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1 José Saramago, en su paso por Bogotá 2007.

Foro Social Mundial: Tragedia en Colombia es de


todo el planeta

¿Qué sabemos sobre Memoria Colectiva?

La memoria parece ser un tema propio de la psicología, sin embargo hay fuertes conexiones con la
fisiología, la medicina y por ende la biología. Estos no son los únicos campos en los cuales la
memoria es tenida en cuenta. La sociología, la antropología, las ciencias sociales y en ellas la
psicología social están dedicando importantes esfuerzos para conceptualizar, analizar, estudiar y
promover la memoria colectiva, especialmente en contextos de violencia, guerra y autoritarismo
dada la creciente necesidad de evitar círculos de venganza que impidan el desarrollo comunitario y
personalizado de proyectos de vida centrados en la satisfacción y realización de metas proactivas.
Estudiar, hacer memoria y trabajar en ella, es construir el tiempo y proyectar el significado que se
otorga al pasado, al presente y al futuro.

Hacer memoria colectiva es una invitación para recordar el pasado, resignificar el presente y
construir el futuro compartido, o como lo dijera Félix Vázquez recordar el futuro y cambiar el
pasado. Por ende, resulta valioso ahondar sobre los conocimientos y nociones previas que se tejen
alrededor de esta temática. Para dar cumplimiento a este propósito se propone la reflexión
alrededor de algunas cuestiones.

Memoria Colectiva

Referirse a la memoria colectiva implica el reconocimiento de aspectos básicos como la


temporalidad y la espacialidad, los objetos, las relaciones y los significados que emergen entre los
actores, es decir, comprenderla como un proceso de construcción social. Se trata de un proceso
que involucra todos los mecanismos propios de la memoria como los recuerdos, el olvido, la
selección de acontecimientos y la construcción de versiones acerca de aquellos acontecimientos
que son objeto de la memorización; una memorización compartida y que no emerge
necesariamente en el mismo espacio ni en el mismo momento. ¡Estas son las características que la
hacen interesante y dinámica!.

Colombia, como cualquier otro escenario comunitario, constituye un espacio y conjunto de


relaciones para hacer y tener memoria. No hace falta estar en medio de un conflicto armado ni de
una situación autoritaria para hacer explícita la necesidad de los recuerdos y la vacuna contra el
olvido. La vida cotidiana está llena de recuerdos y oportunidades para la memoria, y es con base
en ella que se define la existencia de muchas relaciones presentes y futuras. Basta con mirar los
objetos que hacen presencia en los escenarios familiares para encontrar la memoria de un
apellido, una generación o un grupo de personas que han decidido hacer proyectos de vida en
conjunto en diferentes momentos. La preferencia para el estudio de la memoria en el conflicto
político-armado colombiano es una elección metodológica porque constituye una oportunidad de
fortalecer lazos de reconciliación y paz.

Contextualizar el conflicto político armado en Colombia, nos permite preguntarnos: ¿Cuál es la


realidad que se conoce del país; a qué versión representa?, ¿Recuerda alguno de hechos
acontecidos en los siguientes lugares: Mapiripán, Trujillo, o, Bojayá?, ¿Qué sabe sobre las víctimas
de minas anti-persona?, ¿Cuántos son los secuestrados anuales en el país?, ¿Qué tienen en común
quienes han sido afectados por las minas antipersonal y por el secuestro?, ¿qué las vincula a pesar
de no conocerse?, ¿Conoce monumentos que aludan a hechos de violencia y guerra en los casi 200
años de independencia del país? Estas preguntas se convierten en una invitación para hacer una
revisión sobre hechos que acontecen y que hacen parte de la memoria colectiva de esta

sociedad. Una memoria que no se centra sólo en acontecimientos del conflicto político-armado,
aunque a partir de ellos tengamos la oportunidad de construir vínculos comunitarios capaces del
desarrollo de la paz y la reconciliación.

Si bien la memoria no se centra sólo en datos, sí se alimenta de ellos, por lo tanto a continuación
desarrollaremos sus componentes de temporalidad y espacialidad. Según Halbwachs (1950: 129):

“El tiempo no es real más que en la medida en que tiene un contenido, es decir, en que ofrece una
materia de acontecimientos al pensamiento. Es limitado y relativo, pero tiene una realidad plena.
Es lo bastante extenso para ofrecer a las conciencias individuales un cuadro suficientemente
amplio para que puedan disponer de él y reencontrar sus recuerdos”.

El tiempo existe en la medida que es recordado, en el espacio que es narrado. El tiempo es cambio
en el espacio, es la objetivación de las transformaciones de la experiencia y los objetos a través de
la palabra, y sabemos de él en tanto que se puede proyectar el cambio en coordenadas de pasado,
presente y futuro. Las siguientes situaciones provenientes de testimonios de personas afectadas
por el conflicto político-armado en Colombia lo sugieren:

“De todas formas es difícil uno aceptar las cosas, y aunque han pasado 5 años, a veces, se siente
como que no ha pasado el tiempo, hmm, no ha pasado el tiempo, y eso a veces me entristece”.

“¡Cuánto tiempo ha pasado!, yo sigo igual o peor que antes, porque hmm, no lo he superado, yo
me la paso es llorando y le digo a Dios que por qué me pasan esas cosas a mí, y ay, por qué yo no
sé qué me depare el mañana o cada día que esté más viejita, o cada día que esté con lesiones
peores”.

El tiempo suele relacionarse con fechas, días, jornadas, años, meses, horas en las que cada
individuo ubica su historia, le otorga temporalidad a los sucesos, Esta situación según los
resultados encontrados en el proyecto “Reconstrucción de la memoria colectiva en personas
afectadas por el conflicto armado en Colombia” de

la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga, constituye una categoría de análisis a través


de la cual los participantes de un proceso de historias de vida, evaluaron los cambios tenidos, los
recuerdos de hechos relevantes en el pasar de los años y en algunas ocasiones de las horas en que
ocurrieron.

En cuanto a la espacialidad Mendoza (2004) afirma:

“Al igual que el tiempo, el espacio contiene acontecimientos y construye recuerdos, puesto que es
en los lugares donde las experiencias se guardan, sea en los rincones, en los parques, en los cafés
o en cualquier otro sitio donde los grupos viven su realidad y allí dan significado a sus experiencias.
De ahí que no resulte gratuito enunciar que los lugares traen recuerdos, porque exactamente así
sucede, esto lo saben perfectamente los grupos que demandan o levantan monumentos o placas
conmemorativas en lugares significativos. Razón por la cual Pierre Nora habla de lugares de la
memoria, porque en los lugares se configuran y almacenan los recuerdos.”. (p. 5).

Los lugares de memoria constituyen una categoría para la realización de un análisis que se refiere
a la espacialidad. Narraciones frente al conflicto político-armado colombiano lo evidencian y son
conceptualizadas por Amado y Jerez (2008): Lugares de memoria son… “Ciudad, municipio o
vereda en los cuales se encontraban viviendo la personas antes de la situación de afectación
ocasionada por el conflicto armado. También se incluye la ciudad, municipio o vereda a la cual se
llega después de la situación de afectación ocasionada por el conflicto armado”. Tales lugares se
convierten en un marco social de comparación entre el pasado y el presente, generan una
continua mezcla

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