Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Dentro del plenario encontramos que la querella se inicia por queja del señor
NOLBERTO ROMERO CHACON, porque según el querellante le había comprado el
inmueble denominado LOTE CINCO (5), ubicado en la VEREDA CENTRO del municipio
de BARBOSA, a los señores JOSE VICENTE MOSCOSO RUNZA y SANDRA MILENA
MOSCOSO GOMEZ, mediante promesa de permuta, pero nunca manifestó ni probó
cuando le habían hecha entrega del inmueble, al parecer fue el día 19 de abril del año
2013, pero la verdad y la certeza es que mi mandante señor ANGEL MARIA AVILA,
para ese entonces ya se encontraba en posesión del inmueble.
5.- Como puede comprobar señora ALCALDESA, la Inspección Judicial programada por
el despacho del señor Inspector de Policía para el día 04 de noviembre de 2014, a
partir de las 2:00 p.m., y que se encuentra a folio 100, se realizó sin tener en cuenta lo
establecido en el CODIGO NACIONAL DE POLICIA.
Siendo así las cosas, la lnspección Judicial (ocular) se debió haber hecho tal y como lo
consagra el Artículo 131 del Código Nacional de Policía, y no como la realizó el señor
Inspector en el presente asunto, vulnerando con ello, el principio Constitucional al
DEBIDO PROCESO Y AL DERECHO DE DEFENSA, establecidos en el Artículo 29 de
la Constitución Política.
Por otra parte, jamás escuchó allí mismo los testimonios solicitados por las partes,
como era su deber legal, de acuerdo con el artículo 131 del Código Nacional de Policía,
además que jamás la parte querellante se hizo presente en la diligencia de inspección
judicial.
Siendo así las cosas, mi mandante no tuvo la oportunidad de defenderse, ni de
controvertir las pruebas recaudadas por la inspección de policía, con el resultado ya
conocido, que fue la declaratoria de perturbador y ordenar su desalojo.
Es pertinente señalar que la presente solicitud se realiza en los términos que consagra
el art 93 del C.C.A., , la cual debe ser estudiada y decretada, así sea de manera
oficiosa, pues el acto que se debe modificar y aclarar, es precisamente el proferido
por la Alcaldía Local.
Verificadas las anteriores premisas, y en donde se evidencia una sanción sin los llenos
exigidos por nuestra Constitución para hacer uso del Derecho de Defensa y del
Debido Proceso, toda vez que la diligencia de inspección ocular, jamás se hizo
conforme a lo expresado por el Artículo 131 del Código nacional de Policía, por lo que
deja sin piso legal y jurídico la sanción impuesta en la Resoluciones atacadas,
proferidas por su Despacho y la Inspección de Policía Rural de Barbosa.
Solicito así sea de oficio e incluso dentro de los términos que establece el derecho de
petición y sobre todo el derecho de defensa y el debido proceso, consagrado no solo
en la Constitución Nacional, en los convenios internacionales y en la misma Ley, como
es la Ley 1437 de 2011, se le de aplicación al Art. 93 ibidem, toda vez que la decisión
tomada, es una decisión contraria a derecho y por ser la misma violatoria del derecho
de defensa y al debido proceso, pues se motivó el acto, sin el lleno de los requisitos
legales, en su parte procedimental establecido en el Artículo 131 del Código Nacional
de Policía, hecho que crea una situación jurídica, concreta y particular que no puede
ser desconocido. (Principio de legalidad).
El proveído que solicito se anule, porque fuera de injusto, es ilegal, ya que en esta
clase de actuaciones el Alcalde Local, actúa como ” juez” y por lo tanto dichos
funcionarios, no pueden desplegar el poder de la administración fuera de su límite, tal
como lo sostiene la doctrina y los mismos principios legales, esa instancia ,
sobrepasando todos los límites impuestos por el Art. 29 de la Constitución Política, lo
efectuó, lo que cercena la oportunidad de defensa, ya que supuestamente es una
decisión tomada a una actuación administrativa y que crea una situación jurídica en
contra de mi poderdante, a la cual y aunque no le proceden recursos si puede ser
objeto de su modificación, cuando se encuentra dentro de los parámetros que
establece el Art 93 del C.C.A. (Ley 1437 de 2011) , tal como sucede en el presente
caso.
OTROS FUNDAMENTOS PARA QUE SE ACLARE Y REVISE LOS ACTOS
ADMINISTRATIVOS PROFERIDO POR LAS AUTORIDADES DISTRITALES.
Como quiera que el Art. 93 del C.C.A., establece causales de revocación. Los actos
administrativos deberán ser revocados por los mismos funcionarios que los hayan
expedido o por sus inmediatos superiores, de oficio a solicitud de parte, en cualquiera
de los siguientes casos. “Cuando sea manifiesta su oposición a la constitución política o
a la ley; 2. Cuando no estén conformes con el interés público o social, o atenten contra
él; 3. Cuando con ellos se cause agravio injustificado a una persona .”
NOTIFICACIONES
El suscrito, puede ser notificado en la Calle 65 Sur No. 80 – 51 3º Piso en esta ciudad
de Bogotá D. C.
Atentamente,
A LAS PRETENSIONES:
AL 1º: Me opongo. Por cuanto que mi poderdante como los demás demandados
nunca han impedido el acceso de los demandantes y mucho menos no han
permitido el levantamiento de la cerca que delimita el predio objeto de este
proceso.
Lo que sucede señor Juez, es que los que han perturbado la posesión tranquila,
pacífica y pública del inmueble que posee mi poderdante son los demandantes, y
así se demostrará en el desarrollo del proceso
Sin embargo, no fue a través de la Constitución de 1991 que el principio de buena fe hizo
su entrada en nuestro ordenamiento jurídico, pues desde el inicio fue considerado como
elemento esencial de las relaciones entre particulares, siendo parte del Código Civil de
1873, el cual consagró expresamente en su art. 1603 que “los contratos deben ejecutarse
de buena fe”, derivando de esta disposición que la obligación surgida de un contrato no
solamente incluye lo pactado por las partes, sino todo lo que surge de la naturaleza de la
obligación, de la ley y de la costumbre.
La legislación comercial también recoge dicho principio en el art. 871 del código de
comercio, en donde extiende su aplicación a las fases de celebración y ejecución,
disponiendo que “en consecuencia los contratos obligan no sólo a lo pactado
expresamente en ellos, sino a todo lo que corresponda a la naturaleza de los mismos,
según la ley, la costumbre o la equidad natural”.
Debido a su carácter de elemento fundamental del tráfico jurídico, el principio de buena fe
es aplicado en un sinnúmero de situaciones entre las que se cuentan las relaciones
contractuales, sean éstas entre particulares solamente o entre particulares y la
administración. Lo que importa resaltar ahora es que, en el caso de relaciones de tipo
contractual, el principio de buena fe se presenta en todas las etapas de la relación, razón
por la cual cuando el juez evalúa el desarrollo de un contrato el principio de buena fe debe
ser presupuesto integral de dicha evaluación; en este sentido manifestó la Corte Suprema
de Justicia:
El contenido del principio de buena fe es tan variado como las situaciones en que se
concreta o en que sirve como parámetro interpretativo de otras disposiciones, sean éstas
las generales o las propias de cada contrato. Sin embargo esto no significa que su
contenido sea gaseoso y se evapore dejando al juez sólo con un elemento de naturaleza
moral abstracta de poca utilidad o de gran subjetividad al momento de decidir en los
casos concretos. Al igual que los demás principios constitucionales, y más los que son
precisados en disposiciones legales específicas, el contenido del principio de buena fe se
debe concretar en aspectos que limiten la amplitud con el que las partes y el juez lo deben
valorar; en este sentido puede decirse que de este principio se derivan deberes propios
del tráfico negocial en la sociedad de un Estado que, como el previsto en la Constitución
de 1991, resalta los valores de inclusión, pluralismo y solidaridad entre sus habitantes. De
esta forma entiende esta Sala de Revisión que, aplicado a una relación negocial, el
principio de buena fe involucra deberes de honestidad, claridad, equilibrio reciprocidad y
consideración de los intereses de la contraparte, entre otros. Sin embargo, debe así
mismo resaltarse que la aplicación de las reglas que derivan del principio de buena fe no
puede hacerse de una manera mecánica, sino que serán los elementos propios de cada
situación, la actitud de las partes en ejecución del contrato, las cláusulas específicas por
éstas acordadas, etc. las que determinen la interpretación que el juez haga del principio
de buena fe en cada específica situación.
Por otra parte, mi poderdante ha tenido muy buenas relaciones de vecindad con
todos los pobladores cercanos a su inmueble.
A LOS HECHOS:
AL PRIMERO: No me consta, pero así se desprende del certificado de tradición y
libertad del inmueble aportado con la demanda, en todo caso me atengo a lo que
se pruebe.
A LAS PRUEBAS:
Solicito se tengan como tales las presentadas y pedidas por la parte actora, y las
siguientes:
D E R E C H O:
Son aplicables las disposiciones consagradas en el Art. 92 del C.P.C., y demás
normas concordantes.
NOTIFICACIONES:
Las recibiremos así:
Atentamente,
El Artículo 976 del Código Civil Colombiano señala: “Las acciones que tienen por
objeto conservar la posesión, prescriben al cabo de un año completo, contado
desde el acto de molestia o embarazo inferido a ella.
Las que tienen por objeto recuperarla expiran al cabo de un año completo,
contado desde que el poseedor anterior la ha perdido.
Si la nueva posesión ha sido violenta o clandestina, se contará este año desde el
último acto de violencia, o desde que haya cesado la clandestinidad…”
1. ASUNTO
Procede la Sala Tercera de Decisión Civil Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Neiva, el recurso de apelación interpuesto por la parte demandante en contra la
sentencia anticipada del 15 de marzo de 2011 pronunciada por el Juzgado Quinto Civil del
Circuito de Neiva.
1. CONSIDERACIONES DE LA SALA
1.1. PROBLEMAS JURÍDICOS
Los problemas jurídicos que abordará en esta oportunidad la Sala consisten en establecer
¿Si era procedente declarar la excepción de prescripción extintiva, mediante sentencia
anticipada, cuando esta se ha formulado como de mérito y no como previa? ¿Si la ley
procesal civil le permitía al Juez de Instancia, declarar probada de oficio la excepción de
prescripción en favor de quien no la había alegado? Y ¿Sí la conducta del Juez de
Instancia al haber declarado la prescripción establecida en el artículo 2358 del C.C en
lugar de la solicitada por la asegura demandada establecida en el artículo 1081 del C.Co,
atenta contra el Principio de Congruencia?
“También podrán proponerse como previas las excepciones de cosa juzgada, transacción,
caducidad de la acción, prescripción extintiva y falta de legitimación en la causa. Cuando
el juez encuentre probada cualquiera de estas excepciones, lo declarará mediante
sentencia anticipada. De la modificación introducida por la ley de descongestión se
observa, que se otorgó la posibilidad a la parte demandada, de proponer como excepción
previa además de las ya existentes, la de falta de legitimación en la causa y prescripción
extintiva.
Aunado a lo anterior, facultó al juez de instancia, para que una vez encontrara probada
alguna de estas excepciones, pudiere así declararlas mediante sentencia anticipada. Bajo
una interpretación gramatical de la ley de descongestión, ante la claridad que muestra su
redacción, la Sala encuentra, que la posibilidad de dictar sentencia anticipada sólo es
procedente cuando esta excepción es propuesta como previa y no como de mérito.
Se le recuerda al a quo, que por mandato del artículo 306 del C.P.C. que norma: “Cuando
el Juez halle probadas los hechos que constituyen una excepción, deberá reconocerla
oficiosamente en la sentencia, salvo las de prescripción, compensación y nulidad relativa”,
se le prohíbe expresamente declarar probada de oficio la excepción de prescripción; la
que, según lo enseña la teoría general de proceso, debe ser alegada por la parte que se
beneficia de ella dado que se trata de un litisconsorcio voluntario, pues en tratándose de
litisconsorcio necesario la excepción de prescripción beneficia a todos los litisconsortes”.
D E R E C H O:
Atentamente,
DANIEL MARTINEZ CAMACHO
C.C. No. 80.260.968 de Bogotá
T.P. No. 62.051 del C.S.J.
Abril1 /15