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Las fracturas aisladas de los huesos del carpo son poco frecuentes y de diagnóstico difí-
cil. La tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) son las pruebas
complementarias indispensables para su diagnóstico. Hay que desconfiar de las asocia-
ciones lesionales y buscar especialmente las lesiones carpometacarpianas, que suelen
pasar desapercibidas en las fracturas de los huesos de la segunda fila, y las luxaciones
intracarpianas reducidas espontáneamente. El piramidal es el hueso del carpo que se
fractura con más frecuencia (después del escafoides). Por lo general se trata de una
lesión por compresión con separación de un fragmento posterior. La fractura de la apó-
fisis unciforme del hueso ganchoso suele pasar desapercibida; a menudo se produce tras
un traumatismo poco espectacular (traumatismo deportivo con el mango de un objeto)
y suele diagnosticarse en el estado de seudoartrosis por las complicaciones. Aisladas, las
fracturas de los huesos del carpo no suelen estar desplazadas y su tratamiento por lo
común es ortopédico conservador. Cuando se asocian a otras lesiones, el tratamiento es
con más frecuencia quirúrgico.
© 2013 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.
Palabras clave: Fractura de los huesos del carpo; Tomografía computarizada; Piramidal;
Hueso ganchoso; Apófisis unciforme del hueso ganchoso
Cuadro 1.
Frecuencia relativa de las fracturas de los huesos del carpo según los autores.
Garcia-Elias [8] Hey et al [9] Borgeskov Kuderna [44] Teisen y Wulff y
(%) (n = 162) (%) et al [10] (n = 2047) Hjarbaek [11] Schmidt [2]
(n = 147) (%) (%) (n = 3256) (niños) (%)
(%)
Semilunar 3,9 1,4 1,4 1,3 0,5 0
Piramidal 18,3 19,1 20,4 7,3 18 2,5
Pisiforme 1,3 2,8 0,7 0 1,5 0
Trapecio 4,3 0,7 3,5 0,8 2,9 0
Trapezoide 0,4 0 0,7 0,2 0,2 2,5
Hueso grande 1,9 0,7 1,4 0,2 1,1 2,5
Hueso ganchoso 1,7 3,5 0,7 0,2 2,3 2,5
Escafoides 68,2 69,7 71,2 89,7 73,5 90
4
1
5
2 6
3 7
8
A B
Figura 3. Fractura del semilunar.
A. Fractura reciente del semilunar en un adolescente.
B. Fragmentación del semilunar en el cuadro de una enfermedad de Kienböck. Se adivina en la proyección lateral la densificación del
semilunar y el aplastamiento del semilunar que acompaña a menudo a estas fragmentaciones.
A B
C D
Figura 5. Fractura del tubérculo posterior del piramidal.
A. La fractura sólo es visible en la proyección lateral.
B, C. Por el contrario, la fractura se identifica fácilmente en dos imágenes de TC (dos pacientes diferentes).
D. Imagen en reconstrucción 3D en la que se observa un fragmento de gran tamaño (flecha), aunque el tratamiento es conservador.
A B C D
Figura 9. Clasificación de Walker de las fracturas del trapecio.
A. Fracturas horizontales.
B, C. Fracturas parcelarias.
D. Fractura parcelaria que va hacia el trapezoide.
E. Fractura vertical.
F. Fractura conminuta.
E F
A B
Figura 11. Fractura desplazada del hueso grande con osteosíntesis.
A. Imagen radiográfica. La cabeza ya no está en el plano del cuerpo.
B. Imagen de TC de la fractura y de su desplazamiento.
C. Resultado a 2 años de seguimiento tras osteosíntesis con tornillos enterra-
dos. Resultado excelente con movilidad prácticamente completa.
A B
Figura 13. Fractura de la apófisis unciforme
del hueso ganchoso.
A. En proyección anteroposterior, se puede sos-
pechar la fractura si el gancho se visualiza mal
(normalmente forma una C).
B. En la proyección en incidencia del túnel del
carpo, la fractura de la apófisis unciforme tam-
bién se visualiza mal por fuera del pisiforme. El
dolor suele impedir que los pacientes hagan una
extensión completa.
C. La TC permite analizar correctamente este
tipo de fractura.
A B
Figura 14. Osteosíntesis de una fractura de la apófisis unciforme del
hueso ganchoso por vía anterior.
A. Aguja guía sobre la que se introducirá el tornillo enterrado.
B. Control en proyección anteroposterior.
C. Control en proyección lateral.
anteroposterior, el signo más constante es una discreta prueba de tracción del gancho del hueso ganchoso (hook
traslación cubital del quinto metacarpiano; los otros son of hamate pull test) sería un elemento clínico que sugeri-
la pérdida del paralelismo articular, la asimetría o el cabal- ría esta fractura [38] (Fig. 12). El paciente coloca su muñeca
gamiento de la interlínea [36] . en inclinación cubital marcada, los dedos en flexión, y
La tracción ejercida por el extensor cubital del carpo resiste a la tentativa del examinador de abrir los dos dedos
sobre el metacarpiano y el mecanismo de las lesiones cubitales. Esta prueba hace aparecer el dolor, ya que la con-
(puñetazo) explican que el 90% de los desplazamientos tracción de los flexores en inclinación cubital ejerce un
sean posteriores. La pérdida de la congruencia articular apoyo sobre la fractura (o la seudoartrosis). Las radiogra-
hace necesaria la fijación de esta fractura mediante agu- fías estándar raramente son explícitas y las proyecciones
jas percutáneas o con tornillos. La reducción anatómica específicas son difíciles de realizar de urgencia (Fig. 13).
del cuarto metacarpiano permite, gracias a las insercio- Así mismo, la clásica desaparición de la apófisis unciforme
nes ligamentarias, la reducción automática del quinto, en la proyección anteroposterior es un signo clásico que
más móvil [37] . El resultado final depende de la calidad del suele faltar. Se han descrito tres tipos de fracturas de la apó-
cartílago carpometacarpiano así como de la existencia de fisis unciforme del hueso ganchoso: las fracturas distales,
lesiones asociadas de los tejidos blandos [32, 33] . Aunque el que corresponden al arrancamiento del retináculo flexor
hueso ganchoso tiene una vascularización doble, anterior (raras, menos del 10%); las fracturas intermedias (60%), y
y posterior, sin anastomosis entre los dos sistemas, esto las fracturas de la base (30%).
no parece predisponer a una seudoartrosis [13] . La apófisis unciforme está fija por todas partes, por el
Las fracturas de la apófisis unciforme del ganchoso, retináculo de los flexores por fuera, por el ligamento piso-
mucho más frecuentes, se producen especialmente en los ganchoso por dentro, así como por los músculos oponente
deportistas que utilizan el mango de un objeto (sobre todo del meñique y abductor del meñique. Esto explica que
tenis y golf) y suelen producirse tras el impacto del mango habitualmente estas fracturas no estén desplazadas. Por el
en la palma de la mano. También se han comunicado contrario, el paso hacia fuera de los flexores produce ten-
muchas fracturas de estrés (escalada, flexiones, golf). Su siones intermitentes que son el origen de la elevada tasa
diagnóstico es difícil, ya que los signos clínicos son pobres de seudoartrosis (cinco de seis en la serie de Scheuffler).
y en ocasiones el dolor se proyecta en la región dorsal. La Por este motivo, algunos autores [39] recomiendan realizar
de forma sistemática un tratamiento quirúrgico de urgen- [7] Komura S, Yokoi T, Nonomura H, Tanahashi H, Satake T,
cia (Fig. 14). Sin embargo, si estas fracturas se diagnostican Watanabe N. Incidence and characteristics of carpal fractures
en los 7 días siguientes al traumatismo, parece suficiente occurring concurrently with distal radius fractures. J Hand
realizar un tratamiento ortopédico mediante inmoviliza- Surg [Am] 2012;37:469–76.
ción durante 6 semanas, especialmente en las fracturas [8] Garcia-Elias M. Carpal bone fractures (excluding scaphoid
de la base poco desplazadas [40] . Las fracturas intermedias fractures). En: Watson HK, Weinberg J, editores. The wrist.
parecen más susceptibles de no consolidación y algunas Philadelphia: Lippincott-Williams and Wilkins; 2001. p. 174.
publicaciones comunican el tratamiento mediante atorni- [9] Hey HW, Chong AK, Murphy D. Prevalence of carpal fracture
llado por vía palmar o dorsal sin complicaciones nerviosas in Singapore. J Hand Surg [Am] 2011;36:278–83.
y con buenos resultados [41] . Los arrancamientos de la [10] Borgeskov S, Christiansen B, Kjaer A, Balslev I. Fractures of
punta, poco frecuentes, no necesitan ningún tratamiento the carpal bones. Acta Orthop Scand 1966;37:276–87.
[11] Teisen H, Hjarbaek J. Classification of fresh fracture of the
en particular.
lunate. J Hand Surg [Br] 1988;13:458–62.
Estas lesiones, a menudo no diagnosticadas, se mani-
[12] Maquirriain J, Ghisi JP. The incidence and distribution of
fiestan como dolores crónicos o complicaciones: ruptura
stress fractures in elite tennis players. Br J Sports Med
de los flexores (14% de seudoartrosis en la serie de 2006;40:454–9, discussion 459.
Milek [39] ), sufrimiento del nervio cubital, trombosis de la [13] Panagis JS, Gelberman RH, Taleisnik J, Baumgaertner M.
arteria cubital, síndrome del túnel carpiano, lo que explica The arterial anatomy of the human carpus. Part II: the intra-
la gravedad de esta lesión. En las lesiones que se presen- osseous vascularity. J Hand Surg [Am] 1983;8:375–82.
tan de forma secundaria, el tratamiento habitual es la [14] Beckenbaugh RD, Shives TC, Dobyns JH, Linscheid RL.
extirpación simple de la apófisis unciforme. Los resultados Kienbock’s disease: the natural history of Kienbock’s
son buenos, incluso aunque, en el plano experimental, la disease and consideration of lunate fractures. Clin Orthop
extirpación de la apófisis unciforme genera una pérdida 1980;149:98–106.
del 10-15% de la fuerza [42] . Algunos autores han propuesto [15] Höcker K, Menschik A. Chip fracture of the triquetrum.
también un injerto de la apófisis unciforme [43] . No existe Mechanism, classification and results. J Hand Surg [Br]
ningún elemento científico que indique que una técnica 1994;19:584–8.
es preferible a otra. Debe realizarse una vigilancia especial [16] Levy M, Fischel RE, Stern GM, Goldberg I. Chip fractures
debido a la proximidad del pedículo cubital, cuya lesión of the os triquetrum: the mechanism of injury. J Bone Joint
representa la principal complicación de esta cirugía. Surg [Br] 1979;61:355–7.
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[19] Pierre A, Le Nen D, Hu W, Dubrana F, Saraux A, Chaise F.
• Aunque estas fracturas son poco frecuentes, Treatment of piso-triquetral pain by excision of the pisiform:
ante un traumatismo del carpo en el que las radio- report of fifteen cases. Chir Main 2003;22:37–42.
grafías parecen normales es necesario pensar en [20] Pointu J, Schwenck JP, Destree G, Séjourné P. Fractures
du trapèze. Mécanisme, anatomo-pathologie et indications
ellas. thérapeutiques. Rev Chir Orthop Reparatrice Appar Mot
• A menudo se asocian a otros traumatis- 1988;74:454–65.
mos, como las luxaciones perisemilunares y las [21] Botte MJ, von Schroeder HP, Gellman H, Cohen MS. Fracture
fracturas-luxaciones carpometacarpianas, que hay of the trapezial ridge. Clin Orthop 1992;276:202–5.
que investigar igualmente. [22] Cordrey LJ, Ferrer-Torells M. Management of fractures of the
• La prueba complementaria de elección es la greater multangular. Report of five cases. J Bone Joint Surg
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tomografía computarizada. Muestra las lesiones,
[23] Walker JL, Greene TL, Lunseth PA. Fractures of the body of
su gravedad y las posibles lesiones asociadas. the trapezium. J Orthop Trauma 1988;2:22–8.
• Las fracturas no desplazadas se tratan orto- [24] McGuigan FX, Culp RW. Surgical treatment of intra-
pédicamente, de forma conservadora; las otras articular fractures of the trapezium. J Hand Surg [Am]
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Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Dumontier C, Soubeyrand M, Carmès S. Fracturas de los huesos
del carpo (excepto el escafoides). EMC - Aparato locomotor 2013;46(4):1-10 [Artículo E – 14-714].
Disponibles en www.em-consulte.com/es
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