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HUELLA ENERGETICA

𝐺. 𝐻𝑢𝑎𝑟𝑖𝑐𝑎𝑙𝑙𝑜 (1) , 𝐻. 𝑃𝑎𝑦𝑎ℎ𝑢𝑎𝑛𝑐𝑎 (2) , 𝐴. 𝑅𝑜𝑚𝑜𝑠 (3) , 𝐽. 𝐶𝑟𝑢𝑧 (4)

RESUMEN:

En este estudio se analizó el impacto del consumo de la sociedad peruana en su


medio ambiente utilizando un índice simplificado de evaluación ecológica llamado
Huella Ecológica Energética. Con base en el año 2004, el consumo de la sociedad
peruana (7,17 ha/cap) es de aproximadamente la mitad de su capacidad de carga
(14,68 ha/cap), significando un superávit ecológico de 7,51 ha/cap. Una simple
lectura de estos datos indica que el Perú es sustentable. En un análisis más
riguroso, considerando que gran parte de este superávit es expropiado (exportado)
por otros países (principalmente desarrollados), existe el riesgo de convertir el país
en insustentable. Estos resultados reflejan que el país está en la condición de
soportar su actual consumo, pero que el impacto de este consumo podría
incrementarse en los próximos años de mantenerse algunas políticas económicas
y ambientales, como el no dar valor agregado a los recursos naturales que son
exportados. Este documento podría servir como premisa para reformular las
actuales políticas macro del país visando entregar un país más justo para las
futuras generaciones.
I. INTRODUCCIÓN:

Las políticas energéticas de los países desarrollados basadas en el consumo de


recursos no renovables llevan asociadas una larga lista de impactos responsables
de la degradación ambiental del planeta.

El Plan de Implementación de Johannesburgo (PIJ), aprobado por todos los


gobiernos en la Cumbre Mundial de la Naciones Unidas para el Desarrollo
Sostenible de 2002, hace una fuerte llamada al mundo para cambiar los modos
insostenibles de consumo y producción.

Uno de los principales problemas a la hora de desarrollar estos acuerdos ha sido el


consensuar instrumentos para examinar el cumplimiento de los compromisos.
Estos instrumentos suelen basarse en indicadores, esto es, medidas en el tiempo
de las variables de un sistema que nos dan información sobre las tendencias de
éste y sobre aspectos concretos que nos interesa analizar.

Un posible indicador de sostenibilidad podría ser la Huella Ecológica Energetica,


ésta se define como el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos,
pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesario para producir los recursos
utilizados y para asimilar los residuos producidos por una empresa. Su objetivo
fundamental consiste en evaluar el impacto sobre el medio de un determinado
modo o forma de producción y/o vida y, por consiguiente su sostenibilidad.

La correcta gestión de los recursos energéticos constituye un elemento clave para


el cumplimiento de los objetivos del PIJ, en este contexto, el tejido empresarial de
los países desarrollados juega un papel determinante en la asimilación y puesta en
funcionamiento de las medidas surgidas de estas y otras iniciativas políticas
internacionales.

La presente metodología evidencia la subordinación de la Huella Ecológica


Energética de las empresas a las estrategias nacionales de generación de
electricidad, asimismo contempla la posibilidad de variar la magnitud de la Huella
Energética dirigiendo la estrategia energética de la empresa hacia la utilización de
fuentes de energía renovables.
II. OBJETIVOS:

- Revisar el concepto de huella energética.

- evaluar el impacto ambiental de la sociedad en contexto de consumo de energía.

III. REVISION DE LITERATURA:

DEFINICION:

La huella energética es una medida indicadora de la demanda humana que se hace


de los ecosistemas del planeta poniéndola en relación con la capacidad ecológica
de la Tierra de regenerar sus recursos. Representa «el área de aire o agua
ecológicamente productivos (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos)
necesarios para generar los recursos necesarios y además para asimilar los
residuos producidos por cada población determinada de acuerdo a su modo de vida
en específico, de forma indefinida».El objetivo fundamental de calcular las huellas
ecológicas consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo
o forma de vida y, compararlo con la biocapacidad del planeta. Consecuentemente
es un indicador clave para la sostenibilidad.

La ventaja de medir la huella ecológica para entender la apropiación humana está


en aprovechar la habilidad para hacer comparaciones. Es posible comparar, por
ejemplo, las emisiones producidas al transportar un bien en particular con la energía
requerida para el producto sobre la misma escala (hectáreas).

CALCULO DE HUELLA ENERGETICA

Para el cálculo de la Huella Energética Corporativa resulta más conveniente


basarse en los datos concretos de consumo de electricidad y combustibles
reflejados en la contabilidad de la empresa.

En el presente artículo se presenta una metodología para el cálculo de la Huella


Energética basado en la estimación de las emisiones de CO2 de las diferentes
tecnologías de producción de electricidad y quema de combustibles, ponderadas a
través de sus factores de emisión específicos extraídos de Análisis de Ciclo de Vida
(ACV), La presente metodología evidencia la subordinación de la Huella Ecológica
Energética de las empresas a las estrategias nacionales de generación de
electricidad, asimismo contempla la posibilidad de variar la magnitud de la Huella
Energética dirigiendo la estrategia energética de la empresa hacia la utilización de
fuentes de energía renovables.

2. Balance de las políticas y medidas relevantes


2.1. Una cultura de comprensión del rol de la energía para el desarrollo
sostenible
En el Perú existen dos ámbitos en los que se han desarrollado experiencias
importantes en la relación entre consumo energético y desarrollo sostenible: el
ámbito del transporte y el ámbito doméstico de iluminación. El aporte de la energía
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En el sector transporte es importante continuar y acentuar la masificación del uso
del gas natural, tanto para el transporte público masivo como el particular;
asimismo, continuar con el uso de la electricidad en el transporte público vía los
metros, o introducir el uso de trolebuses. Recurriendo al modelo simplificado, esto
impactaría sólidamente al elevar la eficiencia energética, la cual, a su vez,
contribuiría a reducir la contaminación.
Además se debería buscar que las principales ciudades del interior del país
repliquen la experiencia iniciada en Lima Metropolitana para que usen las ciclovías
y la bicicleta como medios de transporte urbano, acciones que redundan en
grandes beneficios para el ambiente, la salud y la economía. Una muestra concreta
de la expectativa de uso del transporte es que el 11% de la población aspira a usar
un transporte público de calidad, pero sólo el 1% lo hace (Diario Gestión, 2012).
En el caso de la iluminación, el Estado debe continuar con el programa de
sustitución de lámparas incandescentes por Lámparas Fluorescentes Compactas
(LFC), conocidas como focos ahorradores, que a través del Fonafe2 y Distriluz3
ejecutaron hace unos ños entre los sectores más pobres del país. Igualmente, en
sintonía con el indicador del modelo simplificado orientado a mejorar la eficiencia
del consumo energético en el sector doméstico, es recomendable continuar y más
aún ampliar el programa del Minem orientado al uso de cocinas mejoradas, cocinas
a GLP, y biodigestores (Romani Aguirre y Arroyo Chalco, 2012), acciones que
coadyuvan a preservar el ambiente, evitar emisiones de CO2, evitar la
deforestación y mejorar la salud, así como la economía de los más necesitados,
especialmente en el área rural.
Un tema que coincide con lo establecido en la política energética y ambiental es
la creación de una cultura pública, punto que es transversal a los sectores y que
es considerado en el modelo como un factor gravitante, de allí que su inclusión sea
altamente recomendable en lo ya planteado por el Ministerio de Energía y Minas y
el Ministerio del Ambiente en sus medidas de política energética y ambiental,
descritas explícitamente en la Política Nacional del Ambiente y los Planes
Nacionales de Acción Ambiental y Educación Ambiental (Planaa) (Ministerio del
Ambiente, 2012), además de apoyar su fomento con recursos humanos y
económicos suficientes. Sin cultura de uso eficiente de la energía y de fuentes de
energías renovables para usos finales, difícilmente se podrá evitar la contaminación
ambiental y el agotamiento de los recursos naturales energéticos no renovables.
2 Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado.
3 Grupo empresarial de distribución de fluido eléctrico que opera en 12 regiones
del Perú.

2.2. U n lenguaje práctico de sostenibilidad para la política energética en el


Perú
El Estado es uno de los actores más importantes en la conducción del vínculo entre
la energía y el desarrollo sostenible en el país y desde su visión, para el sector
energético en particular, el desarrollo sostenible tiene como objetivos de política
contar con una matriz energética diversificada que se sustente en el uso de las
energías renovables y la eficiencia energética en toda la cadena productiva y de
consumo; que tenga el aporte de la energía un mínimo impacto ambiental y bajas
emisiones de carbono; que contribuya al fortalecimiento de la institucionalidad así
como a la seguridad energética (autosuficiencia productiva de los energéticos,
desarrollo de la industria del gas e integración a los mercados de la región), cada
uno complementado con diversos lineamientos.
Por otro lado, para que los consumidores usen eficientemente la energía, preserven
el ambiente y eviten las emisiones de CO2, deben estar bien informados y para ello
se debe trabajar en una cultura ambiental; y en esta línea, como se plantea en el
modelo simplificado, la cultura juega un rol muy importante que el Estado debe
tener en cuenta para asignar recursos humanos y económicos. Asimismo, resultan
importantes la ciencia
y la tecnología, ya que posibilitan el uso de tecnologías aplicadas y adaptadas en
los centros de investigación y universidades, empleando y apoyando a los
científicos peruanos.

2.3. Un nuevo concepto de negocio energético


Con los actores privados, en condiciones ideales, el negocio energético seguirá
funcionando y creciendo en tanto se mantenga la estabilidad y transparencia en la
normatividad y haya un justiprecio por los productos que permita rentar la inversión;
sin embargo, a raíz de los conflictos sociales y la nula o poca información sobre las
comunidades existentes alrededor de las obras de infraestructura física de las
fuentes de energía, como en el caso de las hidroeléctricas, por ejemplo, se requiere
mejorar los mecanismos de participación ciudadana e implementar los procesos de
consulta necesarios entre los pueblos indígenas (Gamboa, 2012).
El objetivo actual del negocio energético eléctrico está casi completamente
enfocado en obtener el mejor precio por cada kilowatt-hora de energía suministrado
o el costo más bajo por cada kilowatt de generación eléctrica instalado. Esto solo
será posible si se dan mayores facilidades al suministrador para que pueda cumplir
con sus obligaciones, si se busca una mayor concertación entre las autoridades
nacionales, regionales y locales; y si se mantienen las políticas promotoras. Sin
embargo, la estructura de los mercados energéticos, especialmente el del petróleo,
se ha mantenido casi estática desde la década de 1960. Se han perfeccionado los
mecanismos de libre mercado pero no se han actualizado con las nuevas
tendencias de consumo de la población y de la industria. Probablemente se deba
pensar en una actualización en función del enorme riesgo que significaría para la
sociedad tener que contraponer el mantenimiento de una estructura de mercado
antigua (enfocada solo en grandes extractores y grandes distribuidores), y
encaminar el proceso de mejora hacia la creación de una estructura de mercado
más amigable ambientalmente, así como mucho más diversa y distribuida. Cabe
resaltar, sin embargo, que esta carencia tiene su contrapeso en el crecimiento
positivo y la renovación de la infraestructura de extracción y distribución, que ha
tenido importantes avances desde la década de 1990.
De otro lado, el sector privado contribuirá en gran medida a la preservación del
ambiente en tanto utilice tecnologías modernas y eficientes en sus procesos
productivos, en sus consumos de energía y en la generación de desechos. Para
esta tarea, también es conveniente el apoyo del Estado, pues debe incentivar y
fomentar la importación de bienes de capital que reemplacen equipos menos
eficientes.

• Ahorro y uso eficiente de la energía. Tanto en actuaciones sociales para


fomentar el ahorro, como introduciendo tecnologías que incrementen el rendimiento
energético, que hay que recordar que en algunos procesos de transformación es
muy bajo, sobre todo en la automoción, donde es inferior al 20%.
• Desarrollo de energías de baja intensidad en carbono. El gas natural es una
primera opción frente al petróleo y el carbón. Las energías renovables son la opción
hacia la que se mira con más interés. Y la energía nuclear provoca controversias,
pues es una alternativa sin carbono, pero que comporta otros riesgos.

Demandas energéticas.
Consumo urbano
El esquema de usos energéticos en España es una cuestión sobre la cual debemos
reflexionar de forma crítica. El consumo energético ha crecido en los últimos años,
por lo que podríamos pensar que la bonanza económica favorece el despilfarro,
pero también hay razones estructurales en nuestro esquema económico, de
desarrollo y de empleo, que se unen a una especial forma de consumo energético,
con poco aporte al Producto Interior Bruto.
Nuestro factor más significativo de demanda energética es la movilidad, el
transporte de personas y mercancías, que ha evolucionado hacia:
• Uso intensivo del automóvil para utilización preferentemente individual, del
transporte en camiones y, de forma creciente, del avión, incluso para
desplazamientos cortos.
• Pérdida del ferrocarril de velocidad media y escasa utilización de los autobuses.
• El primer factor de demanda energética es el transporte, tanto al centro de trabajo
como por motivos de esparcimiento en el propio entorno urbano, o en la “huida” de
los fines de semana. Se hacen imprescindibles planes de movilidad urbana e
interurbana para mejorar o reducir este consumo.
• Los servicios suponen ya un significativo elemento de consumo energético propio,
pero también de transporte de los usuarios a las ubicaciones de los mismos.
• Los usos domésticos muestran una creciente demanda, que es significativa en
calefacción, y crecerá en el futuro en aire acondicionado y otros usos.

Dependencia energética.
España y Europa
Los países desarrollados no son autosuficientes, toman energía, mayoritariamente
procedente del petróleo y, de forma creciente, del gas natural, de unos países en
los cuales se inducen con frecuencia situaciones de conflicto social y a veces
militar. El modelo económico y social de nuestros países funciona con esos
vectores energéticos y no es factible realizar un cambio drástico en pocos años.

El petróleo es una parte mayoritaria, más del 40%, del abastecimiento total, e
introduce cuestiones importantes en este tema. La dependencia energética es
crítica en Japón. Es importante en la Unión Europea, donde la mitad de la energía
que se consume proviene del exterior. Pero también en Estados Unidos crece la
importación de petróleo y de gas natural. Ahora bien, en nuestro caso, España
importa las tres cuartas partes de la energía que consume, lo cual induce riesgos
de abastecimiento y, además, supone que la décima parte de nuestra balanza
comercial se destine a la importación neta de energía.

La confianza de una buena parte de los gestores energéticos en la idoneidad de los


hidrocarburos como vector energético se siente avalada por los bajos costes de
suministro y de inversión para su transformación,
comparados con los de otras opciones. Ello ayuda al mantenimiento del actual
esquema de equilibrio económico y social que, por otro lado, hay que señalar que
es confortable sólo para una parte de la humanidad, un sexto en los países
desarrollados y dos sextos en los países en vías de desarrollo.

Las discrepancias en los límites de disponibilidad de combustibles fósiles plantean


dos posiciones extremas
frente al esquema energético del futuro:

• Confianza. Las reservas de hidrocarburos se mantienen desde hace décadas, en


la medida en que se
consumen, se descubren otras nuevas; en cualquier caso, el carbón es un seguro
energético, pues permite
obtener combustibles líquidos a un coste equivalente a 50$/bbl. Se tendría así el
siglo XXI como periodo
disponible para esperar a nuevas opciones energéticas.

• Preocupación. El crecimiento de la demanda, y los límites de los recursos


potenciales de hidrocarburos
harán muy difícil que la mayoría de la humanidad puedaacceder a estas energías
en la segunda mitad del siglo XXI. Esto incrementará los conflictos y nos obliga a
intensificar las acciones de cambio en el modelo,
aunque ello conlleva inversiones muy fuertes en tecnología e infraestructuras.

La reflexión en España debería ser profunda, pues a esa alta dependencia exterior,
antes citada, se une una débil conexión con las líneas, de electricidad y gas natural,
que recorren Europa Occidental y que conectan con Rusia y Asia Central. Nuestro
país se comporta en cierta medida

LA DEPENDENCIA ENERGÉTICA NORTE – SUR

La cuestión de la dependencia energética tiene muchas caras, varias de ellas


ligadas al petróleo y sus derivados.

Flujos de crudo y de derivados del petróleo


• El crudo viaja de sur a norte, desde las cuencas
petrolíferas, que son pocas y cuya situación
sociopolítica es difícil. En los países desarrollados
consumimos mayoritariamente derivados ligeros para
su uso en movilidad terrestre y aérea.
• El norte tiene exceso de fracciones pesadas, fuel oil y otras, que se envían al sur,
donde se utilizan en generación eléctrica y otros usos.

La huella energética de un país está calculada aquí como la superficie necesaria


para proporcionar o absorber los residuos procedentes de combustibles fósiles
(carbón, petróleo y gas natural), leña, energía nuclear y energía hidroeléctrica.
La huella del combustible fósil está calculada aquí como la superficie necesaria
para capturar el CO2 liberado cuando combustibles como el carbón, el petróleo o
el gas natural se queman, menos la cantidad absorbida por el océano. Otros
métodos contables se analizan en la página 22. La huella de la leña es la superficie
de bosque necesaria para cultivarlo. La energía nuclear, que supone un 4% del total
de la energía utilizada, no genera CO2. La huella se calcula como la superficie
necesaria para absorber el CO2 emitido cuando se utiliza una cantidad equivalente
de energía de combustible fósil.
La huella de la energía hidroeléctrica es la superficie ocupada por las presas y sus
pantanos. No se han incluido ni la energía solar, ni la eólica, ya que su huella actual
es insignificante y la mayoría de los recolectores solares se encuentran en suelo
urbanizado, que ya está incluido en los cálculos. Las huellas energéticas nacionales
se han adaptado para la energía que contienen los bienes comerciales. La energía
utilizada para manufacturar productos en un país y consumir en otro, se resta de la
huella del productor y se suma a la del consumidor.
La huella energética muestra la mayor disparidad por persona entre países de
ingresos altos y bajos. Esto es en parte, debido a que las personas pueden
consumir sólo una cantidad limitada de alimento, mientras que el consumo de
energía sólo está limitado por la capacidad de los consumidores para pagarla.

IV. CONCLUSIÓN:
- Sin energía no hay desarrollo económico ni calidad de vida. Pero, al
mismo tiempo, el consumo de energía es la principal causa de la
degradación ambiental, tanto por su incidencia en el cambio climático
y la contaminación atmosférica como por la generación de residuos
radiactivos.

La Huella Ecológica Energética Corporativa permite cuantificar en términos


ambientales el consumo de recursos energéticos de la empresa, se configura pues
como un indicador de sostenibilidad y como una importante herramienta para la
gestión ambiental empresarial, permitiendo no solo evaluar el impacto del modelo
energético de la empresa sobre el medio ambiente sino planificar y trazar futuras
estrategias para su reducción.

La Huella Ecológica Energética Corporativa se reduce más de un 90% si la empresa


decide consumir recursos energéticos procedentes de energías renovables. La
implantación de una normativa que conlleve la utilización de la Huella Ecológica
Corporativa como indicador de sostenibilidad ambiental empresarial fomentaría el
empleo de buenas prácticas ambientales dentro de la empresa, desarrollaría el
sector de las energías renovables, dotaría a las empresas de mayor competitividad
en un escenario de dependencia de los recursos fósiles y conllevaría una
progresiva sostenibilización del tejido empresarial de la sociedad, cumpliendo con
los objetivos del PER, protocolo de Kioto y apostando por un ecológico modelo
energético de futuro.

La metodología propuesta está basada en la aplicación de ACV en la determinación


de las emisiones asociadas al consumo de recursos energéticos a través de índices
de emisión, sin embargo, para la correcta aplicación de esta herramienta, en la
construcción de los índices de emisión deben considerarse aspectos de importante
relevancia ambiental como el nivel de sostenibilidad de la explotación de los
recursos forestales o de producción de los Biocarburantes, dada la elevada
trascendencia tanto social como ambiental que plantea el despegue de este
mercado. Asimismo, en el caso de consumo de energía nuclear también será
necesario incluir la gestión de los residuos nucleares generados en su
correspondiente apartado en la Huella Ecológica Corporativa

Señalar, por último, que los datos ofrecidos muestran una variante al método
original de Huella Ecológica Corporativa (Doménech, 2007) utilizando diferentes
fuentes de datos y una forma de conversión más directa. Comparando ambas
variantes, se aprecia que los resultados de huella final pueden variar
significativamente al variar los factores de emisión y los índices de conversión.
Estos factores deben ser convenientemente valorados y considerados a la hora de
desarrollar la nueva versión del método general de Huella Ecológica Corporativa,
actualmente en elaboración.

V. FUENTE DE INFORMACIION

http://www.eumed.net/rev/oidles/04/dqm.htm

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