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Comercio electrónico

Podemos entender que el comercio electrónico es aquel que abarca la compra y venta de
bienes y prestación de servicios entre consumidores y empresarios, atravez de dichos
soportes económicos, que nos brinda la tecnología como la información y el fácil acceso a
la comunicación, también a las negociaciones precedentes y posteriores directamente
relacionadas con dichos contratos tales como la oferta contractual, contra ofertas, pago
electrónico entre otros.
¿Ahora bien como se da una contratación electrónica?
La contratación electrónica, podemos definirla como dicha contratación que se produce por
medio de la utilización o uso de un elemento electrónico cuando esta tiene un suceso o
incidencia real y directa sobre la formulación y manifestación de las voluntades, pero dicho
tipo de contratación no da origen a una nueva teoría contractual.
Este tipo de contratación puede generar alguna validez
Según la ley 24 del 2002 nos define que dichos contratos electrónicos tienen validez ya que
cumplen con los requisitos de los contratos tradicionales, solo que este opera por una vía
electrónica o telemática. Según la ley anteriormente mencionada dicha validez se da por el
mero consentimiento, la oferta y aceptación de las partes por vía electrónica sin que este
acuda necesariamente a un contrato previo por escrito.
Consentimiento en el comercio electrónico
Con respecto al código de comercio en su artículo 1262 a 1270 donde nos manifiesta el
consentimiento como un acuerdo entre las voluntades, donde dicho consentimiento no
requerirá de ninguna formalidad concreta.
Ahora bien, este se manifiesta por el concurso que se da atravez de la oferta y aceptación
sobre la causa y cosa que constituye el contrato. En un contrato electrónico este se puede
considerar como el elemento fundamental aun como en los contratos fundamentales
siguiendo las reglas del código civil.
Dichas partes al manifestar su voluntad de contratar u obligarse, estas pueden hacerlo de la
manera que más les parezca conveniente para ellas, de acuerdo al principio de libertad que
de una u otra forma rigen en el derecho privado, de igual manera este es aplicable también
al contrato electrónico. Ahora bien, el consentimiento electrónico establece un tipo especial
de declaración de la voluntad negocial, cuya validez no depende de un contrato escrito
previo o posterior, ni tampoco el traslado del consentimiento a un soporte informático, ni a
la utilización de una firma electrónica, ni la justificación escrita posterior a la celebración
del contrato ni ningún otro requisito formal. Concluyendo así que cualquier contrato en el
que el ordenamiento jurídico no exija una solemnidad, o también aquellos contratos en los
que la ley pide forma documental privada son capaces de ser celebrados electrónicamente.

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