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Estimados maestrantes,

El martes próximo deben entregar el primer control de lectura que incluya sus opiniones sobre el
problema de ser negro en los textos venezolanos que estudiamos. Por mi parte, concluiré mi exposición
sobre la Virgen de los sicarios y la Sexualidad de la Pantera Rosa.
Asimismo, daré inicio a mi exposición sobre cómo el Género de la crónica urbana sirve en el imaginario
puertorriqueño para reivindicar a los sectores subalternos, entre ellos, los sujetos de origen africano.
Como observarán la discusión continúa sobre el estatus y problemas de los grupos no hegemónicos, los
llamados subalternos.
Por favor, no envíen sus controles de lectures vía e-mail. Los quiero en papel para poder escribir mis
observaciones y guiarlos mejor en la escritura y reflexión.

PD. Adjunto un texto de Angel Rama que define bastante bien el tema de la heterogeneidad
latinoamericana. No está demás que lo lean.
PD. Dice Alicia que tratará de comprar El entierro de Cortijo, de Edgardo Rodriguez Juliá via internet (No
lo ha confirmado).
PD. Deben comenzar a pensar en el segundo informe de lectura sobre la novela que tengan a la mano.
Por ejemplo, supe que ya tienen la Sexualidad de la Pantera Rosa. Pues adelante porque el tiempo corre.
Tambien en Noviembre, a partir del 20, deben hacer sus exposiciones orales. El martes próximo, espero
la lista de los exponentes junto con el tema sobre el que van a disertar. Deben pensar igualmente en el
articulo final que espero leer entre el 10 y 18 de diciembre.
PD. Si tienen alguna noche libre yo me ofrezco para adelantar con el programa dado que el paro nos ha
hecho perder 3 valiosas horas de clase.

Adelso Yánez Ph.D


Profesor visitante del Posgrado de Literatura
Universidad del Zulia
racismo.

1. m. Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con
otro u otros.

2. m. Doctrina antropológica o política basada en este sentimiento y que en ocasiones ha


motivado la persecución de un grupo étnico considerado como inferior.

raza.

(Del lat. *radĭa, de radĭus).

1. f. Casta o calidad del origen o linaje.

2. f. Cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos
caracteres diferenciales se perpetúan por herencia.

3. f. Grieta, hendidura.

4. f. Rayo de luz que penetra por una abertura.

5. f. Grieta que se forma a veces en la parte superior del casco de las caballerías.

6. f. Lista, en el paño u otra tela, en que el tejido está más claro que en el resto.

7. f. Calidad de algunas cosas, en relación a ciertas características que las definen.

~ humana.

1. f. humanidad (‖ género humano).

de ~.

1. loc. adj. Dicho de un animal: Que pertenece a una raza seleccionada.

Un documental realizado por un videógrafo español aborda la problemática del racismo en Venezuela,
donde la mayoría de personas negras sienten el peso de la discriminación y encuentran obstáculos en
sus carreras profesionales por el color de su piel. “Superar estos obstáculos”, dice el autor en su
introducción a la obra, “es la meta de María. Y también de Venezuela”.

Con su film, el documentalista David Segarra quiere poner de relieve cómo palabras y chistes
aparentemente inocentes causan heridas profundas en las personas, que comienzan a sentir
injustificada vergüenza por el color de su propia piel. “Es bonita pero es negra, siempre pero
es negra“, dice la protagonista María Machado, una actriz de La Vega, de 22 años de edad, que
cree tener más oportunidades de aparecer en un film de Danny Glover que en el cine nacional. La
película termina con una conversación familiar en casa de María, en la que su abuela, también
negra, muestra una fotografía del día de su boda y los nietos se sorprenden al darse cuenta de
que el fotógrafo aclaró las pieles de los novios.

Carimba muestra cómo la televisión ha servido para perpetuar el estereotipo de una raza blanca-
europea socialmente superior, relegando a las actrices y actores negros a roles de servidumbre, y
no en un papel protagónico (sólo actores de la talla de Tomás Henríquez, Gledys Ibarra y
Franklin Virgüez pudieron superar tales obstáculos en la TV nacional). Incluso en las
telenovelas que tratan el tema de la diferencia de clases, la protagonista -pobre- usualmente ha
sido una mujer blanca: desde la mexicana María la del Barrio (protagonizada por Thalía) hasta
Fabiola Colmenares en Cosita Rica.

El documental, de 40 minutos de duración, se encuentra disponible gratuitamente en internet.

[El Racismo es un tema espinoso desde todos los ángulos en la sociedad


venezolana y, en general, en la sociedad latinoamericana. Racismo de un
lado y racismo de otro lado. Racismo de los Blancos hacia los Negros e
Indios y, en general, Mestizos. Y racismo de las víctimas del Racismo contra
los racistas Blancos. El tema es peliagudo. Nadie habla de él. Y no podemos
asegurar que está superado. Aquí presentamos un extracto de un
interesante estudio sobre el tema.]

Hacia una apertura del debate sobre el racismo en Venezuela:


exclusión e inclusión estereotipada de la persona “negra” en los
medios de comunicación
Por Jun Ishibashi
Universidad de Tokio
tropico@attglobal.net

El presente estudio discute el carácter racista de los medios de


comunicación, específicamente de las industrias de publicidad, telenovela,
modelaje y áreas relacionadas en Venezuela, enfocándose en la práctica de
exclusión e inclusión estereotipada de las representaciones “negras”.

La discriminación contra las minorías raciales, étnicas, políticas,


religiosas, de género, de orientación sexual y de capacidad física en los
medios de comunicación, especialmente en lo relacionado a programas de
televisión y de publicidad, ha sido ampliamente discutida en los Estados
Unidos y en el Reino Unido en las últimas tres décadas. La emergente
conciencia de los derechos de las minorías en los años sesenta y los
activismos contra la discriminación a las minorías impulsó los estudios y
las expresión de opiniones públicas para atacar el racismo, sexismo,
clasismo y heterosexismo en los medios de comunicación.

Hoy en día es común entender que la representación en los medios


de comunicación masivos refleja una relación asimétrica de poder entre el
sector dominante de la sociedad y la minoría social oprimida. Según Gross
(1991), en relación con el caso estadounidense, las personas clave en estas
industrias, desde propietarios de las empresas anunciantes hasta
individuos en posición decisiva de operación cotidiana en los medios (los
llamados gatekeepers), poseen mayoritariamente las características de ser
blancos, ser del género masculino, de clase media o alta, y de ser
heterosexuales. No sólo es el estereotipo en los medios el que reproduce el
prejuicio, sino que también la ausencia o poca presencia de grupos
minoritarios es considerada como el centro mismo del problema, debido al
poderoso efecto simbólico de amarrar a aquellos de minorías en el estrato
más bajo de la jerarquía económica, política, social y de cultura dentro del
estado nacional.

En Venezuela, tanto el activismo contra el racismo en los medios


como el estudio sobre él han sido temas poco usuales. De las publicaciones
académicas, podemos nombrar sólo el análisis pionero del historiador
estadounidense Winthrop Wright sobre humorismo gráfico en revistas
hasta principios del siglo XX (Wright, 1990), así como el amplio mapeo del
racismo contemporáneo presentado por el sociólogo francés Alain Charier
(2000: capítulo II). Este último analizó la exclusión de la representación
“negra” en la educación histórica en las escuelas básicas, el ámbito político
parlamentario, las producciones de publicidad y telenovela, y el certamen
de belleza “Miss Venezuela”. Discutiendo la actitud de una gran mayoría de
venezolanos de negar la existencia misma del racismo, Charier lo resume
metafóricamente como el resultado de una “trampa ideológica” del discurso
del mestizaje. La invisibilidad de la representación negra y el mito de la
“democracia racial”, interiorizadas también por las propias personas
“negras”, es la causa, según Charier, de la ausencia del activismo,
investigación y consciencia sobre/contra el racismo en Venezuela.

Mi interés personal sobre el racismo anti-negro en Venezuela nació,


por coincidencia, a través de mi experiencia profesional en producción
publicitaria durante la década de los 1980s, cuando ejercía un cargo de
marketing en Caracas para una empresa japonesa de artefactos
electrónicos. En el proceso de desarrollo de una campaña para el
lanzamiento del producto llamado “pantalla negra,” la agencia de
publicidad propuso un comercial televisivo cuya idea central giraba
alrededor de una serie de objetos “bellos, dinámicos y vanguardistas de
color negro”. Como elemento protagonizante de esas imágenes, se proponía
a una mujer “negra” del estilo de Whitney Houston, icono de belleza afro-
norteamericana de aquel entonces. Esta idea, que a mi juicio era
estéticamente extraordinaria, además de poseer el argumento eficaz de
marketing, fue objetada por el presidente (un japonés expatriado) de la
sede venezolana de la empresa, quien insistió que el target del mercado
(clase alta y media alta) rechazaría la presencia de una modelo “negra", ya
que “en Venezuela existe racismo”. Curiosamente, esta posición fue
aceptada por mis colegas venezolanos sin generar discusión alguna contra
tal precepto de racismo en Venezuela. Esta fue una de las tantas
experiencias que presencié del “sutil” racismo en Venezuela en el campo del
marketing y la publicidad.

Durante mi investigación doctoral a finales de la década de los 1990s,


realicé un estudio de caso sobre un movimiento comunitario
afrovenezolano. En él observé una penetración de la identidad mestiza aun
en una comunidad donde la reivindicación de cultura afroamericana
impulsó a construir la autoestima de los miembros del lugar. Allí, los
actores declaran su identidad “afrovenezolana” cuando se trata de su
“folklore”, y evitan asimismo referirse con el prefijo “afro” cuando
construyen el discurso sobre la legitimidad de su ciudadanía (Ishibashi,
2000a; 2000b). La experiencia de observar esta contradicción de identidad
entre lo cultural y lo social me hizo reflexionar sobre la complejidad de
prácticas culturales en torno a lo étnico y a lo racial en una sociedad donde
la ideología de mestizaje está interiorizada profundamente por el pueblo de
descendencia africana. Por eso quedé convencido de la necesidad de ofrecer
un estudio etnográfico sobre las prácticas racistas en Venezuela, para
describir cómo funciona la práctica de exclusión de los “negros” en un país
donde el discurso cotidiano niega la existencia de racismo. Asimismo
consideré importante discernir la lógica a través de la cual se justifica esa
exclusión y de observar cómo es aceptado el mensaje mediático de
exclusión racial por parte del pueblo.

Comentarios Finales

El desarrollo de estudios de Antropología física, social y cultural


durante la segunda mitad del siglo XX ha revelado que la idea de “raza” no
posee ninguna base sostenible como concepto científico para clasificar a los
seres humanos. La “raza” es una construcción social, es decir, una
estructura de categorías jerarquizadas que segregan a la población humana
(Sanjek, 1996). Lo que produjo el racismo que conocemos no fue el
prejuicio etnocéntrico existente desde la remota antigüedad, sino la
relación colonial moderna entre dominantes y dominados, bajo un sistema
de apropiación económica (Rex, 1970; Sanjek, 1996). Por eso, a pesar de los
esfuerzos de las declaraciones de especialistas académicos, el concepto de
raza y las prácticas racistas persisten, dondequiera que existan relaciones
de poder coloniales y/o asimétricas. Esto ha sido sumamente significativo
en la formación de discurso en el cual “Occidente” representa lo “superior y
civilizado” y el “resto”, lo “inferior y lo salvaje” (Hall, 1992). Este dualismo
estereotipado ha sido interiorizado en las sociedades americanas para
marginar a los afrodescendientes y a los indígenas dentro de cada Estado
nacional. En esta relación de poder, como dice Stuart Hall, los medios de
comunicación juegan un papel central, porque “ellos forman la parte
central de los medios dominantes de producción ideológica” (1981: 35).
Hall explica:

Lo que ellos [los medios de comunicación] “producen” es,


precisamente, representaciones del mundo social, de las
imágenes, descripciones, explicaciones y marcos de referencia
para comprender cómo es el mundo, y por qué funciona tal
como se dice y se demuestra que funciona. Y, entre otro tipo de
funciones ideológicas, los medios de comunicación construyen
una definición de lo que es la raza, cuál es el significado de lo
imaginario que la raza posee, y lo que se entiende por el
“problema de la raza”. Ellos nos ayudan a clasificar el mundo
en términos de categorías de raza. (Hall, 1981: 35)
[Traducido por Ishibashi. Las itálicas y las comillas son del
autor H.S.]

Por eso, la marginación e invisibilización de los/as “negros/as” en


los medios de comunicación es un problema de suma importancia, que
debe ser debatido públicamente. Como lo expresó uno de los participantes
de las mesas de trabajo de este proyecto, la ausencia de “negros/as” en los
medios “muestra la discriminación racial y la exclusión solapada que
existe” en esta sociedad venezolana.

En los Estados Unidos, cuna del saber del marketing moderno, hasta
la década de los sesenta predominaba la publicidad con imágenes
estereotipadas de minorías raciales. Sin embargo, esta tendencia
experimentó un “cambio drástico” después de los movimientos a favor de
los derechos civiles (Takezawa, 1999; Cortese, 1999). En este proceso, el
activismo de organizaciones a nivel nacional en defensa de los derechos de
las minorías, como la Asociación Nacional de Avance del Pueblo de Color
(National Association for the Advancement of Colored People: NAACP) y
el reclamo contra los medios por sus prácticas racialmente prejuiciadas,
formaron parte vital del movimiento de reivindicación social de las
minorías.

La proliferación de imágenes estereotipadas y la “anulación


simbólica” de la representación “negra” en Venezuela, en comparación con
el caso de los Estados Unidos, es el reflejo de la ausencia, hasta hace poco,
del activismo contra el racismo. Sin embargo, esto está cambiando. Vale la
pena mencionar los emergentes movimientos en este campo. El primer
ejemplo es la Unión de Mujeres Negras de Venezuela. Esta organización
nació como producto de la participación de algunas feministas venezolanas
en congresos internacionales de la Coordinación de Organizaciones No-
gubernamentales de Mujeres durante la década de los ochenta. Unión de
Mujeres Negras ha desarrollado numerosos programas comunitarios de
concientización sobre el racismo y para el mejoramiento de la autoestima
de mujeres “negras”, así como de educación en etno-historia
afrovenezolana, con el auspicio del gobierno nacional. Posteriormente, en
la década de los noventa la organización recibió financiamiento para
realizar una investigación que coordinaba el Banco Interamericano del
Desarrollo sobre comunidades de ascendencia africana en América Latina.
Reina Arratia, presidenta de la Unión de Mujeres Negras, ha sido una de las
primeras figuras que ha aparecido en los medios (tal como en programas de
televisión de alto rating) para denunciar la discriminación anti-negros en
Venezuela, e inclusive los contenidos racistas en los medios de
comunicación. La Unión de Mujeres Negras también ha sido primera
organización en declarar la necesidad de acciones afirmativas en la política
pública del Estado nacional (Charier, 2000).

El segundo es la Fundación Afroamérica, fundada en 1993 y


presidida por el ya mencionado Jesús “Chucho” García. Después de varios
intentos político social prematuros en la década de los setenta y ochenta
con miras a la auto-determinación de la etnicidad afrovenezolana, a
mediados de los noventa, García logra insertar su presencia como
representante étnico afrovenezolano en los espacios globales para el
desarrollo social-cultural-económico de las comunidades afroamericanas,
tales como la UNESCO, la OEA, el Banco Mundial, el Banco Interamericano
de Desarrollo, entre otros. García ha sido uno de los pocos intelectuales
venezolanos que ha venido publicando regularmente textos sobre el
racismo anti-negro en varios periódicos nacionales, así como en la propia
revista de la Fundación. García también ha sido pionero en promover la
idea de desarrollo sustentable en regiones del país con población
afrodescendiente a través de actividades de micro-empresas y
cooperativismo, resistiendo así la “folklorización” del pueblo
afrovenezolano.

Las actividades pioneras de estas dos organizaciones, junto con otras


iniciativas en comunidades de eminente presencia afrovenezolana han dado
lugar en 1999 a la creación de la Red de Organizaciones Afrovenezolanas,
una confederación de ONGs afrovenezolanas, la primera en su especie en
Venezuela. En el año 2001 la ROA participó en la III Conferencia Mundial
contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas
Conexas de Intolerancia, organizada por la ONU en Durban, Sudáfrica (fue
la única ONG venezolana en este evento.) Por el reclamo contundente
sostenido por documentos convincentes preparados por la ROA para este
congreso, el gobierno venezolano, por primera vez en la historia del país,
admitió la existencia del racismo como problema social en Venezuela
(García y Camacho, 2002; Mijares, 2003).

Lo que me parece muy importante al revisar el desarrollo de la


Unión de Mujeres Negra, la Fundación Afroamérica y la ROA es que las
ideas y argumentos novedosos para tratar el problema afrovenezolano, tal
como son la denuncia contra el racismo, el reclamo de las acciones
afirmativas o las propuestas de desarrollo sustentable de la economía local,
son productos de las interacciones con activistas afro-latinoamericanas de
otros países a través de eventos y espacios coordinados por agentes globales
como el BID, el Banco Mundial, la UNESCO y algunas ONGs de alcance
global. Así como lo señala Daniel Mato:

En los actuales tiempos de globalización, la producción social


de representaciones de ideas de “identidad”, “cultura”,
“biodiversidad”, “sociedad civil”, “ciudadanía” y otras que
juegan papeles significativos tanto en la constitución de actores
sociales como en la orientación de sus prácticas, se relaciona de
diversas maneras con la participación de esos actores ―como
por ejemplo organizaciones indígenas, civiles, ambientalistas,
etc.― en sistemas de relaciones transnacionales en los cuales
intervienen también actores locales de otros países y actores
globales (Mato, 2001: 127).

A través del aprendizaje de conceptos claves y términos


simbólicamente eficaces dentro de estos procesos globales, los actores
afrovenezolanos también adquirieron prestigio como representantes de la
“sociedad civil de base” y acumularon poder de negociación con el sector
público, logrando por fin el reconocimiento de la existencia del racismo
como problema social por parte del gobierno nacional. Lamentablemente a
pesar de los importantes resultados históricos antes mencionados, el
reclamo contra el racismo no ha alcanzado los oídos de muchos
profesionales en los medios de comunicación, ni ha logrado transformar el
hábito de vincular firmemente el índice socio-económico con el parámetro
de densidad de pigmentación de la piel (mientras más oscuro el color de
piel, mayor pobreza), ni tampoco ha logrado afectar el canon eurocéntrico
de belleza (mientras más a la “africana”, es más “feo”), como hemos podido
observar en este estudio.
Sin embargo, la interacción entre actores globales y locales, propia
de la dinámica corporativa en el mercado mundial, parece estar influyendo
en la transformación de prácticas de los medios en Venezuela. Durante la
década de los noventa, bajo la tendencia de apertura de mercado y la
aplicación de economía neoliberal, muchas empresas locales, tanto
anunciantes como agencias de publicidad fueron fusionadas con o
adquiridas por capitales extranjeros. En el marco de estos cambios, más y
más estrategias y contenidos de comunicación vienen diseñadas desde
afuera para aplicarse a nivel regional en América Latina. Piezas
publicitarias protagonizadas por personajes de “razas minoritarias” suelen
ser importadas desde afuera o son creadas localmente según lineamientos
de marketing de su centro de operación regional, rompiendo así los
esquemas de publicidad tradicional venezolana. La creciente cantidad de
profesionales de este medio que tienen la experiencia de trabajar en otros
países también parece estar influyendo para que éstos se identifiquen con el
estilo de comunicación con mayor diversidad social y cultural.

Lo que debemos contemplar es que este “respeto” a la diversidad


está aplicándose en el mercado nacional venezolano como consecuencia de
la dinámica propia de grandes corporaciones, proceso ajeno a los reclamos
concretos anti-racistas de parte de los actores locales como la ROA. En los
últimos tiempos de globalización, las empresas “progresistas” utilizan las
estrategias de incluir las minorías raciales, étnicas, políticas, religiosas, de
género, de orientación sexual, etc., para una mejor “administración de la
diversidad” con el fin de organizar sus “energías diferenciadas” en el interés
de la ganancia empresarial (Hardt y Negri, 2002: 66). Negri y Hardt lo
reseñan:

Aún las poblaciones más híbridas y diferenciadas presentan


un número proliferante de “objetivos de mercado” a los que
pueden dirigirse estrategias de mercadeo específicas --- una
para varones latinos homosexuales de entre dieciocho y
veintidós años, otra para niñas adolescentes chino-
americanas, etc. El mercadeo posmodernista reconoce las
diferencias de cada mercancía y de cada segmento
poblacional, acomodando a esto sus estrategias. Cada
diferencia es una oportunidad. (Hardt y Negri, 2002: 65)

Los activistas afrovenezolanos que han venido consolidando su


posición ante el gobierno nacional, ahora tendrán que buscar una mayor
efectividad para movilizar la sociedad civil en procura de construcción de
diversidad cultural con el protagonismo de las minorías sociales, y así
resistir a que las conviertan en un simple objeto diferenciado de marketing
según el interés de poderes económicos o de la política desarrollista
neoliberal del Estado Nacional. Para cumplir este fin, sería muy importante
que los activistas e intelectuales afrodescendientes sostengan diálogos con
los sectores de base directamente afectados por esa exclusión, a la vez que
estimulen iniciativas populares para enfrentar los racismos. Los datos
etnográficos y la discusión sobre las prácticas discriminadoras en este
artículo son ofrecidos para facilitar el proceso de apertura de ese debate
contra el racismo en Venezuela.

Rigoberta Menchú Tum, Dirigente indígena

guatemalteca, laureada con el Premio Nobel de la

Paz, en el simposio "El problema del racismo en

El umbral del siglo XXI"

Estas palabras de Rigoberta Menchú ejemplifican la magnitud del problema del racismo como
causa de conflictos sociales. El Premio Nobel de la Paz hace un llamado a la conciencia mundial,
a entender que el racismo ha sido una herramienta usada por los grandes conquistadores en su
afán de obtener el poder, que el racismo no han sentimientos meramente nacionalistas, sino que
éstos han sido los medio s por los que unos cuantos se han lanzado a la guerra de poderes.

El racismo se ha convertido en la bandera de imperios y pueblos, que justifican su ira en contra


de los que son "diferentes". Los cambios que últimamente hemos vivido a nivel mundial, esta
nueva era de la globalización, ha hecho que los pueblos enteros revivan los sentimientos de
nacionalismo, desgraciadamente de manera errónea. A causa de líderes ambicionados con el
poder, estos sentimientos de nacionalismo han sido conducidos a través de la ira, el odio, la
intolerancia y la violencia. Este artículo tiene como propósito ejemplificar como el racismo ha
sido causa de diferentes conflictos sociales y quienes han sido sus actores y víctimas.

Para poder entrar al contexto de este gravísimo problema social, primero debemos saber cuáles
son las causas de tanta intolerancia en nuestra sociedad.

¿Qué es el racismo? El racismo es una teoría fundamentada en el prejuicio según el cual hay
razas humanas que presentan diferencias biológicas que justifican relaciones de dominio entre
ellas, así como comportamientos de rechazo o agresión. El término "racismo" se aplica tanto a
esta doctrina como al comportamiento inspirado en ella y se relaciona frecuentemente con la
xenofobia y la segregación social, que son sus manifestaciones más evidentes.

Sobre este tema personas reconocidas en el ámbito mundial opinan:

El racismo es una tragedia, pero el mundo puede encontrar una cura contra él, aseguró el
expresidente sudafricano Nelson Mandela a los delegados de la III Conferencia Mundial contra
el Racismo, que realizó en la ciudad sudafricana de Durban.

"El racismo ha sido descrito a menudo como una enfermedad, y es un problema para todos
nosotros. El racismo es una enfermedad de la mente y del alma. Mata a muchos más que
cualquier infección", afirmó Mandela.

"Deshumaniza a cualquiera que lo toca", continuó diciendo el político sudafricano en un mensaje


audiovisual enviado a los participantes en la conferencia. "La tragedia es que tenemos la cura a
nuestro alcance, pero todavía no la hemos aprovechado", agregó.

Mandela, que pasó 27 años en prisión por su oposición al régimen racista de Sudáfrica, dijo que
la derrota del "apartheid" es una victoria. "El apartheid era sólo un síntoma de la enfermedad.
Para ganar al racismo, tenemos que administrar un tratamiento que sea completo y holístico".

"El racismo es un pecado que constituye una grave ofensa contra Dios". Estas fueron las palabras
que pronunció Juan Pablo II.

Gilberto Rincón Gallardo, ha destacado que en México existe una cultura de la discriminación,
abiertamente reconocida por las autoridades y que, sobre todo, había disposición, a partir de la
sociedad, de combatirla.
Fidel Castro opina con respecto al racismo: "El problema de la discriminación racial es,
desgraciadamente, uno de los problemas más complejos y más difíciles de los que la Revolución
tiene que abordar. El problema de la discriminación racial no es el problema del alquiler, no es el
problema de las medicinas caras, no es el problema de la Compañía de Teléfonos. No es ni
siquiera el problema del latifundio, que es uno de los problemas serios que nosotros tenemos que
encarar.

Quizás el más difícil de todos los problemas que tenemos delante, quizás la más difícil de todas
las injusticias de las que han existido en nuestro medio ambiente, sea el problema que implica
para nosotros el poner fin a esa injusticia que es la discriminación racial, aunque parezca
increíble.

Hay problemas de orden mental que para una revolución constituyen valladares tan difíciles
como que pueden constituir los más poderosos intereses creados. Nosotros no tenemos que
luchar solamente contra una serie de intereses y privilegios que han estado gravitando sobre la
nación y sobre el pueblo; tenemos que luchar contra nosotros mismos, tenemos que luchar muy
fuerte contra nosotros mismo.

Y yo me pregunto qué diferencia hay entre una injusticia y otra injusticia, qué diferencia hay
entre el campesino sin tierra y el negro al que no se le da oportunidad de trabajar. ¿Es que no se
muere igualmente de hambre el negro que no trabaja como el campesino que no tiene tierra?

¿Y por qué la Revolución ha de tener la obligación de resolver las injusticias, y no va a estar en


la obligación de resolver esa?

Sin embargo, hay gente que va a la iglesia y es racista, hay gente que se llama revolucionaria y
es racista, hay gente que se llama buena y es racista, hay gente que se llama culta y es racista.

Y acaso he venido a tratar esta injusticia, que la traté con todo el cuidado con que un gobernante
debe tratar los problemas de su país, porque dije bien claramente que no debiera ser necesaria
una ley para que se pusiera fin a una injusticia semejante que nacía de un prejuicio absurdo, y yo
soy de los que creen que los prejuicios no se combaten con leyes; se combaten con argumentos,
se combaten con razones, se combaten con persuasión, se combaten con la educación".

¿Qué es la xenofobia? La xenofobia es el odio u horror a los extranjeros, mientras que la


segregación social se refiere a la separación de los individuos que integran una comunidad, por
entenderse heterogéneos o no asimilables en función de criterios ideológicos, étnicos, religiosos
o de otra naturaleza.

¿Qué son los prejuicios raciales? También dentro de este contexto es importante señalar que es
un prejuicio racial. Se puede decir que el prejuicio racial es el producto de un estado afectivo-
activo el cual nunca es resultado de una reflexión, es ese estado afectivo que no podemos
nulificar a través del razonamiento no por demostración, el prejuicio racial es un estado influido
por las circunstancias políticas y económicas. Los factores que fomentan los prejuicios raciales
son:
1. Heterogeneidad de la población conviviendo y compitiendo.
2. Ignorancia, falta de información y comunicación.
3. Crecimiento demográfico del grupo discriminado.
4. Rivalidades y conflictos por el trabajo.
5. Propaganda tendenciosa.

¿Qué es el etnocentrismo? Por otra parte el etnocentrismo se refiere a una actitud en que las
culturas creen que sus modelos raciales son buenos para todos y que los que son inferiores a ellos
tienen que aplicarlos.

Tanto el racismo, los sentimientos etnocentristas, la xenofobia y los prejuicios raciales on los que
constituyen este ambiente de la intolerancia y odio que existen entre los seres de una misma raza,
la raza humana. Pero todo esto gira alrededor de cuatro creencias acerca del racismo
ejemplificadas por Carlos Caballero en su artículo "El racismo. Génesis y desarrollo de una
ideología de la Modernidad".

La palabra "racismo" designa una creencia cuyos rasgos fundamentales serían los siguientes:

1. Creer que los seres humanos se dividen, fundamentalmente, en razas. Y, en consecuencia,


atribuir al factor raza una importancia antropológica decisiva.
2. Asignar a las razas características inmutables, y creer que los caracteres transmitidos
hereditariamente no son sólo los rasgos físicos, sino también ciertas aptitudes y actitudes
psicológicas, que son las que generan las diferencias culturales que se pueden apreciar.
3. Creer que existe una jerarquía entre razas, siendo alguna, o alguna de ellas, superiores a
las otras.
4. Entender la mezcla de razas como un proceso de degeneración de las razas "superiores".

Lo más curioso del caso es que con los avances científicos y tecnológicos que hemos
desarrollado en esta última parte de nuestra historia, el racismo no tiene ningún fundamento para
su existencia. Recientemente un equipo integrado por los profesores Luca Cavalli-Sforza, Paolo
Menozi y Alberto Piazza publicó la obra titulada "The History and Geography of Human Genes",
en esta obra los autores niegan que exista una base científica del racismo. A través de técnicas
desarrolladas por la Genética de Poblaciones, estoa científicos han llegado a la innegable
conclusión de que no existe fundamento científico que permita clasificar a los seres humanos en
razas. Se ha demostrado que la diversidad bioquímica, genética y sanguínea entre individuos que
se suponen de una misma "raza" es incluso mayor que la que existe entre "razas" diferentes. Los
factores biológicos en los que está basado nuestro concepto de raza son sólo externos, los datos
aportados por nuevas técnicas como: el análisis de los árboles filogenéticos, de los
polimorfismos nucleares y del ADN mitocondrial, proponen un nuevo escenario en donde el
concepto de raza es irrelevante e incluso inexistente. Frente a este nuevo panorama expuesto por
la biología molecular, algunos científicos aun disienten.

Con esta reflexión entendemos que el problema racial en superficie puede estar fundamentado
por la diferencia de razas, pero en ningún momento podemos decir que es un conflicto de
carácter genético. Los hombres han aprendido a clasificarse en razas, nadie de nosotros nacemos
con tal conocimiento de jerarquía. El racismo es un estado mental inducido por aquellos actores
tras el poder.

La primera teoría racista fue escrita por el francés Joseph Arthur conde de Gobineau en el año de
1853. Los puntos más importantes que plasmo en su célebre Ensayo sobre la Desigualdad de las
Razas Humanas son:

 Existen ramas superiores, dominantes, que no son sino ramas de una misma familia, la
aria, y que han dado vida a las formas culturales más brillantes y a las naciones más
poderosas.
 La decadencia de esas naciones y esas culturas se ha producido por degeneración
biológica de las razas, por el mestizaje.
 La historia no es otra cosa que el campo de batalla donde se libran luchas entre razas.

El contexto social y político de la época fue lo que hizo que esta Teoría tuviera gran eco. En esos
momentos Europa estaba experimentando un gran auge tanto político, militar, tecnológico,
científico, como cultural. Europa estaba en la conquista del mundo. El racismo estaba siendo
utilizado por las naciones imperialistas de raza blanca como ideología de legitimación de las
políticas expansionistas. Por otra parte el contexto científico le dio un realce importante a esta
primera teoría racista. Poco después de que Gobineau dio a conocer su obra, Darwin expuso sus
ideas acerca de la naturaleza, en donde argumentaba que en la "batalla por la vida" sólo triunfan
"los más fuertes" y que esto era el "motor de la evolución". Las ideas de Darwin inmediatamente
fueron vulgarizadas y aplicadas al ámbito humano nombrándolo como "Darwinismo social".

Las teorías de Gobineau son herencia de la Ilustración, el concepto de racismo es también legado
de este periodo, por lo que observadores como George L. Moose no han dudado en definir al
racismo como el lado oscuro de la ilustración, "der Schattenseite der Aufkllarung". Y para los
que creen que el racismo es un concepto del pasado deberían leer las obras de Louis Dumont,
quien expone que el racismo es una ideología típicamente moderna y profundamente
emparentada con el individualismo.

Actores del Racismo

Sin duda, uno de los principales actores del racismo es el Estado. En cualquier estrategia que se
adopte frente al racismo, el Estado tiene un papel central. Como ejemplo tenemos los peores
casos de racismo genocida e institucional del siglo XX: el nazismo en Alemania, el apartheid de
Sudáfrica, el conflicto de Ruanda en 1994. En todos ellos los gobiernos tuvieron un papel
preponderante tanto en la promulgación de leyes discriminatorias como en la promoción de
valores racistas. No hay que perder de vista que el Estado tiene en sus facultades
responsabilidades fundamentales como la educación, la promulgación de leyes justas, la
administración imparcial de justicia, y el mantenimiento de normas y valores de equidad en la
sociedad.

Además, los Estados tienen el deber de proteger los derechos de los ciudadanos de otros países
que vivan dentro de su territorio. El Estado tiene la obligación de:
 Promulgar leyes que prohíban la discriminación racial.
 Establecer los mecanismos propicios que estimulen la vigilancia sobre la incidencia del
racismo y la discriminación racial dentro de instituciones y sociedades.
 Condenar públicamente a las instituciones que incurran en dicho delito.
 Asegurar que se sancionen a las instituciones públicas y a los funcionarios de Estado que
niegan por motivos raciales la impartición de justicia.

El conflicto intra e interestatal está estrechamente asociado con la manipulación política de ideas
raciales y con la polarización social. La movilización política unida a diferencias tanto reales
como imaginadas entre grupos se produce con frecuencia cuando el Estado distribuye los
recursos aplicando criterios étnicos. Los casos de Yugoslavia y Ruanda son representativos.
También lo es la situación de los palestinos en Israel, país en el que el Estado continúa negando
un acceso igual a los recursos y les impide participar abiertamente en el sistema político.

El racismo puede desatar conflictos que afectan de varias formas la identidad nacional: se afectan
a otras naciones o grupos; aceleran la separación tanto física como social de comunidades; y
hace imposible la identificación con metas trans-sociales e identidades alternativas. En Ruanda y
en Kosovo, por ejemplo, los extremistas se valieron de los temores y frustraciones de la
población. El discurso racista se utilizó para profundizar la desconfianza y el "odio de grupo", lo
que con el tiempo llevó a una violencia extrema. En Ruanda, las milicias hutus masacraron a los
tutsis, y en Kosovo se expulsaron a los albaneses. En ambos casos se encarceló a hombres,
mujeres y niños y se cometieron violaciones, torturas y asesinatos. Estos crímenes fueron
esencialmente actos políticos de ideología racista.

El lenguaje del odio tiene más posibilidad de provocar conflicto violento cuando las instituciones
del gobierno monopolizan la fuente de información y cuando existen pocos foros públicos que
promuevan el libre intercambio de ideas. El discurso racista, a menudo a través de una mitología
histórica, crea una cultura victimal. Una persona que se siente víctima se convierte en agresor
con mayor facilidad. Son muchos los tipos de difusión del odio que permiten crear una cultura
victimal, pero el discurso racista es particularmente efectivo.

Respuestas de las Víctimas

Las personas que sufren racismo responden de diversas maneras. Algunas comunidades
internalizan los valores del sistema que las oprime. Muchos hindúes de castas inferiores aceptan
su condición por creer que han sido moralmente culpables en una existencia anterior. Hasta
cierto punto, estas percepciones fatalistas se encuentran también entre las comunidades indígenas
de Guatemala, México y Perú. A otro nivel, los niños o mujeres tienden muy particularmente a
creer que si sufren discriminación o abusos es porque son responsables o parcialmente
responsables del comportamiento de que son objeto.

Otra forma de respuesta de las comunidades oprimidas consiste en aislarse del conjunto de la
sociedad que las oprime. A veces se apoyan en una cultura diferenciada, y pueden hacerlo de una
forma introspectiva negativa. Esta respuesta también internaliza, aunque de manera distinta, las
expectativas del conjunto de la sociedad. Otro ejemplo, es la división de las comunidades
minoritarias en las ciudades estadounidenses.
Las culturas minoritarias pueden hacerse opresivas. En el Reino Unido, la comunidad asiática
padece considerablemente el racismo, y ha respondido encerrándose en su propia cultura, la cual
se ha vuelto autoritaria en varios aspectos. Su reacción se expresa principalmente a costa de las
mujeres, a muchas de las cuales se niegan algunos de sus derechos fundamentales. Así pues,
como podemos observar uno de los efectos de la discriminación racial en ciertas sociedades es el
de reforzar la intolerancia y el autoritarismo en el seno de las culturas oprimidas.

Una respuesta muy diferente a la discriminación racial es la de contenerse. Es decir, las personas
optan, a menudo por vivir dentro de los límites y expectativas de la sociedad que los circunda.
Un ejemplo de esta respuesta puede verse en la manera en que el deporte se ha convertido en el
campo en el que los negros destacan. Muchos grupos que sufren discriminación practican la
autocensura, limitan sus propias aspiraciones y permiten que miembros menos capaces de otros
grupos se les adelanten, porque reconocen los riesgos que conlleva el competir. El sentimiento
semi-consciente, o admitido en privado, de temor e intimidación, que puede no tener causa
explícita, rara vez se discute, ni siquiera en el seno de las propias comunidades oprimidas. Es una
de las cuestiones que deberían abordar los responsables de formular políticas que deseen atacar
de raíz el racismo y la discriminación.

Otra respuesta de las víctimas es adoptar el comportamiento estereotipado que el prejuicio espera
de ellas. En la práctica, esta respuesta puede hacerse realidad y atrapar a las víctimas en el
estereotipo que han asumido conscientemente. Algunas víctimas de la opresión racial oprimen a
su vez a las personas que consideran inferiores. Las víctimas del racismo tampoco son inmunes a
las actitudes racistas. En muchos casos, las personas a las que se trata como inferiores parecen
sentir la necesidad de encontrar otros sobres las que declararse superiores. Las sociedades en las
que esto ocurre no solo se "racializan" sino que desarrollan jerarquías raciales. El racismo y la
discriminación caen en forma vertical por todo el sistema, infligiéndose con aun mayor dureza a
los más pobres y los más vulnerables. El apartheid fue claramente un sistema de este tipo;
también lo es el sistema de castas de la India. La respuesta de los kosovares albaneses tras la
intervención militar internacional es un ejemplo reciente. Los grupos oprimidos también
contribuyen a mantener el statu quo. Con frecuencia resulta difícil que los grupos oprimidos
cooperen los unos con los otros en pro de un interés común y superior. Un ejemplo extremo lo
ofrecen algunas sociedades del Caribe en las que la estratificación racial es muy compleja y
marcada, y en la que los miembros de piel relativamente más blanca se consideran superiores a
los de piel más oscura de la misma sociedad. Una cosa es atribuir culpa, que puede hacerse con
razón, pero no se hallará solución a estos problemas mientras las comunidades en cuestión
reproduzcan y contribuyan a mantener complicadas distinciones de color y de condición social.

Las transformaciones que ha sufrido la economía mundial se están traduciendo en una


marginación de los que son pobres y menos capaces de aprovechar las nuevas oportunidades. Al
retirarse el Estado de toda una serie de responsabilidades sociales, estas mismas personas quedan
en muchos casos en una posición de vulnerabilidad aun mayor. Al mismo tiempo, la porción de
la población mundial que se ha beneficiado inesperadamente de estos mismos cambios en la
economía mundial, está quedando cada día más aislada de los pobres y de los que más padecen
discriminaciones de todo tipo sea en sus países o internacionalmente.
Para cambiar las actitudes es necesario educar y concienciar al público, pero es evidente que esto
tampoco será suficiente. En muchos casos, el racismo es una respuesta racional para defender
privilegios. La educación por sí misma no cambiará el conflicto de intereses que lo hace
funcionar y reproducirse. En algunos casos, no puede producirse un cambio positivo sin reformas
económicas y sin contar con nuevos recursos económicos. En otros, se requerirán estrategias
distintas y más imaginativas para destruir los estratos de negación que causan que unos grupos
hostiguen a otros o ignoren sus necesidades.

Bibliografía

 Perceval, José María. Nacionalismos, xenofobia y racismo en la comunicación: una


perspectiva histórica. Barcelona: Paidós Ibérica. 1a ed. 1995
 Bourhis, Richard Y. Estereotipos, discriminación y relaciones entre grupos. Madrid:
McGraw Hill, 1996.
 Wieviorka, Michel. El espacio del racismo. Barcelona; Buenos Aires: Paidós, 1a ed.
1992.
 Armour, Jody David. Negrophobia and reasonable racism: the hidden costs of being
Black in America. Boulder, Colo.: NetLibrary, Inc., 1999
 Enciclopedia del estudiante. Plaza&Janes Editores, S.A. 1989
 Encilcopeda Juvenil Grolier. Grolier.

Por:

Blanca Garduño,

Montserrat Laureles

Asael Mercado

Elizabeth Garatachia

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