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El CONTRATO DE EDICION

¿QUE ES EL CONTRATO DE EDICION?


El contrato de edición es aquel contrato donde el titular de derechos de autor
entrega o promete entregar una obra al editor y este se obliga a publicarla, a
su costa y beneficio, y a pagar una remuneración al autor.
La ley establece que el contrato de edición confiere al editor sólo los derechos
de imprimir, publicar y vender los ejemplares de la obra conforme a lo
convenido, reteniendo el autor los demás derechos de explotación. Esos otros
derechos, como el de traducción o el de adaptación, pueden ser objeto de
otras transferencias.
Vale la pena señalar que, más allá de la regulación legal o contractual, este
acuerdo es, en la gran mayoría de los casos, una relación de confianza entre el
autor y el editor. Del editor hacia el autor porque es una apuesta por el trabajo
de este último, y del autor al editor debido a que el creador tiene una
expectativa de que su editor hará todo lo posible para lograr la mayor difusión
de su obra y, sobre todo, a que actuará transparentemente en la gestión y pago
de las regalías. Es importante que las partes actúen de buena fe durante toda
la relación contractual, a fin de afianzar esa confianza tan vital en esta relación.
OBJETO DEL CONTRATO DE EDICION:

El contrato de edición tiene como objeto la entrega, por parte del autor, de
una obra al editor para que, por su cuenta y riesgo, la edite, publique y
distribuya. Es una especie de contrato de asociación porque cada parte aporta
para lograr un fin común. El autor entrega la obra y autoriza su edición,
mientras que el editor pone su capacidad profesional y administrativa a fin de
publicarla y divulgarla dentro del mayor número de ventanas posibles. En
principio el contrato de edición no implica una transferencia de los derechos
sobre la obra a favor del editor, sino una autorización de uso para el editor. Es
decir, salvo que la ley que regula el contrato o éste mismo así lo disponga, el
mero hecho de suscribir un contrato de edición no convierte al editor en titular
o propietario del derecho, sino en un licenciatario. Si el editor, además de
tener la autorización de editar la obra quiere convertirse en su propietario, se
sugiere pactar expresamente en el contrato la transferencia del derecho.
Conviene también examinar si el contrato de edición concede un derecho
exclusivo o no para editar la obra. La exclusividad implica para quien licencia
los derechos una obligación de no hacer, es decir, no sólo debe permitir que el
licenciatario haga uso de la obra, sino que ha de abstenerse de celebrar con
otras personas contratos del mismo tipo, cuyo objeto sean los derechos que
se están licenciando. Por ejemplo, cuando un autor suscribe un contrato de
edición en exclusiva, significa que a aquél le queda prohibido, mientras el
contrato esté vigente, autorizar la edición de la misma obra a terceros. Desde
el punto de vista del editor, es ideal que sea así. Si el editor le apuesta a una
obra y asume el riesgo financiero para su comercialización y mercadeo, lo
normal es que quiera tener la exclusividad y así evitar que otros editores
publiquen la misma obra. Esta exclusividad debe quedar pactada
inequívocamente en el contrato, pues puede que la ley aplicable al contrato
no la establezca como un supuesto incorporado per se en el contrato de
edición.
Deben tenerse en cuenta, además, algunas prohibiciones que la mayoría de
las legislaciones iberoamericanas establecen en cuanto al objeto contractual.
En varios países, por ejemplo, está prohibido disponer de la producción
intelectual futura de forma indeterminada. Así, son consideradas como
abusivas —y, por tanto, nulas y reprimidas por la ley— cláusulas que tengan
por objeto la transferencia de todos los derechos sobre las obras que un
escritor realice en el futuro. Es una forma de proteger al autor de ciertas
prácticas que violentarían su derecho al trabajo y a la libertad de expresión.

CONTENIDO MÍNIMO DEL CONTRATO:


El contrato de edición debe formalizarse por escrito y expresar estos mínimos
requisitos: * Si la cesión del autor al editor tiene carácter exclusivo.
 Su ámbito territorial.
 El número máximo y mínimo de ejemplares que alcanzará la edición o
cada una de las ediciones que se convengan.
 La forma de distribución de los ejemplares y los que se reserven al autor,
a la crítica y a la promoción de la obra.
 La remuneración del autor.
 El plazo de la puesta en circulación de los ejemplares de la única o
primera edición, que no podrá exceder de dos años a partir de la entrega
del manuscrito al editor.
 El plazo en que el autor deberá entregar el original de su obra al editor.
EDICIÓN EN FORMA DE LIBRO:
En caso de que la edición se haga en forma de libro, a las condiciones del
contrato anterior se habrán de añadir otros tres requisitos formales:
 La lengua o lenguas en que ha de publicarse la obra.
 El anticipo que la editorial entregará al escritor a cuenta de sus derechos
de autor.
 La modalidad o modalidades de edición y, en su caso, la colección de la
que formará parte.
NULIDAD: Será nulo el contrato no formalizado por escrito y el que omita el
número de ejemplares y la remuneración del autor. En caso de
incumplimiento, los afectados tendrán que llegar a un acuerdo para subsanar
la falta y, como último recurso, decidirá el Juez.
OBLIGACIONES DEL EDITOR:
 Con la firma del contrato, el editor asume las siguientes
responsabilidades:
 Reproducir la obra en la forma convenida, sin introducir ninguna
modificación que el autor no haya consentido.
 Someter las pruebas de tirada al autor, salvo que se haya pactado lo
contrario.
 Distribuir la obra en el plazo y las condiciones acordadas.
 Asegurar la explotación continua de la obra y su difusión comercial
conforme a los usos habituales en el sector profesional de la edición.
 Pagar al autor la remuneración estipulada. Cuando ésta sea
proporcional, por lo menos una vez al año tiene que entregarle la
liquidación que le corresponda, además de darle cuenta de las ventas.
Asimismo, tiene que dar al autor anualmente un certificado en el que se
determinen los datos relativos a la fabricación, distribución y existencias
de ejemplares. Y, si el autor lo solicita, el editor está obligado a
presentarle los respectivos justificantes.
 Restituir al autor el original de la obra objeto de la edición, una vez
acabada la impresión y tirada de la edición.
OBLIGACIONES DEL AUTOR:
Con la firma del contrato el autor asume las siguientes responsabilidades:
 Entregar al editor la obra preparada para la reproducción dentro del
plazo establecido.
 Responder ante el editor de la autoría y la originalidad de la obra y del
ejercicio pacífico de los derechos que le ceda.
 Corregir las pruebas de la tirada, salvo que se haya pactado no hacerlo.

MODIFICACIONES EN EL CONTENIDO DE LA OBRA:


Durante el periodo de corrección de pruebas el autor puede hacer en su obra
todas las modificaciones que estime oportunas, siempre que no alteren su
carácter y finalidad, y que no eleven demasiado el coste de la edición. En
cualquier caso, el contrato de edición podrá prever un porcentaje máximo de
correcciones sobre el contenido.
DERECHOS DE AUTOR EN CASO DE VENTA EN SALDO:
El editor no podrá, sin contar con el consentimiento del autor, poner en venta
de saldo la edición hasta que no pasen dos años desde su puesta en circulación.
Pasado ese plazo, si el editor decide vender como saldo los libros que le
queden, tendrá que notificarlo al escritor, que puede optar por adquirir los
libros ejerciendo un tanteo sobre el precio de saldo o en caso de remuneración
proporcional, percibir el 10 por ciento de lo que facture por su obra el editor.
Para ejercer su derecho tiene un plazo de 30 días desde la notificación.
DERECHO DE AUTOR EN CASO DE DESTRUCCIÓN DE LA EDICIÓN:
Si el editor decide destruir los libros que le queden, pasados dos años desde
su puesta en circulación, está obligado a notificárselo al autor y, en el plazo de
30 días, éste tiene derecho a exigir al editor que le entregue gratuitamente
todos o parte de los ejemplares, pero nunca podrá destinarlos a usos
comerciales.
MOTIVOS PARA LA RESOLUCIÓN DEL CONTRATO:
El autor podrá resolver el contrato de edición, sin perjuicio de las
indemnizaciones, en los siguientes casos:
 Si el editor no realiza la publicación de la obra en el plazo y condiciones
convenidos, o incumple algunas de las condiciones básicas del contrato.
 Si el editor vende la obra a saldo sin el consentimiento del autor y sin
respetar los plazos.
 Si el editor cede indebidamente sus derechos a un tercero.
OBRAS DE ENCARGO:
El encargo de una obra no es objeto del contrato de edición, pero la
remuneración que se convenga será considerada como anticipo de los
derechos de autor que le corresponderían a éste por la edición, si ésta se
realizara.
TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS DEL AUTOR ASALARIADO:
La transmisión al empresario de los derechos de explotación de la obra creada
en virtud de una relación laboral, se rige por lo pactado en el contrato escrito.
Si no se especifica, se entiende que los derechos de explotación han sido
cedidos en exclusiva. El empresario nunca podrá utilizar la obra para fines
diferentes a aquellos para los que fue creada.
TRANSMISIÓN DE DERECHOS PARA PUBLICACIONES PERIÓDICAS:
Los autores de obras reproducidas en publicaciones periódicas conservan su
derecho a explotarlas en cualquier forma que no perjudique la norma de la
publicación en la que se hayan insertado, a no ser que se especifique
expresamente lo contrario. El autor podrá volver a disponer libremente sobre
su obra cuando se incumplan los plazos para su publicación, que son de un mes
para los diarios y de seis meses para el resto de las publicaciones. La
remuneración del autor normalmente será de un tanto alzado.
HIPOTECA Y EMBARGO DE LOS DERECHOS DE AUTOR:
Los derechos de explotación de una obra son hipotecables, pero no
embargables; sólo se pueden embargar los beneficios de ese derecho, que se
consideran salarios. Se trata de uno de los contratos regulados expresa y
pormenorizadamente en la vigente Ley de Propiedad Intelectual, mediante el
cual el autor de una obra cede al editor algunas de las facultades que integran
su derecho de propiedad intelectual.
En principio, es al autor a quien corresponde en exclusiva la reproducción y
distribución de su obra; facultades que podrá ejercitar por sí mismo,
excluyendo a todos los demás sujetos, o ceder a terceras personas, bien de
modo exclusivo o bien de modo no exclusivo. La vigente Ley de Propiedad
Intelectual permite ceder este tipo de facultades, si bien de un modo limitado.
No parece posible en nuestro ordenamiento jurídico su transmisión definitiva,
sino que las cesiones autorizadas por la Ley habrán de ser siempre limitadas,
tanto en el contenido como en el tiempo y en el espacio.
En general, en materia de transmisión de derechos de autor, prima en toda
Ley un principio de interpretación restringida. La cesión de derechos de autor
en general y la realizada mediante el contrato de edición en particular, se
caracteriza por el estrecho margen con que cuenta la autonomía de la voluntad
de las partes para fijar sus términos y establecer su alcance y contenido. La
propia Ley determina la forma que han de revestir los contratos e impone gran
parte de su contenido. Refiriéndonos en concreto al contrato de edición, se
exige, en primer lugar, su formalización por escrito. Esta exigencia funciona
como requisito de validez, siendo nulo el contrato que no la cumpla. Del mismo
modo, la ley impone la onerosidad del contrato, no siendo posible el pacto en
contrario.
Además determina las formas de retribución posibles, estableciendo como
norma general la remuneración proporcional a los ingresos obtenidos
mediante la explotación de la obra. Sólo en ciertos casos, previstos
taxativamente en la Ley, se permite que la remuneración se fije a tanto alzado.
Así mismo, en el contrato de edición deberá constar el número máximo y
mínimo de ejemplares autorizados en la cesión. La ausencia de este requisito
es igualmente insubsanable y determina la nulidad absoluta del contrato.
Igualmente, habrá de determinarse si la cesión de los derechos de
reproducción y distribución tiene el carácter de exclusiva o no. La ausencia de
expresión de esta circunstancia hace que la cesión se presuma no exclusiva. Es
necesario también determinar el plazo por el cual se ceden los derechos. A
este respecto la ley establece un plazo máximo - en ningún caso podrá exceder
de quince años- y un plazo supletorio: en caso de omisión del plazo de la cesión
se entenderá que ésta se realiza por cinco años. Debe indicarse en el contrato
el ámbito espacial de la cesión, su omisión supone que se entienda limitada al
Estado en que se celebró el contrato. Es preciso determinar las lenguas en que
deba editarse la obra.
Si se omite esta mención, se entenderá que el editor sólo queda facultado
para editarla en su lengua original. La edición de una obra en forma de libro
requiere además que se determine en el contrato las modalidades de edición
y, en su caso, la colección de la que formará parte la obra. Por lo que respecta
al autor, éste queda obligado a entregar la obra en la forma y tiempo pactados,
a corregir las pruebas de tirada, si así se hubiese acordado, respondiendo
además, frente al editor, de la autoría y originalidad de la obra y del ejercicio
pacífico de los derechos que le haya cedido. Fijados los derechos y obligaciones
mínimos de las partes, la Ley especifica una serie de supuestos en los que se
faculta al autor para resolver el contrato de edición. Resulta curioso el hecho
de que no exista un precepto semejante por el que se determinen las causas
de resolución del contrato por el editor ante incumplimientos del autor.
En general, el autor podrá resolver el contrato cuando el editor incumpla sus
obligaciones, vulnere la cesión concedida y cuando cambie la titularidad de la
empresa cesionaria sin haber comenzado la reproducción de la obra. Cuando
tenga lugar la extinción del contrato por alguna de las causas previstas en la
Ley (transcurso del plazo, cumplimiento de su finalidad, etc.) deberá
procederse a la liquidación de los derechos recíprocos de ambos contratantes.
La Ley faculta al editor para enajenar los ejemplares en los tres años siguientes,
aunque no se hubiesen editado para vender, sino para alquiler, regalo o
préstamo. Igualmente, se faculta al autor para adquirir los ejemplares
sobrantes por el 60% del precio de venta la público o por el precio pericial
fijado si no estaban a la venta.
LOS DERECHOS Y LAS MODALIDADES DE EXPLOTACIÓN EN EL CONTRATO DE
EDICIÓN :

Como en cualquier otro contrato editorial los contratos de edición tienen


como fin la disposición de derechos patrimoniales de autor, no los derechos
morales. Los autores, valga señalar, tienen dos clases de derechos. De una
parte, los morales, referentes al vínculo personalísimo, más allá de lo
económico, que el autor tiene con su obra, lo cual le da el derecho a reivindicar
la paternidad o autoría, a mantener inédita la obra o a divulgarla, a preservar
la integridad de su creación y, en algunas legislaciones, el derecho a modificar
o retractarse de su obra. Dado su carácter extra patrimonial, los derechos
morales son inalienables, irrenunciables e inembargables.

Por lo tanto, los derechos morales de autor no pueden ser objeto de


negociación contractual. Es posible que mediante contratos se regulen
aspectos relacionados con su ejercicio, pero no con su transmisión o
licenciamiento. Un ejemplo: acordar contractualmente de qué forma y en qué
parte del libro aparecerán los créditos del autor, si el autor desea mantenerse
anónimo o no, si utilizará algún seudónimo, de qué forma y cuándo el autor
revisará las correcciones, traducciones o adaptaciones de la obra a fin de que
no se vea afectado el derecho de integridad, etc.

Por su parte, los derechos patrimoniales de autor están en el comercio y


pueden ser libremente negociados a través de contratos. Estos derechos se
definen como la facultad de controlar las diferentes modalidades de uso que
se pueda dar a la obra, tanto las conocidas como las por conocer, según los
avances de la tecnología. Por lo tanto, cuando hablamos de derechos
patrimoniales nos referimos a una lista abierta de posibilidades de uso de las
obras, que día a día puede ir ampliándose conforme la tecnología ofrece más
posibilidades. Hace cincuenta años, por ejemplo, el libro se explotaba
tradicionalmente a través de su reproducción física y la distribución de
ejemplares. Hoy, en cambio, la tecnología nos permite hablar de nuevas
formas de explotación, prescindiendo incluso de la noción de ejemplar, como
es el caso de los servicios de acceso a bases de datos de obras. En este caso,
no se le vende al usuario un ejemplar de la obra, sino que se le facilita el acceso
a ésta.
Si bien se trata de una lista abierta de derechos y modalidades de uso,
podemos llegar a clasificar los derechos patrimoniales en cinco tipos:

1) El derecho de reproducción.
2) El derecho de distribución.
3) El derecho de comunicación al público.
4) el derecho de transformación.
5) Los derechos de mera remuneración

OBLIGACIONES DE LAS PARTES EN EL CONTRATO DE EDICIÓN

Los contratos en general tienen como propósito crear obligaciones para las
partes que los celebran. Estas obligaciones o prestaciones pueden ser de tres
tipos: dar, hacer o no hacer algo. Los contratos de edición, obviamente,
generan obligaciones y es importante que queden claros los compromisos de
cada parte. Existen obligaciones que se ejecutan con un resultado concreto.
Por ejemplo, el autor se obliga a entregar la obra para su edición o el editor se
obliga a pagar la regalías por la explotación de los libros; no hay otra forma de
cumplir diferente a hacer o pagar algo en concreto —lo que se conoce como
obligación de resultado—. Hay también obligaciones en las que cada parte se
compromete a hacer su mejor esfuerzo, a poner toda su diligencia y cuidado
en pro de un resultado, pero no a obtener ese resultado en específico —las
llamadas obligaciones de medio—. Dentro de éstas aparece la obligación del
editor de divulgar la obra. Éste no puede comprometerse con el autor a que la
obra va a ser un éxito comercial, un bestseller; sólo se obliga a poner todo su
empeño, diligencia y profesionalismo en la promoción, mercadeo y difusión de
la obra, tal como lo haría otro editor, prudente y diligente, en las mismas
condiciones. Esta diferenciación es importante tenerla en cuenta en todos los
contratos de la cadena de valor del libro, no sólo en el contrato edición, pues
marca la diferencia en las actividades que se han de ejecutar para satisfacer
los compromisos contractuales.
En términos generales podemos decir que los principales compromisos del
autor son:

1) entregar la obra oportunamente y en las condiciones pactadas.


2) prestar al editor toda la colaboración necesaria para la edición de la obra
(revisar las correcciones de forma oportuna, participar en eventos de
promoción, etc.).
En el caso del editor, sus obligaciones son:

1) editar la obra.
2) publicar la obra en el plazo pactado.
3) pagar al autor las regalías de la obra.
4) rendir cuentas al autor sobre los ingresos y regalías generadas por la obra.
5) poner toda su capacidad operativa, administrativa y financiera en pro de la
divulgación de la obra. Como ya lo mencionamos, el editor no se obliga a que
la obra sea un éxito comercial, sino a poner toda su diligencia y cuidado para
conseguir ese objetivo (obligación de medio, no de resultado).

PLAZO PARA EL CONTRATO DE EDICION:


En el contrato de edición deben pactarse diferentes plazos, a saber:

1. El plazo dentro del cual el autor debe entregar la obra al editor.


2. El plazo que el editor tiene para editar y publicar la obra.
3. El plazo o vigencia del contrato.

El contrato de edición terminará una vez vencido el plazo acordado por las
partes o agotados los ejemplares de la edición. Algunos países suelen facultan
al autor a adquirir, con un descuento, los ejemplares no vendidos mientras
estuviera vigente el contrato.

LEY QUE REGULA EL CONTRATO DE EDICION:


DECRETO LEGISLATIVO 822 - LEY SOBRE EL DERECHO DE AUTOR
DEL CONTRATO DE EDICIÓN
Artículo 96º.-El contrato de edición es aquel por el cual el autor o sus
derechohabientes, ceden a otra persona llamada editor, el derecho de
publicar, distribuir y divulgar la obra por su propia cuenta y riesgo en las
condiciones pactadas y con sujeción a lo dispuesto en esta Ley.

Artículo 97º - El contrato de edición debe constar por escrito y expresar:

a) La identificación del autor, del editor y de la obra.

b) Si la obra es inédita o no.

c) El ámbito territorial del contrato.

d) El idioma en que ha de publicarse la obra.

e) Si la cesión confiere al editor un derecho de exclusiva.

f) El número de ediciones autorizadas.

g) El plazo para la puesta en circulación de los ejemplares de la única o primera


edición.

h) El número mínimo y máximo de ejemplares que alcanzará la edición o cada


una de las que se convengan.

i) Los ejemplares que se reservan al autor, a la crítica, a la promoción de la


obra y los que servirán para sustituir los ejemplares defectuosos.

j) La remuneración del autor.

k) El plazo dentro del cual el autor debe entregar el original de la obra al editor.

l) La calidad de la edición.

m) La forma de fijar el precio de los ejemplares.

Artículo 99º - Son obligaciones del editor:

a) Publicar la obra en la forma pactada, sin introducirle ninguna modificación


que el autor no haya autorizado.
b) Indicar en cada ejemplar el título de la obra y, en caso de traducción,
también el título en el idioma original; el nombre o seudónimo del autor, del
traductor, compilador o adaptador, si los hubiere, a menos que ellos exijan la
publicación anónima; el nombre y dirección del editor y del impresor; la
mención de reserva del derecho de autor, del año y lugar de la primera
publicación y las siguientes, si correspondiera; el número de ejemplares
impresos y la fecha en que se terminó la impresión.

c) Someter las pruebas de la tirada al autor, salvo pacto en contrario.

d) Distribuir y difundir la obra en el plazo y condiciones estipuladas, y


conforme a los usos habituales.

e) Satisfacer al autor la remuneración convenida, y cuando ésta sea


proporcional y a menos que en el contrato se fije un plazo menor, liquidarle
semestralmente las cantidades que le corresponden. Si se ha pactado una
remuneración fija, ésta será exigible desde el momento en que los ejemplares
estén disponibles para su distribución y venta, salvo pacto en contrario.

f) Presentarle al autor, en las condiciones indicadas en el numeral anterior, un


estado de cuentas con indicación de la fecha y tiraje de la edición, número de
ejemplares vendidos y en depósito para su colocación, así como el de los
ejemplares inutilizados o destruidos por caso fortuito o fuerza mayor.

g) Permitirle al autor en forma periódica la verificación de los documentos y


comprobantes demostrativos de los estados de cuenta, así como la
fiscalización de los depósitos donde se encuentren los ejemplares objeto de la
edición.

h) Solicitar el registro del derecho de autor sobre la obra y hacer el depósito


legal, en nombre del autor.

i) Restituir al autor el original de la obra objeto de la edición, una vez


finalizadas las operaciones de impresión y tiraje de la misma, salvo
comprobada imposibilidad de orden técnico.

j) Numerar cada uno de los ejemplares.


Artículo 100º - Son obligaciones del autor:

a) Responsabilizarse por la autoría y originalidad de la obra frente al editor.

b) Garantizar al editor el ejercicio pacífico y, en su caso, exclusivo del derecho


objeto del contrato.

c) Entregar al editor en debida forma y en el plazo convenido, el original de la


obra objeto de la edición.

d) Corregir las pruebas de la tirada, salvo pacto en contrario.

Artículo 101º - El derecho concedido a un editor para publicar varias obras por
separado, no comprende la facultad de publicarlas reunidas en un sólo
volumen y viceversa.

Artículo 102º - El autor tiene el derecho irrenunciable de dar por resuelto el


contrato de edición:

a) Si el editor no cumple con editar y publicar la obra dentro del plazo pactado
y si éste no se fijó, dentro de un máximo de seis meses, a partir de la entrega
del ejemplar original al editor.

b) Si estando facultado el editor para publicar más de una edición y,


habiéndose agotado los ejemplares para la venta, no procede a publicar una
nueva, dentro de los dos meses, salvo pacto en contrario. Se considera agotada
una edición, cuando se ha vendido el noventicinco por ciento (95%) de los
ejemplares de ella.

En todos los casos de resolución por incumplimiento del editor, el autor


quedará liberado de devolver los anticipos que hubiese recibido de aquél, sin
perjuicio del derecho de iniciarle las acciones a que hubiere lugar.

Articulo 103º - El editor tiene el derecho irrenunciable de dar por resuelto el


contrato de edición cuando el autor no cumpliese con hacerle entrega de la
obra dentro del plazo convenido y, si no se fijó éste, dentro del lapso de seis
meses a partir del convenio, sin perjuicio del derecho de iniciarle las acciones
a que hubiere lugar.
Artículo 104º - El editor no podrá, sin consentimiento del autor, vender como
saldo la edición antes de los dos años de la inicial puesta en circulación de los
ejemplares.

Transcurrido dicho plazo, si el editor decide vender como saldo los que le
resten, lo notificará fehacientemente al autor, quien podrá percibir el precio
del saldo ofrecido a los mayoristas.

La opción deberá ejercerla dentro de los treinta días siguientes al recibo de la


notificación.

Artículo 105º - Si transcurrido el plazo de dos años a que se refiere el artículo


anterior, el editor decide destruir el resto de los ejemplares de una edición,
deberá asimismo notificarlo al autor, quien podrá exigir que se le entreguen
gratuitamente todos o parte de los ejemplares, dentro del plazo de treinta días
desde la notificación.

CONTENIDO MÍNIMO DEL CONTRATO: El contrato de edición debe


formalizarse por escrito y expresar estos mínimos requisitos:
* Si la cesión del autor al editor tiene carácter exclusivo.
* El número máximo y mínimo de ejemplares que alcanzará la edición o cada
una de las ediciones que se convengan.
* La forma de distribución de los ejemplares y los que se reserven al autor, a
la crítica y a la promoción de la obra.
* La remuneración del autor.
* El plazo de la puesta en circulación de los ejemplares de la única o primera
edición.
* El plazo en que el autor deberá entregar el original de su obra al editor.
¿Qué ocurre si no se cumplen con las formalidades?

Si no se cumplen con las formalidades, se vería afectada la eficacia del


contrato, es decir, la posibilidad de exigir su cumplimiento.
Sin embargo, es discutible si el contrato que no cumple con todos los requisitos
es nulo respecto de las partes o también es ineficaz respecto de terceros. De
cualquier forma, para evitar inconvenientes, debe otorgarse escritura pública,
o bien firmar un contrato privado ante notario.

¿Qué obligaciones conlleva el contrato de edición?

De acuerdo con la ley, además de la obligación de editar y publicar la obra para


que sea puesta a disposición del público, el contrato de edición impone otros
deberes. Por ejemplo, si la remuneración se calcula como un porcentaje sobre
la venta, el editor debe rendir cuenta al titular del derecho por lo menos una
vez al año, detallando la cantidad de ejemplares existentes y vendidos, y el
monto que se ha pagado o se debe al autor.

DEL CONTRATO DE EDICIÓN DIVULGACIÓN DE OBRAS MUSICALES

“El contrato de edición de obra musical es aquel por el que el autor o el titular
del derecho patrimonial, en su caso, cede al editor el derecho de reproducción
y lo faculta para realizar la fijación y reproducción fotomecánica de la obra, su
sincronización audiovisual, comunicación pública, traducción, arreglo o
adaptación y cualquier otra forma de explotación que se encuentre prevista
en el contrato; y el editor se obliga por su parte, a divulgar la obra por todos
los medios a su alcance, recibiendo como contraprestación una participación
en los beneficios económicos que se obtengan por la explotación de la obra,
según los términos pactados.”

Editor Musical: El Editor Musical es aquella persona a quien se le encarga la


administración de la explotación económica de los derechos patrimoniales
sobre una obra musical

Artículo 108º - Por el contrato de edición-divulgación de obras musicales, el


autor cede al editor el derecho exclusivo de edición y lo faculta para que, por
sí o por terceros, realice la fijación y la reproducción fonomecánica de la obra,
la adaptación audiovisual, la traducción, la sub-edición y cualquier otra forma
de utilización de la obra que se establezca en el contrato, quedando obligado
el editor a su más amplia divulgación por todos los medios a su alcance, y
percibiendo por ello la participación en los rendimientos pecuniarios que
ambos acuerden.
Artículo 109º - El autor tiene el derecho irrenunciable de dar por resuelto el
contrato si el editor no ha editado o publicado la obra, o no ha realizado
ninguna gestión para su divulgación en el plazo establecido en el contrato o,
en su defecto, dentro de los seis meses siguientes a la entrega de los originales.
En el caso de las obras sinfónicas y dramático-musicales, el plazo será de un
año a partir de dicha entrega.

El autor podrá igualmente pedir la resolución del contrato si la obra musical o


dramático-musical no ha producido beneficios económicos en tres años y el
editor no demuestra haber realizado actos positivos para la difusión de la
misma.
Salvo pacto en contrario, el contrato de edición musical no tendrá una
duración mayor de cinco años.

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