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Universidad San Francisco

de Quito
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN- PRINCIPIOS DE MACROECONOMÍA

ESTEPHANY CAMILA MORA MERINO COD:00208171

FECHA DE ENTREGA: 19/11/2019

LA POLÍTICA MONETARIA Y LA POLÍTICA FISCAL EN EUROPA DESDE LA CRISIS DEL 2008

La crisis de la deuda soberana europea fue un período en el que varios países europeos
experimentaron el colapso de las instituciones financieras, la alta deuda pública y el
rápido aumento de los diferenciales de rendimiento de los bonos en los títulos públicos.
La economía europea y la global se vio fuertemente golpeada por esta crisis financiera,
misma que produjo una gran desconfianza en los agentes económicos y como
consecuencia, la caída de la demanda agregada.
Durante este difícil momento, los bancos hicieron hasta lo imposible por levantar el
sistema financiero mediante medidas que contrarrestaran los problemas de solvencia y
liquidez. El BCE reaccionó de manera inmediata y contundente a las perturbaciones en
el mercado interbancario inyectando cantidades de liquidez nunca antes vistas. De igual
forma, pronto desarrolló un principio de dicotomía, distinguiendo entre sus dos funciones
principales. Para lograr condiciones ordenadas en los mercados financieros,
proporcionaría tanta liquidez como sea necesario. En vista de este mal escenario los
líderes de la eurozona se vieron obligados a tomar medidas económicas que previnieran
un colapso de la economía de sus países. Las cuales incluían un “acuerdo en donde los
bancos aceptaban una reducción del 53,5% de la deuda que Grecia debía a los acreedores
privados, así como el aumento del FEEF hasta un importe mayor de 1000 millones de
euros y finalemente el requerimiento a los bancos europeos de alcanzar un 9% de
capitalización.” (Banco Central Europeo, 2008)
Además para que se recuperara la confianza en Europa, se acordó crear el “Pacto fiscal
Europeo” que incluía el compromiso de cada país que participaba de la UE, incluiría la
regla de oro presupuestaria en sus constituciones (Pidd, 2011).
Según mencionó (Draghi, 2014) también fue una de las propuestas bajar los tipos de
interés “a un día hasta su límite inferior efectivo, incluyendo un nivel negativo para la
facilidad de deposito”. Lo cual se podría traducir al efecto de que el BCE bajó los tipos
de interes y proveyó a los bancos màs debiles prestamos baratos, cuyos importes podìan
llegar hasta mil millones de Euros. Esta tasa de interès se redujo referencialmente del
4,25% al 1,25%, que seguía siendo mayor a la de EEUU. (Banco Central Europeo, 2008)
En 2011, la zona del euro se sumergió en una segunda recesión, desencadenada por las
tensiones en el mercado de deuda soberana y, en términos más generales, en el sistema
financiero en su conjunto. El principal medio de intervención del BCE fueron las
denominadas operaciones a largo plazo (OFPML). A través de estas operaciones, el BCE
concedió préstamos repo a los bancos, a los tipos de interés fijos y con plena asignación
(es decir, los bancos podían pedir prestado todo lo que quisieran a estos tipos de interés:
una provisión ilimitada de liquidez). “El plazo de los préstamos repo fue de hasta un año
en 2009 y de hasta tres años en 2011.Por lo tanto, estas políticas implicaban la
transformación de los vencimientos, así como la provisión de liquidez. Al mismo tiempo,
también se disminuyó el requisito de activos de garantía y se incrementó el número de
entidades de contrapartida elegibles.” (Lozano, 2015)
Sin embargo, entre las tensiones en los mercados de finanzas también había problemas de
solvencia, y estos no se reconocieron con prontitud. En la primera fase de la crisis, algunas
instituciones fracasaron y otras fueron rescatadas por la intervención del Estado. En otros
casos, el problema se aplazó. Este fracaso en la resolución del problema se debió en parte
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al hecho de que no existían herramientas para la resolución de crisis a nivel de la zona del
euro, mientras que el tamaño de muchos bancos en relación con el tamaño del Estado de
su país de origen imposibilitó que esos Estados los rescataran. Pero también se debió en
parte a una negación colectiva de la existencia del problema.
Se permitió que el BCE abordara estos problemas de solvencia con una herramienta
diseñada únicamente para resolver los problemas de liquidez. Las cosas empeoraron con
la crisis soberana griega y su posterior propagación a Portugal e Irlanda. Los problemas
soberanos comenzaron a surgir gradualmente como resultado de las débiles condiciones
económicas y los costos de la crisis bancaria. Estos problemas, combinados con la
desintegración del sistema financiero en la zona del euro, añadieron más tensión al sector
bancario, creando un círculo vicioso entre la recesión, el deterioro de los riesgos bancarios
y el deterioro del riesgo soberano. Una característica de esta nueva fase era la correlación
entre los riesgos de los soberanos y los de los bancos. La progresiva fragmentación del
sistema financiero, combinada con la persistencia de problemas de solvencia que afectan
a los bancos y a los soberanos, llevó a las instituciones a estar progresivamente más
expuestas a los bonos de su propio gobierno. Esta situación se vio agravada por el hecho
de que estos bonos podían utilizarse como garantía en las operaciones del BCE. “Dado el
empeoramiento del problema de la deuda soberana en algunos países, la calidad de los
activos de garantía utilizados en los repos del BCE por los bancos se deterioró y, al mismo
tiempo, se hizo evidente que algunos bancos habían pasado a depender estructuralmente
de la provisión de liquidez del BCE y dado que el mercado interbancario no se normalizó,
el BCE siguió utilizando la OFPML para sustituirlo.” (Reyes Guzman & Moslares García,
2010)
Según (Lozano, 2015) este problema es quizás más evidente en el caso de la zona euro.
Como respuesta a la crisis bancaria que siguió a la de Lehman, el BCE introdujo las
operaciones de refinanciación a largo plazo, mediante las cuales se proporcionó liquidez
a los bancos a un tipo de interés fijo y por un período de hasta un año. En 2012, el límite
temporal de las operaciones de refinanciación a largo plazo se amplió hasta tres años. En
cierto modo, esta política puede entenderse como la reacción a una crisis de liquidez: al
enfrentarse a un agotamiento de la liquidez, el banco central interviene proporcionándola
en cantidad ilimitada a cambio de garantías. Es probable que la acción agresiva del BCE
para facilitar la financiación de los bancos haya tenido un papel decisivo en la prevención
de una crisis.
En conclusión, la política anticrisis del BCE fue, en general, una respuesta correcta y
adecuada a lo que estaba ocurriendo en la zona euro. El principal objetivo de los
programas lanzados por el BCE era reducir el riesgo en los mercados europeos de deuda
soberana y ayudar así a los gobiernos europeos a satisfacer sus necesidades de
endeudamiento. Aunado a esto, la gestión de las expectativas en la economía se volviò
más relevante desde la crisis financiera. Y el BCE tuvo que ingresar a un territorio
inexplorado, volviendo a herramientas no convencionales. Explicar claramente la
justificación y el funcionamiento de estas herramientas de política monetaria no
convencionales ha contribuido en gran medida a reducir la incertidumbre con respecto al
camino futuro de la política monetaria. Satisfactoriamente, la comunicación como
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herramienta de la política monetaria del BCE ha crecido significativamente en
importancia.

Bibliografía
Banco Central Europeo. (2008). Informe anual 2008. Informe anual 2008, 321.
Pidd, H. (2011). Angela Merkel vows to create "fiscalunion" across the euro zone. The
Guardian .
Draghi, M. (21 de 11 de 2014). La política monetaria en la zona del euro.
Reyes Guzman , G., & Moslares García, C. (7 de 2010 de 2010). Scielo.org. Obtenido
de La Unión Europea en Crisis: 2008-2009:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0301-
70362010000200001
Lozano, M. (2015). Políticas Monetarias del BCE durante la crisis. Madrid:
Universidad Pontificia Comillas .

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