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Los celos

“Cuando se habla de los celos estos pueden llegar a ser vistos como un monstruo que se
genera a sí mismo y nace de su propio fuego”.

Si al principio de la relación de amor los celos de la otra persona aparecen como una prueba
de cariño y algo “bonito”, la situación puede llegar a ser rápidamente insoportable y tóxica.
Los celos son un sentimiento muy común en las parejas y tienen un toque de simpatía
porque dan a cada cónyuge la certeza de amar y ser amado. Estos a menudo animan un
poco la vida, pero rápidamente adquieren un desagradable aspecto cuando son excesivos e
injustificados.

No se trata de los celos legítimos que uno de los miembros de la pareja engañada podría
sentir, ni siquiera de los celos graciosos, que son la consecuencia de la naturaleza exclusiva
de cualquier amor verdadero, sino de estos casi enfermizos, que dudan, sospechan y temen
sin motivo. Estos celos rápidamente se transforman en algo insoportable para el que es
juzgado y que está molesto por ser constantemente acechado, pero también es intolerable
para el celoso, que es el primero en sufrir de estos, ya sea por una causa real o simples
especulaciones. Se deshonra de ello y forma rigor contra él mismo y contra el otro.

Los celos son inmensamente hirientes, utilizan los sentimientos más hermosos y felices, las
relaciones mejor vividas, dan una sensación de espanto, de no existir o de ser denegado sin
lástima, llevan al abaratamiento de uno mismo: “De todos modos, sé que no tengo valor.
Nunca me has amado y siempre lo supe suponiendo la clase de persona que soy”. La
observación del fracaso sobre sí mismo acarrea al mismo tiempo a culpar y acusar al otro:
“No me cuidas, solo piensas en los demás por encima de mí”, “solamente piensas en ti
mismo y nadie más”.

Todo vale para conservar el control sobre la otra persona, incluido el chantaje, incluso se
incita a que se ponga celoso también: “¡Si no estás celoso, es porque tú no me amas!”.
Cualquier cosa puede ser una excusa para ser celoso: un niño, una suegra, el trabajo, salidas
y hoy en día se ve mucho las famosas redes sociales… cualquier cosa que pueda dar la
impresión de que uno no es predilecto. Y los celos intensos no se curan fácilmente.

¿De dónde vienen estos? Sin duda, uno de los miembros de la pareja puede hacer mucho
para curar al individuo afectado por los celos, por ejemplo, a menudo pueden tomar la
iniciativa con el amor. La persona celosa se considera como una persona no amada y
necesita pruebas muy seguidas de cariño, su pareja también debería tener una gran
transparencia y fluidez en su vida, una gran claridad en sus horarios y tiempos de salida, si
miente un poco para evitar una pelea se aumentan los celos.

En general, es el celoso quien debe trabajar sobre sí mismo para encontrar la paz y poder
relajarse ante cualquier suceso. La terapia puede ser necesaria en casos particularmente
obsesivos y dañinos, sin embargo, un paso importante hacia la liberación y la deliberación
puede darse a través de la puesta en mesa de conciencia y vías alterativas. Por lo tanto es
recomendable buscar la causa real de estos celos, la raíz es la falta de confianza en sí
mismo y casi siempre el causante de estos. Es de sí mismo del que el celoso duda, más que
del otro, no cree en su poder de seducción porque está convencido de que no vale nada y
que el otro es capaz de darse cuenta de ello.

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