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EVALUACIÓN DE LA

AYUDA: UNA
REVISIÓN CRÍTICA A
LA EFICACIA DE LA
AYUDA AL
DESARROLLO
[Escribir el subtítulo del documento]

Después de cinco décadas de funcionamiento del


sistema de ayuda para el desarrollo, siguen surgiendo
dudas sobre su eficacia. El presente documento es un
intento en procura de evidenciar las luces y sombras de
la ayuda al desarrollo para despejar las dudas sobre la
eficacia de este instrumento.

Alejandro Parra Saad


22/02/2011

0
Tabla de Contenido

Introducción ......................................................................................................... 2
Palabras clave ....................................................................................................... 3
Breve reseña histórica de la cooperación al desarrollo .............................................. 4
La eficacia de la ayuda .......................................................................................... 6
Críticas a la ayuda ................................................................................................ 11
Desafíos .............................................................................................................. 12
Conclusiones........................................................................................................ 13
Bibliografía .......................................................................................................... 14

1
Introducción

A pesar de las cinco décadas de funcionamiento del sistema de ayuda para el


desarrollo, siguen surgiendo dudas sobre su eficacia. Preguntas como: ¿Contribuye la
ayuda oficial al desarrollo a superar los obstáculos del subdesarrollo?, ¿la ayuda al
desarrollo reduce la pobreza y la desigualdad?, ¿es realmente eficiente la ayuda?,
siguen sin una clara respuesta aunque -desde hace varios años e incluso hoy en día- el
debate internacional sigue presentándose. Considero que el problema central no es si
debe haber más o menos ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), sino, en qué condiciones
se ha presentado o se está presentado la AOD, puesto que los miles de millones de
dólares que se han movilizado desde el decenio de los sesenta no han tenido el
impacto que se esperaba, prueba de esto es que en la actualidad existen más de mil
millones de pobres en el mundo, de los cuales, por lo menos ochocientos millones
viven en condiciones lamentables, como por ejemplo: sin acceso a agua potable y/o
servicios públicos y sanitarios.

Que más del 80% de la riqueza mundial esté concentra en menos del 10% de la
población del planeta y, que a su vez, la brecha entre ricos y pobres se extienda casi
que exponencialmente, son sin duda motivos de grandes desigualdades, lo cual me
resulta algo inefable e indigno cuando el 20% de la población mundial vive en extrema
miseria, además de que la forma en se presentan las relaciones de producción y
consumo en el orden mundial actual, que permiten la formación o acumulación de
riqueza para cierta minoría, es la vez excluyente y marginalista para una gran mayoría.
Si bien es cierto que el objetivo del 0,7% del PNB para la AOD es un avance en la
dirección correcta para abolir estas asimetrías, el incumplimiento de este compromiso
del 0,7% del PNB y la falta de voluntad política de algunos países, minan el impacto
que puede tener este instrumento.

2
Por otra parte, no es sólo el monto de los recursos (que se cumpla o no con el
compromiso la 34 sesión de la Asamblea General de la ONU en 1980), sino también la
calidad de la ayuda, lo que define la eficiencia de la misma. En este sentido, según el
CAD1 la eficacia debe medirse en relación con la obtención de logros efectivos en
términos de desarrollo en los países receptores: no deben ser los insumos -entre ellos
los recursos financieros disponibles-, sino los resultados obtenidos -los outputs y
outcomes- en los países en desarrollo los que deberían determinar la orientación de la
ayuda (Alonso, 2003).

Bajo esta perspectiva, el presente documento es un intento en procura de evidenciar


las luces y sombras de la ayuda al desarrollo para despejar las dudas sobre la eficacia
de este instrumento. La primera sección introducirá de forma resumida el surgimiento
y evolución de la cooperación al desarrollo, el segundo apartado comprende el debate
entre la ayuda oficial al desarrollo y las críticas a la misma, finalmente el tercer
apartado presenta algunos desafíos y las conclusiones del sistema de la ayuda.

Palabras clave

Cooperación para el desarrollo.


Eficacia de la ayuda.
Comité de ayuda al desarrollo (CAD).
Desigualdad.
Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).

1
Comité de la Ayuda al Desarrollo.

3
Breve reseña histórica de la cooperación al desarrollo

La cooperación para el desarrollo es un mecanismo de ayuda que busca mejorar las


condiciones económicas y sociales de los países subdesarrollados mediante políticas y
préstamos de las instituciones de crédito del sistema de las Naciones Unidas. Su inicio
se dio, por una parte, en el marco de la Guerra Fría y, por otra parte, por la relación
entre países europeos (metrópolis) y países africanos y asiáticos (colonias o
excolonias). En primer lugar, El enfrentamiento bipolar entre oriente (bloque Soviético)
y occidente (Estados Unidos) comprometía a las potencias dominantes en cada bloque
a aportar recursos a terceros países con el objetivo de atraerlos hacia su esfera de
influencia. Así pues, en sus inicios la cooperación estuvo marcada por rasgos
ideológicos con el fin de mantener la hegemonía de las potencias enfrentadas. En
segundo lugar, la tradición colonialista de los países europeos tuvo gran importancia
para promover sus políticas de cooperación, en especial, por la forma cuestionable en
que la metrópolis administró las colonias (expropiando la riqueza local), ya que,
después de la descolonización, los nuevos estados se vieron incapacitados para
promover su desarrollo económico.

Bajo la influencia de los dos acontecimientos históricos mencionados en las décadas de


los setenta y setenta, la cooperación se realizaba principalmente de forma bilateral y
entre Estados. En la década de los noventa, tras el final de la guerra fría -la caída del
muro de Berlín y la derrota de la Unión Soviética- las potencias enfrentadas perdieron
el interés en mantener la cooperación con los países aliados. Del mismo modo, los
progresivos movimientos de descolonización fueron disminuyendo la atención de los
antiguos países colonizadores.

Por otra parte, al interior del sistema de Naciones Unidas, surgieron en el decenio de
los sesenta unos actores vinculados a la cooperación internacional: la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la cual, constituyó posteriormente el
Comité de la Ayuda al Desarrollo (CAD), órgano rector en la actualidad de la Ayuda
Oficial al Desarrollo (AOD). Estas nuevas actuaciones contribuyeron en la
reconfiguración en el sistema de la ayuda, pasado de la ayuda predominantemente
bilateral a la ayuda multilateral (aunque los países desarrollados siguen realizando
ayuda bilateral).

4
La evolución histórica de la AOD ha estado marcada por altibajos, en especial se
destaca la segunda mitad de la década de los años noventa, periodo denominado
como “la fatiga de la ayuda”, el cual estuvo caracterizado por alcanzar el nivel más
bajo de ayuda como proporción del PNB, 0.22%. Ver gráfica 1.

Gráfica 1. Ayuda Oficial al Desarrollo 1960 – 2009.

Fuente: base de datos SourceOECD de la OCDE.

Algunas de las causas de la reducción en la AOD fueron el final de la guerra fría, ya


mencionada, la redefinido los criterios y definición de la AOD, que ha realizado la
OCDE, lo que ha supuesto un endurecimiento a los países donantes para computar la
ayuda, los postulados de la economía neoliberal, especialmente los referidos a la no
intervención del Estado y la liberalización de los mercados, y la publicación de
documentos que cuestionaban la eficacia de la ayuda. Además de los anteriores
condicionantes, que se podrían llamar estructurales, está otro condicionante que podría
denominarse coyuntural “las Crisis Económicas”; de a cuadro con el cuadro anterior
puede deducirse que en los periodos de crisis: crisis del petróleo (1973), crisis de la
deuda (1981) y crisis financiera (2007), la proporción de AOD/PNB se ha contraído.

Aunque en términos absolutos la ayuda a presentado una tendencia creciente


(alrededor de 38 billones en 1960 a cerca de 120 billones de dólares2 en 2009), en

2
Precios constantes de 2008.

5
términos relativos a presentado una tendencia decreciente, esto es, como proporción
del PNB la ayuda al desarrollo ha sido comparativamente menor a lo largo del mismo
período de tiempo. Aun más desconcertante es el hecho de que la tendencia a cumplir
el compromiso del 0.7%, cada vez está más lejano, prueba de esto es que en el año
2009 tan sólo cinco países donantes cumplieron este compromiso.

Finalmente, a nivel sectorial la cooperación se ha realizado para reforzar el aparato


productivo o las infraestructuras de los países en desarrollo, así como, los programas
de salud, educación, igualdad de género, alimentación, comercio, milicia y reforzar
presupuestos públicos, entre otros. En resumen la cooperación se ha utilizado como
instrumento de lucha contra la pobreza y/o para estimular el crecimiento y la reducción
de la desigualdad, sin embargo, los desafíos persisten y cada vez es más apremiante
evaluar la eficacia de la ayuda a fin de mejorar las condiciones de vida de más de 1200
millones de personas en el mundo y las condiciones estructurales que han ocasionado
las desigualdades.

La eficacia de la ayuda

La ayuda por sí misma no podría reducir las desigualdades de los países receptores de
la misma, ésta tan sólo es un factor que contribuye a reducir tales desigualdades, sin
embargo, su papel en muchas ocasiones es decisivo para corregir las distorsiones
sociales y económicas.

Si por un lado, el modelo de producción/consumo de los países industrializados es un


factor que entraña grandes desigualdades respecto al mundo no desarrollo, por otro, la
pobreza también lo es, con la atenuante de comprometer el estilo de vida y la
sostenibilidad tanto de países del Norte como del Sur.

6
Gráfica 2. Relación IDH y Huella Ecológica por país o región.

Fuente: http://www.quiendebeaquien.org/spip.php?article1930

La gráfica anterior refleja esta condición; se puede observar que los países con menor
Índice de Desarrollo Humano (IDH), a su vez presentan una menor hulla ecológica (no
obstante, la relación que subyace es la de la baja dotación de recursos naturales y/o la
explotación agresiva de los recursos naturales por parte de transnacionales, además de
la incapacidad de soportar patrones de producción y consumo locales, más elevados),
por su parte los países con mayor IDH, presentan al mismo tiempo una huella
ecológica entre cuatro a cinco veces mayor que la de los países más pobres. Estas
relaciones esconden las grandes desigualdades sociales, económicas ambientales y
ecológicas; promovidas “espero que por desconocimiento” por los países más
avanzados, por lo que el sistema internacional de ayuda (donantes ricos pero
depredadores, y receptores pobres y vulnerables) cobra sentido ético y un compromiso
indisoluble.

La ayuda entonces debe responder a las necesidades, realidades y contexto de los


países en desarrollo, en especial, de los Países Menos Adelantados (PMA), sin
embargo, este principio no se cumple en la totalidad de las ocasiones. Por ejemplo, la
ayuda condicionada o ligada, es un instrumento que encara una asimetría entre

7
cooperación e igualdad y beneficio del donante, puesto que generan el compromiso de
utilizar los recursos en sectores y/o proveedores impuestos por el donante, a este
respecto Mariano González y José María Larrú3, dicen:

“Los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) son el instrumento


español de ayuda al desarrollo de forma ligada. Esta práctica está sometida a la
“paradoja del enriquecimiento del donante”, pues se fomentan sus
exportaciones al obligar al país receptor a devolver el crédito comprando bienes
y servicios del donante…”

La ayuda ligada es un instrumento que permite cuestionar la eficacia de la ayuda,


puesto que responde a intereses muy distintos a los de eliminar la pobreza y las
desigualdades, dejando en evidencia la ineficacia de la ayuda, puesto que, este tipo de
ayuda financia el crecimiento de las exportaciones de los países donantes (países
desarrollados) y vulnera la soberanía y las opciones de desarrollo de los países
receptores (países subdesarrollados), con lo cual se está sosteniendo de forma
perversa, el crecimiento económico y el estilo de vida de los países ricos en detrimento
de los países pobres, arraigando las desigualdades.

Por otra parte me quiero detener en la evaluación de la eficacia de la ayuda soportada


en la evidencia empírica. Sobre este tema existe una amplia literatura que enfrenta
posiciones contradictorias, por un lado, la literatura que trata la influencia de la ayuda
sobre el crecimiento de la renta indica que la ayuda no tiene impacto sobre el
crecimiento, sino que aumenta el consumo público, fomenta la corrupción y la
captación de rentas. Otros estudios sostienen que la ayuda sí tiene efectos positivos
sobre el crecimiento económico aunque sean pequeños y sometidos a rendimientos
decrecientes, además, se encuentran estudios que indican que la ayuda sólo es eficaz
sobre el crecimiento, cuando existen buenas políticas y buenas instituciones.

Otros estudios relacionan la ayuda y la desigualdad, con resultados contrarios


Bornschier et al. (1978), Y Dolan y Tomlin (1980), el primero muestra un efecto
positivo entre la ayuda y la reducción de la desigualdad, el segundo sugiere que no
hay efecto alguno de la ayuda sobre la desigualdad sectorial del país receptor estimada
en el coeficiente de Gini y sobre la desigualdad personal de renta estimada mediante la

3
González M, y Larrú J.M. (2004). ¿A Quién Benefician los Créditos Fad? Los Efectos de la
Ayuda Ligada Sobre la Economía Española. Serie Desarrollo y Cooperación. Madrid.

8
relación entre la población con el 20% más alto de renta respecto al 40% más pobre
(Cuesta J. & Larrú J.M., 2006).

Estudios independientes como los de José María Larrú y José Antonio Alonso
evidencian que la ayuda por sí sola no es estadísticamente significativa, o que su
relación con otras variables es econométricamente muy débil para ciertos períodos de
tiempo o ciertos modelos especificados, mientras que, cuando se incluye en el análisis
variables como buenas políticas (baja inflación, déficit público, apertura comercial) y
buen contexto institucional (Estado de derecho y democracia) si hay relaciones
positivas y significativas.

Los primeros estudios empíricos -Grifin (1070), Papanke (1073) y Mosley (1980)-
atribuyen a la ayuda un peso explicativo como fuente de la acumulación de capital que
incide en el crecimiento económico; estas contribuciones parten de la especificación de
un modelo uniecuacional derivado del modelo Harrod-Domar (Alonso, 1999).

dY  1   2 A   3 S   4 I

Donde el crecimiento económico (Y) depende de la Ayuda al desarrollo (A), el ahorro


(S) y la Inversión (I).

Es claro que el crecimiento económico (PIB) no es sinónimo de desarrollo y mucho


menos de disminución de la pobreza o de la desigualdad, sin embargo, si es un factor
que incide en el alcance de estos objetivos. Por otra parte, en la actualidad se mide el
grado de progreso en la eliminación de la pobreza y las desigualdades a través del IDH
y, éste a su vez, incluye el PIB per cápita su cálculo. Por tanto se esperaría que un
mayor crecimiento del PIB ayudara a incrementar el IDH y, puesto que, según Grifin, la
ayuda contribuye en la formación de capital que a su vez favorece el crecimiento
económico (PIB), se supondría, según este enfoque, que hay una relación directa y
positiva entre ayuda e IDH, esto es, que el aumento de la ayuda oficial al desarrollo
supone una reducción de la pobreza y las desigualdades, lo cual debe reflejare en el
aumento del IDH, ya que, al ser la ayuda oficial al desarrollo un factor explicativo del
crecimiento económico, y este último un factor explicativo del IDH, entre más ayuda
más desarrollo.

9
Como un ejercicio de contraste empírico me propuse replicar en este documento el
modelo propuesto en las líneas anteriores, con el propósito de descubrir la relación
entre AOD y crecimiento, como factor de redistribución de la igualdad y reducción de la
pobreza. Tomé como referencia una muestra conformada por los países de América
Latina, para el período 1980-20094, y se utilicé como variables explicativas del PIB, la
Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD por su sigla en inglés), el consumo5, el ahorro y la
inversión. Los resultados fueron los siguientes:

Taba 1. Estimación de los Determinantes del Crecimiento


Económico para el periodo 1980-2009.
Standard T
Parameter Estimate Error Statistic P-Value
CONSTANT -1028,26 580,615 -1,77098 0,0888
AOD 0,070491 0,0662489 1,06403 0,2975
Consumo 0,52683 0,10754 4,89892 0,0000
Ahorro 38,1323 31,8911 1,1957 0,2430
Inversión 3,7734 3,28278 1,14945 0,2612
Fuente: elaboración propia.

Al analizar los datos encontré algunos hechos muy significativos, como por ejemplo,
que el modelo presenta un buen ajuste (R2=93,68) y no presenta problemas de
especificación y autocorrelación. En cuanto a las variables, estas presentan
significancia estadística excepto la AOD, la cual presentó un bajo peso relativo aunque
con signo positivo como se esperaría. Estos resultados me permiten suponer que no
hay evidencia para corroborar que un aumento de la ayuda incremente el PIB, por
tanto, tampoco se puede suponer la relación directa de causalidad entre ayuda,
crecimiento económico e índice de desarrollo humano, en última instancia, según los
datos analizados, la ayuda en términos de reducción de pobreza y desigualdad es poco
eficiente.

Aunque debo hace una matización respecto a la interpretación anterior puesto que
este modelo excluye otras variables y relaciones funcionales importantes, además, su
contexto en tiempo y espacio es limitado; los resultados se refieren únicamente a
Latinoamérica y en cualquier caso no se podrían extrapolar al total de países
receptores de AOD. Sin embargo, me pareció interesante contrastar lo referido por

4
La serie estadística fue tomada de la base de datos de la OCDE: “SourceOECD”.
5
Para efectos de la regresión la variable ayuda representa el ahorro externo canalizado como
cooperación al desarrollo y la variable ahorro representa el ahorro interno.

10
autores como Grifin, Alonso y Larrú entre otros, en cuanto a identificar el hecho de que
por sí sola la ayuda no generar crecimiento, más bien, como apunta Grifin, pareciera
aumentar el gasto público. En un sentido más crítico Larrú señala, que incluso en
ciertos casos, no hay relación de correspondencia entre Ayuda y reducción de la
desigualdad6.

Aunque la evidencia empírica en la mayoría de los trabajos reflejen la ineficacia de la


ayuda, ya sea por una baja incidencia en el crecimiento, o bien sea por su bajo
impacto en la eliminación de la pobreza y las desigualdades, hay que tener en cuenta
que existen otras variables -no económicas- potenciadoras de la ayuda, como las
políticas e instituciones públicas adecuadas (fortaleza y robustecimiento de Estado), la
democracia y la cucha contra la corrupción, etc., que si permitirían que la ayuda
tuviera impacto en el crecimiento y la reducción de la pobreza y las desigualdades.

Finalmente para tratar el tema de eficacia de la ayuda debe revisarse muy bien no sólo
la cantidad y calidad de la ayuda, sino también el contexto en el que se presenta, tanto
en los países donantes como en los países receptores. Y esto sólo se podría realizar
con la plena voluntad política de los estados y la participación de la sociedad civil
organizada.

Críticas a la ayuda

En primer lugar se argumenta que la ayuda impide la formación del ahorro doméstico,
en tanto que la ayuda (ahorro externo) suple sus funciones incapacitando el
crecimiento a través de la tasa de crecimiento del ahorro-inversión endógeno. Además,
se cuestiona la calidad de los instrumentos de la cooperación, puesto que algunos de
estos tienden a beneficiar o estimular el crecimiento del país donante (ayuda ligada).

Otra crítica expresada por Griffin, es que la ayuda también genera distorsiones en el
funcionamiento de los mercados internos (alterando los precios relativos) y del gasto
público (consumo público en lugar de inversión pública). Todo esto, finalmente termina
incrementando el grado de dependencia de recursos externos.

6
Ibid, p9.

11
Desde los países periféricos las críticas se centran en la ineficacia de la ayuda para
superar problemas estructurales, además de la deuda externa que genera el sistema,
limitando de esta manera sus posibilidades de crecimiento y autonomía, en
consecuencia la tendencia de estos países ha sido reclamar menos ayuda y más
liberalización de mercados como alternativa para alcanzar mayores tasas de
crecimiento (aunque, como señale anteriormente, el crecimiento económico no
necesariamente elimina la pobreza y las desigualdades).

Desafíos

Para reducir sustancialmente las desigualdades, la pobreza y sus causas raíces, el


papel de la cooperación debe ser más central y equitativo; objetivamente dirigido a
combatir la pobreza y no a favorecer los intereses externos.

El orden internacional debe ser más estable y seguro para todos, puesto que en las
condiciones actuales, este orden mundial, también es generador de grandes asimetrías
entre países y al interior de los propios países.

La AOD debe propiciar verdaderas trasformaciones sociales, económicas, políticas,


culturales y ambientales, y también debe favorecer la cohesión social al interior de los
países receptores. En la actualidad los resultados y el papel de la ayuda con relación a
estos aspectos son discutibles.

A fin de mantener niveles elevados de calidad y cantidad de la ayuda, deben mejorarse


y revisarse continuamente los instrumentos de seguimiento y evaluación de la ayuda.

Finalmente debe existir voluntad política tanto en los países donantes como en los
países receptores, y debe vincularse a la población civil a través de la participación
activa y la sensibilización y educación para el desarrollo. Aunque en estos aspectos se
ha adelantado, se requiere mayores esfuerzos.

12
Conclusiones

El sistema de AOD requiere de verdadero compromiso y voluntad política, en especial


para que se cumpla el compromiso de 0.7% de AOD como proporción del PNB. Puesto
que en la práctica no se cumple con este cometido.

Aunque los instrumentos de la ayuda oficial al desarrollo están inspirados en reivindicar


la dignidad humana (eliminación de la miseria, la pobreza y las desigualdades, y
aumentar la equidad y la igualdad de género entre otras), en la realidad, se ha
comprobado que algunos instrumentos esconden mecanismos perversos de
dominación y dependencia, que acaban financiando las exportaciones y respondiendo a
los intereses particulares de los países donantes en detrimento de los receptores, como
es el caso de los créditos FAD7.

Aunque en los estudios empíricos a prevalecido la tesis de la poca eficacia de la ayuda,


el debate internacional en términos políticos, académicos e investigativos debe
mantenerse con el fin de encontrar nuevos caminos de conduzcan a una verdadera y
real eficacia de la ayuda.

7
Los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) son un instrumento Español de ayuda
condicionada (ligada) para el desarrollo.

13
Bibliografía

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