"Las personas que viven con el VIH y aquellas más afectadas por el VIH
tienen múltiples necesidades, a menudo intratables, que ningún sector
puede satisfacer con eficacia. El trabajo social y los programas de protección social conectan a la gente con los servicios y hacen que estos funcionen para ellos". "Los trabajadores sociales acompañan a las personas en los viajes emocionales y psicológicos asociados con la infección por el VIH. Esta es una experiencia muy personal y tiene consecuencias en los resulta dos y las experiencias vitales de las personas que viven con el VIH y están afectadas por el virus. No invertir en esta parte del complejo sistema del VIH resultará en un enfoque "parche" en vez de en una recuperación sostenible a largo plazo". "Las personas más vulnerables (trabajadores sexuales, personas que se inyectan la droga, personas transgénero, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, mujeres y niños afectados por el VIH) necesitan mucha atención de los trabajadores sociales y trabajador es de servicios sociales; son quienes pueden asegurar que los programas de protección social lleguen a ellos y sean tratados con dignidad y respeto". "Entiendo la revelación del estado serológico como un proceso en dos sentidos: por un lado, como persona q ue vive con el VIH tengo que hablar sobre ello y, por otro lado, mi comunidad también tiene que aceptarme". Para conseguir la cero discriminación necesitamos apoyar más activamente el complejo proceso de revelación. Esto es, acompañar a los que viven con miedo, evaluar lo que necesitan para superarlo y empoderar a aquellos que se exponen a hacer trabajo solidario en sus comunidades". Un enfoque basado en los derechos humanos es esencial para poner fin al sida como amenaza para la salud pública. Los enfoques basados en los derechos crean un entorno propicio para que las repuestas al VIH puedan tener éxito, y reafirman la dignidad de las personas que viven con el VIH o que son vulnerables a él.
Al adherirse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los Estados miembros de
las Naciones Unidas se comprometieron a que nadie quede excluido y a poner fin a las epidemias de VIH, tuberculosis y malaria para 2030. Para que nadie quede excluido es necesario abordar el estigma, la discriminación y otras barreras legales y relacionadas con los derechos humanos, así como aquellas de carácter social o de género, que provocan que las personas sean vulnerables al VIH y dificultan que puedan acceder a los servicios de prevención, tratamiento, asistencia y apoyo del VIH.
La respuesta al sida ha demostrado tanto la importancia como la viabilidad de
superar las barreras legales y relacionadas con los derechos humanos y con el género para acceder a los servicios para el VIH. A través de la concienciación y a las medidas legales emprendidas, la sociedad civil y las personas que viven con el VIH han sido fundamentales para promover el respeto de los derechos humanos en la respuesta a la epidemia. En muchos países a lo largo de todo el mundo, sus demandas han llevado a gobiernos, parlamentarios, donantes y colaboradores como las Naciones Unidas a apoyar la reforma de leyes, el cambio de las políticas y los programas de derechos humanos.
Sin embargo, estos esfuerzos e inversiones para promover los derechos
humanos siguen siendo insuficientes. Las vulneraciones de los derechos humanos, incluyendo el estigma y la discriminación, la desigualdad y la violencia contra mujeres y niñas, la negación de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, el abuso de leyes penales y los enfoques punitivos, y las pruebas obligatorias, siguen siendo las principales barreras para lograr que las respuestas al VIH sean efectivas. Estas vulneraciones afectan especialmente a las personas que viven con el VIH y a las poblaciones clave.
ONUSIDA garantiza que los estándares y compromisos mundiales en relación a
los derechos humanos se llevan a la práctica y se traducen en programas a nivel nacional apoyando a las partes interesadas para que construyan alianzas, tanto dentro del Programa Conjunto de ONUSIDA como fuera, y para que puedan responder con eficacia a las vulneraciones de los derechos humanos en el contexto de la respuesta al sida.