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Señora

ALCALDESA MUNCIPAL DE BARBOSA – SANTANDER


E. S. D.

REFERENCIA: Querella de Perturbación a la Posesión


De: NOLBERTO ROMERO CHACON
Vs. ANGEL MARIA AVILA y demás personas indeterminadas

ACCION DE NULIDAD Y SOLICITUD DE REVOCATORIA DIRECTA

DANIEL MARTINEZ CAMACHO, mayor de edad, identificado con cédula de


ciudadanía No 80.260.968 de Bogotá, Abogado en ejercicio, portador de la Tarjeta
Profesional No. 62.051 expedida por el Consejo Superior de la Judicatura, domiciliado
y residente en la calle 65 sur No. 80 – 51 3º Piso de Bogotá, en mi calidad de
apoderado judicial del señor ANGEL MARIA AVILA, querellado dentro del proceso
de la referencia, de la manera más comedida me dirijo a su Despacho, para solicitar la
Nulidad de las Resoluciones de fechas 20 de mayo de 2015, 28 de agosto de 2015
proferidas por el señor INSPECTOR DE POLICIA RURAL DEL MUNICIPIO DE
BARBOSA, y la Resolución No. 325 de fecha 19 de Octubre de 2015, emanada por la
ALCALDIA MUNICIPAL DE BARBOSA, en la que ordena amparar la posesión del
querellante NOLBERTO ROMERO CHACON, y ordena el desalojo del querellado
ANGEL MARIA AVILA, y con base en lo anterior se revoque dicha medida.

Sustento mi petición, basado en lo siguiente:

1.- Durante el trámite de toda la querella, tanto el señor INSPECTOR DE POLICIA


RURAL, como la ALCALDIA MUNICIPAL, desconocieron LO ORDENADO EN EL
ARTICULO 209 DE LA CONSTITUCION POLITICA, que señala: “La función
administrativa está al servicio de los intereses generales y se desarrolla con
fundamento en los principios igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad,
imparcialidad y publicidad…”

Dentro del plenario encontramos que la querella se inicia por queja del señor
NOLBERTO ROMERO CHACON, porque según el querellante le había comprado el
inmueble denominado LOTE CINCO (5), ubicado en la VEREDA CENTRO del municipio
de BARBOSA, a los señores JOSE VICENTE MOSCOSO RUNZA y SANDRA MILENA
MOSCOSO GOMEZ, mediante promesa de permuta, pero nunca manifestó ni probó
cuando le habían hecha entrega del inmueble, al parecer fue el día 19 de abril del año
2013, pero la verdad y la certeza es que mi mandante señor ANGEL MARIA AVILA,
para ese entonces ya se encontraba en posesión del inmueble.

2.- Mediante fallo de fecha 20 de mayo de 2015, el señor Inspector de POLICIA


RURAL DE BARBOSA – SANTANDER, determinó amparar la posesión del querellante
señor NOLBERTO ROMERO CHACON, decisión que fue objeto de recurso de
REPOSICION y en Subsidio APELACION. Mediante proveído de fecha 28 de agosto
de 2015, el señor INSPECTOR, confirma su decisión inicial, concediendo el Recurso de
Alzada ante la ALCALDESA MUNICIPAL.

3.- Con fecha 19 de Octubre de 2015, la señora ALCALDESA MUNICIPAL, mediante


la Resolución No. 325, confirmó el fallo de primera instancia, sin pronunciarse acerca
de la legalidad de la INSPECCION JUDICIAL y de lo señalado en el Art. 392 del
CODIGO DE POLICIA DE SANTANDER.
4.- Señala el Art. 131 del CODIGO NACIONAL DE POLICIA: “Cuando se trate de
diligencias tendientes a verificar el estado y la tenencia de inmuebles frente a actos
de perturbación, se practicará siempre una inspección ocular con intervención de
peritos, y se oirá dentro de tal inspección a los declarantes que presenten el
querellante y el querellado” (subrayado por el memorialista).

5.- Como puede comprobar señora ALCALDESA, la Inspección Judicial programada por
el despacho del señor Inspector de Policía para el día 04 de noviembre de 2014, a
partir de las 2:00 p.m., y que se encuentra a folio 100, se realizó sin tener en cuenta lo
establecido en el CODIGO NACIONAL DE POLICIA.

Si bien es cierto, en la Ordenanza 17 del 2002 (Código de Policía de


Santander), no establece como se debe aplicar la inspección judicial, la misma se
debe aplicar conforme lo determina el artículo 131 del Código Nacional de
Policía, puesto que en la sentencia T-053 de 2012, M.P. Dr. LUIS ERNESTO
VARGAS SILVA, señaló el Régimen Jurídico de los Procesos Policivos Civiles,
así:”…7.2.5. Al mismo tiempo, la Corporación precisó que el régimen jurídico
aplicable a los procesos policivos por perturbación a de la posesión en bienes
urbanos, comprende: i) El Código Nacional de Policía, Al mismo tiempo, la
Corporación precisó que el régimen jurídico aplicable a los procesos
policivos por perturbación de la posesión en bienes urbanos,
comprende : i) el Código Nacional de Policía, en especial el artículo
125 y siguientes, al respecto “indica que corresponde al Jefe de
Policía verificar los actos de perturbación a través de una inspección
ocular con participación de peritos y que en dicha diligencia se oirán
tanto al querellado como al querellante, único momento que tienen las
partes para probar sus derechos. Los demás aspectos procesales
podrán cubrirse mediante la regulación general prevista en el Código
en materia de la presentación de la querella, los recursos, las
notificaciones, la prescripción de la acción policiva y los demás
aspectos propios de estos trámite”; ii) subsidiariamente, los códigos
departamentales y distritales de policía, toda vez que no existe un
trámite específico para este procedimiento en el Decreto Ley 1355 de
1970. La competencia para la expedición de estos estatutos están
sustentadas en el artículo 300 Numeral 8º de la Carta Política y en la
equivalencia en la autonomía de los distritos y los departamentos. De
hecho, tal potestad no excluye la facultad reglamentaria en cabeza del
Presidente de la República.

7.3. De lo expuesto, la Sala Novena de Revisión concluye que:

(i) La expedición de la regulación de los procesos


policivos posesorios son el ejercicio del poder de policía, en
virtud del cual se emiten normas abstractas generales e
impersonales emitidas por el Congreso y subsidiariamente
por las Asambleas Departamentales y Concejos Distritales.
(ii) La función de policía es de carácter administrativa por
medio de la que se emiten actos administrativos que
concretan el poder de policía. Aunque, cuando las
autoridades aplican las normas generales abstractas e
impersonales en casos concretos, sus decisiones son de
naturaleza jurisdiccional.
(iii) La Ley 57 de 1905 es un acto de rango legal, que fue
proferida por la Asamblea Nacional Constituyente, norma que
no fue subrogada por el artículo transitorio E del Acto
Legislativo 03 de 1910.
(iv) El Código Nacional de Policía derogó y modificó el
artículo 15 de la Ley 57 de 1905, dado que el Decreto ley
1355 de 1970 en su artículo 125 y siguientes, reguló
integralmente la materia a que se refería aquél. Incluso,
amplió su objeto a todo tipo de perturbación sobre la
posesión y la tenencia, y autorizó la defensa del ocupante no
sólo a partir de la demostración de la tenencia sino también
de la constatación de cualquier otro título que justifique
válidamente la ocupación. En efecto, la norma que regulaba
el proceso policivo por ocupación de hecho es insubsistente
desde la expedición y publicación del Código Nacional de
Policía, de modo que la Corte se inhibió de producir una
decisión de mérito por carencia actual de objeto.
(v) En los procesos policivos de lanzamiento por
ocupación de hecho adelantados con la Ley 57 de 1905 por
casi 30 años, se configuró la cosa juzgada. Estos solo podrán
impugnarse a través de acción de tutela con fundamento en
la aplicación de un régimen no vigente, siempre y cuando
cumplan con el requisito de inmediatez que se determinará a
partir de la expedición de la sentencia C-241 de 2010.
(vi) El régimen jurídico aplicable a los procesos policivos
de perturbación de la posesión se compone principalmente
por el Decreto ley 1355 de 1970 y subsidiariamente por los
Códigos Departamentales y Distritales de Policía”.

Siendo así las cosas, la lnspección Judicial (ocular) se debió haber hecho tal y como lo
consagra el Artículo 131 del Código Nacional de Policía, y no como la realizó el señor
Inspector en el presente asunto, vulnerando con ello, el principio Constitucional al
DEBIDO PROCESO Y AL DERECHO DE DEFENSA, establecidos en el Artículo 29 de
la Constitución Política.

Conforme al marco de referencia expuesto en los fundamentos jurídicos anteriores,


se ha demostrado que el goce efectivo del derecho de defensa se concreta, en el
ámbito propio de la actuación administrativa, en la satisfacción del principio de
legalidad, a través de la utilización de los mecanismos procesales previstos por el
ordenamiento jurídico para el desarrollo de las acciones judiciales, en este caso de la
PERTURBACION A LA POSESION. A su vez, se ha contemplado que estos
instrumentos, para que resulten admisibles desde la perspectiva constitucional, deben
tener el grado de eficacia e idoneidad suficiente para que los interesados en la
medida correspondiente puedan ejercer su facultad de contradicción.

Decisiones anteriores de la Corte, bajo esa perspectiva, han enfatizado la necesidad


de que los procedimientos policivos cuenten con instrumentos procedimentales que
hagan que el procedimiento policivo sea eficaz a los interesados en las medidas
adoptados en ellos, que garanticen el ejercicio del derecho de defensa al interior en
la actuación administrativa.

Conforme lo expuesto, la Corte estableció que la protección del derecho al debido


proceso en los procesos policivos que imponen sanciones por la posible perturbación a
la posesión o mera tenencia de inmuebles, conlleva la obligación de la autoridad
correspondiente de (i) Realizar el debido proceso de acuerdo con las normas
preexistentes en las distintas diligencias ; y (ii) permitir la participación en el proceso
de los mismos, cuando estos requieran a la autoridad para ese efecto. Para cumplir
con estas condiciones, la autoridad de policía deberá utilizar mecanismos procesales y
las formalidades previstas por el ordenamiento jurídico, que permitan el ejercicio
efectivo de la facultad de contradicción de esas actuaciones”.

Por tal motivo, durante el desarrollo de la actuación, especialmente, en la inspección


judicial (ocular) jamás se hizo presente el querellante, ni hubo nombramiento y
asistencia de peritos, ni declarantes que presentaren tanto el querellante como el
querellado.

También ha sostenido la Honorable Corte constitucional que la publicidad de los actos


y procedimientos judiciales y administrativos es una condición necesaria para la
eficacia del derecho de defensa. Si, como se ha indicado, este derecho está dirigido a
posibilitar la controversia de los argumentos jurídicos y fácticos expresados por las
autoridades en los distintos escenarios, la condición epistemológica para que ello
suceda es que se garantiza que tales actos y procedimientos serán adecuados de
forma material y oportuna. Quiere esto decir que las autoridades que adelantan las
actuaciones citadas tienen un doble deber, en relación con el derecho de
defensa: (i) poner en conocimiento de los interesados las decisiones que adoptan, con
el fin que estos puedan ejercer la facultad constitucional de oponerse a ellas y, de
manera general, controvertir tanto su contenido como las condiciones sustantivas y
procesales para su promulgación; y (ii) garantizar la concurrencia en el trámite de
espacios adecuados y suficientes para el ejercicio de dicha facultad de controversia.

A folio 100, aparece la VISITA DE VERIFICACION, realizada por el señor inspector


de policía de la época, el inmueble fue supuestamente alinderado e identificado en la
misma diligencia, pero no por un perito como lo exige la norma, sino por el mismo
inspector, quien en el sitio de la diligencia manifestó: “En el sitio de la diligencia se
encontraba el señor ANGEL MARIA AVILA PINZON. Señala además: En el inmueble
se observan tres (3) construcciones en madera, teja de zinc, tela (paroi) color verde,
las cuales tienen luz eléctrica; el lote está encerrado en cuerda de alambre de púa,
dividido al medio con cerca eléctrica; se observa la presencia de ganado bovino, el cual
se encuentra dentro del inmueble porque se les arrendó a los señora MIGUEL PEREZ y
NEFTALI FORERO, a quienes se les arrendó más del setenta por ciento (70%) del lote
para pastoreo, igualmente se observa árboles de guayabo sobre todo el lote”, aunado a
ello, se tiene con todo certeza que la persona que le mostró el lote al señor inspector
fue el querellado, pero nunca el señor inspector, hizo un recorrido del mismo, ni
constató los linderos reales y materiales del inmueble objeto de la presente acción.

Por otra parte, jamás escuchó allí mismo los testimonios solicitados por las partes,
como era su deber legal, de acuerdo con el artículo 131 del Código Nacional de Policía,
además que jamás la parte querellante se hizo presente en la diligencia de inspección
judicial.
Siendo así las cosas, mi mandante no tuvo la oportunidad de defenderse, ni de
controvertir las pruebas recaudadas por la inspección de policía, con el resultado ya
conocido, que fue la declaratoria de perturbador y ordenar su desalojo.

Es pertinente señalar que la presente solicitud se realiza en los términos que consagra
el art 93 del C.C.A., , la cual debe ser estudiada y decretada, así sea de manera
oficiosa, pues el acto que se debe modificar y aclarar, es precisamente el proferido
por la Alcaldía Local.

Como debido a la vulneración del Debido Proceso y del Derecho de Defensa de mi


mandante fue por parte de las autoridades locales, al quedar sin la posibilidad recurso
alguno y por lo tanto, la única acción de defensa que es viable, consiste en que la
autoridad que profirió el primer acto del cual no fue objeto de recursos pueda en un
momento determinado revocar sus propios actos, cuando ellos se encuentren en contra
de la Constitución Política y la Ley, tal como sucede en el presente asunto, donde mi
intención, no es intentar un tercer recurso en contra de la resolución de primera
instancia, sino que mi solicitud en concreto, consiste en que de manera oficiosa la
Alcaldía Local, revise su propio acto, lo cual no es improcedente por lo señalado y el
cual debe ser valorado en los términos que consagra el art 29 de la Carta Magna.

Verificadas las anteriores premisas, y en donde se evidencia una sanción sin los llenos
exigidos por nuestra Constitución para hacer uso del Derecho de Defensa y del
Debido Proceso, toda vez que la diligencia de inspección ocular, jamás se hizo
conforme a lo expresado por el Artículo 131 del Código nacional de Policía, por lo que
deja sin piso legal y jurídico la sanción impuesta en la Resoluciones atacadas,
proferidas por su Despacho y la Inspección de Policía Rural de Barbosa.

PROCEDENCIA DE LA MODIFICACION OFICIOSA DE LOS ACTOS


ADMINISTRATIVO PROFERIDO POR LAS AUTORIDADES LOCALES:

Solicito así sea de oficio e incluso dentro de los términos que establece el derecho de
petición y sobre todo el derecho de defensa y el debido proceso, consagrado no solo
en la Constitución Nacional, en los convenios internacionales y en la misma Ley, como
es la Ley 1437 de 2011, se le de aplicación al Art. 93 ibidem, toda vez que la decisión
tomada, es una decisión contraria a derecho y por ser la misma violatoria del derecho
de defensa y al debido proceso, pues se motivó el acto, sin el lleno de los requisitos
legales, en su parte procedimental establecido en el Artículo 131 del Código Nacional
de Policía, hecho que crea una situación jurídica, concreta y particular que no puede
ser desconocido. (Principio de legalidad).

El proveído que solicito se anule, porque fuera de injusto, es ilegal, ya que en esta
clase de actuaciones el Alcalde Local, actúa como ” juez” y por lo tanto dichos
funcionarios, no pueden desplegar el poder de la administración fuera de su límite, tal
como lo sostiene la doctrina y los mismos principios legales, esa instancia ,
sobrepasando todos los límites impuestos por el Art. 29 de la Constitución Política, lo
efectuó, lo que cercena la oportunidad de defensa, ya que supuestamente es una
decisión tomada a una actuación administrativa y que crea una situación jurídica en
contra de mi poderdante, a la cual y aunque no le proceden recursos si puede ser
objeto de su modificación, cuando se encuentra dentro de los parámetros que
establece el Art 93 del C.C.A. (Ley 1437 de 2011) , tal como sucede en el presente
caso.
OTROS FUNDAMENTOS PARA QUE SE ACLARE Y REVISE LOS ACTOS
ADMINISTRATIVOS PROFERIDO POR LAS AUTORIDADES DISTRITALES.

Ahora bien y retomando la solicitud inicial de Revocatoria OFICIOSA, procedo a


sustentar las irregularidades cometidas por el despacho del a-quo, las cuales me crean
un agravio injustificado y están en contra de la Constitución Política y la Ley.

Como quiera que el Art. 93 del C.C.A., establece causales de revocación. Los actos
administrativos deberán ser revocados por los mismos funcionarios que los hayan
expedido o por sus inmediatos superiores, de oficio a solicitud de parte, en cualquiera
de los siguientes casos. “Cuando sea manifiesta su oposición a la constitución política o
a la ley; 2. Cuando no estén conformes con el interés público o social, o atenten contra
él; 3. Cuando con ellos se cause agravio injustificado a una persona .”

Es manifiesta la oposición del proveído a la constitución política y a la ley, ya que se


ordena el desalojo y así se hizo, sanción gravosa que afecta no solo el derecho a la
vivienda digna, sino que se motiva por una supuesta perturbación a la posesión, pero
que realmente nunca fue demostrada esa perturbación, y fuera de ello, sin el lleno de
los requisitos legales – artículo 131 del código Nacional de Policía-.

El acto administrativo con el cual se ordena sancionar a mi poderdante, le crea un


agravio injustificado y burla sus derechos de ciudadano y de acceso a la justicia,

NOTIFICACIONES

El suscrito, puede ser notificado en la Calle 65 Sur No. 80 – 51 3º Piso en esta ciudad
de Bogotá D. C.

Esperando que su señoría, proceda legalmente y no se sigan atropellando los derechos


fundamentales de mi mandante, solicito de la manera respetuosa que se REVOQUE y/o
MODIFIQUE la Resolución impetrada y en su defecto se ordene lo que en derecho
corresponda.

De la señora Alcaldesa Municipal, con la debida admiración y respeto,

Atentamente,

DANIEL MARTINEZ CAMACHO


C.C. 80.260.968 de Bogotá
T.P. No. 62.051 del C.S.J.
Señor
JUEZ PRIMERO PROMISCUO MUNICIPAL DE BARBOSA - SANTANDER
E. S. D.

Ref. Proceso PERTURBACION ALA POSESION


De. LUCRECIA SOTOMONTE y MELQUECIDED SOTOMONTE
Vs. ANGEL MARIA AVILA PINZON y otros
Nro. 2014 – 0016

CONTESTACION DEMANDA Y EXCEPCIONES DE MERITO

DANIEL MARTINEZ CAMACHO, mayor de edad, domiciliado y residente en la


calle 65 Sur No. 80 - 51 Tercer Piso de Bogotá, identificado con la cédula de
ciudadanía número 80.260.968 de Bogotá, Abogado en ejercicio, portador de la
Tarjeta Profesional No. 62.051 expedida por el Consejo Superior de la Judicatura,
obrando en calidad de apoderado de los señores RAMIRO AVILA PINZON y
REYNALDO AVILA PINZON, de conformidad con el poder otorgado en debida
forma y que se adjunta con la presente, de la manera más comedida me dirijo a su
Despacho, para manifestarle que dentro del término legal doy contestación a la
demanda de la referencia, la que hago en los siguientes términos:

A LAS PRETENSIONES:

Desde ya manifiesto que me opongo a todas y a cada una de ellas, por no


existir ninguna clase de perturbación por parte de mi mandante y los demás
demandados como se demostrará en el transcurso del proceso.

Por otra parte, opero el fenómeno de la PRESCRIPCION, que se propondrá como


EXCEPCION PREVIA, por haberse iniciado la acción después del término
establecido en la ley.

AL 1º: Me opongo. Por cuanto que mi poderdante como los demás demandados
nunca han impedido el acceso de los demandantes y mucho menos no han
permitido el levantamiento de la cerca que delimita el predio objeto de este
proceso.

De tal suerte que si nunca mi poderdante y los demás demandados han


perturbado la posesión de los demandantes, cuyo amparo es objeto de la
presente acción, resultando temeraria y de mala fe, la presente demanda.

A LA 2º: Me opongo. Tal y como lo manifesté en la anterior pretensión, mi


poderdante y los demás demandados jamás han perturbado la posesión de los
demandantes, por tal motivo no es posible que el actor solicite prohibir todo acto
de perturbación dentro del predio de los demandantes.

A LA 3º: Me pongo. En su lugar solicito se condene en costas y agencias en


derecho a los demandantes, en caso de no probarse las pretensiones de la
demanda.

Frente a las pretensiones de la demanda, me permito proponer las siguientes


EXCEPCIONES DE MERITO o DE FONDO, que habrán de resolverse en la
sentencia.

I-. DE TEMERIDAD Y MALA DE FE, consistente en jamás mi mandante y los


demás demandados han perturbado la posesión de los demandantes, y mucho
menos no permitiéndoles el ingreso o acceso al predio objeto de la presente
acción, muy por el contrario los demandantes siempre han tenido el libre ingreso y
han estado en posesión del inmueble que es de ellos.

Lo que sucede señor Juez, es que los que han perturbado la posesión tranquila,
pacífica y pública del inmueble que posee mi poderdante son los demandantes, y
así se demostrará en el desarrollo del proceso

COMO PRUEBAS DE ESTA EXCEPCION SOLICITO SE TENGAN LAS


SIGUIENTES:

INTERROGATORIO DE PARTE: Que bajo la gravedad del juramento, deberán


absolver los demandantes y que personalmente le formularé en la audiencia,
para la cual su señoría señalará fecha y hora.

TESTIMONIALES: Se cite y haga comparecer a las siguientes personas, mayores


de edad, quienes depondrán sobre los hechos de la demanda y su contestación:

- MIGUEL ANGEL PEREZ AVILA, domiciliado y residente en la Carrera 7 No. 5 C


– 23 de Barbosa – Santander, identificado con la cédula de ciudadanía número
13.950.260 de Vélez – Santander.

- NEFTALI RIAÑO TORRES, domiciliado y residente en la Carrera 7 No. 5 C – 23


de Barbosa – Santander, identificado con la cédula de ciudadanía número
91.011.012 de Barbosa – Santander.

JURISPRUDENCIA DE LA HONORABLE CORTE CONSTITUCIONAL

En la sentencia T-537 DE 2009, de fecha 06 de agosto de 2009, la Honorable


Corte Constitucional con ponencia del Magistrado HUMBERTO ANTONIO SIERRA
PORTO, manifestó acerca del principio de buena fe en el ordenamiento
colombiano.

“En el ordenamiento colombiano el principio de buena fe resulta un elemento connatural al


sistema jurídico, consagrado expresamente por el artículo 83 de la Constitución de 1991.
Dicho principio aporta un contenido de naturaleza ética y de rango constitucional a las
relaciones de los particulares entre sí, y de éstos con las autoridades públicas.
Adicionalmente debe resaltarse que el principio de buena fe fue concebido por el
constituyente como un mecanismo para buscar la protección de los derechos, los que
tendrán menos amenazas si en las actuaciones que se surtan ante las autoridades, o en
la interpretación de las relaciones negociales entre particulares y administración, o en el
entendimiento de las relaciones entre particulares se toma la buena fe como un elemento
fundacional de las mismas y de ella se derivan contenidos de solidaridad, probidad,
honestidad y lealtad.

Sin embargo, no fue a través de la Constitución de 1991 que el principio de buena fe hizo
su entrada en nuestro ordenamiento jurídico, pues desde el inicio fue considerado como
elemento esencial de las relaciones entre particulares, siendo parte del Código Civil de
1873, el cual consagró expresamente en su art. 1603 que “los contratos deben ejecutarse
de buena fe”, derivando de esta disposición que la obligación surgida de un contrato no
solamente incluye lo pactado por las partes, sino todo lo que surge de la naturaleza de la
obligación, de la ley y de la costumbre.

La legislación comercial también recoge dicho principio en el art. 871 del código de
comercio, en donde extiende su aplicación a las fases de celebración y ejecución,
disponiendo que “en consecuencia los contratos obligan no sólo a lo pactado
expresamente en ellos, sino a todo lo que corresponda a la naturaleza de los mismos,
según la ley, la costumbre o la equidad natural”.
Debido a su carácter de elemento fundamental del tráfico jurídico, el principio de buena fe
es aplicado en un sinnúmero de situaciones entre las que se cuentan las relaciones
contractuales, sean éstas entre particulares solamente o entre particulares y la
administración. Lo que importa resaltar ahora es que, en el caso de relaciones de tipo
contractual, el principio de buena fe se presenta en todas las etapas de la relación, razón
por la cual cuando el juez evalúa el desarrollo de un contrato el principio de buena fe debe
ser presupuesto integral de dicha evaluación; en este sentido manifestó la Corte Suprema
de Justicia:

“(…) de igual modo, particularmente por su inescindible conexidad con el asunto


especifico sometido al escrutinio de la Corte, importa subrayar que el instituto de la
buena fe, en lo que atañe al campo negocial, incluido el seguro, es plurifácico,
comoquiera que se proyecta a lo largo de las diferentes fases que, articuladas,
conforman el plexo contractual – en sentido amplio: la atinente a la formación del
negocio jurídico, lato sensu (fase formativa o genética), la relativa a su celebración
(fase de concreción o de perfeccionamiento) y la referente a su desenvolvimiento, una
vez perfeccionado (fase ejecutiva, de consumación o post-contractual). Desde esta
perspectiva, un sector de la moderna doctrina concibe al contrato como un típico
“proceso”, integrado por varias etapas que, a su turno, admiten sendas subdivisiones,
en las que también se enseñorea el postulado de la buena fe, de amplia proyección.
(…)
De allí que la buena fe no se pueda fragmentar, en orden a circunscribirla tan solo a un
segmento o aparte de una fase, por vía de ejemplo: la precontractual – o parte de la
precontractual -, ya que es necesario, como corresponde, auscultarla in globo, según
se indicó valorando las diversas oportunidad que los interesados tuvieron para actuar
con lealtad, corrección (correttezza) y diligencia, según sea el caso.”

El contenido del principio de buena fe es tan variado como las situaciones en que se
concreta o en que sirve como parámetro interpretativo de otras disposiciones, sean éstas
las generales o las propias de cada contrato. Sin embargo esto no significa que su
contenido sea gaseoso y se evapore dejando al juez sólo con un elemento de naturaleza
moral abstracta de poca utilidad o de gran subjetividad al momento de decidir en los
casos concretos. Al igual que los demás principios constitucionales, y más los que son
precisados en disposiciones legales específicas, el contenido del principio de buena fe se
debe concretar en aspectos que limiten la amplitud con el que las partes y el juez lo deben
valorar; en este sentido puede decirse que de este principio se derivan deberes propios
del tráfico negocial en la sociedad de un Estado que, como el previsto en la Constitución
de 1991, resalta los valores de inclusión, pluralismo y solidaridad entre sus habitantes. De
esta forma entiende esta Sala de Revisión que, aplicado a una relación negocial, el
principio de buena fe involucra deberes de honestidad, claridad, equilibrio reciprocidad y
consideración de los intereses de la contraparte, entre otros. Sin embargo, debe así
mismo resaltarse que la aplicación de las reglas que derivan del principio de buena fe no
puede hacerse de una manera mecánica, sino que serán los elementos propios de cada
situación, la actitud de las partes en ejecución del contrato, las cláusulas específicas por
éstas acordadas, etc. las que determinen la interpretación que el juez haga del principio
de buena fe en cada específica situación.

En este sentido, la aplicación del principio de buena fe no significa la quiebra de la


seguridad jurídica que debe regir las relaciones entre particulares, ni el reemplazo de las
cláusulas contractuales y las disposiciones legales por pareceres subjetivos del juez al
momento de resolver las controversias contractuales. El juez debe siempre tener como
fundamento de su fallo las disposiciones jurídicas relativas al caso; el principio de buena
fe no puede reemplazar el derecho aplicable, aunque sí debe ser una guía en la lectura,
interpretación y aplicación del mismo, puesto que los deberes de lealtad, claridad,
equilibrio, solidaridad y colaboración, entre otros, están implícitos en cualquier relación
contractual –aunque con un contenido específico de acuerdo a la naturaleza de la misma-,
de manera que aunque las partes no los mencionen en las cláusulas contractuales, sus
actuaciones deben realizarse y ser valoradas teniendo en cuenta dichos postulados. En
otras palabras, el principio de buena fe obliga a que las partes, además de cumplir lo
estipulado en el contrato y exigido expresamente por el ordenamiento, asuman
comportamientos que honren los deberes que se deriven de la naturaleza de la obligación
contractual y de la finalidad por ellas buscada al realizar el contrato, lo cual puede
conducir a un resultado diferente del obtenido de una interpretación literal simplista y
superficial, pero que, sin duda alguna, será acorde con los postulados de un Estado social
de derecho inspirado en principios de justicia material y privilegio de lo sustancial sobre lo
formal”.

II.- FALTA DE CAUSA PARA DEMANDAR: Consistente en que la parte actora no


es la llamada a presentar esta demanda, porque mi mandante y los demás
demandados jamás han perturbado la posesión de los demandantes, como vuelvo
y lo repito ha sido mi poderdante quien ha sufrido la perturbación a la posesión
que de manera pública, tranquila y pacífica ha ejercido sobre sus predios.

Por otra parte, mi poderdante ha tenido muy buenas relaciones de vecindad con
todos los pobladores cercanos a su inmueble.

COMO PRUEBAS DE ESTA EXCEPCION SOLICITO SE TENGAN LAS


SIGUIENTES:

INTERROGATORIO DE PARTE: Que bajo la gravedad del juramento deberá


absolver el demandante y que personalmente le formularé en la audiencia, para
la cual su señoría señalará fecha y hora.

TESTIMONIALES: Se cite y haga comparecer a las siguientes personas, mayores


de edad, quienes depondrán sobre los hechos de la demanda y su contestación:

- MIGUEL ANGEL PEREZ AVILA, domiciliado y residente en la Carrera 7 No. 5 C


– 23 de Barbosa – Santander, identificado con la cédula de ciudadanía número
13.950.260 de Vélez – Santander.

- NEFTALI RIAÑO TORRES, domiciliado y residente en la Carrera 7 No. 5 C – 23


de Barbosa – Santander, identificado con la cédula de ciudadanía número
91.011.012 de Barbosa – Santander.

III. FALTA DE LEGITIMACION EN LA CAUSA POR ACTIVA, consistente en que


únicamente están demandado dos de los catorce copropietarios. Por lo tanto, no
se sabe y no se extrae de los hechos de la demanda si los dos demandantes son
los actuales poseedores del inmueble según ellos, objeto de perturbación, y si el
inmueble está poseído por todos los catorce copropietarios, por lo tanto, la
demanda debían de haberla instaurado todos los copropietarios, o aclarar si
únicamente sus actuales poseedores son los dos demandantes MELQUECIDEC
SOTOMONTE ABAUNA y LUCRECIA SOTOMENTE ABAUNZA.

INTERROGATORIO DE PARTE: Que bajo la gravedad del juramento deberá


absolver el demandante y que personalmente le formularé en la audiencia, para
la cual su señoría señalará fecha y hora.

TESTIMONIALES: Se cite y haga comparecer a las siguientes personas, mayores


de edad, quienes depondrán sobre los hechos de la demanda y su contestación:

- MIGUEL ANGEL PEREZ AVILA, domiciliado y residente en la Carrera 7 No. 5 C


– 23 de Barbosa – Santander, identificado con la cédula de ciudadanía número
13.950.260 de Vélez – Santander.

- NEFTALI RIAÑO TORRES, domiciliado y residente en la Carrera 7 No. 5 C – 23


de Barbosa – Santander, identificado con la cédula de ciudadanía número
91.011.012 de Barbosa – Santander.

A LOS HECHOS:
AL PRIMERO: No me consta, pero así se desprende del certificado de tradición y
libertad del inmueble aportado con la demanda, en todo caso me atengo a lo que
se pruebe.

AL SEGUNDO: No me consta, pero como vuelvo y lo repito así se deprende del


certificado de tradición y libertad aportado con la demanda, pero en todo caso me
atengo a lo que se pruebe.

AL TERCERO (SIC): No existe en la demanda el hecho tercero.

AL CUARTO: No me consta, es un hecho narrado por la actora, pero en todo caso


me atengo a lo que se pruebe.

AL QUINTO: No es cierto, pero si así lo manifiesta la actora la perturbación existe


desde el mes de septiembre de 20012, aunque tendrá que demostrarlo en el
transcurso del proceso, pero en todo caso me atengo a lo que se pruebe.

AL SEXTO: No es cierto, es una manifestación tendenciosa y mal intencionada


del demandante, para desconocer la posesión que en forma pública, tranquila,
pacifica e ininterrumpida ha ejercido mi poderdante.

AL SEPTIMO: No es cierto, jamás se ha derribado cerca alguna por parte de mi


mandante, es una aseveración mal intencionada de los demandantes.

AL OCTAVO: No es cierto, que los demandantes hayan pretendido terminar con la


supuesta perturbación. Lo único cierto, es que si no hay perturbación, como
pretender conciliar sobre algo que no existe.

A LAS PRUEBAS:

Solicito se tengan como tales las presentadas y pedidas por la parte actora, y las
siguientes:

INTERROGATORIO DE PARTE: Que bajo la gravedad del juramento deberá


absolver el demandante y que personalmente le formularé en la audiencia, para
la cual su señoría señalará fecha y hora.

TESTIMONIALES: Se cite y haga comparecer a las siguientes personas, mayores


de edad, quienes depondrán sobre los hechos de la demanda y su contestación.

- MIGUEL ANGEL PEREZ AVILA, domiciliado y residente en la Carrera 7 No. 5 C


– 23 de Barbosa – Santander, identificado con la cédula de ciudadanía número
13.950.260 de Vélez – Santander.

- NEFTALI RIAÑO TORRES, domiciliado y residente en la Carrera 7 No. 5 C – 23


de Barbosa – Santander, identificado con la cédula de ciudadanía número
91.011.012 de Barbosa – Santander.

LAS JURISPRUDENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL y SUPREMA DE


JUSTICIA SALA DE CASACION CIVIL, transcritas en las excepciones de mérito
propuestas.

D E R E C H O:
Son aplicables las disposiciones consagradas en el Art. 92 del C.P.C., y demás
normas concordantes.

NOTIFICACIONES:
Las recibiremos así:

LOS DEMANDANTES: En la dirección aportada en la demanda.

MIS MANDANTES RAMIRO AVILA PINZON y REYNALDO AVILA PINZON, En la


carrera 7 No. 5 C – 29 de Barbosa – Santander.

EL SUSCRITO: En la secretaria de su Despacho o en mi oficina de Abogado


situada en la calle 65 sur No. 80-51 Tercer Piso de Bogotá. Tél. 310 286 63 56.

Atentamente,

DANIEL MARTINEZ CAMACHO


C.C. No. 80.260.968 de Bogotá
T.P. No. 62.051 del C.S.J.
Abril6/15
Señor
JUEZ PRIMERO PROMISCUO MUNICIPAL DE BARBOSA - SANTANDER
E. S. D.

Ref. Proceso PERTURBACION ALA POSESION


De. LUCRECIA SOTOMONTE y MELQUECIDED SOTOMONTE
Vs. ANGEL MARIA AVILA PINZON y otros
Nro. 2014 – 0016
EXCEPCIONES PREVIAS

DANIEL MARTINEZ CAMACHO, mayor de edad, domiciliado y residente en la


calle 65 Sur No. 80-51 3º Piso de Bogotá, identificado con la cédula de ciudadanía
número 80.260.968 de Bogotá, Abogado en ejercicio, portador de la Tarjeta
Profesional No. 62.051 expedida por el Consejo Superior de la Judicatura,
obrando en calidad de apoderado del señor ANGEL MARIA AVILA PINZON, de
conformidad con el poder otorgado en debida forma y que se encuentra dentro del
expediente, de la manera más comedida me dirijo a su Despacho, para
manifestarle que dentro del término legal me permito presentar las siguientes
excepciones previas las que sustento en los siguientes términos:

1.- PRESCRIPCION EXTINTIVA.- Consistente en que la demanda se debió de


haber interpuesto a más tardar en el mes de septiembre del año 2013, y tal como
lo narran en los hechos los demandantes, pues según ellos, la perturbación a la
posesión por parte de mi mandante data del mes de septiembre de 2012, hecho
cinco (5) de la demanda.

El Artículo 976 del Código Civil Colombiano señala: “Las acciones que tienen por
objeto conservar la posesión, prescriben al cabo de un año completo, contado
desde el acto de molestia o embarazo inferido a ella.
Las que tienen por objeto recuperarla expiran al cabo de un año completo,
contado desde que el poseedor anterior la ha perdido.
Si la nueva posesión ha sido violenta o clandestina, se contará este año desde el
último acto de violencia, o desde que haya cesado la clandestinidad…”

Como su señoría puede comprobar sin temor a equívocos la demanda se instauró


en el año 2014, tanto así que el número del proceso es 6807740890012014-016 y
al auto admisorio de la demanda data del 26 de septiembre de 2014, y con base
en lo establecido en el Artículo 976 del C.C., la acción posesoria está más que
prescripta pues han transcurrido más de 24 meses desde el momento de la
perturbación que de acuerdo con los hechos narrados data del mes de septiembre
de 2012.

El tratadista ARTURO VALENCIA ZEA, en su obra Derechos Reales, página 116,


indica: “…3. Sólo las personas que han poseído quieta y no interrumpidamente un
inmueble, durante un año completo, son titulares de la acción posesoria (art. 974).
Por otra parte, contra quien ha poseído en la misma forma un inmueble durante un
año no puede ejercitarse acción posesoria (art. 976).
Esto nos enseña que el ejercicio de la acción posesoria está sometido a las
siguientes condiciones: a) sólo quien prueba haber poseído durante un año, puede
ejercitar la acción posesoria; b) debe suministrarse la prueba de que en un término
inferior a un año ha sido despojado o perturbado por otro…
…el artículo 981 señala la forma como debe probarse el poder del hecho o
relación posesoria, es decir, “por hechos positivos de aquellos a que sólo da
derecho el dominio, como corte de maderas, la construcción de edificios, la de
cerramientos, las plantaciones o sementeras y otros de igual significación,
ejecutados sin el consentimiento del que disputa la posesión”.
En cuanto a la segunda prueba, es suficiente decir que se trata de una
prescripción de la acción posesoria, en lo cual el Código guarda armonía con las
orientaciones actuales del derecho comparado”

El TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE NEIVA, SLA TERCERA


DE DECISION – SALA CIVIL FAMILIA.SALA CIVIL FAMILIA. M.P. ÉDGAR
ROBLES RAMÍREZ
Proceso: RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL
Demandante: JHON JAIRO SÁNCHEZ HENAO
Demandados: COOMOTOR LTDA Y OTROS.
Radicación: 41001-31-03-005-2010-00144-01
Asunto: APELACIÓN DE SENTENCIA ANTICIPADA
Procedencia: JUZGADO QUINTO CIVIL DEL CIRCUITO DE NEIVA.
Neiva, veinte (20) de octubre de dos mil once (2011)

1. ASUNTO
Procede la Sala Tercera de Decisión Civil Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Neiva, el recurso de apelación interpuesto por la parte demandante en contra la
sentencia anticipada del 15 de marzo de 2011 pronunciada por el Juzgado Quinto Civil del
Circuito de Neiva.

1. CONSIDERACIONES DE LA SALA
1.1. PROBLEMAS JURÍDICOS
Los problemas jurídicos que abordará en esta oportunidad la Sala consisten en establecer
¿Si era procedente declarar la excepción de prescripción extintiva, mediante sentencia
anticipada, cuando esta se ha formulado como de mérito y no como previa? ¿Si la ley
procesal civil le permitía al Juez de Instancia, declarar probada de oficio la excepción de
prescripción en favor de quien no la había alegado? Y ¿Sí la conducta del Juez de
Instancia al haber declarado la prescripción establecida en el artículo 2358 del C.C en
lugar de la solicitada por la asegura demandada establecida en el artículo 1081 del C.Co,
atenta contra el Principio de Congruencia?

1.2. MARCO NORMATIVO


Artículo 1081 del C.Co., artículo 2358 del C.C. Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Civil y Agraria. Magistrada Ponente: Dra Ruth Mariana Díaz Rueda, sentencia:
Mayo 13 de 2008, Referencia: Expediente 110013103030162003-00091-01; Sala de
Casación civil. M.P. Silvio Fernando Trejos Bueno, sentencia del 31 de julio de 2002 Ref:
expediente 7498.

1.3. RESPUESTA A LOS PROBLEMAS JURÍDICOS


Delanteramente la Sala advierte, que en el sub examine no se reúnen los presupuestos
facticos y jurídicos que le hubieren permitido al a quo de oficio y haciendo uso de la
facultad establecida en el inciso final del artículo 97 del C.P.C., declarar probada la
excepción de prescripción de la acción propuesta por la aseguradora, bajo los siguientes
argumentos: Frente al nudo gordiano que suscita el primer problema jurídico, la ley 1395
de 2010 en su artículo 6 que modificó el artículo 97 del C.P.C., establece:

“También podrán proponerse como previas las excepciones de cosa juzgada, transacción,
caducidad de la acción, prescripción extintiva y falta de legitimación en la causa. Cuando
el juez encuentre probada cualquiera de estas excepciones, lo declarará mediante
sentencia anticipada. De la modificación introducida por la ley de descongestión se
observa, que se otorgó la posibilidad a la parte demandada, de proponer como excepción
previa además de las ya existentes, la de falta de legitimación en la causa y prescripción
extintiva.

Es atinado precisar que la modificación en lo que a este punto respecta, no desnaturalizó


la esencia de estas dos excepciones, que continúan situándose en el grupo de las de
mérito, simplemente permitió, que su proposición, a elección del demandado pudiere
también realizarse como previa, en pocas palabras y en términos de la doctrina, su
consideración en adelante debe ser mixta.

Aunado a lo anterior, facultó al juez de instancia, para que una vez encontrara probada
alguna de estas excepciones, pudiere así declararlas mediante sentencia anticipada. Bajo
una interpretación gramatical de la ley de descongestión, ante la claridad que muestra su
redacción, la Sala encuentra, que la posibilidad de dictar sentencia anticipada sólo es
procedente cuando esta excepción es propuesta como previa y no como de mérito.

En efecto el artículo 97 citado, regula la limitación de las excepciones previas y la


oportunidad para proponerlas, por ende la adición de estas dos excepciones a esta
disposición jurídica, y seguidamente la puntualización expresa de poder declarar mediante
sentencia anticipada cualquiera de las excepciones de que trata el inciso final, cierra el
paso la posibilidad a que una excepción de mérito pueda ser objeto de esta exótica forma
de terminar los procesos.

Descendiendo al sub judice, el laborío presenta, que la excepción denominada por la


aseguradora demandada “PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN” fue enlistada como de mérito
y el Juez de instancia, aparatándose de lo considerado, dispuso declararla mediante
sentencia anticipada. Empero, ser este argumento suficiente para revocar la sentencia
apelada, la Sala, y en solución al segundo problema jurídico, considera conveniente,
realizar ciertas precisiones sobre otros yerros analíticos en los que incurrió el a quo,
ilustrativas para un correcto proceder cuando casos similares sean sometidos a su
consideración. Prima facie debe indicarse que erra el Juzgado de instancia en aplicar
indistintamente el término de prescripción establecido en el artículo 2358 del Código Civil,
tanto para la Aseguradora como para la Empresa de Transportes Contratista.

Se le recuerda al a quo, que por mandato del artículo 306 del C.P.C. que norma: “Cuando
el Juez halle probadas los hechos que constituyen una excepción, deberá reconocerla
oficiosamente en la sentencia, salvo las de prescripción, compensación y nulidad relativa”,
se le prohíbe expresamente declarar probada de oficio la excepción de prescripción; la
que, según lo enseña la teoría general de proceso, debe ser alegada por la parte que se
beneficia de ella dado que se trata de un litisconsorcio voluntario, pues en tratándose de
litisconsorcio necesario la excepción de prescripción beneficia a todos los litisconsortes”.

COMO PRUEBAS SOLICITO SE TENGAN COMO TALES LAS SIGUIENTES:


DOCUMENTAL:
1.- La demanda presentada por la actora.

INTERROGATORIO DE PARTE: Que bajo la gravedad del juramento deberá


absolver el demandante y que personalmente le formularé en la audiencia, para
la cual su señoría señalará fecha y hora.

LAS JURISPRUDENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL y SUPREMA DE


JUSTICIA SALA DE CASACION CIVIL, transcritas en la excepción previas
propuesta.

D E R E C H O:

Son aplicables las disposiciones consagradas en el Art. 97 del C.P.C., y demás


normas concordantes.

Atentamente,
DANIEL MARTINEZ CAMACHO
C.C. No. 80.260.968 de Bogotá
T.P. No. 62.051 del C.S.J.
Abril1 /15

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