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Templado del acero

Si nos ceñimos al ámbito de las Armas Históricas, encontramos técnicas de templado y cementado
en los metales que componen el arma, si bien, no todas las piezas metálicas se templan o
cementan. El hierro es susceptible de cementado y, por otra parte, el acero se podrá templar, no
al contrario.

Estas técnicas de tratamiento están destinadas a las piezas móviles y resortes del arma que son
susceptibles de deformación o abrasión mecánica con otras piezas de la misma.

De no ser por estas técnicas, en poco tiempo, el sistema de ignición o mecanismo quedaría
inutilizado.

El templado dota al metal de ELASTICIDAD, es decir: La capacidad de recuperar su estado original


después de realizarse sobre él una tensión o fuerza. De nada servirá un resorte que no cumpla
esta condición, ya que de no recuperar su estado original, mal podrá volver a ejercer fuerza o
presión sobre el mecanismo de la llave donde estuviere destinado.

A diferencia del templado, el cementado dota al metal de INDEFORMABILIDAD y resistencia a la


abrasión mecánica, es decir: Todo lo contrario a la maleabilidad, o susceptibilidad de deformarse.
Si bien, esta técnica ha de aplicarse con mesura, ya que al intensificar el cementado, provocamos
que la pieza adquiera extremada dureza y resistencia a la abrasión mecánica, PERO, también
adquirirá una fragilidad tanto más extrema cuanto mayor sea el cementado. Tanto es así que si le
aplicamos un golpe, podrá romperse como si de vídrio se tratara, aunque no habrá lima que entre
en la superfície de esa pieza.

Como ya se ha comentado, la experiencia del artesano es fundamental en la aplicación de estas


técnicas. Esta experiencia viene de los años de trabajo y la puesta en práctica de los conocimentos
adquiridos de sus propios Maestros. Aquí radica el secreto de la perfección del trabajo realizado, la
efectividad de los mecanismos y el placer del usuario al comprobar que su arma es fiable y
segura.

Nuestro colaborador Don Luís ("restore") de Chile, armero y artesano restaurador, recomienda
para fabricar resortes, " martillos y disparador el templado del acero proveniente de las
ballestas de los automóviles (paquete de resorte) y, para fabricar resortes en " < "
utilizo las espirales de resorte de los elevalunas de las ventanillas de los automóviles,
ya que se trata de acero plano, de unos 10 milímetros de ancho por 2 milímetros de
espesor y que está enrollado en forma de caracol."

Reproducimos aquí sus palabras, explicándo la técnica tal y como me la envió, ya que es tan
contundente y clara que no me atrevo a enmendarla en lo más mínimo.

"" Bueno, el tratamiento para todo acero de resorte es igual, primero lo pondremos al
rojo y lo dejaremos enfriar, lo más lento posible, una vez frío procederemos a elaborar
el repuesto requerido, dejándolo totalmente terminado (limado y lijado).

Ahora procederemos a templarlo. Ponemos la pieza totalmente al rojo y, rápidamente,


la tiramos al agua fría, la sacamos y con mucho cuidado la manipulamos pues está muy
quebradiza, le pasamos una lima, si la lima no entra en la pieza, el trabajo está bien
hecho.

Ahora la parte más importante y secreta para muchos, en un cucharón o un tarro, en el


cual entre nuestra pieza holgadamente, fundiremos plomo puro. Una vez fundido, con
unas pinzas largas, introduciremos la pieza, sumergiéndola en el plomo fundido y, a
medida que se enfría el plomo ir sacándo la pieza de a poco, hasta que el plomo esté
totalmente frío (dejar la pieza en la superfície, ¿si no cómo la sacan después?) Cuando
nuestra obra esté totalmente fría procederemos a limpiarla de todo resíduo y la
aceitamos.

Les garantizo que quedará mejor que de fábrica.


El cementado, si quieren, lo vemos después. Es un poco peligroso pues es con
Cianuro.""

Gracias a Don Luís, que nos ha desvelado el secreto de la fundición de plomo. Técnicamente se
denomina RECOCIDO de la pieza y sirve, entre otras cualidades, para homogeneizar el temple en
toda la pieza, es decir, evitar que existan zonas internas de fractura en el material y restablecer la
cohesión del material.

No es fácil realizar un recocido: Bien se dispone de un horno (nada barato) que nos vaya bajándo
la temperatura lentamente desde los 1000ºC hasta la ambiente, bien tenemos en cuenta el punto
de fusión del Plomo, que bien sirve para ello, además de la cualidad del Plomo de liberar
lentamente su temperatura y conservarla latentemente homogénea durante todo ese tiempo.

En resumidas cuentas, tenemos: acero base - destemplado del material - trabajo del material y
conformación de la pieza - templado de la pieza - recocido - limpieza.

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