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ALUMNO: Amoz Hidalgo Acosta

GRUPO: Lic. En Teología en Línea

MATERIA: HERMENEUTICA BÍBLICA

DOCENTE: Mtro. Francisco Javier Pérez Jiménez

ACTIVIDAD: “Análisis Teológico”

HERMOSILLO, SONORA, A 21 DE NOVIEMBRE DE 2019.


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ANALISIS TEOLÓGICO
Éxodo 20:8-11 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y


harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no
hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu
bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días
hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y
reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo
santificó.

I.- MENSAJE ALLÁ Y ENTONCES EN EL TEXTO:

Después de la liberación en el mar, Israel viajó directamente al Sinaí, un viaje de


tres meses…en el Sinaí, el pueblo acampó frente al monte, mientras que Moisés
ascendió. Allí Dios le habló y le informó que Israel sería propiedad personal de Dios
entre todos los pueblos. (Lasor, Hubbard & Bush, 1995, 142).

Alianza del Sinaí (Ex 19-24). En virtud de la alianza del Sinaí Yavé se constituye
en el Dios de Israel e Israel se convierte en el pueblo de Dios (Dt 29, 12; Lev 12; Jer 7,
23; Ez 11, 20; etc.). La alianza del Sinaí actúa en una doble dirección. En una
dirección vertical, en cuanto da origen a unas relaciones especiales entre los hijos de
Israel y Yavé; y en una dirección horizontal, en cuanto estas relaciones especiales con
Yavé, crean, a su vez, una solidaridad mutua entre los clanes israelitas, hasta el punto
de formar conciencia y solidaridad de pueblo. La alianza del Sinaí marca el punto
culminante del Pentateuco. Las alianzas anteriores pueden ser consideradas como las
etapas preparatorias y lo que sigue viene a ser como una consecuencia. (Lamadrid,
1971, 125)

En este contexto histórico-social, podemos ver al profeta Moisés, dirigiendo al pueblo, a


través del pacto sinaítico y de las leyes provistas por Dios. Dentro del decálogo de Éxodo
20: 8-11, aparece el cuarto mandamiento específicamente de guardar el día de reposo
porque es santo a Jehová. De hecho, como bien lo argumenta Lamadrid; la relevancia que
presenta la observancia del día sábado, es precisamente su conexión con la creación de
Génesis 1, donde Dios es presentado practicando el reposo sabático. (1971,113).

CONCEPTOS TEOLÓGICOS QUE SOBRESALEN:

El concepto clave de este pasaje (Éxodo 20:8-11) y de todo el decálogo es; LA


SANTIDAD A JEHOVÁ. El pueblo de Israel debe ser diferente a los demás pueblos,
precisamente porque debe guardarse santo para su Dios. De esta forma, el guardar el día de
reposo, era una expresión de fe de la relación y dependencia que tenían de Dios, como
pueblo escogido.

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Otro concepto teológico muy fuerte de este pasaje, es la vinculación que el autor hace del
DÍA DE REPOSO Y DIOS. “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar
y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó” (Ex. 20:11 RV1960). Por lo tanto, el pueblo Judío, debe
entender que este mandamiento no solo debe guardarse por ser parte del decálogo, sino
porque Dios mismo reposó y santificó en el séptimo día de la creación.

En esta línea los comentaristas aportan lo siguiente:

Sábado: el séptimo día de la semana, que la ley ordena que se guarde como día de
descanso. Aunque era también día de adoración y meditación, el énfasis caía sobre el
descanso. Por la misma razón, se suponía, que la tierra descansase uno de cada siete
años, en su año sabático. Mientras que el Nuevo Testamento afirma repetidamente que
los cristianos se reunían en el primer día de la semana, no hay indicación alguna de
que rechazaran la práctica de guardar el sábado. Al parecer los cristianos de origen
judío, como todos los judíos, continuaron guardando el sábado, pero además se
reunían el domingo, que frecuentemente se llama; “El día del Señor”, para celebrar la
resurrección del Señor partiendo el pan (Eucaristía). Según la iglesia se fue volviendo
más gentil, la práctica de guardar el sábado se fue olvidando, y el domino vino a ser
tanto día de adoración como –en el caso de los cristianos que podían hacerlo- día de
descanso. (L, González, 2010, 261)
Todos los documentos legales incorporados a la ley prescriben la observancia del
sábado, por medio del cese de trabajo realizado en los seis días de la semana. Así lo
dicen el libro del pacto ( Éx 23.12 ), el decálogo ( Éx 20.8–11 ), donde se halla el
concepto de que el sábado es en memoria de la creación; cf. Dt. 5.12–16 ), las
prescripciones en cuanto al culto ( Éx 34.12ss ), la ley de santidad ( Lv 23.3 ; 26.2 ) y
el código sacerdotal ( Éx 31.12–17 ; 35.1ss ; Nm 28.9s ). La más antigua de estas
leyes, Éx 31.12ss , basa la prohibición de trabajar en razones humanitarias: el reposo
de todo trabajo cada siete días es bueno tanto para el hombre como para el animal.
Una modificación después del cautiverio en la observancia del sábado se advierte en la
pérdida del carácter alegre y festivo del sábado que existía anterior al cautiverio ( Is
1.13 ; Os 2.11 ). En aquel entonces no se compraba ni vendía ( Am 8.5 ), el trabajo del
campo se suspendía incluso en tiempo de cosecha ( Éx 34.21 ), se visitaba el santuario
(cf. Is 1.12s ) y se consultaba a los videntes ( 1 S 9.9 ), mientras que en las profecías
después del cautiverio se alude a la observancia del sábado como supremo deber
religioso y como condición para la realización de las esperanzas mesiánicas ( Is 56.2ss
; 58.13s ; 66.23 ; Jer 17.19ss ). (M, Nelson, 1998, 1281)

EL MENSAJE ENRIQUECIDO AQUÍ Y AHORA

La observancia de la Ley, para el pueblo judío es el sello y la garantía de su identidad como


propiedad especial de Dios. El autor se encarga de enfatizar la importancia del día reposo,
en el cual, intencionalmente ellos deben de suspender todas las actividades y dedicar,
consagrar, santificar el séptimo día para descansar y meditar en Jehová. En este contexto,
podemos entender que para el pueblo judío, Dios es el descanso y el motivo del descanso

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de su pueblo, cumpliéndose así el propósito de Dios para el hombre, revelado desde los días
de la creación; “El hombre fue hecho para Dios”.

Esto que se ha dicho puede ser de mucha ayuda para:


1. No afanarnos en el día a día con el trabajo, sino que debemos apartar
intencionalmente tiempo para descansar físicamente.
2. Recordar que Dios es nuestro mejor descanso y Él ha provisto reposo para nuestras
almas, en Cristo Jesús (Mateo 11:29)
3. Entender que, así como la ley representó la identidad del pueblo judío como pueblo
de Dios, así nuestra identidad como hijos de Dios, está en Cristo Jesús.

PRINCIPIO OBTENIDO: “Fuimos creados para Dios, por lo tanto debemos vivir en
santidad, ese es nuestro más grande privilegio y compromiso existencial”.

ANALOGÍA DE FE: Este principio se ve respaldado por los siguientes pasajes:

ANTIGUO TESTAMENTO NUEVO TESTAMENTO


Levítico 20:7 Lucas 1:75
Salmos 30:4 2 Corintios 7:1
Salmos 96:9 1 Tesalonicenses 3:13
Salmos 24:1 Hebreos 12:14

CONTEXTUALIZACIÓN TEOLÓGICA

La santidad, es un concepto que se ha tergiversado en la praxis religiosa, si bien podríamos


decir que se nos es menester el guardar el día de reposo para ser santos, el mismo Antiguo
Testamento revela las muchas ocasiones en que el pueblo judío aún guardando el sábado,
Vivian alejados y en rebelión contra Dios. Por lo tanto, la santidad no es de afuera hacia
adentro, la ley decía; “haz esto y vivirás”. Pero en Cristo Jesús, nosotros no hacemos obras
para ser santos sino porque ya lo somos.
La santidad sigue siendo la identidad que Dios demanda de nosotros, debemos ser santos no
para ser hijos de Dios sino porque ya lo somos. Y este concepto va mucho más allá de
portar un saco y corbata, tiene que ver con las mismas palabras de Jesús haciendo eco en
todo lo que somos; “los de limpio corazón verán a Dios”, la santidad es expresada en
nuestra integridad y no en nuestra religiosidad.
La Biblia dice “sin santidad nadie verá al Señor”, pero parafraseándolo a nuestro contexto
teológico, sin duda alguna nos diría así; “sin integridad nadie verá al Señor”. Porque si bien
“la santidad” muchas veces la limitamos a una apariencia religiosa, “la integridad” abarca
todo lo que decimos, pensamos, actuamos, todo lo que somos en nuestra entereza; espíritu,
alma y cuerpo.

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REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

 Sanford Lasor, Wiliam. Allan Hubbard, David & William Bush Frederic. (1995).
Panorama del Antiguo Testamento. Buenos Aires. Nueva creación
 González, Lamadrid, Antonio. (1971). Pentateuco. España, Editorial PPC.
 L. González, Justo. (2010). Diccionario Teológico. España. Clie
 M, Nelson, Wiltom. (1998). Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia. USA.
Editorial Caribe

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