Hace ya algunos años leí por primera vez a un gran científico y maestro de vida, en un
momento doloroso, en donde se es difícil tener esperanza en sí mismo y en los demás, en
donde se pierde la fuerza y la voluntad para continuar, donde todo es oscuridad. Y es ahí cerca al abismo en donde encuentro estas palabras que hoy quiero de la manera más respetuosa compartir con ustedes: directivos, compañeros, futuros estudiantes del grado once y mi querida Promoción 2019: “Debe haber algo muy especial sobre la naturaleza de los limites del Universo y lo que puede ser más especial que eso es que no hay limites y no debería haber límites para el empeño y la nobleza humana, todos somos diferentes, pero debemos pensar, que sin importar que tan adversa sea la vida, siempre hay algo en lo que podremos tener éxito, siempre habrá algo por quien luchar, siempre habrá algo o alguien por quien sonreír. Porque mientras haya vida habrá esperanza. Así que miren hacia arriba, porque son una estrella que tiene luz propia, nunca a sus pies, son tan grandes, valiosos y únicos que hizo falta crear todo un Universo, para crear al que hoy está sentado aquí”. Stephen Hawkings. Y precisamente este es mi mensaje y mi última lección de clase para ustedes “mientras haya vida siempre habrá esperanza, porque se te permitirá caer, sufrir, cometer errores, pero también se te exigirá aprender de ellos, levantarse, iniciar de nuevo cuantas veces sea necesario, porque la vida es un milagro, y como lo decía otro gran maestro Albert Einstein: “hay dos formas de vivir, como sin nada fuera un milagro ó como si todo fuera un milagro” Así que no importa lo que hayan vivido hasta ahora, a partir de hoy, pueden ser quien quieran ser. Porque no hay límites, lo tienen todo para cincelar la escultura de sus propias vidas, puedo asegurarles que con tesón, paciencia, disciplina, fe y amor por lo que se hace, se convertirán en eso que ahora mismo imaginan ser. Por último quiero agradecerles a mis estudiantes que hoy con muchos sentimientos encontrados despedimos, darles las gracias por haberme permitido haber hecho parte de sus vidas en estos dos años de formación y de transformación, deseo que sepan que me siento afortunada de haber sido su maestra y de haber podido aprender de cada uno de ustedes en todo este tiempo, son momentos como estos en donde me demuestro que estoy en la mejor Institución y que elegí una gran profesión que puede ser dura y complicada en momentos, pero definitivamente la mejor. Gracias porque junto a ustedes cada día fue un milagro de vida.