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Ï Hace mucho calor en la cocina. ¿Sería buena idea abrir la puerta del refrigerador para que
se enfriase un poco el ambiente?
Ï ¿Es posible construir una máquina perfecta, es decir, que trabaje con un rendimiento del
100 %?
1. Máquinas térmicas
El objeto de las máquinas térmicas es convertir calor en trabajo. La primera máquina térmica
inventada fue la máquina de vapor. La figura 1 (izquierda) muestra el esquema de funciona-
miento de una máquina de vapor típica: en ella, se calienta agua a una presión muy elevada
hasta que se convierte en vapor a alta temperatura (del orden de 500° C). El vapor se expande
contra un pistón (o las palas de una turbina) realizando trabajo, escapa después a una tempe-
ratura mucho menor y se enfría aún más en el condensador, donde se condensa a agua que se
bombea hasta la caldera para repetir el ciclo.
Toda máquina térmica posee una sustancia de trabajo (el agua en el caso de una máquina
de vapor, o aire y gasolina en el caso de motores de combustión interna) que absorbe calor Q h
a temperatura Th , realiza trabajo W , y elimina calor Q c a una temperatura Tc , volviendo a su
estado original (de modo que se trata de un dispositivo cíclico.
Para que la máquina funcione, la sustancia de trabajo debe absorber el calor de un foco tér-
mico a temperatura Th y cederlo a otro foco térmico a temperatura Tc . Un foco térmico es un
sistema idealizado que tiene una capacidad calorífica tan grande que puede absorber o ceder
calor sin que su temperatura sufra una variación apreciable. En la práctica, un combustible fósil
que se quema suele actuar como foco de alta temperatura, y la atmósfera del entorno, o un lago,
suelen actuar como focos de baja temperatura.
1
2 TEMA 10. MÁQUINAS Y EL SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA
Q h = W +Q c ⇔ ∆U = Q − W = Q h −Q c − W = 0, (10.1)
W = Q h −Q c . (10.2)
W Q h −Q c Qc
ε= = = 1− . (10.3)
Qh Qh Qh
Sensor
Serpentín del
condensador
(exterior)
Vapor de alta
presión
Trabajo
Motor del compresor
Serpentín de
enfriamiento Vapor de baja Toma de corriente
(interior) presión
Es imposible que una máquina térmica funcione cíclicamente sin producir ningún otro efec-
to que la transformación del calor extraído de un solo foco en trabajo.
Qc + W = Qh, (10.4)
Es imposible que un refrigerador funcione cíclicamente sin producir ningún otro efecto que
la transferencia de calor de un foco frío a otro caliente.
4 TEMA 10. MÁQUINAS Y EL SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA
Como vemos, este principio indica que el calor no fluye espontáneamente de los cuerpos fríos
a los calientes, algo que ya asociábamos a la irreversibilidad del proceso contrario. La conexión
del segundo principio de la termodinámica con el concepto de irreversibilidad se verá más clara
al final de este tema.
En la figura 2, derecha, vemos los componentes de un refrigerador real: parte esencial es el
enchufe, pues, de acuerdo con el principio anterior, el refrigerador necesita energía eléctrica (el
aporte de W ) para funcionar.
El coeficiente de eficiencia η de un refrigerador está definido, de nuevo, como lo que obte-
nemos (sacar calor del foco frío, Q c ) dividido por lo que nos cuesta (el trabajo W ):
Qc
η refrigerador = . (10.5)
W
Cuanto mayor es este coeficiente, mejor (más eficiente) es el refrigerador. Un refrigerador ideal,
que no obedeciera al segundo principio, tendría un coeficiente infinito. En la práctica, un valor
típico es η ∼ 5.
Si el objeto de un refrigerador es sacar el máximo calor posible de un foco frío, el propósito de
una bomba de calor es enviar la máxima cantidad posible de calor al foco caliente. El aire acon-
dicionado del coche, por ejemplo, funciona como refrigerador en verano (en el que el coche es
el foco frío y el medio ambiente es el foco caliente) y como bomba de calor en invierno (cuando
el coche es el foco caliente, y el exterior el frío). El coeficiente de eficiencia para una bomba de
calor es
Qh
η bomba = . (10.6)
W
El ciclo de Carnot
El enunciado de la máquina térmica (que indica que es imposible obtener un rendimiento del
100 %) y el del refrigerador (que indica que es imposible una eficiencia infinita) son formas equi-
valentes de formular una misma ley física: el segundo principio de la termodinámica.
¿Cuál es entonces el mayor rendimiento posible que puede tener una máquina térmica, o
la mayor eficiencia posible de un refrigerador? La respuesta a esta pregunta se conoce como el
teorema de Carnot:
Ninguna máquina térmica que funcione entre dos focos térmicos dados puede tener un ren-
dimiento mayor que el de una máquina reversible que opere entre estos dos focos.
Este teorema, deducido por Sadi Carnot en 1824, indica que una máquina reversible (es decir,
una máquina que utiliza un proceso idéntico, solo que realizado en sentido inverso, para trabajar
como máquina térmica o como refrigerador) es la máquina más eficiente que puede operar entre
dos focos térmicos determinados.
La figura 3 muestra la demostración de este resultado: consideremos una máquina térmica
reversible con un rendimiento de, por ejemplo, el 40 %: de cada 100 J de calor que extrae del
foco caliente, obtiene 40 J de trabajo. Como es reversible, funcionará sacando 60 J de un foco frío
con el aporte de 40 J de trabajo. Pero supongamos ahora que hay una máquina térmica con un
rendimiento mayor: por ejemplo, del 45 %. Esto significa que, de cada 100 J que extrae del foco
caliente, cede 55 J al foco frío y obtiene 45 J de trabajo. De este trabajo, podríamos usar 40 J para
hacer funcionar el refrigerador anterior y, como resultado neto, estaríamos extrayendo 5 J del
foco frío (60 − 55) y los estaríamos convirtiendo completamente en trabajo (los 5 J que sobran
2. CICLOS DE MÁQUINAS TÉRMICAS 5
después de emplear 40 para el funcionamiento del refrigerador) sin ningún otro efecto, lo que
violaría el segundo principio de la termodinámica. Por consiguiente, la suposición de que hay
una máquina con rendimiento mayor que la reversible debe ser falsa.
Una máquina reversible que funciona entre dos focos es una máquina de Carnot, y la de-
mostración anterior prueba que no existen máquinas con un rendimiento mayor que el de una
máquina de Carnot. Asimismo, todas las máquinas reversibles que trabajen entre dos focos de-
terminados tendrán el mismo rendimiento, el máximo posible, independientemente de la sus-
tancia de trabajo: este rendimiento máximo depende solo de la temperatura de los focos.
Para obtener su valor, consideremos el llamado ciclo de Carnot, que es un ciclo reversible
que usa un gas ideal como sustancia de trabajo. Se realiza en cuatro etapas (ver figura 4):
VB
A → B : proceso isotérmico =⇒ ∆U A→B = 0 ⇒ Q A→B = Q h = W A→B = nRTh ln (10.7)
VA
VD
C → D: proceso isotérmico =⇒ ∆UC →D = 0 ⇒ QC →D = −Q c = WC →D = nRTc ln
VC
(10.8)
(nótese que QC →D = −Q c < 0, ya que se trata de calor cedido por el gas hacia el foco frío). Por
tanto, tenemos que (invirtiendo el cociente en el logaritmo de la ecuación (10.8) a cambio de
quitar el signo menos),
Q c Tc ln(VC /VD )
= . (10.9)
Q h Th ln(VB /V A )
6 TEMA 10. MÁQUINAS Y EL SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA
Foco
térmico
Expansión
isotérmica a
Compresión Expansión
adiabática adiabática
Foco
Compresión térmico
isotérmica a
Ahora bien, los procesos B → C y D → A son adiabáticos. Usando que en un proceso adiabático,
T V γ−1 = cte.,
γ−1 γ−1
T h VB = Tc VC , (10.10)
γ−1 γ−1
Th V A = T c VD . (10.11)
Insertando esto en la ecuación (10.9), vemos que para un ciclo de Carnot, se cumple
Q c Tc
= , (10.13)
Q h Th
W = Q h −Q c > 0. (10.14)
Qc Tc Th − Tc
εCarnot = 1 − = 1− = . (10.15)
Qh Th Th
2. CICLOS DE MÁQUINAS TÉRMICAS 7
Este es por tanto el máximo rendimiento que puede tener una máquina térmica que opere entre
los focos Th y Tc .
La máquina anterior puede también usarse como refrigerador y, puesto que es reversible, los
valores de Q h , Q c y W serán los mismos que en el caso anterior. El coeficiente de eficiencia de un
refrigerador de Carnot es también el máximo posible para cualquier refrigerador que funcione
entre los mismos focos. Su valor es, teniendo en cuenta la ecuación (10.14) y la ecuación (10.13),
Q c Q c /Q h Tc /Th Tc
η refr, Carnot = = = = . (10.16)
W W /Q h 1 −Q c /Q h Th − Tc
Con un cálculo análogo se obtiene el máximo posible coeficiente de eficiencia para una bomba
de calor:
Tc Tc Th Th
η refr, Carnot = = , η bomba, Carnot = = . (10.17)
Th − Tc ∆T Th − Tc ∆T
Mezcla de aire y
vapor de
gasolina
Válvula de
Válvula de
admisión
escape
Cilindro
Pistón
Biela
Cigüeñal
Adiabática
(2) Fase de compresión
TD − T A 1
ε = 1− = 1 − γ−1 = 1 − r 1−γ . (10.21)
TD · r γ−1 − T A · r γ−1 r
Ciclo Diesel
El ciclo Diesel (ver figura 5, abajo a la derecha) es el ciclo (simplificado) que utilizan los motores
diésel. Si se compara con el de Otto, se observa que difieren en el proceso B → C , que representa
el quemado del combustible. En un motor de gasolina, la combustión de la mezcla aire y gasolina
se produce por la chispa de la bujía. En uno diésel, en cambio, se busca el autoinflamado de la
mezcla. Este se produce cuando se inyecta combustible al depósito con aire que previamente ha
sufrido una gran compresión. La mezcla tiene alto poder de autoinflamación, y cuando empieza
a arder, el pistón comienza a bajar, aumentado el volumen. Durante este aumento de volumen,
el sistema sigue inyectando combustible y manteniendo la presión aproximadamente constante.
3. ENTROPÍA Y EL SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA 9
Figura 6: Izquierda: Una caja llena de un gas se desplaza a una cierta velocidad, igual a la veloci-
dad del cm del gas. Derecha: La caja, tras chocar con una pared, se detiene. El cm del gas tiene
ahora velocidad cero, pero la velocidad media de las moléculas ha aumentado.
Para un grado de compresión r dado, el ciclo de Otto es más eficiente que el Diesel, pero en este
último pueden alcanzarse factores de compresión más altos que en el de Otto.
Definición de entropía
Vamos a definir una nueva función termodinámica, llamada entropía, a partir de su variación
en un proceso infinitesimal. Esta variación, por definición, es igual a
dQ rev
dS = , (10.22)
T
donde dQ rev es la energía en forma de calor que debe transferirse al sistema en un proceso rever-
sible para llevarlo del estado inicial al final.
¿Por qué es importante la palabra reversible en la definición anterior? En general, el calor
intercambiado para ir de un estado termodinámico a otro depende del proceso que une ambos
10 TEMA 10. MÁQUINAS Y EL SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA
Z 2 dQ rev
∆S = S 2 − S 1 = . (10.23)
1 T
Para poder utilizar la ecuación (10.23), debemos encontrar un camino reversible entre los esta-
dos 1 y 2. Esto permite simplemente calcular ∆S. Y ahora, por definición, la variación de la en-
tropía al ir de 1 a 2 será ∆S sea cual sea el camino que sigamos. De hecho, puede haber variación
de entropía al ir de 1 a 2 mediante un proceso en el que no haya transferencia de calor.
Al realizar esta definición, la variación de la entropía solo depende del punto inicial y final;
por tanto, se trata de una función de estado, al igual que U , T , P o V (cada estado termodi-
námico tiene su «valor de la entropía» definido, igual que tiene su temperatura definida). De la
definición (10.22) vemos que la unidad de entropía en el SI es el J/K.
T2 V2
∆S gas = S 2 − S 1 = C V ln + nR ln , (10.26)
T1 V1
donde hemos puesto el subíndice «gas» a la entropía para remarcar que se trata de la variación
de entropía de un gas ideal.
Aplicaremos a continuación la fórmula anterior a varios ejemplos:
En una expansión isoterma, ∆U = 0, por lo que el calor intercambiado es igual al trabajo rea-
lizado por el gas Q gas = Wgas = nRT ln(V2 /V1 ). Como un proceso isotérmico es claramente un
proceso reversible, puede aplicarse directamente la definición (10.23), usando además que T es
constante:
Q gas V2
∆S gas = = nR ln . (10.27)
T V1
Vemos que este resultado coincide con el de la fórmula general (10.26), como caso particular en
el que hacemos T2 = T1 .
En una expansión isoterma, el gas recibe calor del entorno, de modo que podemos escribir
Q entorno = −Q gas , y calcular así la variación de entropía del entorno:
Q entorno Q gas
∆S entorno = =− = −∆S gas . (10.28)
T T
3. ENTROPÍA Y EL SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA 11
Así, definiendo la entropía del universo como la suma de la del gas más la del entorno,
Veremos que este es un resultado general: en un proceso reversible, la entropía del universo no
cambia (la variación de entropía de un sistema queda compensada exactamente con la variación
de entropía del entorno).
Expansión
isotérmica a
Compresión Expansión
adiabática adiabática
Compresión
isotérmica a
−|Q| |Q|
∆S universo = + > 0, (10.35)
Th Tc
puesto que Th > Tc . El hecho de que ∆S universo > 0 nos indica que el paso de calor del foco ca-
liente al frío es un proceso irreversible.
−Q h Q c
∆S universo = ∆S gas + ∆S h + ∆S c = ∆S h + ∆S c = + , (10.36)
Th Tc
como debía ser, puesto que el ciclo de Carnot está formado por procesos reversibles.
Entropía y desorden
Al inicio de esta sección argumentamos que en un proceso irreversible el desorden aumenta;
también hemos visto en los cálculos anteriores que en procesos irreversibles, la entropía, de-
finida como en la ecuación (10.22), también aumenta. Efectivamente, hay una conexión entre
ambos conceptos: la entropía es una medida del desorden en un sistema.
3. ENTROPÍA Y EL SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA 13
V2
∆S = nR ln . (10.38)
V1
Tras la expansión, el sistema está más desordenado porque las moléculas del gas pueden mover-
se en un volumen mayor, y por tanto, el número de configuraciones microscópicas (las distintas
posiciones que pueden ocupar las moléculas) ha aumentado considerablemente. Atribuimos el
desorden de un sistema, por tanto, al número de estados microscópicos (microestados) que
son macroscópicamente indistinguibles (número de microestados que corresponden al mismo
macroestado). Si pensamos en el volumen del recipiente como formado por celdillas que pue-
den o no ser ocupadas por las moléculas, es claro que, para una única molécula, el número de
microestados (que designaremos por Ω) es proporcional al volumen:
Ω2 ¯¯
¯
V2
= . (10.39)
Ω1 ¯1 molécula V1
Para dos moléculas, por cada posición que ocupa una, la otra puede ocupar cualquier otra posi-
ción, de modo que el número de microestados es proporcional al volumen al cuadrado. Para N
moléculas,
µ ¶N
Ω2 V2
= . (10.40)
Ω1 V1
Sustituyendo en la ecuación (10.38),
¶1/N
Ω2 n Ω2 Ω2
µ
1
∆S = nR ln = R ln = R ln = k B ln Ω2 − k B ln Ω1 = S 2 − S 1 , (10.41)
Ω1 N Ω1 N A Ω1
donde hemos usado que el número de Avogadro NA = N /n, y que la constante de Boltzmann
k B = R/NA .
Por consiguiente, la definición de entropía (10.22) que nos ha llevado hasta la ecuación (10.38)
implica, a través de la ecuación (10.41), que la entropía de un estado termodinámico debe defi-
nirse como
S = k B ln Ω, (10.42)
donde Ω es el número de microestados compatible con dicho estado termodinámico. Por tanto,
la entropía es proporcional al número de microestados (en realidad, al logaritmo del número de
microestados) de un estado macroscópico. Pero el número de microestados es lo que asociába-
mos al desorden del sistema en dicho estado. Por consiguiente, la entropía es una medida del
desorden de un estado termodinámico.
El segundo principio de la termodinámica puede ahora formularse en términos de entropía.
Como hemos visto al hablar de máquinas, el trabajo, o la energía mecánica, pueden convertirse,
fácil y completamente, en calor, una forma más desordenada de energía. El segundo principio
nos decía que el paso inverso, la conversión completa de calor en trabajo (de modo cíclico),
es imposible. La conversión de trabajo en calor, por tanto, es un proceso irreversible. Esto nos
dice que la Naturaleza evoluciona espontáneamente, de modo irreversible (sin vuelta atrás), de
estados más ordenados a otros más desordenados, aumentando así la entropía (el desorden) del
universo. Tan solo en procesos reversibles la entropía no cambia. Por tanto, podemos enunciar
el segundo principio de la termodinámica del siguiente modo:
14 TEMA 10. MÁQUINAS Y EL SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA
Es posible observar que el aumento del desorden es algo lógico en un sistema que evoluciona
con el tiempo. Volvamos al caso de la expansión libre, un proceso espontáneo en el que un gas
ocupa todo el volumen a su disposición, y preguntémonos por qué el sistema no evoluciona a la
inversa, mediante una «compresión libre». Suponiendo inicialmente que el gas contase solo con
50 moléculas, ¿cuál sería la probabilidad de que todas ellas se encontrasen, en un momento da-
do, en la mitad izquierda del recipiente? La respuesta es (1/2)50 , esto es, si examinásemos el gas
una vez cada segundo, lo veríamos así una vez cada 1015 segundos, o sea, una vez cada 36 millo-
nes de años (!). Obviamente, este estado particularmente «ordenado», es muy improbable. ¡Y un
mol de gas no son 50, sino 6 × 1023 moléculas! Luego la disminución de desorden (de entropía)
que se observaría al concentrarse todas las moléculas en la parte de la izquierda del recipiente,
no se verá jamás. El segundo principio es, por tanto, una cuestión de probabilidad: los sistemas
no evolucionan hacia los estados ordenados porque, siendo todos los microestados igualmente
probables, esos macroestados son menos probables. El segundo principio simplemente estable-
ce que los sistemas evolucionan hacia los estados termodinámicos más probables, y esos son los
de mayor número de microestados, es decir, los más desordenados.
Todo en el universo, y el universo mismo, por tanto, se degrada con el paso del tiempo. La
disminución de entropía es posible de modo local, a cambio de que el entorno asuma un au-
mento de entropía mayor que esa disminución. Es lo que sucede con la vida: un estado de la
materia altamente organizado que necesariamente debe, sin embargo, degradar el entorno en
mayor medida para su propia existencia. Aun así, el segundo principio es una ley inexorable y
todo ser vivo acaba muriendo. Queramos o no, nuestro mundo se desarrolla bajo el yugo del
segundo principio de la termodinámica.