su mayor
aumento, entendiéndose esta providencia no solo
con los naturales, si no así mismo con los pardos,
y demás castas de gentes, que en ella reciden.
Que el camino por tierra que hay de Jonuta
a Tepetitán, y de aquel a Macuspana se ponga
franco así porque se requiere para la adminis­
tración de los Santos Sacramentos a aquellos mo­
radores, y por si se ofreciese algún auxilio de
aquel parage de tropa, como porque aunque se
evite por tierra, siempre lo tienen amplio por el
río, por cuya inteligencia la pretención que ins­
truye de cerrarse, es dar lugar de franquear el
paso solo a aquellos hacendados, y que usen de
las libertades que les permiten el ser dueños ab­
solutos.
Y por último ésto es lo que el gobernador puede
informar a V.E. en orden a lo que se le intima,
en el concepto que esta situación es la cierta.
Dios etcétera, Tacotalpa, Tabasco, mayo lo. de
1782. Francisco González Billamil (rúbrica).”
“Exmo. señor. El Fiscal dé Real Hacienda con
presencia de los antecedentes a que se refiere este
informe del gobernador interino de Tabasco, se­
ñalados con la marca X 340, pidió en respuesta
de 19 del que finaliza, se remitieran al adminis­
trador de alcabalas de la misma ciudad para que
hiciera el sitio sobre los particulares que com­
prenden.
Por ésto podrá mandar V.E. se reserve este
en su Secretaría de Cámara y Virreynato, y que
venida aquella contestación, se agregue y vuelva
todo para pedir lo que considere de justicia. Mé­
xico 31 de marzo de 1784.”
La contestación del Fiscal de lo Civil fue: “que
para mayór instrucción de este expediente man­
dará V.E. que se pase oficio al Real Acuerdo
para que remita a V.E. certificación dé la última
cuenta matrícula de Tabasco por lo tocante a los
tributarios del pueblo de Jonuta, y que con ella
vuelva el expediente a su vista. México 13 de
septiembre de 1784. Posada (rúbrica)”.
El testimonio del escribano de S.M. y teniente
de cámara de oficio de la Real Audiencia don
José Mariano Villaseca fue:
“qué habiendo visto y reconocido la última
cuenta matrícula de tributarios de la provincia
de Tabasco, que con consulta de 8 de julio de
1782, remitió a este Real Acuerdo don Francisco
González Villamil, teniente gobernador de- aque­
lla jurisdicción, consta: que en el pueblo y ca­
becera de Jonuta de la Real Corona se empa­
dronaron 41 indios tributarios, de los cuales solo
uno pidió reserva por mayor de edad. Y para que
conste, cumpliendo con lo mandado en decreto
de 7 del corriente proveído a billete del excelen­
tísimo señor virrey de este reyno pongo esta cer­
tificación en la ciudad de México a 11 de octubre
de 1784”.
“El Fiscal de lo Civil dice que: uno de los
principales puntos de que se trata en este expe­
diente es la situación de vigía en el paraje nom­
brado de Palizada, para estorbar fraudes que se
cometen en la Real Hacienda con introducciones
de contrabandos, sobre cuyo asunto mandaría
V.A. se libre despacho al gobernador de Tabasco,
para que haga reconocer el mencionado paraje,
y tomando competente instrucción de si allí con­
viene, o en otra parte situar ia vigía, tome las
providencias oportunas para ello, procurando que
sea con el menor gravamen de los vecinos de
Jonuta, con cuyas resultas de cuenta a este go­
bierno.
No es conveniente que Jonuta se destruya: a
más de no constar positivamente que sean faci­
nerosos sus habitantes (y en) caso que lo fuesen
deberían contenerse en su deber; pero no destruir­
se un pueblo antiguo y ahora restaurado.
Para evitar daños y fomentar aquel pueblo
mandará V.A., al expresado gobernador disponga
que los indios elijan a uno de ellos por alcalde,
todos los años, y al mismo tiempo que nombre
a uno de los vecinos españoles o de razón de di­
cho pueblo que le pareciere de mejor conducta
(como) cabe, a prevención de que cuide del buen
proceder de los demás, y que esté a la mira de
si entran algunos forasteros con efectos de con­
trabando, y que dé pronto aviso a dicho gober­
nador de lo que notara.
Por último el camino abierto de Jonuta para
la hacienda de San Francisco, según informa el
administrador de alcabalas de aquella provincia,
es indiferente que lo haya. Algunos podrán tran­
sitarle en el verano; pero las introducciones de
los contrabandos se hacían antes en canoas y no
por el camino de tierra, én cuyo supuesto parage
que no debe cerrarse cuando puede ser útil al
público y a los pobres en el verano o tiempo de
la seca, y así podría declararlo V.A. previniendo,
se ponga orden al nuevo gobernador, en que
expresa V.A. cristiano celo dé o proponga opor­
tunas providencias para que los vecinos de Jonuta
no carezcan de pasto espiritual. México 17 de
febrero de 1785.”
El nuevo gobernador de la provincia de Ta-
basco, don Francisco Amusquibar,12 informa al
virrey desde Tacotalpa el 17 de mayo de ese
año, que S.M. le envió una real orden para que
fomente el pueblo de Jonuta y haga retornar a
los vecinos que se habían ido a establecer a Te-
petitán y que convoque a los habitantes para
que los naturales nombren un alcalde y los es­
pañoles designen un cabo.
Por el interés que tiene este documento rela­
tivo a la entrega de tierras lo transcribo:
“Este acto —nombramiento de autoridades de
elección ya referido ha de ser precidido por un
año y con la mayor circunspección, y ya practi­
cado, pasará V.M. a asignarles las tierras realen­
gas13 útiles para sus labranzas, sin arreglarse a las
” Amusquibar, vizcaíno, llegó a Veracruz en el bergantín
“Señor San Joseph” procedente de Málaga el 26 de septiem­
bre de 1784, con los grados que el Rey le había conferido
de capitán del regimiento de Lisboa y gobernador de la pro­
vincia de Tabasco. Don Manuel Mestre G., en la Cronología
que copió de El Sol, diario editado en la ciudad de México,
de 24 de junio de 1825, cuyo escritor que dice haber cono­
cido a estos gobernantes, transcribe: “En el año .de 1785,
sucedió en el mando el Gobernador Amusquibar y por lo mis­
mo que fue sujeto íntegro, desinteresado y amante de los
pobres, y un gran protector en beneficio de la Provincia, fue
calumniado y perseguido de los malos, y aun de lós mismos
a quienes hizo tantos favores. Dio su dinero sin ningún pre­
mio, ni interés, sólo por socorrer a los que ocurrían a él.
No dejó de tener sus incomodidades, y aunque hasta lo úl­
timo se supo sostener, al fin murió naturalmente a los seis
años siete meses de su gobierno”.
18 Terrenos pertenecientes al Estado o al Patrimonio real.
Adjetivo utilizado desde el siglo xvi. Fue aplicado a los pue-
seiscientas varas por cada viento14 es señalarles
por donde las haya útiles que sean dos o tres le­
guas cuyo reparto hará el alcalde, y V.M. desti­
nará lo suficiente para las milpas de comunidad
que deben verificar precisamente, y V.M. ins­
truirlos en esta obligación, remitiéndome lista o
patrón de todos los vecinos que lleguen al corre­
gimiento para ese establecimiento.
Por lo respectivo al pasto espiritual está habi­
litado en el día por el ilustrísimo obispo de Yu­
catán, don José Justo Cristal como cura de Jonuta,
y en esta atención le pasará V.M. un oficio a
nombre mío en que le haga saber la superior
orden de S.A., a fin de que reconociendo esa grey
por de su cargo con las circunstancias y condi­
ciones ya dichas V.M. pueda decir a la justicia
las noticias y razones que tenga por conveniente
como a mi instruirme y representarme lo que con­
dujese al mejor culto de Dios y bien espiritual
de esos vecinos V.M. se informará de aquellos
naturales de si tenían en su iglesia ornamentos
u otras pertenencias al templo, y el destino o
paradero que hoy tienen; y siempre que haya
alguna cosa en esa iglesia de Macuspana,15 pa­
sará V.M. oficio a su sacerdote para que cons­
tándole esta disposición de S.A. restituya a aque­
lla iglesia de Jonuta, lo que sea de ella, por mano
del citado don José Justo Cristial.
blos cuyas tierras no pertenecían ni a señorío, ni a órdenes
civiles o religiosas.
u Durante la época virreinal en los mapas (pinturas de
vista de ojos) determinadas medidas se ubicaban de acuerdo
a la Rosa de los Vientos “círculo que tiene marcado alrede­
dor los treinta y los rumbos en que se divide la vuelta del
horizonte”.
15 En la Relación de la Villa de Santa María de la Vic­
toria —1581— aparece Macuspana —Macoapana— con 27
tributarios. Sus encomenderos lo eran Juan de Rebolledo y
Ana de Salas. En 1779 tenía 973 habitantes.
Practicado ésto así con toda la madurez, pru­
dencia y precaución que a V.M. será fácil lla­
mará a don José de León que parece natural de
Maracaybo y le entregará V.M. a nombre mío
el bastón de cabo de justicia con sugeción inme­
diata a la jurisdicción de V.M. cuyo título y el
del alcalde y regidor de indios yo lo formaré en
dándome aviso con los nombres de los electores
y remitiré a V.M.
Pero como los perjuicios que ese pueblo de
Jonuta ha sufrido, fueron producidos por la in­
cursión de contrabandos citados que ese cabo de
justicia y todos los del pueblo se abstengan de él,
y de encubrirlos, en la inteligencia que si Je jus­
tificaron la menos cosa en un asunto tan reco­
mendado por las leyes procederé inmediatamente
contra el citado cabo, o gratificando con cien
pesos al que a V.M. a mi, denuncie contraventor
alguno, como se sigá la aprehención; lo que hará
V.M. publicar en el citado Jonuta luego que le
hayan nombrado los expresados alcaldes y regidor,
a quienes también, como a su cabo, remitirá un
ejemplar del bando de buen gobierno que rige
en Macuspana.
Antes de pasar a maniobrar alguna, con mu­
cho arte y maña, auxiliado del cabo de justicia
futuro, y otras personas que a V.M. acompañen,
facilitará que se le presente un mulato llamado
Hermerejildo, y un tuerto que fue cabo de jus­
ticia de cuyo nombre instruirá Maracaybo, y lue­
go que los tenga en disposición de poderlos ase­
gurar sin extrepido, ni contingencia V.M. los
mandará atar y bien asegurados me los remitirá
a esta capital con cuatro de los ocho soldados y
un sargento que le acompañará a V.M.
Inmediatamente que se haya concluido el nom­
bramiento de justicia y dado a conocer a voz de
pregonero hará V.M. también publicar que el
camino que hay en la hacienda de San Francisco
que se había cerrado, podrán transitar todos, pu-
blicándose esto mismo en Macuspana, luego que
reciba esta para que sirva de más estímulo a los
antiguos habitantes de Jonuta, y allí se restituyan.
Hecho todo pasará V.M. a la hacienda de San
Francisco, y a su dueño y mayoral, notificará V.M.
el auto que le acompaño dejándolo fijado en las
puertas de la casa que tenga, quedándose con copia
del mismo auto, para poner la diligencia a conti­
nuación de quedar ya practicado.
De todo lo expresado en este oficio, que servirá
de cabeza, levantará V.M. judiciales diligencias
que acrediten la puntual práctica, dándome parte
con ellas de quedar todo ejecutado y el camino
indicado abierto.
Lo expuesto se manifiesta del plan que se
acompaña formado con arreglo a las relaciones
de los más prácticos, y a la experiencia del expo­
nente, quien absolutamente ha podido penetrar
si la resistencia a la apertura de dicho camino
por don Francisco Ximenez, sea por el interés
particular suyo, o por otro incógnito objeto.
Ultimamente aunque el administrador se de­
dicó a evacuar este informe con la prontitud que
se recomienda, no ha podido verificarlo hasta la
fecha, porque la variedad con que se opinaban
los puntos, le obligó a la más prolija especulación
por si cuando sus achaques se lo permitían y por
diversas personas fidedignas y desinteresadas.
Villahermosa de Tabasco a 16 de julio de
1784.—Exmo. señor Estevan Grespi (rúbrica).”
Esta orden fue cumplida según la informa­
ción siguiente.
ETl Macuspana el 21 de mayo de 1785 el
teniente de gobernador don Juan Mariano Díaz
del Castillo, que también fungía como coman­
dante militar de esa población, juiró públicamen­
te obedecer las disposiciones que le había man­
dado el gobernador de Tabasco don Francisco
de Amusquibar. Firmaron como testigos los ve­
cinos Diego de Andrade y Francisco Mediano.
En la misma población, el 23 del mismo mes
y año, se reunieron con el teniente Díaz del Cas­
tillo los testigos nombrados y dieron publicidad
a los ordenamientos reales del fomento del pue­
blo a Jonuta y comunicación del camino. Al
mismo tiempo se le informó que el 27 irían
al pueblo de Tepetitán a continuar las diligen­
cias y del cual dicen en el acta:
“Habiendo celebrado en pública palestra la
promulgación antecedente, Con presencia de mis
testigos y de muchos vecinos que concurrieron a
ella, debía determinar y determinó pasar de este
dicho pueblo al de Tepetitán el día treinta pró­
ximo, para verificar en él, la promulgación que
tengo celebrada en éste, en virtud de la orden
con que me hallo; y siendo conclusa pasase al
destino que igualmente previene, citando para
custodia en dicho pueblo últimamente referido,
ocho soldados y un sargento que me acompa­
ñen.”
En Tepetitán el pregonero lo fue el indio
Manuel Palma. De allí pasaron a la hacienda
de San Francisco “acompañado —dice Casti­
llo— de los testigos de mi asistencia, y de la
custodia de soldados” donde hicieron saber que
ese camino de Jonuta a Tepetitán debía tener
el paso para todos los vecinos de la región.
De allí fueron a Jonuta y dice Díaz del Cas­
tillo : “habiendo llegado el mismo día de mi
salida (no obstante) constar ocho leguas de
tránsito, y debiendo proceder por principio
de las diligencias que en este se practicaren a
la aprehensión del mulato Hermenejildo de los
Santos, y del sujeto que me iniciare el justicia
futuro, bajo las precauciones y cautelas pre­
venidas. .. se apresaron por medio de los solda­
dos ya mencionados” y se remitieron a la Villa
de Tacotalpa para que fuesen entregados al go­
bernador Amusquibar.
Díaz del Castillo se quedó en Jonuta varios
días para convocar a los naturales.
Por la importancia que tiene transcribo el
siguiente documento:
“Yo el Juez, acompañado de los testigos de mi
asistencia y de los naturales, salí de la casa de
mi alojamiento con destino de ratificar la asig­
nación de tierras preciosas y necesarias para las
milpas de comunidad y poniéndolo en ejecución,
caminé embarcado por el río de la frontera lla­
mado de Usumacinta,16 reconociendo la tierra que
“ El río es originado por el Salinas o Chixoy y el río de
la Pasión. El Salinas y el Usumacinta forman línea limítrofe
entre México y Guatemala. Ambos se originan en territorio
guatemalteco. El recorrido es de 800 Km.’, de los cuales son
navegables en todo tiempo unos 300, aun por barcos de alto
calado, hasta un punto que se llama Boca de Cerro, en donde
el cauce se hace más estrecho y solamente deja pasar em­
barcaciones menores. A un lado y otro de este río se desarro­
lló la cultura maya, de la que han quedado muchos vestigios
arqueológicos. Su desembocadura es en el Golfo de México
la cual ' se parte en tres brazos o ramales fluviales, el de
Palizada, al este, que va a desaguar a la laguna de Términos;
el central, llamado S. Pedro y S. Pablo, que cae al Golfo
y el del oeste, que conserva su nombre y va a dar al Grijalva
en el punto llamado Tres Bocas, a 16 Kms. antes de entrar
al mar.
hay del pueblo para arriba, hacia el Oriente, del
que a poca distancia encontré la boca de otro
río llamado de Amatitán17 por el cual seguí siem­
pre por la banda derecha, explorando la tierra
de su ribera; y habiendo llegado a distancia de
media legua y a la vista de un árbol de Jovo,
dijeron los expresados naturales confirmaron en
él la tierra buena, y de utilidad, y que la hasta
el río de la Palizada, que es la valla de esta ju­
risdicción, eran buenas y cenagosas, por lo cual
verifiqué mi desembarco en el lugar preferido,
en donde asigné por linderos de esta parte, el
mismo río, y dicho árbol de Jovo, imponiéndole
a éste una cruz en un y considerando yo
que en la longitud y latitud del terreno pudiere
haber en lo sucedido duda o terjiversión, por lo
corruptible del árbol y sin ninguna subsistencia
en su estabilidad precaver disturbios,
pasándole cordel a la longitud y latitud de la tie­
rra, y poniéndolo en ejecución, se comenzó a
medir el ancho, desde el referido árbol de Toro,
línea recta por ver el centro y pararon al pie de
otro de copa y principio de un popal,1* en donde
contaron los dos sujetos que para este ejercicio
destiné, veintidós cuerdas de a cincuenta varas
cada una, toda de utilidad, y pasando a media
la longitud, comenzaron en la medianía de la
valla cabecera, y en el camino que se conserva
por mitad de la tierra y siguieron por él hacia
el pueblo, en cuya puerta de Gorpe contaron cua­
renta cordeles de cincuenta varas, sin incluir die­
ciocho de las mismas, que desde ella se midieron
a la iglesia, así por ser útilísima y a propósito
para la extensión y fomento de dicho pueblo,
como por hallarse éste reducido en su situación,
y a los naturales los impuse e intruí de la precisa
obligación que tienen de hacer milpas de comu-
Río principal al Oriente.
Laguna cubierta de plantas acuáticas.
61
jonuta-5
nidaci en cada un año, para cuyo efecto y por
orden del señor gobernador, les asignaron, y asig­
né, las tierra referida, por la parte de arriba de
la misma banda de este dicho pueblo. Y luego
inmediatamente debiendo verificarlas
para sus labranzas, caminé con ellos y los testigos
de mi asistencia, embarcado por el río referido de
Usumacinta, para abajo, hasta la distancia de dos
leguas y un cuarto de orilla, en donde permanece
un arroyo de poca caja, nombrado de la isla, que
sigue para adentro, y desemboca a unas lagunas
y popales, que por la parte de atrás, contraria al
río, ciñen la tierra dejando útil la vera de éste,
con once cordeles de cincuenta varas cada uno
de latitud, poco más o menos, todo lo cual emar-
qué a dichos naturales, bajo de las vallas que
llevo demarcadas, con información al alcalde re­
cientemente nombrado, de ser a su cargo y que­
dan a su cuidado el reparto de dicha tierra para
las labranzas de los de su ingreso, a fin de que
no carezcan en ningún tiempo y de los auxilios
necesarios, cuya diligencia firmé con los testigos
citados.”
Los naturales establecidos en Jonuta a quie­
nes se les entregaron tierras fueron: Juan de
la Cruz, Tomás Canul, Rafael Mayo, Gregorio
Montejo, Juan Ilario, Quinterio López, Eu­
genio Alvarez, Julián Ximénez, Leonardo Sán­
chez, Feliciano Sánchez, Juan Montejo, Jorge
Pérez, Santiago Canul e Isidro Ileana.
No obstante que la mayor parte de estos po­
bladores se encuentran apellidos de descen­
dencia española, hay que recordar que las
familias indias al bautizar a sus hijos les asig­
naban ese tipo de apellidos: Montejo, Sánchez,
López, Alvarez, etcétera. En cambio en los de
la región encontramos, Canul, May —trans­
formado en Mayo— que demuestran origen de
la raza maya.
Las siguientes diligencias de Díaz del Cas­
tillo fueron el nombramiento tomado por vo­
tación de los habitantes de Jonuta a favor de don
José de León “entregándole el bastón de man­
do a nombre del señor gobernador.. , y la
averiguación si existían ornamentos para los
oficios de la iglesia.
Los documentos de estas diligencias son los
siguientes:
“En el pueblo de Jonuta; en seis días del mes
de junio, de mil setecientos ochenta y cinco años.
Yo don Juan Mariano Díaz del Castillo, Teniente
de Gobernador, y comandante de las armas del
partido de Macuspana y sus anexos, teniendo
evacuado con la debida formalidad, y requisitos
necesarios, cuanto Consta de los precedentes di­
ligencias, conforme a lo dispuesto por el señor
Gobernador en su citada carta orden para el tino
de este juicio que en virtud de ella sigo practi­
cando en ese dicho pueblo, líbrece un oficio al
bachiller don José Justo Cristal, a nombre del
expresado señor, haciéndole constar lo resuelto
por su Alteza para que instruido, pueda pedir al
cabo de justicia de este pueblo, las noticias y ra­
zones que tenga por conveniente, como a su mer­
ced el ya citado, instruirle y representarle lo que
conduzca al culto de Dios y bien espiritual de
estos vecinos, y hecha esta diligencia, se exami­
nará a los naturales de si tenían en esta iglesia,
ornamentos y otras pertenencias, y el paradero
que hoy tienen; y siempre que halla a alguna
cosa en la iglesia de Macuspana se le pasará
oficio al párroco de ella, para que lo restituya a
este templo, por mano del citado bachiller Don
José Justo Cristal. Lo que concluso, se procederá
inmediatamente, a celebrar el acto de protección
de justicia de este pueblo en don José de León,
entregándole a nombre del señor gobernador, el
bastón, conforme su merced previene en su citada
carta orden haciéndole también saber inmediata­
mente lo que manda acerca de la abstención de
los contrabandos, lo mismo que se haría notorio
a todos estos vecinos, a voz de pregón, para su
inteligencia, y por si alguno tuviese noticia de
contrabandos lo denuncie al susodicho señor, o
a mi, con concepto de que será gratificado. Apre­
hendido el inquilino, con cien pesos. Y por lo
que respecta a la remesa del ejemplar del bando
de buen gobierno que rige en Macuspana, se le
entregará antes de mi regreso a dicho cabo, y
justicias de este dicho pueblo, para que observen
y cumplan, hagan guardar y ejecuten gastos por
sus clausulas previene, aplicando para ello sus
oficios- y la mas viva exactitud. Y por este auto
así lo proveí, mande, y firme, yo el nominado
juez, actuando en reSeptoria con testigos de asis­
tencia, por falta de escribano.—Juan Mariano
Díaz (rúbrica). E. del Castillo (rúbrica). Diego
de Andrade (rúrica).—Francisco Mediano (rú­
brica) .
Inmediatamente libré la carta de oficio relativa
en el auto anterior al bachiller don José Justo
Cristal, residente en la Palizada que certifico.—
Castillo (rúbrica). Testigos de asistencia: Diego
de Andrade (rúbrica).—Francisco Mediano (rú­
brica) .
En el mismo día de la fecha convoqué a los
naturales de este pueblo para instruirme de si
tienen algunos ornamentos o pertenencias de su
iglesia, extraídos de ella y habiendo resultado del
auto, hállance en la de Tepetitán, jurisdicción de
Macuspana varias alhajas anexas a ésta. Libré
inmediatamente un oficio al párraco de aquella
para que las restituya por mano del bachiller don
José Justo Cristal y lo firmé con los testigos de
mi asistencia que certifico.—Castillo (rúbrica).—
Diego de Andrade (rúbrica).—Francisco Media­
no (rúbrica).
En el instante, siendo presente don José de
León, natural de Maracaibo, le entregué por ante
los testigos de mi asistencia el Bastón de justicia
de este pueblo de Jonuta, y su vecindad, con su
sucesión inmediata a mi jurisdicción y partido
de Macuspana; y le hice saber lo mandado por el
señor Gobernador de esta provincia, sobre que
se abstenga de revisar contrabandos, cuidando, y
celando exactamente este asunto en este su par­
tido para que los vecinos radicados en él, no in­
curran en contravención; de todo lo cual quedó
hecho cargo y bastantemente instruido, y lo firmó
conmigo y los testigos ya citados que certifico.—
Castillo (rúbrica).—José de León (rúbrica).—
Diego de Andrade (rúbrica). Francisco Mediano
(rúbrica).
En dicho pueblo, a los siete días del referido
mes y año, yo dicho juez, estando en la casa de
mi alojamiento, acompañado de los testigos de mi
asistencia, convoqué a los vecinos de este dicho
pueblo, a quienes a voz de pregonero, hice no­
torio lo mandado por el señor gobernador de esta
provincia, constante del párrafo cuarto de su ci­
tada carta orden, que esta posta por cabeza de
estas diligencias, como queda dicho sobre cuyos
particulares de que se trata en ésta, les amonesto
próximamente, se abstangan de la incursión de
contrabandos, ni tampoco los encubran con con­
cepto de que lo contrario haciendo, se procederá
con todo rigor contra quien fuere, a cuanto las
leyes determinan, y entendidos de que se grati­
ficará con cien pesos al sujeto que denunciare
contraventor a su Merced, o a mi, verificada la
aprehensión del inquilino y lo pongo por diligen­
cia que firme con los testigos ya citados que cer-
tífico.—Castillo (rúbrica). Diego de Andrade
(rúbrica). Francisco Mediano (rúbrica).
En el acto, siendo presentes, el cabo de justi­
cia, alcalde y regidor de este pueblo de Jonuta,
les hice entrega por ante los testigos de mi asis­
tencia, del ejemplar del bando del buen gobierno
que rige en Macuspana, para instruidos de todo
cuanto en él se manda, lo observen y hagan guar­
dar, cumplir, y ejecutar exactamente, bajo de las
penas en él prevenidas v para que conste lo firmé
con los testigos de mi asistencia que certifico. Cas­
tillo (rúbrica). Francisco Mediano Diego de An­
drade.
Habiendo dado cumplimiento en este día, con
la antecedente diligencia, a la práctica de las que
corresponden en este pueblo de Jonuta: cuyos
autos los tengo ejecutados conforme me previno
por su carga orden el señor gobernador; y de­
biendo en consecuencia de la misma, pasar a la
hacienda de ganado mavor, nombrada San Fran­
cisco a efecto de notificarle a su dueño, o a la
mayoría de ella, el expediente que acompañó a
la consabida carta, debía deliberar, v deliberó,
verificar dicho transito en la tarde de este día,
para que en el de mañana que contaremos ocho
del corriente, se proceda a ello, haciendo se ponga
en ejecución la apertura del camino que expresa
dicho expediente; el que se fijara original en la
puerta de la casa grande de la hacienda referida,
sacándose copia íntegra de él, para asentar en
su seguida las diligencias correspondientes, con las
cuales, siendo fechas, se acumulara a este cua­
derno, a fin de que conste quedar ya cumplido,
y ejecutado su contenido; y luego inmediatamente
se verificará mi regreso v el de los testigos de mi
asistencia al pueblo de Macuspana, de donde se
remitirá sin demora todo lo practicado al señor
gobernador, en virtud de su orden, para que en
su vista, su Merced se sirva realizarlo con su su­
perior arobación. Y por este auto, así lo proveí,
mandé y firmé, yo don Juan Mariano Díaz del
Castillo, teniente de gobernador y comandante de
las armas del partido de Macuspana y su com­
prensión, en el que actuó como juez receptor,
con testigos de asistencia, por falta de escribano,
en el pueblo de Jonuta en siete días del mes de
junio de mil setecientos ochenta y cinco años.
Juan Mariano Díaz. E. del Castillo (rúbrica).
Diego de Andrade (rúbrica). Francisco Mediano
(rúbrica)
NOTA: Las diligencias subsiguientes, hasta la conclusión
de todas las que resta practicar, van extendidas en papel co­
mún a causa de no haberlo ya sellado que certifico. Castillo
(rúbrica).
El gobernador Amusquibas dijo: “Mandándo­
me S.A. la Real Audiencia Gobernadora, en 15
de marzo del corriente año que se abra el cami­
no de Jonuta a la hacienda de San Francisco,
que se había censado, mando al dueño de la
referida hacienda, que inmediatamente lo abra
para el comercio de todas Iqs gentes, que por él
quieran tansitar, sin que por este tránsito se exija
cosa alguna, incomoden, ni perturben a los pa­
sajeros. Pena de que lo contrario haciendo se
sacarán MIL PESOS de multa al dueño de la
Hacienda, aplicados a penas de Cámara y gastos
de Justicia y la de pedimentos de Bienes, y cin­
co años al Castillo de San Juan de Ulúa, al Ma­
yoral, u otros que contravengan. Así lo mandé
en Tacotalpa a 16 de mayo de 1785 años”.
Esta orden fue cumplida de la siguiente ma­
nera:
“En 8 de junio de 1785 años, Yo don Juan
Mariano Díaz del Castillo, Teniente de Gober­
nador, y Comandante de las armas del partido
de Macuspana y sus anexos, me constituí con los
testigos de mi asistencia a esta hacienda de ga­
nado mayor nombrado de San Francisco, a efecto
de darle tino al expreso librado por el señor
Gobernador, en la Villa de Tacotalpa a 16 de
mayo del presente año, por el que ordena S.M.
se abra el camino de Jonuta, a esta referida ha­
cienda, con todo lo demás que impende la pre­
cedente copia que saqué a la letra de su original,
para fijar este en las puertas de la casa de dicho
sitio, en cumplimiento del orden comunicado, en
la carta de dicho señor, que está puesta por ca­
beza de las diligencias que en su virtud tenga
enviadas en el pueblo de Jonuta. Y poniendo en
ejecución lo referido, notifiqué por ante los tes­
tigos de mi asistencia al mayoral Dionicio Correa,
en su persona, el contenido del expreso ya citado,
a causa de no hallarse el dueño de esta hacienda,
y cerciorado de todo, dijo: que obedecía con
respeto lo mandado por S.M. el señor Goberna­
dor y que en su dicho cumplimiento, pondría en
ejecución el día de mañana la apertura del ca­
mino indicado, en cuya consecuencia y la de ser
necesario conste por diligencia su conclusión.
Yo con los de mi asistencia en esta hacienda,
hasta verificarse. Y debiendo fijar el expreso di­
cho, lo hice siendo presente el mayoral nominado,
quien no firmó conmigo, porque dijo no sabe, lo
hizo a su ruego uno de mis testigos que certifico.
—Castillo (rúbrica).—Diego de Andrade (rúbri­
ca) y por el mayoral Francisco Mediano (rú­
brica) .”
De la hacienda marchó Castillo y su gente
al pueblo de Tepatitán y de allí a su residencia
en Macuspana desde donde envió un informe
al gobernador Amusquibar de las tramitaciones
que hizo y vimos en los documentos anteriores.
Asi quedó en servicio el camino de Jonuta.
Vimos en los anteriores documentos, desde
los intereses de un terrateniente que para pro­
teger sus propiedades hizo todo lo posible para
que Jonuta desapareciese.
Ahora que Jonuta tiene camino, vamos a ver
qué problemas tuvo en los años siguientes a
través de una documentación que le da vigen­
cia a su historia.
Capítulo II

ESTABLECIMIENTO DE VIGIAS,
CONTRABANDOS, QUEJAS DE
CANOEROS Y AUTORIDADES
Las agresiones que sufrió la provincia de Ta-
basco por parte de los piratas hizo que en di­
versas ocasiones los pobladores se reuniesen
para su defensa. En una de ellas, la del 19 de
marzo de 1667, acordaron ayudar en la cons-
truccióil de trincheras, fortificaciones, fosos,
etcétera.
Hasta entonces, la mayor parte de los des­
embarcos de los filibusteros, dada su posición
geográfica, había sido en el sitio donde después
se fundó Palizada.
Para sufragar los gastos de la instalación de
un cuerpo defensivo en ese lugar compuesto
de 15 vecinos armados y un vigía, se estableció
un impuesto pagado sobre cada tercio de cacao
que saliese de esa provincia, y el de la capita­
nía general de Yucatán de un peso oro común,
y para Guatemala, cuatro reales. También se
tributó para tal fin, el pago de 25 pesos de an­
claje por cada embarcación, y por cada cajón,
fardo o petaca, botija de vino, aceite, vinagre,
fanega de sal, géneros de lana y manta.
Fue diez años después —22 de diciembre de
1677— cuando la junta general de Hacienda,
acordó dicha instalación pagada con la recau­
dación de ese nuevo impuesto, para tres plazas:
Un vigía en la barra principal. Un artillero,
y un capitán guardacostas. Este último, debía
ser uno de los principales vecinos, que además
sería el capitán de 25 soldados que se recluta-
rían voluntariamente de la provincia de Ta-
basco.
De la petición de los vecinos en 1667 al es­
tablecimiento del vigía en 1677, la provincia
de Tabasco pasó por grandes crisis, lo que hizo
que sus vecinos la abandonaran para marchar
a Yucatán y Chiapas. Crisis, debido a los fre­
cuentes ataques de piratas, plagas de langosta
y mala administración de autoridades.
Los ingleses se habían apropiado de la isla
llamada entonces Laguna de Términos. De
modo, que la provincia de Tabasco tenía junto
a ella un peligro constante. Ese fue uno de los
aspectos sobresalientes del porqué Tabasco no
progresaba en población y economía.
Visto lo anterior, la cobranza del Nuevo Im­
puesto iba a traer, a través del tiempo, grandes
y graves problemas, no sólo a los habitantes de
Tabasco, sino también a la Real Hacienda.
Los primeros se presentan desde 1678, en
que reunidos los habitantes en la villa de Xa-
lapa —pueblo del partido de la Sierra— se
niegan a contribuir con sus personas. En un
largo memorial dicen este pasaje:
“y es incompatible pagar infantería y servir per­
sonalmente, que así lo hemos hechos hasta aquí
en la paga que ofrecimos (de) quince o veinte
hombres que asistiesen de plantón en la Puente
Grande y puertos peligrosos por tiempo de cua­
tro meses cuya cantidad hemos pagado en virtud
del libramiento, pues por ocasión de que todo el
año de setenta y siete y parte del corriente estu­
vieron todos fuera de sus casas asistiendo en los
cuerpos de guardia y puestos necesarios por cuya
razón se perdieron las sementeras y el cultivo de
la hacienda, cuyos motivos fueron la principal
causa de la carestía que este año se ha padecido,
lo cual consta a Vuestra merced, de suerte que
con semejantes sucesos y continuo trabajo se ha­
llan todos los vecinos. pobres de caudal pues la
mayor parte aún no tiene para sustentarse; y en
esta atención se hace sensible e intolerable a to­
dos el no tener el consuelo y alivio que habían
prometido de que el sueldo de esta infantería
venga situado en la Caja Real.. *
Estudiada esta precaria situación y en vista
que Diego de Loyola, alcalde mayor de Ta-
basco pide que se construyan dos fragatas que
sirvan de guardacostas, el virrey consulta al
consejo de Indias y este a S.M. Los meses trans­
curren ante la indiferencia burocrática virrei­
nal.
Es decir, los habitantes habían contribuido
con su dinero, sus personas desde el año an­
terior y nada que los beneficiase se había lle­
vado a feliz término.
Años después estas vigías fueron establecidas
y la siguiente documentación nos muestra uno
de tantos pleitos relacionados al establecimien­
to de una vigía que hizo Tabasco y cuyo terri­
torio pertenece hoy al Estado de Campeche.
* M artínez , María Angeles Eugenio, La Defensa de Ta­
basco, 1600-1717. Consejo Superior de Investigaciones Cientí­
ficas, Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla, 1971
pp. 62, 63.
El gobernador de Tabasco informa al virrey
del establecimiento del pueblo de Jonuta; aper­
tura del camino, y propone el establecimiento
de una vigía:
“En cumplimiento de la superior orden de V.
A., fechada el 15 de mareo último, en que se
digna mandarme que disponga lo conducente a
que los indios de Jonuta elijan anualmente un
alcalde de ellos mismos; que nombre un vecino
de razón para cabo de justicia, cuya conducta
afiance el buen proceder de los demás vecinos,
y esté a la mira de si entran algunos forasteros
con efectos de contrabando para que me de in­
mediatamente aviso de lo que notare.
Que el camino de Jonuta por la hacienda de
San Francisco se abra inmediatamente, y que
dejando a mi cristiano celo las demás providen­
cias para que dicho pueblo se penetre, y no ca­
rezca de pasto espiritual e informe del paraje en
donde convenga poner un vigía sin presión del
vecindario, dispendio de la Real Hacienda y tui-
lidad al Real Erario en la contención de los con­
trabandos. Paso a manos de V.A. los originales
diligenciados que acreditan mi esmero y obedien­
cia a el logro del fomento de Jonuta que espero
sea breve y numerosa población. Las mismas ci­
tadas diligencias demuestran estar todo ejecutado
y asistido. el pueblo para consuelo espiritual, por
un eclesiástico, cabo de justicia, alcalde de indios,
y a más, un religioso.
He señalado a los vecinos tierras para la siem­
bre de comunidad, y la competente para que se
vaya repartiendo en los cultivadores que no son
indios,1 y que puedan darse a los que con el
1 No obstante que en las Leyes de Indias se encuentran
disposiciones proteccionistas para el natural, aquí vemos lo
contrario en el texto citado.
incentivo de ellas pasen allí a avecindarse, aban­
donando los desiertos y breñas en que viven.
Ultimamente quedó abierto el camino de San
Francisco, útilísimo en todo tiempo y más en el
de guerra por lo fácil y su pronta correspondencia
con el Presidio del Carmen.
La noticia de los vecinos indios que hoy exis­
ten en Jonuta, constan en la minuta de ellos que
están en las mismas diligencias; pero hay además
trece vecinos mulatos y dos españoles, ascendien­
do su total a veintinueve familias. Dos que allí
estaban domiciliados, (los) he hecho establecer
con inmediación a mi vista, porque los dos hom­
bres, cabezas de ella, uno blanco y el otro mulato,
eran en aquel pueblo, causa de que sus gentes
huyeran de sus tiranías, pereza y libertinaje, bus­
cando el auxilio en los montes o en otras juris­
dicciones. Y como Jonuta está más de cuarenta
leguas de esta Capital, y la Palizada, jurisdicción
del Presidio del Carmen, está a seis leguas de
Jonuta, eran difíciles de dictar en la Capital las
providencias oportunamente y cuando se daban,
se retiraban los dos dichos sujetos a la Palizada,
o los montes.
He pasado los oficios correspondientes para la
devolución de las pertenencias de la iglesia de
Jonuta; pero el cura de Macuspana, que es quien
declaran los indios debe retener los ornamentos
y demás cosas de Jonuta, ha respondido que solo
existe una efigie vieja de San Juan Bautista, y
un cajón viejo; pero de ningún modo hay orna­
mentos-, ni otra alguna tosa de las que los indios
reclaman. En cuya virtud parece preciso proveer
aquella iglesia de los necesarios ornamentos.
Evacuados ya estos particulares haré presente
a V.E. dos puntos que aun restan y son de la
mayor atención.
Para precaver que por la Boca del río nom­
brado de San Pedro y San Pablo se introduzcan
77
jonuta-6
embarcaciones sin necesidad de ser registradas a
las jurisdicciones del Palenque perteneciente a Ciu­
dad Rea], a la Palizada, que lo es de la del
Presidio del Carmen, y a toda la extensión de
esta de Tabasco, se hace indispensable poner un
vigía y dos guardas, en la boca del río nombrado
Amatitán, que celen el reconocimiento de todas
las embarcaciones que se hayan de introducir a
cualquiera de los parajes nombrados, porque de
otro modo es absolutamente imposible evitar el
comercio clandestino. Esta boca de río está a dos
leguas de Jonuta, y una márgen de él, es perte­
neciente a la jurisdicción de la Palizada, y la otra
en donde propongo el vigía y los guardas es de
Tabasco.
Dos Ríos, o Boca, son los que hay para intro­
ducirse en la Provincia, una la de la Barra donde
está un Vigía, y otra la nombrada San Pedro y
San Pablo, que desde la boca sube sin derrames
de riachuelo, hasta la del río llamado Amatitán
que allí se introduce. Con que teniendo resguar­
dado el río donde está el Vigía de la Barra, con
la asistencia de este, y con que la guardia de la
Palizada, que hoy se compone de un sargento y
seis soldados que se mantienen de plantón, se
pusiese a mandarla un oficial que se le relevara
cuando más tarde, cada dos meses, a fin de evitar
que la permanencia y envejecido trato con los
capitanes y patrones, les conciliase amistad que
hace ceder naturalmente en perjuicio del Real
servicio, quedaba enteramente asegurado este paso
tan importante, y ambas bocas resguardadas con
el propuesto vigía y guardas. Y solo resta tratar a
V.A. del modo para el pago de estos individuos
propuestos de Amatitán. El vigía puede totarse
con doscientos pesos al año, y cada guarda con
cien. Estos yo los escogería mulatos, hombres de
espíritu de honrada conducta, buenos tiradores y
monteros que para la fatiga son útilísimos,2 y no
los guardas de la clase de blancos que hasta la
humedad se preservan; pero no encuentro arbitrio
señor, para que se satisfagan estos cuatrocientos
pesos anuales, sino es de la Real Hacienda, o del
Nuevo Impuesto, respecto de que este va enve-
viendo en silos medios a que hoy se pudiera re­
currir para esta urgencia. Y como la provisión
está en los términos que en el preciso parte doy
aviso a V.A. con esta fecha, no puedo de ninguna
manera lícitamente arbitrar sobre el pago de la
prometida cantidad para vigía y guardas.
El otro punto, es únicamente a el pasto espi­
ritual de los vecinos de Jonuta. Siendo destruido
este pueblo, encargó el Obispo de Yucatán el
cuidado espiritual de los pocos vecinos que había,
o un clérigo que es Teniente de cura de dicha
palizada; y por ahora he dispuesto que continúe
con el mismo cuidado instruyéndole de la dispo­
sición de V.A. para el fomento de Jonuta ;
pero no puedo prescindir de poner en la alta
comprensión de V.A. que teniendo la residencia
el dicho eclesiástico seis leguas de Jonuta, parece
imposible pueda atender en los peligros de la
vida a los de Jonuta con aquella prontitud que
exige el socorro de las almas y de consiguiente
tampoco pueda darles misa; para cuyo reparo,
siendo, como es hoy tan corta esta población,, no
puede con obenciones y derechos parroquiales,
mantener un cura propio a menos que V.A. se
digne permitir el nombramiento de uno, con la
asignación anual de trescientos pesos que podía
gozar de las Reales Cajas, hasta que el vecinda­
rio fuese capaz de mantenerlo por sí.”
2 Aquí se ve cómo el español prefería para el trabajo de
vigilancia al negro. A eso se debió que los de esta raza fueron
tan crueles con los indios, no sólo como autoridades, sino
como mayocoles, mayordomos, etcétera.
Visto el anterior documento el fiscal de Real
Hacienda dijo:
“que es preciso, en ciertos casos, deferir a los
informes de los que tienen las cosas presentes,
y en éste, le parece, que V.E. perfeccione el res­
tablecimiento de una población destruida por mie­
dos y terrores pánicos del contrabando, ocurriendo
a ellos por los arbitrios que el Gobernador de
Tabasco propone en informe de 4 de julio del
año próximo anterior.
V.E. puede mandar, que el Gobernador de
Tabasco remita lista de los ornamentos, vasos sa­
grados y efigies precisas, para el culto en la iglesia
de Jonuta, a los oficiales reales de Veracruz, y
que V.E. dará orden a estos de que los soliciten,
compren del fondo del Nuevo Impuesto inmedia­
tamente y remitan, en primera ocasión a dicho
Gobernador.
Que asimismo se ponga el vigía y dos guardas
en la boca del río Amatitán, para el fin que ex­
pone, de celar el contrabando y reconocimiento
de todas las embarcaciones que pasen por aque­
llos parages; dotados, el vigía con doscientos pesos
y con cien cada uno de los guardas, dejando a
la elección del Gobernador, por ahora, su nom­
bramiento, dándose orden al recaudador del nue­
vo impuesto en Tabasco, para su satisfacción de
dicho Ramo, establecido con este objeto, aunque
en diferentes circunstancias, como también para
la de trescientos pesos al eclesiástico que asista
en Jonuta y de el pasto espiritual a aquellos ve­
cinos, asimismo con la calidad de ahora e Ínterin
se resuelva con más conocimiento, después de
oído el señor Obispo de Yucatán, a
quien pasará V.E. oficio sobre este particular,
dándole V.E. parte de todas estas providencias.
Será muy conveniente que si remueve la guar­
dia de la Palizada, compuesta de un sargento y
seis soldados, como expone el gobernador Amus-
tivar, cada mes, o cada dos, cuando más, para lo
cual se pondrá orden al señór dón José Casasola
que lo es del Presidio del Carmen, de donde
depende aquella guardia.
Por último, mandará V.E. que el Gobernador
de Tabasco disponga, que los vecinos de Jonuta,
indios y Jos que no lo fueran, concurran al re­
paro, aseo y decencia de la Iglesia, y que si para
ésto fuese menester ayudarles con alguna canti­
dad, lo hagan, librando al efecto la necesaria,
como no pase de trescientos pesos contra el re­
ferido recaudador del Nuevo Impuesto, a quien
avisará V.E. de todo, para que no haya demora
en el cumplimiento de lo que V.E. resolviere.
México, 30 de marzo de 1786.—Posada (rú­
brica) .”
Este documento turnado al asesor general, el
31 de agosto de ese año, tuvo la aprobación
el 5 de septiembre del conde de Gálvez, virrey
de Nueva España.
Otro de los aspectos interesantes, a raíz de
la apertura de Jonuta, son las quejas que re­
cibió el gobernador tabasqueño Amusquibar,
de las cuales vale la pena mencionar algunas.
De Palizada escribió el señor Ramón de la
Flor acusando al alcabalero de Jonuta don José
García y Barreda, que lo obligue a pagarle
veinte pesos que le debe. “También allí se en­
cuentra Sebastián López, que se huyó de mi
rancho quien me debe dieciseis pesos, y un ne­
gro, Ambrosio Damasio, que me debe trece.”
Uno de los documentos habla de Francisco
Marín que fue a Tacotalpa —capital de la
provincia de Tabasco— a litigar sobre una
herencia de tierras en las cuales figura don
Gabriel Virgilio, hacendado y ganadero que
aparece con frecuencia en la política de la isla
del Carmen.3
Lá correspondencia de Ramón de la Flor
con el gobernador de Tabasco tiene aspectos
importantes como el siguiente párrafo: “Tengo
dos bongos grandes parados, pues por aquí no
tienen ejercicio; y sí en la playa de Catsajá un
poco de palo que pueden barquear”, pide al
gobernador le permita pasarlo a la isla del
Carmen y si le permite la compra de unas ca­
sas en La Palizada.
El siguiente documento fue enviado al virrey
desde Veracruz el 25 de octubre y firmado por
Francisco Antonio de Aguedo, Juan Matías de
Lacunza y José María Lasso.
“Exmo, señor: En observancia de la Superior
orden de V.E. de 30 de septiembre último rubri­
cada de su puño en 18 del corriente, y firmada
por el señor don Francisco Fernández de Córdova,
Secretario del Virreynato de esta N.E., habita­
remos los ornamentos, vasos sagrados y efigies,
que para el culto de la Iglesia de Jonuta, com­
prenda la lista que nos ha de encaminar el Go­
bernador de Tabasco, a dónde se los dirigiremos
en primera sucesiva ocasión, haciendo su gasto
del fondo del Nuevo Impuesto de aquella Pro­
vincia y de su cumplimiento daremos cuenta a
V.E.”

3 C iveira T aboada , Miguel, Documentos para la Historia


de la isla del Carmen —época colonial—, Publicaciones del
Gobierno de Campeche, No. 9, Campeche, 1969.
Es de suma importancia saber lo que se dijo
e hizo en Jonuta relacionado al establecimiento
del culto católico, desde el momento en que se
comienza a poblar.
El obispo de Yucatán, doctor fray Luis de
Pifia y Mazo, envió desde Campeche el 22
de marzo de 1787 la siguiente carta a don An­
tonio Villaurrutia:
“Muy señor mío: No habiendo podido firmar
el Exmo. Sr. Conde de Galvez, que santa gloría
halla, la carta de 30 de septiembre próximo pa­
sado dirigidas sus rectísimas y cristianas disposi­
ciones acordadas a favor de la población de
Jonuta de la Provincia de Tabasco, me dice V.S.
que la Real Audiencia Gobernadora se ha ser­
vido acordar lo mismo. En esta atención y de
que más que otros alguno, debo interesarme en
el bien y fomento de mis pobres diocesanos, su­
plico a V.S. se sirva manifestar a su alteza mi
gratitud y que sin perder de vista tan importante
objeto previne luego que un eclesiástico de toda
mi confianza, cual requiere las circunstancias de
aquellos moradores, cual erigen los progresos de la
población, y finalmente cual requiere aquel fér­
til y delicioso terreno, más útil, cuantas sean los
que se avecinen en él, y se empeñen en su cultivo,
vaya a hacerse cargo de administrar sus almas al
paso que procure aplicarles a la industria capaz
de que se sostengan y hagan opulentos.
Cuando visité la Provincia de Tabasco, lasti­
máronme grandemente las incomodidades en que
vivían aquellos habitantes que estando sugetos al
cura de Tepetitan, distante muchas leguas no
podía socorrerles prontamente en sus urgencias y
necesidades espirituales. Tampoco podía por la
escasez de sus rentas mantener un eclesiástico re­
sidente en dicho pueblo como previenen las Leyes
de Indias. Y aun cuando se cedieron a este ecle­
siástico todos los intereses y emolumentos que
produce dicho pueblo, con arreglo a los aranceles
de mi Diócesis, no sufragarían su sustentación,
por los pocos moradores o habitantes que se con­
taban entonces. En este caso me fue forzoso de­
liberar que el cura de la Palizada, mas inmediato
a Jonuta que otro alguno se hiciese cargo de
dar a aquellas obefas todo el pasto espiritual que
necesitaban; más ahora con unas disposiciones tan
arregladas de las cuales la soberana piedad de su
alteza se ha dignado dirigir a favor de aquellos
pobres se aumentara la población, conseguirían
los que la ocupen las felicidades de que carecie­
ron hasta ahora y yo me tranquilizaré sabiendo
que tienen un inmediato pastor; por ser muchos
los amargos desconsuelos de un Obispo que tiene
tan desparramadas y dispersas sus obejas.”
El doctor fray Luis de Pina y Mazo fue nom­
brado obispo de Yucatán por Pío VI, el 12 de
julio de 1779. Tomó posesión de su diócesis el
8 de octubre de 1780. De su visita a la provin­
cia de Tabasco escribió al Rey lo siguiente;
“Inmediatamente marché a Tabasco, a donde
me, conduje primero por mar y después por ei
famoso Río de su nombre o de Grijalba, a el cual
hacen tan memorable las azañas de aquellos ilus­
tres españoles que le descubrieron, como peli­
groso y terrible la innumerable copia de anfibios
y carnívoros lagartos, de tres y cuatro varas que
cría en su seno y orillas. Concluida la visita de
la mencionada Provincia me restituí por agua a la
Isla de la Laguna, y visitando enteramente el
Presidio del Carmen en que consiste su población,
volví a embarcarme para esta Provincia de Yu­
catán, entrando en ella por el surgidero y pueblo
de Sabancuy. Desde aquel punto seguí practi-
cando las mismas funciones de Orden y Juris­
dicción en todas las iglesias intermedias, princi­
pales y subalternas, hasta el Puerto y Ciudad de
Campeche, con ánimo firme de consagrar ojeos
y crisma el Jueves Santo en mi Catedral, no solo
por hacer estos actos pontificales, observando las
circunstancias de lugar, tiempo y solemnidades
que ordenan los Concilios Tridentino y Mexicano
III, sino también por repartir pronta y fácilmente
aquellas sagradas materias desde el centro de mi
vasta Diócesis a todas sus Parroquias, tan nece­
sitadas de ambas como de los sacramentos de
Confirmación y Orden en que se emplean, lo que
efectivamente conseguí a costa de muchas fatigas
y alguhos quebrantos de salud, que fueron nece­
sarios para andar en solo tres meses, cuatrocien­
tas leguas, en un continuo ejercicio y operación.
Había catorce años que se hallaba sin visitar por
los Prelados la Provincia de Tabasco, haciendo la
cuenta desde que por el de 1767 la recorrió toda
el Rmo. Sr. Obispo D. Fray Antonio Alcalde mi
Antecesor, que en edad octogenaria gobierna hoy
la Iglesia de Guadalajara, pues aunque su suce­
sor inmediato D. Diego de Peredo pasó también
a ella, llegó tan enfermo que falleció luego en el
pueblo de Villa Hermosa. Por este motivo fue
doble mi trabajo, sin embargo y de que para no
hacerme gravoso a los Curas y sus feligreses, pro­
curé finalizar mi larga y penosa Correría en el
corto plazo que dejo referido, quedando visitadas
quince Iglesias Parroquiales y cincuenta y seis
pueblos de que se componían, cuarenta y un mi­
nistros que les dan el pasto espiritual, entre Pá­
rrocos y Tenientes, muchos testamentos y obras
pías, y confirmadas quince mil trescientas y nueve
personas como consta de la adjunta certificación,
sacada de su respectivo asiento, en que no se
incluyeron los que desamparaban la iglesia antes
de concluirse las preces a pesar de las precaucio­
nes que se habían tomado anticipadamente.
Son muchos los trabajos, penalidades y riesgos
que tienen que pasar los Prelados para cumplir
en estos países con la indispensable y precisa obli­
gación de la Visita Pastoral, por la desproporción
de las canoas y pequeños barcos en que se na­
vega, los lagartos del Río Tabasco, fieros y abun­
dantísimos, lo anegadizo del terreno por efecto
de las continuas lluvias y estar circundado de
Ríos, la multitud de mosquitos, tigres, reptiles
venenosos, lo irregular de las poblaciones y la
escacez de alojamientos y de auxilios. No obstante,
me hubieran hecho menos impresión las incomo­
didades del cuerpo, si no se hubiese unido a ellas
las aflicciones y congojas del espíritu, por haber
hallado aquella parte de mi Diócesis dominada
de graves y perniciosos abusos contra las buenas
costumbres y disciplina eclesiástica. El precepto
divino de santificar las fiestas, por la codicia de
los dueños de haciendas y poca instrucción
de ellos y de los indios, no se mira con la religiosa
veneración que se merece. La confesión y comu­
nión pascual son unas obligaciones que no se cum­
plen por muchos y por otras no se satisfacen a
su tiempo. La Misa en días festivos se deja de
oír con cualquier leve impedimento, y la expli­
cación de la Doctrina Cristiana les parece tan gra­
vosa que por no asistir a ella suelen faltar a la
primera. Estoy informado que a los infelices in­
dios se les obliga a trabajar no para sí sino para
sus amos, en aquellos días que no son de obser­
vancia respecto de ellos. Exigen particular estu­
dio la reforma y extinción de las mentiras y per­
juicios que dice y comete no solo esta clase de
gente abatida y pusilámine, sino también otras
de diferente esfera en las informaciones y actos
judiciales. Son muy frecuentes los casos en que
he usado de mis facultades ordinarias y delega­
das para habilitar incestuosos, revalidar matrimo­
nios, etc... etcétera”.
Documento de suma importancia es el si­
guiente para conocer la dramática vida de los
naturales a quienes se les obligaba a trabajar
“no para sí sino para sus amos”.
El 10 de junio de 1782 el obispo escribió
al Rey:
“Son generales en toda mi Diócesis las vejacio­
nes y extorciones que padecen y experimentan los
pobres y miserables indios. Su abatimiento, su­
misión y humildad cuando debieran mover a la
mayor conmiseración, dan arma no s°lo a l°s
españoles sino también a las demás castas infe­
riores -de negros y mulatos a que les ajen, impro­
peren y castiguen con crueldad y tiranía. El infeliz
indio, señor, no es Otra cosa que un sacrificio
siempre dispuesto y preparado en las aras de la
sevicia. Es increíble lo que padece particularmen­
te de parte de los Gobernadores y Capitanes a
Guerra. El moderado repartimiento de patíes y
cera que V.M. se sirvió conceder a los Goberna­
dores, se ha extendido también por estos a los
Capitanes a Guerra, y lo más sensible es, que
excede tanto al número y peso permitidos, y se
hace con tan inicuas e insoportables condiciones,
que constituye a los miserables indios en la más
dura e inhumana esclavitud. No les deja esta
ocupación lugar para cultivar sus tierras ni para
atender a sus casas, mujeres e hijos, y lo que es
más, para cumplir con los preceptos de la Iglesia.
Y después de estas calamidades si no entregan
los patíes y cera en el término que se les asigna,
los encierran en las más estrechas cárceles, los
cargan de las más rigorosas prisiones y los azotan
con la más indecible crueldad, sin que las mu­
jeres se libren de estas penas, antes sí se les apli­
can a la vista de todo el pueblo, puestas de forma,
que al más abandonado, no puede menos que
causar rubor y vergüenza.
Estos vejámenes me son constantes unas por
experiencia adquirida en mi visita y gobierno, y
otras por noticias comunicadas por sujetos fide­
dignos. Exigen, señor, vuestras providencias, y
tales que arranquen de raíz semejantes excesos,
vigoricen y alienten a estos pobres, les hagan
salir de las opresiones con que son avasallados,
y den fuerza a tantos privilegios como V.M. les
tiene concedidos y no se les guardan, no obstante
las repetidas Leyes, Ordenes y Cédulas Reales ex­
pedidas en su favor.”
Por estas y otras denuncias que hizo este
obispo, fue odiado por el gobernador, colabo­
radores y encomenderos, los cuales lo acusaron
ante el Rey difamándolo.
Este prelado murió en Mérida, el 22 de di­
ciembre de 1795.
Ahora proseguimos con el tema de los orna­
mentos para la iglesia de Jonuta.
“Señor Teniente de la Palizada don Ramón de
la Flor. Muy señor mío: No puede menos mi
afecto que dar a Vuestra Merced muchas gracias
por el favor que por su mano se le ha hecho a
este miserable rebaño en habernos mandado por
mano del Teniente los ornamentos que me han
servido para celebrar el Santo Sacrificio de la
Misa, de cuyo beneficio carecían estos pobres tiem­
po ha; y al mismo tiempo también conseguiré
el que se me confieren, pues tampoco han logrado
tan saludable remedio siendo un Sacramento tan
útil y necesario para evacuar sus conciencias que
aún tampoco en el lugar en que residen lo difi­
cultaba por noticia que antecedentemente me
habían comunicado algunos amigos a ésto se agre­
ga el que se hallen con una grave inopia de bas­
timentos, que ni que comer tienen, y lo peor,
estar todos pereciendo, que ninguno tiene un real,
no por falta de Arbitrios corporales que tienen en
que pudieran ejercitarse, si por falta del poco o
ningún comercio de que el pueblo carece, de
modo que no he encontrado formalidad en cósa
alguna porque a más de que los del lugar son
tan pocos como llevo dicho, no he encontrado
convento en donde alojarme, teniendo por iglesia
una casita chica, y a este tenor todo lo demás de
tal suerte, que me ha sido ésto muy doloroso y
sensible ahora considere la prudente considera­
ción de V.M. como estaré ya que miseria y des­
dicha vine a pasar y sólo me consuela la espe­
ranza que tengo en Dios me conceda mucha
paciencia para poder tolerar este martirio; pero
sin embargo de este tropel de fatigas en que me
hallo, puede vuestra merced mandarme con toda
satisfacción pues no cesarán mis ansiosos deseos
de cumplir sus preceptos alegrándome mucho que
V.M. goce y su familia de cumplida salud quedan­
do la mía buena para servirle con la cual ruego
a Dios guarde a V.M. la vida por muchos años,
Jonuta junio 23 del año de 1787. Beso la mano
de Vuestra merced su más obligado amigo y Ca­
pellán Bachiller Manuel Vázquez. Cura residente
del Pueblo de Jonuta”.
“Excelentísimo e Ilustre Señor.—Teniente de
Justicia y Procurador del Pueblo de Palizada en
nombre de todos sus vecinos y representando sus
personas, hacemos presente a Vuestra Excelencia
que en la comprensión de nuestro Distrito se ha­
lla una Ranchería poblada por los indios y ocho
o nueve vecinos de color, nombrada Jonuta dis­
tante de nuestro pueblo tres leguas del camino
por tierra, y nueve por el río, por cuyas razones
les ha sido administrados más de 15 años los
Santos Sacramentos por Nuestro Párroco sufra­
gando nosotros el uso de ornamentos, Vasos sa­
grados y demás utensilios concernientes a dicha
administración considerándolos como de nuestra
pertenencia, hasta que ahora don Francisco Amus-
quibar, Gobernador de la Provincia de Tabasco
informando sin fundamentadas causas a esas su­
perioridad ha aclamado que de cuenta del Rey,
con la asignación de trescientos pesos cada uno,
se ponga un Capellán en la nominada ranchería
de Jonuta que por la inopia de sus poquísimos
vecinos carece enteramente de todo lo necesario
en ornamentos para decirles misa, como se acre­
dita por la adjunta copia certificada de carta es­
crita por el Bachiller don Manuel Bázquez, que
es el primer Capellán que se ha puesto en la
citada ranchería, a mí, el teniente dándome las
gracias por haberle habilitado de ornamentos, y
lamentándose de las incomodidades que padece;
y siendo constante lo que llevamos expuesto, y que
nuestro pueblo exigido y formado con superior
aprobación del Excelentísimo Señor Virrey Fray
Don Antonio María de Bucareli y Ursua, se haya
poblado con más de cien familias entre españoles,
indios y pardos y por separados más de sesenta
varones como consta de sus Padrones y que el
expresado Jonuta estando poseído de los enemi­
gos anglicanos fueron expedidos por las armas del
Presidio del Carmen en cuya jurisdicción como
llevamos expuesto, se halla situada dicha ranche­
ría. Suplicamos encarecidamente a V.E. se sirva
declararla por de nuestra Jurisdicción en cuanto
a lo civil y por lo que respecta a lo eclesiástico
se considere nuestro pueblo como cabecera y Jo­
nuta como visita y que aunque en los emolumen­
tos, derechos parroquiales, y primicias que renta
nuestra población y puede rentar Jonuta tiene
cualquier párroco suficiente para su decencia y
mantenimiento como se ha verificado hasta ahora
en los párrocos que hemos tenido del que al pre­
sente carecemos por haber fallecido el que nos
administraba, logrará para su mayor aumento los
trescientos pesos que aún sin necesidad por el
Informe del referido Gobernador de Tabasco,
eroga S.M. de sus reales Cajas.”
“Señor Gobernador don Francisco Amusquibar.
Muy señor mío de mi mayor veneración: Luego
que vi la apreciable de Vuestra Señoría, su fecha
27 del pasado, ejecuté el orden que me manda,
el convento queda desecho y las maderas debajo
de una galera que me hizo para que me man­
tengan resguardadas de las lluvias, pues con ellas
hay suficientes para hacer iglesia y convento como
también el cesped de espinos que circunvalaba
la plaza mandado poner por el Cura, queda lim­
pio quemadas las espinas.
Participo a Vuestra Señoría cómo el Cura tiene
desamparado enteramente este pueblo, y se ha
cambiado a la Palizada o pues aunque desde el
mes de agosto tenemos la penalidad que sólo nos
dice en el discurso de cada mes una o dos misas,
que lo más del tiempo lo gasta en dicha Palizada
ahora ni en las Pascuas nos ha dicho una misa,
pues se fue de aquí el 22 del pasado hasta ahora
30 de este que vino y se llevó todos sus trastos
y familia, y viendo yo ésto le puse un oficio muy
atento para que me dijese en qué términos aban­
donaba ésto para dar yo cuenta a Vuestra Seño­
ría y me respondió la que incluyo a Vuestra Se­
ñoría para su inteligencia, como también que con
el motivo de estar tan ligado este señor Cura
con el Teniente .de la Palizada están sonsacando
algunos vecinos para que se cambien a aquella
jurisdicción, pues hasta a mí me hizo, de recién
llegado yo a este pueblo, varias promesas don
Ramón de la Flor para que me cambiase, di-
ciéndome que ésto nunca sería nada y que aquí
todos se morirán de hambre por no tener la fran­
queza que él tenía en su jurisdicción para buscar
la vida. Dicho Ramón ha sido opuestísimo a este
pueblo pues no quisiera oír de sus aumentos. Todo
lo que expongo a Vuestra Señoría es la pura
realidad, pues nunca me atrevería a escribir cosa
que no fuese así y que no sea constante a todos,
y mucho más a Vuestra Señoría que ama tanto
la verdad.
Señor: suplico a Vuestra Señoría nos vea con
su acostumbrada caridad interesándose venga otro
sacerdote que nos administre los Santos Sacra­
mentos, y éste, que sea de genio atractivo, pues
eso es lo que se necesita para esta población al
fin de atraer las voluntades, pues Palizada dista
diez leguas de este Pueblo, y nos es de mucho
tequio ir en busca del padre cuando se nos ofrez­
ca, y más éste, que está discorde con todos y
ahora que está éste muy enfermizo y no lo po­
demos pasar sin padre de pie fijo y porque así
lo espero de la mucha caridad que siempre nos
ha tenido Vuestra Señoría, pido a la Divina Ma­
jestad guarde su vida los años es mi deseo.—
Jonuta y enero 11 de 1788. Estanislao Martínez
(rúbrica)
“Señor Teniente don Estanislao Martínez.—
Muy señor mío: Quedo impuesto en la de vues­
tra merced y he determinado pasar a la Palizada
por dos motivos, el uno, a repararme la salud
que carezco bastantemente de ella, y considero que
mudando de temperamento hallase algún alibio
y toda la familia, pues todos están enfermos como
vuestra merced bien sabe. El otro, a esperar la
última resolución de mi ilustrísimo Prelado a
quien prontamente debe obedecer, y no obstante
mi prepartida prevengo a V.m. como también
tengo advertido a los justicias del Pueblo, que
siempre que se proporcione algún enfermo que ne­
cesite de la administración de sacramentos ocu­
rran allá que aún estando enfermo vendré al
cumplimiento de mi obligación, como asimismo
el que V.m. y mande con la satisfacción de que
le serviré en lo que fuere de su mayor agrado.
Dios guarde la vida de V.m. muchos años. Su
casa y enero 11 de 88.—Manuel Vázquez (rú­
brica)
“Don José Eugenio Quiroga cura beneficiado
por su Majestad Vicario foráneo y juez eclesiás­
tico de San Juan Bautista de Villahermosa.—
Certifico en la mejor forma que puedo, y haga
fe a los Señores que la presenté vieren, que ha­
biendo pasado por este territorio el presbítero don
Manuel Vázquez a dar principio a su Ministerio
en la población de Jonuta, en primero de agosto
del año pasado de mil setecientos ochenta y siete,
a petición del señor Gobernador de esta Provin­
cia don Francisco de Amusquibar, le entregué
para su administración los ornamentos siguientes:
dos casullas, la una blanca, y la otra encarnada
con sus correspondientes utensilios. Dos albas con
su ángulo, y amito un cáliz con su patena, y
cucharita. Una piedra de Ara, y un misal. Y para
los efectos que convengan, doy la presente en el
expresado pueblo de Villahermosa, en veinte y
tres días del mes de febrero de mil setecientos
ochenta y ocho.—Joseph Eugenio Quiroga (rú­
brica)
“Señores Oficiales Reales de Veracruz.—En fe­
cha de 14 del último enero repite orden el actual
Excelentísimo Señor Virrey, para que solicite de
Vuestras Señorías los ornamentos que han de ser­
vir en la Iglesia de Jonuta de la Jurisdicción
de esta Provincia de Tabasco, cuyo Gobierno está
a mi cargo; y como hace cerca de un año pedí a
Vuestras Señorías los citados ornamentos, y se
sirvieron responderme haberlos mandado aprontar
en México para su menos costo; no habiéndose
verificado la remisión de ellos, y sí esta nueva
orden de la Superioridad, suplico nuevamente a
Vuestras Señorías me los remitan, para dar cum­
plimiento en la dicha parte que me corresponde
a lo dispuesto por otra superioridad.
Nuestro Señor guarde la vida de Vuestras Se­
ñorías muchos años como deseo. Villahermosa 6
de marzo de 1788.—Francisco de Amusquibar
(rúbrica).”
93
jonuta-7
“(Al margen:) Recibida en 26 de marzo.”
“ (Al margen:) Veracruz 29 de marzo de 1788.
Informen los Ministros de Real Hacienda lo que
les ocurra en razón del contenido de esta carta,
para contestarla y providenciar lo conveniente.—
Corbalán (rúbrica).”
“Señor Intendente: En fecha de 10 de octubre
del año próximo pasado de 787 manifestamos al
Señor Superintendente Subdelegado General de
Real Hacienda, que entonces era Don Fernando
José Mangino, lo siguiente: En 18 de octubre del
año próximo pasado nos previno el difunto Ex­
celentísimo Señor Virrey lo siguiente: El Gober­
nador de Tabasco, remitirá una lista de los orna­
mentos, vasos sagrados y efigies precisas para el
culto de la Iglesia de Jonuta, e inmediatamente
que la reciban los solicitarán y comprarán vues­
tras mercedes del fondo del nuevo impuesto de
aquella Provincia y los enviarán vuestras merce­
des en primera ocasión a dicho Gobernador dán­
dome cuenta.
Habiendo recibido en 25 de abril de este año
lá indicada relación pasamos copia certificada de
ella a los ministros de esas Cajas con Oficio de 2
de mayo, encargándoles su habilitación y remesa,
con aviso de su importe para el reintegro, del
fondo del ramo que expresa la citada orden, quie­
nes en fecha de 9 del mismo, nos contestaron que
conforme al sistema presente darían cuenta al
Superior Gobierno, y de sus resultas procederían
a su habilitación.
Y como hasta Ja fecha no sabemos las que haya
tenido el asunto, ignorando si se están fabricando
los expresados ornamentos, y demás necesarios,
pasamos a manos de Vuestras Señorías otra copia
igual, para que se sirva dar la providencia que
estime justa, antes que por la falta que hacen
nos reclame su cumplimiento el citado Señor Go­
bernador.
De cuya representación no hemos tenido hasta
la fecha contestación alguna, ni remisión de los
efectos por parte de los señores ministros de aque­
llas cajas, en cuya virtud lo manifestamos a Vues­
tras Señorías cumpliendo con el anterior decreto
de veinte y nueve de marzo último, para que
enterado de todo se sirva providenciar lo que sea
de su agrado. Veracruz lo. de abril de 1788.
Agudo.— Lacunza.— Lasso.— (rúbrica).”
“(Al margen:) El Intendente de Veracruz in­
cluye a V.E. una instancia original del Goberna­
dor de Tabasco en que solicita ornamentos para
la Jonuta.”
“(Al margen:) México 8 de abril de 1788.”
“Recuérdese a los Oficiales Reales de estas Ca­
jas de la misión de los ornamentos que se reclama
y contéstese así al señor Intendente de Veracruz.
Flores (rúbrica).”
“Excelentísimo señor: Por el adjunto expediente
Original se impondrá la viva penetración a V.E.
de la solicitud dirigida por el Gobernador de
Tabasco a los Ministros de Real Hacienda de esta
Plaza, sobre ornamentos para el uso de la Iglesia
de Jonuta de aquella Provincia.
Para imponerme el estado que ésto tenía y sus
antecedentes, pedí informe a dichos ministros,
quienes habiéndolo verificado, y expuesto en él,
que en virtud de orden del Excelentísimo Señor
Conde de Gálvez, antecesor de V.E. habían pe­
dido los referidos ornamentos con fecha de 2 de
mayo del año próximo anterior, a los de esas
Reales Cajas, y repetídolo después con la de 10
de octubre al señor don Femando Josef Mangino,
siendo Superintendente General Subdelegado de
Real Hacienda, y no haber tenido contestación
alguna de esta segunda instancia, me ha parecido
conveniente comunicarlo todo a V.E. a fin de
que en su vista se sirva providenciar lo que fuere
de su mayor agrado.— Dios guarde a V.E. mu­
chos años.— Veracruz 2 de abril de 1788.—
Excmo. Señor, Pedro Corbalán (rúbrica).”
Durante los dos años siguientes, en Jonuta
se construyó una capilla y el 3 de agosto de
1790 se presentó una cuenta por obra de pin­
tura, ornamentos y otros menesteres que reque­
ría el culto. Entre ellos, figura una imagen de
Nuestra Señora de la Regla, de vara y cuarto
con adorno de manto, una efigie de Jesús cru­
cificado, tabernáculo para depósito de las hos­
tias, candeleros de madera pintados, varias
cruces, cuatro cajones de madera de Ollamál
que estuvieron una temporada en casa de don
Pedro Vértiz, una campana de 12 libras para
llamar a misa, lámpara para el aceite, incen­
sario, manteles de bretaña, albas de bretaña,
amitos de estopilla fina con listones nácares de
aguas para amarrarlos, cuatro purificadores
de estopilla fina, cuatro manotejos, toallitas
para el lavado de las manos de los sacerdotes,
viso para la puerta del Sagrario de damasco
blanco con galón de oro de una pulgada de
ancho con su cruz en medio y su bastidor de ce­
bra, casulla de espolín blanco de colores encar­
nados y su galón y fleco de oro con sus corres­
pondientes avíos de bolsa de corporales, paño
de cáliz, estola y manípulo, otras casullas de
diferentes tonos que se emplean en las ceremo­
nias principales de la iglesia durante su año
eclesiástico, palio para las procesiones de es­
polín blanco, museta, diversos cordones, atriles
y ocho libros blancos de a trescientas veinte
hojas, cada uno forrado en hadada colorada
para acentar las partidas de bautismos, casa­
mientos, mandatos y entierros.
De esta manera quedó pintada y en servicio
activo la primera iglesia que tuvo Jonuta con
sus ornamentos en el año de 1790.
Capítulo III
EL PUEBLO DE PALIZADA,
DE TABASCO
El 16 de agosto de 1787 el gobernador del
Presidio del Carmen, don José Casasola, envió
al virrey de Nueva España, don Alonso Núñez
de Haro y Peralta, esta petición:
“Paso a manos de V.E. el adjunto memorial y
copia de la carta en que el Teniente de Justicia
y Procuradores del pueblo de La Palizada de esta
jurisdicción, en nombre de todos los vecinos soli­
citan que la ranchería nombrada Jonuta, que se
halla situada en los términos de su misma juris­
dicción, se considere como anexa a ella, y que el
Capellán que a instancia del Provisor de Tabasco
paga el Rey para la administración del expresado
Jonuta, no resida en el pueblo de Jonuta, sino en
La Palizada por el incomparable mayor número
de vecinos que lo pueblan, por cuya causa dirijo
el citado Memorial con el favorable informe que
corresponde sobre que lo que vuestra excelencia
ilustre determinará como más sea de su superior
agrado.”
De aquí en adelante comienza por parte de
las autoridades tabasqueñas, no sólo demostrar
que Jonuta pertenece a su territorio, sino tam­
bién La Palizada.
Uno de los vecinos de la isla del Carmen, don
Manuel Deza, se dirigió en carta al gobernador
militar de esa comunidad, coronel don José de
Casasola, diciéndole que el gobierno de Tabasco
tiene puesto un vigía en el río Palizada, quien le
había impedido pasar en su embarcación aguar­
diente y dice textualmente:
“...por lo que le pedí las órdenes que tenía,
que vociferaba ser del excelentísimo señor Virrey,
las cuales las leí al pie de la letra y no encontré
semejante mecánica, después me quería impedir la
vuelta de mi regreso porque sabía iba a conducir
palo de tinte, de Palenque, jurisdicción de ciudad
Real, Reyno de Guatemala...”
La orden efectivamente había sido enviada
por el virrey, por petición de la Real Hacienda,
al gobernador de Tabasco, debido a los contra­
bandos que se habían denunciado y que se co­
metían desde el mencionado pueblo de Palen­
que rumbo al entonces fuerte militar llamado
presidio de Nuestra Señora del Carmen y de allí
a los puertos de Campeche y Sisal. Como dichas
embarcaciones tenían que navegar por territo­
rio tabasqueño la orden, por tal motivo, fue da­
da a sus autoridades.
Como los patrones de embarcaciones poco ca­
se hicieron a esta inspección fiscal estas fueron
las consecuencias según denuncia en el mismo
ocurso el señor Deza. Dice:
“Impuesto yo de lo referido y hecho cargo de
no poderse introducir los juegos de una jurisdicción
en otras extrañas, y que siempre en público y no­
torio estoy conduciendo del expresado Palenque,
palo de tinta a este Presidio, con su licencia co­
rrespondiente, y pagado sus reales haberes en aquel
reino como consta en las licencias que siempre he
presentado a Vuestra Señoría y al Oficial Real de
esta Real contaduría y que jamás se ha verificado
conduzca otro cargamento a excepción de frutos y
alimentos para el socorro de esta Isla, como consta
de reconocimiento del guarda comisionado de este
dicho Presidio, no hallé inconveniente, para pasar
por dicha guardia sin atracarme a ella, por lo que
el diez y nueve del corriente mes de mayo pasé en
la noche a cuyo tiempo me gritó el vigía estando
ya dentro de esta jurisdicción a lo que le dije vi­
niese a bordo con su cayuco, a cuya voz me disparó
dos tiros lastimándome un mozo sin haberle hecho
resistencia de mi parte, ni amenaza alguna como
lo haré saber con todos los mozos que traía con el
patrón, y gente del bongo. El Imposible, que venía
tras de mía poca distancia. Y el mismo vigía se los
comunicó como haciendo galardón de tan heroica
hazaña. Como también certificará mandándoselo
a Vuestra Señoría el señór Cirujano, lo que de­
claró el mozo herido que curó; y hallándome como
es público y notorio con mi corto caudal invertido
en aquella Provincia en el expresado palo de tinta,
víveres y frutos de ella, me es preciso recaudarlos
y conducirlos a esta isla como vecino que soy de
ella, como también la madera de cedro y caoba
que tengo compradas y pagadas, y hallan el impe­
dimento que el visitador de la Real Renta de Ta­
bacos de la Provincia de Yucatán, don José de
Escalera, tiene dada la orden verbal ha dicho vigía
no pasen mas maderas por aquel paraje que las
del dicho visitador, por lo que suplico a Vuestra
Señoría, se sirva practicar estas diligencias, y con­
cluidas, que sean dar cuenta con ellas al Superior
Gobierno de la Real Audiencia Gobernadora, para
que en su visita se sirva su Alteza, remediar los
daños y perjuicios que por los jueces intrusos se
puedan ocasionar con todos los que transitamos
por dicho paraje
El gobernador del presidio, señor Casasola,
presentó toda la documentación comprobato­
ria: permiso a Deza para que en su canoa na­
vegara sobre el río Chiquito con madera y fruta,
menos aguardiente. Licencias de Andrés Canci-
no y la del teniente del partido del Palenque
señor José Calderón. Testificación del mozo de
la canoa Juan Novelo, herido en un brazo. De­
claraciones de Deza y otros empleados y ocurso
del gobernador en cuyos párrafos dice:
“Yo el Gobernador don José de Casasola, en vista
de las antecedentes declaraciones debía mandar
estando practicando desde el Carmen y Campe­
che al Palenque, atravesando para ésto por mucha
parte de esta jurisdicción que es la que procuro
conservar de ilícito comercio; y como no tengo
arbitrios para celar los términos que atraviesan
dichos negociantes como Deza, y dudar con fun­
damento si los introducen o no, en esta mi juris­
dicción y además de estos reparos no pudiendo
prescindir del que se suministran las superiores
órdenes establecidas en este Gobierno para no per­
mitir en esta Provincia la introducción de efectos
de España por la vía de Campeche, o de otra
alguna parte que no sea de Veracruz, y que el
puerto de Guatemala rigorosamente le conoce su
comercio en canoa y traería notabilísimos perjui­
cios a él que por el Palenque le entrasen efectos
de Europa, respondí también al señor Intendente
en esta materia, y en la de quitar grillos al comer­
cio que así se explicó que sin orden de Vuestra
Excelencia no accedería yo, a disimular, ni a
observar otras reglas que las practicadas hasta
aquella fecha, pues en Vuestra Excelencia residía
la facultad de quitar grillos al comercio, y no
a mí.
Todo ésto consta señor, y que el Manuel Deza
es un famoso negociante de Ciudad Real que no
ignoro, aunque no puedo justificar su modo de
comercio, resalta visiblemente que le estorba, y
perjudica el vigía de la Boca del Río de Amatitán,
y como que no conozco otros intereses, ni comer­
cios que el mejor servicio de Su Majestad se ar­
man, y armarán contra mí todos aquellos a quienes
no agradan mis disposiciones en celarlo, es la Real
Hacienda único objeto de mis atenciones sujetas
a las superiores órdenes de V.E. en cuya autoridad
reside preceptuármelo en cada uno y en todos los
particulares de esta respetuosa contestación y con­
sulta. Dirijo a manos de Vuestra Excelencia para
instrucción de que justificado ánimo, e inteligen­
cia de la unión que parece se ha hecho para recla­
mar contra el vigía: Vuestra Excelencia sobre todo
me ordenará lo que sea de su superior agrado.”
En una de las cartas que Amusquibar envió
al virrey de Nueva España explica qué:
“Las órdenes de ese superior Gobierno han pues­
to siempre precisos linderos a mi obediencia: ellas
han dispuesto que el palo de tinta haya de salir
de esta Provincia de Tabasco que está a mi cargo,
con licencia, o guía que yo dé a los conductores
para que los saquen precisamente al puerto de
Campeche, o al de Veracruz, y más teniendo que
satisfacer un real por cada quintal al derecho del
nuevo impuesto, pues aunque en fuerza de las
mismas superiores órdenes, he consultado sobre si
se cobra o no este derecho, disponiendo aquí que
se exhiba, y se tenga por vía de depósito con el re­
caudador del mismo ramo. Desde que giré mi con­
sulta, hasta esta fecha, no se ha decidido por esa
Superioridad lo que ha de practicarse.
Síguese por de contado que para el cumplimien­
to de las prenotadas superiores órdenes, y para
que los vecinos de esta Provincia no se burlen de
mis providencias relativas al desempeño, de las
superiores ya dichas y endose cómo se fueron don
José Bravo y don Silvestre Rodríguez a la juris­
dicción del Palenque sin mi licencia, y a pretexto
de que estaban en aquellas jurisdicciones y no de
la de Tabasco, siendo como es evidente que hasta
ahora no hay la menor noticia en este Archivo,
ni constancia de cuales sean los linderos de la per­
tenencia del Palenque y si es visible que de la ju­
risdicción de Tabasco y con este motivo, y fuga
de los dos referidos, estreché mis órdenes hasta po­
der cumplir las superiores con que me hallo en
esta materia y lograr la subordinación de dichos
vecinos qué no defraudacen en el derecho del
Nuevo Impuesto, y que el citado palo de tinta se
condujera precisamente a los dos mencionados
puertos de Campeche y Veracruz.”
La anterior carta fue enviada al gobernador
de Tabasco, señor Francisco de Amusquibar;
pero como Casasola al mismo tiempo se quejó
ante el virrey don Alonso Núñez de Haro y Pe­
ralta, arzobispo de México, de que no sólo no los
dejaban navegar, sino cortar leña y pescar, to­
do esto molestó al gobernador de Tabasco quien
remitió al virrey estos documentos de suma im­
portancia para la historia de Tabasco por los
datos que contienen.
“Puerto de San Juan de Villahermosa en siete
días del mes de marzo de mil setecientos ochenta
y ocho años. Yo don Francisco de Amusquibar,
capitán del Regimiento de Infantería de Lisboa,
Comandante General Militar, Gobernador Militar
y Político, Juez Oficial Real, Delegado de tierras,
y aguas baldías, y Subdelegado de la Real Ma­
trícula de Marina de esta Provincia de Tabasco,
digo: Que por cuanto en veinte y tres de febrero
próximo pasado he recibido el superior oficio del
Excelentísimo señor Virrey de este Reyno, su fe­
cha catorce de enero anterior incluyendo dicho se­
ñor Excelentísimo dos copias autorizadas por don
Femando de Córdova, Secretario de Cámara y del
Virreinato, firmadas en el mismo catorce de ene-
ro, que los son de consulta del Señor Gobernador
de la Laguna y Presidio del Carmen, dirigida en
diez y seis de agosto del citado año, referente la
última representación que en carta misiva parece
hizo al dicho señor Gobernador el cura destinado
para Jonuta (por su voluntariedad) el bachiller
don Manuel de Vázquez de que di mano otra re­
presentación del Justicia, Diputado, y vecinos de
la Palizada que pasó a ese superior Gobierno con
su apoyo el citado señor Gobernador Casasola,
según más largamente consta del ya indicado supe­
rior oficio del Excelentísimo señor Virrey, y re­
ferida copia que procede y se ven por cabeza de
estas diligencias. Y para dar el más puntual y de­
bido obedecimiento a las órdenes contenidas en el
predicho superior oficio y satisfacen en cuanto se
hace cargo a mí el Gobernador, y con relación
puramente a lo que es el mejor servicio de Vuestra
merced debia de mandar y mando, se levante y re­
mita inmediatamente al Excelentísimo señor Vi­
rrey plano de este río de Grijalva que comprenda
desde este puerto de Villahermosa hasta la Paliza­
da inclusive, y que termine demostrando el río que
va al Palenque, jurisdicción de Ciudad Real, per­
teneciente a la de Guatemala. Y que por mi Te­
niente Gobernador de esta Villa, se reciba infor­
mación bajo el sagrado vinculo del juramento con
personas de la primera distinción de la Provincia
que tengan conocimiento práctico de las jurisdiccio­
nes de Tabasco y del Presidio del Carmen, expre­
sando con claridad sobre los puntos siguientes: qué
años hace que se pobló la Palizada y con qué ve­
cinos; si han conocido ni oído que haya línea divi­
soria entre esta Jurisdicción, y de la Palizada. Si la
vigía puesta en la Boca del Río de Amatitan está
situada en conocida jurisdicción de dicha Palizada.
Si hay o no en aquella Boca de Río otro puesto
para el dicho vigia. Fue él, en donde está estable­
cido, que sea más útil, tanto porque no se aniega
con las avenidas, como porque todos los barcos de-
ben pasar por el Pie de Santa Atalaya para evitar el
contrabando; pues además de que el río en aquella
parte es más ancho que dos tiros de fusil, hayan to­
dos los que le navegan de la parte opuesta a la
márgen del mismo río en donde situada la vigía,
por hacer remanso y remolino las aguas. Y última­
mente, expresen con claridad, si los vecinos de la
Palizada necesitan introducirse en la jurisdicción de
Jonuta para leñar, cazar, u otra urgencia que no
sea para robar el palo de tinte de los vecinos de
Tabasco y tablazones que tienen pronto a embarcar
en las márgenes, bocas de ríos, y esteros que tiene
el de Grijalva y jurisdicción de Jonuta, sin omitir
aclarar el que el Presidio del Carmen sin tener que
recurrir a tierras conocidas por de Tabasco han
mantenido en sus montes, cortes de madera para
S.M. y continuos de palo de tinta que han condu­
cido, fueron de aquel Territorio. Como si han
oído sabido o entendido, que por esta jurisdicción
se hayan causado perjui io a los vecinos de la de
la Palizada y Presidio del Carmen.
Y evacuada esta información, se satisfará por mí
el Gobernador en consulta al superior Gobierno
que comprenda cuanto contienen el superior oficio
y copias que aquel motivaron.”
Amusquibar comisionó al teniente coronel
don Miguel Duque de Estrada para que reca­
bara datos de la fundación de Palizada, lo que
hizo el 8 de marzo de 1788, según el acta que
se redactó y que dice:
. .acompañado de los testigos de mi Asisten­
cia que actúan conmigo a falta de escribano, pasé
a la morada de don Esteban Crespi, Administrador
de Correos Marítimos y Terrestres en este Puerto,
y le recibí juramento que hizo por Dios Nuestro
Señor y una señal de Cruz, bajo de cuyo cargo
ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere pre­
guntado, siéndolo por los particulares que com-
prende el referido Auto dijo: Que aunque no
puede prefinir el tiempo que ha se pobló la Pali­
zada; sabe muy bien que de diez y siete años1 esta
parte, ha tenido su mayor fomento; siendo cons­
tante, público y notorio que dicha Palizada, ha
sido siempre abrigo de los mozos que se huyen de
las haciendas de esta Provincia, y otros individuos
viciosos que por sus delitos se han acogido allí de
que tiene experiencia -el declarante, con motivo
de haber ejercido mucho tiempo la jurisdicción
Palizada de este Partido.
Que también le consta por haberlo oído decir
como cosa inconclusa, que de los principios de la
población de la Palizada, y después, no teniendo
aquellos vecinos tierras propias en su distrito, se
fueron tomando a su arbitrio las que han querido
para sus labranzas hacia Jonuta, con el motivo
de no haber allí vecinos ni conocerse línea diviso­
ria entre la jurisdicción de Tabasco y la Laguna.
Que asimismo le consta de público y notorio
que la Boca del río de Amatitan es conocida por
de esta jurisdicción de Tabasco sin disputa alguna,
y en esta virtud está puesta allí la actual Vigía
sujeta al Gobierno de esta Provincia; de manera
que la Palizada esta tierra firme, y en medio de la
jurisdicción de Jonuta, y del partido de los ríos
de Usumacinta que pertenece a Tabasco.
Que también es inconcluso que para no ser inú­
til el vigía de Amatitan, ha de estar precisamente
puesto en el paraje que reside actualmente con­
forme a lo dispuesto por el señor Gobernador de
esta Provincia para el mayor celo y resguardo.
Y últimamente sabe de público y notorio, que
los vecinos de la Palizada y del Carmen, no nece­
sitan proveerse de leña en la jurisdicción de Ta­
basco, pues que les sobra en las inmediaciones de
sus domicilios; y que tampoco tienen, ni han te­
nido embarazo para los frecuentes cortes de made-
O sea, que desde 1771, Palizada comenzó a ser poblado.
109
jonuta-8
ras de construcción de bajeles, y de palo de tinta
que han verificado en tierras que se han adoptado
los individuos del Carmen, y la Palizada, tanto
por la costa de Campeche como por las inmedia­
ciones de esta Provincia según ha oído decir; sin
que por ésto sepa ni entienda que los vecinos de
esta provincia hayan perjudicado a aquellos. Y res­
ponde que es cuanto sabe y puede decir en el
particular, es mayor de acepción, se afirmó y ra­
tificó en lo que lleva expuesto, y lo firmó conmigo
y testigos de que certifico. Miguel Duque de Es­
trada (rúbrica) Esteban Crespi (rúbrica). (Testi­
gos) Pedro José Fernández (rúbrica) José Loren­
zo Delgado (rúbrica).”
“Incontinenti, Yo, el Teniente de Gobernador,
teniendo presente oí a don Antonio Bayester, por
ante los testigos de mi Asistencia le recibí jura­
mento que hizo por Dios Nuestro Señor y una Se­
ñal de Cruz, bajo de cuyo cargo ofreció decir ver­
dad, en lo que supiere y fuere preguntado, y
siéndolo por el tenor del Auto que se cita dijo lo
siguiente: Que hace diez y siete años que se pobló
formalmente la Palizada con delincuentes de esta
y otras provincias, y con mozos huidos de Ta-
basco.
Que en sus principios no conocieron tierras de
su jurisdicción a los vecinos de La Palizada, ni
que hasta el día, se ha conocido línea divisoria
entre ésta y aquella jurisdicción, y si que no ha­
biendo vecinos en Jonuta, los de La Palizada han
ido a su arbitrio, tomando las tierras que han
querido para sus labranzas.
Que la torre vigía puesta en la Boca del Río de
Amatitan, es conocida sin controversia su situación
por de esta jurisdicción de Tabasco, y así se ad­
vierte que La Palizada está en tierra firme y en
medio de la jurisdicción de Jonuta y del Partido
de los ríos de Usumacinta que pertenecen a Ta­
basco.
Que para no ser inútil el citado vigía ha de es-
tar precisamente en el puesto que ocupa, estable­
cido allí por el señor Gobernador de esta Provincia
por las mismas causas que contiene la pregunta
en esta materia que los vecinos de La Palizada y
del Presidio del Carmen; además de que no se en­
tretienen en caza, necesitan buscar leña, pues que
le sobra a los de La Palizada inmediato a sus
domicilios y que ha oído quejarse con alguna ge­
neralidad a los vecinos de esta Provincia de que
los de La Palizada les roban el palo de tinta, y
tablazón y que es constante, público y notorio que
hubo cortes de maderas para la construcción Pre­
sidio del Carmen hacia la costa de Campeche, y
que no ha oído, sabido, ni entendido que por los
vecinos de Tabasco, se haya hecho perjuicio, a
los de aquella de Palizada y Carmen y si ha lle­
gado el establecimiento del vigía en la Boca del
Río de Amatitan, verdad en que se afirmó y rati­
ficó. Dijo ser de edad de cuarenta años y lo firmó
conmigo y testigo de que certifico. Miguel Duque
de Estrada (rúbrica) Antonio Ballestero (rúbrica)
Pedro José Fernández (rúbrica) José Lorenzo Del­
gado (rúbrica).”
“Inmediatamente, yo, el Teniente de Gobierno
de este Partido, teniendo presente a don Pablo
Escarpato le recibí juramento que hizo por Dios
Nuestro Señor y una Señal de Cruz, bajo de cuyo
cargo ofreció decir verdad en lo que supiere y fue­
re preguntado, y siéndolo por el tenor del Auto
materia de esta información dijo: Le consta que
de diez y siete años a esta parte se ha formalizado
la población de La Palizada y tendrá ahora como
cien casas y antes apenas diez o doce. Que la ma­
yor parte de aquellos individuos son delincuentes,
mozos sirvientes de esta y otra Provincia que esca­
pándose de aquí se refugian allá; sin que se haya
conocido línea divisoria entre la jurisdicción de La
Palizada y ésta; que jamás ha oído decir que el
sitio donde está la vigía de Amatitan pertenezca
a la Laguna y sí a la jurisdicción de Tábasco, con
la mayor notoriedad que no hay en la Boca de
dicho Río de Amatitan otro puesto más acomoda­
do para la vigía que el en que está situada por
hacerse allí más efectivo que en otra alguna parte
el servicio del Rey para la previsión de pasar los
buques al pie de su Atalaya, y porque aunque se
quisiera poner en otro lugar de aquellas inmedia­
ciones lo resiste lo anegadizo y pantanoso de ellos,
defectos que no tiene el sitio de la actual vigía por
su mayor altura y con que facilitan a la vista do­
minan la grande anchura del río. Que le consta
que los vecinos de la Palizada para sostenerse no
necesitan introducirse en la jurisdicción de Jonuta
a leñar, cazar, ni otra alguna urgencia; pues es
constante la abundancia que de todo tienen en sus
arroyos y lagunas; pero no obstante ésto por la fa­
cilidad que tienen los palizeños en introducir en
Tabasco, y adoptarse las tierras para lo que les
acomoda le han ejecutado en tal manera que se­
gún voz general, hasta ha llegado el caso que
extraigan de Jonuta para su territorio porciones
de palo de tinta y tablazón de que ha oído no
pocos lamentos el que declara a los tabasqueños;
siendo también cierto, público, y notorio, que los
vecinos de La Laguna y Palizada, han tenido en
sus distintos muchos y grandes cortes de palo de
tinta y de maderas para construcción de bajeles
y últimamente asegura el exponente que duda que
se puso la vigía en Amatitan por este Gobierno.
Han visto con demasiado rubor tal disposición de
palizeños, y laguneros: que formando críticas en el
asunto han pretendido representar, según ha oído
decir el que declara, y que ésto es lo que sabe y
la verdad en fuerza del juramento que tiene fecho
en que se afirmó y ratificó. Dijo ser de cincuenta
y siete años de edad y lo firmó conmigo y testigos
de que certifico.
Miguel Duque de Estrada (Rúbrica) Joseph
Lorenzo Delgado (Rúbrica). Pedro José Fernán­
dez -(Rúbrica). Pablo Escarpato (Rúbrica).”
“En dicho día mes y año. Yo, el teniente Gober­
nador hice comparecer a Juan Cañar, patrón de
bongos, y ante los testigos de mi Asistencia le
recibí juramento que hizo por Dios Nuestro Señor
y una señal de Cruz, so cuyo cargo ofreció decir
verdad en lo que supiere y fuere preguntado, y
siendo con arreglo al auto del Sr. Gobernador dijo:
que hará veinte y cinco años que conoció la Pa­
lizada y empezó a traficar por ésta, no tenía más
que seis o siete casas de vecinos; pero que después
se fue aumentando, en tal manera que de diez y
siete años a esta parte se ha formalizado aquella
Población, donde continuamente se han refugiado
muchos mozos sirvientes de las haciendas de cacao
de esta Provincia que se huyen, y otros hombres
viciosos y delincuentes de ésta y otras jurisdiccio­
nes, porque metiéndose en aquellos montes se ase­
guran de que los persiga la Justicia.
Que estos mismos individuos se han ido apro­
piando y posesionando a su arbitrio para sus la­
bores y demás giros, todas las tierras que han que­
rido de la jurisdicción de Tabasco, tanto por no
conocerse línea divisoria que los contuviese, como
por la poca vecindad de Jonuta de Tabasco.
Que es público y notorio que la tierra en que
actualmente se ha puesto por este Gobierno la
vigía de la Boca de Amatitan es propia de esta
Provincia, y ha oído decir el declarante a los an­
tiguos que ahora muchos años se proveía el res­
guardo de dicha vigía en el mismo lugar que ahora
está, con los milicianos de Macuspana de Tabasco.
Que no tiene duda que para no ser inútil la citada
vigía de Amatitan, es preciso que permanezca en
el puesto en que se halla por disposición del Señor
Gobernador de esta Provincia, pues que por el pie
de su Atalaya pasan todos los Buques, y la domi­
nación de su altura facilita la vista de ellos, ha­
ciéndose así el mejor servicio del Rey fuera de que
los demás parajes inmediatos a la Boca de Ama­
titan, son anegadizos y pantanosos, incapaces de
poder permanecer allí (nadie, especialmente en
tiempos de avenida [lluvia]).
Que jamás ha oído decir que los vecinos de la
Palizada y el Carmen tengan por ejercicio común
el de la caza, ni menos que para proveerse de leña
necesiten los territorios de Tabasco, pues que en
los arroyos y lagunas de los suyos, sobra en todo
y que ha oído quejarse a los vecinos de esta Pro­
vincia de que los de la Palizada no van en los
Distritos de aquí el palo de tinte, tablazones aco­
piadas a orilla de los ríos y últimamente asegura
el declarante que han habido, y hay muchos y
grandes cortes de palo de tinte y de maderas para
construcción de bajeles en las tierras que se haq,
adoptado la jurisdicción del Presidio del Carmen
y Palizada, tanto internándose a la de esta/ae-
clarante haya oído, sabido, ni entendido, que los
vecinos de Tabasco perjudicasen a los de la Pali­
zada y Carmen, quienes sabe el exponente, han
mirado con el mayor desagrado el establecimiento
del vigía en la Boca del Río de Amatitan, igno­
rando el porque, y responde que ésto es lo que
sabe y es la .verdad por el juramento hecho en
que se afirmó. Es de cuarenta y ocho años de
edad, no firmó por no saber, hacerlo yo con -los
testigos de asistencia de que certifico. Miguel Du­
que de Estrada {Rúbrica) Pedro José Fernández
(Rúbrica) Joseph Lorenzo Delgado (Rúbrica).”
“Inmediatamente yo el Teniente de Goberna­
dor hice comparecer a Marcelo García, patrón
de bongos y canoas, y por ante los testigos de
Asistencia le recibí juramento que hizo por Dios
Nuestro Señor y una señal de Cruz bajo cuya gra­
vedad ofreció decir verdad en lo que supiere y
fuere preguntado, y siéndolo sobre los particula­
res que trata el Auto materia de esta información:
Dijo que ha más cuarenta años que están transi­
tando repetidamente por la Palizada, y el Car­
men, con cuyo motivo sabe y le consta que de diez
y siete años ha esta parte ha tenido forma de
Población dicha Palizada, pues antes apenas tenía
diez o doce casas que el mayor número de indivi­
duos que se han establecido allí es compuesto de
mozos, sirvientes prófugos de ésta y otras Provin­
cias, deudores y otra clase de hombres viciosos y
delincuentes, radicados en aquellos montes para
vivir sin la mayor sujeción a la justicia.
Que estos propios individuos así establecidos y
no conviviendose línea divisoria entre ésta y aque­
lla jurisdicción fueron extendiéndose y adoptándo­
se las tierras de esta Provincia, tanto por aquel
motivo como porque la poca vecindad de Jonuta,
y su debilidad, no podía resistirlo.
Que es público y notorio, pública voz y fama,
que el lugar donde está la vigía de Amatitan, es
sin controversia de la jurisdicción de Tabasco, y
así es que la Palizada está en tierra firme y en
medio de la jurisdicción de Jonuta y del Partido
de los ríos Usumacinta. Y que el declarante se
acuerda muy bien que habrá cuarenta años que
provenía el resguardo de dicha vigía por los mili­
cianos de Macuspana de esta Provincia de Ta­
basco, en el mismo sitio y Boca de Amatitan en
que está ahora dicha vigía.
Que no hallando acomodado otro paraje más
aparente en el que se pueda custodiar la Real
Hacienda, juzga el que declara que el citado vigía
de Amatitan conviene allí su subsistencia en el
concepto que es el tránsito preciso adonde debe
reconocer los buques que se destinan a esta Pro­
vincia y aún los que se internan para el Palenque.
Que nunca ha oído que los vecinos de la Palizada
se ejerciten en cazar. Que les sobran montes donde
leñar con inmediación a el mismo pueblo, y es
cierto le consta, que muchos individuos de esta
Provincia, se han lamentado de los robos que les
han hecho de palo de tinte y tablazón los domi­
ciliados en la citada Palizada. Siéndole igualmente
constante al exponente que en las tierras que sin
justo título posee el Presidio del Carmen mantie-
nen sus moradores cortes de madera y fábrica de
bajeles; y que nunca ha oído decir, ni sabe, que
los vecinos de dicha Provincia perjudiquen a aque­
llos, y que creía que lo único que les resulta
es la residencia del vigía de Amatitan en aquel
paraje porque enviándoles sus tratos ilícitos cla­
man, y murmuran con variedad de su estableci­
miento. Y responde que esta es la verdad por el
juramento hecho en que se afirmó y ratificó. Dijo
ser de edad de setenta años, y no saber firmar
lo hice yo con los testigos de que certifico. Miguel
Duque de Estrada. Pedro José Fernández. José
Lorenzo Delgado.”
“En dicho día yo, el teniente de Gobernador
teniendo evacuada la información que se manda
por el Señor Gobernador de esta Provincia la paso
a sus manos y lo pongo por diligencia que certifi­
co. Estrada (Rúbrica).”
“Mediante a que se hallan en esta capital don
Miguel García y don Agustín González; el pri­
mero vecino español de la misma, y el segundo de
igual clase y vecino de Teapa, y que ambos han
navegado por los ríos de esta Provincia, y particu­
larmente tienen práctico conocimiento de todas las
jurisdicciones que circundan la de esta Provincia
de Tabasco, háganse comparecer a los dichos en
este Tribunal, para que bajo la religiosidad del
juramento según derecho, digan lo que sepan o
entiendan por el tenor del auto de este juzgado
con que da principio este expediente. Así lo pro­
veía, mandé, y firmé. Yo el Gobernador militar,
político de esta Provincia, actuando en receptorio
por defecto de Escribano, en la Villa de .Tacotalpa
a catorce de marzo de mil setecientos ochenta y
ocho.—Amusquibar (Rúbrica). Juan de Fradi
(Rúbrica). Nicolás de Centello.
En la Villa de Tacotalpa, Capital de la Pro­
vincia de Tabasco en quince días del mes de mar­
zo del citado año y en virtud del anterior auto hice
comparecer en este Tribunal a don Miguel Gar-
cía, vecino y hacendado en dicha villa, al cual por
ante los testigos de mi asistencia recibí juramento
que hizo a Dios Nuestro Señor y uná señal de
Cruz, bajo el cual ofreció decir verdad en cuanto
se le pregunte y sepa. Y habiéndosele examinado
por el temor del Auto de este Tribunal que obra
al principio de este Expediente, dijo: Que única­
mente ha conocido siempre y es público y notorio
por jurisdicción del Presidio del Carmen, lo que es
la Isla de este nombre, y que aunque en el día
se tiene al Pueblo de la Palizada, y sus tierras paso
a aquella Jurisdicción, que no hay la menor duda
en que estando desiertos aquellos campos y montes,
lo mismo que los de Jonuta y los que hay desde
aquella tierra hasta el partido de esta provincia
nombrado los ríos de Usvimacinta se domiciliaron
en las tierras que hoy se nombraran de la Palizada,
varios delincuentes de todas jurisdicciones, lo mis­
mo que en el que hoy se nombra el Palenque, suje­
to a Ciudad Real de las Chiapas, situado en tie­
rras y dominio de la jurisdicción de Tabasco: Que
habrá diez y siete o diez y ocho años que el señor
Don Pedro Dufau, Gobernador que fue del citado
Presidio, hizo esfuerzos para verificarse la pobla­
ción de la Palizada que hoy existe, con el objeto de
que con las siembras que hicieran pudieran surtir
de víveres al Presidio, pero que no consiguió este
fin dicho señor, a causa de que poblándose la
Palizada como lo está de mozos y reos prófugos de
ésta, y otra Provincias, viven montarazmente sem­
brando el precioso maíz para alimentarse, frijol,
yuca, etcétera, sin conocer en lo general las pobla­
ciones ni lo que es justicia. Que algunos vecinos
de los referidos fueron extendiendo sus siembras,
y dominio en todas las tierras, hasta la inmedia­
ción de Jonuta, como que no ha habido vecinos
en este último pueblo que les impidieran las labo­
res que querían hacer, y mas cuando en la Pali­
zada había Cabo de Justicia de aquellos vecinos
sin obligaciones, y aún de los mismos huyo en
Jonuta, Cabos de Justicia que como vecinos de
aquella jurisdicción la tenían en ésta. Que la vigía
que últimamente se ha puesto por este gobierno
en la Boca del Río de Amatitan, está situada pre­
cisamente en término de esta jurisdicción, aún con­
cediéndole en este tiempo a la Palizada las tierras
que por yermas están labrando. Que además de
que el vigía, y su Atalaya está situada como va
dicho, ser el único puesto alto para libertarse de
las avenidas de los ríos y sólo él, en todas aquellas
inmediaciones para celar la introducción de efec­
tos prohibidos para el Palenque y aún, para esta
Provincia, como para los ríos Usumacinta que es
de esta jurisdicción; de suerte que aún cuando la
vigía se pasara a la otra parte del río donde está,
no sólo no podría permanecer en tiempo de ave­
nidas que duran seis meses del año, sino es que
siendo el río muy ancho por aquella parte, y pre­
cisados todos los buques a pasar por la inmedia­
ción donde hoy está colocada la vigía en el caso
de trasladarla al frente u a otra alguna parte, es
absolutamente inútil. Que los vecinos de la Pali­
zada y Presidio del Carmen en aquellas tierras que
hoy poseen y en las bastas que hay, hasta los ríos
de Usumacinta tienen sobradamente donde leñar
para cargar navios, donde cazar, y donde sembrar
sin necesidad de introducirse en algunas leguas
distante de Jonuta con que estando dos solas le­
guas la vigía de Amatitan de dicho pueblo, se co­
noce por legítima consecuencia que la vigía está
en esta jurisdicción de Tabasco y que la inmedia­
ción a ella de los de la Palizada y Presidio, la usan
malamente según los elamores que ha oído a veci­
nos de Tabasco de robarles aquellos el palo de tin­
te tablazones y de aún en este año pasado de
ochenta y seis, y parte de ochenta y siete, poseyó
el Presidio del Carmen y Palizada una basta ex­
tracción de palo de tinte y de madera. Siendo
igualmente cierto que para la Real Armada man­
tuvo aquella jurisdicción cortes de madera. Y tam-
poco hay duda en que se surten de cuanta quieren
en los términos de Yucatán, si allí los acomoda
tomarla. Y que no ha oído, ni entendido, que por
esta jurisdicción se haga el menor perjuicio a los
de aquella, antes bien por este Gobierno y sus ór­
denes, le consta que aunque aquellos vecinos ha­
cen los daños ya referidos, se les ha tratado por
el Gobernador con equidad y justicia. Que es
cuanto puede decir en los particulares en que ha
sido interrogado. Y leyéndole esta su declaración
con la prevención de que podía añadir, o quitar
en ella lo que no le fuese constante y arreglado a
verdad, expresó estar bien sentada, que se afirma­
ba, y ratificaba en ella, que su edad es de cincuen­
ta y un años, y lo firmó conmigo el Gobernador
y testigos de Asistencia con quienes actuó como
Juez Receptor por falta de escribano, de que cer­
tifico. Amusquibar (Rúbrica) Miguel García (Rú­
brica) Juan de Fradi (Rúbrica) Nicolás de Cen­
tella (Rúbrica).”
‘‘(Incontinenti). Yo, el Gobernador hice com­
parecer en este Juzgado a don Agustín González
Lastiri, vecino y Receptor de Real de Alcabalas
de Teapa y su Partido, perteneciente a esta juris­
dicción, a quien por ante los testigos de mi Asis­
tencia recibí juramento que hizo por Dios nuestro
Señor y una señal de Cruz según derecho de decir
verdad en lo que fuese preguntado y supiere. Y
siéndolo por el tenor del primer Auto que obra
en la cabeza del expediente firmado por mí el
Gobernador, dijo: Que todas las tierras donde está
situada la Palizada, y vecinos que en ella hay
domiciliados, sin contra alguna que son y fueron
de Tabasco, y que así no se encontrará documen­
to, ni Papel que acredite lo contrario. Que todas
aquellas tierras como que eran desiertas lo mismo
que las que se abrogó la jurisdicción de Ciudad
Real en la Población del Palenque situado en me­
dio de esta Provincia, fueron pobladas por varios
reos malechores de varias jurisdicciones y mozos
fugitivos de las haciendas de ésta, como que poco
a poco, y desde el tiempo en que fue el Gober­
nador del Presidio del Carmen el señor Coronel
don Pedro Dufau, y entrande de Teniente Cabo
de Justicia en el Palenque al actual don José
Calderón, se fueron poblando varias personas, y
tomando las tierras realengas de esta Provincia,
que lo desierto de ellas les franqueaba continuan­
do así de unos veinte años a esta parte, en cuyo
tiempo la posesión que les dio el desierto, y la
ninguna oposición que hallaron en los señores jue­
ces de Tabasco, ha facilitado a unos y a otros, que
reclamen jurisdicción en lo que poblaron a favor
de otras, sufriendo la de Tabasco esta conocida
usurpación. Que aún cuando no hubiese estas po­
derosas y notorias razones, no hay alguna que pue­
da replicar ser de Tabasco todo el terreno donde se
ha puesto por este Gobierno la vigía de San Fran­
cisco, alias de la Boca Amatitan, distando ésta dos
leguas de Jonuta. Que según lo que personalmente
ha reconocido el declarante, no hay sitio más se­
guro y útil al servicio de S.M. para el estableci­
miento del citado vigía, que el mismo puesto en
donde se halla para poner freno a las introduc­
ciones clandestinas por el Palenque a Ciudad Real,
a los Ríos Usumacinta, y aún propagarse a toda
esta jurisdicción. Que por la referida utilidad al
servicio del Rey ha oído el declarante a individuos
de varias jurisdicciones renegar contra la vigía de
Amatitan, y las órdenes de allí gobiernan; y que
en el caso que allí no se mantenga dicho vigía,
considera perjudicial a la Real Hacienda lo que
se gasta en mantenerla. Que los vecinos de la
Palizada, y Presidio del Carmen, tienen leña, a las
puertas de sus casas para cuanto necesiten en aque­
llos montes, caza sobrada, y lo necesario a pasar la
vida sin mezclarse en la proximidad a la vigía, ni
a los términos que Jonuta posee. Siendo el mayor
calificante de esta verdad los muchos cortes de
palo de tinta, de tablazones, y de Maderas para el
Rey que tuvieron, y tienen de las dos primeras
clases. Que no ha oído, ni entendido, que en esta
Provincia se haga daño alguno a los vecinos de
aquella jurisdicción, antes por la inversa ha oído
con frecuencia que aquellos roban a los de ésta,
palo de tinta, y tablazones en los mismos cortes de
esta jurisdicción, como que por este Gobierno se
atiende mucho a los vecinos de aquella jurisdic­
ción, convenciendo a ello, el último ejemplar de
que habiéndose perdido en costa un bonguito se
le auxilió por mí el Gobernador para sacar, y lle­
var su bongo, sino que también le prestó los dine­
ros que pidió para represarse al Presidio. Que es
cuanto puede decir en los particulares que ha sido
interrogado, y haciéndole esta su Declaración, con
la prevención de que podía añadir, o quitar en
ella lo que no fuese conforme, y arreglado al ju­
ramento que prestó, respondió, estar conforme a
verdad, que se afirmaba y ratificaba en ella, que
es de edad de treinta y cuatro años, y lo firmó
conmigo el Gobernador y testigos de Asistencia con
quienes actuó por defecto de escribano, de que
Certifico.
Amusquibar (Rúbrica). Agustín González (Rú­
brica). Juan de Fradí (Rúbrica). Nicolás de Cen­
tella (Rúbrica).”
“Respecto de hallarse en esta Capital don Pablo
de Aguilar con licencia por tres días y causa de
ser vigía de la Parra principal de Tabasco, y ve­
cino tan antiguo de esta Provincia, recibíasele de­
claración sobre lo que entienda, o sepa en orden
al contenido del Auto de este juzgado con que da
principio este Expediente. Así lo proveí, mandé, y
firmé yo el Gobernador Militar, y Político de esta
Provincia, actuando en Receptoría por falta de
Escribano en la Villa de Tacotalpa en veinte y
seis de marzo de mil setecientos ochenta y ocho.—
Amusquibar (Rúbrica) Nicolás de Centella (Rú­
brica) Juan Fradi (Rúbrica).”
“Inconti. Yo el Gobernador hice comparecer en
este juzgado a don Pablo Aguilar, vigía de la Ba­
rra Principal de Tabasco, al cual por ante los tes­
tigos de mi Asistencia recibí juramento que hizo
a Dios Nuestro Señor y una Señal de Cruz, ofre­
ciendo por el decir verdad en cuanto supiere y
fuere preguntado; y siéndolo por el tenor del Auto
con que da principio este Expediente, dijo: Que
hace algo más de treinta años conoció todos los
términos, y tierras de la jurisdicción de Tabasco,
y que el sitio donde está situada la Población de
la Palizada, las tierras, y montes que hoy se repu­
tan por de la jurisdicción del Presidio del Carmen
las conoció desiertas, y por de esta Provincia, vi­
viendo en donde está aquella población sólo dos
vecinos que fabricaron respectivamente sus casas:
Que después, principalmente desde el tiempo en
que fue Gobernador de dicho Presidio el Señor
don Pedro Dufau ha conocido que se fueron ave­
cindando por aquellas tierras, y montes varias fa­
milias que no reconocían antes campana,2 ni Ju­
risdicción, y después con motivo de la proximidad
al Presidio conocieron la de él, y la de aquella
Jurisdicción para lo que es Gobierno: Que el mis­
mo terreno donde está situada la vigía en la Boca
del Río de Amatitan es perteneciente a Tabasco,
como parte de la tierra de San Gerónimo de esta
Jurisdicción, y propia de don Eusebio de Torres
vecino de Villahermosa: Que ha oído decir, que
ya hubo muchos años ha vigía en el mismo puesto
que se destacaba del pueblo de Macuspana tam­
bién perteneciente a esta jurisdicción: Que la par­
te en donde está hoy situada la vigía es la única
que sirva para los fines a que se ha puesto por su
altura de terreno, por estar en la misma Boca de
Amatitan que se dirige por varios brazos de río a
Partidos de esta jurisdicción, y a la de Palenque
* Se llamaba reconocer campana, a las personas que habían
vivido en algún poblado con iglesia, o sea bajo el fuero
eclesiástico.
que es de ciudad Real, sujeta a Guatemala cuya
Población también es bien moderna y situada por
varios delincuentes en medio de la jurisdicción de
esta Provincia de Tabasco: Que la vigía de Ama-
titan es tan propia en aquel puesto, que con solo
mudarla al frente de donde está, se hace inútil por
ser playa anegarse todo aquel terreno, y no poder
las embarcaciones pasar por aquel lado del río,
porque hace raudales, o remolinos, además que de
noche, y aún con la neblina de las mañanas, no
venían las embarcaciones que pasan, y deben pa­
sar, por la parte en donde hoy está la vigía; y úl­
timamente que no es extraño, que los vecinos de la
Palizada, y Presidio quieran internarse en esta
jurisdicción, porque el que declara está negándose
continuamente, como lo ha consultado a este Go­
bierno a admitir en las Barras de Tabasco, y de
San Pedro, y San Pablo los vecinos de allí no ma­
triculados que lleven licencia del señor Goberna­
dor del Presidio para establecer ranchos de pes­
quería en los referidos puestos; por cuya razón son
frecuentes los clamores de los que se regresan de
dichas Barras, sin permitírseles el establecimiento
de sus ranchos. Y que ha oído las incesantes que­
jas a vecinos de esta Provincia de que los de la
Palizada y Presidio del Carmen les roban el palo
de tinte, y tablazón que en sus cortes tienen pre­
parados para embarcar; como que absolutamente
es incierto que necesiten leñar, pescar, y cazar en
esta jurisdicción, pues lo que les sobra es leña, y
montes, en los cuales hay hasta el día cortes de pa­
lo de tinta y de tablazones, y hubo cortes de ma­
dera para construcción de bajeles, además de que
igualmente usan de montes, y maderas en la juris­
dicción de Yucatán, y de consiguiente estando el
Presidio del Carmen aislado de agua del mar, per­
suade la razón a que para la pesca no necesitan
introducirse en las barras de esta Provincia, ni los
de la Palizada internarse por la Boca de Amatitan
como ríos que van a términos de esta jurisdicción
y al Palenque. Que es cuanto puede decir sobre
los particulares que ha sido interrogado; y habién­
dole leído esta su declaración, con la prevención
de poder añadir, o quitar en ella lo que no fuese
conforme a verdad, respondió, estar bien sentada,
que se afirmaba y ratificaba en ella, que es de edad
de cincuenta años, y lo firmó conmigo el Gober­
nador y testigos de Asistencia de que certifico.
Amusquibar (Rúbrica). Pablo Aguilar (Rúbrica).
Juan de Fradi (Rúbrica). Nicolás de Centella
(Rúbrica)
“Mediante a que se haría difusa esta informa­
ción si se ampliase con más de doscientos testigos,
que aún podrían ser examinados; dándola por
ahora conclusa a disposición del Excelentísimo se­
ñor Virrey, mando se pase a sus manos en el co­
rreo próximo venidero. Así lo proveí y firmé Yo
el Gobernador Militar y político de esta Provincia,
actuando en Receptoría por falta de Escribano en
Tacotalpa a veinte y ocho de marzo de mil sete­
cientos ochenta y ocho. Amusquibar (Rúbrica) Ni­
colás de Centella (Rúbrica) Juan de Fradi (Rú­
brica) .
Capítulo IV

CARTA DE AMUSQUIBAR. MAPAS,


LIMITES Y UNA DISPOSICION
VIRREYNAL

jonuta-9
5É¡p MWb o b3S.
(Al margen): Informe por Superior orden, y
envía expediente con un plano que acreditan estar
en Jurisdicción de Tabasco el vigía de Amatitan
a que se opone el señor Gobernador del Presidio
del Carmen: Satisface cargos, y consulta. México
13 de mayo de 1788.
Al Señor Fiscal de Real Hacienda (Rúbrica).
Señor: Tengo el honor de haber obedecido con
la mayor posible prontitud la Superior Orden de
V.E. de 14 de Enero último, y el de pasar a sus
manos el adjunto expediente, que en virtud de la
misma orden constante a 15 dé él he formado, para
que la justificación de Vuestra Excelencia instrui­
do en cuanto contiene, y el Plano que separada­
mente, en sus medias cañas pongo este día en el
correo dirigido a Vuestra Excelencia, pueda resol­
ver según halle por conveniente, y de justicia.
En las fojas desde la la. hasta la 4a. inclusive
del prenotado expediente constan los informes tan
opuestos a verdad; (por pura referencia inveráces)
que el Sr. Gobernador la Laguna ha acumulado,
y pasado esa Superioridad a la 5a. siguiente obra
la Superior Orden de V.E. en que su notaría jus­
tificación, sin embargo de la confusión de especies
con que fuerza aquel su voz notan mi persona, y
conducta, quiere V.E. oírme.
Es efectivamente opuesto de verdad el ya ex­
presado informe del Sr. Gobernador del Presidio
del Carmen su decir lo apoya en el relato que fir­
ma, y el relato en ignorar que sean los términos
de su Jurisdicción aún concediéndole lo yermo de
los campos la que se ha querido adoptar. En el ya
indicado Plano, que paso a manos de V.E. recono­
cerá la letra D la situación del Pueblo de Jonuta:
En la F la Hacienda nombrada San Joaquín de
la Jurisdicción de la Palizada; y esta Población
es la letra H; de suerte que hay Camino Tierra
firme en tiempo de secas que son cuatro meses en
el año desde Jonuta a la Palizada, como lo pun­
teado, en el Plano, lo denota.
Lo que no entiende ni puedo saber, en qué se
funda, o en dónde consta cuál sea la línea divi­
soria entre Jonuta y la Palizada siendo Tierra fir­
me, y cuando en el año de 56 solas dos Casas con
dos vecinos había en lo que hoy se nombra la
Palizada, y esa pretendida decantada Jurisdicción,
en lo que son Tierras de Tabasco. Supongo, Señor
Excelentísimo, que no son de poca atención las
declaraciones de los testigos en el Expediente; pero
lo que convence más el ánimo, a no dudarlo, que
cuantas tierras la Palizada poseer son esta Juris­
dicción, se demuestra en el mismo Plano, situada
aquella entre las tierras de esta jurisdicción perte­
necientes al Partido de Macuspana y las respecti­
vas que son de los Ríos de Usumacinta también en
esta jurisdicción.
Sin controversia, por lo general, se señalan los
límites de jurisdicciones por los nacimientos, y tér­
minos de los Ríos, según los vientos, y la asegna-
ción con sus líneas divisorias que se verifican. Nada
de ésto produce, ni prueba el Sr. Gobernador de
la Laguna contra las evidencias, y argumentos si­
guientes.
El señor Gobernador de la Laguna lo es de un
Presidio, cual es el nombrado el Carmen islado de
Mar, con necesidad de navegar tres leguas para
acudir a la Tierra Firme de Palizada, o a esta ju­
risdicción. La Palizada esta tierra firme con Jonu­
ta, no hay ejemplar, ni puede dármelo aquel Sr.
Gobernador de que se confirieran las tierras que
median desde la Letra D. hasta la H. ni parte de
ellas, la Jurisdicción de su Presidio. Pero más ex­
quisito y contrario es, que sin embargo de adop­
tarse jurisdicción en las expresadas: Tierras, in­
tente saltando los ríos apropiársela también en el
terreno donde está la vigía Amatitan, explicada
en el Plano con la letra E, y en el Río marcado
con la misma letra que por dos brazos se dirige
formando uno al Palenque jurisdicción de las Chia-
pas; de manera que la Isla que se advierte entre
la letra D y E, con que se demarca el río de Ama­
titan, es de esta jurisdicción, y de un vecino de la
misma. De consiguiente, resalta la ilegitimidad que
según el Plano asiste al señor Gobernador de la
Laguna para el reclamo que hace, tanto en las
tierras que pretende como en suponerse pertenecer
a su jurisdicción, la en que está situada la Vigía
de Amatitan. Aún más prueba de aquel falible de­
cir sea, Señor, el que la misma tierra en que está
situada la Vigía, es propia de la Hacienda nom­
brada San Gerónimo de esta jurisdicción, ysu due­
ño es don Eusebio de Torres, Teniente Coronel de
estas Milicias Urbanas, que ha obtenido su retiro,
como en los títulos de sus tierras puede calificarse,
y con medirlas.
Si el Señor Gobernador del Presidio del Carmen
corriera con su impulso, como yo, la pluma, y hu­
biera de tener a su cargo el basto Gobierno de esta
Provincia de Tabasco que está al mío, aseguro a
V.E. que aprovecharía el tiempo en el día y la
noche con utilidad del servicio del Rey, y buena
Administración de Justicia, y no le tendría para
entretenerle con oír especies propias de un Presi­
dio, y prestar a ellas su natural bondad, y docilidad.
Supongo, señor Excelentísimo que según irrisi­
ble opinión de la juventud del Ejército, se persua­
den aquellos, que con los Reales despachos que
obtienen para sus ascensos se les subministra cien­
cia para el desempeño de cuantos cargos pueda
fiárseles, aunque por un instante adopte yo esta
pueril opinión, respecto del grado que obtiene el
señor Gobernador de la Laguna y el mío de Ca­
pitán, es indispensable confesarle su errada inteli­
gencia en esta parte, y hacer el más íntegro uso
de lo que Dios concedió a cada uno de entendi­
miento, y adquirió con su práctica y aplicación en
la Universidad del Mundo.*1
He conceptuado hasta ahora al señor don Josép
Casasola por un oficial que está bien instruido en
el mecanismo, y disciplina de un cuartel, y su tro­
pa, suspendiendo el juicio en cuanto a su dispo­
sición gubernativa en el empleo que sirve, respec­
to de que es totalmente diverso este encargo que
aquel: cuyo desempeño pende en un materialismo.
El señor gobernador de la Laguna dirá de mí
lo mismo 2 importunaremos con inútiles expresio­
nes a esa superioridad, dando que hacer sin apoyar
las voces en dolidos fundamentos: Exhibo señor,
fundadas réplicas en justificados hechos, modo úni­
co de poner límites a la voluntariedad del decir.
¡ Desdichada vigía de Amatitan! Apenas se es­
tableció en la Boca de Amatitan, cuando al mes
sucesivo levantaron el grito para reformarla, o qui­
tarla de aquel puesto, natural Atalaya que registra
los excesos.
En fines del año de 85, la integridad de ese
Superior Gobierno a esfuerzos de la pureza y celo
del Señor Fiscal de Real Hacienda, se me pidió
informe, y que propusiera el puesto en que conve­
nía establecer el citado Vigía, mandando serme
decidlo que me pareciera útil al servicio de Su
Majestad bajo el concepto de que la población
de Jonuta se había de fomentar y auxiliar para
su aumento útil. No tuve más arte, ni más parte
en este particular que sentar la pluma obedeciendo
1 Subrayado para que se vea cómo en política, dos y dos no
son cuatro. Cada gobernante habla mal de su vecino. Desde
luego, esto, sólo sucedió en los días virreynales. ..
1 Claro que lo dijo.
despojando todo mi espíritu en lo que era Utilísimo
al servicio del Rey. Efectivamente con conocimien­
to de los términos de mi jurisdicción, y noticias de
vicio las prácticas infidentes, propuse por útil en
terreno de la vigía en donde hoy está y además
de que no hay otro terreno donde sea útil, según
el Plano lo advierte, es, sin disputa situada en la
jurisdicción de esta Provincia. Propuse al mismo
tiempo (éste ha sido mi pecado sin perdón, en el
concepto del Señor gobernador de la Laguna) que
la Guardia de la Palizada que provee aquel Presi­
dio, no estuviese de Plantón, y que fuese mandada
por el oficial; y en este proponer es visible mi es­
píritu y memoria de la Ordenanza Militar, que
prohíbe, los Plantones por justísimas y poderosas
causas, iguales a las que representé. A un oficial,
aunque sea el más inepto, no se le soborna con
interés alguno, y todo sargento, por lo general en
estos países, se les llama la atención a que la sepa­
ren de sus obligaciones, dándoles una botija de
aguardiente, vino, o cosa equivalente. A la sazón
que ésto representa, mantenía el señor Casasola,
de plantón en aquella guardia y puesto (propia­
mente en Indias) un sargento que estima, y lo
acredita el hecho del destino de plantón que le
dió. Fue sin duda golpe que le penetró al corazón,
y le hizo tratar el punto con varios asesores que tan
lejos como yo mantiene en su Presidio, y como sus
lisonjeros dictámenes hallaron asiento, y abrigo en
el resentimiento del señor Casasola, prepararon las
infundadas quejas de su representación a ese Su­
perior Gobierno en 16 de mayo de 87, tomando
por pretexto las destempladas voces, que el vigía
de Amatitan lo situé en su jurisdicción y no en la
mía; pero como acreditó de otra manera cuanto
expuso, que firmando la representación un Coro­
nel graduado, prevalido de este grado, ha pade­
cido todo su relato la nulidad inseparable de la
injusticia, arrojándose a expresar, como si yo sir­
viera Monarca extranjero, que por atención a ese
Superior Gobierno, no había hechado el vigía de
aquel puesto ¡ raro decir, y no muy fácil empresa,
que denota su indispuesto preparado ánimo con­
tra mí y mis providencias!
Viendo pues, que su representación, ya refe­
rida, no había tenido las resultas con que se li­
sonjeaba esforzó su tema valiéndose (cosa bien
extraña e impropia) del Teniente de la Palizada,
y del capellán de Jonuta don Manuel Vásquez
que a mano de ambos formaron su Papelón con
las exquisitas pretenciones que producen, y adopta
con su informe, como lo más sincero, el ante dicho
Casasola, entregado con ceguedad a alimentar en­
cono desconociendo la razón, y aún la justicia.
Pruébase ésto con las crudas destempladas expre­
siones de su representación de 16 de mayo citada,
en donde introduciéndose a lo que no le compete,
y si olvidado de que mi representación en esta
provincia es igual a la que ostenta en aquel Pre­
sidio, tiña su pluma, o la ajena, el papel, mote­
jando de inquietudes mis procedimientos judicia­
les con los vecinos de esta mi jurisdicción; cosa que
debió haber omitido, aún cuando de ello tuviese
certeza, por moderación, por cristiandad y por no
hacerse sospechoso introductor, procurador o de­
fensor de individuos de esta provincia. Absoluta­
mente no pueden advertirse semejantes expresión
sin conmover, quien tiene como yo honor, su es­
píritu a levantar los clamores a ese Supremo Go­
bierno; no siendo de menos atención la enfática
voz con que supone el señor Casasola que la vigía
de Amatitan se ha puesto allí persuadido yo a que
desmembra mi comercio, colocando esta voz en
términos que puede deducirse también, que el co­
mercio que llama mío es el de la Provincia de mi
mano y ésto supongo es lo más conforme verdad
que debe decir, respecto de que es público y no­
torio, hasta en los labios de mis émulos, y corre­
gidos, que no conozco el interés, que no tengo co-
mércio alguno, y que apenas el sueldo que me da
Su Majestad me alcanza escasamente para alimen­
tarme, para portes de cartas, para papel do oficio,
para la Media Annata,3 para gastos de escritorio,
y mantener presos de la Provincia, prefiriendo mi
aprecio lo que es justicia, y equidad jiara poner
esta jurisdicción, aunque tan basta, en los términos
que lo ha conseguido mi afán con el estableci­
miento de un gobierno racional y cristiano. El se­
ñor Gobernador Casasola llama inquietudes mías
al incesante celo que acredito eh oposición del
contrabando. Nombra inquietudes a guardar yo
justicia sin reservar a los que se tienen por ricos,
que hasta ahora, los más, no la conocieron. Nom­
bra inquietudes a que habiendo reos de mi Pro­
vincia se acogieran a su jurisdicción, y faltando
a lo que conmigo había acordado a mi ingreso
al gobierno para la aprehensión de estos delincuen­
tes, no sólo los abrigó en el presidio, sino es que
los dio pasaporte para que se encaminaciones que
contra vecinos de esta Provincia disponen los Tri­
bunales Superiores de esa Corte, y se llevan apuro
y debido efecto, como que entre el mandato, y la
práctica, no encuentro arbitrio. Y últimamente, se­
ñor Excelentísimo digo; que nombra inquietudes
al exacto desempeño de cuantas comisiones hasta
hoy fiaron a mi cuidado esos Superiores Tribuna­
les, comprendiéndose en ellas la última que aca­
bo de verificar contra el Administrador de Alca­
balas de esta Provincia en la visita e inspección
que hice a la Aduana de su cargo, y al continuo
trabajo con que atendiendo aún tiempo al despa­
cho político y militar de los diez Partidos que com­
ponen esa Provincia, o al oficio de Escribano, o la
Oficialía Real, a la Delegación de tierra y Aguas
Baldías, y a la Subdelegación Matrícula de Ma­
rina, y correspondencia con todos' los Tribunales
Superiores se ha despachado todo mi solo, aún a
3 En latín annata. Anual que se pagaba domo renta, por
cualquier beneficio o empleo que el monarca otorgaba.
pesar de las continuas calenturas, y males que me
ha producido lo inclemente de este temperamento,
que por espacio de tres años llevo de Gobierno; 4
más conozco que es obra de Dios, que no he pa­
decido en la cabeza ni en el espíritu. Y como todo
lo referido aún mismo tiempo lo ejecuto y evacuó;
de hoy es que se tenga este celo y deseos de llenar
hueco de mis obligaciones por inquietudes; y aún
esta respetuosa representación se tendrá por tal, a
causa de rebatir en justicia los cargos o motivos
que me la hace producir; y no son menos concu­
rrentes a calificar de inquietudes mis providen­
cias, hijas de la necesidad, en abvio de los géneros
de Castilla, que del Presidio del Carmen intentan
introducir por vía de Ranchos para lograr el ma­
yor lucro en su venta, y me he conformado con
hacer pagar todos los Reales derechos que satis­
farían los mismos efectos si salieran de Veracruz;
según todo esto se acredita en las cuentas de Real
Hacienda que acabo de pasar al Real Tribunal de
ellas, y lo que más allí aparecerá y resaltará, será la
venta en público pregón de doce botijas de aceite,
remitidas de Campeche para el servicio de mi mesa
que no pedí, y se reintegrarán los reales derechos
como si hubieran salido de Veracruz. Estas, son
propiamente inquietudes vituperables a los que re­
frena mi procedimiento, pero loable al servicio de
Su Majestad, y que califican mi obediencia a sus
resoluciones, y a la de esos Superiores Tribunales;
quienes podrán informar uno por uno de mi noto­
ria actividad, celo, amor al servicio, y puntual
cumplimiento a sus disposiciones, sin pararme en
lo que acredite a Vuestra Excelencia mi desinte­
rés, pues por notorio, y publicado por las voces
de mis émulos, y corregidos, parecen demasiada
satisfacción correr la pluma en esta materia, sien­
do su origen obra de Dios, y no de admirar en
quien profesa honor.
4 De 1785 a 1788.
Vuestra Excelencia con su acostumbrada pru­
dencia y celo, me manda en su citada Superior
Orden que guarde buena armonía con el memo­
rado señor Casasola; pero hago presente a Vuestra
Excelencia que las operaciones de él son opuestas a
las mías, y de consiguiente no me deja arbitrio
a poder conciliaria. Parecía como regular, y aún
preciso que si creyó a su informante sobre estar la
vigía de Amatitan en tierras de su jurisdicción, o
sobre los perjuicios que supone haga a sus vecinos;
se hubiera pasado oficios, o escritos, antes de re­
currir a esa superioridad. Nada de ésto ha practi­
cado, y si no, que enseñe una letra mía, y así se
comprobará que ha querido voluntariamente y por
su presentimiento de guardar conmigo ni aún co­
rrespondencia política. Creo con evidencia, que si
se hubiera dedicado, como yo, a no conocer otra
cosa que la justicia, no podría tomar la pluma en
los términos que lo ha practicado, ofendiéndome
directamente, cuando lo que menos cuido es inge­
rirme a saber lo que pasa en su jurisdicción y de
consiguiente, no hay ejemplar de que en las mate­
rias de Real Hacienda, y de Justicia que aquel
señor Gobernador ha de observar, se halla ya in­
culpado directa, ni indirectamente, antes por lo
contrario, a los individuos de su jurisdicción he
tratado y atendido en los términos que acreditan
a Vuestra Excelencia los adjuntos Documentos
que paso a sus manos con los números 1,2, 3, 4,
5, 6 y 8, separados del Expediente, únicos com­
probantes de cuanto llevo expuesto, y que no me
dará el señor Casasola iguales testificantes de su
protección que no sea a reos de esta Provincia.
La Vigía de Amatitan, Señor, puede Conocer
Vuestra Excelencia el ningún interés personal que
me asiste para que subsista y más cuando me fa­
cilita trabajo únicamente, y opositores; pero en
obsequio de la verdad, y cumplimiento de mis obli­
gaciones, represento a Vuestra Excelencia reveren­
temente, que sólo en el puesto que ocupa es útil,
y ocioso el ponerla en otra parte, como que está
en términos de esta jurisdicción de Tabasco. Y
cuando aún contra la información que yo hago
testifican de esta verdad le sea fácil al señor Casa-
sola hacer otra, juzgo señor, que no hay una cosa
más fácil que nombrase de esta Provincia sujeto
(sujetos matemáticos), y que se nombren otros de
la jurisdicción del Presidio del Carmen con sujeto
autorizado por Vuestra Excelencia, para que según
el acto de reconocimiento y dimensiones de tierras,
y Ríos, y con presencia de documentos, o de suje­
tos antiguos que declaren en el particular que
abran las rayas divisorias de jurisdicción que Vues­
tra Excelencia encuentre por oportuno, aún en el
caso de que al Presidio del Carmen sea del Supe­
rior agrado de Vuestra Excelencia concederle más
tierras que las que comprende el recinto de los que
es la Isla del Carmen, o Presidio de este Nombre.
No obstante que inmediatamente de haber reci­
bido la orden de ese Superior Gobierno para pedir
a los oficiales Reales de Veracruz los ornamentos,
y demás objetos para la Iglesia de Jonuta, les pasé
relación de todo lo que se necesitaba, y de que me
respondieran lo habían encargado a México para
su menos costo; he repetido igual oficio solicitando
la remesa de los expresados ornamentos el 6 del
mes próximo pasado, en virtud de la nueva orden
de Vuestra Excelencia para ello. Y aunque el en­
vío de dichos ornamentos se ha demorado mucho,
no ha perjudicado de modo alguno al intento pia­
doso de que los vecinos de Jonuta no carecieran
de todo el pasto espiritual que les complete pi­
diendo motuo proprio ornamentos prestados al Cu­
ra de Villahermosa en esta Jurisdicción de los
mismos que usó el Capellán don Manuel Vázquez,
y está usando el actual don Pedro Román por
aquel ceducido o llamado de la Palizada, por sus
intereses particulares, abandonó a Jonuta, u es
Capellán de la Palizada, de esta verdad sea el más
auténtico testimonio el adjunto documento, firma-
do por el mismo Cura de Villahermosa que paso
a manos de Vuestra Excelencia con el Número 7
para su inteligencia, y la de ser incierta lo que es­
cribió el mismo capellán Vázquez al Teniente de
la Palizada hecho a mano todo para exclamar a
favor de sus intentos en esa superioridad.
Y pues que mis deseos se dirigen al acierto,
dando prontísima obediencia a cuanto Vuestra Ex­
celencia se sirva mandarme; le suplico encarecida­
mente me aclare y preceptúe, que efectos, si del
país o de España, si debo o no, permitir que se
introduzcan con registro, o sin él por Boca de Ama-
titan, atravesando gran parte de esta Provincia al
Palenque, para que desde allí conduzcan los efec­
tos a Ciudad Real de las Chiapas, y las reglas que
para los mismos fines, y con el propio objeto debo
observar entre el comercio que hace Campeche, y
el Presidio del Carmen con esta Provincia. Respec­
to de que hasta ahora no tengo órdenes contrarias
a la que permite únicamente la introducción de
efectos de Castilla, conducidos de Veracruz bajo
el registro correspondiente, pues aunque el señor
Intendente de Ciudad Real dice, que el Rey quie­
re que se quiten los grillos al comercio, siendo yo
como soy un mero Alcalde, no puedo de consi­
guiente innovar en los que tiene el comercio hasta
esta época, Ínterin que Vuestra Excelencia, que es
en quien concurre toda la facultad, no me precep­
túe la constante práctica que debo seguir en esta
materia.
En todas, resolvería Vuestra Excelencia que sea
de Su Superior agrado.
Nuestro Señor guarde la vida de Vuestra Ex­
celencia como deseo. Tacotalpa 4 de abril de 1788.
Francisco de Amusquibar (Rúbrica).
(Al margen:) De Oficio lo juro Excelentísimo
señor.
El Fiscal de Real Hacienda dice: que en este
expediente exigen resolución tres puntos: primero,
si ha de continuar el Vigía del Río de Amatitan
en el paraje, en que se halla; segundo, si ha de
reconocer el pueblo de Jonuta al de la Palizada
en cuanto a la jurisdicción civil, y reputarse como
visita a doctrina suya en cuanto a los eclesiásticos;
tercero, ¿qué efectos se han de permitir introducir
de Campeche, y del Presidio del Carmen por la
Boca del Río, y con qué formalidades?
Sobre el primero; la pretensión del señor don
José de Casasola, para que se mude el Vigía del
sitio en que se halla, se funda en que pertenece
a su jurisdicción que perjudica a los vecinos del
pueblo de la Palizada, impidiéndoles pescar, leñar,
y otros trabajos con que subsisten; y que de per­
manecer allí, serán continuas las deserciones entre
el guarda y justicia de dicho, pueblo.
El Gobernador de Tabasco satisface difusamen­
te las consultas del señor Casasola, acompañando
un Mapa de la Provincia y una información reci­
bida con ocho testigos, en que se acredita, que el
sitio en que está el vigía, y aún las tierras del ex­
presado pueblo de la Palizada, pertenecen a Ta­
basco; que no hay otro paraje, en que pueda po­
nerse con utilidad, y que ni son ciertos los perjui­
cios, que se suponen, ni necesitan aquellos vecinos
introducirse en la Barra de Tabasco, para pescar
y cortar madera.
Al Fiscal le parece: que prescindiendo de la in­
formación, es más verosímil, que todas las tierras
que se expresan, pertenezcan a esta basta Provin­
cia, que a la del Presidio del Carmen, cuyos límites
señala el mar con que se halla rodeada, y que
aunque por ser el destacamento del presidio cuyos
límites señala el mar conque se halla extendido el
pueblo de Palizada, por de aquella Jurisdicción de
que dista tres leguas por mar, las tierras serían
(sin duda) de Tabasco, como expresan los testigos
de la citada información.
Pero sea lo que fuere, el Vigía se ha puesto por
este superior Gobierno, que tiene igual autoridad
en uno y otro Territorio, y es conveniente que sub-
sista en el sitio en que se halla, para evitar las
clandestinas introducciones de efectos y que per­
manezca con perjuicio de la Real Hacienda, el
pueblo restablecido de Jonuta.
Habiendo estado sujeto siempre a la Provincia
de Tabasco, no hay mérito, para que se innove,
como ha solicitado el justicia y vecinos de la Pa­
lizada sin necesidad de reconocerse, como Doctri­
na suya en lo eclesiástico, pues el vicario, que le
asiste, tiene por la Real Hacienda la suficiente
dotación de trescientos pesos esta mandado repe­
tidamente se remitan por los ministros de la Caja
Principal de Veracruz los ornamentos necesarios
para celebrar, y con fecha del próximo Abril, se
pasó ornamento a los de las cajas generales para
su habilitación, con lo que queda satisfecho el
segundo punto.
En cuanto al tercero; promovido en el informe
del Gobernador de Tabasco sobre los efectos y for­
malidades, con que deben permitirse pasar por la
Boca del Río, nada hay, que añadir a las órdenes
que están dadas anteriormente; pues no siendo
Campeche, Tabasco, ni el Presidio del Carmen,
Puertos habilitados para el Comercio, no deben
permitirse introducir sino los efectos de el País,
que vayan con los correspondientes registros; y los
de Europa, sólo dirigidos con iguales formalida­
des por el de Veracruz, bajo las reglas del comer­
cio libre, llevándose a efecto sin indulgencia, ni di­
simulo las órdenes expedidas en el tiempo ante­
rior, a que se refiere el Gobernador en su citado
informe.
Vuestra Excelencia se servirá declarar que debe
subsistir el Vigía de Amatitan en el mismo sitio
y términos en que se halla, y bajo las prevenciones
contenidas en la superior orden de catorce de ene­
ro, de no prohibir a los vecinos de la Palizada con
pretexto alguno pescar, leñar, cazar, ni a los cayu­
cos, ni canoas, que salgan con éstos, o semejantes
destinos, la entrada y salida por las bocas y este­
ros, lagunas, que les convengan; ni tampoco em­
barazar la saca de palo de tinta! y otras maderas
finas u ordinarias de dicha Provincia de Tabasco,
del Palenque, y otra parte alguna, no siendo de su
cargo averiguar, de donde vienen, o han sido cor­
tadas, y si del de los dueños de los terrenos recla­
mar los perjuicios, que se les sigan ante la Justicia
del territorio, que deberá administrárseles breve y
sumamente, aprendiendo y castigando a los que
sin licencia de los propietarios, se introduzcan en
posesiones ajenas con este objeto; y últimamente;
que se debe ceñir el guarda a las funciones de su
instituto, que es, no permitir la introducción de
efectos de ilícito Comercio sin los registros, y for­
malidades regulares, ni la de personas, que no
llevan los pasaportes, y licencias correspondientes.
Para cumplimiento de todo, dispondrá Vuestra
Excelencia se participen estas providencias al señor
Intendente de Yucatán: al Sr. Gobernador del
Presidio del Carmen, y a! de Tabasco: previniendo
a éste, que cuando se intenten introducir por la
Vigía del Río de Amatitan con destino a dicha
Provincia del Palenque, o cualquiera otra parte,
efectos, géneros, o frutos Europeos, que no vayan
del Puerto de Veracruz debe declararlos por de­
comiso, y las Embarcaciones en que se condugeren,
conforme a lo prevenido en Real Orden de tres
de julio de setescientos ochenta, sin arbitrio para
libertarlos de esta pena, y participándole la orden
expedida a los Ministros de las Cajas Generales
para la habilitación de Ornamentos del Pueblo de
Jonuta. Y respecto a que después de mes y medio
no se ha recibido contestación, mandará Vuestra
Excelencia se les repita, con prevención de que no
difieran por mas tiempo el cumplimiento de lo
prevenido, sobre que Vuestra Excelencia queda a
la mira. México 31 de Mayo de 1788 entre ren­
glones = al señor Intendente de Yucatán =
vale =
Cerrada (Rúbrica)
(Al margen:) Nota Este expediente lo devpí-
vió el Asesor de la Superintendencia sin parecer
y se pasó al señor Asesor General (Rúbrica). Mé­
xico 6 de junio de 1788.
Al Asesor de la Superintendencia de Real Ha­
cienda.
Véase el Expediente sobre agregar al Carmen
el Partido de Usumacinta en donde se tomó re­
solución sobre todo fojas 9 de el (Rúbrica).

141
jonuta-10
Capítulo V

LA MEDIA ANNATA
E n la nota 3 del capítulo III hablo del con­
cepto de la Media Annata, y digo, que al final
transcribo un documento de esta tributación,
correspondiente a la Provincia de Tabasco.
Respecto a este tributo, el historiador Cla-
rence H. Haring, dice lo siguiente: “En el siglo
xvn, como la monarquía se encontraba cada
vez más empobrecida, se adoptaron otros mé­
todos para extraer dinero de los empleos pú­
blicos, tanto en España como en las colonias.
Surgieron la mesada y la media annata. La me­
sada representaba el ingreso de un mes de
sueldo por cada funcionario secular o eclesiás­
tico recién nombrado en las colonias. Se aplicó
a todos los cargos seculares en 1625 y más tar­
de por concesión papal se hizo extensiva a los
eclesiásticos. Todo eclesiástico que asumía un
cargo, desde el arzobispo al simple cura con
un ingreso de cien ducados o más, pagaba una
mesada calculada sobre el promedio anual pro­
ducido por el beneficio durante los cinco años
precedentes. Para los funcionarios seculares se
la reemplazó en 1631 por la media annata, con­
sistente en la mitad del sueldo del primer año
más un tercio de todos los demás emolumentos
provenientes de cargo público, favor o conce­
sión, permanentes o temporarios, incluso he­
rencia de una encomienda. Si un oficial era
ascendido a la jerarquía superior se le retenía
el aumento. Luego de 1754, el Papa Benedicto
XIV otorgó a la Corona autorización para
exigir también a los altos dignatarios del clero,
es decir, a quienes percibían un sueldo anual
de trescientos pesos o más, el pago de la media
annata; los clérigos menores continuaron pa­
gando sólo la mesada; pero aquélla no se re­
caudó en las colonias sino muchos años des­
pués.
Los ingresos netos de este origen se hallaban
reservados para uso de la Corona; a fines del
siglo xvm, en Nueva España ascendieron a más
de ciento veinticinco mil pesos. Eran enviados
a España por separado, por cuenta y riesgo del
funcionario que pagaba el impuesto. Ello va­
riaba según las épocas, pero en el siglo xvni se
fijó en un 18% para cubrir los gastos de viaje,
avería y otros impuestos.” 1
La documentación se encuentra en el Archi­
vo General de la Nación de México, Media
Annata, vol. 73, leg. 12, y comienza cuando
don Juan Sánchez Casahonda en representa­
ción del Alcalde Mayor don Sebastián Mal-
donado se dirige a las autoridades de Nueva
España el 7 de octubre de 1775, para infor­
marles
“que habiendo ocurrido a la Contaduría General
de Media Annata a que se pusiera la correspon­
diente razón a la adjunta libranza para su cobro,
se pretende en ella regular no tan solo por el
1 H aring , Clarence H., El Imperio Hispánico en América,
Solarl Hachette, Buenos Aires, Argentina, 1972, pp. 297-298.
premio del seis por ciento que se le ha aplicado
al señor (Maldonado) mi parte de lo colectado
en el tiempo que tuvo en fieldad 2 las Alcabalas,
sino también del salario que percibió el Oficial
de Pluma, (el) Receptor y (el) Guarda. Y por­
que sobre ésto se ha formado duda, es indispen­
sable para su desición la demora de algunos días,
porque en ellos se le sigue a mi parte grave per­
juicio, estoy pronto a que por lo que respecta al
seis por ciento del premio, se deduzca la Media
Annata, y por lo que mira a la restante, estando
como esta y pronto a afianzar su importe no se
me detenga el cobro, y se me entregue el expe­
diente para deducir lo qué al señor mi parte
convenga”.
El licenciado don Sebastián Maldonado fue
Alcalde Mayor de Tabasco de 1771 a 1779.
El historiador tabasqueño Gil y Sáenz3 dice
en su obra que gobernó de 1775 a 1778, equi­
vocación que sufrió seguramente porque no tu­
vo documentos aclaratorios a mano.
Ahora proseguimos con el otorgamiento que
hizo a nombre del licenciado Maldonado —año
de 1775— el señor Sánchez Casahonda y qué
resultado tuvo.
Don Pedro Núñez Villavicencio, Juez Priva­
tivo del Real Derecho de Media Annata, or­
denó que se otorgase fianza, se retornara la
libranza y se diera el expediente por tres días
al apoderado de don Sebastián Maldonado.
2 Despacho que el Consejo de Hacienda otorgaba, con anuen­
cia del rey, para que pudiera recabar rentas.
3 G il y Sáenz, presbítero Manuel, Compendio Histórico,
Geográfico y Estadístico del Estado de Tabasco, Tipografía
de José M. Avales, Tabasco, 1872, 252 pp., 21 x 15 cm.
En la audiencia de 24 de octubre en la ciu­
dad de México en su ocurso dice Sánchez Ca-
sahonda:
“La Ley Real de Indias manda a los guardas de
las visitas de los navios, no se cobre Media Anna­
ta, y la razón que da es. porque no llevan salario
y lo que se les da es solo por su trabajo, y lo
mismo acontece con los de Alcabalas y con los
Receptores y Oficial de Pluma.”
En su alegato dice, que lo que se les da en
dinero “no es salario, ni renta perpetua, sino
una recompensa de lo que en aquel interior
trabajan, y militando la misma razón que da
la ley, parece que debe en cuanto a ellos, ob­
servarse su disposición”.
Pero prescindiendo de ésto sobre que la cristiana
justificación de V.S. resolverá lo que correspon­
da, lo que no tiene duda es: que la acción contra
los magistrados, es subsidiaria, para solo el caso
de que no pueda cobrarse de los deudores di­
rectos, y asi sin que preceda la excursión no es
ejercible contra el señor mi parte.
Dura cosa sería, que a los señores Jueces Priva­
tivos de Media Annata, por solo que hubiesen
dejado de cobrar alguna, se les hace directamente
cargo de su importancia, sus diligencias primero
su recaudación de los causantes; de que se de­
duce, que aunque hubiera tenido instrucción, y
orden para cobrarla, que no la tuvo, sobre que
pudiera insistir en que se pusiesen los documen­
tos correspondientes si la cortedad de lo que im­
porta sufriera estos costos y sin que la ejecución
preceda no es responsable el señor mi parte; y
en estos términos debe la fianza entenderse, ma­
yormente cuando en ella no la renuncia expresa-
mente, ni por mi, ni así' nombre. En atención
a todo: Se ha de servir V.S. determinar lo que
tuviere por de justicia en cuanto si causó o nc
Media Annata lo que dichos ocupados percibie1-
ron, y en caso de declarar haberse causado de­
clarar igualmente deberla satisfacer ellos, y nc
mi parte, sino sólo en el caso de que contra las
instrucciones que se le hubiesen dado por este
Juzgado Privativo hubiese dejado de cobrar, y no
pudiese ya hacerse de ellos, y que así constó por
medio de la ejecución.
La contestación del Presidente de la Conta­
duría General del Real Derecho de Media, don
Lázaro de Anoceto y Garré, al Juez Privativo,
señor Núñez Villavicencio, dice:
No admitiendo duda la responsabilidad que asis­
tía al señor licenciado don Sebastián Maldonado
a la paga de Media Annata, correspondiente al
premio que percibió en lo colectado de Alterado,
que gestiona únicamente la que causaron el ofi­
cial de pluma Receptora, y Garda que nombro
para su administración: excepcionándose con va­
rios fundamentos de la obligación de satisfacer
por ellos hasta en el entretanto no se justifica la
imposibilidad que les asista de poderlo ellos eje­
cutar : resuelto previamente el si deban o no,
contribuir a este derecho.
Fundar que estos individuos se hallan innodados
en la contribución del con demasiada extensión,
a más de lo gravoso que le es al exponente con­
tener cada una de las partidas de Media Arinata
que se causan, sería fastidioso en recitar una obli­
gación tan pública, y notoria entre todos los que
tiran sueldo de Real Hacienda. Y así supuesta
la generalidad del contenido de la regla del nuevo
Arancel comprensiva de todos los oficios, cargos,
mercedes y rentas, y toda clase de personas sin

BIBLIOTECA ÍOSE MA. BINÓ SUAIÍE2


GOL. “ALFONSO TAJlíACENíÍ”
excepción alguna; es bastante y suficiente para
contemplar ligados a este gravamen a todos los
sujetos, y oficios que se dirijan a la intervención
y conocimiento en rentas Reales una vez que por
ello se les asigne algún sueldo, o premio; pues
percibiéndose éste de efectos pertenecientes a S.M.
es induvitable el que causan la Media Annata: y
lo confirma la regla 7a. del citado Arancel.
Esto asentado no presume el que informa concu­
rran en el Oficial de Pluma, Receptor, y Guardas,
circunstancia alguna que pueda exonerarlos de
esta obligación, porque su intendencia, oficio y
ejercicio, no fue otro que el de la recaudación
de Reales Alcabalas, celar, y cuidar la defrauda­
ción de ellas y llevar la cuenta y razón de su pro­
ducto, del mismo por esta ocupación se le satisfizo
aquel premio correspondiente a su trabajo, y
aunque éste haya impedídose personalmente, no
es excepción que los liberte, atento a que esta
circunstancia ya se tuvo presente por S.M. al
tiempo de la reformación de las reglas de este
derecho como se manifiesta en el tenor de la la.
ya citada.
Como declaración expresa de la inhibición de es­
tos individuos, por lo respectivo a este derecho
se asienta la Ley Real de Indias, que previene la
liberación de los Guardas de Navios, por no lle­
var éstos sueldo asignado y ser únicamente lo que
se les da por razón de su trabajo, y que inter­
viniendo la misma circunstancia en los de Alca­
balas, debe entenderse lo propio por la paridad
que corre.
No puede negarse el literal sonido de esta legal
disposición, pero su espíritu parece muy contra­
rio, si se pretende adaptar a los presentes Guar­
das, y demás individuos. Respecto a que la razón
que hubo, para que la Ley libertara a aquellos
no se versa en éstos. Excluye a los Guardas de
Navios de este derecho porque en la ocupación
no llevan salario ninguno asignado y lo que se le
da es sólo por su trabajo. Aquí concurren dos
circunstancias la primera, que no llevando salario
señalado de Real Hacienda, no tienen de que
pagar. Y la segunda que aunque se les paga por
razón sólo del trabajo no es de caudal propio
de Real Hacienda, ni de efecto ninguno que per­
tenezca a S.M. porque en este caso mas que fuera
por el motivo referido del trabajo estarían su­
jetos a la contribución en virtud de la indicada
regla la. La satisfacción con que se les recom­
pensa, está librada contra los que resultaren cul­
pados según la Ley 67 de la misma Recopilación,
y como quiera que la exacción de estas costas no
sean fondo del Erario, ni menos la parte de ellas
destinada para estas pagas, perteneciente a S.M.
de aquí proviene que la Ley los liberte, como
fundada está en la anterior citada, como lo evi­
dencia su posterior promulgación, y se patenta
por sus notas marginales.
Los individuos que el señor Sebastián destinó y
ocupó en la administración de las Alcabalas, no
Ies asignó el salario en las costas que se exigieran
a los que se aprehendieran por defraudadores
de este derecho, sino que en virtud de superior
decreto del Excmo. señor Virrey, tuvo la facultad
de nombrar a los referidos sujetos, y señalarles,
como defecto les señaló el salario que por ello
habían de gozar en la gruesa de lo que se colec­
tara en este ramo que pertenece a S.M. y por
eso en las cuentas que dio el tiempo de su fieldad
se le pasaron y admitieron en data, dos mil dos­
cientos cincuenta y cinco pesos dos tomines ocho
y medio granos, que dio gastados en estas pagas.
Con que parece que estas circunstancias están
muy lejos de convenir, y convenir combinarse, con
los que concurren en los Guardas de Navios; y
el motivo en que la Ley se funda para la libe­
ración de éstos, muy diverso al que interviene
para la responsabilidad de aquella. En los pri­
meros está evidentemente manifiesto que por gra-
tificarse a costa de culpados los excepciona la
Ley: y a los segundos como que su salario se les
libró en la gruesa del producto de las mismas
Alcabalas (cuyo caudal es ramo Real) los liga
y sujeta al general gravamen que el mismo So­
berano impone a todos los que percibieren pre­
mio de estos efectos. A nada de lo dicho puede
obstar la cortedad y miseria de las porciones, con
que en semejantes ocupaciones se acuse a estos
individuos; ni a la que les asista en sus personas;
por dos especialísimas razones. La primera, por­
que la imposición del derecho es general sin li­
mitación ni excepción alguna de personas. La
segunda, que como la cuota con que deben con­
tribuir es a proporción de lo que reciben segre­
gando la décima parte para este derecho, cuanta
menor fuere la recepción tanto menos será el im­
porte de la contribución.
No admite duda, que debería preceder la excusa­
ción en los principales deudores, si el señor don
Sebastián no se hubiera obligado expresamente
en la fianza que otorgó a favor de este Juzgado en
16 dé mayo de 770 de recaudar (por ser de su
cargo) todo lo que por razón del derecho de Me­
dia Annata se causara en su jurisdicción de las
personas que lo debieran satisfacer; y en defecto
de no ejecutarlo así se sometió, y consistió, el que
por esta Contaduría se le formase cargo de ello,
y su paga la haría lisa y llanamente. Cuyo do­
cumento acompaño, para que uniéndose testimo­
nio de él a este expediente, se devuelva su original
a esta Contaduría.
En vista de esta obligación, no me parece le asista
ninguna al Real Fisco para deducir su derecho
contra los principales causantes; sino contra aquel
que se constituyó recaudador de estos haberes, y
cuya cuenta y riesgo, fue esta cobranza en el
evento de que por su omisión se dejara de colec­
tar, o se perdiera alguna de las porciones que
debió exigir, como que para este caso impuso a
todos los ministros que tuvieren intervención en
la administración de este derecho, la pena de sa­
tisfacer el principal de la deuda, según se percibe
de lo dispuesto en el párrafo tercero de la regla
157 del antiguo Arancel. Y así el que el señor
don Sebastián no hubiera tenido presente en este
punto la obligación y responsabilidad o a que
estaba adscrito, de ninguna manera puede ni debe
perjudicar a S.M. con la demora en la solución
de este crédito, ni mucho menos gravarlo en di­
rigir su acción contra unos sujetos de quienes
se ignoran sus facultades, existencia y paradero,
cuando la tiene expedita, y segura contra el señor
don Sebastián en virtud de la escritura preno­
minada.
No puede en el presente asunto sufragarle al se­
ñor don Sebastián la ignorancia que se supone
de deber satisfacer el derecho de Media Annata
los que ocupó en la recaudación de Alcabalas,
por la falta de instrucción que se dice tuvo, y no
se le ministró. Si el carácter de este señor Go­
bernador fuera común con todos los demás es
cierto que debía tenerse consideración de la falta
de este requisito, y cuando el caso fuera tan par­
ticular que por lo propio se ocultase la notoriedad
de esta paga pero siendo ésta bien sabida entre
todas las personas de su Ministerio como versados
en asuntos de la Real Hacienda, y que la car^a
de este derecho se comprende lo particular, y
general, y hallándose como se halla con plena
instrucción de lo que acerca de ésto disponen las
Leyes como profesor de ellas, es la excepción des­
preciable pues aun la advertencia por esta Con­
taduría a este señor Ministro sería muy superflua,
y tal vez indecorosa.
Seis años antes, desde Tacotalpa, capital de
la provincia de Tabasco, un grupo de personas
dieron poder en la ciudad de México a los se­
ñores Francisco Abaurrea y Francisco de Hur­
tado. El documento lo transcribo para mejor
comprensión del lector y en lo único que llamo
la atención es que se fijen en los apellidos, de
los cuales, muchos de ellos, figuran en descen­
dientes en la política tabasqueña.
Don Alonso Garrido, Don Francisco Garrido, Don
Leonardo Díaz del Castillo, Don Josef Benito de
la Cruz, Don Francisco Xavier Garrido, Don Juan
Baptista de la Mora, Don Martín Colón, Don Ni­
colás de (Dramas, Don Carlos Zurita, Don Carlos
de Salas, Don Pedro de León, Don Diego de
Cantos, Don Antonio Lazo, y Don Gabriel de To­
rres, vecinos de esta Provincia de Tabasco, más
comunicado, e insolidum: Otorgamos y conoce­
mos, que damos todo nuestro poder, cumplido, y
bastante, el que en derecho se requiere, y es ne>-
cesario, para más valer es a saber a Don Fran­
cisco Abaurrea y a Don Francisco de Hurtado,
ambos Agentes de los Tribunales de la Corte de
México, para que asimismo mancomunados, y
cada uno insolidum, representando nuestras pro­
pias Personas, derechos, y acciones, puedan obli­
garnos, por instrumento auténtico, a la cantidad
de dos mil pesos cada uno de nosotros, insolidum
a la que nos obligamos, y nos constituimos fiado­
res, por todas, y cualesquiera fianzas, que debe
dar el señor licenciado D. Sebastián Maldonado
del Consejo de Su Majestad, su Oidor Honorario
de la Real Audiencia de la Isla Española de
Santo Domingo, Alcalde Mayor electo de esta
dicha Provincia de Tabasco, y vecino de la ciudad
de Mérida Yucatán, en el Tribunal, y Real Au­
diencia de Cuentas de la citada Corte de México,
como son de los Reales Tributos, y Servicio Real,
que produjere anualmente dicha Provincia,'y ha
de administrar como la demás Ramos, pertene­
cientes a Real Hacienda, y para que asimismo
puedan dichos Apoderados obligarnos a las de­
más fianzas del Juzgado General de Bienes de
Difuntos, en los medios reales de Ministros y Hos­
pital Real, residencias Alcabalas, papel sellado,
penas de Cámara, y Media Annata, como en las
demás que se ofrecieren, sea de la naturaleza que
fueren, sin que por esta generalidad sea visto, ni
entendido, quedar obligados, a más cantidad, que
la expresada de dos mil pesos cada uno de los
citados. Y para que también puedan obligamos
en dicho Real Tribunal y Audiencia de cuentas
de la referida Corte de México, a que se le hagan
todas y cualesquiera notificaciones, que allí se ofre­
cieren, parándonos tanto perjuicio como si en
nuestras propias personás se hicieran, pues para
todo ello, lo incidente y dependiente anexo y con­
cerniente, les damos y otorgamos a dichos nues­
tros Apoderados, este poder tan copioso y abun­
dante, que por falto de clausula, diminuto de subs­
tancia, requisito, o solemnidad alguna, ninguna
cosa depende hacer, y con libre y franca general
administración y facultad de lo enjuician, jurar,
abonar, substituir, rebocar los substitutos, y nom­
brar otros de Nuevo, en una o más personas, si
conviniere que a todos y a los susodichos releva­
mos en fuerza de derecho. A cuya firmeza, y
cumplimiento, puedan dichos Apoderados obligar
nuestras personas, bienes, muebles y raíces habi­
dos y por haber, con poderío de las Justicias, y
Jueces de su Majestad, que de nuestras causas
conforme a derecho, puedan y deban conocer, para
que a ellos nos compelan, apremien y ejecuten, por
todo rigor de derecho, y vía ejecutiva, como por
sentencia pasada, en autoridad de cosa juzgada,
renunciamos nuestro propio fuero, domicilio y ve­
cindad con venerit de Jurisdiccione, omnium yu
dicum ultinia, y nueva pragmática de las sumi­
siones, para que a ello nos obliguen, con todas
las demás Leyes, fueros, y derechos de nuestro
favor, y defenza, y la general en forma. Én tes-
timonio de lo cual, así lo otorgamos, e yo Don
Pedro Dujau Maldonado, Capitán de los Reales
Ejércitos, Alcalde Mayor por Su Majestad, Te­
niente de Capitán General, y Juez Oficial Real
en esta Provincia, Certifico conozco a los otor­
gantes, y de que así lo dijeron, y otorgaron por
ante mí, y los testigos de mi asistencia, con quie­
nes actuó, como Juez Receptor, a falta de Es­
cribano Público, y Real, siendo instrumentales a
verlo otorgar, Don Manuel Jacinto de Acuña,
Don Francisco Villamil, y Don Rafael Gómez,
vecinos y presentes, y los dichos otorgantes lo fir­
maron conmigo, y dichos testigos, en la Villa de
Tacotalpa, Capital de Tabasco, en nueve de el
mes de noviembre de mil setecientos sesenta y
nueve años, de que Certifico.
Pedro Dufau Maldonado, Alfonso Garrido, Juan
Baptista de la Mora, Nicolás de Oramas, Diego
de Cantos, Carlos de Sala y Ferré, Gabriel de
Torres, Pedro de León, Francisco Garrido, Josep
Benito de la Cruz, Leonardo Díaz del Castillo,
Francisco Xavier Garrido Valladares, Carlos Zu­
rita, Martín Colón, Antonio Lazo de la Vega,
Testigo Thomas de Castro, Testigo Lorenzo del
Pozo.
Concuerda con el poder original, que para en el
Oficio de registros de instrumentos públicos, el
cual existe por ahora en mi poder, a que me
remito, y a pedimento de la parte, hice vacar este
testimonio, en cuatro fojas útiles, la primera, y
última en papel de el sello segundo, y las demás
de el común, actuando ante mí, como Juez Re­
ceptor, con testigos de asistencia a falta de Es­
cribano, por no haberlo Público ni Real en la
Jurisdicción, en la Villa de Tacotalpa Capital de
Tabasco, en diez, y ocho de noviembre de mil
setecientos sesenta y nueve años, de que Certifico.
En testimonio de verdad. Pedro Dufau Maldo­
nado. Testigo Thomas de Castro. Testigo Loren­
zo del Pozo.”
Pedro Dufau Maldonado fue designado Al­
calde Mayor de Tabasco el 19 de febrero de
1765 y el Rey, después de consultar al Consejo
de Guerra, le concedió licencia para casarse
con doña María Montero de Espinosa en real
cédula dictada en Madrid el 22 de junio del
mismo año. Tomó posesión de su cargo los úl­
timos días de enero de 1766 y gobernó la pro­
vincia de Tabasco hasta el 21 de abril de 1701.
Durante los seis años de su administración logró
la construcción de la casa real de Tacotalpa
que tenía además de la vivienda del alcalde
mayor, almacén de tabaco, oficina para el es­
cribano, cárcel y habitaciones para los foras­
teros.4
Los siguientes documentos informan de la
participación de Dufau Maldonado en el pago
de ese tributo.
“En la Ciudad de México, a diez y seis de mayo
de mil setecientos, y setenta. Ante mí el Escri­
bano, y testigos el señor Don Sebastián Maldo­
nado, Oidor honorario de la Real Audiencia de
la Isla Española de Santo Domingo, residente en
esta Corte, como principal, y el Agente de Ne­
gocios Don Francisco Hurtado, en nombre de
Don Alonso Garrido, como su fiador, vecino de
la Provincia de Tabasco, y en virtud de el poder,
que le dio, y confirió en ella, a los nueve de no­
viembre del año próximo pasado de mil setecien­
tos sesenta y nueve por ante Don Pedro Dufau
Maldonado, Alcalde Mayor de ella, como Juez
1 C iveira T aboada , Miguel, Tacotalpa. Capital de Tabasco
de 1666 a 1795, Gobierno del Estado de Tabasco, México,
D. F., 1973, pp. 37 a 67.
157
jonuta-11
Receptor, que yo el presente Escribano doy fe
haber visto, leído, y ser bastante, para lo que se
expresará (cuya copia queda en el Protocolo de
Alcabalas, y se insertará por principio, de las que
se dieron de este instrumento) juntos de mas co­
mún, a voz de uno, y cada uno de por sí, y por
el todo insolidum renunciando, como expresamen­
te renuncian, las Leyes, y derechos de la man
comunidad, división y excusión, como en ellas se
contiene: Dijeron, que Su Majestad (que Dios
guarde), fue servido conferir el empleo de Alcalde
Mayor de la citada Provincia, por tiempo de cinco
años, más o menos, a el enunciado señor Don
Sebastián Maldonado. Y respecto, de que ha de
ser a su cargo, la administración, y cobranza de
el Real derecho de Media Annata, que se cau­
sare en aquella Jurisdicción, por los Tenientes,
que nombrare, y además que la deban satisfacer,
en el tiempo porque este Señor Alcalde Mayor
ejerciere el empleo en los cinco años de su pro­
visión, y demás que se continuare, para el seguro
de su importe, y lo que va prevenido, se presentó
Escrito a el Señor Juez Privativo de este Real
derecho, ofreciendo por fiador a el dicho su Parte,
y fue admitido en Auto del día de hoy, respecto a
constar por información recibida de Oficio, su
abono, e idoneidad, y en conformidad de parecer,
que precedió del Contador Regulador. Portanto,
poniéndolo en efecto por la presente: Otorgan
que se obliga, y le .obliga en tal manera, que el
referido señor Alcalde Mayor dentro de dos meses
de aposecionado de su empleo, ha de remitir Cer­
tificación de ello a la Real Contaduría de este
Real derecho, y otra igual de el tiempo que ha
servido su antecesor número de Tenientes, que
hubiere nombrado cumpliendo asimismo con las
Ordenes e Instrucciones que por dicha Real Con­
taduría se dieren y remitiere para el efecto, bajo
la pena de quinientos pesos, aplicados por mitad
a la Real Cámara, gastos de estrados y de Jus-
ticia. Y asimismo se obliga, y le obliga, a que
finalizado el empleo, dentro del preciso término
de los dos meses, ya prefinidos, ha de venir a dicha
Real Contaduría a presentar su cuenta y relación
jurada por Jos Tenientes, que hubiere nombrado,
y de las Medias Annatas, que exigiere de los exá­
menes de oficios mecánicos, y otros que en su
Jurisdicción se causare. Y en defecto de no eje­
cutarlo así consienten el principal, y dicho su
parte, el que por la expresada Real Contaduría,
se les forme, y haga el cargo del número de Te­
nientes, que haya sido estilo nombrar en aquella
Jurisdicción, aunque no se verifique haberlo eje­
cutado, haciendo lisa y llanamente la paga de
dicho cargo en el término que se prefiere, según
las reglas con que se administra este Ramo, y no
ejecutándolo, como va prevenido, se les cobrará
con la pena de el tres tanto. A cuyo cumplimiento
se obliga, y le obliga, con los que se somete, y le
somete a el fuero y Jurisdicción de las Justicias
de Su Majestad especialmente a las de esta Corte,
su Real Audiencia, y señor Juez Privativo del
Real Derecho de Media Annata, renuncia, y en
nombre de su parte el de su domicilio y vecin­
dad, las Leyes de su favor, y la general del de­
recho, para que a lo referido les compelan, y
apremien como por sentencia pasada, en cosa
Juzgada Maravedís, y Haber Real. Y lo firmaron
de que doy fe, y de conocerles, siendo testigos
don Pedro Noble, don Mariano Carmona, y don
Antonio Lino Valadez, vecinos de esta ciudad.
Ante mí, Agustín Martínez de Vargas. Concuerda
con el testimonio de que va hecha mención que
queda en el legajo de fianzas de este Juzgado a
que me remito. Y para que conste saqué el pre­
sente en México a diez y nueve de abril de mil
setecientos setenta y seis años, siendo testigos don
Diego Covarrubias, don Josep Picazo y don Mi­
guel Morales, vecinos de esta ciudad.
Las razones con que apoya su intención el Con-
tador, desvanecen sólidamente las que por parte
del señor don Sebastián Maldonado proponen, y
el Fiscal movido de ellas, pide, que V.S. declare
debe pagar la Media Annata que corresponda, el
Oficial de pluma, y Guardas, que nombró para
el resguardo de la Renta de Alcabalas en Ta-
basco, y ser responsable a enterar su importancia
dicho señor ministro, en virtud de la obligación
y fianza testimoniada.”
El 7 de octubre de 1776, el Juez Privativo
del Real Derecho de Media Annata ordenó
que toda la documentación fuera turnada al
asesor licenciado don José Lebrón, quien el día
9 pidió al antes mencionado Juez que le infor­
me si hay otros empleados “con las propias
circunstancias ha pagado la Media Annata, o
si sobre ésto se ha formado algún expediente,
y con él, o con dicha razón se me pase el pre­
sente para dicho efecto
Para saber si existían otros expedientes había
que dirigirse al asesor de la Capitanía General
de Yucatán e Intendencia, del cual por ley era
asesor de Real Hacienda don Lucas de Gálvez,
quien se hizo cargo del gobierno de Yucatán
el 24 de mayo de 1789. Con mano férrea en­
cauzó la Intendencia por el camino del pro­
greso : construyendo caminos, fomentando el
comercio, la industria, reorganizando la tropa
de la Compañía de Dragones. Este magnífico
gobernador fue asesinado el 22 de junio de
1792.
Al Capitán General de Yucatán Gálvez pi­
den informe —año de 1790— si en el presidio
del Carmen —isla y población civil y militar—
“puede se halle igual razón que la pedida por
dicho asesor”, y que se dirija al pagador in­
forme si existen libros de este ramo “y no ha­
llándolo informe sobre el particular lo que
tenga por conveniente”.
El ministro pagador de la oficina de Real
Hacienda en el presidio del Carmen, señor Luis
Rodríguez de León, informó que allí no exis­
tían libros de asiento de la exacción del cobro
de Media Annata y sobre el particular, dijo:
“por el asiento del Oficial segundo de esta Pa­
gaduría que se creó en esta oficina a quién en
su despacho consta que presentado éste en el
juzgado privativo de este ramo dijo estar excen-
to, por ser el primero que le sirve de nueva
creación”.
El intendente de Yucatán consultó a los mi­
nistros de la Real Hacienda de su jurisdicción,
señores Diego de Sáenz y Clemente Rodríguez
Trujillo, quienes el 21 de julio de 1791 —ha­
bían pasado dieciséis años del inicio de este
cobro— dijeron:
“que habiéndose contraído al Conocimiento de los
Intendentes el ramo de Medias Annatas, por la
extinción de la Contaduría General del ramo, co­
mo lo declara el Excmo. Señor Virrey Conde de
Revillagigedo en veinte y seis de enero del año
pasado viene a poder de V.S. para su ejecución
según lo estaba en fecha de seis de noviembre de
mil setecientos setenta y seis con el señor don Pe­
dro Núñez de Villavicencio, Juez Privativo.
El expediente está decidido que el señor Gober­
nador de Tabasco licenciado don Sebastián Mal-
donado, es el obligado a satisfacer la Media An­
nata que causaron por el artículo 7o. del antiguo
arancel de este derecho, y el 48 de las novísimas
reglas, el oficial de Pluma Receptor de alcabalas,
y Guarda que expenso de Real Hacienda, con
aprobación Superior. Resta pues, para su cobro
al señor Maldonado, o quien Ío represente, y
concluirse todo, saberse a qué cantidad llegaron
en el año o menos tiempo de comisión los sala­
rios que devengaron estos empleados para for­
marse sobre ellos la graduación. En esta oficina
de nuestro cargo no hay un ejemplar de identi­
dad, ni sería nada acomodable, careciendo de la
ciencia de lo que aquello usufructuaron, pues so­
bre este principio a recaer toda regla.
Les parece pues a los Ministros que informan:
que la Administración Principal de Alcabalas de
la misma Provincia de Tabasco, de donde tiene
origen el expediente, puede proveer las noticias
precisas que son necesarias; ya porque en el.Ar­
chivo de su cargo se encuentren acaso las cuentas
del tiempo que se trata, y de consiguiente los
goces de las propias plazas que se ventilan, o por­
que de la instrucción general de su propia Ad­
ministración, pueda deducir alguna razón o cálcu­
lo con el cual se proceda a la graduación de pago
V.S. pues le pasará el expediente, o proveerá lo
que mejor juzgue Contaduría”.
Esta resolución de los ministros fue turnada
al asesor por el escribano de Real Hacienda,
don Manuel Palomeque, en la ciudad de Mé-
rida el 8 de agosto, quien expuso lo siguiente:
“Señor Intendente Gobernador y Capitán Gene­
ral. No he hallado en todo este Expediente, que
con cuidado he registrado, la decisión, que los
señores Ministros de Real Hacienda afirman se
ha hecho acerca de que el señor Gobernador que
fue de Tabasco licenciado don Sebastián Mal-
donado es el obligado a satisfacer la Media Anna-
ta, que por el artículo 7 del antiguo arancel de
este derecho, y el 48 de las novísimas reglas cau­
saron el oficial de Pluma, Receptor de Alcaba­
las, y Guarda que expensó de Real Hacienda
con aprobación, es que semejante Expediente se
halla en estado que recaiga la declaración defi­
nitiva en el asunto, la que atendiendo a el mé­
rito de lo actuado y expuesto deverá según mi
parecer que V.S, si así lo juzgase, declare, qué
Óficial de Pluma y Guardas, deben pagar la Me­
dia Annata que corresponda, y que el referido
señor Maldonado es el responsable a enterar Su
importancia en virtud de la obligación fianza te-
timoniada que se halla a fojas 8 a 11: Peró como
a fojas de este Expediente se halla un decreto
dado por el Juez Privativo que fue de este Ramo,
por el que admitió la fianza que el agente de
negocios de la Corte de México don Juan Sán­
chez Gasahonda otorgó haciendo de causa, duda,
y negocio ajeno suyo propio, y obligando su per­
sona, bienes presentes y futuros para satisfacer y
enterar en aquellas Reales Cajas en reales efec­
tivos bien y llanamente sin contienda de juicio
la cantidad que se regulase con más las costas,
todo en el evento que se declarase deber pagar
dicho Ministro la Media Annata correspondiente
a el salario que percibieron dichos Oficiales es
visto quedar expedita la acción para proceder por
todo rigor de derecho contra dicho Casahonda,
sus bienes habidos y por haber hasta la efectiva
recaudación de lo que corresponda, siempre que
oportunamente no se pueda recaudar del men­
cionado señor Maldonado, o de quien lo repre­
sente, la cantidad a que ascendiese el derecho
adeudado con mas el importe de las costas, para
lo primero se hace preciso se forme la gradua­
ción de los salarios que devengaron dichos em­
pleados en los años o menos tiempo que obtu­
vieron tal comisión, para lo segundo se hará la
correspondiente tasación, y para que aquello tenga
debido efecto podrá V.S. siendo servido remitir
este expediente al Administrador Principal de Al­
cabalas de la misma Provincia de Tabasco para
que la instrucción general de su propia incum­
bencia y con vista de las cuentas, que se hallaran
en el Archivo de su cargo del tiempo que se trata,
y de los goces de las propias Plazas que se ventU
lan, pueda deducir el cálculo y proceder con el
a la graduación de la paga. Todo ésto es lo que
le parece a el Asesor puede V.S. determinar, o
dispondrá lo que tenga por conveniente.”
El intendente de Yucatán, don Lucas de Gál-
vez, habiendo visto el parecer de su secretaría,
dijo:
“Que con él se confirmaba, y conformó en todo
y por todo y en su consecuencia declaraba y de­
claró que el Oficial de Pluma y Guardas del res-
guardo de Alcabalas de la Provincia de Tabasco
que sirvieron siendo Alcalde Mayor de ella y Re­
ceptor de ese Ramo el licenciado don Sebastián
Maldonado deben pagar la Media Annata que
corresponda al sueldo que gozaron, y que el re­
ferido señor, licenciado sus bienes, o herederos,
son responsables a enterar su importancia en vir­
tud de la obligación fidejusoria testimoniada desde
fojas 8 a 11 de este expediente, y en su defecto
los bienes habidos y por haber del difunto don
Juan Sánchez de Casahonda Agente de Negocios
que fue de la Corte de México, con más las cos­
tas de todo lo actuado dicha su conclusión. Y
para deducir lo que corresponda a dicho Real
Derecho, remítanse estos Autos al Administrador
Principal de Reales Rentas de dicha Provincia
de Tabasco para que por la Instrucción de su
propia incumbencia, y con vista de las cuentas
que se hallaran en el Archivo de su Cargo del
tiempo que gobernó dicho señor Maldonado, y
de los goces de las propias plazas que se nominan,
haga dicha deducción del referido Real Derecho
y evacuado los devolverá diligenciado a este Tri­
bunal para la debida exacción, y la de las costas
que tasará oportunamente de Tasador General
para cuyo efecto se le pasarán estos dichos Autos.
Y por este que su Señoría proveyó.
Definitivamente juzgado, así lo prometió mando
y firmó de que doy fé.”
Manuel Palomeque, escribano de Real Ha­
cienda, el 19 pasó a casa del coronel don Alonso
Manuel Peón, para hacerle saber el anterior
auto definitivo, como albacea del señor licen­
ciado don Sebastián Maldonado, y respondió
su hijo, el señor alcalde don Ignacio Peón, ha­
llarse ausente de la ciudad de Mérida.
Don Alonso Manuel de Peón y Valdés, nació
en España donde por sus servicios en la milicia
llegó a ostentar el cargo de capitán de mar y
guerra. En agosto de 1748 llegó a la capitanía
general de Yucatán a prestar sus servicios y en
donde vivía su hermano fray Bernardo, visita­
dor de la orden franciscana en el Perú.
Para combatir a las embarcaciones inglesas
que se habían posesionado de territorio de Es­
paña en el río Walix, Hondo y Nuevo, de su
peculio armó una fragata artillada y en seis
salidas a la mar, logró reducir al enemigo y
hacerlo retirarse de las costas yucatecas. Por
esta acción meritoria se le nombró coronel del
regimiento de la provincia y, poco después, fue
promovido al de corregimiento de Suyteaba,
en la provincia de Guatemala, con el título de
teniente de capitán general. El excesivo trabajo
en este cargo y las fatigas de su anterior cam­
paña contra los ingleses, su marcha de mil le­
guas para llegar a su destino a través de bosques
nunca hollados y las privaciones inherentes, que­
brantaron su salud, por lo que se conquistó la
simpatía general. Al retornar a la provincia de
Yucatán volvió a ocupar el puesto de coronel
del ejército y en todas las dilatadas ausencias
de los capitanes generales, asumió el mando
político y militar, como teniente de capitán
general.
Fue un destacado militar, principalmente en
los frentes contra los ingleses, pues el batallón
bajo su mando fue el primero en la toma y
rendición de Cayo Cocina y otras expediciones
contra la piratería que solapa) Inglaterra en las
costas de Honduras. Organizó dos batallones
de milicias, el de la Sierra Alta y el de Mérida,
del que fue coronel hasta su fallecimiento el
año de 1805.
Desde Villahermosa, don José de Llergo es­
cribió a don Lucas de Gálvez lo siguiente:
“Instruido en este expediente que V.S. se sirvió
por su Auto difinitivo mandar se me pasasen para
que por la instrucción de mi propia incumbencia
y con vista de las Cuentas producidas por el señor
don Sebastián Maldonado en el tiempo que se
halló a su cargo la recaudación del Real Derecho
de Alcabalas en esta Provincia, formase la de­
ducción del Derecho de Media Annata que debía
satisfacer el Oficial de Pluma y demás Ministros
que con autoridad Superior nombró en esta Pro­
vincia, lá que no he podido verificar a causa de
no haber en este Archivo de mi cargo más papeles
que los creados desde el establecimiento de la re­
caudación de dicho Real Derecho por cuenta de
S.M. que fue en el año de setenta y siete, y con­
siderando que en el Archivo de este Gobierno
pudiesen existir ejemplar o ejemplares de las cuen­
tas producidas por el señor Maldonado pasé ofi­
cio a este Caballero Gobernador para que1se sir­
viese mandar inspeccionarlo, y encontrándose en
el dichas cuentas dirigirme testimonio del Suma­
rio o Sumarios generales de ellas para en su vista
poder proceder a lo preceptuado por V.S.; pero
habiéndome contestado con fecha 19 del corrien­
te, que examinados ios papeles de aquel Archivo
con bastante prolijidad no se había encontrado
alguno que hiciere ni aún referencia remota a la
solicitud que yo hacía para cumplir su mandato,
me veo en la precisión de devolver a V.S. este
expediente para que solicitando del Tribunal Ma­
yor de Cuentas los referidos Sumarios generales
se pueda proceder a la deducción de lo que adeu­
daron al derecho de Media Annata, que con des­
tinos de corta duración deberán contribuir la
décima de lo que se les satisfizo, según el Capí­
tulo 14 de las reglas mandadas observar en esta
Administración por la Contaduría General de di­
cho Real Derecho con fecha de 4 de julio de 81
formado con arreglo a Reales determinaciones y
declaraciones, y a la Real orden de 16 de abril
de 1780, pero ésto es en el caso de que hayan
disfrutado de útil arriba de trecientos pesos que
es la primera cantidad de goce en que se comienza
a contribuir dicho Real derecho según el Artículo
treinta de dichas reglas.
Me ha parecido hacer a V.S. presente todo lo
relacionado así para indemnizarme de la falta
de Cumplimiento a su precepto, como para ma­
nifestar las órdenes que rigen en esta Aduana para
la Contribución del Derecho de Media Annata
a los empleados en la recaudación y resguardo
de la Renta de Alcabalas.”
El 6 de octubre de 1791, Gálvez decretó que “en
vista que no hay constancia en el Archivo de
aquella oficina del sueldo que gozaron el Ama-
nuence y Guardas del Ramo para la deducción
del Real Derecho de Media Annata: Notifíquense
el Auto definitivo de diez y siete de agosto del
año corriente al señor Coronel don Alonso Ma­
nuel Peón, que exhiba los papeles que tenga en
su poder relativo al asunto.
En Mérida dicho día mes y año; yo el Escribano
di noticia del auto anterior, y del de diez y siete
de agosto del año corriente al señor Coronel don
Alonso Manuel Peón en persona de su Secretaría,
quien impuesto dijo: que solicitará los papeles
que se previenen y hallado alguno lo exhibirá.
Esto expresó y firmó doy fe. Peón (rúbrica). Pa-
lomeque (rúbrica).”
“En la ciudad de Mérida a los veinte y nueve
días del mes de febrero de mil setecientos noventa
y dos años, el señor don Lucas de Gálvez Montes
de Oca, Caballero Comendador de Ballaga y Al-
garba, de la Orden de Calatrava, Brigadier de
los Reales Ejércitos, Intendente Gobernador y Ca­
pitán General de esta Provincia. Habiendo visto
estos autos, y lo expuesto por don Joseph Llergo,
Administrador de Reales de la Provincia de Ta-
basco, en conformidad de lo mandado en auto
de diez y siete de agosto del año anterior de que
sin embargo de exactas diligencias hechas en su
Archivo, y en el de Gobierno de la misma Pro­
vincia en virtud de Oficio que paso al señor Go­
bernador de ella, no se encuentran papeles que
acrediten o den alguna luz del sueldo que gozaron
el Amanuense y los guardas de la Real Renta de
Alcabalas en tiempo que gobernó y la tuvo en
fieldad el difunto licenciado don Sebastián Mal-
donado a efecto de deducir el Real Derecho de
Media Annata que debieron satisfacer, según lo
declara el señor Fiscal del Tribunal en su dicta­
men de siete de octubre de setecientos setenta y
seis a consecuencia de lo expuesto por el Contador
del ramo en su representación de quince de abril
del mismo: Visto asimismo lo pedido por el li­
cenciado don Joseph Lebrón en su dictamen de
cinco de noviembre del citado año, de que se
pusiese razón por la Contaduría de aquella oficina
de si otros iguales empleados, con las propias
circunstancias han pagado Media Annata, o si
sobre ésto se ha formado algún expediente, con
el cual y dicha razón se le pasase para lo que le
pareciese correspondiente, lo que no tuvo efecto,
quizá por no haber el ejemplar que se solicitaba,
para cuyo logro tal vez se remitieron estos autos
al Tribunal de su Secretaría o porque extinguida
la Contaduría General del ramo, según lo declara
el Excelentísimo Señor Virrey de Nueva España
en veinte y seis de enero de noventa, se detuvie­
ron remitir a esta Intendencia para su ejecución:
Visto lo expuesto por el Ministro Pagador del
Presidio del Carmen y lo últimamente respondido
por el señor Coronel don Alonso Manuel Peón,
Albacea del referido licenciado don Sebastián
Maldonado a la notificación que se le hizo del
auto de diez de octubre, y lo demás que ver con­
vino, y debió tomarse presente. Su Señoría dijo:
que declaraba y declaró deberse satisfacer la Media
Annata, por los consabidos, empleados que parece
fueron dos guardas y un amanuense, según las
más probables noticias extrajudiciales que de or­
den del Tribunal ha adquirido el presente Escri­
bano y usando de equidad se gradúa por sólo el
honorífico de sus empleos; y mandaba y mandó
se pasen en las diligencias a los señores ministros
de Real Hacienda de esta Capital, para que ha­
gan la correspondiente deducción del Real Dere­
cho en los términos referidos, el que exhibirá el
señor Coronel don Alonso Manuel Peón (con de­
recho a salvo) de los bienes del señor Maldonado
que son a su cargo, y en calidad de depósito, se
retendrían en las Cajas Reales de esta capital
hasta las resultas de la Junta Superior de Real
Hacienda, dándose cuenta con el expediente ori­
ginal para este fin al Excmo. señor Virrey, que­
dando de él testimonio íntegro, que pagará el
enunciado señor Coronel, con las costas de lo ac­
tuado, e igual derecho a salvo, previa regulación
que hará el tasador, para cuyo efecto se le pa­
sarán estas diligencias. Y por este auto que Su
Señoría proveyó, con acuerdo del señor su Te­
niente, Asesor Interino de la Intendencia así lo
determinó, y firman de que doy fe. Lucas de Gál-
vez (rúbrica). Domingo Ignacio López de Llergo
(rúbrica).
Ante mí. Manuel Palomeque (rúbrica) Escribano
de Real Hacienda.
En Mérida dicho día, mes y año; yo el Escribano
hice saber el anterior auto al señor Coronel don
Alonso Manuel Peón en persona de Su Señoría
e impuesto de él dijo: Lo oye y se conforma con
que la cantidad que importare la Media Annáta,
queda depositada hasta la determinación de Su
Excelencia esto expreso, doy fe. Palomeque (rú­
brica) .
Señor Capitán General: Los ministros principa­
les de Real Hacienda examinados los Reglamen­
tos de Medias Annatas, no encuentran regla
alguna que prescriba graduación de honorífico, a
plazas de Guardas, ni ninguna otra de identidad
acomodable; hay un principio común de estimar
lo honorífico, en algunos casos de exencionado de
Media Annata haciendo deducción de la décima
parte que esta importase, respecto al salario, goce,
o sueldo, de tal empleado, según lo dice la regla
22, de la última instrucción de la contaduría ge­
neral del ramo su fecha treinta de junio de mil
setecientos ochenta y siete; pero como a los dos
guardas, y un escribiente, que se tratan en mas
diligencias no se les averigua la cantidad de su
salario, o sueldo, ni aun por esta parte, es posible
que se les determine señalamiento del honorífico
en que V.S. los condena por su precedente auto;
en esta virtud y en la de que el artículo 50 último
de dicha instrucción previene que en los casos
nuevos o dudosos, se consulte a la Superioridad
para la deliberación les parece a los Ministros
que informan será éste el medio más seguro de
acertar en el asunto V.S. sin embargo resolverá
lo que estime más conforme Contaduría principal
de Mérida y marzo cinco de mil setecientos no­
venta y dos. Diego de Lanz (rúbrica) Clemente
Rodríguez Trujillo (rúbrica).
Visto lo expuesto por los señores Ministros de Real
Hacienda en la anterior representación, y que en
el Artículo cincuenta, último de la Instrucción
General del ramo de Media Annata, se previene
que en los casos nuevos, o dudosos, se consulte
a la Superioridad para la deliberación. No obs­
tante lo determinado en auto de veinte y nueve
de febrero del año corriente, su Señoría dijo se
remitan estos originales, como en él está preve­
nido, al Excelentísimo señor Virrey de este Reino,
para que se sirva determinar en el asunto, y sobre
la citada providencia, lo que fuere de su Supe­
rior agrado, quedando testimonio en el oficio de
Real Hacienda que se satisfará con las costas,
según se ha preceptuado. Galvez (rúbrica) Ller-
go (rúbrica). Lo proveyó el señor Intendente Go­
bernador y Capitán General de e$ta Provincia
con Acuerdo del señor su Teniente Asesor de la
Intendencia y lo firmaron en Mérida a veinte de
marzo de mil setecientos noventa y dos años doy
fe. Ante mí. Manuel Palomeque (rúbrica) Escri­
bano de Real Hacienda.”
Palomeque testifica el 14 de abril, que se
había concluido el testimonio mandado sacar, el
cual contenía treinta y dos hojas útiles “sin la
del signo, más que regulares, el primero” plie­
go de papel del sello cuarto y los demás comu­
nes. Expediente que envió el intendente Gálvez
el 20 de abril y que quedó agregado a su res­
pectivo cuaderno y del cual el fiscal de Real
Hacienda dijo:
“que sin embargo de los informes que tomó el
señor Intendente de Yucatán para averiguar el
tiempo de servicio, y salarios del oficial de Pluma,
Receptor, y Guarda, que sirvieron al Ramo de
Alcabalas, cuando le administro por fieldad en
Tabasco el señor don Sebastián Maldonado, Al­
calde Mayor que fue de aquella Provincia, no
le han podido poner en claro estas'circunstancias,
como conviene para la regulación de la Media
Annata de aquellos Dependientes, de que resultó
que en el proveído de 22 de febrero de este año
se hubiese declarado que la adeudaron por sólo lo
honorífico, con la diversidad que se nota respecto
de la anterior declaración del mismo señor Inten­
dente de 17 de agosto de 91.
Por ésto, y porque el expediente se remitió a Yu­
catán sin haberse puesto por la extinguida Con­
taduría del Ramo la razón que se mandó en 6 de
noviembre de 76, se servirá V.E. mandarle pasar
a los Ministros de Ejército y Hacienda de esta
Caja General para que se les ofrezca y parezca,
en cuya Vista pedirá el Fiscal México 24 de ju­
nio de 1792. Posada (rúbrica) México 26 de junio
de 1792. Como pide el señor Fiscal de Real Ha­
cienda (rúbrica) Excmo. señor.
No se encuentra en el Archivo de la Mesa del
Ramo de Media Annata Expediente alguno en
que se verse un caso igual al de que se trata en el
presente por cuyo motivo lo devolvemos a la Su­
perioridad de V.E. informando lo que nos ocurre
en cumplimiento de su Superior Decreto de 20
del que expiro.
En Real Orden de 24 de julio de 1777 se sirvió
S.M. relevar del pago de Media Annata a los
Empleados en Rentas Reales Cuyos salarios no
excedan de trecientos pesos, y a las Guardas de
ellas; pero sin hacer novedad de la que en aquel
tiempo contribuyesen conforme a las Reglas es­
tablecidas.
Para el cumplimiento de esta Soberana disposi­
ción se acordó por el Juzgado Privativo que todos
los Subalternos cuyos salarios no excediesen dé
aquelia cantidad y los Guardas menores que fue-
ron nombrados después de su obedecimiento (que
fue en 19 de octubre del mismo año) no debían
satisfacerla, pero sí los que entraron antes y los
que de aquella fecha le estaban pagando.
Esta disposición se modificó en Real Orden de
16 de abril de 1780 porque declaró S.M. que la
libertad del pago solo recaía sobre aquellas can­
tidades que se restaban debiendo de plazos no
cumplidos en el citado día 29 de octubre de 1777
en que se obedeció la anterior de 24 de julio del
mismo.
Con arreglo a estas Soberanas disposiciones y no
obstante lo que apuntó el Administrador de Al­
cabalas de Tabasco al fin de su Informé de 23
de septiembre de 91 $ 19 no admite duda que
el señor licenciado don Sebastián Maldonado es
deudor al Ramó por la que causaron los Guardas
y Amanuenses que Empleo en la cobranza de ellas,
que le estuvo encargada, respecto a que debió
exigírselas, estando autorizado para su nombra­
miento, sin que obste el que les hubiese asistido
con menos cantidad que la expuesta de trecientos
oesis.
Supuesta la responsabilidad a que está adicto,
falta solo saber la que importaron las asignacio­
nes; pues aunque en el Informe de Contaduría
de 15 de abril de 1776 se refiere que en las Cuen­
tas que dio el señor Maldonado del tiempo de
su fieldad se le pasaron y admitieron en Data dos
mil doscientos veinte y cinco pesos dos tomines
ocho granos gastados en estas pagas: desde luego
173
jonuta-12
que considero que dicha cantidad no fue toda
invertida en ellas, porque hubiera pedido la exac­
ción de la décima que es la Media Annata que
corresponde y hubiera ahorrados todo lo actuado
hasta el día.
Por todo lo cual se ha de servir V.E. mandar que
la Contaduría Mayor de Cuentas en donde se
hallan las que presentó el señor Maldonado, in­
forme con vista de ellas si insistió los referidos
dos mil doscientos veinte y cinco pesos dos to­
mines ocho granos en Salarios de los empleados
de que se trata, pues resultando así y no cabiendo
duda que deben pagar la décima aunque sus do­
taciones fuesen menos de trescientos pesos anua­
les, quedara concluido el asunto, y la Intendencia
de Yucatán podrá proceder al cobro.
Tesorería General del Ejército y Real Hacienda
de México 5 de julio de 1792. Gutiérrez (rúbrica)
Aranda (rúbrica.)
Informe el Ministro encargado del despacho de
la Mesa segunda de Marina (dos rúbricas).
Excmo. señor: El Fiscal de Real Hacienda dice:
que el antecedente informe de los Ministros Ge­
nerales de esta Caja, de 5 del corriente está arre­
glado a las disposiciones de S.M. en las Reales
Ordenes que citan, relativas a adeudos de Media
Annata.
Según ellas, la causaron el Oficial de Pluma y
Guardas que nombró el señor don Sebastián Mal-
donado, cuando administró por fieldad las Al­
cabalas de Tabasco, y declarándolo así V.E. con
dictámen del Asesor General, se señará V.E. pedir
al Real Tribunal de Cuentas el informe que pro­
ponen los citados Ministros Generales: que con
el se les devuelva el expediente para la regulación:
y con noticia de su importe, se avise la determi­
nación al señor Intendente de Yucatán para su
pago en la Caja Principal de Mérida por el señor
Coronel don Alonso Manuel Peón, Albacea del
señor don Sebastián Maldonado, conforme a su
obligación de 16 de mayo de 1770. México 18 de
julio de 1792. Posada (rúbrica) México 20
de julio de 1792. Como pide el señor Fiscal de
Real Hacienda pasándose al efecto el Expediente
al señor Asesor General (rúbrica).
Excmo. señor. El Asesor General es de dictamen
de que, declarando V.E. haber causado el Real
derecho de Media Annata el Oficial de Pluma y
Guardas nombrados por el señor don Sebastián
Maldonado, según instruye este expediente: se
sirva en su consecuencia, si lo tiene a bien su su­
perioridad, mandar que se haga como pide el
señor Fiscal de Real Hacienda en su anterior res­
puesta. México a 11 de agosto de 1792. Bachiller
(rúbrica).”
El personal que tuvo el alcalde mayor de la
provincia de Tabasco, don Sebastián Maldo­
nado, del 9 de abril de 1771 al 23 de febrero
de 1773, por los cuales debía pagar Media An­
nata, fue el siguiente: Juan Marín y Juan Con-
treras. En Tacotalpa, el comisario don Luis
Antonio Perdomo, En Teapa, el comisario don
Antonio Calcáneo; el guarda de la garita del
camino de Chiapa, don Pedro José del Campo,
don Antonio Villalobos; el comisario don José
Antonio Quintero. En Villahermosa, el comi­
sario don Esteban Crespi; el guarda del Ba­
rranco del Río, don Antonio Castillo. En Jalpa,
el comisario don Atanasio Cabrera. En Cun-
duacan, el comisario don Pedro Domínguez, y
en Nacajuca, el comisario don Juan José de
Sandoval. El total por el cual había que pagar
era de $ 2,259.06 (DOS MIL DOSCIENTOS
CINCUENTA Y NUEVE PESOS, SEIS
GRANOS).
A los contadores mayores el tribunal de la
Contaduría y Audiencia de Cuentas con sede
en la ciudad de México, el día 9 de febrero de
1793 se les informó el anterior importe y que
“se libraría la orden correspondiente al señor
intendente de Yucatán para que entere al se­
ñor don Alonso Manuel Peón, albacea del señor
Maldonado, la cantidad que se regulare si el
excelentísimo señor virrey se sirviera llevar a
efecto su determinación”.
Del sueldo que percibieron, que en líneas an­
teriores vimos, debían pagar DOSCIENTOS
VEINTICINCO PESOS, SIETE TOMINES,
TRES GRANOS.
Esta cantidad fue pagada en la ciudad de
México según el siguiente informe que envió
el intendente:
“Ha reintegrado el Coronel don Alonso Manuel
Peón a las Reales Cajas, como albacea del señor
don Sebastián Maldonado, Alcalde Mayor que fue
de la Provincia de Tabasco, los doscientos veinte
y cinco pesos siete tomines y tres granos que re­
mitió, alcanzado a favor del ramo de Media
Annata por la liquidación que formaron el cuatro
de abril del año próximo pasado los Ministros de
Real Hacienda de esa capital, y lo participo a
V.E. en respuesta de mi oficio de 23 de enero
último. Dios, etcétera.—Arturo O’Neill (rúbrica)
No obstante que ARTURO O’NEILL (así
firmaba) aparece en muchas historias como
O’Neil u O’Kely (eso es lo de menos), fue uno
de los mejores gobernantes que tuvo Yucatán de
finales del siglo xvnr. Nació en Irlanda y muy
joven pasó a radicar a España donde allí siguió
la carrera de las armas, y por su ilustración y
acreditado valor alcanzó el grado de mariscal
de campo. Nombrado gobernador y capitán
general de Yucatán, tomó posesión el 29 de ju­
nio de 1793 y gobernó hasta el 19 de octubre
de 1800. Cuando retornó a España, por sus
valiosos servicios, fue designado ministro conse­
jero de guerra y le otorgaron el título de Mar­
qués del Norte. Escribió una obra titulada Des­
cripción, población y censo de la provincia de
Yucatán en la Nueva España.
Con la reintegración de los dineros que se le
adeudaban a la Real Hacienda por concepto
de Media Annata, termiña este litigio que duró
DIECISEIS AÑOS. Quizá para la época sea
uno de los más cortos. En los documentos que
vimos encontramos personajes que vivieron en
la provincia de Tabasco, en Yucatán y en la
ciudad de México, capital del virreinato de
Nueva España. Ese es uno de los aspectos de in­
terés que aparte de la tributación reseñada,
también tiene la investigación que hemos pu­
blicado.
Para poder situar aspectos desconocidos de
la Historia de Tabasco, especialmente relacio­
nados a la publicación de esta serie, reproduzco
un artículo que publiqué en el Boletín Biblio­
gráfico de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, No. 471, Año XVIII, de lo. de marzo
de 1972, titulado Relación de la Villa de Santa
María de la Victoria. Así tendremos un con­
cepto más firme de cómo eran las poblaciones
tabasqueñas a raíz de la conquista.
RELACION DE LA VILLA DE SANTA
MARIA DE LA VICTORIA

Gobernaba la Capitanía General de Yucatán


don Guillén de las Casas cuando el año de 1581
recibió una real cédula fechada el 25 de marzo
de 1570, en la que ordenaban a todas las autori­
dades enviaran una información de cómo eran
las posesiones españolas en las Indias.
Las relaciones de los poblados de las provin­
cias de Yucatán fueron publicadas por la Real
Academia de Historia, en Madrid, el año de
1898 en la Colección de Documentos Inéditos /
Relativos al Descubrimiento, Conquista, y Or­
ganización / de las / Antiguas Posesiones Es­
pañolas de Ultramar, cuya paleografía estuvo
encomendada a los historiadores Francisco Ja­
vier Delgado y José María Asensio.
Los informes proporcionados por los enco-
mendadores y en ocasiones por autoridades son
muy valiosos y de primera mano, pues no había
pasado medio siglo de la conquista cuando se
dieron esos datos.
El texto relativo a Tabasco, transladado al
español moderno, respetando su contenido, en
muchas ocasiones lo fragmenté —evitando cons­
tantes repeticiones que tiene— para mejor com­
prensión de su lectura. Las notas que puse, son
una guía de lugares, unos conocidos, y otros, que
han desaparecido de la geografía tabasqueña.
Hechas estas explicaciones vamos al análisis del
documento.
El personal que integraban el “regimiento y
justicia” de la villa de Santa María de la Vic­
toria señores Diego Alver de Soria, Alonso de
Grado, Martín de Uriona, García de Ledezma,
Juan de Villafranca y Diego Muñoz de Loayas,
respondieron las preguntas que les hizo el escri­
bano Hernando de Villegas relativas al nombre
de la comarca, y qué quiere decir en su lengua
materna. Quién fue el descubridor y conquista­
dor de la provincia y en qué año. Datos geográ­
ficos, suelo, clima, aguas, etcétera; si es tierra
llana, montañosa y población de indios. Distan­
cias y posiciones entre uno y otro pueblo don­
de estuvieron establecidos los españoles, los na­
turales y la forma de autoridad que tuvieren.
Descripción de la flora, fauna, con sus nombres
primitivos. Iglesias, doctrinas, corregimientos,
alcaldías, etcétera.
Autoridades y costumbres de los indios. Si es
sitio sano o enfermizo. Si tiene minas de oro,
plata y otros metales. Si tiene canteras, salinas,
bosques para talar. Cómo están edificadas las
casas de los indios. Si la costa es playa o son
arrecifes. Qué clases de mareas tiene y si es pe­
ligrosa la navegación y la pesca.
A la primera pregunta contestaron que per­
tenecían a la provincia de Tabasco
“a causa de que el señor de este pueblo se decía
Tabasco y el nombre del pueblo se decía Poton-
chan,1 que quería decir que hablaban la lengua
chontal”.
El río se llama Grijaiva en homenaje a su des­
cubridor Juan de Gri jaiva, el cual fue enviado
por el Gobernador y Capitán General de la Isla
de Cuba don Diego Velázquez, en el año de
1517. Que se llama Santa María de la Victoria,
porque encontrándose Hernán Cortés en una
batalla contra los de Potonchan triunfó, y como
fue la que tuvo en estos sitios como homenaje
a la Madre de Dios le puso dicho nombre.
“Que en Potonchan le informó Gerónimo de
Aguijar, español que había estado cautivo en Yu­
catán y que hablaba la lengua maya, que allí se
encontraba una india que dominaba el habla de los
mayas y de los mexicanos, cuyo nombre después
de cristiana fue Marina, por cuyo medio e inter­
pretación fue N. S. servido encaminar el viaje y
ensalzamiento de nuestra santa fe católica y ley
evangélica, los cuales sirvieron de intérpretes en la
dicha conquista y pacificación.”
Describen el río Grijalva de la forma si­
guiente :
1 Potonchan fue confundido como Champotón por loS cro­
nistas Bernal Díaz, López de Cogolludo y, muchos historiadores
modernos, entre ellos Gil y Sáenz. Potonchan era un pueblo
que se encontraba en la desembocadura del río, que después
se llamó Grijalva. Los indios que vivían en este lugar hablaban
el chontal, idioma maya con giros mexicanos.
Cortés ordenó que allí se volviera la gente a vivir. Poton­
chan se -encontraba en la ribera oriental a menos de 500 me­
tros de la desembocadura del río.
. .caudaloso y de mucha hondura entrando de la
barra adentro porque tiene más de ocho brazas de
agua; entran en él cinco caudalosos... tiene de bo­
ca un cuarto de legua, tiene en el medio de ellas,
unos bajos que cuando baja el mar (quedan) cin­
co y medio palmos de agua... tiene dos barras por
donde se entra en el dicho río: la una de ellas
a la parte del Este, de ocho o nueve palmos de
hondura, éntrase por ella Nordeste-Sudeste. La
otra barra que es la principal está a la parte del
Oeste y tiene catorce palmos de agua y es bajo
el canal; éntrase Nordeste-Sudeste. Está la boca
de este río de (Norte a Sur) por correr la costa
de este distrito del (Este al Sureste). Pueden estar
surtas en este río, cantidad de navios... entran en
él de cuarenta a cincuenta barcas, barcos, fragatas
en el transcurso del año”
los cuales iban a comerciar, especialmente de
cacao. Los informantes dicen que en cierta oca­
sión vieron un navio entrar cargado con cien
pipas de vino que llegó directamente de los Rey-
nos de Castilla,
“a esta Villa, en el cual vinieron por pilotos, Gon­
zalo Gayón y Bartolomé González, pilotos de ca­
rrera de España y de las Indias”.
Está este río y puerto en 17Va grados —si­
guen diciendo— donde está fundada la pobla­
ción a una legua de la boca del río 21
1 En este sitio llamado río Tabasco llega en 1518, Juan
de Grijalva y diez meses después —12 de marzo— Hernán
Cortés. El primero, gracias a sus intérpretes Melchor y Julián,
hizo amistad con los naturales y un intercambio de “sartalejos
de cuentas verdes, espejuelos y diamantes azules y desde que
los vieron parecían que estaban de mejor semblante, creyendo
que eran chalchihuites” narra Bernal Díaz del Castillo y pro-
“sobre un placel de agua que se hace de la parte
Norte y sobre un brazo del río que va a un pue­
blo que se dice Taxagual, de quince vecinos poco
más o menos, y que está a tres leguas de esta Vi­
lla. Una legua apartado del río es tierra estéril la
sigue que no los dejaron quedarse allí y que el oro que
obtuvieron les decían que lo había en abundancia en un sitio
más adelante llamado Colúa —posteriormente conocido como
Ulúa. El segundo en llegar allí es Cortés, a quien lo reciben
en son de guerra. Los cronistas narran la principal batalla
sostenida, como un gran hecho de armas y alguno puso que se
encontraban en pie de guerra más de cuarenta mil indios. Un
estudio sensato nos permite decir que no pelearon ni dos mil
indios, por los datos que posteriormente se han encontrado de
las entonces, ya casi inexistentes poblaciones mayas en toda esa
región. Al no dejar desembarcar a Cortés y sus hombres, éste
ordenó a Jerónimo de Aguilar les hablara en su lengua y les
dijera que venían en paz a tratar con ellos, pero como los
habitantes de los pueblos cercanos -—zona de Campeche en
nuestros días— se habían burlado de ellos por haber recibido
a Grijalva, éstos les contestaron según versión de Bernal Díaz
“que no pasásemos de aquellos palmares adelante; si no, que
nos matarían”.
Del 12 al 24 de marzo, Cortés tuvo tropiezos en los en­
cuentros frente a los indios. Entonces, con el valor que siempre
lo caracterizó en todas sus empresas, dio la batalla final. Bernal
escribe que se ordenó bajaran de los navios los caballos y-la
artillería y que todos los soldados —escopeteros y ballesteros—
estuvieran listos para el combate aunque hubiera heridos. Mu­
chos tenían infecciones por vivir con laá armaduras puestas día
y noche. A los jinetes se les ordenó enjaezar sus cabalgaduras
y ponerles cascabeles para impresionar a los indios, y que no
tuvieran compasión en sus cargas '‘sino que las lanzas se las
pasasen por el rostro”. De los 16 caballos se utilizaron trece
montados por: Cortés, Cristóbal de Olid, Pedro de Alvarado,
Alonso Hernández Puerto Carrero, Juan de Escalante, Fran­
cisco de Montejo, Alonso de Avila, Juan Velázquez de León,
Francisco de Moría, Lares, llamado el buen jinete, Gonzalo
Domínguez, Morón y Pedro González de Trujillo. La infantería
de ese pueblo a causa de ser fundada sobre arena
o ciénega y lagunas. Surgen los barcos y fragatas
que a esta Villa vienen por carga o a descargar al
pie de una cruz que es el remate de la calle de
esta Villa a lomo en cuesta. Surgen allí a causa
quedó bajo las órdenes de Diego de Ordaz, y la artillería
con Alonso de Mesa.
La batalla se efectuó en la llanura de Cintla —Centla— el
25 de marzo. Las tropas indias con palos, mazas, arcos y flechas,
y mucha gritería, no tenían nada que hacer frente a las armas
de fuego y cargas de caballería de soldados avezados en esa cla­
se de lucha. Triunfan los soldados de Cortés y en el campo
recogen ochocientos indios muertos y muchos heridos contra
tres españoles muertos y varios heridos por flechas. Ante esta
derrota los naturales pactaron con Cortés quien el mismo día
de la victoria le puso a Potonchan el nombre de Santa María
de la Victoria, y días después, el 10 de abril, le ordenó a los
principales caciques que la poblaran, pues ya muchos se habían
ido a refugiar a los bosques. Antes de salir rumbo a Colúa, hizo
construir una cruz muy grande y su altar. De los presentes que
recibió, el más valioso, para sus planes de conquista, fue una
india muy inteligente: doña Marina.
A Santa María de la Victoria sólo se le dio el nombre,
pues al salir Cortés rumbo a Colúa y Tenochtitlan, en ese
poblado —según versión de los cronistas—, como recuerdo del
paso de los españoles quedó una cruz con su altar, y no vuelve
a tener vida hispánica hasta 1525 que Cortés envia al capitán
Vallecillo con sesenta soldados a pacificar Tabasco, y por en­
fermedad de éste, tiene que salir Juan de Lepe a buscar gente
y bastimento a Medellín y México. En la Relación dicen que
retornó pronto en un navio que tenía como capitán Baltazar
de Gallegos. Al año siguiente fue a pacificar Tabasco el capitán
sevillano Baltazar de Osorio.
A ese lugar llegó el 10 de septiembre de 1577 el gobernador
de Yucatán don Guillén de las Casas, a la cual pertenecía esa
provincia. En Santa María de la Victoria vivieron los españoles
y naturales setenta y siete años. El 24 de junio de 1596 la
de estar en el reparo de las casas abrigadas del
Norte y vientos del mar que son los más dañosos
y recios de esta costa. A vista de esta Villa, casi
a un tiro de ballesta, poco más o menos, sobre el
brazo del río de Taxagual hay tres isletas que la
mayor de ellas será de quinientos pies y las otras
como de a trescientos; dividen estas tres isletas
unos esteros que a vista de esta Villa se dividen en
dos partes y con el río principal se hacen tres de
manera que cada río y estero divide su isla y se
juntan en una placel que arriba de ella se hace
a manera de laguna con el dicho río. A media
legua de esta Villa estos esteros son muy hondos y
la mayor parte de dicho placel son las isletas ane­
gadizas y de maderas de poco provecho por ser
como son mangles y otros árboles. A tres leguas
de esta Villa entra una río caudaloso y dos esteros
y así se dice a aquel lugar los brazos, que es hasta
donde con mucha facilidad pueden entrar buques
y estar surtos. El uno de estos brazos es un estero
que va a dar dos leguas más adelante en el dicho
río de Grijalva, y entra a unas ciénegas, lagunas
y a un rincón donde viene a dar vuelta; allí está
un pueblo que se dice Tabasquillo3 que es lo que
a quedado del pueblo Potonchan, que estuvo fun­
dado en esta Villa, el cual es de quince vecinos
más o menos. Es estéril a causa de ser fundado so­
bre muchas ciénegas y lagunas de donde se susten­
tan de la pesca y de la granjeria que tienen que ha­
cer de ollas, cántaros, tinas, jarros y aves que crían;
abandonaron debido a los frecuentes ataques y saqueos de los
piratas, trasladándose a un rancho del interior al que llamaron
Villa Felipe II, posteriormente San Juan Bautista hoy Villa-
hermosa.
’ Tabasquillo tenia catorce indios tributarios que estaban en­
comendados a Melchor Alfaro Santa Cruz. Su esposa fue hija
de Juan de Lepe Quevedo de los fundadores de Santa María
de la Victoria.
frutas que traen a vender a esta Villa que está de
ella a cinco leguas, y por esta causa dicen al estero
el río de Tabasquillo. Frontero de éste, al Sudoes­
te, de la otra parte del río hay otro estero que se
dice Tacanis el cual por unas lagunas va dar por
lo alto del río de San Pedro y San Pablo, por el
cual solían ir al pueblo de Xiacalango,4 frontera
que fue de Moctezuma, señor de México, el cual
se ha despoblado y pasado a otro que se dice Jo-
nuta que es de la Corona Real. Luego más arriba
de este río entra otro llamado de Iztapa.5*Río cau­
daloso el cual va por el Sureste por sitios despo­
blados de retorno hasta Jonuta 0 y Xicalango, que
están de esta Villa a treinta leguas poco más o
menos. De allí en adelante están unos pueblos a
las márgenes del río Iztapa llamados: Popane,7
4 Xicalango pertenecía a la Real Corona. Entre la isla de
Tris —Laguna del Carmen— y la provincia de Tabasco, exis­
tió una población con guarnición azteca denominada Xica­
lango, que fue cuartel de Moctezuma.
* Iztapa tenía junto a los poblados: Zaguatansa, Xagua y
Capaixalapa que entre todos tenían 325 indios tributarios y su
encomendero era el hijo de Gonzalo Nieto.
“ En la Relación aparece escrito como JONUBLA y perte­
necía administrativamente a la Corona Real y sujeta a Xica­
lango con 17 tributarios. Jonuta significa en mexicano donde
abundan los jonotes. En el año de 1872 el Partido de Jonuta
tenía 3,806 habitantes y a la villa del mismo nombre le perte­
necían Monte Cristo, San Pedro con todas sus riberas, hacienda
y rancherías.
7 Popane tenía 15 tributarios y de encomendero a Juan de
Texeda “El pueblo de Popane —nombre maya— que se men­
ciona en las Relaciones de Tabasco, como situado en las már­
genes del Usumacinta, no aparece hoy en ningún lugar de és­
tas, pero existe ahora, en las mismas márgenes, el pueblo de
Multé —nombre mexicano— que significa lo mismo que aquel
antiguo nombre y que indudablemente es el antiguo Multé.
Becerra, op. cit., p. 505.
Ocumacinta,8 Petenete 0 y Tonotzíc.10 Por este río
hasta el dicho pueblo de Jonuta se acostumbra ir
en canoas a la provincia de Yucatán”.
Dicen que el tráfico marítimo interno lo ha­
cen por este río hasta la Laguna de Términos
con los puertos Real y Escondido, el pueblo de
Tixel,11 de donde retornan a Jonuta.
Del río Gri jaiva siguen diciendo:
“dando algunas vuéltas va a un pueblo que se dice
Tamulté,12 y de allí sube hasta la sierra. A la mi­
tad del camino de este río grande entran otros dos
ríos de manera que hacen una gran isla.
El río va a unos pueblos de (esta provincia que

* Ocumacinta reñía 40 tributarios y de encomendero a Juan


de Texeda.
’ Petenete con 36 tributarios y su encomendero en segunda
vida lo era Juan de Tolosa.
10 Tonoezic —Tanocic— contaba con 13 tributarios bajo Ja
encomienda de Simón Diez de Ballesteros, en segunda vida.
11 Tixel de los copilcos. “Los poblezuclos que constituían los
copilcos quedaban ubicados, probablemente, en la comarca com­
prendida entre la barra,.laguna y vecindario actuales de Cu-
pulco y Cupulquillo, en Ja Municipalidad de Paraíso, y el ac-
Comalcalco. En la lista de
poblaciones de Tabasco que Hay en las Relaciones, sólo se
consignan dos Cúpricos, que, en el mapa que acompaña a la
obra citada, se ven, uno cerca de la costa que •era Cupilco-
Zacualco, y otro hacia el interior, que era Cupilco-Tcotitlán.”
Marcos E. Becerra, op. cit., pp. 402-403.
” Tamulté de la Sabana de la jurisdicción de la Chontalpa,
tenía 60 tributarios; su.encomendero lo era en segunda vida
Rodrigo de Paz. En el año de 1779 ya tenía 641 habitantes.
189
joouta-13
se dicen: Tepetitlán,13 Chilapa,14 Mascuspana,15
y Tepitzintila.10 Aquí se dice a este río de Chilapa.
El otro brazo sale dos leguas arriba. Se pesca mu­
cho manatí, pescado de diversas especies, tortugas.
Hay mucho mosquito y es tierra llana y baja, en
la cual hay cantidad (árboles) de Brasil, cedro...”
En la tercera pregunta respondieron que la
“tierra es cálida y sumida por ser tan baja sobre
arena y de muchas ciénegas y lagunas y ordina­
riamente haber en ella muchas aguas y lluvias,
porque de doce meses, llueve nueve a diez, y lo or­
dinario es ocho meses. Reinan en esta costa por
13 Tepetitlán —Tepetitán— tenía 44 tributarios encomen­
dados en segunda vida a Melchor de Heredia.
14 Chilapa con 40 tributarios. Su encomendero lo era Gar­
cía de Ledesma.
15 Macuspana —Macoapana—, con 27 tributarios y sus enco­
menderos en segunda vida lo eran Juan de Rebolledo y Ana
de Salas. En 1779 tenía 973 habitantes.
En 1872 como cabecera del Partido tenía los pueblos siguien­
tes: San Carlos-Olcuatitan; San Férnando-Olcuilzapotlan; Te­
petitán con todas sus riberas, haciendas y ranchos. El Partido
contaba con 8,228 habitantes (Manuel Gil y Sáenz. Compendio
Histórico Geográfico y Estadístico del Estado de Tabasco. Ta-
basco, 1871). En el año de 1909 con título de Villa dice de
ella el geógrafo Marcos E. Becerra: “.. .la certeza de que la
población haya sido fundada en tiempos posteriores a la Con­
quista no puede basarse en un dato negativo, cual sería el no
encontrarse mencionado entre las poblaciones que citan Cortés
y Bemal Díaz en sus relatos. Ya en 1779 existía Macuspana
—lo hemos visto por las Relaciones—- y sirviendo este dato
para fundar la presunción de que es una población precorte-
siana, en nada le rebaja el hecho de que, no habiéndola tocado
los conquistadores, a su paso por Tabasco, no la hayan cita­
do”. (Marcos A. Becerra. Ob. cit., pp. 58, 59 y 60).
10 Tepitzintila —Tepicintila—, tenía 12 tributarios y su en­
comendero lo era Juan de Rebolledo.
ser travesía, nortes, noroestes y nordeste, que Son
vientos peligrosos, especialmente los nortes. Piér-
dense con estos vientos muchos navios y barcos, del
trato comercial de estas partes como de los Reinos
de Castilla, y han sido un navio de Diego de Fley-
tas, cargado de vinos que traía por maestre Alonso -¿ b z .
Ramos y un contador. Otro navio de Sebastián de
Porras llamado —El Santo Crucifijo de Burgos—
que traía mucha mercaduría de Castilla. Otra de L o
Juan Agustín en el que se ahogó Alónso Maído-
nado. Adelantado de las provincias de Yucatán, y
el año de 1570 —se perdieron— las naos: Magda­
lena, María y Catalina en las que venían por seño­
res y maestres: Agustín de Espíndola, Alonso Ro­
dríguez Noruega y Andrés de la Paz. Si esta Villa
no estuviera poblada todos pereceríart, así de los
excesivos trabajos de la mar, como de la Costa”.
A la quinta pregunta respondieron que tiene
“esta provincia de Tabasco, tres mil indios. Han
venido a mucha disminución desde su pacificación
por haber sido poblada de más de treinta mil in­
dios, los cuales han tenido esta disminución a cau­
sa de grandes enfermedades y pestilencias, que a
habido, así especiales en esta provincia, como en
las Indias y han sido sarampiones, viruelas, cata­
rros, pechugeras y romadizos, flujos de sangre, y
grandes calenturas que suelen dar en esta provin­
cia, estando con ellas se bañan en el río con agua
fría,17 por lo cual se han pasmado y muerto mu­
chos. No tienen ningún crescimiento, ni multipli­
cación y dan por razón que en tiempo de su gen-
” Los españoles, especialmente los de Castilla, por la falta
de agua en los sitios donde habían nacido eran poco afectos
al baño. Los naturales, por el contrario, eran muy pulcros en
sus cuerpos como se ve a través de las versiones que nos dejaron
los primeros conquistadores. Aquí se comprueba una vez más
el gusto que tenían los indios por el baño así estuvieran en­
fermos.
191
jonuta-14
tilidad, cada uno de ellos tenían diez y doce mu­
jeres, y ahora no tienen más que una, y así no se
multiplican como entonces. Viven los naturales en
pueblos formados permanentes y en policía. En el
vivir, vestir y sustento tenían por costumbre, es­
pecialmente los indios chontales, no comer sino
beber, y si comían era muy poco, y tomaban una
bebida que se hace de la moneda suya que es el
cacao misturado con masa, de suerte que se hace
un brebaje algo espeso y asi mismo otro de maíz
cocido, que se dice pozole. Es a manera de poleada
acepto que es muy desleído y hecho casi agua.
Hace alguna parte de esto acedo, para refrescarse
en los calores. Todos estos brebajes se muelen en
sus piedras. Tienen la costumbre de moler desde
el amanecer hasta que anochece estas bebidas, y
otras el pan de maíz. No se puede moler todo esto
sino es de esta manera a causa de que se aceda,
así el maíz como el cacao, estando de dos o tres ho­
ras molido y esto es dañoso. Ahora, de poco tiem­
po acá, comen a sus horas carnes de aves, vacas,
puercos, pescados y las demás cosas para su ma­
nutención. Hacen un género de bebidas muy sano
y saludable, de que usan así los españoles, como
los naturales, el cual es de maíz y cacao: echan en
ello ciertas especies que son unas orejuelas, pi­
mienta y laurel. Llaman a esto chocolate, y bébese
caliente. Las mujeres están tan acostumbradas a
moles, que como desde su nacimiento lo hacen, no
reciben por ello vejación, ni molestia. Hay en esta
provincia de Tabasco tres lenguas que son la chon­
ta!, del nombre Potonchan; la otra es coque que
se hablaba en los límites de Chiapas y Tabasco,
y la mexicana. La gente que habla esta lengua
es poca porque procede de los fuertes que en esta
provincia tenía Moctezuma, que eran Cimatán y
Xicalango. Al presente todos se dan al hablar el
mexicano, porque además de ser la general en to­
das las Indias, cantan muchas cantares a lo divino
en ella”.
En.la séptima pregunta contestaron que la
villa queda de la ciudad de Mérida, provincia
de Yucatán, donde está y reside el Gobernador
de todas estas provincias,18
“ Al crearse la Audiencia de los Confines en 1543, Yucatán
y Tabasco que dependían de la Audiencia de México pasaron
a esa jurisdicción. La protesta de los habitantes de Mérida,
que alegaron justificados razonamientos hizo que fuera asig­
nada a la Audiencia de México en 1548. Errores de la Corona
hicieron que en real cédula de 7 de julio de 1550, dependie­
ran de Guatemala en su Audiencia de los Confines. La dis­
tancia de las dos provincias con Guatemala, era empresa arries­
gada y casi imposible para viajar por lo cual el Rey, después
de recibir la inconformidad de esos súbditos, en cédula de 9
de enero de 1560, volvió a trasladarlas a la Audiencia de
México. En esta forma quedaron durante todo el régimen co­
lonial. En el Ínterin de esos acontecimientos, la Audiencia de
México, nombró el 18 de septiembre de 1550, a don Alonso
Manrique, Alcalde Mayor de Tabasco.
El licenciado Tomás López Medel que estuvo como visitador
de Yucatán y Tabasco de 1552 a 1553 y que revolucionó con
sus disposiciones, ordenanzas y ejecutorias la comarca yucateca,
poco hizo por Tabasco, pues la administración provincial estuvo
en manos de los alcaldes ordinarios de Santa María de la
Victoria.
Con la llegada de don Diego Quijada, alcalde mayor de
Yucatán —1561-1565— y su extraordinaria actividad reorga­
nizando la administración y evitando abusos en Tabasco logró
moralizar costumbres, arreglar los ingresos de la Real Hacien­
da y poner en orden encomiendas, que tuvo como resultado
que cuando el nuevo gobernador don Luis Céspedes de Oviedo
le tomó residencia fuera acusado de diecinueve violaciones que
él defendió en su respuesta dada en Mérida el 19 de febrero
de 1566. Quijada en la visita que le hace a Tabasco en junio
de 1564 dice de la villa: “Está en la ribera del rio de Grijalva,
dos leguas del puerto, y está asentado en una ciénega, y de
esta causa viven los vecinos con poca salud. No hay cárcel, ni
casa de cabildo, ni iglesia de piedra, sino de paja y dentro de
ella sacramento, de que no he recibido poca pesadumbre. Pre-
“a ochenta leguas buenas a la parte del Norte está
la ciudad de México, donde recide la Audiencia
Real de Nueva España, y a donde se va en grado
de apelación del dicho Gobernador. Queda de esta
Villa llendo por tierra, 160 leguas, y llendo por
mar, por la ciudad de Veracruz, 140 leguas”.
Contestaron la octava pregunta, diciendo que
San Francisco de Campeche, de la provincia de
Yucatán, les quedaba a 50 leguas por el mar,
“a causa de que por tierra no se camina por ha­
berse despoblado el pueblo de Xicalango, que es­
taba sobre unas leguas. En este pueblo se daba
servicio necesario de comidas y canoas para atra-
vezar la Laguna de Términos,*1819 e ir al pueblo de
Tichel. Este pueblo de Xicalango era una de las
fuerzas de Moctezuma y por estar despoblado se
va por el rodeo referido en la descripción que
hacen del río. Así el camino común v ordinario
es por la mar de aquí al puerto de Campeche”.
Mucha de la mercancía que les llegaba por
río venía de las estancias cuyos propietarios lo
eran Diego Alver de Soria y Martín de U ñ o ­
na, vecinos de esta Villa que tenían en la boca
del río —San Pedro y San Pablo—, estancias
de ganado mayor con más de siete a ocho mil
tendí hacer un sagrario de piedra, y no lo hice porque no hay
de lo que pudiese hacer. Intenté con ia audiencia me diesen
provisión para que pudiese hacer una iglesia de piedra y en
la costa se repartiese por tres tercias partes, como Vuestra
Majestad lo proveyó en esta provincia y en la de Michoacán.
Y a esto ni a otra cosa alguna jamás se me responde. . .”
18 Se llamó en esta forma hasta el año de 1717 en que fue
denominada isla del Carmen. Por ser cuartel durante años en
la correspondencia virreinal aparece como Presidio.
cabezas, y muchas yeguas y puercos. Que sus tie­
rras tienen mucha caza de venados, conejos, ti­
gres, etcétera.
A media legua de esas estancias, está en plena
montaña y frontero a esta Villa
“un poblezuelo de dos casas en que hay tres mo­
radores que se dice Chiyala”.
De la Laguna de Términos dijeron:
“.. .está un río y puerto que dicen Términos, den­
tro del cual hay unas lagunas muy grandes en las
cuales se solía cojer mucha sal la cual se ha per­
dido. Es hondo este río y pueden estar surtos en él,
mucha cantidad de navios. Hay en él, agua, leña
y mucho pescado. Hace la entrada de la boca, que
es grande, un banco de arena de casi media legua
que siendo pleamar tiene cuatro palmos de agua
y dos barras para entrar en el puerto; la una entra
de Norueste a Sueste y tiene once y doce palmos
de agua; la otra entra de Nordeste a Sudueste y
tiene diez palmos de agua de bajamar. Cercan es­
tas lagunas y río una Isla que se dice de Términos
que tiene de box 20 siete u ocho leguas, en la cual
hay agua dulce, muchos conejos, venados, tigres,
iguanas, tortugas, aves y es de mucha leña. Está a
dos leguas, más adelante, sobre la Isla, otro río y
puerto cuya barra tiene diez palmos de agua. En­
trase en ella Norueste Surueste. Dícenle Boca Nue­
va porque de veinte años, a esta parte se a habierto
aquí y llega el término de la jurisdicción de la villa
de Tabasco. Hay adelante de ese puerto otros dos
que son: Puerto Real y Puerto Escondido de la
jurisdicción de Campeche, son hondos y entran
en la Laguna de Términos y por ellos se va al
“ Palabra del español antiguo mal puesta en la transcripción
del libro, por BOJ, equivalente a BOJAR: medir el circuito de
alguna isla o cabo.
pueblo de Tichel, que es abrigo de embarcaciones
porque es muy bien abastecido y tiene mucha agua
y leña. Sobre esta costa que es de San Pedro y San
Pablo a la Laguna de Términos a distancia de
tres leguas, tierra adentro, hay un poblezuelo que
se dice Atasta21 que era sujeto a Xicalango. Este
pueblo tiene veinte vecinos. Es de tierra estéril
porque no se da bien el maíz; susténtanse de pes­
cado y cazan iguanas, venados, tortugas, aves de
que tienen abundancia que vienen a vender a esta
Villa. Las frutas que necesitan las van a buscar
a la Villa del Espíritu Santo de la provincia de
Coatzacoalcos”.
La Villa de Santa María de la Victoria tenía
como límites en el Oeste a treinta y cinco le­
guas (según dicen ellos, más o menos) a la pro­
vincia de Coatzacoalcos y para ir a ella marcha­
ban por mar o por tierra por la costa y playa.
“Hay —dicen— desde la boca de este río de Gri-
jalva a donde se divide la jurisdicción: tres ríos
y puertos de mar, de modo que con los anterior­
mente narrados le pertenece a esta jurisdicción:
siete ríos y puertos de mar. Desde la boca del
Grijalva a ocho leguas de él está un puerto y río
de poca hondura en la barra que se llama Chilte-
pec. Tiene esta barra siete palmos de agua; én­
trase en el Norueste-Sueste. Va a dar este río en
legua y media de la boca en unas lagunas gran­
des que se dicen de Taxagual.22 Entran en esta
lagunas muchos esteros que van a otros pueblos
21 En la Relación aparece ATARTA. Tenía 30 tributarios
sujetos a la Corona Real con sede en Xicalango. En 1794
contaba con 991 habitantes.
3 En la Relación de Encomenderos, aparece como Taja-
gual, con 15 tributarios encomendados en segunda vida a Ma­
teo de Larriaga.
de esta provincia por el mismo orden que al de
Taxagual. Todo este camino mencionado desde
Ghiltepec está poblado de ganado mayor de una
estancia de Juan Ruiz, vecino de esta Villa, cuya
propiedad está en medio de la boca del río, en
la cual sin contar las yeguas, hay como de ocho
a diez mil cabezas de ganado mayor y muchos
cerdos. La cacería es abundante. Saliendo de esa
estancia, a tres leguas poco más o menos se aparta
un camino tierra adentro de vuelta del Nordeste-
Sudueste y que a legua y media va al poblado
antes mencionado de Taxagual. El ganado pace
además de las sabanas que tiene dentro de las
montañas y de los médanos por la costa y la playa
desde donde se le puede ver. Desde el río de Ghil­
tepec una legua más adelante hacia el Oeste, está
un río caudaloso que se dice de Bocas : porque tie­
ne dos bocas. Este sitio de cuatro o cinco años se
cerró una boca, la que quedaba al Oeste. Divi­
dían estas dos bocas una isleta que estaba en la
parte de dentro del río y que de largo tenía como
un cuarto de legua y de ancho un tiro de arcabuz.
Es río muy hondo donde pueden estar surtos mu­
chos navios; tiene en la barra cuando seca o hay
bajamar brazo y medio de agua. Hace unos ocho
años estuvo en este río un navio de ingleses cor­
sarios de donde pretendieron aprehender a un sol­
dado que acaso venía de la ciudad de Veracruz,
el cual conociéndolos se apartó y se fue de ellos,
los cuales escribieron una carta para un Roberto
que estaba en la ciudad de México. Es tan cauda­
loso este río de Dos Bocas, que anega mucha parte
de esta provincia, por salir como sale de muchos
esteros que atraviesan y ciñen toda la tierra de
suerte que a uno le llaman Cachaña, que es el que
sale de Dos Bocas, atraviesa lo más de la tierra y
viene a entrar en este río de Grijalva; al otro le
llaman Chacalapa que entra por los Cimatlanes y
atraviesa por medio de la Chontalpa, y viene a
dar a las lagunas de Taxagual y río de Ghiltepec.
Sale del otro estero a media legua de la Boca y
atraviesa el río de Chiltepec la vuelta del Este, de
manera que hace una isla que de circunferencia
tiene cuatro leguas poco más o menos; en esa isla
que es la de Chiltepec está fundada una estancia
con quinientas o seiscientas cabezas de yeguas, po­
tros, burros y muías. Tiene cerca de mil cabezas
de ganado vacuno que son de Juan de Rebolledo,
vecino de esta Villa. Es isla de mucha caza, de
grandes pesquerías. Este río de Dos Bocas viene
desde la provincia de Guatemala y pasa muy cau­
daloso por Chiapa, de suerte que con estar cien
leguas de esta costa, se pasa en canoas a causa de
su gran hondura y grandeza”.
Lo que hasta estos últimos años conocimos
como pangas para poder pasar de un lado al
otro de los ríos en Tabasco, en aquel año de
1570 nos lo narran los informantes cuando di­
cen:
“.. .en la misma isla de Chiltepec (hay) una casa
en que asisten tres o cuatro indios que sirven
(para) pasar el dicho río en unas canoas a los
pasajeros que por allí van y vienen de Nueva Es­
paña o Coatzacoalcos a esta Villa; se les paga con­
forme al arancel que tienen tasado por la justicia,
y en la casa se acoge y alberga a los viandantes.
Múdanse estos indios de quince en quince días, o
como a ellos les parece, porque cuando de allí se
van a sus pueblos, llevan sus canoas cargadas de
carne de venado, tortugas, iguanas y pescado del
que hay abundancia y lo tienen por grangería. Es­
tán sus poblados a diez y doce leguas y vienen con
facilidad al sitio en sus canoas. Está sobre este mis­
mo río de Dos Bocas sobre la costa y playa canti­
dad de ganado vacuno de Juan de Rebolledo. Pro­
siguiendo al Oeste por la costa a seis leguas está
otro río y puerto aue se llama Copicco que tiene
de boca como un tiro de ballesta, por dentro es
hondo; tiene la barra ocho palmos de agua. Es
despoblado. Este río fórmase de unas ciénegas y
pantanos que vienen de la tierra adentro donde
hay unos poblados, a cuatro, seis y ocho leguas,
que se dicen los copilcos, los cuales proveen de lo
necesario a tres indios que asisten en el río de Co­
pilco para pasar a los viajeros. Dos léguas ade­
lante de este río se divide la jurisdicción entre esta
Villa y la de Coatzacoalcos, y en este circuito está
gran cantidad de ganado de Alonso Caballero, ve­
cino de la Villa de Coatzacoalcos”.
“Toda la costa que alcanza esta Villa y provin­
cia de Tabasco es costa brava, baja y limpia de
piedra; está a la parte Sur la ciudad Real de Chia-
pa, poblada de españoles a una distancia de seten­
ta leguas. Se va a ellas por el río del Grijalva hasta
cuarenta leguas donde se encuentran los pueblos
postreros de esta jurisdicción, y de allí en adelante
van por tierra a dicha ciudad, por sierras espesas,
de muchos ríos y tierra fría. Por este camino solían
bajar las mercadurías de Castilla como de Nueva
España para la dicha ciudad de Chiapa y para
las provincias de Guatemala, que quedan a más
de ciento cincuenta leguas de esta Villa. Ahora en
su mayor parte ya no se lleva por haberse descu­
bierto Puerto de Caballos, que es donde al pre­
sente vienen de los Reynos de Castilla a la ciu­
dad de Santiago de Guatemala y su distrito, por
cuya causa ya no se navega por este río y puerto
como antes ya que con la cantidad y variedad de
mercancías se gozaba de todo con más facilidad
y más barato”.
Al contestar la pregunta noventa dijeron que
“el año de 1525 envió el Marqués del Valle a esta
provincia a un fulano Vallezillo, con 60 soldados
de los del dicho Marqués y de los de Pánfilo Nar-
váez, y andando en la conquista y pacificación de
ella por enfermedades al dicho caudillo se tulló,
de suerte que en ninguna manera podía acudir al
ejercicio de la guerra, por lo cual y contraídos de
necesidad enviaron a Juan de Lepe a la Villa
de Medellín y a la ciudad de México, de donde
con mucha brevedad se trajo socorro, así de bas­
timento como de gente en un navio, que trajo por
capitán Baltasar de Gallegos, el cual concluyó la
pacificación de ella; los soldados quedaron en esta
provincia como pobladores, cuyos hijos, nietos y
mujeres hoy viven con mucha necesidad por causa
de haber venido en mucha disminución la tierra y
población de ella, y las encomiendas que hay ser
tan pobres, las cuales las poseen los hijos mayores,
y no haber como no hay ningún modo de socorro,
ni ayuda de costa. Tiene de encomenderos a vein­
tiséis y hay otros veinte sin encomiendas. Después
de lo anterior, el año de 1527 fue el Adelantado
Francisco de Montejo a la provincia de Yucatán
de donde pidió a esta Villa socorro y se le envia­
ron veinte soldados, en calidad de préstamo, por lo
cual se despobló esta tierra de españoles”.
En la décima pregunta contestaron que la Vi­
lla está fundada a la orilla del río Grijalva, en
una loma pequeña de menos de un cuarto de
legua, y que cuando se intensifican las lluvias
y se desborda el río, sólo se puede transitar por
la única calle que tienen y que es la principal
“y es torcida conforme a lo que corre la dicha
loma”.
Que tienen una iglesia en la cual oficia un sacer­
dote clérigo, y que los habitantes de los pueblos
cercanos a esta iglesia acuden para ser adoctri­
nados.
Respecto a las costumbres de los indios antes
de la conquista, informan, contestando a la pre­
gunta No. XV, que en las guerras utilizaban
vestirse de pieles de tigres, leones y venados, que
sacaban y heredaban en los campos de batalla
y que los traían por grandeza y valentía. Sus
armas eran arcos y flechas, macanas en las cua­
les ponín pedernales, piedras. Las macanas eran
en formas de hachas y muy filosas. Los infor­
mantes dicen textualmente:
“.. .vivían en tiempo antiguo mucho más sano que
el presente viven a causa que no había entre ellos
holgazanes, ni vagabundos, ni hombres ociosos de
lo cual se tiene mucha experiencia, porque los que
son trabajadores y labradores, además de vivir
como viven con mucha salud, viven muy ricos y
con mucho bastimento de suerte que siempre están
descansados, y por el contrario los holgazanes y
flojos, viven enfermos y con mucha necesidad”.
En la contestación de la pregunta marcada
con el No. XXIII informan que en la provincia
los naturales tienen muchas huertas y heredades
de cacao, que es la moneda de ellos, de la cual
hay mucha abundancia y se recolecta más de
tres mil cargas cada año y dicen textualmente:
“esto es en lo que toca a los chontales que tiene
la tierra cómoda para ello por ser como es tan
fértil y como en tiempo antiguo sacaban lo mismo,
sin la que se bebe, fue tanta la gente la cual
estaba derramada sobre sus labores y eredades,
ahora habiéndose recojido en pueblos y haber ve­
nido a menoscabo, así la gente como los pueblos,
esos pueblos y gentes poseen todas esas eredades
viejas y las que ellos van labrando y cultivando,
las cuales son mejores y más fructíferas. Lós an­
tiguos sembraban debajo de sombras por cuya cau­
sa no fructificaba como hoy. Así están prósperos
y ricos, que el que menos cacao coje por años,
son de diez a quince cargas, y otros de cincuenta
en adelante. Hay indios en esta provincia que ya
tienen estancias de ganado mayores y andan muy
bien vestidos y adornados en traje español de paño,
lienzo y seda. Hay cedros para hacer tablazones
para barcos y navios y otras cosas. Dáse en esta
tierra parras, higueras, naranjos, limas, limones,
sidras. Hay otras maderas silvestres que sólo sir­
ven para fabricar casas, estantes, portales y otras
de barazón para los enmaderamientos altos por ser
pajizas y a maneras de chozas”.
Informan que se da el maíz en abundancia y
se pueden levantar anualmente tres cosechas.
Que tienen siembras de frijol
“que es de tanto sustento como el garbanzo en
España”.
Cosechan en abundancia: calabazas, patatas,
plátano, arroz, legumbres de todas clases
“y raíces en que habiendo hambre se sustentan de
ellas”.
Que se curaban por medio de las yerbas y con
el tabaco
“el cual es para quitar dolores causados de fríos y
tomado en humo es provecho para las reumas, as­
mas, toses pechugueras, y en polvo, que lo traen
la boca para adormecerse y no sentir el trabajo;
esto lo usan los naturales y negros”.
Respondiendo a la pregunta No. XXVII, di­
jeron que tiene la provincia tigres, leones, puer-
eos, jabalíes (aunque pequeños, porque son del
tamaño de un lechón), conejos, venados, mo­
nos (a manera de gamitas y pintados, son los
del tamaño de un lechón), lagartos, faisanes,
pavas, papagayos, aves grandes y pequeñas de
vistosos colores, gallinas, palomas y tórtolas.
De Yucatán traían la sal en grandes cantida­
des para guisos y para sus estancias. De allí mis­
mo compraban la ropa, especialmente el hipil
—que los españoles le llaman mantaguipil, y
dicen:
“que aunque en esta tierra se da el algodón, no se
puede cosechar, ni hilar, ni hacer mantas”
y que los naturales están dedicados a los plan­
tíos de cacao, ocupados en el beneficio del mis­
mo, su custodia de los arbolitos antes de que
madure la fruta, porque si no se la comen los
monos y ardillas, esto en cuanto a los chontales,
porque los serranos no tienen ocupación en ca­
cao y su principal granjeria es la cosecha del
maíz y frijol. Su ropa, herramientas se las traen
los españoles de la ciudad de Veracruz.
“Son casas de esta provincia y templos de ella,
sus techos, de paja y palma; los edificios, bajos,
de madera, que son como mármoles; las cercas,
de cañas gruesas como lanzas de gineta, ligadas
con unos sarmientos y bejucos de que esta tierra
está proveída. Son por esta causa propensas al
fuego, y el viento entra y sale de ellas con mucha
facilidad porque la cerca le queda como celosía
transparente y no se pueden cerrar, ni embarrar
por causa de las mucha humedad. Hacen estas
casas los naturales como maestros expertos, en las
cosas y materiales de ellas. El material se trae por
agua en canoas. Una casa de estas bien edificada
dura de doce a catorce años. Al cabo de los cuales
acontece mudar solamente el techo o algún poste
o varas”.
Al contestar la pregunta XXXIII, respecto
al pago que los naturales le hacían a sus enco­
menderos y la forma de cómo lo efectuaban,
dijeron que es en su mayor proporción con ca­
cao y maíz. Asentaron textualmente
“si este maíz faltase de esta villa, era imposible
sustentarse, porque como se ve, la tierra de ella
no es apta para sembrarlo, y en caso que se siem­
bre, se coje con muy excesivo trabajo. Viendo esto
la Real Audiencia de los Confines quitó a Diego
Vázquez de Ribadeneira, vecino de esta provincia,
los dichos pueblos a pedimento de esta Villa...”
“Esos pueblos encomendados en la Real Corona de
S.M., daban mucho más maíz del que hoy produ­
cen, a causa de que los gobernadores que a esta
tierra vienen, sin atender al de ella y de esta villa,
les han quitado parte, comutándoselo en cacao y
éste lo pagan con mucha vejación, porque como
sus tierras son sierras y participan de fríos, se les
hiela el cacao que han sembrado, y así, para pa­
gar este cacao que tienen como tributo vienen de
treinta leguas a la Chontalpa cargados de café,
ají, frijoles, aves, pepitas y otras alhajas de sus
casas. Tienen que alquilarse para poder llevar el
cacao para poder pagar sus tributos, de lo cual es
notorio y patente el daño que se les hace cuando
tienen que pagar sus tributos con maíz...” “El
maíz se vende de dinero a dinero y a esta villa
se le hace gran daño, porque como se ha referido,
no tiene donde poderse proveer, sólo que de la
ciudad de Veracruz, cuando vienen navios traje­
ran algunas pipas de harina, como antes las solían
traer y que ahora, no se hace porque se llevan a la
Florida por Santa Elena”.
En sus informes finales dicen que la villa per­
tenece por su cercanía al obispo de Yucatán
desde hace dieciocho años, pues antes pertene­
cieron al obispo de Chiapas. Que tiene la villa
a la ciudad de Mérida, ochenta leguas y van a
ella por mar.
Que el mar es bravo especialmente desde sep­
tiembre hasta marzo. Que toda la playa de Ta-
basco es plana y baja.
INDICE

Introducción.................................... 9
I. La fundación deJo n u ta................. 17
II. Establecimiento de vigías, contra­
bandos, quejas de caoneros y auto­
ridades .............................................. 71
III. El pueblo de Palizada,de Tabasco 99
IV. Cartas de AmuSquibar, mapas, lími­
tes y una disposición virreynal . . . 125
V. La media annata................................143
Relación de la Villa de Santa María
de la V ictoria.................................181
Acabóse de imprimir el día 6
de diciembre de 1975 en los ta­
lleres de la Editorial Jus, S. A.,
Plaza de Abasólo 14 (entre
las calles de Luna y Estrella),
colonia Guerrero, México 3,
D. F. El tiro fue de 2,000
ejemplares.

N° 1024
RED ESTATAL DE BIBLIOTECAS
PUBLICAS DE TABASCO
REB/018

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