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Características psicológicas del jugador patológico o ludópata

El juego patológico es una enfermedad que crea dependencia y adicción, aunque sin

existir sustancia. Como el resto de las adicciones la principal característica es la negación de la

existencia del problema en aquellos que lo padecen, incluso en sus mismas familias.

Es una adicción que afecta a los mecanismos de autocontrol o de control de impulsos.

Este tipo de trastorno provoca un gran sufrimiento en el que lo padece, y en su entorno familiar

y social.

Atendiendo los criterios del DSM V, el jugador patológico se podría definir como

aquella persona que tiene una dependencia emocional severa del juego y tiene por lo tanto una

pérdida grave o total de control con respecto a éste y sufre una interferencia en el

funcionamiento normal de la vida diaria ya que la frecuencia de juego así como la cantidad de

tiempo y dinero invertidos son excesivamente altas.

Existe en el jugador patológico una necesidad subjetiva de jugar para recuperar lo

perdido y de superar el fracaso continuo en el intento de resistir los impulsos de jugar. Suelen

ser frecuentes los pensamientos distorsionados o irracionales como el optimismo irracional y

el pensamiento supersticioso.

Es así que una de las consecuencias de la adicción al juego para la persona son las

distorsiones cognitivas referidas al azar, como la ilusión de control o la confianza en la suerte,

pensamientos con los que se cree que la probabilidad de que toque un premio o se gane se ve

aumentada, generando así una falsa percepción de la realidad.

Las características del ludópata, serían las siguientes:

 Tiene obsesión por jugar y conseguir dinero para seguir jugando.


 Juega más cantidad de dinero o durante más tiempo que tenía planeado.

 Tiene la necesidad de aumentar la frecuencia de la apuesta para conseguir la excitación.

 Irritabilidad e intranquilidad cuando no puede jugar.

 Pérdida repetida de dinero en el juego, y regreso al día siguiente para intentar

recuperarlo.

 Sacrifica cualquier obligación familiar, social o laboral, para seguir jugando.

 Repetidos intentos de dejar de jugar.

Como cualquier otra adicción cumple los requisitos para tal:

 Tolerancia: el adicto comienza jugando unas ciertas cantidades y cierto tiempo, y cada

vez le es más necesario jugar más a menudo y mucho más dinero.

 Dependencia: llega a perder el control de sus conductas, y todo en su vida gira alrededor

del juego.

 Abstinencia: si deja de jugar sufre una serie de síntomas psicológicos (ansiedad,

inquietud, irritabilidad, etc.) y físicos (palpitaciones, pérdida de apetito, etc.).

Todos estos factores, los lleva a unas consecuencias que afectan a los entornos individual,

familiar, social y laboral: el descontrol progresivo y los gastos desmesurados de dinero llevan

a graves problemas económicos que influyen directamente en las relaciones entre los miembros

de la familia y su modo de vida.

En el área social, hay un aislamiento y un grave deterioro de las relaciones sociales, debido

a las frecuentes mentiras para tratar de encubrir la adicción, la imposibilidad de devolver

grandes cantidades de dinero a amigos y familiares, así como el hábito creado de frecuentar

círculos relacionados con el juego.

En el área laboral se da una notable disminución del rendimiento, falta de concentración,

absentismo laboral e incluso la pérdida del puesto de trabajo.


Con respecto a la persona, es decir, al adicto, se dan una serie de consecuencias asociadas

al juego, como pueden ser: sentimientos de culpa, inestabilidad emocional, refugio en la bebida

etc.

Características psicológicas del comprador compulsivo

Dentro del mundo del consumo, podemos hablar de un tipo particular de adicción que

científicamente ha sido denominado como "oniomanía", más conocido por adicción a las

compras. Por eso, para la Organización Mundial de la Salud cualquier tipo de adicción es

considerada una enfermedad física y psicoemocional si crea una dependencia o necesidad hacia

una sustancia, actividad o relación, y ésta es una de ellas.

El comprador compulsivo tiene rasgos muy parecidos a los de cualquier otro adicto, y

algunas de las características y tipo de conductas que forman parte de su comportamiento son

las siguientes: sensación de vacío, autoestima muy baja, necesidad imperiosa de agradar o de

calmar una situación que cree y considera que la va a satisfacer por medio de las compras, entre

otras.

Gabriela Orozco explicó que actualmente los manuales psiquiátricos no incluyen la

compra compulsiva (oniomanía) como una enfermedad, pero destacó que ésta es muy parecida

neurobiológicamente a lo que es el juego compulsivo que sí se considera una conducta adictiva.

Las personas que padecen esta enfermedad patológica sienten preocupación al no poder

comprar, perdiendo tiempo para realizar otras actividades.

Debido a la gratificación inmediata que implica el comprar nuevos objetos, el individuo

con este trastorno tiene una personalidad neurótica, además de que puede experimentar

alteraciones cognitivas que afectan su toma de decisiones.


Para poder tratar este trastorno, los compradores compulsivos deben acudir a terapia

cognitiva conductual y, en algunos casos, es necesario un tratamiento para nivelar las sustancias

en su cerebro.

El perfil psicológico de un comprador compulsivo esconde a una persona con

problemas emocionales y personales que intenta suplir esos vacíos mediante el consumismo.

No obstante, el acto de comprar acaba generando culpa y más sufrimiento. Lo queramos o no,

vivimos en una sociedad orientada al consumismo. Esta realidad está dando pie a que cada vez

veamos con mayor frecuencia, un perfil comportamental muy concreto: el comprador

compulsivo. Son personas que suplen sus carencias, que alivian sus preocupaciones, miedos o

ansiedades mediante la adquisición de productos.

La “oniomanía”, o adicción a las compras, esconde en la mayoría de los casos, una falta

de autocontrol, depresión y baja autoestima. Son sin duda situaciones muy complejas que

pueden llegar a límites desgastantes tanto para el propio paciente como para la familia.

Un comprador compulsivo por lo general, se caracteriza por adquirir cosas que realmente

no necesita. Por ello, las personas que son cercanas a un comprador compulsivo, suelen formar

parte de su circuito que consta de 3 etapas:

1. El individuo siente tristeza y un vacío que necesita llenar, por lo cual recurre a calmar

sus penas con ir de compras ya sea en supermercados o galerías de ropa, zapatos o

cosméticos. En ese momento predomina la irrealidad del individuo, ya que no es

necesario saber si tiene dinero o no para realizar estas compras, sin darse cuenta suelen

coger el dinero de sus familiares.


2. Al realizar las compras llega el momento de reflexión que no es instantánea, es donde

el individuo comienza a darse cuenta si lo que adquirió será útil o como realizará el

pago de su tarjeta. Al ver los familiares el problema de estas compras extremas se le

vera al individuo necesario ocultar estas cosas que adquirió.

3. La situación mencionada causa un mal en el individuo, es donde vuelve a

desencadenarse una crisis de ansiedad lo que lleva un retroceso, ya que vuelve al primer

paso de sentirse triste y vacío, logrando un circuito vicioso que el individuo necesita

para sentirse bien.

Las características son las siguientes:

 Gasta más dinero del que su presupuesto le permite.

 Se arrepiente de algunas compras que hace o siente culpa luego de hacerlo.

 Compra cosas innecesarias o inútiles.

 Paga casi siempre con tarjetas de crédito y no concibe una vida sin ellas

 Pierde tiempo del trabajo o del estudio buscando productos en internet.

 Cuando se enoja, se entristece o sufre una decepción compra algo.

 Siente una oleada de euforia y ansiedad antes de comprar algo.

 Miente a los demás sobre las compras realizadas o los precios de los productos.

 Oculta la evidencia de las compras.

 Ha discutido con alguien acerca de su forma de comprar.

 Compran ropas que no han estrenado y electrodomésticos que no saben cómo usarlos.

 A pesar de que se sienten muy angustiados respecto de las deudas, continúan haciendo

y saliendo de compras.

Conclusiones:
 Una persona ludópata no puede resistir el impulso de tener que jugar de forma

persistente y progresiva, llegando a afectar de manera perjudicial tanto su vida personal,

familiar y profesional. La exposición al juego puede aumentar de manera significativa

el riesgo de llevar a sufrir ludopatía y el hecho de limitarla puede ser útil para las

personas que están en riesgo. Es importante tratar este trastorno a tiempo, ya que, al ser

un trastorno crónico, este tiende a empeorar si no se recibe tratamiento.

 Los estímulos principales que influencian en el desarrollo de compra compulsiva se

evidencian principalmente en las sociedades que presentan un sistema económico de

tipo capitalista. Puesto que el objetivo principal del capitalismo, es incitar a las personas

a que consuman productos y que se presente una necesidad fundamental de ellos. Los

parámetros sociales sobre aceptación, están determinados conforme al tipo de sistema

económico que se presente, los círculos sociales están determinados de acuerdo a la

capacidad de adquisición que posee la persona. Es decir que entre más capacidad

adquisitiva posea una persona es más probable que se genere en ella el trastorno de

compra compulsiva. Recuerda que el comprar compulsivamente es una enfermedad

psiquiátricamente entendida y aceptada como tal; no es una mala costumbre, algo que

se evite restringiendo el dinero a la persona afectada, el problema es más serio y

requiere de ayuda médica profesional y quizá de un tratamiento a largo plazo. Si existe

alguien en tu familia que sufra de compras compulsivas procura ser paciente y

comprensivo, pero tampoco seas complaciente.


Bibliografía
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de-un-comprador-

compulsivo/#:~:targetText=Siente%20un%20sentimiento%20de%20soledad,que%20nunca%

20se%20ve%20llenado.

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