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DISCUSIÓN

La mayor proporción, tanto en casos y controles, son mujeres casadas concordante a los hallazgos de Pérez-
Martínez C. et. al.(33) que menciona que sólo 43,18% de las mujeres casadas refieren una función sexual
adecuada y Blümel J. et. al. refirieron que el 68% de las mujeres que dejaban de tener actividad sexual, eran
casadas(34). Asimismo, mencionar que el estado conyugal de casada es el más frecuente en la población
peruana con una 30,8% (INEI, 2014). Otra característica sociodemográfica frecuente encontrada fue el grado
de instrucción secundaria, semejante a lo que ocurre en el Perú; donde el 32,3% de las mujeres mayores
de 25 años tiene educación secundaria, seguida de 28,9% para educación primaria (INEI, 2014). Además,
tener 2 hijos o más fue la condición de paridad más frecuente tanto en los casos y controles y según Figueroa
R. et. al. (10) refiere un promedio de 2,8±1,5 hijos en mujeres con disfunción sexual.
Entre los factores estudiados que no se encontró asociado al síndrome metabólico, no concordando con el
estudio realizado en Piura (35) quien encontró asociación con diabetes mellitus en los primeros años
postmenopausia, aunque cabe mencionar que la diabetes mellitus podría ser parte de la definición de
síndrome metabólico; lo que estaría solapado por los otros componentes del síndrome, además otro estudio
lo asocian a deseo sexual (17)que en nuestro estudio fue medido sólo en una dimensión del instrumento.
Debemos tener en cuenta que los criterios diagnósticos del síndrome metabólico han sido sujeto de muchas
definiciones, el uso de diferentes definiciones para el diagnóstico, podría condicionar una variación en la
frecuencia del síndrome metabólico en la población, según una u otra definición; y claro con ello modificar
las asociaciones que esta pueda presentar. Uno de los puntos discordantes en las definiciones es la
obesidad abdominal, la IDF considera que debiera ser el principal criterio diagnóstico y excluyente para
diagnosticar síndrome metabólico(36). La OMS no lo considera como el criterio principal, y para el ATP III
es un componente de los cinco propuestos, pero no excluyente para diagnosticar síndrome metabólico;
aspectos que pueden haber influenciado en la no presencia de asociación de nuestros hallazgos.
Un estudio realizado en población Chilena (38) menciona que la disfunción sexual en mujeres está asociada
con diversos factores psicodemográficos como jubilada, grado de instrucción superior, pobre salud física
(percepción de enfermedad) y mental (ansiedad y depresión); semejante a lo encontrado en nuestro estudio
donde ansiedad, el estado de salud enferma, fumar; el estado civil de casada y conviviente están asociados.
Además existen otros estudios que refieren a la menopausia asociada a la disfunción sexual(39), pero
nuestros resultados no lo evidenciaron; quizás debido a la frecuencia de disfunción sexual en no
menopaúsicas fue 30,9% (87) comparada a 44,26% (27) en menopaúsicas (24).
Otras variables estudiadas como comorbilidades ginecológicas, consumo de alcohol y uso de fármacos no
se encontraron asociadas a disfunción sexual, sin embargo, se encontró mayor frecuencia de mujeres con
disfunción sexual; en quienes consumen hormonas y según Blümel JE. y col. (38) refieren el uso de terapia
de reemplazo hormonal está asociado a disfunción sexual. Kusnetzoff J. (42) describe como las causas más
frecuentes de anorgasmia: 1) un conflicto conyugal; 2) una falla orgásmica accidental debida a cansancio,
preocupaciones, desconcentración; 3) la ingestión de medicamentos inhibitorios; 4) un estado advertido o
no, que probablemente en nuestro estudio se estén presentando pero al no haber sido evaluadas podrían
estas ser de mayor importancia; si tomamos en cuenta que según un estudio realizado en 3 regiones del
Perú (Lima, Pucallpa y Huancayo) las mujeres refieren haber sufrido de sufre agresión física (45,1%),
maltrato emocional (58,6%) y ha tenido o tiene relaciones sexuales no deseadas o por obligación
(28,3%)(44). El contar con una tasa de no participación de aproximadamente 25% de las mujeres
inicialmente seleccionadas, podría sesgar el estudio a que probablemente las más enfermas aceptaron
ingresar al estudio. Según los resultados obtenidos se concluye que la disfunción sexual femenina está
asociada con el estado civil viuda, riesgo de ansiedad, percepción del estado de salud como enferma y el
hábito de fumar; y como factor protector el estado civil casada.
DISCUSIÓN
Una alta prevalencia a nivel mundial de las disfunciones sexuales ha sido relacionada con el deterioro en la
calidad de vida de quienes padecen esta patología, generando un impacto en la esfera social y siendo en la
mayoría de los casos subdiagnosticada. Razón por la que se ha estudiado la presencia, y los factores que
influyen en las mujeres en edad fértil que asisten al Centro de Salud Carlos Protzel a tratar de darles la
importancia debida como un problema de salud y buscar las posibles soluciones ya que las mujeres tienen
derecho a una vida sexual plena, satisfactoria, saludable la cual las disfunciones sexuales dañan la salud
integral de la mujer, afectando su autoestima y a la vez afectan la vida de la pareja e incluso de la familia.
La OMS define la salud sexual como “la experiencia del proceso continuo de bienestar físico, psicológico y
sociocultural relacionado con la sexualidad”, y para que la salud sexual se alcance es necesario que los
derechos sexuales de las personas –como el derecho al placer sexual, a la expresión sexual emocional, a
información basada en el conocimiento científico, a la educación sexual integral, a la atención de la salud
sexual– se reconozcan y se garanticen (OMS, 2006) 14
En la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo realizada en El Cairo en 1994, concluyeron
que la sexualidad humana y las relaciones entre los sexos influyen en la capacidad de lograr y mantener la
salud sexual de hombres y mujeres, además de que se encuentran estrechamente vinculadas.

DISCUSION
Se define la disfunción sexual femenina como la existencia de problemas recurrentes y persistentes durante
cualquier fase del ciclo de respuesta sexual que ocasionan ansiedad o afectan a la relación con la pareja.
Este problema afecta al 43 % de las mujeres de todas las edades, y llegando hasta un 51% entre los 45 y
64 años. (Rodríguez N, 2012) Así, para Masters y Johnson, un 50% de parejas heterosexuales presenta
alguna disfunción sexual. Frank, Anderson y Rubistein establecen una prevalencia de disfunciones sexuales
en parejas, de un 40% para los varones y un 60% para las mujeres y por último, Laumann, Paik y Rosen
fijan una prevalencia del 31% para los hombres y 43% para las mujeres.
Los resultados obtenidos en el presente estudio demostraron que en el grupo de mujeres de 41 a 55 años,
el 54.72% presentaron algún trastorno de la función sexual. Mientras que en la perimenopausia los trastornos
más frecuentes son la dispareunia, que sufren el 45% de las mujeres mayores de 50 años, y el deseo sexual
hipoactivo, que experimentan un 25% a los 50 años. Lo que se antepone a los resultados encontrados en
nuestro estudio, el que reportó que el trastorno del deseo fue el más frecuente con el 69.4% y con menor
frecuencia para problemas de la penetración con 33.3%, que en nuestro grupo representó a las mujeres que
sufrían dispareunia por resequedad vaginal.
La perimenopausia es definida por cambios en los ciclos menstruales y cambios endocrinos es decir una
etapa de cambios físicos y psicológicos que a menudo influyen en la sexualidad de las mujeres. La
perimenopausia se presenta de 2 a 10 años antes que la menopausia y dura un año posterior a esta. Existen
varios factores que pueden influir en el deterioro sexual de la mujer en esta etapa de la vida, como son: la
edad, el tiempo de la relación y la experiencia sexual previa, problemas físicos o mentales, morbilidad de la
pareja, además de otros muchos factores estresantes psicosociales asociados a la perimenopausia.
(Masters y Johnson).
Los problemas sexuales son individuales e independientes de la edad de la mujer, sin embargo conforme
aumenta la edad los cambios fisiológicos, hormonales, bioquímicos propios del envejecimiento influyen
sobre la vida sexual de la mujer. (Serpa M., Ramírez E. 2009)
Situación demostrada en nuestro estudio, ya que en las mujeres de 51 años y más se encontró mayor
frecuencia de trastornos sexuales. En la población general cuantas mujeres se manifiestan como
sexualmente activas en el periodo de tiempo considerado entre los 40 y los 59 años (climaterio ampliamente
considerado), veremos que en el grupo etario de hasta los 44 años prácticamente el 80% de las mujeres se
considera sexualmente activa descendiendo dicho porcentaje a un escaso 42% en el grupo de 50-54 años
y tan solo permanece sexualmente activo un 38% de mujeres cuando su edad supera los 55 años (Bloomel
et alt 1.992). De ese mismo estudio cabe colegir que el número de relaciones sexuales por mes también es
decreciente entre la cifra de 6 para el grupo etario de 40-44 años hasta 2.7 coitos/mes en el grupo etario de
55-59 años. Los resultados de nuestro estudio revelaron que el 95.8% de mujeres perimenopáusicas, se
mantuvieron sexualmente activas, pero con una clara evidencia en el descenso de la frecuencia sexual, con
frecuencia de 2 coitos por mes en el 37% de las mujeres. La frecuencia de los trastornos sexuales de nuestro
estudio, no difiere en gran medida a la prevalencia presentada a nivel mundial; situación que podría
explicarse por las características propias de nuestra cultura, de un nivel cultural muy bajo y aun gran
influencia de la religión.
En la bibliografía disponible se reporta asociación entre el nivel educacional bajo y la edad para la presencia
de trastornos sexuales, mientras que la presencia de pareja estable se mostró como factor protector. Nuestro
estudio encontró frecuencias elevadas en relación con estas variables, demostrando su posible influencia
sobre las mujeres del estudio.
Como el objetivo fundamental era abordar una aproximación a la disfunción sexual femenina durante la
perimenopausia, citare a uno de los poetas franceses que mejor y más largamente han estudiado la
personalidad femenina como fue Honoré de Balzac (1.759-1.850), cuando decía al final de su vida
agradecido profundamente que: “Una de las glorias de la sociedad es haber creado a la mujer cuando la
naturaleza solo la hizo hembra. Haber creado la continuidad del deseo, donde la naturaleza pensó solo en
perpetuar la especie, y finalmente, haber inventado el AMOR”.

CONCLUSIONES
Del grupo de mujeres perimenopáusicas, se les realizo el TEST FSM (Función Sexual en la mujer) para
establecer la presencia oausencia de trastorno sexual.
De este grupo, 50 mujeres perimenopáusicas, es decir el 69.4% presentaron trastorno del deseo,
representando el mayor porcentaje.
Mientras que solo 23 mujeres (33.3%) presentaron problemas con la penetración.
El promedio de edad fue de 48,2 años para perimenopausia, con una DE 3.48 años.
El mayor porcentaje de mujeres estuvieron casadas con el 65,3%, es decir 47 mujeres.
El estado civil presentó el 57.4% (57 mujeres) de trastorno del Deseo, el 42.6% (20 mujeres) de trastorno
de excitación, el 34% (16 mujeres) de trastorno del orgasmo en las mujeres casadas;
El estado civil no tuvo ninguna influencia sobre la presencia de problemas de la Penetración Vaginal.
El 50%, es decir 36 mujeres perimenopáusicas tuvieron instrucción secundaria, mientras que el nivel
superior con 1 mujer representó el 1,4%.
El nivel de Instrucción bajo es un factor muy determinante sobre la presencia de trastornos sexuales.
Las mujeres con instrucción secundaria presentaron trastorno del Deseo en el 60% (21 mujeres) y el
54.3% (19 mujeres) trastorno de la Excitación.
En mujeres de instrucción primaria tuvieron mayor porcentaje de trastorno de la lubricación con el 40%
(14 mujeres); y trastorno severo del Orgasmo con 50%(17 mujeres). A pesar de esto el nivel de instrucción
no influye para la presencia de problemas con la Penetración.
La religión Católica estuvo presente en el 84,7%, es decir en 61 mujeres perimenopáusicas.
La presencia de una religión en las mujeres provocó presencia de trastornos sexuales. El 52.5% (32
mujeres) presentó Trastorno del deseo, y el 44.3% (27 mujeres) Trastorno de la Excitación. La Lubricación
no se vio afectada por la religión.
Las mujeres católicas presentaron un 40% (24 mujeres) de trastorno severo del orgasmo.
Y por último la Religión mostró un porcentaje bajo del 24,6% (15 mujeres) con Problemas de la
Penetración.
5. 2. RECOMENDACIONES
Realizar más estudios de mayor complejidad en base a estudios observacionales disponibles, de manera
que se puedan extrapolar a la población en general.
Los médicos especialistas deben involucrarse e interesarse por las Alteraciones Sexuales de sus
pacientes, ya que la mayoría de las mujeres consultan en realidad por estos problemas; que por ser temas
tabúes, aun en nuestro medio no saben cómo expresarlos.
Brindar el apoyo necesario, adecuado y oportuno a las mujeres con diagnóstico de Trastorno sexual.
Hacer partícipe a la pareja de la paciente con trastorno sexual, insistiendo que la sexualidad es la base
de una relación fuerte, armoniosa y duradera.

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