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Exp.

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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA


PRIMERA SALA PENAL LIQUIDADORA
Av. Arenales cuadra 26 – Edificio “ALIMAR” – Telefax 4407096

EXP. NRO. 17-07


D.D. Dr. LIZARRAGA REBAZA

S E N T E N C IA

Lima, cinco de enero


del año dos mil doce.-

VISTOS; En Audiencia Pública el proceso penal


seguido contra ROBIN JUAN ROSAS SANCHEZ como presunto autor
del delito contra la Administración Pública - cohecho pasivo propio - en
agravio del Estado, y contra EMILIANO JUSTO GONZALEZ LOPEZ,
como presunto autor del delito contra la Administración Pública - cohecho
activo genérico - en agravio del Estado.

RESULTA DE AUTOS:

Que, a mérito de la denuncia por escrito del procesado González López


obrante de fojas 01 a 07, se ordenó la investigación Fiscal, y los recaudos
acompañados a la misma y luego de formalizada la denuncia penal del señor
Fiscal Provincial Penal corriente de fojas 418 a 421, el Juez Penal abrió
instrucción en Vía Ordinaria, resolución que corre de fojas 423 a 428,
dictándose mandato de comparecencia restringida; que tramitadas las
diligencias conforme a su naturaleza, los autos fueron elevados a la Superior

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Sala Penal que lo remitió al despacho del Fiscal Superior quien de fojas 749 a
756, formula acusación sustancial; y procediendo la Sala de conformidad con
lo opinado por el señor Representante del Ministerio Público, emitió el Auto
Superior de Enjuiciamiento mediante Resolución obrante a fojas 758,
señalándose fecha y hora para la realización del Juicio Oral, la misma que se
verificó de las Actas de su propósito, emitiéndose Sentencia en fecha 10 de
setiembre del año 2008 obrante de fojas 947 a 958, la cual mediante Ejecutoria
Suprema de fecha 21 de abril del año dos mil nueve obrante de fojas 1067 a
1070 fue declarada Nula e Insubsistente la acusación; devolviéndose los autos,
formulándose denuncia penal ampliatoria obrante de fojas 1119 a 1121, y Auto
Apertura Ampliatorio obrante de fojas 1123 a 1126, que tramitadas las
diligencias ampliatorias conforme a su naturaleza, los autos fueron elevados a
la Superior Sala Penal que lo remitió al despacho del Fiscal Superior quién de
fojas 1209 a 1215 aclarado a fojas 1295, formula acusación sustancial; y
procediendo la Sala de conformidad con lo opinado por el señor
Representante del Ministerio Público, emitió el Auto Superior de
Enjuiciamiento mediante Resolución de fecha catorce de noviembre del año
dos mil once, obrante a fojas 1296, señalándose fecha y hora para la realización
del Juicio Oral, la misma que se verificó de las Actas de su propósito, que oída
la requisitoria oral del señor Fiscal Superior Adjunto, los Alegatos de la Parte
Civil y la Defensa, así como la Defensa Material de los procesados, fueron
recibidas sus respectivas conclusiones, las mismas que obran en pliegos
separados y han sido tomados en cuenta al momento de expedirse el presente
fallo, leídas que fueron las cuestiones de hecho, ha llegado la oportunidad
procesal de expedir Sentencia; y,

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CONSIDERANDO:

Que, la determinación de si el acusado es o no responsable penal y por


tanto si su actuación que es precisamente lo que se juzga, merece la
imposición de una pena o no, impone al juzgador la realización de un doble
juicio: de una parte, un juicio histórico tendiente a establecer si un
determinado hecho o conjunto de hechos ha existido o no con anterioridad
al proceso; de otra parte, un juicio de valoración jurídica que tiende
lógicamente a concluir si el hecho que históricamente sucedió puede ser
calificado como penalmente ilícito y merece la imposición de una pena; por
ello la sentencia constituye un silogismo que parte de una premisa mayor
constituida por la norma, una premisa menor constituida por los hechos,
teniendo finalmente al fallo como conclusión.

Que la labor de tipificación, previa a la sentencia, adquiere una


dimensión trascendental para el proceso, comprendiendo no sólo la
interpretación sino también la valoración de los elementos configurativos del
tipo por parte del juzgador; es así que a través de ella, queda establecida no
solo la norma presuntamente transgredida y con ello el bien jurídico afectado,
sino que también será el presupuesto del que partirá la actividad probatoria;
por todo esto, para establecer la responsabilidad penal, supone en primer
lugar, una imputación penal, precisando las normas aplicables y las
pretensiones de las partes procesales; en segundo lugar, la valoración de la
prueba actuada con la finalidad de establecer los hechos probados; y en tercer
lugar, realizar la subsunción lógica de los hechos a las normas y
posteriormente de ser el caso - se individualizará la pena y se determinará la

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reparación civil -, en caso contrario, se resolverá de acuerdo a lo dispuesto en


el artículo doscientos ochenta y cuatro del Código de Procedimientos Penales.

IMPUTACIÓN PENAL:

Se imputa al procesado Robin Juan Rosas Sánchez, en su condición


de miembro de la Policía Nacional del Perú, haber solicitado al procesado
Emiliano Justo González López la suma de mil nuevos soles, a fin de
favorecerlo con las conclusiones de la investigación policial a su cargo,
relacionada a la denuncia formulada por éste último por supuesto delito de
Usurpación en su agravio, ofrecimiento que se concretó aproximadamente
en la primera quincena del mes de enero del año 2006, cuando González
entregó voluntariamente la suma de quinientos nuevos soles al procesado
Rosas Sánchez, a efectos de verse favorecido en el citado proceso.

Respecto al ilícito contra la administración publica - cohecho


pasivo propio -, cometido por el acusado Robin Juan Rosas Sánchez, se
tiene lo siguiente: La imputación uniforme y continua durante todas las etapas
del proceso, efectuada por su coacusado Emiliano Justo González López,
respecto al accionar desplegado por éste, como efectivo policial de la
Comisaría de Santa Eulalia, en cuanto a que primigeniamente le solicitó la
suma de mil nuevos soles, con el propósito de favorecerlo en las
investigaciones por el delito de Usurpación que este había presentado ante su
comisaría, sin embargo, ante la imposibilidad de cumplir con su “parte” del
“trato”, dada la presencia del representante del Ministerio Público, se limitó a
formular un parte policial, y ante los constantes reclamos del procesado
González López, éste le devolvió la suma de cuatrocientos cincuenta nuevos
soles, quedándose con el dinero restante; versión que se ha corroborado con

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los siguientes medios probatorios: i) La existencia del acta de la primera


declaración de Emiliano Justo González López, que fuera adjuntada por éste
en su denuncia por los hechos sub materia, posesión de que por sí constituye
una manifiesta acción ilegal, lo que corrobora lo señalado por González
López, en cuanto a que luego del pago de quinientos nuevos soles al acusado
Rosas Sánchez, en su intención de favorecerlo, redacto una segunda
declaración, desechando la primera, la misma que se la entregó a González
Sánchez, como señal de ayuda. Ahora bien, respecto a la acreditación de que
dicha copia a pesar que no contiene la firma de Rosas Sánchez, si fue
elaborada y entregada por éste se tiene, el análisis, sometido a debate en el
presente juicio oral de dicha pieza con la declaración de González Sánchez que
aparece en el Parte Policial correspondiente a dicha investigación en donde se
aprecian las mismas faltas ortográficas en cada una de ellas, como son la
utilización de la palabra “ursurpado” y “ursurpación” en lugar de lo apropiado
como es “usurpado” y “usurpación”, así como el hecho de colocar letras
mayúsculas en el inicio de las palabras que no le corresponde; ii) La versión
del acusado Emiliano Justo González López, en cuanto a que el cambio de la
declaración primigenia que adjunta a su denuncia, por la que finalmente
aparece en el documento policial final era por cuanto se quería hacer una
nueva declaración mas favorable a sus intereses, se colige del contenido de
ambas que si bien es cierto las dos tienen la misma fecha, la que aparece como
parte del parte policial tiene mas detalle y por tanto resulta más contundente
que la primera, la que es muy general y por tanto menos convincente, lo que
corrobora lo señalado por el acusado González López, en cuanto a que la
segunda se hizo para favorecerlo luego de la entrega del dinero; iii) La
Declaración Testimonial de la persona de Maria Antonieta Chávez de Flores,
en donde coincide en lo señalado por el acusado González López,

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desbaratando el medio de defensa esgrimido por la persona del acusado Rosas


Sánchez, en cuanto a que su concurrencia al jirón Azangaro en el centro de
Lima, domicilio del abogado de González López, fue para notificar al
denunciante a efectos de que se constituya a la sede policial de la Comisaría de
Santa Eulalia, sin embargo, la testigo en mención aclara en cuanto a que la
persona de Rosas Sánchez, si se constituyó a la sede de dicho estudio jurídico
donde ella se desempeñaba como secretaria, pero no a notificar pues ella es la
única encargada de recibir las notificaciones y nunca recibió una notificación
de parte de este efectivo policial, sosteniendo que en las dos oportunidades en
que este acusado fue a dicha oficina se reunió tanto con el abogado Regulo
Mejía Avendaño, como con su cliente el acusado González López, en privado
en su oficina; iv) Asimismo corrobora lo señalado por González López, en
cuanto a la devolución del dinero sub materia, hecho que acaeció en un local
de Gamarra, de propiedad del abogado Mejia Avendaño en circunstancias en
que esta había ido a realizar un cobro, observando la entrega de un sobre
Manila de parte del acusado Robin Rosas Sánchez a la persona de González
López, y si bien señala que no observó el dinero propiamente por encontrarse
dentro de un sobre, le señalaron que era el dinero devuelto por este efectivo
policial ante las quejas del acusado González López; v) Declaración
Testimonial de Héctor Ulises Abregu Guzmán, quien corrobora lo señalado
por el acusado González López en cuanto a que fue éste quien le entregó la
suma de quinientos nuevos soles con el propósito de pagar al efectivo policial
encargado de la denuncia que había presentado por usurpación.

Respecto al delito contra la Administración Publica - cohecho


activo genérico -, cometido por el acusado Justo Emiliano González
López, este se encuentra acreditado por su propio reconocimiento, versión

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que como hecho detallado se encuentra corroborada por indicios


concomitantes, sin embargo este arguye en su defensa que su accionar es
atípico por cuanto actuó llevado por la desesperación de quedarse sin casa,
hecho que fue aprovechado por su coacusado Rosas Sánchez para efectuar el
pedido de dinero a su favor. Ahora bien, este medio de defensa esgrimido es
absolutamente rebatido en tanto y en cuanto a que de su misma versión se
advierte que entregó este dinero con el propósito de que se le favoreciera en la
investigación, para lo cual, incluso pidió dinero a una tercera persona, por lo
que era totalmente conciente de la ilicitud de sus actos, sin embargo, luego de
la conclusión de las investigaciones y al observar que no se le había favorecido
conforme había acordado con el efectivo policial, no dudo en recriminarlo por
no haber cumplido con su parte del “trato”, solicitándole por ese motivo la
devolución de su dinero, que de haber sido positivo habría permanecido en
poder del efectivo policial, por lo que éste finalmente tuvo que devolver el
dinero, hecho fáctico corroborado con la declaración testimonial de Maria
Antonieta Chávez Santillán de Flores como se ha señalado previamente, por
lo que no puede aludir que fue la desesperación que lo llevo a llegar a un
acuerdo con el efectivo policial, más aún, cuando recién puso de conocimiento
de estos hechos a la autoridad competente una vez que advirtió que no seria
favorecido en la investigación por Usurpación. No pudiendo alegar como
descargo el desconocimiento de la norma, lo que tampoco lo exime de
responsabilidad penal toda vez que, es conocido para cualquier ciudadano que
a los efectivos policiales no se le debe entregar ningún donativo o ventaja
económica por el cumplimiento de su deber, mas aún, cuando éste acusado
cuenta con estudios superiores.

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Posiciones de las partes procesales respecto a los hechos materia de


juzgamiento:

 El señor representante del Ministerio Público, sostiene su reproche


penal frente a la conducta desplegada por los acusados ROBIN
JUAN ROSAS SANCHEZ y EMILIANO JUSTO GONZALEZ LOPEZ
como autores del delito contra la Administración Pública - cohecho pasivo
propio -; y, - cohecho activo genérico -, respectivamente, en agravio del
Estado, significando que la misma se encuentra subsumida en el segundo
párrafo del artículo 393° del Código Penal, que sanciona al “(…) funcionario o
servidor público que solicita, directa o indirectamente, donativo, promesa o cualquier otra
ventaja o beneficio, para realizar u omitir un acto en violación de sus obligaciones o a
consecuencia de haber faltado a ellas, (…)”; así como, el primer párrafo del artículo
397° del Código Penal, que sanciona al “(…) que, bajo cualquier modalidad, ofrece,
da o promete a un funcionario o servidor público donativo, promesa, ventaja o beneficio para
que realice u omita actos en violación de sus obligaciones, (…)” . Por lo que, deben ser
sujetos de sanción penal y civil, solicitando se le imponga a los acusados
ROBIN JUAN ROSAS SANCHEZ siete años de pena privativa de libertad,
así como tres años de Inhabilitación; y a EMILIANO JUSTO GONZALEZ
LOPEZ cuatro años de pena privativa de libertad; así como el pago de tres
mil nuevos soles por concepto de reparación civil, en forma solidaria.

 La Parte Civil, partiendo que se encuentra acreditada la responsabilidad


penal de los procesados, solicita que dentro de los aspectos del fallo se deberá
establecer la reparación civil en razón de la reparación del daño, contenido en
el artículo 58° numeral cuarto del código penal, por lo que, solicita sea

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establecido como una regla de conducta el pago de la reparación civil,


además del cálculo de los intereses legales del daño.

 La defensa técnica del procesado ROBIN JUAN ROSAS


SANCHEZ, señala que la imputación del acusado González López, durante la
secuela de toda la investigación judicial y ante esta Sala, ha caído en una serie
de contradicciones que hace dudar de su versión, como cuando señala que ha
sido presionado pero no indica como sucedió este hecho, o el dicho de la
testigo Maria Antonieta Chávez de Flores quien refiere que estuvo presente el
abogado Régulo Mejía, el señor González, y su patrocinado, también ha
afirmado de que él solicitó la presencia de la secretaria en Jirón Gamarra,
cuando en la propia declaración de la Secretaria, ha afirmado de que ella fue a
Gamarra a cobrarle al abogado, asimismo, no existe en autos una afirmación
que diga que su patrocinado solicitó un dinero o que el acusado González
diera un dinero, finalmente, respecto a la Pericia, que según la acusación
guarda cierta similitud, existe en autos un examen pericial grafotécnico, que
concluyó que no puede realizarse pericia alguna sobre dichos documentos, es
decir, no se puede determinar la legalidad, falsedad o realidad de esa
manifestación, por lo que, invocando el in dubio pro reo, solicita su
absolución.

 La defensa técnica del procesado EMILIANO JUSTO GONZALEZ


LOPEZ, si bien reconoce los hechos materia de juzgamiento, discrepa con la
tesis fiscal respecto al dolo de su patrocinado, señalando que su accionar no ha
sido producto de su voluntad sino de la presión de la que fue objeto e incurrió
en el ilícito obligado por las circunstancias, por ende, carece de los elementos
constitutivos del delito que se le imputa, siendo su conducta atípica ya que

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nunca existió voluntad criminal de su parte para delinquir, por lo que, solicita
la absolución de los cargos incoados en su contra.

FUNDAMENTOS:

El Tribunal, sobre la base de lo expuesto por las partes procesales,


procederá analizar y contraponer tales posiciones a efectos de emitir un
pronunciamiento conforme a los cánones de Justicia del que goza todo ser
humano en un Estado Constitucional de Derecho.

PRIMERO.- VALORACIÓN DE LOS ELEMENTOS Y MEDIOS DE


PRUEBA

La prueba es la demostración de una afirmación de la existencia de un


hecho o de una cosa, sirve al descubrimiento de la verdad (construcción y
determinación de las proposiciones fácticas propuestas por los sujetos
procesales) acerca de los hechos que en él se investigan y respecto de los cuales
se pretende actuar la Ley sustantiva[1].

Que, la denominada prueba indiciaria consiste en la actividad probatoria


de naturaleza necesariamente discursiva e indirecta, cuya fuente es un dato
comprobado[2], concretándose en la obtención del argumento probatorio
mediante una inferencia correcta.[3]

[1] CAFFERATA NORES, J. La Prueba en el Proceso Penal; Buenos Aires; Editorial


Desalma ;1986;p. 3.
[2] Éste dato comprobado no es más que el indicio pues el mismo conduce hacia otro dato
por descubrir y porque está vinculado al thema probandum. En: MIXAN MASS, Florencio.
Prueba Indiciaria; Trujillo - Perú; Ediciones BGL; 1995, p. 25.
[3] MIXAN MASS, Florencio. Ob. Cit., p. 22.

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Juicio de Subsunción:

 Respecto al delito contra la Administración Pública - cohecho pasivo


propio -, imputable al procesado ROBIN JUAN ROSAS SANCHEZ:
solicitar directa o indirectamente, donativo, promesa, o cualquier otra ventaja o
provecho para realizar u omitir un acto en violación de sus obligaciones o a
consecuencia de haber faltado a ellas.

“El legislador ha independizado en un subtipo aparte de la acción de solicitar que en


la redacción original iba junto a la “recibir” el fundamento de esa decisión radica en la idea
que tiene mayor desvalor de acción un comportamiento que involucra activamente la voluntad
delictiva del sujeto publico que la simple conducta pasiva de aceptar o recibir. Resulta en esta
perspectiva mas dañino para las valoraciones sociales y mas lesivo al bien jurídico protegido el
hecho que un funcionario se atreva a requerir donativo, ventaja o beneficio, tome la iniciativa,
al implicar ello un compromiso mayor en el quebrantamiento de los roles especiales del agente,
lo que amerita el trato punitivo superior en relación a las simples conductas pasivas
señaladas. Este sustento puede ser objeto de cuestionamiento si se pone la atención en el dato
que la solicitud es una conducta de anticipación de las barreras punitivas a diferencia de
recibir donde ya se concreta un resultado material de lesividad, lo que implicaría un
tratamiento punitivo distinto al ya regulado con la reforma de 2004.

Merece poner atención en la circunstancia que la solicitud de donativo u otro medio


corruptor que le dirige el sujeto público a un tercero no debe suponer una coacción o
forzamiento de la voluntad de este, pues con ello se desnaturaliza los alcances del tipo penal,
configurando más bien ello una concusión o de acuerdo a las características concretas que
rodean el caso extorsión. La solicitud, para ser típica de cohecho pasivo debe dejar intacta la

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opción de negarse que tiene el destinatario ante el requerimiento formulado. Basta entonces
que la petición llegue a su conocimiento en términos de que es la propuesta dolosa que el sujeto
público le dirige como regla de juego o línea de comportamiento frente a un asunto de
naturaleza administrativa que es de su conocimiento. Es notoria la venalidad del agente que
transgrediendo sus deberes funcionales, somete a precio el principio de imparcialidad. La
conducta u opción que adopte el destinatario que toma conocimiento de la propuesta es
indiferente para articular tipicidad objetiva. Se ha discutido en la doctrina española el tema de
si el destinatario debe haber captado (internalizado) la relación entre la solicitud y el acto
oficial o basta la simple solicitud. Dos posiciones, las que describe Olaizola Nogales en su
monografía dedicada al estudio del cohecho, al respecto capitalizan el debate en :a) no resulta
exigible dicho entendimiento por el particular al que le llega la solicitud, basta que esta sea
reconocible objetivamente (posición mayoritaria), b) es necesario que el destinatario
comprenda, internalice la petición que le formula el agente (posición minoritaria), puesto que
sólo en ese momento es cuando se lesiona la confianza del destinatario y comienza el peligro
para el bien jurídico protegido.” [4]

 Respecto al delito contra la Administración Pública - cohecho activo


genérico -, imputable al procesado EMILIANO JUSTO GONZALEZ
LOPEZ:

“Las acciones típicas y que configuran las modalidades de cohecho activo son ofrecer,
dar o prometer a funcionario o servidor público con donativos, promesas ventajas o beneficios,
para que haga u omita algo en violación de sus obligaciones. Como es fácil apreciar se trata de
un cohecho activo propio genérico, donde al igual que en el cohecho pasivo, encontramos una
relación funcional entre el medio corruptor y la futura y probable acción u omisión violatoria

[4] ROJAS VARGAS, FIDEL: Delitos contra la administración pública - Editorial Grijley 4°
Edición - Pág. 689-691.

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de obligaciones, que es la que otorga sentido jurídico al acto de corrupción, mas allá del
material de los medios corruptores y que va a constituir el componente que permitirá descartar
por irrelevantes penalmente una serie de hipótesis de hecho.

“Da” un medio corruptor (donativo, ventaja o beneficio) en cambio, y con referencia a


la anterior variante (ofrecer), supone un acto de entrega material, por parte del sujeto
activo, y otra recepción, por el sujeto público, que nos muestra un delito de resultado, en el que
no basta el ofrecimiento, es más no es el ofrecimiento elemento típico de esta modalidad, vista
ex post podría considerarse que entregas fallidas hagan radicar en el ofrecimiento o los intentos
de entrega fases de tentativa. En forma similar y con mayor fuerza aun aquí se parecía el
carácter bilateral del cohecho activo-pasivo, dado que ello es condición del tipo para configurar
la consumación.

Es bueno tomar en cuenta que pese a tratarse de acciones alternativas en determinados


casos puede concurrir tanto una acción de entrega como una de ofrecimiento, como cuando el
donativo que el agente da es parte de lo que debe todavía completar mas adelante; o bien se
entrega un donativo en dinero, bienes muebles o inmuebles y se pacta en dicho acto (de entrega)
o con antelación una ventaja futura consistente, por ejemplo en ascensos laborales”.[5]

SEGUNDO.- De las diligencias y compulsa de las pruebas actuadas en el


transcurso del presente proceso penal, siendo introducidas y sometidas al
Debate Oral bajo los principios rectores de inmediación y contradicción,
tenemos:

[5] ROJAS VARGAS, FIDEL: Delitos contra la administración pública - Editorial Grijley 4°
Edición - Pág. 739 y 741, la negrita es nuestra.

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Que en el presente proceso, existe un delito de encuentro, por un


lado, el particular (procesado González López) que acepta haber otorgado
dinero a solicitud de un efectivo policial para que lo “ayude” en su denuncia
por un supuesto delito de usurpación, y por el otro, el funcionario público
(procesado Rosas Sánchez) que niega este hecho, y refiere haber actuado con
arreglo a ley.

Bajo esta premisa, empezaremos probando el dicho autoinculpatorio


del procesado González López, para luego, demostrar - si fuera el caso - que
el procesado Rosas Sánchez fue quien efectivamente solicitó dicho beneficio
económico.

2.1) Respecto a la imputación fiscal contra el procesado EMILIANO


JUSTO GONZALEZ LOPEZ.

Éste admite el relato fáctico de los hechos sostenidos por el


representante del Ministerio Público, discrepando solo el dolo del mismo, esto
es, el conocimiento previo de que su conducta constituía delito.

2.1a) El presunto delito por usurpación ocurrió los primeros días de enero del
año 2006 (ver punto 9 del escrito obrante a fojas 01).

2.1b) La denuncia ante la Comisaría de Santa Eulalia por el delito de


usurpación ocurrió el 09 de enero del año dos mil seis, conforme se advierte
del parte N° 11-2006-DIVPOL-CHO-CSE-SEINCRI (ver fojas 143).

2.1c) Al momento de presentar su denuncia por usurpación ya se encontraba


asesorado por un abogado, el doctor Regulo Mejía Abendaño.

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Conclusión: Queda acreditado que el procesado González López, desde el


primer momento que toma conocimiento que su inmueble fue usurpado,
buscó asesoría jurídica.

2.1d) El procesado González López no se encontraba siendo coaccionado por


los efectivos policiales para otorgar dinero, por el contrario, éste busco en
todo momento verse favorecido en la investigación, por ello, voluntariamente
aceptó los requerimientos económicos de su coacusado, llegando incluso,
conforme ha referido, a reclamar la devolución de su dinero al procesado
Rosas Sánchez, es decir, se encontraba en condiciones de exigir el
cumplimiento del ilegal acuerdo.

2.1e) En igual sentido, la supuesta presión psicológica que presumía el desalojo


de su propiedad, no constituía razón suficiente para entregar dinero a un
efectivo policial y verse favorecido con una investigación parcializada, toda
vez, que dicho dinero (quinientos nuevos soles) bien pudo utilizarlo para
sostenerse y controlar el sobresalto que lo embargaba, mientas buscaba formas
legales de hacer valer su derecho, mas aún, cuando al 11 de enero del año 2006
ya se encontraba domiciliado en casa de su cuñado Héctor Abregú Guzmán,
conforme el propio procesado ha referido (ver fojas 159).

Conclusión: El procesado González López no se encontraba en una posición


de dependencia frente a su coacusado Rosas Sánchez.

2.1f) Los quinientos nuevos soles que entregó al procesado Rosas Sánchez
fueron prestados por el testigo Héctor Abregú Guzmán, quien manifestó que

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el procesado González López le refirió que necesitaba ese dinero para


“arreglar” con unos policías (ver fojas 561).

2.1g) Finalmente, además de ser de público conocimiento que no se debe


otorgar dinero a efectivos policiales porque constituye un elemental acto de
corrupción, resulta de sentido común que un agente del orden se encuentra
imposibilitado de solicitar algún beneficio por “ayudar” a cualquier ciudadano,
toda vez que, su función constituye un deber remunerado por el Estado y no
por particulares, aunado al hecho que el procesado González López contaba
con cincuenta y ocho años de edad y tenía grado de instrucción superior
incompleta en educación cuando ocurrieron los hechos materia de
juzgamiento.

Conclusión: Resulta fuera de toda discusión razonable, que el procesado


González López conocía que el hecho de dar dinero a un efectivo policial - el
procesado Rosas Sánchez - para que realice actos en violación de sus
obligaciones, constituía un acto de corrupción.

2.2) Respecto a la imputación fiscal contra el procesado ROBIN JUAN


ROSAS SANCHEZ.

Expuesta, desarrollada y probada la responsabilidad penal del procesado


González López, ahora, solo nos ocupa determinar si el proceso Rosas
Sánchez solicitó dinero a éste para realizar un atestado policial que lo
“beneficiaría” en la denuncia presentada por el delito de usurpación, a efectos
de poder corresponder la tesis Fiscal y establecer responsabilidad penal o en su
defecto avalar la tesis de su defensa y proceder a su absolución.

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2.2a) El mismo procesado Rosas Sánchez ha reconocido que se encontraba a


cargo de la investigación policial respecto a la denuncia presentada por su
coacusado González López por el presunto delito de usurpación.

2.2b) Que en la primera manifestación del procesado González López (11 de


enero del año dos mil seis) no se citó al representante del Ministerio Público,
no obstante de haber sido notificado días después para tal efecto.

2.2c) El hecho de que el procesado Rosas Sánchez se constituyó al domicilio


legal del procesado González López - despacho del doctor Régulo Mejía
Avendaño sitio en Jirón Azángaro 1045 oficina 417, el 12 de enero del año dos
mil seis (un día después de su primigenia declaración), conforme su propio
dicho obrante a fojas 385, sin haber brindado el procesado Rosas Sánchez
dicha dirección, conforme se aprecia de su declaración a nivel preliminar (ver
fojas 159).

2.2d) Resulta por demás insólito que el procesado González López obtuviera
un documento policial, como es su propia manifestación preliminar, la cual
termina anexando en la denuncia que origina el presente proceso.

Conclusión: Los citados hechos demuestran que existió un trato previo entre
ambos procesados, como para no citar al Fiscal desde el inicio de una
investigación policial, constituirse el procesado Rosas Sánchez a un domicilio
que no fue proporcionado por el entonces denunciante González López, y que
éste obtenga su propia declaración.

2.2e) En la sesión de audiencia de fecha doce de diciembre del año en curso el


procesado Rosas Sánchez reconoce como suya la manifestación policial que el
procesado González López acompaña en su denuncia como prueba de que

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éste estaba tratando de favorecerlo en la investigación por el delito de


usurpación (ver fojas 06), siendo puesta en evidencia tal situación por la
Dirección de Debates, el procesado se rectificó y señaló que se había
confundido con la obrante a fojas 416 – el cual sí reconoce como suyo -, es
decir, el propio acusado asumió como cierto este hecho.

2.2f) Si bien es cierto, la Dirección de Criminalística informa que no es posible


establecer categóricamente la procedencia mecanográfica entre los documentos
obrante a fojas 06 y 416 por ser una reproducción fotostática. Resulta
oportuno señalar las idénticas características entre una y otra declaración
preliminar (original y copia), las cuales contienen no sólo los mismos errores
ortográficos sino que además homogéneos márgenes y espacios.

Conclusión: Se advierte al simple cotejo de los citados documentos, la


similitud entre ambos, mas aún, cuando el apoyo técnico especializado se limita
a indicar la imposibilidad de establecer categóricamente su procedencia
mecanográfica, es decir, el sentido común se inclina a establecer que fueron
redactados por una misma persona, esto es, el acusado Rosas Sánchez.

2.2g) La primera parte (quinientos nuevos soles) de los un mil nuevos soles
pactados entre ambos coacusados, fueron prestados por el testigo Héctor
Abregú Guzmán, quien manifestó que el procesado González López le refirió
que necesitaba ese dinero para “arreglar” con unos policías (ver fojas 561).

2.2h) La testigo Maria Antonieta Chávez de Flores, ha declarado: i) Que el


procesado Rosas Sánchez concurrió al despacho del doctor Régulo Mejía
Avendaño en dos oportunidades, a mediados de enero y comienzos de febrero
del año dos mil seis (precisamente las fechas en que se tomó la primigenia

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declaración del procesado González López, y luego de que el parte policial


concluya desfavorablemente para éste); ii) Que llamaron a la oficina
preguntando si el procesado Rosas Sánchez había llegado (es decir, lo estaban
esperando); y iii) Que en el taller de costura ubicado en Gamarra el procesado
Rosas Sánchez entregó al abogado Régulo Mejía un sobre en presencia del
procesado González López, quienes a su vez le refirieron que el citado efectivo
policial les estaba devolviendo un dinero (ver fojas 327 a 328).

2.2i) En ese orden de ideas, tenemos que resulta incoherente que el procesado
Rosas Sánchez entregase una “notificación” en un sobre al abogado Régulo
Mejía, en presencia del procesado González López, cuando éste último no
tendría ningún motivo particular para presenciar dicha “diligencia”.

2.2j) La devolución del dinero se produce no como consecuencia de un


“arrepentimiento” del procesado Rosas Sánchez sino como consecuencia de
que el presunto delito por usurpación pasó posteriormente a manos de la
Fiscalía, perdiendo éste injerencia sobre el particular.

2.2k) La versión coherente y uniforme del procesado González López respecto


a la entrega de dinero solicitada por el procesado Rosas Sánchez, pactado en
dos montos de quinientos nuevos soles cada uno, al inicio y al final de la ilegal
negociación, llegando a entregar la primera suma y exigir su devolución, no
obstante la indudable realidad de verse sometido a un proceso penal.

2.2l) Finalmente, tan cierta resulta la afirmación del pago del primer monto de
quinientos nuevos soles, que por simple lógica, en cualquier transacción, sea
este legal o ilegal - como el presente caso -, la parte que demanda busca
proteger su “inversión”, es decir, espera el resultado favorable para cancelar el
monto total acordado.

19
Exp. Nº 17-07 20

Conclusión: El procesado Rosas Sánchez solicitó directamente dinero al


procesado González López para favorecerlo en la investigación a su cargo, sin
embargo, ante la imposibilidad de su cumplimiento y reclamos de éste, terminó
devolviendo parte del monto entregado.

TERCERO.- En el transcurso de los Debates Orales se ha vislumbrado la


presunta responsabilidad penal del ciudadano Régulo Mejía Avendaño, quien
se encuentra vinculado con el hecho materia de juzgamiento, al asesorar desde
un inicio al procesado González López y recibir del procesado Rosas Sánchez
el dinero (cuatrocientos cincuenta nuevos soles) por haber “incumplido” su
parte del “trato”, conducta que requiere ser esclarecida, y para cuyo efecto, se
deberá remitir copias certificadas de las principales piezas procesales a la
Fiscalía Provincial de Turno Permanente, y a la comisión de ética del Ilustre
Colegio de Abogados de Lima, a efectos de que se pronuncien conforme a sus
atribuciones.

DETERMINACION DE LA PENA:

CUARTO.- De esta manera, dentro del marco de pena legalmente


determinado[6], la pretensión Fiscal establece para los procesados ROBIN
JUAN ROSAS SANCHEZ y EMILIANO JUSTO GONZALEZ
LOPEZ: 07 y 04 años de pena privativa de libertad, respectivamente.

[6]“(…) será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de ocho años (…)”. Así
como “(…) será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años”.
Respectivamente.

20
Exp. Nº 17-07 21

El tribunal, teniendo en cuenta para los efectos de la graduación de la


pena a imponer, entre otros, los criterios previstos en los artículos 45° y 46°
del Código Penal:

4.1) La lesión al bien jurídico protegido, el correcto e imparcial


funcionamiento de la administración pública – en sentido general -,
ligado al desempeño óptimo en la función delegada al funcionario
público.

4.2) El impacto social del hecho cometido (grado de nocividad social de la


conducta incriminada). Siendo deberes del Estado - entre otros -
“Garantizar la plena vigencia de los derechos humanos; proteger a la población de las
amenazas contra su seguridad; y promover el bienestar general que se fundamenta en
la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la Nación…” (Artículo
cuarenta y cuatro de la Constitución Política del Perú).

Al respecto Juan Carlos Carbonell Mateu en su obra, Derecho Penal


concepto y Principios Constitucionales, sostiene:

“(…) La Constitución contiene un sistema de valores compuesto por los derechos


fundamentales, los derechos de los ciudadanos, aquellos que son necesarios y
convenientes para hacer efectivos los fundamentales y los que simplemente se
desprenden como desarrollo de aquellos. Por otra parte la interpretación que se realice
de la Norma Fundamental no ha de ser estática sino dinámica; esto es adecuada a los
cambios sociales y de cualquier otra índole que se vayan produciendo. De esta manera
puede decirse que el derecho penal desarrolla, tutelándolos, los valores proclamados en
la Constitución y los que de ella emanan; puede decirse, en fin, que detrás de cada
precepto penal debe haber un valor con relevancia constitucional”.[7]

21
Exp. Nº 17-07 22

4.3) Que, los acusados ROBIN JUAN ROSAS SANCHEZ y


EMILIANO JUSTO GONZALEZ LOPEZ no registran
antecedentes judiciales ni penales, teniendo la condición de agentes
primarios.

4.4) El grado de intervención delictiva y comportamiento del procesado


EMILIANO JUSTO GONZALEZ LOPEZ después del hecho,
quien si bien en el presente Acto Oral acepta parcialmente los cargos
incoados en su contra – ya que solo desconoce el dolo en su
consumación -, este Tribunal estima que sin su denuncia no hubiese
posible detectar, procesar y castigar al agente infractor, por lo que,
resulta aplicable el beneficio contenido en el segundo párrafo del
artículo 136° del Código de Procedimientos Penales[8] - referido a la
confesión sincera -, a efectos de poder rebajarle la pena, conforme a lo
establecido en el Acuerdo Plenario Nº 5-2008/CJ-116, de fecha
dieciocho de julio del dos mil ocho.

“Desde una perspectiva global el referido artículo 136º del Código de Procedimientos
Penales, exige la sinceridad de la confesión, que equivale a una admisión
(1) completa –con cierto nivel de detalle que comprenda, sin omisiones significativas,
los hechos en los que participó -, (2) veraz – el sujeto ha de ser culpable sin ocultar
datos relevantes del injusto investigado-, (3) persistente – uniformidad esencial en las
oportunidades que le corresponde declarar ante la autoridad competente- y
(4) oportuna – en el momento necesario para garantizar y contribuir a la eficacia de
la investigación, a la que aúna, a los efectos de la cuantificación de la pena atenuada
(5) su nivel de relevancia.”

[7][Carbonell Mateu. Derecho penal: concepto y principios constitucionales. Valencia: Tirant


lo blanch, 1999, p. 37.
[8] “La confesión sincera debidamente comprobada puede ser considerada para rebajar la pena del confeso a
límites inferiores al mínimo legal”

22
Exp. Nº 17-07 23

“Es obvio, por consiguiente, que si el imputado antes, en sede de investigación, negó
los cargos y, luego, llegado el momento culminante del proceso, en el juicio oral, los
admite, ya nada queda por investigar, entonces, la confesión plenaria sólo podrá tener
una relativa o escasa influencia en torno a la determinación e individualización de la
pena, pero no puede considerarse como un elemento atenuante de la responsabilidad
penal con entidad para rebajar la pena por debajo del mínimo legal”. [9]

4.5) Su grado cultural, social y sus condiciones personales. Siendo el


procesado Robin Juan Rosas Sánchez, Sub Oficial de Primera de la
Policía Nacional del Perú en actividad, y el procesado Emiliano Justo
González López, quien cuenta con educación superior en educación,
ambos solteros y sin hijos.

4.6) Desde la perspectiva de la importancia de los deberes infringidos.


Desde luego, todo funcionario y servidor público se halla sujeto al
servicio público, así lo establece el artículo 39° de la Carta: “Todos los
funcionarios y trabajadores públicos están al servicio de la Nación”, se halla sujeto,
por lo tanto, a la Constitución y a las leyes y a su normativa particular en
el ámbito de su competencia en cuanto a deberes funcionales, corrección
y probidad en el ejercicio de la función e inclusive en ciertos aspectos
externos de la conducta privada. Y es que si bien todo funcionario y
servidor público, de todo nivel, se halla sujeto a imperativos de
comportamiento con relación al Estado y a los ciudadanos destinatarios
de los servicios públicos – puntualidad, decoro, cabalidad en el
desempeño de la función, corrección de trato, etcétera –, existe identidad
entre el deber elemental de cumplir la función para la que se fue elegido,
nombrado, designado, encargado o comisionado y la función misma, de
modo tal que no es necesaria mayor digresión respecto al procesado

[9] Ver: Acuerdo Plenario Nº 5-2008/CJ-116, de fecha 18 de julio del 2008. Fund. 21

23
Exp. Nº 17-07 24

Robin Juan Rosas Sánchez, quien teniendo a su cargo la investigación


de la comisión de un presunto delito de usurpación, se valió dolosamente
de ello para obtener un indebido provecho económico, maximizando el
desvalor de su acción al solicitar directamente dinero a su coacusado
González López, contraviniendo su rol constitucional: “La Policía Nacional
tiene por finalidad fundamental garantizar, mantener y restablecer el orden interno.
Presta protección y ayuda a las personas y a la comunidad. Garantiza el cumplimiento
de las leyes (…) Previene, investiga y combate la delincuencia. (…)”[10].

4.7) Finalmente, por el Principio de Proporcionalidad[11] y Razonabilidad, la


pena no puede sobrepasar la responsabilidad por el hecho; consagrado
en el numeral VIII del Título Preliminar del Código Penal,
teniendo en consideración las circunstancias en que se suscitaron los
hechos.

“La proporcionalidad en esta última instancia, mide el impacto que sobre los
ciudadanos tiene la intervención estatal, de la lógica de la moderación en el ejercicio del
poder con la carga o el deber de punir que al Estado incumbe. Su razón de ser reside
en la necesidad de legitimar la acción estatal por el fin al que sirve que, es por lo
demás, el que determinará el peso y la medida de los instrumentos que lícitamente
pueden utilizarse (Pena), para evitar así que el ciudadano se convierta en un mero
objeto o destinatario de la intervención pública. El problema de los límites al “ius
puniendi” preocupa, y preocupa con razón, porque el Estado social de nuestro tiempo
tiene una declarada vocación intervencionista. Y, sobre todo, porque la intervención
penal es, siempre, una intervención traumática, dolorosa, restrictiva, con elevadísimos
“costes sociales”. [12]
En ese orden de ideas, conviene precisar, “(…) que una eventual constatación
por parte de la justicia constitucional de la violación el derecho a ser juzgado dentro de
un plazo razonable no puede ni debe significar el archivo definitivo del proceso penal

[10] Ver: Artículo 166° de la Constitución Política del Perú.


[11] Ver: Acuerdo Plenario N° 1/2000 - En Chiclayo, su fecha 13 de octubre del 2000.
[12] Antonio Garcia – Pablos de Molina, Derecho Penal – Parte General, Fundamentos,
Editorial Universitaria Ramon Areces, Madrid, 2009, pg. 479

24
Exp. Nº 17-07 25

como si de un pronunciamiento sobre el fondo del asunto, equivalente a una decisión


de absolución emitida por el juez ordinario, sino que más bien, actuando dentro del
marco constitucional y democrático del proceso penal, lo que, corresponde es la
reparación in natura por parte de los órganos jurisdiccionales que consiste en emitir en
el plazo más breve posible el pronunciamiento definitivo sobre el fondo del asunto y
que se declare la inocencia o la responsabilidad del procesado, y la consiguiente
conclusión del proceso penal.”[13]

La Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de la Republica en el


R.N. N° 4674-2005, al emitir sentencia con fecha 28 de febrero del año
2007 ha precisado que: “(…) una de las formas reparatorias es la atenuación
proporcionada y excepcional de la pena en función a los daños sufridos por duración
excesiva del procedimiento penal (…)”

Por equidad, acogiendo el criterio asumido por la Corte Suprema en el


citado fallo; procede a la atenuación de la pena por debajo de la
solicitada por la titular de la acción penal, teniendo en consideración
para señalar su quantum el hecho de que los acusados se encuentran
sometidos a este proceso penal, desde el doce de enero del año dos mil
siete (fecha del auto apertura de instrucción).

PENA DE INHABILITACIÓN

QUINTO.- En el Acuerdo Plenario Nº 2-2008/CJ-116 de dieciocho de Julio


del año dos mil ocho la Corte Suprema de Justicia de la República ha
esclarecido que:
“(…) La pena de inhabilitación consiste en la privación, suspensión o incapacitación
de uno o más derechos políticos, económicos, profesionales y civiles del penado. A
través de esta pena se sanciona a quien ha infraccionado un deber especial propio de

[13] STC N° 03689-2008-PHC/TC, su fecha 22 de abril del 2009. Fund. 10

25
Exp. Nº 17-07 26

su cargo, función, profesión, comercio, industria o relación familiar; o a quién se ha


prevalido de su posición de poder o de dominio para delinquir (…)”

En el mismo Acuerdo, la Corte Suprema ha establecido que la pena de


inhabilitación que se impone a los funcionarios públicos en el ámbito de los
Delitos Contra la Administración Pública constituye siempre una pena
principal. Conforme a los artículos 426° y 432° del Código punitivo, el delito
de colusión se halla sancionado con pena de inhabilitación de uno a tres años
conforme al artículo 36º incisos 1 y 2: “1. Privación de la función, cargo o comisión
que ejercía el condenado, aunque provenga de elección popular; 2. Incapacidad para obtener
mandato, cargo, empleo o comisión de carácter público”.

Como se ha visto y probado, el acusado Rosas Sánchez, en calidad de


funcionario público, abusó de esa condición e incumplió deberes elementales
de su función, como es la de combatir la delincuencia y no ser parte de ella;
por esta razón, y según las razones que en las pautas para la determinación de
la pena privativa de la libertad se han establecido, esta Sala se inclina por la
pena de inhabilitación máxima.

LA REPARACION CIVIL:

SEXTO.- Con respecto a la Reparación Civil, se debe tener presente lo


dispuesto por la Corte Suprema de la República en el Recurso de Nulidad
número doscientos dieciséis – dos mil cinco, de fecha catorce de abril de dos
mil cinco, que señala que ésta importa el resarcimiento del bien o
indemnización por quien produjo el daño delictivo, cuando el hecho afectó los
intereses particulares de la víctima, que conforme lo estipulado por el artículo
93° del Código Penal, la reparación civil comprende: a) la restitución del bien

26
Exp. Nº 17-07 27

o, si no es posible, el pago de su valor; y b) la indemnización de los daños y


perjuicios.

En Acuerdo Plenario N° 6-2006/CJ-116 (trece de Octubre del año dos


mil seis), la Corte Suprema de Justicia de la República ha establecido:

“(…) 6. El proceso penal nacional, regulado por el Código de Procedimientos Penales,


acumula obligatoriamente la pretensión penal y la pretensión civil. El objeto del proceso
penal, entonces, es doble: el penal y el civil. Así lo dispone categóricamente el artículo
92° del Código Penal, y su satisfacción, más allá del interés de la víctima –que no
ostenta la titularidad del derecho de penar, pero tiene el derecho a ser reparada por los
daños y perjuicios que produzca la comisión del delito-, debe ser instado por el
Ministerio Público, tal como prevé el artículo 1° de su Ley Orgánica. El objeto civil se
rige por los artículos 54° al 58, 225°.4, 227° y 285° del Código de Procedimientos
Penales y los artículos 92° al 101° del Código Penal –este último precepto remite, en
lo pertinente, a la disposiciones del Código Civil-. A partir de esas normas, nuestro
proceso penal cumple con una de sus funciones primordiales: la protección de la víctima
y aseguramiento de la reparación de los derechos afectados por la comisión del delito, en
cuya virtud garantiza ‘...la satisfacción de intereses que el Estado no puede dejar sin
protección’ (ASENCIO MELLADO, JOSÉ MARÍA: Derecho Procesal Penal,
Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 2004, página 27).
7. La reparación civil, que legalmente define el ámbito del objeto civil del proceso penal
y está regulada por el artículo 93° del Código Penal, desde luego, presenta elementos
diferenciadores de la sanción penal; existen notas propias, finalidades y criterios de
imputación distintos entre responsabilidad penal y responsabilidad civil, aún cuando
comparten un mismo presupuesto: el acto ilícito causado por un hecho antijurídico, a
partir del cual surgen las diferencias respecto de su regulación jurídica y contenido entre
el ilícito penal y el ilícito civil. Así las cosas, se tiene que el fundamento de la
responsabilidad civil, que origina la obligación de reparar, es la existencia de un daño
civil causado por un ilícito penal, el que obviamente no puede identificarse con
‘ofensa penal’ –lesión o puesta en peligro de un jurídico protegido, cuya base se
encuentra en la culpabilidad del agente-[la causa inmediata de la responsabilidad penal
y la civil ex delicto, infracción / daño, es distinta]; el resultado dañoso y el objeto sobre
el que recae la lesión son distintos.

8. Desde esta perspectiva el daño civil debe entenderse como aquellos efectos negativos
que derivan de la lesión de un interés protegido, lesión que puede originar consecuencias
patrimoniales y no patrimoniales. Una concreta conducta puede ocasionar tanto (1)

27
Exp. Nº 17-07 28

daños patrimoniales, que consisten en la lesión de derechos de naturaleza


económica, que debe ser reparada, radicada en la disminución de la esfera patrimonial
del dañado y en el no incremento en el patrimonio del dañado o ganancia patrimonial
neta dejada de percibir–menoscabo patrimonial-; cuanto (2) daños no
patrimoniales, circunscrita a la lesión de derechos o legítimos intereses existenciales
–no patrimoniales- tanto de las personas naturales como de las personas jurídicas –se
afectan, como acota ALASTUEY DOBÓN, bienes inmateriales del perjudicado,
que no tienen reflejo patrimonial alguno- (Conforme: ESPINOZA ESPINOZA,
JUAN: Derecho de la responsabilidad civil, Gaceta Jurídica, 2002, páginas
157/159) (…)”.

Bajo el término “reparación civil” nuestro ordenamiento penal se


refiere tanto a la “restitución” como “indemnización”. La primera de tales
formas constituye la reparación por antonomasia, in natura, la que se
constituye por la devolución del bien, la rectificación por el honor y la
reputación afectada, entre otros. La indemnización, en ocasiones como
complemento, en ocasiones como sustitución de una restitución insatisfactoria
o impracticable, constituye la forma de componer el perjuicio económico, la
disminución del patrimonio e inclusive la compensación por daños que no
pueden ser estimados ni valorados en dinero.

CONCLUSIÓN:

Al caso sub-examiné resulta de aplicación también los artículos 6°, 11°,


12°, 23°, 28°, 29°, 36° incisos 1 y 2, 45°, 46°, 92°, 93°, 95°, así como el
segundo párrafo del 393° y primer párrafo del 397° del Código Penal;
concordante con los artículos 136°, 285° y 286° del Código de Procedimientos
Penales.

DECISIÓN:

28
Exp. Nº 17-07 29

Fundamentos por los cuales la Primera Sala Penal Liquidadora de la


Corte Superior de Justicia de Lima, con el criterio de conciencia que la ley
autoriza y administrando justicia a nombre de la Nación.

FALLA:

CONDENANDO a ROBIN JUAN ROSAS SANCHEZ como


autor del delito contra la Administración Pública - cohecho pasivo propio -
en agravio del Estado; y a EMILIANO JUSTO GONZALEZ LOPEZ,
como autor del delito contra la Administración Pública - cohecho activo
genérico - en agravio del Estado.

IMPONIÉNDOLE:

Al sentenciado Robin Juan Rosas Sánchez SEIS AÑOS DE PENA


PRIVATIVA DE LA LIBERTAD EFECTIVA, la misma que con
descuento de la carcelería que sufrió desde el día diez de setiembre del año dos
mil ocho (ver oficio de internamiento a fojas 959) hasta el día veintiuno de
abril del año dos mil nueve (ver oficio de excarcelación a fojas 1052), y desde
el cinco de enero del año dos mil doce (lectura de la presente Sentencia)
vencerá el día veintitrés de mayo del año dos mil diecisiete.

Y, al sentenciado Emiliano Justo González López CUATRO AÑOS


DE PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD, suspendida condicionalmente
por el término de prueba de TRES AÑOS, bajo las siguientes reglas de
conducta: a) No variar de domicilio sin previo aviso del Juez de la causa; b)
No cometer nuevo delito doloso; c) Concurrir cada sesenta días al local del

29
Exp. Nº 17-07 30

Juzgado, a efectos de registrar su firma en el cuaderno de control respectivo y


justificar sus actividades; y, d) Cancelar el monto de la reparación civil; bajo
apercibimiento de aplicarse lo dispuesto por el artículo 59° del Código
Penal[14], en caso de incumplimiento de las reglas de conducta impuestas.

FIJARON:

En la suma de TRES MIL NUEVOS SOLES monto que por


concepto de reparación civil deberán abonar los sentenciados en forma
solidaria a favor del Estado, conforme lo señala el artículo 95° del Código
Penal.

ESTABLECIERON:
Al sentenciado Robin Juan Rosas Sánchez inhabilitación por el
término de TRES AÑOS, de conformidad con el 36° inciso 1 y 2 del Código
Penal[15].

DISPUSIERON:

Oficiar al INPE para el internamiento del sentenciado ROBIN JUAN


ROSAS SANCHEZ en el Establecimiento Penal correspondiente.
‘ORDENARON:

[14] “Si durante el período de suspensión el condenado no cumpliera con las reglas de conducta impuestas o
fuera condenado por otro delito, el Juez podrá, según los casos: 1. Amonestar al infractor; 2. Prorrogar el
período de suspensión hasta la mitad del plazo inicialmente fijado. En ningún caso la prórroga acumulada
excederá de tres años; o 3. Revocar la suspensión de la pena.”
[15]“(…) 1. Privación de la función, cargo o comisión que ejercía el condenado, aunque provenga de elección
popular; 2. Incapacidad para obtener mandato, cargo, empleo o comisión de carácter público(…);”

30
Exp. Nº 17-07 31

De conformidad con el fundamento expuesto en el tercer considerando


de la presente resolución, remitir copias certificadas de las principales piezas
procesales obrantes en autos al Fiscal Provincial Penal de Turno de Lima, y al
Ilustre Colegio de Abogados de Lima, a efectos de que se pronuncie conforme
a sus atribuciones.

MANDARON:

Que consentida y/o ejecutoriada que sea la presente sentencia se tome razón donde
corresponda, se proceda a expedir los boletines y testimonios de condena, archivándose
definitivamente lo actuado en su oportunidad, con conocimiento del Juez de la causa.-
S.S.

MARCO ANTONIO LIZARRAGA REBAZA [16] JUANA ESTELA TEJADA SEGURA


PRESIDENTE y D.D. JUEZ SUPERIOR

CESAR IGNACIO MAGALLANES AYMAR


JUEZ SUPERIOR

[16] Director de Debates – EXP. N° 17-07-LCRM

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