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LITERATURA UNIVERSAL (Tema 8)

CÉSAR VALLEJO (1892-1938) y hacerle pedacitos de pan fresco Y nos lo cobran, cuando, siendo nosotros
aquí, en el horno de mi corazón…! pequeños entonces, como tú verías,
El pan nuestro (Los heraldos negros) no se lo podíamos haber arrebatado
Para Alejandro Gamboa Trilce, XXIII a nadie; cuando tú nos lo diste,
Tahona estuosa de aquellos mis bizcochos ¿di, mamá?
Se bebe el desayuno... Húmeda tierra
de cementerio huele a sangre amada. pura yema infantil innumerable, madre.
Considerando en frío, imparcialmente...
Ciudad de invierno... La mordaz cruzada
Oh tus cuatro gorgas, asombrosamente (Poemas humanos)
de una carreta que arrastrar parece mal plañidas, madre: tus mendigos. Considerando en frío, imparcialmente,
una emoción de ayuno encadenada! Las dos hermanas últimas, Miguel que ha que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
muerto se complace en su pecho colorado;
Se quisiera tocar todas las puertas, y yo arrastrando todavía
una trenza por cada letra del abecedario. que lo único que hace es componerse
y preguntar por no sé quién; y luego
de días;
ver a los pobres, y, llorando quedos,
En la sala de arriba nos repartías que es lóbrego mamífero y se peina...
dar pedacitos de pan fresco a todos.
de mañana, de tarde, de dual estiba,
Y saquear a los ricos sus viñedos aquellas ricas hostias de tiempo, para Considerando
con las dos manos santas que ahora nos sobrasen que el hombre procede suavemente del
que a un golpe de luz cáscaras de relojes en flexión de las 24 trabajo
volaron desclavadas de la Cruz! en punto parados.
y repercute jefe, suena subordinado;
Madre, y ahora! Ahora, en cuál alvéolo que el diagrama del tiempo
Pestaña matinal, no os levantéis!
quedaría, en qué retoño capilar, es constante diorama en sus medallas
El pan nuestro de cada día dánoslo, cierta migaja que hoy se me ata al cuello y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
Señor…! y no quiere pasar. Hoy que hasta desde lejanos tiempos,
tus puros huesos estarán harina su fórmula famélica de masa...
Todos mis huesos son ajenos; que no habrá en qué amasar
yo tal vez los robé! ¡tierna dulcera de amor,
hasta en la cruda sombra, hasta en el gran Comprendiendo sin esfuerzo
Yo vine a darme lo que acaso estuvo
molar que el hombre se queda, a veces, pensando,
asignado para otro;
cuya encía late en aquel lácteo hoyuelo como queriendo llorar,
y pienso que, si no hubiera nacido, que inadvertido lábrase y pulula ¡tú lo viste y, sujeto a tenderse como objeto,
otro pobre tomara este café! tánto! se hace buen carpintero, suda, mata
Yo soy un mal ladrón… A dónde iré! en las cerradas manos recién nacidas. y luego canta, almuerza, se abotona...
Y en esta hora fría, en que la tierra Tal la tierra oirá en tu silenciar,
cómo nos van cobrando todos Considerando también
trasciende a polvo humano y es tan triste,
el alquiler del mundo donde nos dejas que el hombre es en verdad un animal
quisiera yo tocar todas las puertas,
y el valor de aquel pan inacabable. y, no obstante, al voltear, me da con su
y suplicar a no sé quién, perdón,
LITERATURA UNIVERSAL (Tema 8)

tristeza en la cabeza y espiar el momento de apagar con su


sombra su tiniebla!
Examinando, en fin, ¡Más valdría, francamente,
sus encontradas piezas, su retrete, que se lo coman todo y qué más da...!
su desesperación, al terminar su día atroz,
borrándolo... ¡Y si después de tanta historia,
sucumbimos,
Comprendiendo no ya de eternidad,
que él sabe que le quiero, sino de esas cosas sencillas, como estar
que le odio con afecto y me es, en suma, en la casa o ponerse a cavilar!
indiferente... ¡Y si luego encontramos,
de buenas a primeras, que vivimos,
Considerando sus documentos generales a juzgar por la altura de los astros,
y mirando con lentes aquel certificado por el peine y las manchas del pañuelo!
que prueba que nació muy pequeñito... ¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo, desde luego!
le hago una seña,
viene, Se dirá que tenemos
y le doy un abrazo, emocionado. en uno de los ojos mucha pena
¡Qué más da! Emocionado... Emocionado... y también en el otro, mucha pena
y en los dos, cuando miran, mucha pena...
¡Y si después de tantas palabras… Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni
(Poemas humanos) palabra!
¡Y si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!

¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!


¡Levantarse del cielo hacia la tierra
por sus propios desastres

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