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de ser tal que sus movimientos resulten acepta- te alteradas en el transcurso del tiempo (bien sea
bles por las estructuras. Además, el terreno no por cambios en el contenido de humedad, lava-
tiene una resisíencia indefinida. Las acciones que dos, arrastres, disoluciones, etc., o por vibracio-
recibe de la estructura pueden llegar a agotarla, nes) o como consecuencia de las operaciones
sobreviniendo el hundimiento. constructivas»
En el cálculo de muchas estructuras, y en con- Todo elfo hace que los problemas geotécnicos
creto de las de edificación, se hace la hipótesis sean complejos y altamente indeterminados. Tal
implícita de que no hay asientos o son todos por vez la dificultad de su resolución, unida al coste
iguaL A la hora de diseñar y construir los cimien- de las prospecciones y al tiempo que requieren,
tos, hay que adoptar las medidas que garanticen sea la razón principal del menosprecio con que se
que esa hipótesis se cumple o que la realidad se trata al terreno en muchas ocasiones. Buena parte
aproxima suficientemente a ella (que las inevita- de la culpa la tienen algunos promotores en edifi-
bles diferencias de asientos son admisibles)» Al- cación, que se resisten a gastar dinero en algo
ternativamente, se puede tratar de estimar la mag- que no se ve, que va a quedar enterrado, como es
nitud y distribución de los asientos diferenciales y la cimentación» El gasto en prospecciones geotéc-
proceder a calcular los esfuerzos consecuentes nicas es, en la mayoría de los casos, un gasto
—aunque este método, difícil y de resultados necesario; pero que no luce. Es bien frecuente
cuestionables, apenas se usa—» De otro modo, que lo mejor de la construcción se ponga en ios
sobrevendrán las grietas. Los esfuerzos reales elementos que van a ser vistos por los posibles
pueden no tener nada que ver con los calculados, compradores de pisos, siendo lo peor lo que ha
no sólo en valor absoluto sino —lo que es más de quedar oculto» Muchos proyectistas y directo»
trascendente en general— en cuanto al signo» Los res de obra saben bien de las dificultades con que
tabiques se rompen e, incluso, puede llegarse a tropiezan cuando, en el ejercicio de su responsa-
que las armaduras de pilares y vigas sean insufi» bilidad bien entendida, expresan la necesidad de
cientos, llevar a cabo reconocimientos del terreno.
Ei terreno, con su deformabiNdad y su resistencia, El chiste de la fig« 1 ilustra bien las consecuen-
es una prolongación hacia abajo de ias estructu- cias que puede acarrear una actitud demasiado
ras. En una concepción global, puede decirse que ahorrativa en lo que se refiere a la cimentación»
el terreno de cimentación forma parte de o se In- En otra versión, más reciente, el arquitecto mues-
corpora a la estructura. Por su repercusión en los tra complacido a la propiedad el proyecto de la
esfuerzos, debería recibir la misma atención en ei Torre de Pisa, al tiempo que dice: «<Y aún pode-
diseño y en el control de construcción que el res- mos ahorrar otras setecientas liras, porque no
to de ios elementos estructurales. Pero, con fre- pienso hacer ensayos del terreno».
cuencia, esto no sucede.
Se acostumbra en buena parte de los proyectos
Ello es en parte debido a que el terreno no es un de edificación a trabajar con empirismo Insuflcien-
material homogéneo ni fabricado por el hombre en
un proceso Industrial o semi-Industrial, bajo un
control de calidad, como ios demás elementos es- ? escatimado
tructurales. Se trata de un material con el que hay aigo en ¡a
cimentador),
que contar como es; por lo general, heterogéneo y pero nadie
de naturaleza errática. Para poder tenerlo en cuen-
ta es preciso conocer sus propiedades, lo que
sólo es posible de modo muy parcial. La misma
determinación de esas propiedades es dificíL El
suelo es un material trifásico (partículas sólidas y
poros o huecos, llenos de aire y agua) y clástico.
Las propiedades de un mismo suelo cohesivo va»
rían ampliamente en función de las proporciones
relativas de agua y aire en los poros. La resisten-
cia y la deformabilidad de un suelo no cohesivo
dependen básicamente de su densidad, que es
consecuencia de cómo estén agrupadas sus par-
tículas, y, para un mismo suelo, pueden moverse
entre muy amplios limites. El suelo dista mucho
de ser un material elástico; su respuesta ante las
cargas de cimentación es fundamentalmente ane-
lástica y difícil de prever.
te. A partir de un conocimiento somero (si es que nes sobre loess son el origen de buena parte de
hay alguno) del terreno y sobre la única base de los fallos. Sin embargo, la experiencia demuestra
la experiencia local (cuando existe o se ha investi- que son harto frecuentes los fallos debidos al co-
gado) en cuanto a sistema de cimentación y, en lapso de los suelos sobre los que se apoyan ci-
el caso de zapatas, presiones admisibles por el mentaciones superficiales. Dentro de ellos, la ma-
terreno, se dimenslonan ios cimientos y se confia yoría corresponde a cimentaciones sobre rellenos
en que, al abrir las excavaciones, se encuentre flojos o mal compactados.
en seguida un terreno adecuado para soportar esa
presión sin excesivas deformaciones. De modo Tanto en el fenómeno de las arcillas expansivas
que los niveles de apoyo de los cimientos se es- como en el de los suelos colapsables, el agua es
tablecen en obra, a la vista del terreno que se. el agente desencadenante. Su protagonismo se
encuentra o de la aparición de lo que, en el len- manifiesta también en otros fallos de cimentacio-
guaje arquitectónico, se conoce como «el firme». nes muy numerosos: los ocasionados por arrastre
Muchas veces, la simple apreciación visual no es o socavación y los debidos a disolución parcial de
suficiente; la hipótesis sobre lo que puede resistir los suelos sobre los que se apoyan cimentaciones
el terreno basada en la experiencia ha de ser ava- superficiales. Menos frecuentes, aunque de inci-
lada por las pertinentes investigaciones en el solar dencia no despreciable, son los casos de deterioro
en que se va a construir, único modo de conocer de las cimentaciones construidas con cemento or-
las características del subsuelo y qué es lo que dinario por el ataque de aguas agresivas.
hay debajo del nivel de apoyo de los cimientos»
Llamado también, a veces, colapso, pero fenome-
Tal proceder, cuando menos, da lugar en muchas nológicamente distinto del anterior, es el descen-
ocasiones a aumentos del coste de las obras no so brusco o hundimiento del techo de cavernas u
previstos inicialmente, alargamiento del plazo de oquedades existentes en el terreno sobre el que
construcción, aparición de problemas difíciles de se cimenta y no reconocidas previamente. Este
resolver (y que, o se resuelven mal u obligan a caso se da con alguna frecuencia en zonas karsti-
cambiar el sistema de cimentación y los procedi- cas (calizas o margas yesíferas), socavables o
mientos constructivos sobre la marcha) y, frecuen- donde quedan huellas de actividad subterránea hu-
temente, a mal funcionamiento de la cimentación mana.
con sus secuelas de agrietamientos.
La existencia de zanjas rellenas y mal compacta-
das es, también, en ocasiones, el origen de asien-
En las causas inmediatas de los fallos de cimen-
tos diferenciales intolerables por las estructuras.
taciones tienen una importancia decisiva las cir-
cunstancias peculiares de cada región, de manera
En algunas regiones costeras bajas de España y,
que las estadísticas de unos países no son extra-
sobre todo, en las zonas deltaicas de desemboca-
polabas a otros. ASI, la naturaleza y la distribu-
dura de ríos —en donde suele haber importantes
ción de los suelos suelen ser determinantes de la
asentamientos urbanos e industríales—, se dan
casuística patológica. También, la situación eco-
considerables espesores de suelos flojos o blan-
nómica; los niveles de desarrollo tecnológico y de
dos, saturados. En estructuras cimentadas directa
formación, competencia y responsabilidad de los
o superficialmente, con presiones excesivas, sue-
técnicos; la existencia o no de normas de obliga-
len producirse asientos grandes. Las frecuentes
do cumplimiento sobre reconocimientos geotécni-
condiciones heterogéneas del terreno, o la hetero-
cos y su rigor de exigencia, etc, juegan un papel
geneidad de la cimentación misma, dan lugar a
trascendental en el número y la naturaleza de los
asientos diferenciales inadmisibles para edificios
fallos de cimentaciones.
demasiado rígidos, que provocan su agrietamiento.
En la superficie de la Península Ibérica no cubier-
ta por rocas abundan y predominan los suelos se- Se recurre a menudo en esas potentes formacio-
misaturados. La frecuencia más alta de fallos de nes de suelos de escasa capacidad portante a ci-
cimentaciones en España corresponde a fenóme- mentaciones profundas mediante pilotes flotantes.
nos de inestabilidad estructural en estos suelos. La insuficiente longitud de los pilotes, en unos
Existen áreas importantes cubiertas por arcillas casos, o la no consideración del efecto de grupo
con alto potencial de cambio de volumen por mo- frente al comportamiento individual de cada pilote,
dificación del contenido de humedad que, en com- en otros, son también el origen de asientos In-
binación con las circunstancias climáticas, dan lu- compatibles con el buen comportamiento de las
gar al fenómeno de expansividad de las arcillas. estructuras.
Un elevado porcentaje de los fallos de cimentacio-
nes en España se produce en arcillas expansivas. En los suelos cohesivos blandos saturados se pro-
ducen, a veces, fallos por hundimiento o agota-
No se puede decir que abundan los suelos natura- miento de la capacidad portante del terreno. Esto
les colapsables (susceptibles de sufrir importantes es particularmente posible en el caso de silos y
asientos al saturarse o aumentar su contenido de depósitos de combustible u otros líquidos, porque
humedad) en nuestro país, como sucede en otros, la mayor parte de la carga (el contenido) se colo-
centro y este-europeos en donde las cimentacio- ca instantáneamente —en términos geotécnicos—
y puede acarrear una rotura a corto plazo o sin De escasa repercusión en España, pero de gran
drenaje de las arcillas blandas. trascendencia en países de elevado riesgo sísmi-
co, son los fallos de cimentaciones producidos
No son tampoco infrecuentes los fallos por no por terremotos. Los daños o la ruina de una es-
consideración en el diseño de determinadas accio- tructura tras un sismo son en ocasiones el resul-
nes que el terreno puede ejercer sobre las cimen- tado del incorrecto diseño de ¡a cimentación más
taciones profundas (pilotajes), como son el roza- que de la incapacidad antisísmica de la propia es-
miento negativo, que puede incrementar notable- tructura. En ciertos suelos granulares flojos con
mente la carga de los pilotes afectados; o los nivel freático alto, sismos que provoquen acelera-
empujes laterales del suelo sobre los pilotes, de- ciones en el terreno que superen una determinada
bidos a sobrecargas en superficie asimétricas con magnitud pueden, si la duración del terremoto es
respecto a ellos, que originan en los pilotes eleva- suficiente, dar lugar al fenómeno de licuación. El
das flexiones capaces de partirlos y movimientos suelo pasa a comportarse como un líquido y pier-
de las estructuras que soportan. Ambos fenóme- de completamente su resistencia a esfuerzo cor-
nos producen, con más reiteración de los que se- tante y, consecuentemente, su capacidad de car-
ría imaginable, un característico fallo de estribos ga. Las estructuras cimentadas sobre un terreno
de puentes cimentados con pilotes (que atraviesan que se licúa sufren grandes asientos o el hundi-
suelos blandos) y con relativamente altos terraple- miento. La fig. 2 muestra cómo quedó un edificio
nes de acceso. de Niigata (Japón) tras la licuación de su terreno
de apoyo en el terremoto del 16 de junio de 1964
La inherente dificultad que entraña la correcta (Japan Natl. Comm, on Earthquake Engrg. 1965).
ejecución de los pilotes en muchas circunstancias
es causa frecuente de defectos estructurales en la
De poca importancia también en España son los
propia cimentación. Sin embargo, en contra de lo
fallos de cimentaciones derivados de la congela-
que pudiera esperarse y a pesar de lo numerosos
ción o descongelación del terreno en zonas frías.
que deben, probablemente, ser estos defectos de
Si llega a congelarse el suelo bajo un cimiento,
ejecución, no tienen una gran repercusión cuanti-
se produce un levantamiento. En la descongela-
tativa en la casuística de fallos de cimentaciones.
ción, tienen lugar asientos bruscos e importantes
No se tomen estas palabras como una subestima-
y una notable d i s m i n u c i ó n de la capacidad de
ción de la importancia que tiene la correcta cons- carga.
trucción de los pilotes.
Quedarían por reseñar algunas otras causas (como
En ciertas regiones y localidades que se asientan
la socavación de los cauces de los ríos en el caso
sobre terrenos inestables o con precaria estabili-
de los puentes, ciertos diseños inadecuados o
dad se dan muchos fallos en estructuras cimenta-
hasta disparatados de cimentaciones que son por
das en laderas —asociados con movimientos len-
sí mismos los causantes de los fallos, y otras
tos de reptación o con deslizamientos habitual-
mente producidos por obras de excavación (casos
frecuentes en los valles asturianos de elevadas
pendientes naturales)— o al borde de barrancos
que van siendo profundizados y ensanchados por
los ríos (p.e., Alcoy). También al borde de costas
en transgresión hay frecuentes fallos de cimenta-
ciones. En todos estos casos, los asientos dife-
renciales suelen combinarse con corrimientos dife-
renciales, que son muy nocivos para la mayoría
de las estructuras. Asimismo, las zonas de subsi-
diencia por explotaciones mineras profundas son
fuente inagotable de problemas de cimentación.
misceláneas); pero en lo anterior se han enumera- lecciones normales atribulbles al uso o al proceso
do los roas frecuentes, especialmente en el ámbi- de envejecimiento de los materiales».
to de la edificación»
En cuanto al concepto de «ivicio del suelo», el
Hasta aquí las causas inmediatas» Pero si se van mismo autor citado lo entiende como «la falta de
a buscar las causas remotas o primeras casi siem- apreciación de la propia naturaleza del terreno, su
pre se encuentran en la falta de reconocimiento comportamiento ante las cargas del edificio, su
geotécnico o en el hecho de ser Incompleto, ina» capacidad portante, deformabilidad, etc., asi como
decuado o mal Interpretado, lo que no ha permlth el nivel freático y los fallos, socavones, galerías
do deíectar los problemas que el terreno podía subterráneas, etc., oo detectados por falta de re-
plantear para darles un tratamfenío correcto conocimiento, prospecciones y ensayos que hubie-
(p»e, el no darse cuenta de que se estaba en pre» ran puesto de manifiesto estos defectos o vicios,
sencia de arciHas expansivas o de suelos colapsa- que hacen impropia la construcción sobre él o
bles). inadecuado el sistema de cimentación o de estruc-
tura elegido en un principio»»
3. ASPECTOS LEGALES
La Norma MV 101-1962, «Acciones en la edifica-
Ya se ha Indicado que, por lo general, los fallos ción» (Decreto del yinisterio de la Vivienda 195/
de cimentaciones entrañan fallos humanos y pro- 1963, de 17 de enero) es de obligatoria observan»
ducen daños materiales (incluso victimas, a ve- cia en todos los proyectos de edificaciones públi-
ces). Se plantean, pues, problemas de responsabi- cas o privadas. Exige que en la Memoria de los
lidades y litigios sobre quién ha de correr con los proyectos se detallen todos los valores que se han
gastos de reparación que, en gran número de ca- aplicado en el cálculo de la cimentación» El arqui-
sos, se resuelven en los tribunales» Conviene, en- tecto, o técnico director de la obra si no es autor
tonces, hacer algunas consideraciones sobre los del proyecto, está obligado a comprobarlo»
aspectos legales de la cuestfóri.
He aquí, entresacados, los párrafos de la Norma
Dejando aparte todo lo que con carácter general M¥'"101 (Artículos 8.2, 8.5, 8»9) que más interesan:
establece la legislación sobre responsabilidades
civil y penal {propio de ser tratado por un Jurista), «La variedad y dificultad de clasificación de los
se va a limitar este epígrafe a lo relativo al terre- terrenos sólo permite dar valores de la presión
no y a las cimentaciones» a d m i s i b l e a t i t u l o de o r i e n t a c i ó n , debiendo en
cada caso el autor del proyecto, con su criterio
Interesa citar, en primer término, los artículos técnico y tras el reconocimiento y ensayos del te-
1.591 y 1.105 del Código CivIL El primer párrafo rreno que considere precisos, elegir para cada
del Art. 1.591, dice: caso la presión admisible que considere adecuada.
üEl contratista de un edificio que se arruinase Igualmente es preciso observar que si bien los
por vicios de la construcción, responde de los valores que figuran en la Tabla 8,1 {de la Norma)
daños y perjuicios si la ruina tuviere lugar dentro se consideran admisibles para cada clase de terre-
de los diez años^ contados desde que concluyó la no que en ella se especifica, dichos valores no
construcción; igual responsabilidad, y por el mis- garantizan que los asientos que se produzcan sean
mo tiempo, tendrá el arquitecto que la dirigiere, si tolerables para cada obra en particular, debiendo
se debe la ruina a vicio del'suelo o de la dlrec- el autor del proyecto comprobar en cada caso es-
ciórL» tos extremos»»
edificarían en la década de los cincuenta. Por en» tos suelen empezar a manifestarse por los elemen-
toncas, el fenómeno de la expansividad de las ar- tos más rígidos o menos resistentes^ Asi, en los
cillas no era una novedad. Estaba incorporado a la edificios, lo primero que suele agrietarse es la ta-
ciencia de su tiempo y era conocido en sus cau- blquería, ya que los tabiques tienen una rigidez
sas y en las soluciones prácticas. Precisamente grande dentro de su plano al tiempo que la fábri-
éstas, aunque sólo fuera con un carácter semiem- ca que los forma es frágil y poco resistente. Los
pírico, se aplicaban en todas fas partes del mundo tabiques se amoldan difícilmente a las distorsio-
en que dicho fenómeno es trascendente. nes provocadas por los asientos diferenciales.
GRIETA
AsrBNn) J)//^eP^^iC/^L
ISOSTÁTICAS
DE TRACCIOM
Agnetamiento en tabique de iadriiio por asiento diferencia/
I
miento en la línea de debilidad.
gún cual sea el apoyo que más ha asentado o e! compresión en la zona de mayor concentración de
contacto que haya fallado). Otro tanto puede su- esfuerzos tienen un aspecto muy semejante al de
ceder, simultáneamente, en los dos extremos del las grietas dibujadas en la flg. 15.
tabique, produciéndose entonces dos grietas yertl-
cales, con variaciones opuestas de la apertura, GRIETA
una más abierta arriba que abajo y otra al revés, TRACCIOiy HORIZONTAL
indicando así el sentido de giro del tabique como
un cuerpo rígido. Agotada la resistencia en los
bordes de máxima tracción, se inician las roturas,
disminuye el brazo resistente, aumentan las ten-
siones y prosiguen las grietas.
En situaciones de a r r u f o , la m o r f o l o g í a de las
grietas es, a veces, diferente de la indicada en la
figura 19a. Dependiendo de factores tales como
la causa del asiento mayor en el centro, las pro- 20 Efecto arco y agrietamiento consecuente en deformación de «arrufo»
porciones del tabique, la disposición de los hue-
cos, etc., se genera en ocasiones un efecto arco
en el plano del tabique. Entonces, las grietas in-
clinadas de un lado y otro se unen por arriba. ! I
Todo lo que queda por encima de la grieta más MURO DE SÓTANO
alta, continua, pasa a trabajar como un arco a "y-M-t iF's¿U iy^<ii
Ya se indicó que una situación muy desfavorable — Existencia de jardines, riego de los mismos,
es el apoyo de una misma estructura en parte en presencia de árboles que requieren bastante
roca y en parte en suelos. Especialmente nocivo agua.
es cuando la capa de suelo tiene forma de cuña,
con espesor gradualmente creciente, ya que los ~ Pavimentación alrededor de la estructura, ace-
asientos son en cierto modo proporcionales al es- ras, juntas, cuidado en bajantes y elementos
pesor de la capa compresible. En un reciente caso de recogida y evacuación de aguas pluviales.
(fig. 21), un muro de sótano, que recibía las car-
gas de los pilares de fachada, se encontraba apo- — Existencia de instalaciones de calefacción u
yado sobre caliza en su extremo occidental y so- hornos en contacto con el terreno, que pueden
bre unas arcillas residuales, en forma de cuña, en provocar su desecación, etc.
Lineas de iguai levantamiento de ie solera de un edificio en clima de tipo Otros aspectos de la morfología de los daños en
sah^iano. Efecto cúpula estructuras sobre arcillas expansivas, en climas
CURVA EOOMETRSCA
Para c o m p l e t a r estas s i m p l e s nociones sobre
agrietamiento de edificios por deficiencias del ci-
miento, interesa decir que los de poca altura en
LEVÂNTâMSEOTO POR comparación con la base tienen más tendencia a
ASIENTO POR
RETRACCIÓN
HmCH&f^íENTO la fisuración que los edificios esbeltos. Es más,
las torres altas y de pequeña base se inclinan, a
veces, monolíticamente, con escasos daños en ta-
biquerla.
tical se descentra de la base y las cargas en la En muchas ocasiones, los dos trozos de tabique
Gímentación se modifican, aumentando, precisa- separados por una grieta no se mantienen en el
mente^ del lado más blando del terreno (fig. 28)^ mismo plano, lo que se nota muy bien pasando
con lo que ¡a situacíón tiende a agravarse. los dedos por los bordes. De ser as!, se indicará
en el plano poniendo un signo más en el lado
Como se ha dicho, también la estructura puede más próximo al observador y un signo menos en
llegar a fisurarse, en razón de los esfuerzos anor- el otro.
males que la sobrecargan» En este sentido, po-
drían hacerse consideraciones análogas a las ante- También, las grietas no se producen siempre por
riores, aunque la cuestión es más compleja y es- esfuerzos puros de tracción, sino por combinacio-
capa a los limites de este articulo. Baste con de- nes de tracción y esfuerzo cortante. Como resulta-
cir que las estructuras porticadas, concebidas para do de ello, las irregularidades de los bordes de
resistir acciones predominantemente verticales, las fisuras no se encuentran perfectamente enfren-
están mejor capacitadas para soportar movimien- tadas. Se aprecia que, para cerrar la grieta, sería
tos diferenciales en vertical de sos apoyos que en preciso no un desplazamiento relativo perpendicu-
horizontaL Estos posibles desplazamientos hori- lar a ella, sino que se requerirla un cierto movi-
zontales diferenciales de los apoyos no suelen miento en sentido paralelo» Esto debe ser también
darse por fallo intrínseco de la cimentación (salvo indicado en los planos por medio de unas flechi-
en arcillas'expansivas o en taludes inestables), si- tas como las que representan las tensiones tan-
no, más bien, por efecto de las construcciones en genciales, una a cada lado de la grieta, señalando
las cercanías (sobre todo, por excavaciones), a el sentido del movimiento relativo entre trozos de
que se dedicará la segunda parte de esta serie de tabiques.
artículos»
Las ideas vertidas en este epígrafe son simples, En la mayor parte de los casos, interesa conocer
pero pueden ayudar ai hacer el diagnóstico. Hay la evolución de los daños y la velocidad con que
que señalar, de nuevo, que, por lo común, las tiene lugar durante un cierto tiempo (al menos, el
situaciones que se presentan son mucho más requerido desde que se empieza a estudiar el pro-
complicadas que las descritas. blema hasta que se aplica la terapéutica). El mé-
todo más simple consiste en la colocación de tes-
Cuando ha de realizarse el diagnóstico de una es- tigos de yeso en puntos significativos y bien se»
tructura agrietada presumiblemente por un fallo de leccionados de las grietas. Los testigos han de
la cimentación, hay que comenzar por la observa- pegarse muy bien a los paramentos y deben llevar
ción y ef control de la evolución de las grietas» grabada la fecha de colocación. También se em-
Con frecuencia, el técnico encargado lleva a cabo plean testigos de cristal, más frágiles que los de
una inspección ocular y se forma un criterio a yeso y, por tanto, capaces de acusar menores mo-
partir de las ideas que las grietas le sugieren. En vimientos.
situaciones algo complejas, en edificios de varias
plantas o con fisuración extensa, la simple visita Cuando se precisa conocer la velocidad de apertu-
suele ser insuficiente y constituye un mal sistema ra de las grietas, se emplean defórmetros. Se co-
de trabajo» Al cabo de un tiempo de recorrer es- locan bien sujetas a la pared (normalmente, pega-
tancias, ver grietas y escuchar explicaciones, la das con resina) tres pequeñas piezas metálicas
dificultad de retener en la memoria lo observado, con un rebaje cónico, en el que ajustan perfecta-
^ unida a la imposibilidad de correlacionar debida- mente las patas del defórmetro. Estas piezas se
mente las grietas de las distintas plantas, provoca disponen según los vértices de un triángulo equi-
un estado de cierta confusión mental. látero, uno de cuyos lados sea paralelo a la grieta
y el vértice opuesto situado al otro lado» El de- 30 m de arcilla que, a su vez, descansa sobre
fórmetro permite medir la variación de longitud de arena. Aproximadamente en el medio de la capa
los lados del triángulo con precisión de una cen- de arcilla hay un estrato de arena de 6 m de espe-
tésima de milímetro, mediante un comparador» Del sor. Estos sedimentos están dispuestos horizon-
conocimiento de ¡a variación en los tres lados se talmente y sólo acusan una deformación (que se
deduce tanto la variación de apertura de la grieta aprecia en la figura) debida al gran asiento sufrido
como el fíiovimiento relativo paralelamente a la por la torre» Esta lleva 8 siglos moviéndose mono-
misma. líticamente. El asiento medio es de 2,50 m y la
inclinación de 1 en horizontal por 10,8 en verticaL
6. ü ^ EJEMPLO HISTÓRICO, LA TORRE DE
PISA En la fig. 30 se ve la evolución de la inclinación
de la torre con el tiempo desde el Inicío de la
Es éste yn caso interesante, en el que el fallo de c o n s t r u c c i ó n y, t a m b i é n , del peso de la parte
la cimentación ha resultado ser beneficioso. La c o n s t r u i d a en cada momento» Se comenzó en
fama de la Torre de Pisa no se debe tanto a su 1173. A los cinco años se había alcanzado un pe-
innegable belleza como ai hecho de estar tan In- so de aproximadamente dos tercios del total y la
clinada. Pisa recibe cada año a millones de visi- torre comenzó a inclinarse hacia el N.E., por lo
tantes por este motivo. que se interrumpieron las obras. Fueron reanuda-
das en 1272, cuando la inclinación era de 1/182.
La fig, 29 muestra la situación de inclinación ac~ Transcurridos otros seis años, se había llegado a
tual y el corte del terreno bajo la torre, que se un peso del 86% del total y la torre comenzó a
compone de una arena limosa sobre una capa de inclinarse hacía el N.W. Después de estar paradas
las obras durante otro siglo, más o menos, se
terminó por fin la torre en 1370, siendo entonces
el giro hacia el Sur, con un valor de 1/31. Desde
entonces, sin variar el peso, el giro se ha ido
incrementando hasta 1/10,8, en 1974.
gado. No obstante, no queda completamente cla- tructura comienza a oscilar. El período de oscila-
ro, en principio, cómo puede haber una carga del ción depende de ¡a compresibilidad del cimiento.
orden del doble de la que teóricamente produce el
hundimiento por plastifícactón del suelo. Esto es Para cada terreno existe una altura critica de torre
debido a la mejora en fas características de la que no debe superarse sin riesgo de fuertes i n d i -
arcilla consecuente con el proceso de consolida- naciones y hasta de vuelco, en un proceso de
ción. En efecto, muestras inalteradas tomadas ba- inestabilidad semejante al'del pandeo. Esta altura
jo la torre han puesto de manifiesto una resisten- depende de la compresibilidad del terreno y dis-
cia sin drenaje de 110 kN/m^ en la parte alta del minuye cuanto más blando es el suelo» Para una
estrato arcilloso. Por otra parte, no hay que olvi- cimentación por losa circular sobre terreno elásti-
dar que la carga de h u n d i m i e n t o a que se ha co, la altura crítica vale
hecho referencia es para cimentaciones superficia-
4 E r
les y, en este caso, no lo es totalmente. Además, h. =
corresponde a la hipótesis de resistencia a corto 3í^ p(1 --- i/)
plazo, mientras que la colocación de las cargas
fue muy lenta. donde:
E = módulo de elasticidad del terreno,
Puede pensarse, e n t o n c e s , que se comenzó la V = coeficiente de Poisson del terreno,
construcción y, por su lentitud, se iba ya produ- r ^ radio de la losa,
ciendo cierta consolidación, lo que permitió llegar p = presión media que la losa transmite
hasta los dos tercios de la carga total, momento al terreno.
en el que ya el coeficiente de seguridad debió de
ser muy próximo a la unidad y la torre se inclinó Como se ve, K crece proporcionalmente al módu-
lo de deformación del terreno y al tamaño de la
hacia la zona más débil o hacia donde era empu-
losa y es inversamente proporcional a la presión
jada por los vientos dominantes.
de cimentación.
Tal vez gracias a una excelente intuición, los ar-
quitectos de algunas generaciones después deci- Finalmente, la aceleración en el ritmo de aumento
dieron reanudar las obras tras casi un siglo de de la inclinación observada en las últimas décadas
espera, en cuyo momento el terreno bajo la torre ha recibido la siguiente explicación (Kérisel, 1975):
ya habría mejorado notablemente, aunque no lo Un cálculo de asientos, basado en los coeficientes
suficiente como para permitir culminar la obra. La de compresibilidad medidos en ensayos edométrl-
situación se repitió, en términos generales, y, por eos sobre muestras inalteradas, ha dado resulta-
fin, tras casi otro siglo de espera y una ligera dos muy concordantes con el valor medio del
rectificación de la inclinación en la parte alta de asiento total medido, es decir, 2,50 m, de donde
la torre, ésta quedó rematada en 1370. cabe deducir que el grado de consolidación ha
llegado a ser bastante próximo a la unidad. Hasta
alcanzar esta situación, durante la consolidación
No resulta exagerado decir que nos encontramos
de la arcilla, la continua mejora de sus propieda-
ante el primer caso que registra la Historia de me-
des mecánicas iba compensando el momento adi»
jora de las características del terreno mediante
clonal debido a la Inclinación, pero estas propie-
precarga, utilizando como sobrecarga el propio pe-
dades mecánicas han debido alcanzar reciente-
so de la estructura.
mente su valor máximo y sólo queda el efecto de
la inclinación y el del viento.
En cuanto a la inclinación, se justifica porque
siempre hay unas zonas más blandas que otras y Para concluir con este ejemplo puede añadirse
el terreno (jamás perfectamente homogéneo) falla que, a partir del análisis de los movimientos cui-
por el lado más débil. Además, se ú¡6 el efecto dadosamente observados en una serie de puntos
ya descrito de desplazamiento del centro de grave™ de la estructura, se ha podido determinar que la
dad. torre está realmente girando según una superficie
helicoidal, como si se tratase de un tornillo.
Por lo que se refiere al cambio de orientación de
la inclinación en estos ocho siglos, las cosas no 6. HUNDIMIENTO. SILOS. DEPÓSITOS
aparecen tan claras. Algún autor (Kérisel, 1975)
sugiere que se debe al efecto de Coriolís conse- La fig, 31(a) representa una curva carga-asiento
cuente con el giro de la Tierra, Es un efecto muy normal de una cimentaclón„ El incremento del
pequeño, ya se sabe; pero tal vez si se tiene en
cuenta la l e n t i t u d con que se ha p r o d u c i d o el
cambio de orientación pueda admitirse esta hipó-
tesis. Habib y Puyo (1979) piensan que puede tra-
tarse de un fenómeno oscilatorio, con período
muy grande. Si se construye una estructura esbel- { a) ( b ) 31
ta sobre un medio elástico compresible, se al-
Relación carga-asiento de una zapata y zonas de terreno piastificado en
canza una altura crítica a partir de la cual la es- el hundimiento
asiento para un mismo Incremento de la carga va Tomando como ejemplo lo que sucede en un en-
siendo progresivamente mayor, hasta que llega un sayo triaxial convencional, según que se introduz-
momento en que el asiento crece indefinidamente ca la carga con o sin drenaje^ puede verse cómo
a carga constante. Se dice, entonces, que se ha la resistencia aparente es superior o muy superior
alcanzado la carga de hundimiento del terreno, en el primer caso. En la fig» 32a se han repre-
correspondiente a esa cimentación. Todo el suelo sentado los recorridos de tensiones efectivas con
comprendido entre el piano horizontal al nivel de drenaje (o en carga lenta) y sin drenaje (o en car-
cimentación y la línea ABCDE (fig„ 31b) se ha ga rápida), típicos de una arcilla blanda. En cual-
plastificado. Para una cimentación en faja (longi- quier caso, el recorrido de tensiones totales es el
tud mucho mayor que la anchura), la carga de mismo y está representado por la linea recta con
hundimiento vale: pendiente 3:1 (si se mantiene constante la presión
de célula). Esta linea es, a la vez, el recorrido de
Q - B (cN, + Y DyH, + y2 Ï BM,| tensiones efectivas en ei ensayo con drenaje.
IMc,N^,IMy ^ coeficientes de capacidad de carga, En ningún punto bajo una cimentación se dan las
adimensíonales, dependientes del án- mismas condiciones que en el ensayo triaxial; pero
gulo de rozamiento interno del terre- lo que sucede en cuanto a recorridos de t e n -
no 0 5 siones es semejante. Ei estado tensional en el
terreno, en términos de tensiones totales, no de-
c = cohesión del terreno. pende mucho de si el proceso de carga es rápido
o lento. En el primer caso, el agua intersticial
Los valores de los parámetros de resistencia del adquiere una cierta presión, en detrimento de la
terreno 0 y c dependen, para un mismo suelo, de tensión normal entre parífculas del suelo. El agua
las condiciones de aplicación de las cargas. Así, es incapaz de soportar tensiones de corte, que
en una arcilla saturada (que es un suelo muy im- han de ser Integramente resistidas por la fricción
permeable), si las cargas se aplican muy lenta- efectiva entre los granos. La capacidad de rests-
mente, no se generan presiones del agua que re- tencia al corte del esqueleto sólido crece con el
llena los poros del terreno que superen a las nivel de presión íntergranular, Al resultar ésta dis-
hidrostáticas y se moviliza la resistencia efectiva o minuida por la presión del agua, el suelo queda
a largo plazo. Sin embargo, si la carga se aplica con menor capacidad de resistencia de las tensio-
toda ella de golpe (o en un corto espacio de tiem- nes cortantes, lo que hace más fácil la rotura sin
po, lo que es equivalente en términos geotécni- drenaje.
eos), se generan unos excesos de presión del agua
que tardan mucho en disiparse. Al colocar la car- De lo anterior puede deducirse que:
ga, el suelo se comporta con su resistencia al
corte sin drenaje, caracterizada por un ángulo de a) La mayor probabilidad de fallo por hundîmîen-
rozamiento interno nulo« En suelos granulares, to corresponde a terreno arcilloso y carga rá-
permeables, la hipótesis de corto plazo o sin dre- pida.
naje no llene significación práctica.
b) Un mismo suelo arcilloso puede admitir una
carga considerablemente mayor si se coloca
lentamente que si se pone en un corto espa™
cío de tiempo.
c) Por lo general, los suelos granulares tier^en
una capacidad de carga o carga de hundimien-
to elevada.
tes, pero que no tuvo tanta suerte como el de ramente importante. La sobrecarga producida por
Transcona. El análisis de su hundimiento también ésta (180 kN/nrr^), en un área tan grande, produjo
confirmó la bondad de la fórmula anterior. la compresión y el asiento del relleno, en tanto
que la chapa perimetral, por estar rígidamente
Otro tipo de estructuras en que se da con alguna apoyada en la roca a través de los pilotes, no
frecuencia el fenómeno de hundimiento es el tan- asentó. Los asientos diferenciales que así tuvieron
que de combustible, en donde el peso del conte- lugar fueron lo suficientemente importantes como
nido es, en proporción, aún mucho mayor y se para dar lugar a los daños observados.
coloca todo él el día en que se hace la prueba de
agua. Podría mostrarse algún ejemplo de tanque Por otra parte, al asentar el relleno por la carga
hundido; pero se va a aprovechar la referencia a del agua, las cimentaciones de los pilares inte-
los tanques de combustible para describir un caso riores descendieron en igual magnitud, siendo pro-
de fallo de cimentación por proyecto absurdo de bable que alguno de los pilares se pusiera a tra-
la misma. bajar a tracción en lugar de a compresión. De nin-
gún modo el asiento de los pilares se debió a la
La fig. 35 (a) muestra la sección transversal de un presión que sus cimentaciones transmitían al te-
tanque de acero para el almacenamiento de com- rreno.
bustible en una refinería de petróleo, de planta
circular, de 48 m de diámetro y 18 m de altura. El Por fortuna, no se rompió ninguna soldadura (lo
techo está constituido por una cubierta fija de que, con gran probabilidad, hubiera dado lugar a
chapa apoyada en cerchas metálicas que, a su un accidente mucho más grave), aunque es presu-
vez, apoyan en pilares interiores. mible que la chapa de fondo se viese sometida a
fuertes tracciones, trabajando como lámina, espe-
El terreno en que se ubica el tanque está formado cialmente cerca de los bordes. El escape de agua
por un relleno de arena arcillosa, compactado. Es a través de una soldadura puede erosionar el relle-
algo heterogéneo, tal vez demasiado arcilloso y no no bajo el tanque y producir una importante soca-
muy bien compactado. Tiene un espesor entre 8 y vación, con vaciado rápido del agua e inundación
10 m. Debajo se encuentra el terreno n a t u r a l , de los alrededores e, incluso, posible deterioro de
c o n s t i t u i d o por una alternancia de estratos de los muros del cubeto (de tierras, en este caso).
margas duras y areniscas, con buzamiento casi
vertical, característica de la faciès flysch. Los dos De no haberse puesto los pilotes, los asientos
metros superiores del relleno bajo el tanque son diferenciales hubieran sido mucho menores y, se-
de mejor calidad (albero bien compactado).
7. SUELOS COLAPSABLES
Los rellenos no o mal compactados pueden ser el terreno, la rigidez estructural hace que la zapata
(y, de hecho, lo son en la mayoría de los casos) afectada no le pueda seguir fácilmente en su des-
colapsables, sobre todo si la humedad de puesta censo. La carga transmitida por la zapata disminu-
en obra queda muy del lado seco de la óptima o ye y se produce una transferencia al resto de la
la densidad seca es inferior a la máxima de los estructura que tiene un claro reflejo en la morfo-
ensayos de compactación. Por ejemplo, las arenas logía de las grietas.
de miga madrileñas, compactadas al 80 % del
Proctor, llegan a sufrir asientos por, inundación El asiento por colapso suele ser mucho mayor que
entre el 3 y el 5 % del espesor del relleno, depen- el previamente sufrido por la cimentación como
diendo de la naturaleza del agua de inundación. Si CURVAS DE CONSOLIDACIÓN
la compactación es al 100 % del Proctor, esas 40
Lectura inicial del cuadrante con cargo nulo: 800 Altura del edómetro: 12mm,
cifras se reducen del 1 al 1,5% (López Corral,
1972). Lo peor es que, en Madrid, existen muchos
vertidos antiguos de arenas de miga sin compac-
tar que, al cabo de cierto tiempo (digamos, unas
décadas), se distinguen difícilmente del terreno ESCALÓN DE 1.00 a 2.00 kg/cm^r
natural. 1 111 I I . II
LECTU RA INICIAL 773í
78b
SE INUNDA LA. i
En relación con el colapso de suelos compacta- , ^ IMUESTRA
770
dos, es interesante el caso de un gran terraplén f-—
760
de una autopista española, de 23 m de altura, eje-
cutado con pizarras descompuestas de un des- i750
44 Grieta de un tabique de un colegio de E.G.B. en Alicante por 46 Agrietamiento por deslizamiento entre tabique y viga en el
asientos de colapso mismo colegio de £. G. B. en Alicante
;í m. •
^ 6 m m
Las tres grietas principales venían a concurrir,
f^ más o menos, en el punto en que ya no se había
J fa—^^^M^—^=^^^— n 1
antes de que nublara de ser demolido por el peli- ejemplo de la frecuencia de formación de socavo-
gro de ruina que entrañaba. Nótese la fuerte ondu- nes. Las filtraciones de agua por pérdidas de tu™
lación de la cubierta plana (que hacia el papel de bertas y colectores superficiales hacia otros con-
escenario elevado) y las enormes grietas de los ductos más profundos arrastran las partículas del
tabiques de cerramiento, asi como las grietas del suelo y van creando huecos. La cohesión del te-
muro exterior ÚB\ recinto del anfiteatro. Las cargas rreno, que hace posible la existencia de cavidades
transmitidas al terreno por estas estructuras eran estables hasta un cierto tamaño, unas veces, y el
pequeñas o insignificantes. propio pavimento, que hace de techo de las caver-
nas, otras, determinan que el socavón no se pro-
La mayor incidencia de los suelos colapsables es duzca hasta que el hueco es ya demasiado grande
sobre las obras hidráulicas (Jiménez Salas, 1980), como para permanecer estable, o bien, hasta que
como los canales, pues si los asientos dan lugar el paso de un camión pesado da fugar al hundi-
a f i s u r a c i ó n del h o r m i g ó n de r e v e s t i m i e n t o , el miento del pavimento. Los socavones provocan
agua del canal se filtra al terreno y provoca o muchas- veces daños estructurales a edificios ci-
agrava la situación de colapso. Este hecho queda mentados a escasa profundidad»
bien puesto de relieve en la flg. 50, Téngase en
cuenta que la superficie del agua es, naturalmen- Los problemas derivados de la edificación en talu-
te, horizontal y que los bordes del canal o rio des inestables son bien conocidos y tienen difícil
artificial también lo fueron cuando se construyó y solución, como no sea a base de costosas obras
se podrá apreciar la gran magnitud del asiento de estabilización de los taludes, ya que la cimen-
sufrido por colapso. tación profunda a base de pilotes no suele ser
recurso válido, pues los pilotes resultan fácilmen-
8. PROBLEMAS DEBIDOS k OTRAS CAUSAS te rotos por flexión o esfuerzo cortante ante los
elevados empujes laterales que generan las masas
Por razones de limitación de espacio se van a de suelo en m o v i m i e n t o . Por lo general, estos
tratar aquí, bajo un solo epígrafe y de forma resu- problemas se dan en laderas en reptación, con
mida, los fallos de cimentaciones no debidos a movimiento lento de deslizamiento que a veces no
se percibe si no es por la experiencia focal o por
hundimientos, arcillas expansiyas o suelos colap-
la Inclinación que presentan los árboles»
sables.
Los problemas causados por disolución de rocas Son numerosos los casos de daños estructurales
o suelos solubles o por socavación son frecuentes de edificios cimentados en laderas inestables, A
en algunas zonas o localidades españolas. Asi, titulo de ejemplo, podrían citarse bastantes en las
por ejemplo, en la ribera derecha del río Ebro, pendientes márgenes de los valles del Norte de
aguas arriba de Zaragoza, y más concretamente en España, especialmente Asturias (como un grupo
Casetas, se producen fuertes asientos y hasta el de viviendas de mineros en Tudela de Veguin, o
hundimiento de edificios por disolución del yeso los problemas generales de esta Indole en la loca-
que contienen- las margas yesíferas que subyacen lidad de Tineo, e t c ) . Notables son también los
bajo las terrazas del rio. Los abundantes riegos de agrietamientos de edificios cimentados en los bor-
la zona provocan una corriente subálvea hacía el des de los p r o f u n d o s barrancos de A l c o y . Los
rio que disuelve los yesos y da lugar a una pérdi- meandros de los ríos Mollnar y Barchell van ero-
da de materia sólida» En alguna de las terrazas, sionando los pies de los taludes, provocando su
los materiales aluviales están algo cementados inestabilidad y ensanchando los barrancos, afec-
(«maffacán») y constituyen un buen terreno para la tando gravemente a los inmuebles construidos en
cimentación directa. La rigidez y resistencia de las laderas o en coronación de las mismas. Puede
esta capa hace que, aunque ceda el terreno sobre que en este caso concurran problemas de erosión
el que está apoyado o se produzcan cavernas, no interna o socavación.
se notan los efectos hasta que las dimensiones
del área de subsídiencia o el hueco son suflcien-» Por semejante motivo se encontraba hace unos
temente grandes y sobreviene el h u n d i m i e n t o quince años seriamente agrietada la Basifica de
brusco, arrastrando a las estructuras que haya en- Ntra. Sra. del Pino, en Teror (Gran Canaria), que
cima (Romana y Soriano, 1971). Cuando ios mate- hubo de ser recalzada.
ríales de aluvión de las terrazas no están cementa-
dos, se van adaptando a la depresión y dando La morfología de daños en estructuras en pen-
lugar a asientos diferenciales que crecen gradual- dientes inestables acostumbra a ser compleja, ya
mente. Las carreteras de la zona también sufren que se combinan movimientos verticales y hori-
estos efectos; lo que obliga a permanentes gastos zontales de los cimientos que son, normalmente,
de reparación de badenes. El problema se ha agu- marcadamente diferenciales.
dizado últimamente por el desarrollo industrial de
la zona, dado que numerosas Industrias extraen
El menosprecio o la no consideración de acciones
agua del terreno por medio de pozos profundos»
en el proyecto de la cimentación es también el
origen de fallos eo las cimentaciones. En palabras
Los terrenos sobre los que se asienta el centro y de J. Feld, «el menosprecio de un simple factor
norte de Madrid (arenas de miga) son un buen casi siempre resulta en un fallo de la cimentación.
se, las líneas de igual asiento son casi rectas, es difícilmente discuipabie en Sao Pauio; una par-
paraielas y equidistantes, como corresponde a un tiouiaridad notable dei terreno en esa ciudad ia
giro casi perfecto de un cuerpo sóüdo, que con- constituyen los frecuentes y marcados cambios ia-
firma ia tendencia, ya apuntada, ai giro de los ferales, lo que es bien conocido y obiiga a deta-
edificios altos y esbeitos> iiados reconocimientos geotécnicos, con profusión
de sondeos que cubran oonipletamente ios solares
En ia parte inferior de ia flg« 63 se aprecia ciara- a investigar.
menie cómo es el terreno de cimentación en e)
soiar dei rascacieios y cómo es ia cimentación. )s más ejenipios ilustrativos podrían poner-
Bajo un reiieno, hay una capa de arena media de se; pero ei articuio se haria intermnnabie. Edo
unos 5 m de espesor, a la que sigue una capa de obliga al autor a dejarlos en el tintero.
arcilias de un espesor semejante, descansando
sobre arenas finas y medias. 9. COi^CLüSiONES
El reconocimiento geotécnico no cubrió todo el Se ha pretendido dar una visión ordenada del pro-
soiar, por estar parclaimente ocupado por un edi- blema de ios faiios de cimentaciones. El objetivo
f i c i o a úemoler cuando se iievaron a cabo las principal perseguido es contribuir a limitar ei rlí-
prospecciones. En ¡a parte reconocida, la arcíiia mo de crecimiento de la larga hsta de tales fallos,
es rígida y preconsoíidada. Se decidió cimer^iaí que tantos irastornos económicos y de otra indoie
mediante piiotes apisonados, con sus bulbos de provocan.. F^-ara elio, se ha recurrido a un buen
base apoyando en ias arcíNas rígidas. Todos ios número de ejemplos, porque ayudan a fijar y re-
piiotes se construyeron con iongitudes semejan- cordar las ideas y con la esperanza de que causen
tes, sin reparar en que en una parte dei soiar las aigún impacto, de manera que, arúe situaciones
arcüias eran blandas y se presentaban en forma parecidas, no se caiga en los mismos errores.,
de cuña. Su elevada compresibiHdad deterrnmó el
asiento y giro del edificio. Se ha tratado de hacer ver que, sin restar impor-
tancia a los cálculos dei proyecto que la i\^ecánica
Este edificio fue recalzado y puesto vertical, susti- dei Sueio permite hoy realizar, ¡a mayor parie de
tuyendo ios pilotes originaies por unos pozos más ios fracasos no se debe a errores cometidos en
profundos y empleando potentes gatos, todo elio ese proceso, sino a la falta de atención debida ai
tras rigidizar ei terreno por congelación. terreno, al diseño conceptual de ias cimentaciones
y a ios detalles. La evitación de los faiios se ve
En ei fondo, este failo de cimentación es atribui- muy ayudada por ei conocimiento de otros faiios
ble en última instancia ai hecho de haber sido y de ios escoiios en que se acostumbra a tro-
incompieto ei reconocimiento geotécnico, lo que pezar.
ñEfEHBHQl
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