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Foucalt PDF
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Javier Brown
Chamber of Deputies, Mexico
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All content following this page was uploaded by Javier Brown on 18 May 2016.
INTRODUCCIÓN
Sin duda, los bibliotecarios pueden sentirse ofendidos cuando digo que es precisamente
el documento de archivo el más grande tesoro documental con el que puede contar la
humanidad, para la reconstrucción de los auténticos y profundos hilos históricos. Pero
estoy convencido de esta afirmación y lo que aquí quiero presentar es un breve bosquejo
de un filósofo francés que amó con pasión a los archivos y a los documentos de archivo,
que los supo valorar y que dio al mundo la historia más inquietante que puede
reconstruirse a partir del archivo: una historia íntima, personal y reservada.
Me refiero a Michel Foucault, el filósofo que nos reveló los caminos más intrincados de la
historia reciente, que anunció, después de Nietzsche ya no sólo la muerte de Dios, sino la
del hombre mismo, que habló acerca de la locura y de la marginación, de la exclusión y
de la reclusión, de la prisión y del panoptismo, de la episteme y de las formaciones
discursivas.
Foucault vivió en nuestro siglo y fue uno más de los ejemplos paradigmáticos de
intelectuales finiseculares (como sus colegas Derrida, Barthes y Deleuze en Francia o el
en apariencia distante Jürgen Habermas, en Frankfurt). Nacido en Poitiers en 1926 y
muerto en París en 1984 Foucault será sin duda recordado como uno de los grandes
pensadores de este siglo y como un renovador de nuestra forma de pensar y hacer
historia.
1
“El sexo como moral”. En Saber y verdad. Madrid, La Piqueta, 1991. p. 194. (Colec.
Genealogía del Poder)
El proyecto de esta ontología, consiste en la comprensión del hombre, del ser que en
cada caso somos nosotros, a partir de una cierta perspectiva de la historia y del acontecer
histórico. Esta perspectiva es la genealogía.
NIETZSCHE Y LA GENEALOGÍA
2
La genealogía de la moral: un escrito polémico. México, Alianza Editorial, 1997, 203 p.
(Libro de bolsillo; No. 356) p. 24
3
“Nietzsche, la genealogía, la historia”. En Microfísica del poder. 3ª ed. Madrid, La
Piqueta, 1992. p. 7
2
1ª. La etimología, o sea, la biografía de la palabra, su punto de nacimiento.
2º. El origen histórico de esa palabra, su génesis ya no meramente verbal, sino
condicionada por su uso.
Para finalizar con la genealogía diremos que ésta “… es el arte de interpretar las
interpretaciones. Pone en evidencia las valoraciones últimas que llevan a interpretar de tal
o cual modo, y que mueven a manipular un discurso en una u otra dirección. Es la lectura
que desanda la identidad, la disuelve en la historia, demuestra el origen inventado de
todas las identidades…”4. De esta forma, la genealogía, como método, se relaciona con
otro método, que en este siglo, ha tenido un importante resurgimiento: la hermenéutica.
4
Hopenhayn, Martin. Después del nihilismo: de Nietzsche a Foucault. p. 32-33
3
MICHEL FOUCAULT: LA HISTORIOGRAFÍA Y LA ARCHIVONOMÍA
LA RECONSTRUCCIÓN BIOGRÁFICA
A través del documento de archivo pude lograrse la reconstrucción del yo que habla
detrás de las obras, del autor. El autor es el criterio fundamental para la ordenación y
evaluación del documento. Pero lo que se dice sobre el autor, sus anécdotas, suelen ser
el rostro evidente, la personalidad pública, lo inmediato y de fácil acceso. Un caso
paradigmático: refiriéndose al libro publicado sobre Mallarmé de J.P. Richard, Foucault
“expone el nuevo objeto del análisis literario que están proponiendo los nuevos materiales
de archivo disponibles desde el siglo diecinueve, especialmente los esbozos y borradores
de obras y también los indicios y datos biográficos de la vida del autor. El gran logro del
libro de Richard es, según Foucault, la perspicacia con que maneja el rango completo de
esa nueva “masa documental”: El Mallarmé a que se refiere en sus análisis no es el mero
sujeto gramatical ni el sujeto psicológico profundo; es, en cambio, el que dice “Yo” en las
obras, las cartas, los borradores, los esbozos, los secretos personales…”6. Es el yo que
se puede reconstruir a partir del documento de archivo, el yo más profundo, que no se
presta a investigación psicológica, porque nos presenta al sujeto en su circunstancia más
íntima, nos da acceso a su yo más profundo. Las consecuencias de esta indagación en el
documento de archivo, para enriquecer la crítica literaria y biográfica, son enormes:
1ª. La reconstrucción del trabajo de elaboración de una obra, a partir de sus bocetos
sucesivos, los cuales son los tanteos que representan la aproximación a una temática.
2ª. La indagación sobre las motivaciones reales, más profundas y secretas del autor en lo
que se refiere a la obra, al tema escogido, a los personajes, etc.
3ª. Los proyectos más personales e íntimos, los cuales sólo pueden reconstruirse al nivel
epistolar.
5
Miller, James. La pasión de Michel Foucault. p. 148
6
Ibid. p. 525
4
LA RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA
Para la elaboración de su primera gran obra, titulada en una primera edición Locura y
Civilización, posteriormente reeditada como Historia de la locura en la época clásica,
Foucault tiene dos poderosas fuentes inspiradoras: la última presentación pública de
Anhonin Artaud, el 24 de enero de 1947, en París y los documentos de archivo: “Se
organizó una rutina: cada día, entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde,
desaparecía en los archivos, buscando inspiración”7. Nótese que Foucault no buscaba en
los archivos información, sino inspiración, los documentos de archivo eran sus musas y
en realidad le llevaron a crear una obra que, al ser publicada en 1961, llevaría a Foucault
al más alto nivel de la intelectualidad francesa, a ser considerado como maitre à penser,
un maestro del pensamiento. Notable honor en el que los archivos aportaron los
materiales más valiosos para la reconstrucción de una historia: la segregación de los
locos.
La obra no sólo causó profundo impacto en los círculos académicos, sino que los
profesores de la Sorbona que evaluaron los conocimientos y la capacidad académica de
la obra (que fue la tesis doctoral de Foucault), “quedaron maravillados con la erudición y
el manejo de fuentes y archivos hasta entonces ignorados”.8 Así, esta obra implicaba,
entre otras cosas
7
Ibid. p. 133
8
Ibid. p. 140
9
Ibid. p. 192
5
El sentido de esta búsqueda se apunta ya desde el inicio del libro: “Tengo el propósito de
describir enunciados en el campo del discurso y las relaciones de que son susceptibles”10.
Por otro lado, Foucault concibe a los enunciados no en su forma gramatical sino como
una función. Es inútil buscar al enunciado del lado de los agrupamientos unitarios de
signos. “El enunciado no es… una estructura (es decir un conjunto de relaciones entre
elementos variables, que autorice así un número quizá infinito de modelos concretos); es
una función de existencia que pertenece en propiedad a los signos y a partir de la cual se
puede decidir, a continuación, por el análisis o la intuición, si “casan” o no, según qué
reglas se suceden o yuxtaponen, de qué son signo y qué especie de acto se encuentra
efectuado en su formulación (oral o escrita)”11. Así, el enunciado puede tener dos formas
de existencia: en el texto del documento y en las palabras pronunciadas. Pero, el
enunciado “… no es en sí mismo una unidad, sino una función que cruza un dominio de
estructuras y de unidades posibles y que las hace aparecer, con contenidos concretos, en
12
tiempo y en el espacio” .
1. La arqueología pretende definir los discursos en tanto prácticas que obedecen a unas
reglas.
3. La arqueología Define unos tipos y unas reglas de prácticas discursivas que atraviesan
unas obras individuales, que a veces las gobiernan por entero y las dominan sin que se
les escape nada; pero que a veces también sólo rigen una parte.
Podemos ver entonces que Foucault se interesa de manera muy particular por el
discurso: su método se centra en el elemento fundamental del discurso: el enunciado, al
cual considera como una función, algo que el ser humano realiza en tanto que homo
loquens. Las formaciones discursivas están constituidas por el enunciado y su método
consiste en el estudio de enunciados que conforman cierto tipo de formaciones
discursivas. En este sentido, Foucault comparte un interés común a Wittgenstein y al
positivismo lógico, así como con Heidegger y Nietzsche.
10
Foucault, Michel. La arqueología del saber. p. 50
11
Ibid. p. 145
12
Idem.
13
Cfr. Ibid. p. 233-235
6
Dentro de la obra de Foucault se habla también del archivo, pero esta palabra, adquiere
en la terminología del filósofo francés un uso nuevo. Foucault no se refiere a un objeto ni
a un lugar, ni siquiera a lo que nosotros conocemos como archivo. Para Foucault, el
archivo ”Es el sistema general de la formación y de la transformación de los
14
enunciados” . Por lo tanto, no se refiere a algún lugar, ni a los documentos, sino a un
sistema de reglas que permiten que en un momento dado se pueda formar un enunciado
y no otro. El archivo es así, el sistema que condiciona lo que yo puedo decir o no decir en
algún momento dado; es el a apriori del discurso posible y del discurso límite.
A pesar de que el término archivo tiene en Foucault un uso diferente al normal, existe en
este filósofo una valoración del archivo y del documento de archivo, a la vez que existe
una metodología subyacente, la genealogía. He querido realizar estas precisiones debido
a que sé que alumnos de la licenciatura en archivonomía han leído ya la Arqueología del
saber (quizá más por deber escolar, que por gusto, y quizá más porque creen encontrar
en la parte referida al archivo algo que indique un método para el desarrollo de la
actividad archivística). En este sentido, puede haber algunos equívocos:
2º. El método de Foucault es útil para los archivistas, en la medida en que éstos deseen
incursionar en los difíciles caminos de la ciencia histórica (la historiografía).
3º. El reto que aparece aquí, aunque de manera implícita, es que el archivista no sólo se
comprometa con la ordenación de los documentos que conformen un archivo, sino
también con su conocimiento. En este sentido, al conocer los documentos que conforman
el acervo del archivo, y al estudiarlos a partir de una metodología como el análisis del
discurso, propuesta por Foucault, el archivista podrá elevar su práctica profesional a un
nivel más científico y agregar valor a lo ya contenido en sus archivos.
7
el archivista salga de la ordenación y descripción, para adentrarse en la explicación e
interpretación de los textos, avanzará y se consolidará no sólo como organizador y
sistematizador de los saberes más íntimos del género humano, sino también como
intérprete y difusor de nuestra historia privada.
En este sentido, puede llegar a ser lo que James Miller relata sobre la labor
historiográfica: “El historiador que abraza su daimon [su genio inspirador, su musa]
gracias a intermediarios tan heterogéneos como los documentos de archivos y su propia
“experiencia interior”, se convierte, de hecho, en un visionario, en “el individuo que ve y
que narra desde el punto de partida de su vista”.
BIBLIOGRAFÍA
1. Brown César, Javier. De la “biografía” del poder a la genealogía del poder. En Bien
Común y Gobierno. No. 40. Marzo de 1998. p. 96-101
3. Foucault, Michel. La arqueología del saber. 17ª ed. México, Siglo XXI, 1996
5. - - - - Las palabras y las cosas. 13ª ed. México, Siglo XXI, 1995. 375 p.
8. Miller, James. La pasión de Michel Foucault. Chile, Andrés Bello, 1996. 644 p.
10. Platón. Cratilo. México, UNAM, Instituto de Investigaciones Filológicas, 1988. CXLVII,
90 p. (Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana)