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Quinta Unidad

Tarea: Formas de Fracasar un Proyecto (Actividad A)

Después de leer el capítulo 11 del recurso Sistemas de información Gerencial, Kenneth


C. Laud on Jane P. Laudon 12ava Edición, y el recurso Modelo de Madurez de un
proyecto, en un procesador de palabra haz un documento donde realices un análisis
de los 10 principales motivos por los que un Proyecto Fracasa. Puedes auxiliarte de la
Web para realizar este análisis.

1. Los objetivos no están claramente definidos.


2. El equipo no está comprometido con el proyecto.
3. Gestión inadecuada.
4. Falta de confianza entre los socios.
5. Los responsables del proyecto carecen de habilidades de integración.
6. Resolución demasiado lenta de los problemas.
7. No se progresa de forma constante.
8. Falta de comunicación entre los socios.
9. Equipos débiles o seleccionados incorrectamente.
10. Los conflictos de los socios no es resolver de forma constructiva.

Las causas de que un proyecto no se culmine con éxito suelen ser múltiples e
interrelacionadas, pero a continuación expondremos algunas de las principales:

Falta de planificación
En ocasiones, sobre todo en empresas con bajo nivel de madurez en Dirección
de Proyectos, los proyectos no se planifican adecuadamente. Muchas
organizaciones creen estar planificando un proyecto de forma correcta cuando
solamente desarrollan un cronograma y un presupuesto. Aunque estos
elementos son importantes, planificar un proyecto va mucho más allá, e implica
diversas áreas como las comunicaciones, recursos humanos, adquisiciones, etc.

Mala gestión de los recursos humanos


Dentro de este apartado se podrían incluir muchos motivos por los que los
proyectos fracasan: equipos de proyecto mal confeccionados, falta de
motivación, ausencia de liderazgo, etc. Para que un proyecto alcance sus
objetivos es primordial que cuente con el personal adecuado y que esté
implicado con sus tareas.
Falta de compromiso de los principales stakeholders
En la mayoría de los proyectos pueden encontrarse múltiples interesados tanto
de la propia organización como externos a ella. La falta de compromiso con los
objetivos del proyecto de cualquier stakeholders con poder puede ser decisiva
para disminuir las opciones de éxito en el proyecto.

Planificación demasiado optimista


Muchos proyectos, generalmente por motivos comerciales, ofrecen más de lo
que pueden dar y se comprometen a terminar en unos plazos y con unos costes
poco realistas. En otras ocasiones, esta planificación demasiado optimista no es
fruto de un afán especulativo, sino que es debida a las malas estimaciones
causadas por el desconocimiento.

Mala gestión de los riesgos


Un proyecto aparentemente bien planificado puede venirse abajo si no se ha
realizado una correcta gestión de los riesgos. Las amenazas a las que se
enfrenta el proyecto deben ser identificadas desde su inicio, para planificar
respuestas y dejar los oportunos “colchones” económicos y temporales.

Deficiente control de cambios


Todo posible cambio en el proyecto debe ser evaluado y aprobado por la
autoridad correspondiente si es que se considera oportuno. Si no se mantienen
controlados, los cambios pueden hacer que el proyecto derive alejándose de
sus objetivos. En muchas ocasiones los grandes cambios son menos
problemáticos, ya que debido a su importancia se controlan con más atención,
y es la suma de pequeños cambios, que pasa inadvertida, la que provoca
verdaderos problemas.

No definir una fecha límite.


Si no lo haces, hay muchas probabilidades de que el proyecto se quede en un simple
sueño y no llegue nunca a buen puerto. Esta es la mejor motivación para lograr las
metas; te ayudará a saltar de la cama cada día para lograr lo que quieres. ¿Sientes la
fecha límite como una presión? ¿Te da miedo no poder cumplirla? La fecha no es el fin
en sí mismo, así que no alcanzarla no significa fracasar. Si no la has alcanzado, al
menos vas a estar mucho más cerca de tu meta. Si llega el caso, ajústala de nuevo y
continúa.
Miedo al fracaso.

Los momentos en los que aparecen dudas son los peores. No estás seguro de llegar a
tu destino y te martirizas pensando si vale la pena todo el esfuerzo. ¿Sabes qué? Si no
intentas hacer algo porque tienes miedo a fallar, ya has fallado. El miedo al
fracaso hace que una mala relación se convierta en un mal matrimonio y que un
trabajo odioso se convierta en una prisión de por vida. La falta de decisión es una
decisión en sí misma.

Miedo al éxito.

Es menos evidente y más habitual de lo que parece. ¿Qué pasa si lo consigo? Tu cabeza
empieza a sabotear la situación, inventando una serie de situaciones incómodas que
crees que provocará el éxito. En este caso, hay que volver al punto 1 (¿por qué estoy
haciendo esto?) y mirar las cosas con perspectiva. Piensa en el beneficio que obtienes
si finalizas el proyecto con éxito, en que estarás más cerca de tu forma ideal de vida.

Objetivos demasiados ambiciosos.

Muchas veces en el afán de querer resolver ‘todos’ los problemas n a los pobladores
pobres, generamos proyectos con objetivos muy ambiciosos, o –dicho de otra forma-
objetivos que son muy difíciles de lograr con los recursos que disponemos. Por
ejemplo, sería muy loable que un proyecto de lechería caprina ‘saque’ a los pequeños
productores de la pobreza y les mejore su nivel y calidad de vida. No obstante, lo
común en el marco de las políticas sociales en los noventa (programas o fondos de
emergencia social, focalizados en la pobreza y con baja disponibilidad de recursos) es
que un programa para apoyar estos proyectos permita -en el mejor de los casos- aliviar
el impacto de la crisis y crear sólo un ingreso complementario. En tal sentido, esta
realidad, debe estar claramente expresada mediante los objetivos del proyecto y
ampliamente reconocida por los beneficiarios. El creer que por sólo colocar objetivos
ambiciosos el proyecto será un éxito, es un grave error en tanto crea falsas
expectativas entre sus usuarios.

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