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ALIMENTOS NO CONVENCIONALES
Los alimentos no convencionales, también son llamados alimentos transgénicos son todos aquellos que contienen
ingredientes o que fueron producidos a partir de un organismo modificado genéticamente. Son los alimentos que
no consumimos normalmente y sin embargo son ricos en nutrientes como los gusanos de maguey, libélulas,
mariposas, etc. Existen diferencias notables entre los alimentos convencionales y no convencionales desde el
punto de vista biológico, físico y químico.
No obstante, los convencionales se definen como aquellos productos que provienen de granos de cereales,
leguminosas y harinas de origen animal, los cuales han sido ampliamente estudiados y su valor nutritivo es de
reconocida calidad.
Los no convencionales están constituidos por una amplia gama de productos y subproductos que existen en el
área tropical.
Requieren de algún procesamiento que viabilice su empleo, como secado por métodos artificiales o naturales
para fabricar harinas, para preservación o simplemente molinaje para incrementar el consumo y
aprovechamiento digestivo.
Existen algunos de origen vegetal como: pipián, capulín, cacahuanano, colorín, entre otros, constituyen recursos
naturales subutilizados, que pueden representar alternativas alimentarias.
Gusanos de maguey
Escamoles
Algunos alimentos no convencionales de origen animal provienen de otros animales, algunos ejemplos son:
Carne de venado: Es una alternativa baja en calorías y ricos en valor nutritivo, además son alimentados
con granos naturales sin aditivos químicos.
Carne de víbora: sirve para curar infecciones en la piel y en el sistema digestivo.
Carne de conejo. Es adecuada para incluir en una dieta variada y equilibrada pues tiene bajo contenido
graso y califica dentro del grupo de las carnes magras.
El hombre lleva varios miles de años modificando los vegetales que utiliza como alimento. Tal es el caso de muchas
frutas que son productos de mezclas de diferentes plantas. Sin embargo la ingeniería genética permite ahora llevar
a cabo en pocos años y en forma controlada modificaciones que antes costaban décadas de trabajo. En sus
comienzos, la ingeniería genética se utilizó para producir sustancias de uso farmacéutico, como la insulina, vía la
modificación genética de microorganismos. Con los posteriores desarrollos aquellas investigaciones preliminares
se aplicaron y derivaron en la obtención de vegetales y animales modificados genéticamente de forma tal de
mejorar sus propiedades implícitas. Los objetivos y mejoras principales a los que se apuntaba eran los de obtener
mayor vida comercial en los productos, resistencia a condiciones ambientales más agresivas (heladas, sequías,
distintos tipos de suelos), resistencia a herbicidas más fuertes y potenciar la autodefensa contra plagas e insectos.
Desde muchos puntos de vista, las perspectivas de esta tecnología son vastamente amplias por lo que actualmente
existen varias decenas de otros productos listos para ser comercializados. Sin embargo, y aún a pesar de las
amplias fronteras que esta ciencia tiene, debido a diversas razones la cantidad de productos disponibles en el
mercado es muy reducida y acotada. Como contracara de este tremendo avance tecnológico existe una segunda
voz: La que se mantiene en contra de la manipulación genética de los alimentos y que enuncia que esta atenta
contra la salud de la población. Estas voces de protesta se originan en que existen campos con diversas dudas
concernientes al tema, que la ciencia no ha develado completamente.
Dada la corta historia de este tremendo avance tecnológico, existe poca legislación que controle o regule la
utilización de esta ciencia. Al respecto, una de las pocas condiciones que se deben cumplir son las de respetar una
directiva europea de 1997 que obliga a que los productos transgénicos:
-Demuestren ser necesarios y útiles, sean seguros para la salud humana y el medio ambiente, que sus
características sean las declaradas y se mantengan a través del tiempo.- Que posean un etiquetado detallado que
especifique si el producto está modificado genéticamente.
lecitina de soja
proteína vegetal texturizada
proteína texturada de soja
dextrosa
aceite vegetal hidrogenado
emulsificante - proteína de soja aislada,
harina de soja
Juárez Martínez Vanessa Gpo: 1751 Eq.1
Las aplicaciones de la ingeniería genética reconocidas para obtener productos de características mejoradas son
las siguientes:
Las bacterias lácticas o las levaduras de uso en el sector agroalimentario han sido modificadas con genes exógenos
dando lugar a quesos en los que se acortan los tiempos de maduración, vinos con un incremento de aroma
afrutado, o panes en cuya producción se obvia la adición de aditivos con capacidad alergénica. Cabe señalar que
siempre se ha hablado acerca de si los alimentos transgénicos son buenos o no, para ello, en primer lugar, debe
tenerse en cuenta que el riesgo cero no existe, y menos en alimentación, ya que la población humana no es
homogénea. En segundo lugar, no es posible generalizar y hablar de que todos los alimentos transgénicos son
buenos o todos son malos, ya que existen centenares de ellos y, en tercer y último lugar, no existe un sólo riesgo
ya que existen riesgos de tipo sanitarios, medioambientales o económicos. Desde hace años, la Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) han trabajado sobre este tema concediendo
prioridad a la elaboración de los principios científicos de evaluación. El concepto más importante es el de
equivalencia sustancial, que otorga dicha categoría a aquellos alimentos transgénicos cuya composición
nutricional y características organolépticas son iguales al convencional del que proviene, con la única excepción
del nuevo carácter introducido por ingeniería genético
Juárez Martínez Vanessa Gpo: 1751 Eq.1