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DEMOCRACIA

1. DEFINICIÓN

La palabra democracia proviene de las palabras griegas “demos”, es decir, las personas,
y “kratos” que significa poder; por lo que la democracia pueda ser definida como “el
poder del pueblo”: una forma de gobernar que depende de la voluntad del pueblo.

La democracia no es:

 autocracia o la dictadura, donde una persona gobierna;


 oligarquía, donde lo hace un pequeño segmento de la sociedad
 “regla de la mayoría”, si eso significa que los intereses de las minorías son ignorados
por completo.
La democracia es el gobierno en nombre de todo el pueblo, de acuerdo con su
“voluntad”.
2. PRINCIPIOS
 Autonomía Individual: La idea de que nadie debe estar sujeto a reglas que han sido
impuestas por otros. Las personas deben ser capaces de controlar sus propias vidas
(dentro de lo razonable).
 Igualdad: La idea de que todos deben tener las mismas oportunidades de influir en las
decisiones que afectan a las personas en la sociedad.
3. TIPOS DE DEMOCRACIA
 Democracia indirecta o representativa
El pueblo se limita a elegir a sus representantes para que estos deliberen y tomen las
decisiones con el poder que el pueblo les otorga por medio del voto.
 Democracia participativa
Algunos autores también distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia
semidirecta, que suele acompañar, atenuándola, a la democracia indirecta. En la
democracia semidirecta el pueblo se expresa directamente en circunstancias
particulares, básicamente a través de cuatro mecanismos:
 Referéndum. El pueblo elige «por sí o por no» sobre una propuesta.
 Plebiscito. El pueblo concede o no concede la aprobación final de una norma
(constitución, ley, tratado).
 Iniciativa popular. Por este mecanismo un grupo de ciudadanos puede
proponer la sanción o derogación de una ley.
 Destitución popular, revocación de mandato. Mediante este procedimiento los
ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes de finalizado su
periodo.
 Democracia directa
Se trata de la democracia en estado puro, tal como la vivieron sus fundadores
atenienses, se practica en Suiza. Las decisiones las toma el pueblo soberano en
asamblea. No existen representantes del pueblo, sino, en todo caso, delegados que se
hacen portavoces del pueblo, que únicamente emiten el mandato asambleario. Se trata
del tipo de democracia preferido no solo por los demócratas de la Antigua Grecia,
sino también para muchos pensadores modernos (Rousseau). Un ejemplo de
democracia directa más conocido es el de la Atenas clásica.
(El derecho de los ciudadanos a participar en el proceso político de toma de decisiones
y tener la última palabra).
4. EL DESARROLLO DE LA DEMOCRACIA

Historia Antigua

A los antiguos griegos se les atribuye la creación de la primera democracia, aunque casi
con total seguridad hay ejemplos anteriores de democracia primitiva en otras partes del
mundo. El modelo griego se estableció en el siglo 5 a.C., en la ciudad de Atenas. Entre
un mar de autocracias y oligarquías, que eran las formas normales de gobierno en su
momento, surgió la democracia ateniense.

Sin embargo, en comparación con cómo entendemos la democracia hoy en día, en el


modelo ateniense había dos diferencias importantes:

1. La suya era una forma de democracia directa, en otras palabras, en lugar de elección
de representantes para gobernar en nombre del pueblo, “el pueblo” por sí mismo, se
ocupaba de las cuestiones de gobierno y de la práctica política.
2. Un sistema de este tipo fue posible en parte porque “el pueblo” era muy limitado.
Aquellos que podían participar directamente eran una pequeña parte de la población,
ya que las mujeres, los esclavos, los extranjeros, y, por supuesto, los niños estaban
excluidos. El número de personas que participaron fue aun así mucho mayor que en
una democracia moderna: quizá 50.000 hombres involucrados directamente en la
política, de una población de unas 300.000 personas.
5. LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO MODERNO

Si bien las democracias comparten características comunes, no existe un modelo único


de democracia.

Resolución de la ONU sobre la promoción y consolidación de la democracia (A/RES/


62/7)

Hoy en día hay tantas formas diferentes de democracia como naciones democráticas en
el mundo. No hay dos sistemas que sean exactamente el mismo y no hay un sistema que
pueda ser tomado como “modelo”. Hay democracias parlamentarias y presidenciales,
democracias de carácter federal o unitario, las que utilizan un escrutinio proporcional,
que utilizan un sistema mayoritario, democracias que también son monarquías y así
sucesivamente.

Una de las cosas que une a los sistemas modernos de democracia, y que también se
distinguen del antiguo modelo, es el uso de los representantes del pueblo. En lugar de
tomar parte directamente en la elaboración de las leyes, las democracias modernas usan
las elecciones para seleccionar a los representantes que son enviados por el pueblo para
gobernar en su nombre. Un sistema de este tipo se conoce como democracia
representativa. Se puede llamar “democrática” porque está, por lo menos en cierto grado,
basada en los dos principios anteriores: la igualdad de todos (una persona, un voto), y el
derecho de toda persona a un cierto grado de autonomía personal.

6. LA REGLA DE LA MAYORÍA

Una minoría puede tener razón, y una mayoría siempre se equivoca. (Henrik Ibsen)

Hay dos problemas que están íntimamente vinculados a la noción de la democracia


representativa relacionados con los intereses minoritarios. El primer problema es que a
menudo los intereses de las minorías no están representados en el sistema electoral: esto
puede suceder si su número es insuficiente para alcanzar el nivel mínimo necesario para
cualquier representación. El segundo problema es que incluso en el caso de que sus
miembros estén representados en el órgano legislativo, tendrán una representación
minoritaria y, por lo tanto, no pueden ser capaces de reunir los votos necesarios para
derrotar a los representantes de la mayoría. Por eso, la democracia significa a menudo la
“regla de la mayoría”.

La regla de la mayoría, si no está respaldada por la garantía de los derechos humanos


para todos, puede llevar a la adopción de decisiones que son perjudiciales para las
minorías, y el hecho de que estas decisiones sean la “voluntad del pueblo” no puede darles
ninguna justificación. Los intereses básicos de las minorías, así como los de las mayorías
deben ser salvaguardados en cualquier sistema democrático por la adhesión a los
principios de los derechos humanos, reforzado por un mecanismo jurídico eficaz,
cualquiera que sea la voluntad de la mayoría.

HISTORIA DE LA DEMOCRACIA

El origen de su práctica se remonta a la Antigua Grecia, que estaba dividida en ciudades-


estado denominadas polis. En estas urbes las decisiones no eran tomadas por un monarca,
sino por una asamblea de ciudadanos libres. Es decir, por aquellos varones que tenían la
mayoría de edad y que no estaban en condición de servidumbre. De manera que no había
representantes que actuaran por el pueblo, sino que todos los ciudadanos sometían a
votación las acciones del Estado. Dado que las decisiones tomadas un día podían arruinar
las tomadas en otro, se instaló el mecanismo graphe paranomon, que impedía tomar
decisiones contrarias a las realizadas antes. Gracias a la expansión de la cultura griega,
este mecanismo fue instalado en algunas culturas aledañas.

“La democracia ha surgido de la idea de que sí los hombres son iguales en cualquier
respecto, lo son en todos”. Aristóteles

Años después, el Imperio Romano implementó el sistema democrático griego, aunque


permitiéndoles la participación a personas que no fueran romanas de nacimiento. Esto se
debió en gran parte a la apropiación de los principios cristianos, según los cuales todos
los cristianos eran iguales para los ojos de Dios; y gracias también al estoicismo romano,
cuya filosofía abogaba por conceptos como el alma en lugar de los bienes materiales y
los linajes.

Sin embargo, hay registros anteriores y paralelos de democracia fuera de la Antigua


Grecia o el Imperio Romano. Por ejemplo, en el antiguo tratado de Arthaśāstra, escrito
por Kautilya aproximadamente en el año 300 a.C., se habla de estados donde, a pesar de
tener reyes, el orden de la nación dependía de la participación ciudadana. Se sabe que la
mayoría de civilizaciones del norte de la India, como Vaiśālī, Kapilavatthu o Kusavati,
poseían sistemas de esta índole. Fuera del tratado de Kautilya, también se puede encontrar
evidencia de estas sociedades en las descripciones de las campañas de Alejandro Magno,
donde se reconocen al menos 18 localidades indias organizadas de este modo. Sin
embargo, la mayoría de estos pueblos fueron invadidos por gobiernos monárquicos que
abolieron toda formación democrática.

Asimismo, se pueden encontrar sistemas democráticos en civilizaciones antiguas, como


el parlamento islandés de 930 llamado El Althing, o el Tuatha irlandés implantado en la
Edad Media, o las ciudades independientes tanto de Suiza, Italia o Flandes, o la
organización tribal germánica. Aunque no es sino en el siglo XVI cuando estos sistemas
comienzan a trascender hacia el sistema democrático usado hoy en día, como es el caso
de la República de las Dos Naciones, la cual funcionaba bajo la antigua idea de Platón de
la Democracia de los Nobles (los más sabios son quienes gobiernan). Esta, aunque poseía
un monarca, determinaba su poder mediante la Cámara de Representantes Polaca (Sejm)
y las leyes instauradas con anterioridad, muy similar al funcionamiento de las repúblicas
actuales.
“La democracia es el destino de la humanidad; la libertad su brazo indestructible”. Benito
Juárez

Para el siglo XVIII y XIX se dan importantes cambios en las formas de gobierno. Gracias
a documentos como la Carta Magna, escrita en 1215, y a la Bill of Rights, escrita en 1689,
Estados Unidos desarrolla en 1776 la Virginia Declaration of Rights y la Constitución de
los Estados Unidos de 1789. De la misma forma, gracias a la Revolución Francesa se
consiguen los derechos al voto universal (del hombre), la abolición de la esclavitud (en
territorios franceses) y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Buscando la atención del público para obtener la mayoría de los votos y la simpatía de
los ciudadanos, nacen los partidos políticos y la palabra democracia deja de ser sinónimo
de anarquía, pues se creía que buscaba la abolición de todo gobernante o forma de
organización.

Más hechos se sumaron a la globalización y evolución de los sistemas democráticos. Por


ejemplo, fue determinante la desaparición y reestructuración de las naciones monárquicas
después de la Primera Guerra Mundial, que trajo consigo el final de los imperios y de las
colonias en los llamados países del tercer mundo (la mayor parte del territorio de América
Latina, Asia y África). Así como también fue vital la implementación de un verdadero
sufragio universal, que incluía a las personas independientemente de su sexo, raza o
condición económica. Finalmente, el fracaso de las dictaduras, basadas ya fuera en el
comunismo o el fascismo, le dio al mundo la idea de que la democracia era el sistema de
gobierno más viable para una nación.

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