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Universidad Simón Bolívar Sede Litoral

Prensa y opinión publica


Sección 1

Las verdades que oculta la


prensa de Venezuela

Prof.: Alumnos:
Francia Andrade Andrea Lalo 17-00128
Sección 1

Camurí Grande, noviembre 2019


Las Verdades que oculta la prensa de Venezuela

Los síntomas de la censura y autocensura en periodistas y trabajadores de medios


privados, estatales, comunitarios e independientes comienzan a sentirse con mayor
regularidad en Venezuela. Aunque son diversos matices los que se delinean, se ubica en un
primer escalón a la censura como fenómeno social que se expresa mediante órdenes y
presiones directas e indirectas. Esta irregularidad, evidentemente, afecta la independencia,
la pluralidad, la diversidad y la calidad informativa.

Cuando Albert Rivera visitó Caracas, por las redes sociales corrió un 'meme' con la
foto de su llegada al aeropuerto, rodeado de decenas de cámaras, micrófonos,
grabadoras y periodistas. “Cuando vas a Venezuela a denunciar que no hay libertad
de expresión y te reciben así”, decía el texto. Viendo la imagen, cualquiera diría que
es cierto, que los venezolanos no se pueden quejar de falta de libertad de expresión
ni de censura, porque tanto el candidato como los ex presidentes José Luis
Rodríguez Zapatero y Felipe González han paseado por la capital y hecho
declaraciones. Porque los mismos opositores al Gobierno de Nicolás Maduro hacen
ruedas de prensa y manifestaciones. Porque por las redes sociales se escribe lo que
se quiere. Porque, al contrario de lo que pasa en México y Colombia -y por suerte-,
los periodistas no son objeto sistemático de secuestros y asesinatos. Pero, como casi
todo lo que se habla de este país -el dólar paralelo, la escasez, la dinámica política-,
hay que dar algunas vueltas para lograr explicarlo.

Estas citas que tienden a volverse naturales, comprenden diversos emisarios de poder
en el sector estatal, privado e independiente. Su recurrencia debe significar un primer
llamado de atención que necesita respuestas, no sólo para preservar las libertades
periodísticas, sino para garantizar los principios básicos de la democracia. Estos son
elementos que deben llamar a la reflexión ante un panorama de país en el que la actuación
de grupos económicos, políticos y sociales son característicos de una sociedad en la que
prevalece la opacidad y otras desviaciones que han debilitado la independencia y la
autonomía de sus instituciones.
Resulta preocupante que, luego de hacer una revisión integral del ejercicio del
periodismo en Venezuela, surjan evidencias que afiancen la percepción de que los
periodistas y trabajadores de los medios de comunicación sean parte de los conflictos
sociopolíticos de Venezuela, aún por encima de las dificultades económicas, sociales y
culturales. De alguna manera, estas perspectivas se demuestran con señalamientos
constantes de diversos grupos de poder estatal y privados, orientados a criminalizar y
desprestigiar con un verbo hostil la importancia que tiene el periodismo como ejercicio de
denuncia, información y contraloría social para la sociedad democrática.
Tan solo en Mayo hubo 40 agresiones hacia periodistas, el mes más virulento para
el gremio en lo que va de año, según el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS).
Marianela Balbi, directora ejecutiva de esta ONG, explica que son agresiones
sistemáticas y que, a diferencia de otros países donde las mayores partes de las
agresiones vienen del crimen organizado y el Gobierno garantiza la libertad de
expresión, “aquí es el actor agresor, es un Estado victimario”.

Se trata de una investigación que se afianza en la confidencialidad de la identidad de los


consultados, un estudio de carácter cuantitativo con una muestra seleccionada de manera aleatoria,
cuyo proceso de recolección de datos se ejecutó mediante un cuestionario digital, aplicado entre el 1
de agosto al 5 de septiembre de 2014.

La censura y la autocensura pesaron esa vez y muchas otras. El miedo al cierre o a


grandes sanciones, tal y como ocurrió con 32 emisoras que salieron del aire en
2009. Si el paso de los medios de comunicación de lo tradicional a soportes
digitales fue para tener audiencia y adaptarse a los tiempos, en Venezuela fue una
necesidad de supervivencia. “La migración a las plataformas digitales fue el camino
que tomaron los medios, siendo aquí donde está el periodismo más independiente,
el que está haciendo periodismo”, cuenta Marianela Balbi.

Las heridas de la institucionalidad en el país pueden sanarse. Uno de los caminos


para ello es salvaguardar la libertad de expresión como algo principal de la democracia y
abonar el terreno para el ejercicio del periodismo libre, plural e independiente. Un
periodismo que sea la voz de los ciudadanos, que denuncie con fundamentos, que escrute a
las diversas fuerzas del poder y promueva la contraloría social como principio fundamental
del ejercicio de ciudadanía.
Los periodistas tienen un diagnóstico claro de esta realidad, sus grietas y desafíos.
Pero no se conforman con ello. Apuestan a unas mejores condiciones para su labor, para la
sociedad y para la democracia. Así lo demostraron los aportes que recibió el Instituto
Prensa y Sociedad de Venezuela de las personas que participaron en el Estudio 2016 censura
y autocensura en periodistas y medios de comunicación en Venezuela, una investigación
cuantitativa, con rigurosidad científica, que recogió la percepción de quienes ejercen la
labor periodística en 18 estados del país, con representación de medios privados,
independientes, comunitarios, estatales, así como de oficinas públicas y organizaciones no
gubernamentales.
Maru Morales cubre la fuente parlamentaria para 'El Nacional' desde 2010. A
finales de 2013, con la antigua Asamblea Nacional, el entonces director de prensa
de la entidad le prohibió el acceso a su fuente “como represalia por la publicación
de una nota donde recogía, precisamente, las dificultades para acceder a la
información en la Asamblea”, cuenta Morales. Puso un recurso de amparo en el
Tribunal Superior de Justicia, que tardó un año entero en responder negativamente.
El veto duró 2 semanas en esa ocasión porque en mayo de 2015 llegaría otro. “Pedí
una entrevista con el diputado Diosdado Cabello para que respondiera a los
señalamiento de la prensa internacional sobre sus supuestas actividades ilícitas”. No
pudo volver al hemiciclo hasta que cambió el signo político del mismo.
Riesgos de la labor periodística
Los datos obtenidos en esta investigación revelan que los periodistas y trabajadores de
medios privados, estatales, independientes y comunitarios refieren que existen factores
externos e internos que afectan su labor informativa.

Cierre de fuentes de información: A nivel externo, la opacidad informativa aparece como


la principal preocupación. Esto da cuenta de una sociedad poco transparente, que dificulta
sus posibilidades de contraloría y escrutinio del poder como un ejercicio saludable en
cualquier democracia. El 72% coincide en que el cierre de las fuentes de información en
entes estatales es uno de los principales obstáculos. Mientras que el 31% del total de
entrevistados refiere la misma situación en sectores privados.

Agresiones de calle: Los periodistas y trabajadores de medios consideran un riesgo de la


labor periodística, las agresiones de calle ejercidas por parte de grupos de estudiantes,
vecinos, colectivos comunitarios, manifestaciones y/o grupos armados (54%). Además,
perciben como una limitación las instrucciones de sus supervisores u otros jefes indirectos
de la organización donde trabajan (41%).

Con respecto a los ataques a la integridad física de los periodistas, se refieren a


amenazas verbales o escritas, que se ubican en el primer lugar con el 54%. Siguen las
acciones de intimidación física o verbal (47%), las agresiones por parte de manifestantes
(26%) y las agresiones físicas por parte de los ciudadanos (19%). También reportan
agresiones físicas por parte de autoridades públicas (13%).

Entre tanto, el estudio muestra los incidentes con los equipos de trabajo de los
equipos reporteriles. A 12% de los periodistas encuestados les han dañado sus herramientas
de reporterismo; 11% ha sido víctima de robos y 9% denuncia que los Cuerpos de
Seguridad del Estado les han confiscado equipos y materiales de trabajo.

Estos incidentes afectan el desarrollo del trabajo periodístico y ponen en evidencia


los riesgos a la integridad física y a la seguridad de los periodistas. Más allá de la
vulnerabilidad que enfrentan los trabajadores de medios, los más afectados son los
ciudadanos a quienes, de manera indirecta, se les limita su derecho a estar informados de
manera libre, plural y oportuna.

Criterio periodístico: En la investigación de Censura y Autocensura de IPYS Venezuela


aparecen situaciones internas que se vinculan con las condiciones laborales y la preparación
periodística. Éstas ocupan el segundo y cuarto lugar -respectivamente- de los obstáculos
que afectan las libertades informativas, por encima de situaciones sociopolíticas del país. El
61% de los entrevistados atribuye parte de los obstáculos a su labor al bajo nivel de los
salarios que perciben en los medios de comunicación. Inferimos que los consultados no
están conformes con sus remuneraciones económicas laborales, por sus cargas de trabajo y
las condiciones de país.

En este mismo aspecto, aparece la deficiente formación de los periodistas, en lo que


coincide 44% de los consultados. De acuerdo a la interpretación de IPYS Venezuela, de
alguna manera esto demuestra que existe una necesidad en materia de formación
profesional que derive en buenas prácticas para consolidar el ejercicio del oficio y los
criterios periodísticos, con unos estándares de calidad que se ajusten a los retos que exige la
sociedad.
En medio de dificultades: Estos últimos aspectos -desde el análisis que realiza IPYS
Venezuela- muestran un escenario de vulnerabilidad en el ejercicio periodístico, en una
industria que por diversos aspectos se encuentra actualmente ante agudas dificultades
económicas, políticas y sociales. Esta situación está latente en Venezuela, pero también es
un factor predominante en diversos países.

En el caso venezolano, la industria de medios de comunicación (privados, estatales,


independientes y comunitarios) enfrenta obstáculos derivados de las políticas de control
cambiario, limitaciones jurídicas y administrativas que se han aprobado por vías directas e
indirectas, entre otros aspectos. A ello se suman las constantes descalificaciones,
principalmente de parte de sectores estatales, quienes insisten en un verbo agresivo y en la
criminalización contra los medios de comunicación que mantienen una línea diferente a las
políticas y a las prácticas gubernamentales.
Quienes participan en el estudio afirman que los medios presentan dificultades para
obtener divisas (46%). Dicen tener conocimiento de exhortaciones desde el poder oficial
para evitar la publicación de determinada información (36%), así como dificultades para
recibir habilitaciones del Estado para informar sobre asuntos de interés público (28%).
Además, perciben que han existido órdenes de veto o retiro de la publicidad oficial por
parte de los organismos del Estado (33%).
Surge como preocupación entre los periodistas el cambio de la propiedad y gestión
de los medios de comunicación. Esta situación fue denunciada por 20% de las personas que
participaron en el estudio.
Las fuerzas del contexto: Esta situación debe ser analizada bajo las perspectivas del
contexto de país, pues en los últimos años el gobierno central ha dedicado importantes
esfuerzos económicos y sociopolíticos a la consolidación de un modelo de comunicación
centralizado y dirigido desde el Estado. En esta estructura se hace invisible la crítica y
desaparece la transparencia, fundamentos imperativos para el desarrollo de la democracia.
Como parte de los riesgos del contexto para el ejercicio de las libertades
informativas, del mismo modo se visualizan algunas normativas e instrumentos jurídicos
que afectan la libertad de expresión y el derecho a la información. Así, el 40% de los
consultados ve con preocupación las disposiciones de la Ley de Responsabilidad Social en
radio, televisión y medios electrónicos, por los controles que ejerce sobre los medios
radioeléctricos.
En menores niveles, refirieren los contenidos del Código Penal, la creación de
Centro Estratégico para la Seguridad y la Protección de la Patria, así como la constitución
de los Estados mayor de Comunicaciones en diversas regiones, cuyas instancias tienen
competencias de investigación e inteligencia sobre el oficio periodístico.
Hay la conciencia entre los periodistas consultados de que deben existir procesos de
autorregulación por parte de los medios y del propio gremio, dicha afirmación se afianza en
la idea de que se establezcan las mínimas condiciones para el manejo de informaciones que
pueden ser sensibles, tanto para los periodistas como para las empresas de los medios de
comunicación y la ciudadanía en general.
En el estudio destacan algunos temas prioritarios para este proceso de
autorregulación: moral pública, protección de la infancia, protección de fuentes, riesgos de
acciones legales contra periodistas y medios de comunicación, seguridad nacional,
violencia y criminalidad, entre otros.
Bibliografía
https://www.elconfidencial.com/mundo/2016-06-13/existe-libertad-de-prensa-en-
venezuela_1213940/

http://sinergia.org.ve/2017/04/04/estudio-2016-censura-y-autocensura-en-periodistas-y-medios-
de-comunicacion-en-venezuela/

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