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ACCIONES COLECTIVAS EN PERU

ACCIONES COLECTIVAS EN PERU


Revista de Processo | vol. 205/2012 | p. 181 - 192 | Mar / 2012
DTR\2012\2312

Antonio Gidi
Doutor em Direito pela PUC-SP. Doutor em Direito pela Faculdade de Direito da
Universidade da Pensilvania. Mestre em Direito pela PUC-SP. Professor na Faculdade de
Direito da Universidade de Houston.

Área do Direito: Processual


Resumo: O autor trata, neste texto, das principais características das ações coletivas no
Peru, comentando que se trata de um campo em que se tem notado algum
desenvolvimento digno de nota. Existe, observa o autor, ainda muita coisa a ser feita
devendo observar-se o que consta dos Códigos Modelo e a experiência do Direito norte
americano.

Palavras-chave: Ações coletivas - Direitos difusos - Legitimidade adequada - Direito


processual peruano
Abstract: The author deals, in this text, with the main characteristics of class actions in
Peru, and says that it is a field where some steps forward has been given, but there is
still a lot to do, which should be done following the American experience and the
"Códigos Modelos".

Keywords: Class actions - "Diffuse" rights - Adequacy of standing - Peruvian civil


procedure
"Artículo 82. Patrocinio de intereses difusos Interés difuso
es aquel cuya titularidad corresponde a un conjunto
indeterminado de personas, respecto de bienes de
inestimable valor patrimonial, tales como el medio
ambiente o el patrimonio cultural o histórico o del
consumidor. Pueden promover o intervenir en este
proceso, el Ministerio Público, los Gobiernos Regionales, los
Gobiernos Locales, las Comunidades Campesinas y/o las
Comunidades Nativas en cuya jurisdicción se produjo el
daño ambiental o al patrimonio cultural y las asociaciones
o instituciones sin fines de lucro que según la Ley y criterio
del Juez, este último por resolución debidamente motivada,
estén legitimadas para ello. Las Rondas Campesinas que
acrediten personería jurídica, tienen el mismo derecho que
las Comunidades Campesinas o las Comunidades Nativas
en los lugares donde éstas no existan o no se hayan
apersonado a juicio. Si se promueven procesos
relacionados con la defensa del medio ambiente o de
bienes o valores culturales, sin la intervención de los
Gobiernos Locales indicados en el párrafo anterior, el Juez
deberá incorporarlos en calidad de litisconsortes
necesarios, aplicándonse lo dispuesto en los Artículos 93 a
95. En estos casos, una síntesis de la demanda será
publicada en el Diario Oficial El Peruano o en otro que
publique los avisos judiciales del correspondiente distrito
judicial. Son aplicables a los procesos sobre intereses
difusos, las normas sobre acumulación subjetiva de
pretensiones en lo que sea pertinente. En caso que la
sentencia no ampare la demanda, será elevada en consulta
a la Corte Superior. La sentencia definitiva que declare
fundada la demanda, será obligatoria además para quienes
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no hayan participado del proceso. La indemnización que se


establezca en la sentencia, deberá ser entregada a las
Municipalidades Distrital o Provincial que hubieran
intervenido en el proceso, a fin de que la emplee en la
reparación del daño ocasionado o la conservación del
medio ambiente de su circunscripción."
Sumário:

1. INTRODUCCIÓN - 2. INTERESES DE GRUPO - 3. LEGITIMIDAD - 4. INTERVENCIÓN -


5. CONTROL JUDICIAL DE LA REPRESENTATIVIDAD ADECUADA - 6. NOTIFICACIÓN - 7.
CONSULTA A LA CORTE SUPERIOR - 8. COSA JUZGADA - 9. INDEMNIZACIÓN - 10. EL
FUTURO DEL DERECHO PROCESAL COLECTIVO EN PERÚ

1. INTRODUCCIÓN

El art. 82 del Código Procesal Civil representa una importante evolución del derecho
1
procesal civil peruano hacia los procesos colectivos en tutela de los derechos de grupo.
Los procesos colectivos son la respuesta del proceso civil contemporáneo a una sociedad
masificada. Los litigios de masa no pueden ser solucionados por procesos individuales
tradicionales, y el derecho peruano ha dado un paso seguro en dirección al futuro. En
este punto, el derecho peruano es uno de los más avanzados de los países de tradición
Romano-Germánica, pero hay mucho que hacer para desenrollar el derecho procesal civil
colectivo, este nuevo ramo del derecho procesal.

Los procesos colectivos son aquellos promovidos por un representante (legitimación) en


la defensa de un derecho de grupo (objeto del proceso) cuya inmutabilidad en la
2
autoridad de la sentencia alcanzará a un grupo de personas (cosa juzgada). En un
proceso colectivo, los derechos de grupo son presentados en juicio por un representante
3
y la sentencia será respecto a toda la controversia colectiva, alcanzando a los
miembros titulares del derecho del grupo.

El art. 82 ha sufrido una fuerte influencia del Código Procesal Civil Modelo para
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Iberoamérica del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal y, indirectamente,
también del derecho brasileño. Sin embargo, ha producido una solución peculiarmente
peruana.

El Código intenta reglamentar todo el o tema de los procesos colectivos en un único


artículo. Para lo que no esta reglamentado, se aplican las normas procesales generales,
cuando compatibles. Esto es insuficiente, principalmente en un país sin tradición sobre el
tema. Es verdad que el artículo contiene algunos de los temas más importantes de los
procesos colectivos (el objeto del proceso, la legitimidad procesal, la notificación y la
cosa juzgada), pero lo hace de forma muy ambigua y lacónica. Esta insuficiencia
legislativa trae muchos riesgos, pero también una gran oportunidad para desarrollo
jurisprudencial. Por esto, el futuro de los procesos colectivos está en las manos de los
jueces y los académicos que estudiarán el tema.

2. INTERESES DE GRUPO

El artículo 82 lleva a muchas dificultades interpretativas porque intenta definir el


concepto de intereses difusos. En verdad no debería haberlo hecho. El legislador peruano
has olvidado la máxima omnis definitio in iure civilis peri- culosa est (toda definición en
derecho es peligrosa).
5
Hay tantas definiciones de intereses difusos como artículos académicos sobre el tema.
Seria mejor evitar definiciones en la legislación y simplemente seguir la tradición
norte-americana de las class actions y autorizar la promoción de las acciones colectivas
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siempre que hayan “cuestiones comunes de hecho o de derecho.”

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Además de lo anterior, la definición hecha no es correcta.

En primer lugar, el art. 82 no incluye expresamente los intereses colectivos y los


individuales de origen común. Podemos decir, aún que con una cierta imprecisión, que
los derechos colectivos pertenecen a un conjunto determinado de personas. Los
derechos individuales homogéneos también pueden ser objeto de tutela a través del
proceso colectivo.

Para solucionar este problema, la jurisprudencia y doctrina peruanas deben evitar


interpretaciones muy formales de la ley. La mejor interpretación de este artículo es la
más amplia posible, interpretando la expresión “intereses difusos” como género que
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incluye las especies “difusos”, “colectivos” y “individuales de origen común”.

Además, el art. 82 limita el concepto de “intereses difusos” a aquellos intereses de un


conjunto “indeterminado” de personas. Aquí es preciso distinguir “indeterminado” de
“indeterminable”. Indeterminable es lo que no puede ser determinado. Esto no es
exigido por la ley. Indeterminado es lo que no está y no necesita ser determinado. En los
procesos colectivos, el grupo permanece indeterminado aún que sea posible hacerlo.

Además, el art. 82 limita el concepto a aquellos intereses respecto a bienes de


“inestimable” valor patrimonial. Este es un grande error de opción política. La calidad de
“inestimable” parece ser parte de la definición de “intereses difusos” en el derecho
positivo peruano. Si la parte contraria lograr convencer el juez de que el bien no es de
inestimable valor patrimonial, enfrentaremos una dificultad de aplicación de la norma.

El hecho de el bien tener o no valor patrimonial inestimable es irrelevante. Además, crea


innecesariamente un incidente en el proceso donde, en vez de debatir el mérito del
proceso, discutiese si el valor del bien es inestimable o no. El asunto ameritará que los
jueces, a través de una interpretación extensiva o analógica, apliquen el art. 82 a
procesos colectivos en tutela de derechos que no sean de inestimable valor.

Por fin, el art. 82 limita el concepto de intereses difusos a los temas de medio ambiente,
consumidor y bienes culturales. La lista es simplemente ejemplificativa y la tutela
colectiva no está cerrada para otras áreas del derecho. Pero no debería haberlo hecho.
Será necesario aquí también que la correspondiente entidad judicial ofrezca una
interpretación más amplia de la ley y permita procesos colectivos en todos los casos
donde hay cuestiones comunes de hecho o de derecho.

Todos esos problemas interpretativos son innecesarios y podrían ser evitados con una
mejor definición o, aún mejor, sin ninguna definición legal de los intereses difusos. Ahora
es función de la doctrina y la jurisprudencia trabajar con los datos legislativos para criar
una respuesta procesal adecuada al fenómeno de la tutela jurisdiccional de los derechos
de grupo.

3. LEGITIMIDAD

Los derechos de grupo tienen tradicionalmente un grande problema, porque pertenecen


a todos en general, pero a nadie in particular. Ninguna persona individual puede decirse
titular exclusivo del derecho a un medio ambiente saludable o al patrimonio cultural.
Esto cría serios problemas de legitimidad procesal en el derecho procesal clásico. Sin
embargo, el art. IV del Título Preliminar del Código de Proceso Civil es claro al excluir la
legitimación a la tutela de los derechos difusos de la regla general según la cual
8
solamente el titular del derecho material tiene legitimidad para promover el proceso.

La legitimidad para promover el proceso colectivo es atribuida por el art. 82


exclusivamente al Ministerio Público y a las asociaciones o instituciones sin fines de
lucro. A estos legitimados, el art. 1.º de la Ley 27.752 de 08.06.2002 ha acrecentado los
Gobiernos Regionales, los Gobiernos Locales, las Comunidades Campesinas y/o las
Comunidades Nativas en cuya jurisdicción se produjo el daño ambiental o al patrimonio
cultural.
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La solución de atribuir legitimidad a entidades públicas y privadas, que es influenciada


por el derecho brasileño, parece ser más adecuada que la solución norte-americana, que
legitima directamente a los miembros del grupo. La solución peruana estimula la
organización de la sociedad en asociaciones, mientras la solución americana confía en
que un abogado, interesado en honorarios de alto valor, patrocine los intereses de un
grupo. El miembro del grupo tiene una pretensión demasiado pequeña para que tenga
9
interés en controlar el proceso y el abogado es el verdadero domino litis.

Las asociaciones o instituciones sin fines de lucro deben de ser considerados los
verdaderos protagonistas de la tutela de los intereses difusos. La sociedad peruana
necesita organizarse para protegerse judicialmente de las violaciones a sus derechos. Sin
embargo, la legitimidad del Ministerio Público es muy importante en cuanto la sociedad
no se organiza para defenderse. Por esto, esta solución debe de ser considerada
temporaria.

La legitimación del Ministerio Público acarrea un problema para el derecho peruano. Esta
solución está funcionando bien en Brasil en este momento, en la ausencia de la
actuación de las asociaciones. Sin embargo, tal vez esta no sea la opción política más
adecuada en Perú. En Brasil, desde la Constitución de 1988, el Ministerio Público es
independiente del Poder Ejecutivo, tiene un presupuesto substancial, paga buenos
salarios a los promotores, que poseen garantías constitucionales similares a las de los
jueces (inamovilidad, estabilidad, independencia). Además, la institución brasileña ha
aceptado su rol como protector de los intereses de la sociedad. Sin estas garantías y sin
independencia, el miembro del Ministerio Público no podrá ser un representante
adecuado de los intereses del grupo, principalmente contra violaciones cometidas por el
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propio Estado.

4. INTERVENCIÓN

Los legitimados a promover los procesos colectivos pueden intervenir en aquellos


promovidos por otros legitimados. No era necesario dejar esto claro en el art. 82, ya que
el art. 89 permite que “un tercero legitimado” pueda intervenir en el proceso e
incorporar otras pretensiones.

Esta posibilidad es muy importante en la práctica, porque los entes legitimados podrán
intervenir en el proceso colectivo para incorporar nuevas pretensiones, controlar la
adecuación del autor o ayudarlo de otra forma. El objetivo es la protección adecuada de
los derechos de grupo, por lo tanto, la intervención hecha de buena fe es siempre
bienvenida. Por esto, los intervinientes deben de recibir honorarios proporcionales a su
participación.

La necesidad de fiscalización en los procesos colectivos es esencial, para garantizar la


tutela adecuada de los intereses de grupo. Por esto, la ley prevé que el juez deberá
incorporar los Gobiernos Locales como litisconsortes necesarios en todos los procesos
relacionados con la defensa del medio ambiente o de bienes o valores culturales,
promovidos por otros legitimados.

Por el mismo motivo, el Ministerio Público debería ser notificado de todos los procesos
colectivos promovidos por otros legitimados, para que pueda intervenir como fiscal de la
correcta aplicación de la ley (custos legis). Esta es la solución brasileña.

Como los miembros del grupo no tienen legitimidad para promover un proceso colectivo,
solamente los legitimados podrán intervenir. Los miembros del grupo, sin embargo,
podrán participar del proceso informalmente con informaciones, con la permisión y el
control del juez.

5. CONTROL JUDICIAL DE LA REPRESENTATIVIDAD ADECUADA

Segundo el art. 82, las asociaciones solamente estarán legitimadas para promover
procesos colectivos, cuando el juez y la ley lo permita. Esta norma es una apertura para
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el control judicial de la representatividad adecuada.

La garantía constitucional del debido proceso legal no permite que una persona tenga su
12
derecho juzgado sin posibilidad de ser oído en contradictorio. Sin embargo, el derecho
al contradictorio está preservado cuando el proceso es encaminado a través de un
contradictorio conducido por un representante adecuado. Es lo que Mauro Cappelletti ha
13
llamado debido proceso legal colectivo.

Por esto, el juez está obligado a verificar si el autor está conduciendo el proceso de
forma adecuada, como un adecuado representante de los intereses del grupo titular del
derecho. Sin representatividad adecuada, no hay proceso colectivo.

El único error del art. 82 es no incluir expresamente el Ministerio Público y otros


legitimados en este control de la representatividad adecuada. Pero este error puede ser
solucionado por una interpretación inteligente de la norma, que considere la garantía
constitucional del debido proceso legal.

6. NOTIFICACIÓN

El objetivo debe de ser promover una notificación adecuada a los miembros del grupo, al
Ministerio Público y a otras asociaciones o instituciones sin fines de lucro interesadas en
el objeto del proceso.

Una adecuada notificación a los miembros del grupo es fundamental para preservar el
debido proceso legal del grupo titular del derecho. No es aceptable que los derechos de
personas ausentes sean juzgados sin que estos sean adecuadamente informados sobre
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el proceso.

De acuerdo con la ley, una síntesis de la demanda será publicada en el diario oficial y en
otro diario que publique los avisos judiciales. Si esto tipo de notificación es suficiente,
depende de cada caso concreto. De no ser suficiente, el juez debe promover notificación
adicional.

7. CONSULTA A LA CORTE SUPERIOR

Caso la sentencia sea contraria a la demanda del grupo, será elevada en consulta a la
Corte Superior (véase arts. 408 y 409). Esta regla existe porque los intereses difusos
son de la titularidad de un conjunto de personas que no están presentes en el proceso
(partes ausentes, o absent parties del derecho norte-americano). Estos miembros
ausentes del grupo necesitan una protección extra por parte del Poder Judiciário.

8. COSA JUZGADA

La ley es clara al decir que la sentencia favorable a los intereses difusos tendrá fuerza de
cosa juzgada contra todos los miembros del grupo (erga omnes), aún aquellos que no
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hayan participado del proceso.

El artículo es omiso en cuanto a las sentencias contrarias a los intereses difusos. A


través de una interpretación a contrario sensu, auxiliada por un estudio de derecho
comparado, puede-se concluir que la sentencia contra lo intereses difusos no tendrá la
fuerza de cosa juzgada erga omnes. Los miembros del grupo no estarán vinculados por
la sentencia en este proceso colectivo. Esto quiere decir que el mismo proceso colectivo
puede ser promovido otras veces pelos legitimados. Este es un caso verdadero de cosa
juzgada secundum even- tum litis, en el cual la cosa juzgada depende del evento final
del proceso: no hará cosa juzgada en caso de sentencia desfavorable a los intereses del
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grupo.

Yo ya he manifestado en otra oportunidad mi oposición a un sistema de cosa juzgada


que no sea pro et contra. Sin embargo, la cosa juzgada secundum eventum litis parece
ser una solución adecuada para la situación peruana, en este momento histórico.
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Primero porque el país no tiene tradición con los procesos colectivos y segundo porque la
reglamentación de los procesos colectivos en la ley es insuficiente. Sin embargo, la cosa
juzgada secundum eventum litis tiene muchos inconvenientes prácticos. Con la evolución
del derecho procesal civil colectivo en Perú, esta regla debe de ser revisitada.

9. INDEMNIZACIÓN

Este párrafo parece estar en directa contradicción con la propia definición de intereses
difusos. Si estos son intereses respectos de bienes de valor patrimonial inestimable,
¿como calcular una indemnización?

La indemnización de bienes de valor patrimonial inestimable debe de ser calculada no


por el valor intrínseco de estos, sino por el valor necesario para recuperarlos.

El valor obtenido con la indemnización en un proceso colectivo deberá ser entregado a


órganos públicos para que la empleen en la reparación del daño ocasionado o la
conservación del medio ambiente de su circunscripción.

Pero ¿qué hacer cuando el daño ocasionado no puede ser reparado? Por ejemplo, si una
construcción o objeto del patrimonio cultural se ha destruido completamente y no se
puede reparar ni reconstruirlo, ¿qué hacer con el valor obtenido con la indemnización?

La solución del derecho brasileño, influenciado por algunas decisiones del derecho
norte-americano, es que este valor sea utilizado de forma creativa, indirectamente
relacionada al derecho violado. El importante no es solamente la reparación del daño
causado, sino también hacer con que el demandado pague lo daño que ha causado y
servir de desestímulo para aquellos en posición de violar derechos de grupo.

10. EL FUTURO DEL DERECHO PROCESAL COLECTIVO EN PERÚ

El art. 82 reglamenta temas importantes para los procesos colectivos, pero lo hace de
forma incompleta y ambigua. Por lo tanto, el desarrollo de la tutela de los intereses
difusos en Perú está largamente confiado a las interpretaciones judiciales. El rol de los
académicos también será de capital importancia, pues podrán auxiliar a las
interpretaciones judiciales a través de investigaciones críticas de derecho comparado que
17
colmaten los vacíos y ambigüedades dejados por el Código Procesal Civil.

Hay mucho que aprender con la experiencia de las class actions norte-ame- ricanas, que
fueron transplantadas con suceso en Canada y Australia. También los derechos brasileño
y colombiano son modelos muy importantes de comparación para Perú. La experiencia
italiana y alemana también puede ser muy útil, particularmente cuanto a los derechos no
patrimoniales.

Perú debería seguir los ejemplos de sus colegas latinoamericanos Brasil y Colombia, que
18
han promulgado leyes específicas sobre los procesos colectivos. Hay muchos modelos
para influenciar el derecho peruano.

Recientemente el Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal ha aprobado un Código


Modelo de Procesos Colectivos para Iberoamérica. Los Relatores de este proyecto han
sido Ada Pellegrini Grinover, Kazuo Watanabe y Antonio Gidi (todos de Brasil). El
proyecto ha sido revisado por una Comisión Revisora formada por Aluisio G. de Castro
Mendes (Brasil), Ángel Landoni Sosa (Uruguay), Anibal Quiroga León (Perú), Enrique M.
Falcón (Argentina), José Luiz Vázquez Sotelo (España), Ramiro Bejarano Guzmán
(Colombia) (voto de abstención), Roberto Berizonce (Argentina) y Sergio Artavia (Costa
19
Rica). Otro proyecto de Código de Proceso Colectivo aún más sofisticado que el Código
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Modelo Iberoamericano ha sido presentado algunos años antes por Antonio Gidi.

Estos dos proyectos, además de la experiencia del derecho comparado pueden servir de
modelos a la creación de un Código Peruano de Proceso Civil Colectivo y al desarrollo de
un Derecho Procesal Civil Colectivo en Perú.

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1 Publicado como comentários ao art. 82 do Código Procesal Civil Peruano. In: Johan
Camargo Acosta (coord.). Código Procesal Civil comentado por los mejores especialistas.
Peru: Adrus, 2010. p. 359-370.

2 Antonio Gidi. El concepto de acción colectiva. In: ______; Eduardo Ferrer Mac-Gregor
(coords.). La tutela de los derechos difusos, colectivos e individuales homogéneos.
Instituto iberoamericano de Decrecho Procesal. 2. ed. México: Porrúa, 2004; Coisa
julgada e litispendência em ações coletivas. São Paulo: Saraiva, 1995, p. 15-16; José
Carlos Barbosa Moreira, Ações coletivas na Constituição Federal (LGL\1988\3). Revista
de Processo 61/186. São Paulo: Ed. RT, 1991; Kazuo Watanabe, Demandas colectivas e
os problemas emergentes da práxis forense. As garantias do cidadão na justiça, p. 195;
Hugo Nigro Mazzilli, A defesa dos interesses difusos em juízo. São Paulo: Saraiva, p.
27-29; Idem. Interesses coletivos e difusos. Justitia, vol. 157, p. 44. São Paulo:
Ministério Público do Estado de São Paulo, jan.-mar. 1992; Ação civil pública, Livro de
estudos jurídicos. Rio de Janeiro: Instituto de Estudos Jurídicos, 1992. vol. 4, p. 96.

3 Aún que se utilice aquí la expresión “representante”, es de se observar que esta


palabra no es utilizada en el sentido técnico-jurídico. Representante aquí es simplemente
un porta voz.

4 Cf. Texto del anteproyecto del Código Procesal Civil Modelo para Iberoamérica, Revista
de Processo 52/1988, artículos 53 y 194. São Paulo: Ed. RT, jul. 1988. Véase también:
[www.iidp.org/index.cgi?wid_seccion=6&wid_item=13]. Aceso en: 04.03.2012.

5 Ante las muchas definiciones contradictorias, los derechos difusos pueden ser llamados
sarcásticamente “derechos confusos y profusos”. Véase Oliva Santos, Andrés de la y
Díez-Picazo Giménez, Ignacio, Derecho procesal civil. El proceso de declaración. Madrid:
Editorial Universitaria Ramon Areces, 2000, p. 596. Massimo Vilone llamó a los derechos
difusos un personaggio assolutamente misterioso. Véase Massimo Vilone. La colocazione
istituzionale dell’interesse diffuso. Considerazione sul sistema statunitense. In: Antonio
Gambaro (coord.). La tutela degli interessi diffusi nel diritto comparato. Milano: Giuffrè,
1976, p. 71 y 73.

6 Cf. Antonio Gidi, A class action como instrumento de tutela coletiva dos direitos. As
ações coletivas em uma perspectiva comparada. São Paulo: Ed. RT, 2007, p. 79-88 y
Las acciones colectivas y la tutela de los derechos difusos, colectivos e individuales en
Brasil. Un modelo para países de derecho civil. Mexico: Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la Unam, 2004, p. 176-177 y 64-67.

7 El derecho brasileño es una buena fuente informativa para la definición de derechos


difusos, colectivos e individuales homogéneos, véase Antonio Gidi. Derechos difusos,
colectivos e individuales homogéneos. La tutela de los derechos difusos, colectivos e
individuales homogéneos 25. 2. ed. Gidi & Ferrer eds., 2004; Kazuo Watanabe, Código
Brasileiro de Defesa do Consumidor comentado pelos autores do anteprojeto, 6. ed., Rio
de Janeiro: Forense Universitátia, 1999, p. 716-731.

8 Sobre la legitimidad para promover procesos colectivos, véase Antonio Gidi,


Legitimación para demandar en las acciones colectivas. La tutela de los derechos difusos,
colectivos e individuales homogéneos 25. 2. ed. Gidi & Ferrer eds., 2004; Véase Mauro
Cappelletti, Governmental and private advocates for the public interest in civil litigation:
a comparative study, Access to justice. Promising institutions (Cappelletti & Weisner ed.,
1979), t. II, p. 773-775.

9 Obviamente, en los casos limitados de acciones populares, la legitimidad es de


individuos. Vease Constitución art. 200, Inc. 5 y Ley 24.968.
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10 Cf. Mauro Cappelletti, Dimensioni della giustizia nelle societá contemporanee.


Bologna: Il Mulino, 1994, p. 87-88 y 109-110.

11 Sobre el control de la representatividad adecuada, véase Antonio Gidi, La


representación adecuada en las acciones colectivas brasileñas y el avance del Código
Modelo. La tutela de los derechos difusos, colectivos e individuales homogéneos cit.; A
class action como instrumento de tutela coletiva dos direitos… cit., p. 99-135.

12 Sobre el debido proceso legal, véase Aníbal Quiroga León, El debido proceso legal en
el Perú y el sistema iberoamericano de protección de derechos humanos, Lima: Jurista
Editores, 2003; Luis Marcelo de Bernardis, La garantía procesal del debido proceso.
Lima: Cultural Cuzco Editores S.A., 1995.

13 Cf. Mauro Cappelletti, The judicial process in comparative perspective.


Gloucestershire: Clarendon Press, 1991, p. 304.

14 Sobre la notificación en los procesos colectivos en Estados Unidos, véase Antonio


Gidi, A class action como instrumento de tutela coletiva dos direitos… cit., p. 213-242.

15 Sobre la cosa juzgada en los procesos colectivos, véase Antonio Gidi, Coisa julgada e
litispendência em ações coletivas cit.; Cosa juzgada en acciones colectivas. La tutela de
los derechos difusos, colectivos e individuales homogêneos, 261 (Gidi & Ferrer Eds., 2.
ed., 2004), p. 261-295; Las acciones colectivas y la tutela de los derechos difusos,
colectivos e individuales en Brasil…cit. p. 95-113; Ada Pellegrini Grinover, Código
Brasileiro de Defesa do Consumidor comentado pelos autores do anteprojeto, 2. ed. Rio
de Janeiro: Forense Universitária, 1999, p. 802-834.

16 Esta solución es parecida, pero muy diferente de la solución del derecho brasileño y
la propuesta del Código Modelo Ibero-Americano. En el derecho brasileño, el proceso
colectivo no puede más ser promovido por ningún legitimado (por esto no es caso de
secundum eventum litis), pero acciones individuales en tutela de los derechos
individuales pueden ser propuestas. Cf. Antonio Gidi, Coisa julgada e litispendência em
ações coletivas cit., p. 72-73 y 126-127.

17 Cf., por ejemplo, los excelentes trabajos de Daniel Ronald Raá Ortiz y Johan S.
Camargo Acosta, Y Ahora… ¿quién podrá defenderme? Algunos aportes adicionales
respecto a la protección procesal de los intereses difusos en el Perú, Revista id est ius, n.
2, año II, Arequipa: Editorial Adrus, jun. 2006 y Aníbal Quiroga León, La protección de
intereses difusos y colectivos en la legislación peruana y el Proyecto de Código Modelo
de Procesos Colectivos para Iberoamérica. La tutela de los derechos difusos, colectivos e
individuales homogéneos: hacia un Código Modelo para Iberoamérica. Ciudad de México:
Porrúa, 2003, p. 476-489.

18 Las principales leyes en Brasil sobre el tema son la Lei da Ação Civil Pública y el
Código de Defesa do Consumidor (LGL\1990\40). En Colombia, la ley principal es la Ley
472 de 1998. V. Ley de Enjuiciamiento española, arts. 11, 15, 78.4, 221 y 519; Regla
23, de las Federal Rules of Civil Procedure de los Estados Unidos etc.

19 Véase [www.iidp.org/index.cgi?wid_seccion=6&wid_item=13]. Aceso en: 04.03.2012.

20 Cf. Antonio Gidi, Código de Proceso Civil Colectivo. Un modelo para países de derecho
civil. Revista Práctica de Derecho de Daños, vol. 11, p. 56, Espanha: La Ley, 2003,
también publicado en Antonio Gidi, Las acciones colectivas y la tutela de los derechos
difusos, colectivos e individuales en Brasil. Un modelo para países de derecho civil.
Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Unam, 2004, p. 137-157.

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