Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
No hay un orgullo y una gloria mayor que ser el instrumento perfecto del
Maestro.
Déjate llevar por la inspiración de Dios y sé como una hoja en la tempestad; ponte
en Sus manos y sé como la espada que corta y la flecha que se dirige hacia la
meta. Deja que tu mente sea como el resorte de una máquina, deja que tu fuerza
sea como el disparo de un revolver, deja que tu trabajo sea como el declive tajante
y formativo del acero en su objeto. Deja que tu palabra sea el resonar del martillo
sobre el yunque y el gemido del motor en su labor y el llanto de la trompeta que
proclaman la fuerza de Dios en todas las regiones. En cualquier forma has de hacer
lo que hace un instrumento de trabajo con naturalidad porque está diseñado para
eso.
Todas esas cosas son, porque ellas están en tu naturaleza que está en el proceso
de refinamiento o evolución. Porque la Naturaleza es el trabajador y ¿qué es lo que
ella trabaja? Ella forma y modela la mente, la vida y la materia imperfecta y
tosca y hace de ellos un ser perfectamente consciente.
Pero para ti hay una acción especial, una naturaleza propia y una energía
individual. Síguela, como el ancho río que corriendo llega hasta su cause, hasta que
te lleve allí, donde está esa fuente, esa causa, ese origen infinito.
Cuando eso esté hecho, tendrás la delicia libre y emancipada en la verdad de tu ser
individual, en tu fuerza, tu gloria, tu belleza y tu conocimiento; y en la negación de
esas cosas tendrás la delicia también. Porque todo esto es la máscara dramática de
la Persona y de la imagen en sí del propio Escultor.
¿Por qué deberás limitarte a ti mismo? Siéntete también en la espada que te corta
y en los brazos que te abrazan, en el fuego del sol, en el baile de la tierra, en el
vuelo del águila, en la canción del ruiseñor, en todo lo que ha pasado, en todo lo
que ahora es y en todo lo que llegará a ser. Porque tú eres infinito y toda esta
felicidad es posible para ti.
La felicidad del Maestro poseída. No hay nada más que él pueda conquistar. Porque
él, se dará Él mismo a todas las cosas y a todas las criaturas, obteniendo, dando,
haciendo y disfrutando por su porción propia, y también por lo indivisible.