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1- La historia clínica: Durante la entrevista inicial con los padres del paciente
efectuaremos la historia clínica pertinente, administrando la anamnesis que es
la habitual para este tipo de alteraciones. A través de este interrogatorio
recolectaremos datos relevantes del paciente, mientras que en forma paralela
realizaremos una observación directa del sujeto para recabar la máxima
información posible.
Actividades:
Juegos para estimular/activar
La sensibilidad y motricidad de la lengua, labios, mejillas.
Cierre de los labios
Movimiento del maxilar inferior
Supresión de los hábitos de succión
1. Supresión del uso del chupete y la succión del pulgar
2. Supresión del hábito de morderse las uñas
3. Supresión del hábito de rechinar de los dientes
Medidas de estimación pasiva
Para influir en la sensibilidad oral
Para influir en el tono de la musculatura orofacial
Ejercicios de alimentación
Ejercicios de bebida
Mejoría de la motricidad bucal
Ejercicios de labios
Ejercicios de lengua
Ejercicios de articulación
Ejercicios de maseteros
Ejercicios de deglución con la boca vacía
Estimulación perioral
Automatización del cierre de los labios y de la posición de la lengua en reposo
(seguir protocolo)
Deglución de alimentos
Articulación. Integrar los sonidos desarrollados en el habla espontánea.
Reforzamiento: Una vez que el paciente ha conseguido un patrón correcto, deberá ser
reforzado; su estabilización se logrará con ejercicios adecuados hasta que la acción
refleja condicionada haya establecido el tragar del adulto.
También señala Segovia No puede pensarse que cada una de estas etapas queda
estancada hasta pasar a la próxima. No hay límites bien definidos entre ellas.
En cada sesión del tratamiento se hará una revisión de los ejercicios dados con
anterioridad y se le presentará al paciente un nuevo material, actividades que realizará
junto al terapeuta. Con los niños se empleará una metodología multisensorial y
lúdica para favorecer su asimilación, encaminada a despertar el interés por la ejecución
de cada nuevo ejercicio. Un paciente bien informado colabora más, trabaja mejor en
sesión y en su hogar, por este motivo, hablaremos de su problemática y la necesidad
de su corrección. “La toma de conciencia es la base de cualquier intervención eficaz, ya
que el paciente descubre el por qué y para qué de la tarea reeducativa”.
Una vez logrado el control de la deglución salival se continuará con los líquidos, semi-
sólidos y se finalizará con la deglución de los sólidos, no obstante, este orden puede
modificarse si el paciente tiene dificultad para lograr el control de la saliva o del líquido.
En todo momento se avanzará respetando el ritmo y las posibilidades de cada paciente.
“Debemos evitar generalizar situaciones, recordando que cada caso es único y como
tal, particular”1.
Es útil tanto para el paciente como para su familia, registrar las indicaciones y ciertos
ejercicios en un cuaderno para facilitar la práctica diaria en el hogar. “La duración de las
sesiones, la periodicidad y la longitud del tratamiento de cada paciente dependen de la
reacción individual”. Asimismo, se tendrá en cuenta el diagnóstico en cada caso, ya que
la deglución atípica suele acompañarse de otras disfunciones orales, como, por ejemplo,
respiración bucal, alteraciones de la fonoarticulación, etc., que lógicamente se
reeducarán en forma global. Zambrana NTG., refiriéndose a la deglución
atípica dice: “En general, los pacientes que requieren tratamiento para su corrección
presentan alteraciones en la mordida y/o en la articulación del habla”4.
Es muy importante anticiparse a este tipo de problemas en una edad temprana, por lo
que adquiere especial relevancia prestar atención a los hábitos de prevención descritos
anteriormente.
Concienciarse de la importancia de la postura y la respiración nasal. Es imprescindible
considerar el acto de “sonarse la nariz”, un hábito higiénico diario.
Evitar corregir actitudes como dejar la boca abierta o la lengua interpuesta.
Reforzar la actitud positiva de responsabilizarse de seguir las pautas establecidas en el
tratamiento.
Procurar que el momento de realizar los ejercicios se convierta en algo lúdico y un
momento en que padres e hijo puedan disfrutar de su compañía, evitando que le resulte
algo tedioso.