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Universidad del Rosario

Estudiante
Administración de Negocios Internacionales
Negocios Internacionales y La Organización
Valentina Acosta
Stefany Villamarin
Juliana Cabiativa
Kamila Ceron
2019-2

Teoría A

Dado el boom, los empresarios colombianos comenzaron a preocuparse de la


capacitación de su personal. Lo más curioso es que las empresas habían llegado a su auge
nacidas de realidades muy populares, como Pisos Corona, que en la actualidad es uno de los
grupos económicos más importantes del país. Esta Corona nació en realidad en un pueblo
tradicional antioqueño, entre paisanos y con mucha sencillez. Entonces para capacitar a las
empresas, haber si el boom se sostenía, llegaron los nuevos intelectuales de la
administración, ‘bien educados’ en las europas y los yunais, con teorías anglófonas para
‘poner en orden’ a la economía nacional.

Ya nos menciona Sicard teorías como la “X”, la “Y” de Mc Gregor y otras muchas que
sonaban tan brillantes, tan interesantes, tan gringas, tan contextualizadas en Nueva York,
como para hacer que el boom de la industrialización colombiana tuviera futuro. Lo que
olvidaron estos nuevos engominados ejecutivos que le cambiaron el sombrero, el poncho y
las alpargatas a los patrones y pusieron a los obreros a prudencial distancia de oficinas y
burocracia, fue que la tradicional empresa colombiana había llegado al éxito sin esas teorías.
Se olvidaron que los enruanados empresarios colombianos de esa época tenían ya su propia
teoría económica, la misma que llama Sicard la “Teoría A”.
Los hijos de las máquinas

La prueba capital de que Colombia tenía (y puede y debe recuperar) su propia teoría
económica nacional y original, fue este nombre gringo (digo “gringo” con respeto): Charles
H. Savage y su obra “Sons of the Machine: Case Studies of Social Changes in the Workplaces“.

La cultura del trabajo

1. Resalta nuestro concepto cultural de destino, un poco similar a aquel asiático, es


decir, fatalista. Basta oir frases que nos son muy familiares como “así es la vida”, “qué más
se le puede hacer”, “matrimonio y mortaja del cielo bajan” y la canción aquella “los caminos
de la vida no son como yo pensaba”, entre muchos otros ejemplos.

El patrón colombiano

2. El padre de familia, los patrones y los dones es el segundo aspecto destacado por
Savage: nuestro sentido estricto de la autoridad descansa en la figura del padre de familia
sin importar su condición económica: el taita, palabra actualmente olvidada en el contexto
antioqueño, pero preservada en el centro del país (Boyacá, Cundinamarca…)

La plaza

3. Otros aspectos culturales que incidían en esa escuela económica colombiana eran
cosas como la plaza (no esos bunqueres inmensos de cemento de nombres largos para
‘exposiciones internacionales’ que para nada se diferencian de cualquiera de otro en el
mundo o los centros comerciales (copias del mercado estadounidense con aire
acondicionado a donde entran los niños de clase media).

Sicard la llama la teoría A porque esta nace en Antioquia con esa vieja clase
empresarial antioqueña que llevaba el desarrollo al estilo de lo que describe Savage.
Esa teoría A ya estaba siendo aplicada en Bogotá, Boyacá, la Costa y el Valle cuando fue
derribada a su decadencia por el afán de importar modelos que no necesitábamos.

Ahora vemos cómo surgen las economías asiáticas en el plano mundial. Seguramente
muchos jóvenes ejecutivos colombianos están afanados por estudiar los secretos del éxito
industrial de países como China, Tailandia, Japón, Singapur, Vietnam… Yo, que vivo en Asia,
puedo decir ese secreto de ellos: autenticidad.

Si hay algo que debemos copiar es autenticidad y descubrir nuestra historia.


Una mañana pasé ante uno de esos rascacielos de Bangkok. Los ejecutivos con
corbatas ajustadas como si estuvieran en la fría Bogotá, se apresuraban a entrar después de
salir de sus finos carros. Pero un detalle me llamó la atención. A la entrada de aquel moderno
edificio había un pequeño altar a Buda y cada uno de estos altos ejecutivos se detenía frente
el altar y lo venerabe antes de entrar.

Esos ejecutivos asiáticos qué tanto nos admiran, rezan antes de entrar a sus
reuniones de junta, como lo hacían nuestros viejos patrones ya olvidados a los santos en
nuestra tierra.

Porque en Asia la cultura es un elemento esencial a su desarrollo. Todo lo que


constituye su identidad se defiende en lo cotidiano. Si los tailandeses piensan que el budismo
es parte constituyente de su ethos, eso no lo van a olvidar nunca. Si entras a uno de esos
modernos centros comerciales, vas a encontrar por todos lados las señas culturales de que
estás en Tailandia y no en cualquier centro comercial del mundo.

Porque mientras nosotros construimos centros comerciales lo más parecido a los


mall gringos posible, los asiáticos construyen los centros comerciales que, modernos, sea lo
más parecido a su propia identidad.
Seguramente muchos de estos empresarios asiáticos han leido a Savage y leyeron
que en Colombia existe una cosa que se llama la cultura del trabajo y que parte de dar espacio
a las redes sociales dentro de la producción. A pensar a la industria como un hogar, más que
como un serio lugar de relaciones verticales.

Cuando miro en televisión esos políticos de ciertos países cuyas economías están en
la miseria y los miro con finas corbatas, se me ocurre esta frase: la corbata no dice nada, la
usa cualquiera.

Sólo que acá, la pretensión es presentar aquellas fortalezas y virtudes de tres de


ellos que puedan hallar émulos entre las nuevas generaciones de empresarios. Se hace
necesario y urgente presentar estos “modelos” de empresarios porque, a diferencia de
cuanto se percibe hoy entre los propietarios y dirigentes de las empresas, estos hombres
“no sólo se preocuparon por generar riqueza, sino que dedicaron gran parte de su tiempo
a impulsar diversas obras sociales...”. Del estudio de Charles Savage se desprende que
“Dones” eran no sólo los patrones sino aquellos padres de familia que tenían a su cargo
la dirección de la empresa3. Unos y otros concertaban en lo relativo a los sistemas de
trabajo y pago. Sus relaciones, con un acentuado sello paternalista, trascendían, sin
embargo, lo estrictamente económico laboral y se extendían al ámbito familiar y
comunitario. Eran relaciones que se distinguían entre muchos otros rasgos por el respeto
y el afecto. Aquí, entonces, si bien se hace alusión al carácter de tres “patrones”, se les va
a designar como “Dones” para efectos de diferenciar su estilo de dirección. Savage
describe el tejido de relaciones paternales entre “Don” Eduardo y sus tres hijos, y los
“dones” padres de familias que trabajaban en las fábricas y asumían ese modo de vida
como su “destino”. La gerencia taylorista introducida por los “Doctores”.

EL ESTILO “DON” EN LA DIRECCIÓN DE EMPRESAS104Universidad de Medellín fue


contraproducente con los sentimientos de equipo, la productividad y el paternalismo
anteriores4.Fue en la década de los años sesenta cuan-do se produjeron cambios
significativos en el ámbito de las grandes firmas en Colombia, especialmente en Antioquia.
Aparte de que se crearon firmas importantes, con tecnología avanzada, con producción
orientada no sólo al abastecimiento del mercado interno sino para satisfacer las
demandas de exportación, se produjeron transformaciones significativas en su estructura,
pues empezaron a aparecer los departamentos de “relaciones industria-les” que habrían
de encargarse de “teorizar e investigar acerca de la convivencia de los hombres y las
maquinarias”5. Era el estilo de dirección científica, podría decirse que latechné de la
administración. Desde allí, desde ese departamento, se calculaban las relaciones con los
trabajadores y entre éstos y las maquinarias, aunque pensando siempre en cómo hacer
más eficiente la organización.

TOMADO DE:

https://pasaportecolombiano.wordpress.com/2008/04/28/la-teoria-a-de-la-economia-
colombiana/
https://outlook.live.com/mail/sentitems/id/AQMkADAwATYwMAItYTMwZi1mZDcxLTAwAi
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